Epilogue
InSeong no
dejaba de mirar una y otra vez su reloj, como si por mirarlo más veces el
tiempo avanzara más deprisa. Sin embargo, por mucho que mirara su reloj, el
tiempo seguía sin avanzar y eso lo ponía más nervioso de lo que ya lo estaba… y
eso que estaba muy nervioso. Además de observar el reloj cada dos segundos, no
paraba de mover su pierna derecha y tamborilear con los dedos sobre la mesa de
la cafetería. ¿El motivo? Había quedado con una persona a la que llevaba sin
ver demasiado tiempo, una persona que había estado esperando ver demasiado
tiempo… InSeong había podido concertar una cita después de cuatro años sin verlo
con Park SeungJun.
Park SeungJun.
Realmente el chico no se podía creer que aquel encuentro fuera a suceder
después de todo aquel tiempo, después de todo lo que había pasado y como había
pasado… después de que InSeong hubiera sido mandado a la otra punta del mundo
por sus padres para que su relación no siguiera adelante. Sin embargo, a pesar
de que no se habían visto y a pesar de cómo había sido la última vez que
estuvieron juntos, InSeong no se había rendido en ningún momento. Apenas había
aterrizado en Inglaterra cuando había ido a la oficina de correos del aeropuerto
para mandarle una carta a Mina contándole todo lo que había sucedido y metiendo
otra carta en el sobre para SeungJun, para explicarles a ambos por qué había
desaparecido de forma tan repentina y dónde estaba, además de asegurarles que
estaba bien.
No había tardado
demasiado en recibir las contestaciones de ambos y, desde entonces, había
seguido carteándose con ellos y también haciendo uso de las nuevas tecnologías
que iban inundando poco a poco la sociedad para no perder el contacto con
ninguna de las personas que había dejado atrás en Corea de forma irremediable.
No obstante, aunque hubiera mantenido el contacto con ellos, no se habían
vuelto a ver porque para InSeong volver era completamente imposible sin que sus
padres se enteraran de que lo hacía y de que veía a SeungJun y el otro había
tenido tantísima cantidad de trabajo y tan pocos días libres que le había sido
imposible escaquearse para poder ir hasta Inglaterra. Pero aquello había
acabado finalmente, aquel tiempo que habían pasado separados había terminado… e
InSeong tenía miedo.
InSeong tenía
miedo porque habían pasado cuatro años y, aunque el contacto no se había
perdido y se habían dicho millones de veces lo mucho que se echaban de menos,
el chico tenía miedo porque ambos habían cambiado muchísimo en ese tiempo que
no se habían visto. Ya no eran adolescentes, todo su mundo había cambiado, su
situación había cambiado y ellos habían modificado muchos comportamientos, así
que, no podía estar seguro de que aquel encuentro fuera bien. InSeong no podía
estar seguro de que cuando SeungJun apareciera frente a él su corazón fuera a
latir de forma rápida e incesante, tal y como lo había hecho en el pasado… pero
lo que más miedo le daba era que su corazón sí reaccionara de la misma forma,
pero no lo hiciera el de SeungJun.
El chico se
había imaginado miles de escenarios desde que habían acordado aquella cita, se
había imaginado muchísimas veces cómo se encontrarían y qué pasaría según todas
las posibilidades que se le ocurrían, a pesar de que Mina lo había tratado de
calmar, asegurándole una y otra vez que los sentimientos de SeungJun por él no
habían cambiado ni un ápice desde la última vez que habían podido estar juntos…
pero aunque InSeong siempre había confiado en Mina porque ella siempre había
estado a su lado —con excepción de aquellas pocas semanas en las que no se
habían hablado— y ella nunca le había mentido sobre nada; además, no tenía ningún
motivo oculto para mentirle sobre aquello porque ella había sido la única que
los había apoyado y ayudado después de enterarse de la relación que mantenían. Sin
embargo, Mina no podía saberlo, Mina no podía saber cómo era exactamente el
corazón de SeungJun y si de verdad latía por él como lo hacía en el pasado.
El chico suspiró
y trató de dejar de pensar, pero el tiempo no avanzaba y SeungJun no llegaba,
probablemente se habría retrasado la sesión de fotos que debía hacer con su
grupo para su último álbum antes de su separación —el motivo por el cual el
chico había acabado en Inglaterra—, pero aunque InSeong intuía el motivo por el
cual este no llegaba a la cita, su tardanza no hacía más que ponerlo más y más
nervioso y el chico solo podía pensar y pensar, aunque pensar nunca había sido
lo más recomendable. Le dio un trago al vaso de agua que había pedido para la
espera porque tenía la garganta seca y, justo cuando lo volvía a dejar sobre la
mesa, sintió una presencia a su lado, así que levantó la vista, encontrándose
allí a Park SeungJun.
