Título:
Boner Test (No homo, bro)
Autora:
Riz Aino
Pareja: WooSang (WooYoung
+ YeoSang) (ATEEZ)
Clasificación:
NC–17
Géneros:
AU, pwp, smut
Número de palabras:
3.042 palabras
Resumen:
hay un nuevo juego que causa sensación entre su grupo de amigos, el boner test, por lo que WooYoung y
YeoSang deciden que no les hará daño probarlo.
Advertencias:
básicamente sexo, no es que haya demasiado más en esto.
Notas: escrito
porque este tweet
apareció en mi vida y me dieron unas ganas enormes de hacer algo con esta gran
información.
Comentario de autora:
me gustaría escribir algo de cada uno de los ships de ATEEZ, así que, poco a
poco voy a ir apareciendo con algo raro, bonito o pervertido de todos los niños, éste lo he hecho para celebrar los 100 días de ATINY como fandom.
Espero que os guste.
El verano era caluroso fuera, pero en
la habitación en la que WooYoung y YeonSang se encontraban no hacía demasiado calor,
el ventilador daba vueltas y vueltas y convertía el aire cálido en algo más
fresco para que las dos personas que se encontraban en aquella habitación no
sudaran debido al calor. No obstante, aunque no sudaban debido al calor del
verano, los dos chicos sí que estaban sudando… pero por otra cosa completamente
diferente. Ambos estaban nerviosos, sin querer reconocerlo delante del otro,
obviamente, pero YeoSang se sentía al borde de un ataque de nervios y podía ver
en la forma en la que se movían los ojos de WooYoung, rápidamente viajando de
un lado a otro de la habitación, que el menor también estaba muy nervioso. Pero,
a pesar de aquel nerviosismo, ambos habían decidido que ese día iban a probarlo,
a probar lo que todo su grupo de amigos ya había probado, a probar que podían
hacerlo de la misma forma que ellos.
—¿Cómo… cómo lo hacemos? —cuestionó
YeoSang, sin saber realmente qué decir, tratando de llenar el silencio, aquel
silencio pesado que se había instalado entre ellos y que solo era roto por el
ruido que hacía el ventilador girando sus aspas—. ¿Nos… quitamos toda la ropa…
o…?
—Prefiero… que nos quedemos con los…
calzoncillos puestos… al menos… —respondió WooYoung, sin siquiera mirarlo.
YeoSang asintió lentamente. A él
tampoco le hacía especial gracia quedarse completamente desnudo y, por fina que
fuera la tela de los calzoncillos, algo entre ambos habría y eso lo
tranquilizaba un poco, aunque no mucho. Realmente, YeoSang seguía sin
comprender el por qué de aquel juego, pero hacía un par de semanas, mientras
estaban un poco —bastante— borrachos, alguien había dicho que había visto por
internet que era algo que se había puesto muy de moda entre los jóvenes y que
ellos tenían que probarlo como el resto del mundo porque no podían quedarse al
margen de una tendencia como aquella. Todos habían aceptado, obviamente, y así
se había comenzado a realizar aquel juego entre ellos.
SeongHwa y HongJoong habían sido los
primeros y después les habían seguido YunHo, San, MinGi y JongHo. Todos los
demás lo habían hecho ya y solo quedaban ellos en su grupo por hacerlo, así
que, al final habían quedado aquel día para ello… pero YeoSang, a pesar de que
había aceptado, a pesar de que se encontraba allí con WooYoung dispuestos a
hacer el juego, seguía sin comprender el motivo que había tras de éste, la
finalidad.
Porque el boner test, el juego que iban a hacer, consistía en frotarse contra
otro chico y a aquel cuyo miembro se volviera erecto primero era gay, por
excitarse al frotarse contra el miembro del otro. YeoSang entendía cuál era la
dinámica del juego y entendía que era simplemente para hacer bromas entre grupos
de amigos sobre aquel tema por el resto de la eternidad… pero realmente sabía
que no por excitarse antes se era gay, porque frotarse contra cualquier cosa
hacía que las pollas apuntasen al cielo en más o menos tiempo, dependiendo de
la sensibilidad de cada persona y eso no reflejaba para nada la sexualidad a la
que éste pudiera pertenecer. Pero bueno, él no había inventado las reglas de
aquel estúpido juego.
Un suspiro profundo interrumpió su
tren de pensamientos y YeoSang miró hacia su izquierda, viendo cómo WooYoung
había comenzado a desnudarse después de lanzar aquel suspiro, desabrochándose
la colorida camisa de manga corta que se había puesto aquel día, enseñando de
aquella forma su cuerpo algo trabajado que era la envidia de todos los de su
grupo de amigos, con excepción de JongHo. Tras aquello, se levantó del suelo en
el que ambos estaban sentados, en la habitación de YeoSang, y se quitó los
pantalones, dándoles un par de patadas para terminar de sacárselos.
