Título: Wizardess Heart
Autora: Riz Aino
Pareja:
2Ri
(Jang GyuRi + Jo YuRi) (PRODUCE 48 – Fromis_9 + IZ*ONE)
Clasificación: PG
Géneros: AU, high school, fantasy, magic, drama,
fluff
Número
de palabras:
1.016 palabras
Resumen: YuRi siempre había pensado que el
instituto privado que se encontraba al otro lado del río era extraño… pero
nunca se había imaginado cuán extraño era en realidad.
Notas: historia escrita para Alice, que ganó
uno de mis juegos de twitter.
Comentario
de autora:
no sabía qué hacer para esta historia y le estuve dando muchas vueltas, hasta
que releí la conversación que tuvimos para ver qué clase de fic querías y vi
que pusiste algo sobre escuelas mágicas, entonces lo tuve claro. Espero que os
guste.
Wizardess Heart
YuRi
siempre había pensado que el instituto privado que se encontraba al otro lado
del río era extraño… pero nunca se había imaginado cuán extraño era en realidad.
Curiosa,
porque siempre había sido una chica muy curiosa, se había adentrado en el mayor
viaje de su vida en mitad de la noche, utilizando para alumbrarse simplemente
la linterna de su teléfono móvil. YuRi había salido de la habitación que
compartía con GoEun, tratando de no hacer ruido para no despertarla, después
había recorrido los pasillos del edificio en el que se encontraban los
dormitorios de aquel instituto privado y, tras burlar la seguridad del señor
Lee, que se había quedado dormido en su garita, la chica había sido capaz de
salir de los terrenos del instituto en el que se pasaba nueve meses al año sin
problema alguno. Atravesar la llanura que había hasta llegar al río fue pan
comido y cruzar el río por el puente que unía ambas orillas tampoco le fue
difícil, lo único que se le presentó como un problema más complicado de
resolver, fue escalar la pared del muro que separaba los terrenos del instituto
que estaba tratando de allanar, porque era bastante bajita, pero aun así
encontró un lugar al que pudo encaramarse para poder saltar al interior.
YuRi
había pensado hacer aquella expedición desde el primer año que estuvo en su
instituto, porque en el de enfrente siempre se escuchaban ruidos extraños y se
veían columnas de humo de distintos colores de vez en cuando, algo que no era
muy normal; pero la chica no se había atrevido hasta su tercer año, cuando
había memorizado todas las cosas que debía hacer para no ser captada por las
cámaras de seguridad del colegio y que no le cayera una buena regañina por
haberse escapado. Sin embargo, aunque se había memorizado todas las cosas de su
instituto, aquel al que había entrado era todavía un gran misterio para ella,
un misterio que estaba a punto de resolver.
Apenas
había cruzado los terrenos de aquel instituto y estaba bordeando el primero de
los edificios, fijándose bien en todas partes por si había cámaras, cuando vio
a una chica de pelo largo y color azabache, ataviada con un uniforme de colores
vivos, sentada en el suelo, con un libro enorme entre sus piernas y un palo en
una de sus manos del que salían chispas de colorines, iluminando el rostro de
la chica, en el que había una sonrisa encantadora. Las chispas de colorines
cambiaron de tamaño y de color varias veces hasta que, con un pequeño movimiento
de su mano, éstas desaparecieron y, al lado de la muchacha, apareció de la nada
un perro blanco y enorme.
YuRi
no pudo evitar gritar, llamando la atención de la chica, que levantó su cabeza
del libro y la miró fijamente a los ojos, mostrando unos ojos morados que no
eran normales.
—¿Quién eres? —le preguntó la chica, levantándose del suelo—.
¿Qué haces aquí?
YuRi
trató de hacer que sus piernas se movieran, trató de salir corriendo, pero por
alguna extraña razón, sus pies no le respondían y no pudo moverse ni un
milímetro. En un instante, la otra chica había salvado la distancia que las
separaba y se había colocado frente a ella, observándola con sus ojos morados
brillando en la oscuridad, exigiéndole una respuesta que YuRi no quería darle,
pero que, por alguna razón acabó dándole.
—Soy YuRi —se presentó—. Vengo del instituto del otro lado
del río porque quería ver cómo era este.
—¿Cómo has tras pasado las barreras anti seres no-mágicos? —le
cuestionó la otra chica—. ¿Cómo puedes ver siquiera este lugar?
YuRi
se sintió demasiado nerviosa por todas aquellas preguntas a las que no tenía
respuesta y tuvo muchísimas ganas de llorar. Su cuerpo temblaba violentamente,
además.
—No lo sé —respondió—. De verdad que no lo sé.
Durante
unos momentos, la otra chica la miró fijamente, como si estuviera tratando de
determinar si estaba mintiendo o no. En ese instante, YuRi trató de moverse de
nuevo, queriendo escapar de aquel escrutinio, dándose cuenta de que sus piernas
por fin le respondían, así que echó a correr como si la vida le fuera en ello,
sin mirar atrás y sin querer saber nada más de aquel lugar. Escaló la pared y
después hizo el camino a la inversa, sin detenerse ni un segundo hasta que
llegó a su habitación, cerró la puerta y se dejó caer en la cama de GoEun,
abrazándose al cuerpo de su compañera de habitación como si éste fuera su
salvavidas, con el corazón latiéndole fuertemente dentro de su pecho por el
miedo y la carrera.
YuRi
no tenía ninguna intención de volver a aquel lugar extraño, no quería volver a
saber de él, ni verlo, ni pensar en lo que había sucedido esa noche… pero lo
que no sabía era que aquella noche había desencadenado una serie de
acontecimientos que no iba a poder controlar, siendo uno de aquellos
acontecimientos haber llamado la atención del corazón de una hechicera llamada
GyuRi.
Notas
finales:
—La verdad es que esto da para algo bastante largo, pero no
quería entretenerme demasiado porque si no se me iba a hacer muy kilométrico;
sin embargo, tengo esta idea apuntada para desarrollarla en un futuro (aunque
ya no sé si con estas protagonistas u otras).
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