Chapter
6
HyunJin sabía que a
SeungMin le pasaba algo con él porque estaba raro. Estaba demasiado raro y no
le gustaba ni un pelo que estuviera así. Suponía, por otras cosas que habían
pasado anteriormente en el tiempo que llevaban saliendo, que la culpa del por
qué el chico se comportaba así, la tenía él. ¿El motivo? Eso era ya algo más
complicado de averiguar. HyunJin nunca había sido demasiado espabilado para
pillar ese tipo de cosas, así que le había tratado de preguntar a su novio qué
era lo que había hecho mal para poder solucionarlo y estar bien de nuevo porque
odiaba muchísimo no estar bien con SeungMin, no verlo sonreír y no poder
acercarse a él a menos de tres metros. Sin embargo, aunque le había preguntado,
éste lo único que había hecho era encogerse de hombros y soltarle un “tú sabrás”
antes de irse junto a JeongIn para tratar de darle un abrazo por sorpresa.
Aquella
respuesta lo había dejado pensando. Pensando en qué era lo que había hecho mal antes
de que SeungMin se volviera de aquella forma con él. Le dio vueltas una y otra
vez durante el entrenamiento de aquella mañana y no dio pie con bola por ello,
pero a HyunJin poco le importaba el béisbol, le importaba muchísimo más SeungMin
y lo que a éste le pudiera pasar.
Por
no prestar atención a nada más que a lo que sucedía en su cabeza, HyunJin se
llevó varios gritos del profesor, que aquel día había decidido ir a ver cómo se
les daba el entrenamiento, y de JiSung, pidiéndole que se concentrara y que
hiciera las cosas bien. HyunJin odiaba que JiSung le gritara, lo odiaba con
todas sus fuerzas porque le recordaba a aquel tiempo en el que no habían sido
amigos, aquel tiempo en el que habían sido enemigos porque el béisbol era lo
único para ambos y encima los dos compartían posición en el equipo y luchaban
por tener más minutos que el otro. En aquel tiempo se habían gritado, se habían
peleado, se habían echado miles de cosas en cara y se habían soltado incluso
puñetazos, pero ahora todo había cambiado y eran buenos amigos… no obstante,
seguía odiando que JiSung le gritara porque le recordaba a aquella mala época
que no quería volver a recordar.
Cuando
acabó el entrenamiento, simplemente se quedó sentado en el banquillo, no fue
con los demás a los vestuarios para adecentarse un poco y luego ir al comedor
porque la hora de la comida se acercaba. Se quedó allí, pensando. Pensando en
que debería de haberlo hecho mejor, en que debería hacer que SeungMin se
sintiera feliz a su lado en vez de triste; pensando en que quizás en el
entrenamiento de la tarde tendría que hacerlo algo mejor para que JiSung no se
volviera a enfadar con él, porque las ardillas cabreadas no le gustaban para nada.
—HyunJin
—dijo la voz de una chica a su lado y él inmediatamente alzó la cabeza,
encontrándose a una de las niñas de la clase de al lado, una de las que había
ido al campamento con el equipo de vóley junto a ellos—. ¿Estás bien? —le
preguntó—. Hoy hemos salido un poco antes del entrenamiento y nos hemos
acercado a veros y… parecía que estabas mal…
HyunJin
le esbozó una pequeña sonrisa cálida a la chica. No sabía cómo se llamaba, pero
le había agradado que ella se acercara para preguntarle cómo se encontraba.
Quizás cuando se la cruzara por los pasillos de vuelta al instituto miraría la
placa de su nombre para saberlo, en aquel momento, simplemente le agradeció el
gesto.
—Estoy
bien —le dijo—, solo preocupado por algunas cosas. Nada demasiado grave —HyunJin
le dedicó otra sonrisa y vio cómo la chica se sonrojaba por completo—. Gracias por
preocuparte.
Ella
le devolvió la sonrisa de forma tímida y después salió corriendo del lugar,
uniéndose a sus amigas que la esperaban fuera del recinto y todas comenzaron a
reír y a hacer ruiditos de forma escandalosa. HyunJin no pudo evitar pensar que
las chicas eran muy tontas. Suspiró y después se levantó y se giró hacia el
vestuario, para emprender su camino hacia él; sin embargo, antes de haber dado
siquiera un paso, se dio cuenta de que SeungMin no se encontraba muy lejos, mirándolo
con enfado.
Algo
hizo clic en su cabeza. Ya sabía el motivo por el cuál SeungMin se había
enfadado de aquella forma con él. Los tiempos cuadraban.
Había
estado en el lago, había ido junto con JeongIn y DaeHwi allí para poder
disfrutar un rato del agua y jugar con ellos; sin embargo, los chicos se habían
alejado de él y habían jugado juntos sin tenerlo en cuenta para nada y él se
había quedado solo… aunque no por mucho tiempo, porque algunas de las chicas
del equipo de vóley y algunas chicas que ni siquiera conocía se le habían
acercado y habían comenzado a hablarle de mil cosas. Él simplemente había
respondido con sonrisas y había deseado que alguien lo sacara de allí lo más
rápido posible. Al final, los mismos que lo habían abandonado habían acudido a
su rescate y todo había acabado… o eso había creído. SeungMin tenía que haberlo
visto hablando con las chicas y se debía de haber enfadado de la misma forma
que lo acababa de hacer.
Celos.
SeungMin estaba celoso de verlo rodeado de chicas, pero no tenía por qué tener
celos. HyunJin solo tenía ojos para él. Debía de saberlo. Debía de saber que la
única persona a la que quería tanto que su corazón palpitaba rápidamente dentro
de su pecho cada vez que estaban juntos era él.
HyunJin
exhaló un pequeño suspiro y después comenzó a caminar en dirección a SeungMin
para decirle todo aquello y para darle el beso de su vida y así demostrarle lo
muchísimo que le importaba, también para disculparse por no darse cuenta antes
de lo que le pasaba y no haberlo podido solucionar antes y prometerle que no le
iba a sonreír nunca más a las chicas… no obstante, solo pudo dar un par de
pasos porque SeungMin echó a correr, alejándose de él.
—Maldita
sea —murmuró, echando a correr tras él.
Después
del entrenamiento, ponerse a correr cuando el sol estaba alto en el cielo y
estaban cansados no era la mejor idea del mundo, pero tenía que alcanzar a
SeungMin para explicárselo todo, así que, no le importó nada y solo lo siguió
por todo el campamento, esquivando a las personas que se cruzaban en su camino,
acortando cada vez más la distancia entre ellos, pero sin llegar a cogerlo. HyunJin
sentía que las piernas le pesaban como si estuvieran hechas de cemento y lo anclaban
a la tierra, pero no se iba a detener hasta no pillar al chico, no lo haría. Con
aquello en mente, dio un sprint final que le valió para coger a su novio de la
camiseta antes de que éste se adentrara entre la multitud que se encontraba en
el lago y se perdiera de su vista.
—SeungMin
—le dijo—. Lo siento muchísimo. Siento no haberme dado cuenta antes de qué era
lo que había hecho para que estuvieras enfadado conmigo.
El
chico, al principio tironeó para soltarse de su agarre, pero HyunJin no se lo
puso fácil y, finalmente, dejó de moverse y se giró hacia él, dispuesto a
decirle algo. Pero HyunJin no quería que hablara en ese momento, tenía
muchísimas cosas que decirle y no se las iba a callar por más tiempo. Le daba
igual que estuvieran en mitad de una multitud y que ésta los mirara con caras
raras, le daba igual montar el espectáculo si con aquello conseguía decirle todo
lo que sentía a SeungMin y se disculpaba con él.
—Te
quiero —le soltó—. Eres la persona más importante para mí y lo más bonito de mi
vida, no sé qué haría sin ti… por favor, no quiero que estés enfadado conmigo
más, me alejaré todo lo que pueda de las chicas y nunca más les sonreiré para
que no te sientas mal, te lo juro.
SeungMin
pareció sorprenderse muchísimo por aquello porque se quedó con la boca abierta
y con los ojos también más abiertos de lo normal. HyunJin sabía que no decía
aquellas cosas con mucha frecuencia, que no le había dicho nunca antes que lo
quería, solo que le gustaba, pero creía que había quedado claro por cómo se
comportaba con él. No se comportaba con ninguna otra persona de la misma forma
que lo hacía con SeungMin. Solo lo quería a él con toda su alma, a nadie más, y
aquel era el momento idóneo para dejárselo claro.
Aprovechando
que el chico no parecía salir de su sorpresa, HyunJin se acercó a él todo lo
que pudo y después le pasó un brazo por la cintura, dejando su mano sobre su
cadera, apretando su cuerpo contra el suyo, mientras que con la otra mano libre
tomó su rostro. Lo miró a los ojos durante unos segundos y volvió a susurrarle “te
quiero”, antes de inclinarse sobre él para besar sus labios de forma dulce y
lenta, tratando de aquella forma volcar en el beso todos sus sentimientos.
SeungMin no le respondió al beso los primeros instantes, pero después movió sus
labios contra los suyos hasta que se separaron unos momentos después. Los ojos
de su novio brillaban emocionados y HyunJin le dedicó una sonrisa, una de
aquellas sonrisas que solo le dedicaba a él.
—Siento
haberme enfadado —murmuró el chico—. Creo que no he sido nada razonable.
—No
importa —respondió HyunJin—, porque te quiero —aquello le arrancó una preciosa
sonrisa a SeungMin.
—Yo
también te quiero —susurró—, pero podías haber hecho esto en un lugar un poco
más tranquilo y esas cosas… todos nos están mirando.
Después
de decir aquellas palabras, el chico se pegó al cuerpo de HyunJin y escondió su
rostro en el cuello de éste, haciéndolo reír. Todos los estaban mirando,
desconocidos y conocidos; algunos cuchicheaban y todo sobre ellos, pero a
HyunJin le daba igual porque lo había arreglado todo con SeungMin y porque
aquello haría correr la voz de que estaban juntos, así ninguna chica que lo
supiera se le acercaría más con intenciones de ligar con él.
~~
—Me
siento solísimo.
Una
voz demasiado conocida hizo que Jeno se sobresaltara porque no se había
esperado que le hablara, básicamente porque DongHyuck se había lanzado como un
peso muerto en su cama y cuando Jeno había subido hasta la suya le había
parecido que estaba profundamente dormido. Pero nunca se sabía con Lee
DongHyuck, un instante podía hacer una cosa y al instante siguiente la
contraria, siempre había sido así de imprevisible y de inconstante, no iba a
cambiar.
—Pues
no sé por qué —le respondió distraídamente, sin dejar de mirar su móvil—. No es
como si estuvieras solo en la cabaña, estoy yo aquí.
—Solísimo
—volvió a repetir, esta vez con un tono super dramático.
Jeno
chasqueó la lengua y después meneó su cabeza. No tenía ganas de gilipolleces,
simplemente quería terminar de ver las fotos que habían subido las personas que
seguía al Instagram para ir dando likes a todo lo que le gustaba; después de
hacer eso, se metería en el explora para que le salieran miles de fotos y
vídeos de gatitos, su gran pasión. Sin embargo, aunque él no tuviera ganas de
gilipolleces, DongHyuck siempre tenía ganas de ellas y a Jeno no le había dado
tiempo más que a mirar un par de fotos más cuando la cabeza de su amigo
aparecía ya por encima del colchón, asomándose.
—Te
digo que me siento solo y aquí estás tú, mirando tu móvil sin que te importe
una mierda —le dijo, poniéndose de morros.
Jeno
puso los ojos en blanco. Se le había acabado la paz y tranquilidad que se había
instalado en la cabaña cuando ChenLe y JiSung, los dos diablillos se habían ido
y DongHyuck todavía se encontraba medio muerto sobre la cama. Salió de la app y
luego bloqueó el móvil y lo dejó al lado, para después palmear el colchón,
indicándole al chico que podía sentarse a su lado. una sonrisa apareció en el
rostro del chico, que subió rápidamente hasta llegar a la cama y se sentó junto
a él, pegándosele mucho. Jeno odiaba tener que estar compartiendo la cabaña con
él por cosas como aquella —aunque no sabía si era mejor eso o el ambiente raro
que había en las otras—.
—¿Por
qué dices que te sientes solo? —le preguntó, tratando de no sonar demasiado
exasperado, aunque puede que lo sonara un poco.
—Podrías
preguntármelo con un poco más de sentimiento… no sé… —murmuró el chico, Jeno
suspiró profundamente para no darle de hostias.
—Lee
DongHyuck —le dijo—. Si va a hacerte el dramas, vete a darle la lata a otro… si
de verdad quieres contarme lo que leches te pasa, pues aquí estoy.
Después
de decirle aquello, con tono enfadado, Jeno volvió a coger su teléfono y entró
directamente a Instagram para ver gatitos y así calmarse antes de coger y darle
de hostias de verdad a su amigo. Instantáneamente se calmó. Los gatos eran como
un bálsamo para él, daba igual todo lo malo que sucediera a su alrededor, si
había un gato, a Jeno no le importaba en absoluto nada más. El chico creyó que
después de decirle aquello DongHyuck se iría resoplando de su cama, pero, al
contrario de lo que había supuesto, éste se quedó allí, sin decir nada durante
unos momentos, hasta que finalmente se enganchó a su brazo.
—Lo
siento —murmuró—. Ya sabes que soy muy dramático.
—No
hace falta que lo jures —respondió, soltando el móvil de nuevo—. Ahora dime lo
que te pasa.
DongHyuck
esbozó una enorme sonrisa en su rostro y después se alejó de él un poco, sentándose
mejor sobre el colchón con entusiasmo, preparándose para hablar. Jeno no pudo
evitar sonreír también. En el fondo, muy en el fondo, tenías que rascar como si
te metieras en el núcleo de la Tierra, DongHyuck era alguien adorable y
encantador.
—Es
que no después de los recientes acontecimientos me he dado cuenta de que ya
quedamos muy pocos solteros —comenzó—. ¡Los demás se están liando todos entre
ellos! Ya sabes que RenJun y JaeMin están todo el día enganchados el uno al
otro y HyunJin le ha metido boca a SeungMin delante de toda la gente del
camping.
—¿Qué?
—cuestionó Jeno, que no sabía nada de aquella última noticia—. ¿Cómo que le ha
metido boca?
—Pues
estaban peleados, ya sabes —le dijo—, y al parecer HyunJin ha corrido detrás de
SeungMin para hablar con él y se han declarado amor eterno en el lago con toda
la gente alrededor mientras se comían la boca.
—En
shock —murmuró Jeno, sin acabar de creérselo porque HyunJin y SeungMin eran muy
tímidos los dos en cuanto a sentimientos se trataba.
—Sí.
Y luego están Felix y JiSung, que cada día están más casados, aunque se empeñen
en decir lo contrario —continuó—. Y te juro que HyunJoon y SunWoo no se hablan
por algún lío amoroso, porque si fuera cualquier otra cosa, con lo idiotas que
son, ya se habrían juntado para hablar y que todo volviera a ir bien, ¡pero ni
se miran!
Jeno
estaba de acuerdo en que Felix y JiSung estaban casadísimos y ninguno de los
dos se había dado cuenta, aunque el resto del universo sí… pero discrepaba en
lo de SunWoo y HyunJoon. No sabía qué era lo que les podía haber pasado, pero
no tenía pinta de que fuera algo amoroso, al menos en su opinión, pero no le
iba a decir nada a DongHyuck porque sabía que, si se lo decía, este no iba a
descansar hasta llevarle pruebas de que él estaba en lo cierto. Por eso, dejó
que siguiera hablando sin interrumpirlo.
—Total,
que por eso los únicos solteros que quedamos de este grupo somos Eric, tú y yo —acabó—,
y eso no puede ser así porque tú y yo somos muy guapos y nos merecemos a
alguien mejor que a Eric.
—¿Qué
coño, DongHyuck? —cuestionó.
Pero
no le dio tiempo a decir nada más, no le dio tiempo a pedir más explicaciones,
no le dio tiempo a reaccionar porque prácticamente no había acabado aquella
frase cuando su amigo se había abalanzado sobre él y había hecho que cayera con
la espalda sobre el colchón mientras, con DongHyuck encima, muy cerca de su
rostro, cada vez más cerca, tan cerca que sus respiraciones se mezclaron, tanto
que los labios del chico chocaron contra los suyos. Jeno abrió los ojos al
máximo, completamente sorprendido. Aquello no podía estar pasando, aquello no
podía ser real. Lee DongHyuck no podía habérsele echado encima y definitivamente
no lo estaba besando, aquello tenía que ser alguna clase de sueño completamente
inverosímil que estuviera teniendo y del que iba a despertar en cualquier
momento.
Sin
embargo, los segundos pasaban y Jeno no se despertaba, los labios de DongHyuck
eran insistentes sobre los suyos, buscando una respuesta que no llegaba,
queriendo más de él, pero Jeno no se lo daba. Jeno no sabía qué estaba pasando
ni por qué, no podía reaccionar, ni para corresponder el beso ni para alejar a
DongHyuck. No sabía qué narices hacer… hasta que el chico finalmente acabó
separándose de él.
—¿Por
qué no me has devuelto el beso? —le cuestionó, como si no se pudiera creer aquello.
—¿Por
qué me has besado? —le preguntó él en respuesta.
—Estamos
los dos solteros y me niego a acabar liándome con Eric —replicó DongHyuck—,
prefiero mil veces liarme contigo.
DongHyuck
se inclinó de nuevo sobre él para tratar de besarlo, pero Jeno fue mucho más
rápido para reaccionar aquella vez y le puso las manos en la cara para alejarlo
de él antes de que volviera a hacer lo mismo de antes. Los dos forcejearon,
DongHyuck para tratar de librarse y poder hacer lo que quería y Jeno para
quitarse de encima al otro. Al final, la fuerza de Jeno acabó imponiéndose y
apartó a su amigo de sí, invirtiendo las tornas y haciendo que esta vez fuera
DongHyuck el que acabara con la espalda sobre el colchón y él encima de su
cuerpo. Jeno lo miró con furia, tratando todavía de comprender la motivación de
éste para lo que había hecho, pero sin ser capaz de hallarla. Por ese motivo,
antes de que DongHyuck pudiera decir nada más, Jeno simplemente le dio un puñetazo
en el estómago que hizo que el chico se doblara por la mitad y lanzara un
pequeño grito de dolor.
Jeno
aprovechó que éste estaba muriéndose de dolor sobre su cama para coger el móvil
del colchón y bajar de la litera, saliendo por la puerta de la cabaña y
cerrándola después de un portazo. Hacía pocos minutos había pensado que debajo
de capas y capas y capas, DongHyuck era adorable… pero retiraba lo dicho,
DongHyuck era gilipollas y Jeno no tenía ganas de saber absolutamente nada de
él en el próximo milenio, por lo menos.
Rumiando,
Jeno se alejó de la cabaña, yendo en dirección a aquella que ocupaban RenJun y
JaeMin para ir a contarles las ganas que tenía de asesinar a Lee DongHyuck por
si ellos aquella vez se unían al asesinato y planeaban algo bueno para que
nunca se pudiera encontrar el cadáver del chico. Pisando fuerte sobre el suelo
y después sobre las escaleras de la cabaña, hizo notar su llegada para que los
ocupantes tuvieran tiempo de separarse si estaban cariñosos como el día
anterior y luego llamó a la puerta con sus nudillos, dando un par de golpes llenos
de rabia acumulada que quería salir para darle la paliza de su vida a
DongHyuck. la puerta no tardó en abrirse y por ella apareció un RenJun un poco
despeinado, con las mejillas sonrosadas y los labios hinchados. A Jeno en cualquier
otro momento le habría dado cosa molestarlos mientras hacían manitas, pero no
le importó lo más mínimo hacerlo.
—Voy
a matar a Lee DongHyuck y necesito una coartada —fue lo único que tuvo que
decir para que RenJun abriera del todo la puerta de la cabaña y lo dejara pasar
al interior.
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