Título: Hundred million
stars
Autora: Riz Aino
Pareja:
IlWoo (TaeIl + JungWoo) (NCT)
Clasificación:
PG
Géneros:
AU, fluff, romance
Número de palabras:
1.239 palabras
Resumen:
en su primera cita, TaeIl decide llevar a JungWoo al planetario.
Notas: historia
escrita para Alice, que es una persona encantadora que me ha querido ayudar a
sacar un poco adelante este enorme proyecto.
Comentario de autora:
como querías alfo soft y uwu y como ellos son lo más soft y uwu del mundo, esta
es la maravillosa idea que he tenido para hacer algo que fuera soft y uwu… y he
dicho muchas veces soft y uwu pero me da igual (?). Espero que os guste.
Hundred
million stars
Aquella es su primera cita desde que
oficialmente comenzaran a salir y TaeIl está nervioso porque necesita que
absolutamente todo salga bien y que JungWoo se sienta feliz después de su
encuentro. Es por eso que ha buscado qué puede hacer para que la cita sea
maravillosa y para que el chico la recordara toda la vida con una sonrisa en su
rostro hasta la saciedad y que les ha preguntado a todos y cada uno de los
amigos de JungWoo cosas que él no sabía para encontrar el lugar perfecto y que
todo fuera perfecto, hasta que lo encontró y TaeIl se sintió muy orgulloso en el
momento por haberlo encontrado por fin. Sin embargo, ahora está nervioso, ahora
que está esperando a JungWoo en el lugar en el que han quedado antes de dar un
paseo hasta el sitio exacto de la cita.
Esta nervioso porque es su primera cita con el
chico que tantísimo tiempo le ha costado conquistar y está nervioso porque
quiere que lo que ha preparado sea lo mejor y no quiere que nada salga mal. No
quiere estropear su primera cita con JungWoo por nada del mundo.
Cuando JungWoo llega al lugar de encuentro, ambos
se dedican unas sonrisas tímidas y se saludan sin mucha parafernalia porque
están en público, hay demasiadas personas a su alrededor y TaeIl sabe que al
chico no le gusta llamar la atención. Por eso mismo, caminan también al lado el
uno del otro y se rozan las manos al andar, pero ninguno de los dos hace el
amago de coger la del otro, solo cuando tengan más confianza pueden intentar
aquello.
—¿Dónde vamos? —le pregunta JungWoo, después de
unos momentos caminando, mirándolo con aquellos ojos brillantes y llenos de
curiosidad que hacen que el corazón de TaeIl siempre se salte un latido.
—Es un secreto —responde, guiñándole un ojo,
tratando de mantener el misterio hasta que el edificio al que van sea demasiado
visible y no pueda esconderlo más.
—Hyung~
JungWoo medio protesta porque no le cuenta lo
que van a hacer, pero sus mejillas se tiñen por completo de rojo con el guiño
que le ha dedicado TaeIl y poco después agacha su cabeza, avergonzado. El
corazón de TaeIl, que se ha detenido solo un segundo atrás, ahora late con
muchísima más fuerza de lo que acostumbra ante todo aquel despliegue de
adorabilidad y siente deseos de darle un beso a JungWoo, pero se aguanta las
ganas porque no es el momento ni el lugar. Después de aquello, ambos siguen
caminando el uno junto al otro hasta que finalmente llegan a su destino y TaeIl
se detiene justo delante de la puerta de entrada del planetario.
—Aquí es —le indica al menor y el rostro del
chico se ilumina por completo.
—¿En serio? —le cuestiona.
—Totalmente en serio —responde y la preciosa
sonrisa que JungWoo le está dedicando se hace muchísimo más amplia y
encantadora.
—Eres el mejor, hyung, me encanta —murmura, completamente emocionado.
TaeIl no puede evitar sonreír también porque a
JungWoo le ha gustado la cita que ha ideado y está feliz y eso es lo único que
el mayor pretendía, por eso había buscado hasta la saciedad qué era lo que le
podría hacer más ilusión y la idea de ir al planetario era la que más le
entusiasmaba al chico que está delante de él en aquellos momentos, por eso
TaeIl había comprado sus entradas para ir al lugar a observar las estrellas,
aunque fuera solo a través de un vídeo —en otra ocasión, se aseguraría de
planear un viaje a algún lugar de Corea en el que se pudieran ver bien las
estrellas reales que se encontraban en el cielo sobre sus cabezas—.
—¿Vamos, hyung?
—le pregunta el chico, emocionado.
—Vamos.
TaeIl enseña sus entradas en el control de
acceso al edificio y después ambos vagabundean por las distintas exposiciones
sobre el universo y las estrellas que se encuentran por el lugar haciendo
tiempo antes de que empiece la sesión del planetario para la que el mayor ha
comprado las entradas. El lugar está lleno de secretos del universo que TaeIl
no conoce y que debería admirar, pero se pasa el rato observando a JungWoo
porque para él es mucho más precioso que el universo y, las sonrisas que el
chico le dedica, emocionadas, ilusionadas, cada vez que ve algo que le gusta,
hacen que TaeIl se sienta la persona más afortunada del universo por ser a
quien le son dedicadas esas sonrisas tan preciosas.
El rato se les pasa volando y, antes de que se
den cuenta, ya es la hora de entrar al planetario. Ambos se sientan en unas
butacas desde las cuales se pueden ver decentemente todos los rincones de la
cúpula bajo la que se encuentran para poder verlo todo cuando el vídeo
comience. TaeIl puede ver cómo JungWoo está emocionado a su lado y, cuando
apagan las luces y una voz por megafonía comienza a hablar sobre los secretos
del universo que les van a descubrir en breves instantes, toma su mano entre la
suya en el brazo del sillón, aprovechando la oscuridad. JungWoo da un respingo
a su lado, pero unos segundos después aprieta su mano fuertemente y TaeIl
vuelve a sentirse la persona más afortunada del universo.
Sobre sus cabezas comienzan a aparecer pequeñas
luces, estrellas den firmamento que se acercan y se alejan y bailan al ritmo de
una suave música que los envuelve y que hace que sus sentidos se expandan por
el universo, mientras una voz calmada y firme va hablando sobre aquello que
están viendo, explicándolo. TaeIl está completamente encantado con la magia de
aquel lugar, con la oscuridad, con los puntos luminosos sobre sus cabezas y,
sobre todo, con la expresión extasiada que JungWoo tiene en su rostro mientras
ve todo aquello. Es demasiado precioso para que su corazón pueda soportarlo,
así que, casi sin darse cuenta de lo que hace, TaeIl se inclina un poco sobre
el menor y deja un beso en su mejilla. El chico se aleja y, por un segundo,
tiene miedo de que la expresión en el rostro de JungWoo haya cambiado por aquel
beso, pero no lo ha hecho, sigue teniendo aquella sonrisa preciosa en él cuando
lo mira y se acerca a él para susurrarle.
—Mira las estrellas, hyung —le dice, rozando con sus labios su oído, antes de dejar un
pequeño beso contra su mejilla también antes de volver a dirigir su vista hacia
el espectáculo sobre sus cabezas.
Y TaeIl, bajo cientos de miles de estrellas, se
siente de nuevo el más afortunado del universo y desea con toda su alma que
aquella primera cita sea también para JungWoo una igual de especial.
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