sábado, 4 de enero de 2020

[One Shot] It’s RAINZing men… Hallelujah!: Let it go, let it be {SeongKi}


Título: Let it go, let it be
Autora: Riz Aino
Parejas: SeongKi (Kim SeongRi + Hong EunKi) (RAINZ)
Calificación: PG–13
Géneros: AU, romance, drama, angst
Número de palabras: 1.001 palabras
Resumen: ya ha pasado un año y EunKi sabe que tiene que dejarlo ir… pero es incapaz de hacerlo…
Advertencias: muerte de un personaje principal.
Notas: historia escrita como parte del día 1 del inktober 2019, cuya palabra clave era “ring” y el significado que yo elegí fue “anillo”. Lo de dibujar lo llevo mal, pero escribir se me da de lujo, decidí hacer el inktober pero con fanfics.
Comentario de autora: había medio escrito un drabble bonito para esto, pero a mitad de camino estuve muy angsty y acabé remodelándolo y haciéndolo así. Espero que os guste.

Let it go, let it be

            —¿Crees que llegarás a tiempo? —es la cuestión que EunKi escucha mientras revuelve los cajones de la cómoda de su habitación, tratando de encontrar su pasaporte.
            —Claro que llegaré a tiempo —replica, gritándole al móvil que tiene sobre el mueble—, ¿por quién me tomas, WonTak?

            —Yo solo digo que el vuelo sale en tres horas y todavía tenemos que llegar a Incheon —contesta el otro chico.
            —Si me hubieras avisado con más tiempo… —dice EunKi, cerrando el segundo cajón y abriendo el tercero para hacer lo mismo que con los otros dos, sacarlo todo para encontrar el dichoso pasaporte.
            —Es una oferta exprés —responde WonTak, con un suspiro demasiado audible—, o la pillaba en el momento o la cogía otra persona y había que aprovecharla… y sé que llevabas un montón de tiempo queriendo ir a Osaka.
            —Ya lo sé… y te lo agradezco un montón… —acaba diciendo el chico—, es solo que obviamente no estaba preparado y no sé dónde tengo las cosas…
            —¿Las tendrás para cuando llegue a tu casa? —cuestiona el mayor, sin parecer convencido de que sea capaz de encontrar su pasaporte y de terminar su maleta a tiempo.
            —Sí —replica EunKi—. Cuando estés abajo, toca al portero.

            Y sin decir más, el chico le cuelga a su amigo y sigue rebuscando en el cajón, haciendo caso omiso a los mensajes que parpadean en la pantalla de su móvil. Tiene que encontrar rápidamente su pasaporte y, está cruzando los dedos mentalmente para que éste no esté caducado o WonTak va a tener que revender los billetes o comérselos con sopas. Tras unos minutos desalojando el tercer cajón, no encuentra nada en éste y va a por el cuarto. Si no está ahí, no sabe dónde narices podría estar, así que, tiene que encontrarlo sí o sí.

            Solo ha quitado un par de prendas de encima cuando sus manos dan con una superficie rectangular y EunKi suspira aliviado. Allí estaba. Con rapidez lo coge y lo abre para comprobar que todavía le quedan dos meses antes de tener que renovarlo. El chico vuelve a suspirar de puro alivio y deja el pasaporte al lado del móvil para coger ambas cosas a la vez más tarde cuando salga. Lo más importante ya está listo, lo único que le queda es coger algo de ropa para el viaje y meterla en la maleta de cualquier manera.

            Aprovechando que tiene aquel cajón abierto, coge un par de camisetas que se encuentra en él y las tira sobre la maleta y, cuando va a coger la tercera, sus dedos dan con algo que no es la tela de las camisetas. Una cajita pequeña de una joyería es lo que aparece en su mano cuando coge aquel objeto que no debería de estar allí. No puede ser.

            Su mano comienza a temblar y el chico sujeta la cajita fuertemente para que no se caiga al suelo y se rompa. Sus piernas también empiezan a volverse de gelatina unos segundos después y, al final, tiene que sentarse sobre la cama para no caerse. Su corazón late rápidamente dentro de su pecho, su respiración se vuelve irregular y siente cómo las lágrimas se acumulan en sus ojos hasta que su visión se nubla casi por completo mientras no puede evitar recordar una frase que había escuchado en más de una ocasión.

            “Un día te propondré matrimonio, anillo y todo… y nos iremos de viaje a algún lugar del mundo en el que podamos casarnos”.

            Las lágrimas comienzan a caer por sus mejillas en el mismo instante en el que EunKi abre la caja y ésta revela su contenido: dos sencillos anillos de plata en cuyo interior están grabados dos nombres, sus nombres, junto con la fecha de aquel día lluvioso en el que habían comenzado a salir juntos. Un nudo se instala en su garganta que no lo deja sollozar a viva voz y que lo ahoga, no dejándolo respirar correctamente mientras empieza a recordarlo todo otra vez, todos los momentos vividos con SeongRi, todos los momentos buenos y divertidos, todos los momentos aburridos, todas las peleas sin sentido, todas las reconciliaciones enredados entre las sábanas, todos los malos momentos por los que habían pasado, el hospital y… la muerte.

            A pesar de que hace un año que se dijo que lo olvidaría todo, a pesar de que hace un año que se obligó a dejar ir todo aquello y vivir su vida como una persona nueva, tal y como SeongRi habría querido… a pesar de todo el esfuerzo que había realizado, se derrumba otra vez ante aquel hallazgo que su chico había dejado allí para ambos sin poder remediarlo. EunKi entra de nuevo en la espiral de oscuridad de la que había tratado por todos los medios de salir y sus propios sollozos son lo único que resuena en sus oídos ahogando cualquier otro sonido… y, hundido de nuevo en los recuerdos, en los eventos que desencadenaron la muerte de SeongRi, el chico deja de prestar atención al mundo que lo rodea, no escuchando el timbre de la puerta, los gritos de WonTak llamándolo por su nombre, ni el sonido de su móvil sobre la cómoda.




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