Aquello le
recordó irremediablemente a su primer encuentro, porque el chico también había
acudido a aquella cita con la ropa que había tenido puesta para su agenda y
había llegado tarde. Sin embargo, aquel encuentro era también muy diferente a
aquella primera vez que se habían visto porque lo único que había sentido en
esa ocasión InSeong había sido fastidio y sorpresa por ver que su hermanastro
era Park SeungJun de KNK, pero en aquel momento, su corazón latía rápidamente
dentro de su pecho ante la visión de la persona que seguía queriendo como si no
hubieran pasado cuatro años desde la última vez que se habían visto. El chico
se quedó sin respiración unos momentos, apreciando los cambios físicos que se
habían producido en la persona que tenía delante, aunque no habían sido muchos,
pero se notaba en sus rasgos que era más maduro; los mismos cambios que
SeungJun debía haber notado en él.
Durante unos
momentos ninguno dijo nada, durante unos momentos lo único que hicieron fue
observarse el uno al otro con añoranza. En los ojos de SeungJun, InSeong podía
ver reflejados algunos sentimientos profundos, por la forma en la que lo estaba
mirando… pero no quería hacerse ilusiones, no quería emocionarse y que al final
todo le saliera rana, porque había pasado cuatro años enfocado en aquella
relación a distancia que había dejado en Corea y había hecho todo lo que había
podido para que esta pudiera salir adelante, pero si al final no lo hacía no
quería tardar cuatro años más en poder respirar de nuevo de forma normal.
—InSeong… —murmuró
SeungJun, hablando por primera vez y el chico le dedicó una pequeña sonrisa,
justo antes de ver cómo el otro se abalanzaba sobre él para darle un fuerte
abrazo que no tardó en corresponder.
El chico se
sintió atrapado entre los brazos de SeungJun y los sentimientos del pasado lo
abrumaron, haciendo que en sus ojos se acumularan las lágrimas. Lo había echado
demasiado de menos, no se había dado cuenta de cuánto hasta ese preciso
instante, y eso que generalmente lo había echado de menos cada día de su nueva
vida en Inglaterra, cuando hacía alguna de las cosas que solía hacer junto al
otro; sobre todo, lo había echado de menos por las noches, nunca había acabado
por acostumbrarse a dormir sin sentir los brazos de SeungJun abrazándolo
fuertemente contra sí. Cuando se separaron, se sonrieron tímidamente y después
SeungJun se sentó en la silla vacía frente a él y sus miradas hablaron más por
ellos que las palabras durante los primeros minutos, hasta que pudieron
recuperar el habla de nuevo.
—¿Cómo te ha ido
el viaje? —le preguntó—. ¿Has podido descansar?
—No mucho —respondió
SeungJun—. Estaba demasiado nervioso por volverte a ver.
El corazón de InSeong
dio un vuelco dentro de su pecho. No había cambiado nada. Sus sentimientos y
los de SeungJun seguían estando ahí, al menos en aquel primer momento seguían
estando ahí, latentes, candentes, de la misma forma que lo habían estado cuatro
años atrás. InSeong respiró tranquilo porque aquello hacía que las cosas fueran
un poco más relajadas y que no se sintiera tan ansioso por lo que se podía
encontrar frente a él, porque frente a él estaba el SeungJun que había dejado
en Corea.
Hablando de las
cosas que se habían perdido y que se habían contado o no en aquellos años, se
les fue la tarde en la cafetería y se les hizo hora de la cena. Sin ganas de
separarse, siguieron adelante con la conversación en la cena, en un lugar que
InSeong conocía cerca del lugar en el que vivía y cuando la noche se les echó
encima, ambos acabaron subiendo al piso de InSeong, sin poder mantenerse
alejados el uno del otro ni un solo segundo más en cuanto atravesaron la puerta
del piso. Y todo fue como si no hubieran pasado cuatro años, como si nunca
hubieran sido interrumpidos por sus padres aquella fatídica tarde, todo fue exactamente
igual… el sabor de los besos, los escalofríos que le provocaban las manos
ajenas en su cuerpo y el calor. Así, enredados el uno en los brazos del otro,
la noche se les hizo día mientras redescubrían el cuerpo del otro, un cuerpo
conocido y desconocido a la vez.
—Cuando acabe
las promociones de este álbum he decidido retirarme de todo lo que tenga que
ver con el mundo de la música —murmuró SeungJun a la mañana siguiente, mientras
ambos seguían en la cama, todavía desnudos bajo las sábanas—. Quiero desaparecer
de Corea y no volver nunca más… así que… me preguntaba si tú tendrías un pequeño
hueco para mí aquí…
InSeong no pudo
evitar sonreír como un tonto. Por supuesto que tendría un hueco para él allí,
todo el hueco que necesitara para poder establecerse junto a él en aquel lugar,
en aquel lugar en el que no los iban a juzgar porque allí la gente no se metía
en los asuntos de los demás y porque el cambio de siglo había hecho que las
mentalidades fueran muchísimo más abiertas en aquella parte del mundo tan
alejada y diferente de la tradicional Corea que había dejado atrás, junto con
el siglo veinte.
—Claro que tengo
sitio para ti —murmuró—. Siempre.
Notas
finales:
—Como podréis haberos imaginado la historia
tiene elementos de 20th Century Boy and Girl y Reply 1997, porque en ambos
doramas me he basado para crear este pequeño gran mundo que me ha costado
milenios sacar adelante. Espero que os haya gustado mi trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario