Título:
Firetruck
Autora:
Riz Aino
Pareja:
JaeYong (TaeYong + JaeHyun) (NCT)
Clasificación:
PG–13
Géneros:
AU, drama, humor, romance?
Número de palabras:
948 palabras
Resumen:
JaeHyun es un bombero que salva a TaeYong del infierno de las llamas con su
manguera.
Notas: esto al
principio iba a ser un fanfic muy pervertido, pero básicamente al final acabé
cambiando de idea y lo hice más “divertido” que pervertido.
Comentario de autora: hacía milenios que no escribía nada de JaeYong y
tenía ganas de ponerme de nuevo con algo de ellos. Espero que
os guste.
Firetruck
Probablemente, TaeYong debería de
estar asustado… pero no lo estaba. Hasta hacía tan solo un par de minutos lo había
estado y había tenido muchísimo miedo, pero en aquellos momentos lo que estaba
sintiendo era otra cosa. Mientras bajaba las escaleras del edificio, en brazos
del bombero más guapo y buenorro que había visto en su vida, TaeYong tenía
calor, pero no porque el maldito edificio se estuviera quemando, sino por aquel
bombero que había subido a rescatarlo arriesgando su vida porque no podían
acceder a su apartamento desde el exterior.
Al salir del edificio, TaeYong fue
dejado por el bombero donde estaban los sanitarios atendiendo a las demás
personas que habían sacado del edificio y, tras mirarlo a los ojos unos
momentos, como si se estuviera asegurando de que estuviera bien antes de alejarse
de él para ir con los demás bomberos que estaban echando agua con las mangueras
del camión de bomberos sobre el edificio para tratar de apagar las llamas que
todavía quedaban en este. El pensamiento de que a él no le importaría que aquel
bombero buenorro apagara las llamas de su interior con su manguera cruzó por la
mente de TaeYong y el chico decidió que fue debido a que había tragado
demasiado humo.
Alguien del equipo de una de las
ambulancias que habían llegado hasta el lugar se acercó a TaeYong y comenzó a
hacerle un reconocimiento médico para ver si se encontraba bien y, tras unos
minutos, pareció decidir que sí y alejarse tras ponerle una manta térmica sobre
los hombros y darle una pastilla y una bebida caliente que hizo que la adolorida
garganta del chico se sintiera un poco en calma mientras el líquido bajaba por
ella.
TaeYong echó mano a su teléfono
móvil, para llamar a su familia y comentarles el percance que acababa de
suceder y decirles que alguien tendría que ir a recogerlo porque probablemente
no podría quedarse en su piso aquella noche y no tenía su cartera para poder
coger el bus o el metro; pero al buscar por todos sus bolsillos se dio cuenta
de que no había cogido tampoco su teléfono y suspiró profundamente. Esperaba que
los metieran a todos los que no podían volver a sus casas en algún pabellón o
algo, porque quedarse en la calle, obviamente no era una opción.
Aquel no parecía ser su día, primero
porque el edificio se había incendiado y ahora porque no tenía forma de
contactar con su familia. TaeYong suspiró profundamente.
Sin nada más que hacer, el chico se
dedicó a mirar a su alrededor tratando de buscar de nuevo al bombero que lo
había salvado porque era lo único que le había alegrado la existencia, encontrándolo
ahora hablando con sus compañeros. El fuego ya había sido apagado, aunque algunos
de los bomberos seguían refrescando el edificio. El bombero era alto, tenía las
espaldas anchas y un rostro que quitaba el sentido, además, sus brazos eran
fuertes porque lo había cargado mientras bajaba las escaleras del edificio y no
había dado muestras de cansancio. TaeYong era guapo él mismo, pero aquel
bombero era también muy guapo y, ahora que era un poco más consciente de todo,
TaeYong no podía dejar de observarlo de lo precioso que era.
Probablemente debería de estar
preocupado por dónde iba a dormir aquella noche más que estar observando sin
parar al bombero, pero era algo que no podía evitar.
En algún momento de su escrutinio,
el bombero giró su cabeza y sus ojos se encontraron. TaeYong retuvo el impulso
de girar rápidamente su cabeza, lo que lo habría delatado, y simplemente trató
de aparentar que estaba mirando al infinito sin ver nada, como si estuviera
aturdido. Debió funcionar, porque el bombero volvió a la conversación con los
demás como si nada y TaeYong dejó de contener la respiración y se enfocó
aquella vez en el vaso que todavía sostenía en sus manos, bebiendo de él de vez
en cuando hasta que se lo acabó por completo. Unos minutos más tarde, frente a
él pudo ver las botas del uniforme de los bomberos frente a él y alzó su cabeza
para encontrarse al bombero buenorro que lo había salvado, con una carpeta en
sus manos y un boli.
—Hola —le dijo, su voz era suave y
dulce—. ¿Te encuentras bien? —TaeYong asintió, sintiendo que igual sería
incapaz de hablar—. Necesito tomarte los datos para poder hacer una lista de
damnificados, ¿puedo hacerlo ahora? —TaeYong volvió a asentir—. Perfecto
entonces.
El bombero se sentó en el suelo ante
él, quedando sus ojos a la misma altura y, después comenzó a preguntar a TaeYong
por su nombre, su domicilio, su teléfono… y TaeYong se lo dio todo —probablemente
se le hubiera preguntado si le podía dar su alma, el chico se la habría dado
también—. Cuando se alejó de él y siguió tomando los datos de sus vecinos, el
único pensamiento que le vino a la mente a TaeYong fue que la próxima vez él
sería el que le prendería fuego al edificio para que aquel bombero le volviera
a salvar de las llamas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario