Título: U Got It
Autora: Riz Aino
Pareja: SeungWooSeok (Han SeungWoo +
Kim WooSeok) (X1 – UP10TION + VICTON)
Clasificación: NC–17
Géneros: AU, romance, fluf, smut,
pwp
Número de palabras: 2.588 palabras
Resumen: SeungWoo lo tiene
absolutamente todo… es guapo, es rico y tiene un novio precioso.
Advertencias: pues esto va a llevar
sexo y amorcín cuqui no mucho más.
Notas: historia inspirada
levemente en la letra de la canción que lleva por título (tan levemente que en
realidad solo tiene que ver el título y algunas cosas que digo sobre que son
ambos perfectísimos, fin).
Comentario de autora: tenía delito que esta
gente debutara y yo no hubiera hecho un fanfic de estos dos inútiles, así que,
me puse a ello porque era muy necesario. Espero que os guste.
SeungWoo palpó con su mano el otro lado de la cama, más
dormido que despierto, notando nada más que el colchón bajo su mano, ni rastro
del cuerpo delgado y desnudo que se había dormido contra él la noche anterior.
Trató de abrir los ojos, pero todavía le era imposible hacerlo, había dormido
demasiado poco y el despertador había sonado demasiado pronto, así que, tardó
unos momentos en comenzar a separar sus párpados para ver algo, aunque fuera un
poco borroso y a través de sus pestañas. En la semi oscuridad que todavía
reinaba en la habitación, ya que el sol aún no entraba por la ventana, pudo
darse cuenta de que a su lado solo se encontraban las sábanas arrugadas y no
había nadie más allí. Con pereza, se dio la vuelta en la cama para ver cómo al
otro lado de la habitación tampoco había nadie y arrugó su ceño, tratando de
pensar, de recordar si en algún momento del día anterior se le había mencionado
algo sobre aquella ausencia a esas horas tan tempranas, no hallando la
respuesta en su cerebro todavía bastante dormido.
Unos segundos después, el agua corriendo le dio respuesta
a la pregunta que se había estado haciendo. No se había ido sin avisar,
simplemente estaba en el baño. SeungWoo esbozó una pequeña sonrisa para sí
mismo y, después, trató de terminar de despertarse, parpadeando rápidamente,
mientras seguía escuchando el agua correr en el baño que estaba en la
habitación. No tardó demasiado en sentirse lo suficientemente despierto como
para estirarse para desperezarse y levantarse de la cama. Sus músculos dieron
un pequeño tirón al hacerlo, aunque no le provocó ningún dolor, el día anterior
había sido un poco movidito.
Dejar que sus pies descalzos tocaran el suelo frío de
losa hizo que un escalofrío le recorriera todo el cuerpo, pero rápidamente se
acostumbró y se levantó de la cama, dando un par de pasos hasta el lugar en el
que anoche había dejado caer sus calzoncillos y colocándoselos antes de
continuar su camino hasta el baño. El sonido del agua caer se hizo mucho más
claro a cada paso que daba hacia allí, de la misma forma que aquella suave voz
que tanto adoraba, canturreando bajo la ducha. SeungWoo volvió a esbozar una
sonrisa amplia. Todavía no se había acostumbrado a tenerlo allí siempre,
todavía no se había acostumbrado siquiera a que estuviera junto a él. Hasta
hacía tan solo unos meses, su vida había sido completamente solitaria y
aburrida, a pesar de que tuviera absolutamente todo lo que la gente aspiraba a
tener.
Porque
SeungWoo tenía más dinero del que jamás llegaría a gastar en su vida, era guapo
y tenía un cuerpo bastante atlético, además de ser una persona decente en
carácter y con una personalidad bastante llevable… pero hasta hacía muy poco tiempo,
la soledad de su corazón había hecho que todo aquello no significara nada en
absoluto para él. Hasta que WooSeok se había cruzado en su vida, la había
puesto patas arriba por completo y le había enseñado lo que era que alguien
estuviera con él no por su dinero o por la estabilidad que éste le podía
ofrecer, sino porque simplemente quería estar junto a él, sin nada más. Ni
siquiera había pensado que pudiera aspirar a algo como aquello dada la
experiencia que había tenido en sus veintiséis años de vida; sin embargo,
WooSeok era todo lo que había necesitado siempre y parecía que había llegado
hasta él para quedarse.
Sin preocuparse de llamar a la puerta del baño, SeungWoo
la abrió y dejó que el vapor se despejara un poco, quedándose en el umbral,
observando el cuerpo del chico que se encontraba en la ducha a través del
cristal transparente de ésta, sintiendo aquel vuelco en el corazón que siempre
sentía cuando veía a aquel precioso novio que tenía. WooSeok tardó unos
momentos en darse cuenta de su llegada unos momentos que SeungWoo aprovechó
para observarlo, pero cuando lo vio, no se sobresaltó, simplemente le dedicó
una sonrisa y terminó de ducharse con rapidez, saliendo de la ducha y
envolviéndose en la toalla para secarse en apenas unos minutos. En cuanto
estuvo algo seco, caminó hacia SeungWoo, con la mirada fija en él, hasta que se
quedó a tan solo unos centímetros de su cuerpo y, después, simplemente se alzó
un poco para dejar un suave y corto beso en los labios del mayor.
—Buenos días —le dijo, todavía contra sus labios.
—Buenos días —murmuró SeungWoo, besándolo de nuevo—. ¿Has
dormido bien?
—Perfectamente —replicó WooSeok.
El chico se separó de él y le guiñó un ojo antes de salir
del baño y dirigirse hacia la habitación para terminar de arreglarse. SeungWoo
no pudo evitar seguirlo con la mirada, observando su espalda y su cintura
delgada, deteniéndose en aquel trasero respingón que tanto le hacía perder la
locura. WooSeok eran tan perfecto que tanto su vista delantera como trasera
hacían que a SeungWoo se le cortara la respiración. La primera vez que lo vio,
aquellos rasgos finos, aquellos ojos seductores y aquellos labios que lo
invitaban a pecar mil veces por segundo, hicieron que literalmente se olvidara
de respirar unos segundos y todavía le pasaba a veces. Cuando el chico se fue
de su vista, SeungWoo sacudió su cabeza para tratar de alejar sus pensamientos
de él porque aquel día tenía muchas cosas que hacer en la empresa de su familia
y debía de arreglarse rápido, por eso, se metió en el baño y cerró la puerta
tras él.
No tardó demasiado en cubrir sus necesidades básicas y
colocarse ante el espejo para lavarse en profundidad la cara y cepillarse los
dientes —y quizás darse un afeitado antes de que la pelusilla de su barbilla
raspara— pensando que aquel día cumpliría con su agenda desde primera hora de
la mañana. Obviamente, SeungWoo no había contado con la presencia de WooSeok
que desde el principio había puesto su vida patas arriba y, que aquel día, no
iba a ser la excepción.
Cuando levantó su vista del lavabo después de lavarse los
dientes y enjuagarse la boca, lo que vio reflejado en el espejo fue algo que
hizo que su miembro palpitara de puro deseo debajo de la toalla que se había
enrollado a la cintura tras ducharse. WooSeok se encontraba en el quicio de la
puerta, observándolo con aquella mirada sensual que hacía que se volviera
totalmente loco, mordiéndose el labio inferior, despeinado y vestido con la
camisa blanca que SeungWoo había decidido ponerse aquel día, solo con aquella
camisa desabrochada, dejándole ver su cuerpo desnudo y su miembro. SeungWoo
tragó saliva de forma bastante perceptible al verlo de aquella guisa porque se
le había quedado la boca seca a pesar de que acababa de enjuagársela.
Kim WooSeok lo iba a volver completamente loco.
SeungWoo cerró sus ojos fuertemente e inspiró un par de
veces para calmar los rápidos latidos de su corazón y tratar de enfocarse en
terminar de prepararse porque no le debía quedar mucho tiempo antes de tener
que salir para la oficina. Después de sentir que se había calmado lo
suficiente, volvió a abrir los ojos y, sin mirar al espejo, abrió uno de los
cajones del mueble del lavabo para coger el cepillo y peinarse el pelo. Ya lo
tenía un poco largo y el flequillo le tapaba los ojos, pero como solía
engominarlo hacia atrás cuando salía de casa, despejando su frente, no le
molestaba mucho —además, el encantaba cómo WooSeok entremezclaba sus dedos en
el pelo de su nuca cuando lo besaba—.
Al mirar de nuevo al espejo para peinarse, vio cómo el
otro había abandonado su puesto en la puerta y había caminado hacia él para
colocarse a su lado. WooSeok le dedicó una sonrisa ladina antes de apoyar sus
manos en la superficie plana de mármol que había sobre el mueble del lavabo e
impulsarse hacia arriba para quedar sentado sobre esta, colocándose un poco más
alto que SeungWoo, quien intentó hacer caso omiso a aquel despliegue de sensualidad
y, sobre todo, a aquel miembro que asomaba en la entrepierna del chico,
peinándose como si aquello no fuera con él y no deseara abalanzarse sobre el
menor como se le fuera la vida en ello. No. Debía contenerse por el bien de
todo lo que tenía que hacer aquel día. Cuando volviera a casa ya sería otro
cantar, pero por el momento debía de ser fuerte.
SeungWoo terminó de peinarse y después tuvo que mover
ligeramente una de las piernas de WooSeok hacia un lado para poder abrir de
nuevo el cajón y coger la gomina. Aquello era una tarea fácil, algo que no
debería de haber desencadenado absolutamente nada, pero cuando sacó la gomina
del cajón y alzó la mirada, se encontró con que WooSeok había decidido que lo
mejor que podía hacer para llamar su atención era tocar su miembro delante de
él. SeungWoo volvió a tragar saliva porque su boca se había quedado totalmente
seca por segunda vez en un espacio de tiempo demasiado corto y después se
aclaró la garganta para hablar seriamente con el otro.
—Para —le pidió, mirándolo fijamente a los ojos. WooSeok
negó con su cabeza poniendo cara de niño bueno y, por su visión periférica,
SeungWoo vio cómo se tocaba de una forma mucho más descarada—. Por favor —le
volvió a pedir porque cada vez se sentía menos dueño de su cuerpo.
—No voy a parar hasta que me la metas —dijo WooSeok, con
un leve jadeo en mitad de la frase y una caída de ojos resultante de una oleada
de placer que se estaba proporcionando él mismo con su mano.
—Tengo que estar en el trabajo en un rato —replicó
SeungWoo, tratando de mantener la razón.
—Pero en un rato no es ahora… —le contestó el chico con
su voz cargada de deseo—. Y yo ahora quiero que me la metas.
A SeungWoo no le hizo falta nada más para mandarlo todo a
la mierda y colocarse entremedias de las piernas de WooSeok, llevando una mano
a su nuca para besarlo profundamente y otra a su miembro para tocarlo con
fuerza, queriendo llevarlo al límite lo más rápido posible.
WooSeok gimió en su boca cuando sus lenguas se
encontraron y, tras esto, sus manos acabaron en su espalda, hundiendo sus dedos
en su carne y dejándose llevar por completo por el ritmo que SeungWoo había
impuesto. Cuando dejó su boca para dejar que ambos respiraran, el mayor se
dedicó a atacar su cuello, dejando besos y creando nuevos chupetones allí donde
la noche anterior no le había dejado ninguno mientras seguía tocando su miembro
y éste gemía en su oreja que quería más y más y mucho más. Obviamente, SeungWoo
se lo iba a dar todo porque ya lo de llegar pronto al trabajo era algo que no
entraba en sus planes de la mañana… ahora, su plan era penetrar a WooSeok una y
otra vez y provocar que éste se deshiciera en gemidos por el placer que él le
estaba proporcionando.
Mientras mordía el cuello de WooSeok, utilizó su pulgar
para rozar una última vez la punta del palpitante, húmedo y sensible miembro de
éste, provocando que un espasmo recorriera su cuerpo antes de que su miembro
empezara a manchar sus estómagos de semen y se comenzara a volver flácido entre
sus dedos. El cuerpo de WooSeok se relajó por completo contra él después de la
tensión inicial y su cabeza se instaló en su hombro mientras normalizaba su
respiración de nuevo —SeungWoo había alcanzado a ver un atisbo de sonrisa
satisfecha en su rostro antes de que lo escondiera—.
SeungWoo, no obstante, no estaba para nada satisfecho
porque con aquella pequeña actividad mañanera, su miembro había crecido de
forma considerable y asomaba erecto por la toalla, una toalla que decidió que
ya era hora de quitarse de una vez. Después de dejar que ésta cayera sobre el
suelo del baño, llevó sus manos hacia el trasero de WooSeok e hizo que el
cuerpo del chico se pegara más al suyo, para hacer que, un segundo más tarde,
éste rodeara con sus piernas su cintura. Una vez afirmó el peso de éste en sus
brazos, lo alzó y echó a andar hacia la habitación, hacia la cama, donde sentó
a WooSeok sobre el colchón, le quitó la camisa y la lanzó por cualquier lugar
de la habitación, importándole muy poco que se arrugara, porque lo único que le
importaba en aquel momento era internarse en el cuerpo del otro.
WooSeok se encontraba con la mirada perdida, todavía
extasiado por el orgasmo reciente, pero eso no lo iba a detener de provocarle
otro, esta vez estimulando otra parte de su cuerpo.
SeungWoo lo tumbó sobre el colchó y le abrió las piernas
para después comenzar a penetrarlo con sus dedos, llevándose la agradable
sorpresa de que éste estaba prácticamente preparado para su miembro —la dura
sesión de la noche anterior seguía presente en el cuerpo de WooSeok—. Por ese
motivo, apenas tardó en sacar sus dedos de su interior y reemplazarlos por su
erecto y palpitante miembro que notaba casi a punto de estallar por la
excitación a la que había estado sometido de tan buena mañana, notando cómo las
paredes del menor lo apretaban de forma deliciosa dentro de él mientras se iba
abriendo paso en su interior hasta lo más profundo que podía llegar, provocando
que ambos lanzaran débiles gemidos al aire durante todo el proceso hasta que el
miembro de SeungWoo estuvo completamente dentro.
No perdió el tiempo en comenzar a moverse. Había hecho
aquello mismo decenas de veces con WooSeok desde que se habían conocido y sabía
perfectamente qué era lo que debía de hacer, cómo se debía de mover para volver
completamente loco al chico que se encontraba debajo de él. Por ese motivo,
éste apenas tardó en comenzar a gemir, en comenzar a apretar su cuerpo
alrededor de su miembro cada vez que daba en aquel punto que le provocaba el
mayor placer. WooSeok apenas tardó unos minutos más en sucumbir de nuevo al más
exquisito de los orgasmos, contrayendo su cuerpo en ráfagas de placer que
acabaron por llevar a SeungWoo también al final de aquello, a su propio
orgasmo.
Mientras, jadeante, pegajoso y sudoroso, salía del
interior de WooSeok, SeungWoo no pudo evitar pensar que simplemente estando
allí, de aquella forma, con el chico, realmente lo tenía todo.
Notas finales:
—Yo realmente tenía mil
cosas más importantes que hacer que dedicarme una noche a escribir hasta las
tantas de la madrugada esto… pero cuando la inspiración ataca de esta forma, es
mejor dejarla seguir su curso hasta ver cómo acaba la cosa.
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