jueves, 29 de agosto de 2019

[Chapter 10] Love Game {Varias}


Chapter 10

            —¿Tú también crees que nos han enviado a nosotros a ver cómo ha ido la cosa entre estos dos porque somos los más softies del grupo? —le preguntó JaeMin a HyunJin mientras salían de la cabaña que compartían con sus respectivas parejas para ir hasta los vestuarios a ver si HyunJoon y SunWoo no se habían matado esa noche y todo había salido bien.
            —Yo también lo creo —le respondió el chico.


            Temprano esa mañana habían quedado todos en la habitación que ambos compartían con sus respectivas parejas y habían tenido una mini reunión para ver quiénes eran los que podían abrirles la puerta a HyunJoon y SunWoo después de la encerrona que les habían hecho la noche anterior. Había sido casi unánime que fueran ellos dos los que podían hacerlo sin salir perjudicados si es que los idiotas de sus amigos no habían arreglado absolutamente nada, de la misma forma que había sido totalmente unánime que era mejor que DongHyuck, RenJun, SeungMin y Eric se quedaran en la cabaña sin acercarse lo más mínimo a aquellos dos. JiSung había tenido también muchos votos para ir junto a ellos, pero al descubrir en ese instante que estaba cogido de la mano de Felix, lo habían hecho quedarse a dar explicaciones. JaeMin quería haberse quedado allí para escucharlo todo… pero allí estaba, yendo hacia el campo de entrenamiento de béisbol que llevaban toda la semana usando y en el que habían encerrado a sus amigos en los vestuarios para que hablaran de una puñetera vez.

            —¿Crees que habrá servido lo que hemos hecho? —cuestionó a su acompañante.

            La realidad era que JaeMin no tenía muchas esperanzas en que el plan fuera a funcionar y eso que había sido él quien había sugerido lo de que debían hacer que se enfrentaran el uno al otro en un lugar en el que no pudieran escapar, pero viendo cómo se habían comportado sus amigos a lo largo de aquella semana… no creía que se hubieran sentado a hablar de sus problemas y menos que los hubieran solucionado. El chico esperaba que cuando les abrieran la puerta HyunJoon saliera corriendo de allí, no sin antes darle una paliza a los dos, para después ir a por los demás —SunWoo probablemente les daría otra—.

            —No estoy seguro de nada —contestó HyunJin—. Me gustaría muchísimo que hubiera servido de algo y que hubieran podido solucionar el problema que han tenido, pero…
            —Pero crees que nos van a dar una paliza en cuanto les abramos la puerta —terminó JaeMin por él, haciéndolo reír.
            —Ciertamente —le dijo éste.

JaeMin también rio y ambos caminaron en silencio a través de las filas y filas de cabañas durante unos momentos. El silencio era bastante cómodo, nada pesado, aunque ellos pocas veces habían pasado el tiempo solos y juntos, siempre había habido alguien más con ellos, pero era un poco extraño a pesar de cómodo, por eso el chico se sintió un poco obligado a seguir hablando con HyunJin, para llenar aquel silencio durante la caminata.

—¿Qué crees que estarán contando JiSung y Felix? —le preguntó. HyunJin se giró hacia él, esbozando una sonrisa.
            —Me alegra que me lo preguntes —replicó—. Creo que al final se han dado cuenta de que estaban completamente locos el uno por el otro, como ya todos sabíamos aquí. No sé cómo han podido tardar tantísimo porque era más que obvio, pero bueno, al menos se han dado cuenta y eso es lo que importa.
            —Ya ves —dijo JaeMin—. Yo ya me estaba temiendo que jamás de los jamases se iban a dar cuenta y que al final íbamos a tener que hacerles lo que a estos y encerrarlos para que hablasen y se dieran amor.
            —¿Crees que si al final SunWoo y HyunJoon han arreglado las cosas se habrán liado? —cuestionó HyunJin—. Pero liarse bien, no solo besos… tú ya me entiendes —el chico movió las cejas sugerentemente y JaeMin no pudo evitar soltar una carcajada por lo que estaba éste insinuando.
            —Mira —le dijo—. Si abro esa puerta y me los encuentro desnudos te juro que dimito y me voy a un monte a meditar para tratar de olvidar esa visión.

            HyunJin soltó una carcajada, una de aquellas que hacían que su risa tuviera un tono mucho más alto de lo normal, aquellas que JaeMin sabía que SeungMin adoraba porque se le veía en la cara y se sintió algo afortunado por haberla provocado él porque hacía bastante tiempo que el chico no se reía de aquella forma con ninguno de ellos. HyunJin era un gran tipo y tenía que reírse más de esa forma en vez de pasarse todo el tiempo medio serio o whipped por su novio SeungMin.

            Hablando de todo y de nada sobre sus amigos, ambos atravesaron el campamento, dejando atrás la zona de cabañas hasta llegar al sitio en el que se encontraba el campo de béisbol. No habían caminado especialmente rápido, pero habían tardado bastante poco en llegar a aquel lugar y JaeMin tuvo un poco de miedo por lo que se iba a encontrar allí, porque no sabía si la habían liado muy parda o realmente habían solucionado algo con lo que habían hecho. Esperaba de todo corazón que aquello de verdad hubiera servido para arreglar la situación entre HyunJoon y SunWoo, pero también tenía aquel pensamiento de que todo había salido absolutamente mal y que habían metido la pata hasta el fondo y habían destruido todo lo que quedara de la amistad entre ellos dos y de todos los demás con ellos.

Atravesando el campo de entrenamiento para llegar a los vestuarios aquella pequeña ansiedad fue en aumento, pero no le dijo nada a HyunJin porque éste debía de estar sintiéndose de la misma manera que él, así que, simplemente se lo calló y siguió avanzando junto al otro hasta que acabaron frente a la puerta de los vestuarios. Con cuidado, pegó la oreja a la puerta para escuchar por si había algo raro, ruidos de alguien moribundo o gemidos o cualquier cosa, pero no escuchó absolutamente nada. JaeMin miró a su acompañante, viendo que éste se había asomado por una de las ventanas y que tenía una sonrisa en sus labios. El chico respiró tranquilo al ver aquella sonrisa. Todo tenía que haber salido a pedir de boca.

            —Ven —le dijo HyunJin, pidiéndole con la mano que se acercara sin dejar de mirar por el cristal—. Tienes que ver esto.
            —Te juro que como estén en bolas y me hagas verlos, mañana te tiro del autobús en marcha —contestó él.
            —No, no es eso —replicó el otro chico—. Qué poca fe tienes en mí.

            JaeMin estuvo a punto de replicar que “ninguna” pero se mordió la lengua y simplemente se acercó, tal y como HyunJin le había pedido, asomándose luego a la ventana y mirando a través del cristal al interior. Sus ojos tardaron unos momentos en acostumbrarse a la nueva luz, pero cuando lo hicieron, una sonrisa idéntica a la que había aparecido en el rostro de HyunJin apareció en el suyo. Sí que había salido todo bien, había salido más que bien. Porque dentro de los vestuarios, cerca de la puerta, se encontraban HyunJoon y SunWoo, enroscados el uno sobre el otro, durmiendo a pierna suelta, cogidos de las manos.

            —Deberíamos abrirles, ¿verdad? —cuestionó HyunJin.
            —Pues sí… —murmuró él—. Aunque salimos pitando para que cuando se despierten no nos vean y les den ganas de darnos una paliza.
            —Lo veo muy correcto —replicó el otro.

            Ambos se alejaron de la ventana desde la que habían observado a sus dos amigos durante unos momentos y se dirigieron a la puerta. JaeMin llevaba la llave del vestuario que le había dado JiSung aquella mañana antes de salir, que era el que la llevaba guardando toda la semana como capitán, así que la sacó de su bolsillo y la metió en la cerradura con cuidado de no hacer mucho ruido para no despertar a quienes dormían dentro. Giró la llave también despacio hasta que se escuchó un leve “clic” y después la sacó, guardándola en el bolsillo y diciéndole con la mirada a HyunJin que ya podían irse. El otro chico asintió.

            Apenas se habían dado la vuelta, no obstante, cuando escuchó cómo la puerta se abría a sus espaldas y esbozó una pequeña maldición porque los habían pillado y probablemente les iban a dar la paliza de sus vidas. Sin embargo, pasaron unos segundos y el chico no sintió que su vida estuviera amenazada porque nadie había ido a por él, así que, se giró lentamente, encontrándose a sus dos amigos —por ahora— todavía adormilados en el umbral de la puerta.

            —¿De quién fue la maldita idea de encerrarnos? —cuestionó HyunJoon—. ¿No sabéis que SunWoo y los lugares cerrados no se llevan bien?
            —Ups… —murmuró JaeMin. Aquello se le había olvidado a él y a todos los demás por completo—. Lo sentimos un mundo.
            —No pasa nada —dijo SunWoo, dedicándole una sonrisa cálida a HyunJoon—. Todo está bien, así que no pasa nada.

            JaeMin suspiró tranquilo. Ninguno de ellos se había acordado de que SunWoo le tenía miedo a absolutamente todo, aunque él siempre lo negara, incluyendo los espacios cerrados, pero se alegraba de que aún así, todo hubiera salido bien.

~~

            —JeongIn… tienes dos opciones —le dijo Eric al chico—. O te vas a dormir con DaeHwi y los demás o con ChenLe y JiSung… tú decides.

            SeungMin pudo ver la carilla de pena que les dirigió a todos el menor y tuvo ganas de ir a darle un abracito, aunque este lo rechazara y le pegara para que lo soltara. Se contuvo, obviamente, porque para los propósitos que tenían todos ellos allí, era mejor que el chico no estuviera y los demás también se contuvieron a pesar de tener todos un enorme soft spot por JeongIn. Al final, el chico simplemente resopló, diciendo después lo mucho que los odiaba a todos por hacerle aquello y salió de la habitación con su pijama de osos, en dirección a alguna de las otras cabañas en las que se encontraban sus amigos. Cuando la puerta fue cerrada tras él y sus pasos dejaron de escucharse, por fin pudo comenzar todo.

            Todo el grupo del último curso del equipo de béisbol se sentó entonces casi al unísono sobre el suelo de madera de la cabaña grande en la que habían decidido que aquella noche iban a acampar todos aprovechando que era la última noche en aquel lugar —le habían comentado sus intenciones al profesor para que cuando éste entrara allí a mitad de la noche para comprobar que estaban todos en sus camas no se asustara y éste simplemente les había dicho que mientras no metieran alcohol estaba todo bien—. Tenían muchas cosas de las que hablar que habían pasado en los últimos días en aquel campamento y que habían puesto su mundo completamente patas arriba, aunque había algunas mucho más interesantes que otras.

            Mientras todavía estaban sacando las bolsas de patatas fritas y gominolas que todavía les quedaban para ponerlas en comunidad, DongHyuck alzó la voz para preguntar algo que realmente todos se estaban muriendo por preguntar desde aquella mañana, pero no habían tenido mucho tiempo para ello porque ese último día se lo habían pasado participando en juegos estúpidos que habían organizado sus profesores junto con las chicas del equipo de vóley y ni siquiera habían tenido un poco de tiempo para reunirse todos como estaban en aquel momento para poder hablar —solo en las comidas habían estado juntos, pero en ese momento los implicados no habían querido hablar—.

            —Y bien SunWoo —era lo que había comenzado a decir DongHyuck—. ¿Desde cuando llevas enamorado de HyunJoon y por qué nos lo habías ocultado a todos con lo que nos gusta un salseo?

            SeungMin vio cómo SunWoo se atragantaba con una patata que había cogido y no pudo evitar reírse un poco porque estaba claro que iban a empezar por aquello y que el chico no se lo hubiera esperado y se hubiera atragantado era muy gracioso. HyunJoon fue rápidamente a darle algunos golpecitos en la espalda para que no se muriera con la tos y alguien le alargó una botella de agua. Salvo las ocasionales risas, el grupo se quedó en silencio para esperar a que el otro estuviera bien para que pudiera contestar a la cuestión que se le había hecho.

            —Pass —fue lo que dijo el chico, una vez se recompuso.
            —No puedes pasar de esa pregunta —replicó Eric—. Nos has tenido toda esta puñetera semana en tensión porque no os hablabais y ahora que lo habéis arreglado todo y os queréis no nos podéis hacer esto.

            SunWoo solo se encogió de hombros y HyunJoon hizo lo mismo. SeungMin miró a RenJun, a ver si a éste se le había ocurrido algo con lo que pudieran presionarlos para hablar, pero el chico también había buscado su mirada, lo que le decía que estaba tan en blanco como él.

            —Bueno, no los atosiguéis tampoco —comentó JiSung, haciendo que la atención se dirigiera hacia él—. Que anoche ya los arrinconamos lo suficiente, necesitarán un poquillo de tiempo para acostumbrarse a lo nuevo y para hablar del tema.
            —Pues ya que has hablado —dijo Jeno—. Te ha tocado a ti dar explicaciones.
            —¿Para qué hablas? —cuestionó Felix a su lado, dándole un puñetazo flojo en el brazo.
            —¿Y yo qué sé? —le replicó el chico.
            —Eso, eso —aprovechó SeungMin para meter baza—. Cuéntanos tú a ver si después se anima SunWoo y nos cuenta lo suyo.

            JiSung y Felix le dirigieron una mirada de odio absoluto, pero después JiSung suspiró profundamente y comenzó a contar qué era lo que había pasado con todo lujo de detalles. Aquella mañana los habían tratado de interrogar, pero no habían hablado mucho ya que habían dicho que querían hablarlo cuando estuvieran todos presentes, pero ya no se podían librar de ello. El chico simplemente contó que no se había dado mucha cuenta de que se comportaba de forma diferente con Felix a como lo hacía con los demás y que cuando le latía rápido el corazón estando junto a él y los demás los llamaban tortolitos había comenzado a pensar. Felix también había apuntado lo mismo, que le había pasado exactamente lo mismo y que simplemente lo habían hablado el día anterior y se habían declarado mutuamente.

            —Si es que estamos rodeados de tontos que no se dan cuenta de que están pillados —comentó RenJun—. Yo le dije a JaeMin que me gustaba y nos ahorramos todos estos dramas que tenéis todos vosotros.

            El chico los señaló a todos y SeungMin tuvo que estar de acuerdo porque para comenzar a salir con HyunJin también ellos habían sido muy, muy, muy densos y les había costado darse cuenta. Realmente eran un grupo de tontos que no se daban cuenta de que se querían los unos a los otros un montón y tenían que recibir un pequeñito empujón para percatarse de ello porque solos eran completamente incapaces. Miró a su novio con cariño y éste, como si se hubiera dado cuenta de su mirada, se giró hacia él y le dedicó una sonrisa encantadora, antes de inclinarse levemente hacia él y dejarle un beso sobre la punta de la nariz. SeungMin se tensó un poco porque las muestras de cariño en público —aunque fuera solo entre su grupo de amigos de confianza— no eran algo a lo que estuviera totalmente acostumbrado.

            —Bueno, ya que el JiLix nos ha contado lo idiotas que han sido todos estos meses —dijo Eric—. Os toca a vosotros —señaló a SunWoo y a HyunJoon—. Nos lo tenéis que contar todo con pelos y señales sí o sí.
            —¿Y por qué no LixSung? —cuestionó Felix.

            SunWoo y HyunJoon se miraron a los ojos durante unos momentos mientras Felix replicaba sobre el nombre que se les debía poner, como si estuvieran compartiendo con ellos un lenguaje que solo ellos dos entendían. La verdad es que siempre habían sido así, siempre habían estado metidos en su propio mundo al que pocos habían tenido realmente acceso y siempre habían tenido aquel lenguaje. A SeungMin no le había extrañado nada que aquello se hubiera convertido en una relación, aunque nunca habían sido tan malditamente obvios como los otros dos que habían hablado justo antes. Después de esa larga mirada, al final ambos asintieron con la cabeza y SunWoo se giró hacia ellos con algo de resignación.

            —¿Qué es lo que queréis saber? —les preguntó.
            —Todo —dijeron DongHyuck y Eric a la vez, iluminándoseles las caras al escuchar la respuesta de SunWoo.

            Y, entonces, el chico comenzó a hablar también, contando que se había pasado un tiempo enamorado hasta las trancas de HyunJoon pero que no había querido decir absolutamente nada para que no se resintiera su amistad porque era algo que no quería perder. También les contó cómo lo había besado la noche que habían estado en el bosque y todo lo que había desencadenado aquello, una historia que todos conocían a medias pero que les hizo comprender cómo había pasado todo. HyunJoon también se encargó de decir algunas cosas desde su punto de vista y lo que se le había pasado por la cabeza todo aquel tiempo que había estado huyendo de SunWoo hasta que los habían encerrado para que hablaran y que lo habían arreglado todo y estaban saliendo juntos.

            —¿Os habéis besado? —cuestionó JaeMin—. No hace falta que contéis si habéis hecho algo más, os podéis ahorrar los detalles, pero lo otro lo podéis decir.
            —Sí —dijo HyunJoon—. Nos besamos anoche unas cuantas veces.

            HyunJoon se puso totalmente colorado después de decir aquello y SunWoo también se sonrojó, haciendo que todos los demás que se encontraban en la cabaña. Que empezaron a chincharlos para que dieran muchos más detalles sobre los besos y sobre cuán lejos habían llegado en esa noche que habían estado solos en los vestuarios, mientras éstos se ponían cada vez más y más rojos. Durante la noche, la conversación tomó varios giros y hablaron de una y mil cosas mientras la comida se iba acabando poco a poco y el sueño comenzaba a apoderarse de ellos lentamente, haciendo que fueran quedándose dormidos por cada rincón de aquella cabaña en posiciones completamente extrañas y que parecían dolorosas. SeungMin aguantó lo más que pudo despierto, pero al final acabó cayendo también rendido en los brazos de HyunJin, mientras los pocos que quedaban despiertos comenzaron a jugar a algo llamado “El Juego del Amor”.

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