—Yo ya estoy —le dijo al chico—. Acabemos
con esto pronto, que luego hemos quedado con los demás y querrán saber qué ha
pasado.
YeoSang asintió a aquello y,
mientras WooYoung se dirigía hasta su cama, el chico se levantó del suelo y fue
hacia la puerta para cerrarla con el pestillo. Estaban solos en su casa por el
momento, pero no sabía si sus padres o su hermana iban a volver mientras
todavía se encontraran con el juego o no, así que, era mucho mejor prevenir que
curar, no tenía muchas ganas de que alguien llegara a casa, entrara a su
habitación de sopetón y se lo encontraran masturbándose junto a WooYoung. Por
eso, se aseguró de que estuviera bien cerrada antes de sacarse la sudadera
amarilla finita que llevaba encima de la camiseta de manga corta, la camiseta
también se la quitó, no quería que se le arrugara porque era la que se pondría
cuando salieran con los demás, y después se desabrochó los pantalones y también
se los quitó, quedándose tan solo con sus calzoncillos en la habitación junto a
WooYoung.
No es que no se hubieran visto antes
en calzoncillos, se habían visto muchas veces, también se habían visto desnudos
por completo en alguna que otra ocasión porque llevaban muchos años
conociéndose, pero aquella situación era una en la que nunca antes habían
estado, así que era extraño. Por eso, YeoSang no pudo evitar soltar una sonrisilla
nerviosa mientras se acercaba a WooYong, que se había tumbado en la cama boca
arriba y había cerrado sus ojos, con la camisa abierta y arrugándose a su
espalda y como si estuviera esperando a que todo pasara rápido.
—No te rías —murmuró el chico.
YeoSang se tapó la boca con las manos para no
hacer ruido, pero no pudo evitar que aquella sonrisa siguiera apareciendo en
sus labios. Al llegar junto a la cama se detuvo e inspiró profundamente. Todavía
no se había acostado con nadie y solo sabía del sexo a través de lo que los
demás le habían comentado, del porno que había visto en internet y de alguno de
los libros eróticos que su hermana mayor escondía… pero aquello no iba a ser
sexo, simplemente se iba a frotar contra WooYoung, no era algo tampoco
demasiado complicado. Ya se había masturbado incontables veces antes en su
vida, no iba a haber demasiada diferencia solo por hacerlo junto a uno de sus
amigos, YeoSang sabía que algunos de sus amigos habían visto pelis porno juntos
y se habían masturbado delante del otro sin ningún problema —además, también habían
hecho aquello que ellos estaban por hacer y nada había pasado—.
—Allá vamos… —suspiró, más para sí mismo que
para que WooYoung lo oyera.
El chico se subió a la cama en la que su amigo
se encontraba y luego gateó para colocarse justo encima de él, antes de
tumbarse directamente contra él, escondiendo su rostro en el hueco del hombro
de WooYoung mientras sentía la piel del pecho del menor contra el suyo, sus
piernas y, sobre todo, siendo plenamente consciente del miembro del otro
incluso a través de la tela. Era raro. Nunca había sentido nada así antes, un miembro
contra el suyo… aunque ambos estuvieran completamente flácidos, era extraño.
Sin embargo, antes de pensarlo mucho, antes de echarse atrás porque su mente no
lo dejara tranquilo, YeoSang comenzó a moverse, a rozar sus caderas contra las
de WooYoung una y otra vez, apretando sus dientes fuertemente y hundiendo los
dedos de sus pies en el colchón y los de sus manos en los hombros del menor
para darse impulso.
Los primeros momentos raros quedaron opacados
poco a poco entre los sonidos de los muelles del colchón con el movimiento
sobre él y las pequeñas sensaciones que poco a poco iban aumentando, de la
misma forma que aumentaba el tamaño de sus miembros dentro de sus calzoncillos.
YeoSang había dejado de sudar por los nervios y
había comenzado a hacerlo por el esfuerzo, por el calor que poco a poco se
estaba instalando en la habitación a pesar de que las aspas del ventilador
seguían girando y girando. Rozando la piel de su torso contra la de WooYoung,
rozando sus entrepiernas, ahogando los jadeos por el esfuerzo, había empezado a
sudar mucho más de lo que había sudado hasta el momento y también notaba cómo
el cuerpo del menor igualmente sudaba, porque sus dedos se resbalaban de sus
hombros haciendo que tuviera que agarrarse mucho más fuertemente a ellos,
hundiéndolos en su carne, aunque tratando de no hacerle daño.
En algún momento, sus movimientos se volvieron
completamente automáticos, sus caderas se frotaban contra las de WooYoung y las
de éste respondían al movimiento de la misma forma, a la vez que las
sensaciones de su cuerpo se habían mucho más profundas y se le hacía demasiado
complicado retener sus jadeos, que se querían abrir paso desde su garganta a
través de sus labios. Porque con cada roce, sus miembros se iban volviendo cada
vez más grandes, cada vez más duros, cada vez más sensibles y la mente de
YeoSang se nublaba y ya no había espacio para nada más que no fuera sentir,
sentir y sentir. Ya no podía pensar en lo raro que era estar frotándose con uno
de sus amigos, ya no podía pensar en que aquel juego se acababa en el momento
en el que alguno de los dos se encendiera por completo y su miembro se
endureciera, YeoSang solo podía pensar en que necesitaba cada vez más y más ese
contacto y no quería que se acabara hasta llegar al final.
WooYoung fue el primero que dejó escapar un
jadeo de sus labios, un jadeo que prácticamente chocó contra el oído de YeoSang
y, de alguna forma, aquel jadeo desencadenó una corriente eléctrica por todo su
cuerpo, que recorrió su espina dorsal y acabó en los dedos de sus pies. Y aquel
jadeo también desencadenó que el chico dejara de apretar fuertemente sus
dientes y algunos jadeos finalmente escaparon de sus labios sin ser capaz de
detenerlos porque aquella corriente eléctrica lo había dejado sin casi fuerzas.
Ya estaba cansado por el continuo movimiento que estaba haciendo, pero aquello había
hecho que su cuerpo realmente dejara de pertenecerle y de obedecerle, así que,
por más que trataba de moverse rápidamente contra el miembro de WooYoung, su
cuerpo lo obligaba a ir lento y aquello se estaba convirtiendo en una tortura
demasiado dolorosa.
Porque a aquellas alturas, a YeoSang ya le daba
igual el juego y lo único que deseaba era poder correrse… y por cómo WooYoung acababa
de llevar sus manos a su trasero para hacer que el contacto fuera mucho mayor y
para ayudarlo en su movimiento, el chico sabía que su amigo estaba de la misma
forma que él.
Los jadeos de uno y de otro llenaron la habitación,
opacando el sonido de los muelles del colchón y de las aspas del ventilador
casi por completo, mientras se frotaban el uno contra el otro, mientras sus
miembros completamente erectos se volvían demasiado sensibles, cada vez más y
más sensibles. YeoSang comenzó a sentir como el fuego se acumulaba poco a poco
en su interior y, en algún momento, su mente decidió volver a conectar y
alejarlo del placer, haciéndolo pensar, haciendo que se diera cuenta de que
aquello estaba yendo demasiado lejos, que una cosa era frotarse con su amigo
para hacer aquel juego y otra muy distinta hacerlo hasta correrse junto a él
porque eso implicaba muchas cosas, eso hacía que todo fuera demasiado lejos y
YeoSang no quería ir tan lejos. No debía ir tan lejos. Por ese motivo, antes de
que el fuego siguiera acumulándose en su interior, antes de que el complaciente
orgasmo llegara, antes de que realmente no pudiera contenerse más, el chico
hizo acopio de toda la fuerza que tenía en su interior para separarse de
WooYoung, levantándose de su cuerpo y alejándose hasta la otra esquina de la
cama, pegando su espalda a la pared y cerrando sus ojos.
Durante unos momentos no pudo escuchar nada, durante
unos momentos solo pudo sentir cómo el calor que su cuerpo acumulaba, el calor
que desprendía el cuerpo de WooYoung, lo comenzaban a abandonar lentamente
mientras su miembro seguía dentro de sus calzoncillos, erecto, doliendo,
clamando atención, queriendo más y más. Durante unos momentos no pasó absolutamente
nada, hasta que volvió a pasar. YeoSang escuchó cómo WooYoung se revolvía en la
cama y se acercaba a él, los muelles del colchón chirriando y el calor de su
cuerpo más próximo hasta que notó cómo los dedos del menor rozaban su mejilla y
abrió sus ojos para encontrarse con la mirada clara del chico, nublada por el
mismo deseo que él debía de mostrar en sus ojos.
—¿Por qué has parado? ¿Qué pasa? —le preguntó.
YeoSang tomó aire. Quería responderle que era
por el juego, que ambos ya estaban duros y que no debían de seguir adelante
aunque lo que más quisieran fuera correrse porque el juego ya había acabado y,
aunque no habían podido verificar quién había sido el que se había calentado
antes, todo había terminado… pero YeoSang no pudo responderle aquello, tuvo que
responderle con la verdad, con lo que realmente le preocupaba y con lo que
había hecho que se alejara de él de aquella forma, cuando ambos estaban cerca
de alcanzar el tan ansiado clímax después de todo el placer.
