Título:
Touch
Autora:
Riz Aino
Pareja: JunChan
(Jun + Chan) (UNB – U-KISS + A.C.E)
Clasificación:
PG–13
Géneros:
AU, romance, fluff, humor
Número de palabras:
925 palabras
Resumen:
a JunYoung le encanta tocar, tocar y tocar
a YuChan.
Notas: drabble
escrito para Diana, que me lo pidió para la colección.
Comentario de autora:
tenía muchísimas ganas de escribir de UNB, pero con todos los proyectos que
llevaba en marcha al final lo iba dejando y dejando, así que estoy super feliz
de que me pidieran algo sobre estos dos niños bonitos que son de mis favs
además. Espero que os guste.
Touch
A JunYoung le encanta tocar, tocar y
tocar a YuChan. No es algo a lo que
pueda ponerle ningún tipo de remedio porque cuando intenta estar un poco de
tiempo sin tocarlo de ninguna forma, se siente completamente ansioso y no se
calma hasta que no toca de alguna manera al otro chico. Tan solo un roce, una
caricia, hacen que el corazón de JunYoung deje de sentirse tan ansioso por no
poder tocar a YuChan; es por ese motivo por el cual, mientras están sentados en
el metro, dirigiéndose al lugar en el que han quedado con sus amigos, JunYoung
se dedica a rozar con la yema de sus dedos la piel del muslo que ve de su chico
a través de los rotos de los pantalones vaqueros. Le fascina la suavidad de la
piel de YuChan y le fascina poder tocarlo de aquella forma aun cuando están en
público, porque en público generalmente trata de contener el resto de sus
impulsos.
—Deja el dedito —murmura YuChan, en tono de
advertencia—. Vas a romperme los pantalones como sigas así.
—Ya están rotos —replica JunYoung, sonriéndole.
YuChan bufa, pero no dice nada más,
solo mira su teléfono como si fuera la cosa más interesante del universo.
JunYoung no puede evitar que su sonrisa se amplíe y sigue metiendo sus dedos
por entre uno de los rotos del vaquero y sigue rozando la piel de YuChan porque
tenerlo al lado, tan cerca y no poder tocarlo es algo que no puede concebir.
Puede que la señora que hay enfrente lo esté mirando mal, pero JunYoung está
demasiado acostumbrado a que las señoras lo miren mal por todo lo que hace, así
que, aquella señora no va a impedir que siga tocando a su novio de aquella
forma completamente inocente y que no hace daño a nadie.
A medida que las paradas del metro
van avanzando y el vagón se va llenando de más y más gente, todos metidos en
sus propios mundos y sin prestar atención a lo que les rodea, JunYoung se va
haciendo más y más atrevido en su roce de la piel visible de YuChan, tocando,
tocando y tocando su muslo, llevando
sus dedos más allá, donde ya no son visibles desde el exterior, por debajo de
la tela del pantalón y más cerca de la entrepierna de su novio, quien le dedica
una mirada de advertencia para que se detenga en aquella exploración, una
mirada a la que le sigue un siseo y un siseo al que le sigue un manotazo.
—Quieto —le dice—, o voy a tener que reportarte
por pervertido.
—¿Le harías eso a tu propio novio? —cuestiona
JunYoung.
—Le haría muchísimas cosas —replica YuChan, con
una sonrisa pícara—, pero ninguna de ellas en público, así que, deja de sobarme
un rato… al menos hasta que lleguemos a casa de HanSol.
—¿Y si no quiero? —pregunta él, juguetón.
—Pruébame.
Un brillo salvaje aparece en la
mirada de su novio y JunYoung quiere probarlo, quiere saber qué es lo que le
hará si va un poco más allá. Quizás no es lo más inteligente de hacer, pero
quiere hacerlo. Por eso, el chico introduce su mano por debajo de la tela del
pantalón de YuChan a través de uno de los agujeros de éste y toca su muslo hasta
casi rozar con la punta de sus largos dedos la entrepierna del otro. Sin
embargo, antes de poder llegar a tocar nada más, YuChan cruza sus piernas
rápidamente y deja su mano atrapada entre sus muslos, haciendo fuerza. JunYoung
aprieta su mandíbula para no gritar en mitad del vagón del metro y le dedica
una mirada desesperada a su novio para que lo deje libre.
—Te lo advertí —replica YuChan.
—Eres una mala persiana… —murmura JunYoung,
tratando de aguantar el dolor, apretando esta vez fuertemente sus ojos, pero el
dolor no remite y al final tiene que rendirse ante su novio—. Vale, vale. Tú
ganas, déjame libre y no voy a volver q tocarte hasta que no lleguemos a casa
de HanSol.
—¿De verdad?
—De verdad.
YuChan lo mira como si no se lo
creyera, pero poco a poco va disminuyendo la presión que hacen sus muslos hasta
que JunYoung puede sacar su mano de dentro de su pantalón. En cuanto la tiene
fuera, el chico la mira con cara de pena porque está colorada y le duele un
poco, así que luego se gira hacia YuChan para mirarlo con reproche, pero éste
simplemente le dedica una sonrisa encantadora antes de echar la cabeza sobre su
hombro y hacer de aquella forma que JunYoung se olvide de absolutamente todo y
que se contenga así de tocar, tocar y tocar
a YuChan, porque en cuento lleguen junto a sus amigos, a un lugar en el que a
nadie le importa que estén todo el rato tocándose, no se va a despegar ni un
solo segundo de él.
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