—Si seguimos no sé qué va a pasar… —murmuró—. No
es lo mismo…
—No tiene que pasar absolutamente nada —respondió
WooYoung—. Solo va a pasar lo que tú quieras que pase.
—Implica mucho más…
—No implica nada más…
YeoSang miró a los ojos a WooYoung y pudo ver
que ni él mismo se estaba creyendo sus respuestas, que estaba movido por el
deseo, por las ansias de alcanzar el orgasmo junto a él. Sus amigos les habían
contado que después de que alguno de los dos se pusiera duro simplemente se
habían alejado el uno del otro y se habían masturbado lejos del otro hasta
correrse, pero YeoSang sentía la imperiosa necesidad de alcanzar el clímax y de
no hacerlo solo. WooYoung estaba a tan solo unos centímetros de su cuerpo y lo
único que el chico deseaba era pegarse a su cuerpo y seguir frotándose contra
él porque estaba completamente seguro de que solo no iba a volver a tener
aquellas mismas sensaciones y deseaba seguir teniéndolas.
—No te creo… —susurró finalmente.
—Pero lo necesitas de la misma forma que yo —replicó
WooYoung.
Y YeoSang no supo qué contestarle porque era
completamente real que lo necesitaba, era demasiado real que lo único que
deseaba era pegarse a su cuerpo para poder seguir con aquello, para poder
seguir experimentando aquel placer, para poder llegar hasta el final, sin
pensar, sin darle vueltas a nada, simplemente sintiendo. No podía negar que lo
quería, que necesitaba aquello de la misma forma que lo necesitaba WooYoung.
Por ese motivo, cuando el chico se acercó a él más, se pegó a su cuerpo de
nuevo y comenzó a frotar sus entrepiernas la una contra la otra, no pudo
quejarse, no pudo decir que no, porque lo quería.
Sin embargo, después de aquella pausa, el rozar
de sus miembros con la tela de sus calzoncillos no era suficiente ya, ya no
sentía tantísimo como antes, ya no era igual, necesitaba mucho más. Pero antes
de que pudiera decir nada más, antes de que pudiera contarle a WooYoung éste
pareció sentir lo mismo que él, porque rápidamente introdujo su mano derecha
entre ellos y sacó sus miembros de sus calzoncillos para comenzar a frotarlos
juntos, piel con piel. YeoSang no pudo evitar que un pequeño gemido escapara de
sus labios porque aquello era demasiado, el miembro caliente de WooYoung contra
el suyo sin absolutamente nada que los separara, su mano envolviéndolos ambos y
jugando con ellos, sus fluidos mezclándose cada vez que las sensibles
extremidades se rozaban la una con la otra. YeoSang sentía que su cuerpo dejaba
de pertenecerle realmente y no se podía concentrar en nada más que en el placer
que estaba sintiendo en aquellos instantes.
La mano de WooYoung, firmemente sujetando sus
miembros en ella, no tuvo que realizar demasiado esfuerzo para que finalmente
YeoSang acabara sucumbiendo al fuego que se había desatado en su interior, alcanzando
finalmente el orgasmo y corriéndose entre ellos. Con su mente y sus ojos
nublados por el éxtasis del tan ansiado clímax, el chico solo pudo sentir
levemente cómo el menor movió su mano todavía un poco más para acabar
corriéndose también junto a él.
Durante unos momentos en la habitación lo único
que se pudo escuchar fueron sus respiraciones algo agitadas y YeoSang no se
atrevió a abrir sus ojos hasta que las tremendas sensaciones del orgasmo no
comenzaron a remitir, encontrándose al hacerlo con el rostro de WooYoung a
escasos centímetros del suyo, observándolo con una mirada cálida y una sonrisa
encantadora. Por alguna razón, su corazón comenzó a mal funcionar en ese
momento y su latido se hizo errático de repente; pero trató de calmarlo porque
nada debía de cambiar entre ellos, nada podía cambiar… aunque todo aquello
hubiera pasado entre los dos.
Notas finales:
—Jé.
Llevaba como milenios sin escribir nada, literalmente como dos semanas sin ser
capaz de hacer una línea, así que, escribir esta historia en una tarde me sacó
de un gran bloqueo y no sé ni como, pero me encanta todo y si habéis llegado
hasta aquí, a vosotros también ê.ê.
—¡Felicidades ATINY por nuestros 100 días existiendo!
—¡Felicidades ATINY por nuestros 100 días existiendo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario