martes, 28 de enero de 2020

[Part Three] 그러다 봄 (Spring Again) {SeungWooSeok}


Part Three

            Una suave melodía recibió a WooSeok cuando salió del ascensor y no pudo evitar fruncir el ceño, confuso, porque aquella música procedía de su piso. Se suponía que aquella tarde no iba a estar nadie en el lugar y por eso el chico había decidido cambiar sus planes iniciales de trabajar en la biblioteca de la facultad por trabajar en casa, por eso estaba sorprendido de escuchar la música salir del lugar. SeungYoun o HanGyul tenían que haber cambiado sus planes también y haber vuelto a casa antes de lo esperado. Ya no podría trabajar allí con tranquilidad, así que estuvo tentado a darse media vuelta y dirigirse a una cafetería cercana que a aquellas horas no solía tener mucho ajetreo, pero antes decidió que, ya que había llegado hasta el piso, podía entrar y coger un libro que se había dejado con las prisas aquella mañana, porque no le iba a quitar mucho más tiempo.


            Por eso, WooSeok se dirigió a la puerta y pulsó los cuatro dígitos que desbloqueaban la puerta para después abrirla lentamente, asomando su cabeza por el hueco abierto, no sabiendo dónde estaría quien fuera el que hubiera llegado a casa antes que él y no sabiendo tampoco si molestaría o no, porque sabía que ambos se ponían música de aquel estilo para concentrarse. Lo primero que hizo, fue mirar hacia el salón… y WooSeok se arrepintió profundamente de todas las decisiones de su vida que había tomado y que lo habían llevado hasta aquel momento. Porque ante él, en el sofá del salón, se encontraban sus dos compañeros de piso, medio desnudos, comiéndose la boca, SeungYoun sentado sobre los muslos de HanGyul y con su mano entre sus cuerpos, haciendo un movimiento ascendente y descendente continuo.

            WooSeok no necesitaba ver más. WooSeok no quería ver más.

            Con cuidado, volvió a cerrar la puerta, tratando de no hacer ningún ruido que los alertara de su presencia, y con los ojos abiertos como platos y sin poder creerse lo que acababa de ver todavía, se dirigió de nuevo al ascensor. Nada más pulsar el botón, las puertas se abrieron y dentro se encontró con DoHyon y su amigo EunSang, así que, rápidamente, entró al cubículo y se puso delante de ellos para que no pudieran salir, dándole al botón del piso donde vivía la familia Lee. Los chicos trataron de forcejear con él para salir, pero no pudieron moverlo a pesar de ser más altos que WooSeok, quien solo se relajó cuando las puertas se cerraron tras él.

            Hyung… ¿por qué no nos has dejado salir? —le cuestionó DoHyun.
            —Créeme… no quieres ver lo que está pasando ahí… —le dijo al adolescente—. Yo me voy a echar lejía en los ojos o algo para borrar esa escena.
            —Pero… ¿qué pasa? —preguntó EunSang.
            —Tampoco quieres saber lo que está pasando —replicó—. No quiero dejaros que perdáis la poca inocencia que os quede.

            El ascensor se detuvo en la planta donde se encontraba el piso de la familia de EunSang y, cuando las puertas se abrieron, WooSeok los sacó del ascensor y les pidió que le prometieran que no irían a su piso aquella tarde. Probablemente le hicieron caso porque parecía bastante perturbado con lo que había visto y le prometieron que se quedarían allí y no irían al otro lugar. El chico respiró tranquilo y después le dio al botón de la planta baja para salir del edificio porque incluso estando en el mismo espacio WooSeok sentía que se ponía malo.

            ¿Cómo se les ocurría ponerse a liarse allí? En el sofá, un lugar en el que se sentaban todos. Ya no sería capaz de sentarse allí después de saber qué era lo que estaban haciendo los otros dos en él… quizás ni sería capaz de estar en el salón sin pensar en la escena que acababa de ver. Porque a WooSeok le daba lo mismo que sus compañeros de piso estuvieran liados —no sabía ni cómo ni cuándo habían comenzado a hacerlo y la verdad es que se la repampinflaba— pero con lo que no podía era con que estuvieran haciéndolo sobre el sofá, aquello era lo que más le molestaba de todo. Ahora que ya se le había ido el shock inicial, lo que tenía ganas era de matarlos por eso… pero no podía hacerlo, era demasiado joven y guapo como para ir a la cárcel, así que, se contuvo de volver a subir a su piso y tirarlos a los dos por la ventana.

            WooSeok se montó en el primer autobús que pasó por su parada, sin siquiera fijarse en cuál se había subido, tratando de sacar de su cabeza la visión que acababa de tener, pero no pudiendo evitar pensar en ella constantemente, sintiendo que su vida ya no iba a volver a ser la misma y que había cogido un trauma. Tan enfocado en aquello iba que no se dio cuenta de que a aquel bus en el que se había subido, unas cuantas paradas después se subían dos personas que conocía, hasta que éstas no estuvieron ante él, agarrándose a la misma barra a la que él se había agarrado, poniéndose en su campo de visión y hablándole.

            —¿Qué haces aquí, WooSeok? —le cuestionó una voz muy conocida, una voz que solo podía pertenecer a YeIn. El chico enfocó su vista y dejó sus pensamientos para otro momento, dándose cuenta por fin de que delante de él se encontraba su amigo junto a su novio MinSoo—. Cogiendo este bus no se llega a la facultad.
            —Ya… ya lo sé —replicó, aunque no sabía ni en qué bus se había subido. WooSeok alzó su vista para ver en el panel las paradas que hacía este, viendo que se había subido al bus que lo llevaba a la casa de SeungWoo—. No voy a la facultad. ¿Qué hacéis vosotros aquí?
            —Vamos… mmm… a ver una peli —dijo YeIn—. Sino tienes nada que hacer, te puedes venir con nosotros.
            —Oh, no, no, no —respondió WooSeok—. No quiero ser el sujetavelas en vuestra cita —agregó, viendo cómo MinSoo respiraba tranquilo después de escuchar su respuesta—, además, tengo cosas que hacer, pero pasáoslo bien.
            —Bueno… entonces para la próxima —murmuró YeIn, preparándose para salir del bus porque en los altavoces habían anunciado su parada.
            —A la próxima —prometió WooSeok, aunque sabía que no habría ninguna ocasión en la que él quisiera salir solo con la parejita para ser su sujetavelas.

            Ambos se bajaron en su parada y WooSeok estuvo un poco más dentro del autobús hasta que éste se detuvo en la parada que llevaba hasta el piso de SeungWoo. Se había montado en aquel bus sin saber siquiera a dónde se dirigía y, al final, por azares del destino había acabado siendo aquel… como si, de alguna forma, el destino quisiera que fuera hasta el otro chico cuando no podía estar en su propio piso, aunque no fuera consciente de ello. No obstante, aunque el destino quisiera que se fuese al piso de SeungWoo, él no estaba preparado para ello, no después de lo que había pasado la última vez que había estado allí, no cuando todavía tenían que hablar de lo que querían que su relación fuera.
           
            Por ese motivo, en lugar de dirigirse hasta la vivienda, simplemente se dirigió hasta el bar en el que su compañero de piso SeungYoun trabajaba y en el que en aquellos momentos no se encontraba por motivos obvios. A aquellas horas debería de estar abierto y más o menos vacío porque todavía no era el momento de los trabajadores de salir de las oficinas y emborracharse para olvidar la mierda de vida que llevaban allí, así que, podría hacer allí las cuatro cosas que todavía tenía que terminar y mientras pensaría en qué hacer, si volver a su piso —avisando por el grupo a sus compañeros de que iba para allá para no encontrarse otra escena— o hacerle una visita a SeungWoo y pasar un rato con él. La verdad, prefería mil veces más la segunda opción porque así no tendría momentos incómodos con SeungYoun y HanGyul y no tendría arcadas cada vez que viera su sofá, pero tampoco estaba seguro de que tener un momento incómodo con SeungWoo porque todavía tenían que hablar fuera lo mejor tampoco.

            WooSeok entró al bar y se sentó en la barra, aprovechando que atendiendo a esta se encontraba un chico que conocía, un amigo de SeungYoun que le había presentado en otra ocasión y con el que había hablado de vez en cuando y le caía bien. Se llamaba YiBo y, por lo que le había contado una de las veces que habían hablado, había ido a Corea desde su China natal para seguir su sueño de ser un bailarín de éxito y, desde que había llegado, había estado trabajando en aquel lugar para pagarse las clases de la academia de baile —y algunas veces le cambiaba el turno a SeungYoun porque tenía presentaciones que hacer y necesitaba ir a los ensayos o lo elegían para bailar en las promociones de algún grupo de idols—.

            —Hombre, WooSeok hyung, ¿qué haces aquí? —le cuestionó el chico.
            —Andaba por aquí cerca y me he pasado para ver cómo le iba a SeungYoun mientras terminaba un par de cosas, para luego volvernos a casa juntos cuando terminara su turno —mintió—, pero veo que no anda por aquí.
            —No, no está aquí —respondió YiBo—. Le pedí que me cambiara el turno esta mañana porque en dos días tengo una evaluación y mañana no podía venir a hacer mi turno.
            —Comprendo —murmuró WooSeok—. Entonces espero que no te importe que me quede aquí para terminar lo que tengo que hacer antes de volver a casa…
            —¡Claro que no! —dijo el chico—. Dime qué te pongo de beber y todo correcto.
            —Con una coca cola tengo suficiente —respondió, con una sonrisa.
            —¡Yo quiero otro whisky! —soltó un chico visiblemente borracho al final de la barra, provocando que YiBo suspirara, agotado.
            —¡NO MÁS ALCOHOL PARA TI, ZHAN GEGE! —le gritó de vuelta.

~

            —Sigo sin creer que haya ganado, hyung —murmuró Chan en la pantalla de su móvil mientras trataba de limpiarse las lágrimas con la manga de su camisa—. Ha sido todo tan inesperado.
            —Pero era lo que te merecías, Chan —replicó SeungWoo—. Has trabajado muy duro en esta novela y al fin te han reconocido lo bueno que eres.
            —No me digas eso hyung… que me sacas los colores —respondió el chico, llorando aún más.
            —No llores… que vas a salir horrendo en las fotos que te hagan para las noticias —le dijo, tratando de hacer que pensara en otra cosa para dejar de llorar.
            —Me da igual… —replicó Chan—. Si ya me he puesto a llorar a lágrima viva mientras recogía el premio.
            —Habría sido digno de ver.
            —No te preocupes, ha habido mucha gente que lo ha grabado, estará por las redes en poco tiempo si es que no está ya —murmuró el chico y justo después, algo llamó su atención más allá de la cámara del teléfono—. Oh… hyung, tengo que dejarte —dijo—. Me llaman para hacer algo, en cuanto pueda te digo para quedar.
            —Claro. Pásalo bien en la fiesta —le deseó—, y deja de llorar y disfruta.
            —Lo intentaré —respondió Chan, para después despedirse y colgar.

            SeungWoo no pudo borrar de su cara la sonrisa de orgullo durante un buen rato mientras buscaba en internet los artículos y los vídeos de su amigo ganando el último premio de literatura. Chan llevaba un par de años escribiendo unos libros maravillosos y no le habían dado bola en ninguna editorial porque le decían que no era lo suficientemente bueno y que sus historias no contaban nada interesante. El chico se había tomado un año sabático en la facultad para preparar su último trabajo y había estado pidiéndole consejos de vez en cuando sobre unas cosas u otras para ver cómo la historia fluía mejor y SeungWoo había tratado de ayudarlo lo máximo posible hasta que éste había enviado el manuscrito al concurso. Chan había recogido segundo el premio llorando porque por fin lo había conseguido y le había dado las gracias a todas las personas que lo habían ayudado en aquello, incluso a SeungWoo.

            Después de ver todo aquello y hablar un rato con SeungSik y SeJun sobre el tema y sobre que debían quedar todos juntos para celebrarlo y martirizar un poco a Chan por las caras que había puesto mientras lloraba, finalmente decidió que era hora de irse a la cama, aunque al día siguiente no tenía nada que hacer, pero tampoco le gustaba tener horarios muy diferentes entre los días que tenía facultad y los que no. Sin embargo, justo cuando se levantó del sofá, dispuesto a irse a su habitación, el timbre de la puerta sonó y se quedó completamente paralizado. En el apartamento solo estaba él en aquellos momentos, pero tanto YoHan como JunHo sabían a la perfección el código para entrar y no tenían que llamar al timbre para ello. Sin saber quién podía ser a aquellas horas de la noche, el chico fue de puntillas hasta la puerta para averiguarlo, asomándose a la mirilla y encontrándose a través de ella a WooSeok en el pasillo de la comunidad, con la cabeza agachada y los hombros hundidos. Algo debía de haberle pasado, así que, rápidamente abrió la puerta.

            —WooSeok —lo llamó nada más abrir, provocando que el chico lo mirara y le dirigiera una pequeña sonrisa de disculpa, probablemente por presentarse allí a aquellas horas de la noche.
            —Ya no circulan más autobuses —murmuró el chico—, estaba por aquí y pensé que no te importaría que me pasara… no hay nadie más que conozca y que viva cerca.
            —Claro que no me importa —respondió SeungWoo inmediatamente, echándose a un lado para dejarle espacio y que entrara al piso—. Pasa, pasa, no te quedes ahí parado.

            WooSeok asintió y después entró al lugar, quitándose los zapatos en la entrada mientras SeungWoo cerraba la puerta a sus espaldas, todavía un poco desorientado porque no se había esperado al chico allí a aquellas horas. No obstante, pronto se repuso de aquello y se sintió feliz porque éste estaba en su piso, algo que no había sucedido desde aquella vez hacía un par de semanas, cuando le había dado el beso en la nariz en su sofá. Desde aquel momento solo se habían mandado mensajes y se habían visto en un par de ocasiones brevemente, por lo cual, las perspectivas de tener a WooSeok allí toda la noche, lo emocionaron. Después de que el recién llegado se descalzara, SeungWoo lo invitó a ir hasta el salón y éste lo siguió, sentándose ambos en el sofá, cara a cara, y en completo silencio.

            —Espero no molestar mucho —dijo WooSeok rompiendo el silencio—. Se me ha ido el santo al cielo y ni siquiera me he dado cuenta de la hora que era.
            —No molestas, no te preocupes —respondió él—. Si solo estoy yo en el piso, YoHan ha salido con JunHo a cenar y no sé cuándo volverán, pero viendo las horas que son y todavía no están aquí, creo que no será pronto —añadió—. Así que te puedes quedar tranquilamente a dormir y todo.
            —Gracias, lo preferiría, hace un frío de mil demonios en la calle y no me apetece estar tres horas esperando a un taxi —murmuró—. No necesito ni mucho espacio para dormir, en el sofá estaré bien si tienes una manta de sobra.
            —No, no, no —dijo SeungWoo, alarmado—. Si te quedas es en mi cuarto —replicó—. Yo me puedo quedar perfectamente en el sofá, no es como si fuera la primera vez que duermo aquí —WooSeok abrió la boca para protestar, pero antes de que pudiera decir nada, siguió hablando él—. Pero ahora mismo no es necesario que hablemos de esto porque no nos vamos a dormir ya, ¿quieres ponerte algo cómodo y vemos una peli?

            WooSeok seguía pareciendo querer decirle algo, protestar por aquello, pero al final simplemente asintió y SeungWoo no pudo evitar esbozar una sonrisa pequeña triunfal que pasó desapercibida por el otro porque el mayor ya se había levantado para guiarlo hasta su habitación. En el armario buscó unos pantalones de chándal que a él le estaban un poco ajustados y apenas se ponía y una camiseta y las dejó sobre la cama, saliendo de la habitación para que el chico se cambiara —aunque le habría gustado quedarse a echar un vistazo… pero ya habría tiempo de ello— y volvió a ir al salón, buscando una peli para ver.

            El chico salió tan solo unos minutos después, ya cambiado, y SeungWoo tuvo que recordarse que tenía que respirar para seguir viviendo, porque la vista ante él lo dejó sin respiración. Ya había visto en una ocasión a WooSeok con su ropa, cuando se la había tenido que dejar después del incidente provocado por sus amigos en el bar, pero seguía sin estar preparado para aquella visión del chico nadando dentro de su ropa porque estaba precioso. Los pantalones de chándal le estaban demasiado largos y los arrastraba por el suelo, prácticamente ni se veían los pies de WooSeok, mientras que la camiseta le estaba demasiado ancha y grande, cayendo hasta mitad de sus muslos y las mangas cubriéndole por completo las manos. Su precioso rostro adornado con aquellas gafas redondas que llevaba siempre, hacía que todo el conjunto fuera demasiado adorable como para que SeungWoo pudiera soportarlo y se llevó las manos al pecho teatralmente cuando WooSeok se acercó hasta el sofá, poniendo en su rostro una expresión de éxtasis.

            —No seas idiota —le dijo WooSeok, sentándose a su lado y dándole un manotazo en el brazo—. ¿Qué vamos a ver? —SeungWoo rio y le dejó el móvil al chico.
            —Elige tú, a mí me gusta todo.

            WooSeok hizo un puchero con sus labios completamente adorable, pero cogió su teléfono y después revisó el catálogo de las películas de la aplicación antes de escoger una de humor absurdo y ligerita de carga emocional, acomodándose después en el sofá junto a SeungWoo, quien se pasó la siguiente hora y pico de película observando al chico a su lado, sin poder evitarlo, porque hacerlo era mucho más interesante que ver la película. WooSeok era demasiado encantador, demasiado precioso y SeungWoo estuvo varias veces tentado a parar la película para hablar con él tranquilamente sobre lo suyo, para poder preguntarle si quería salir con él “oficialmente” y, sobre todo, porque quería besarlo una y otra vez sin tener que estar pensando que quizás el chico no estaba en la misma onda que él. No obstante, no lo hizo y simplemente dejó que la película terminara con tranquilidad antes de volver a dirigirle palabra y fue solo porque WooSeok había bostezado, probablemente cansado porque ya era bastante tarde.

            —Supongo que a estas horas no rechazarás la cama, ¿verdad? —le cuestionó, provocando que el chico lo mirara fijamente detrás de sus gafas.
            —La verdad es que no —respondió después de unos segundos—, pero tampoco quiero que tengas que dormir en el sofá por mi culpa —WooSeok se mordió el labio inferior—. No ocupo mucho espacio y tu cama es grande.
            —¿Me acabas de hacer una proposición indecente? —preguntó, un poco en broma, incluso riendo un poco, pero al ver que el chico a su lado se encendía como un farolillo, rectificó—. Vale, no lo menciono —murmuró—. Podemos dormir tranquilamente uno en un lado y el otro en el otro sin mayor problema.

            WooSeok asintió a aquello y SeungWoo simplemente recogió un poco el salón antes de que ambos pasaran al cuarto y se metieran en la cama, cada uno en un lado de la cama, dándose las espaldas y echándose a dormir, aunque a SeungWoo le habría gustado poder estrechar entre sus brazos al chico.

~

            WooSeok se despertó por un ruido zumbante e incesante cerca de su oreja y el chico comenzó a mover su mano a tientas para tratar de dar con el origen de aquel ruido, completamente en vano, porque fue incapaz de hallarlo. Es entonces cuando sintió una presión contra su espalda de otro cuerpo mucho más grande que el suyo y un brazo larguísimo que llegaba mucho más lejos que él y acabó deteniendo aquello que había perturbado su sueño. WooSeok no le echó demasiadas cuentas en ese momento a nada y, todavía más en el mundo de los sueños que en el real, se acabó pegando al cuerpo que estaba a su espalda y que era como una fuente de calor y confort que el chico necesitaba, dejándose envolver por aquel brazo largo que había pasado sobre él y sintiendo al cuerpo acomodarse contra el suyo. WooSeok esbozó una pequeña sonrisa porque se sentía genial de aquella forma… hasta que, su mente cada vez más despierta, le recordó dónde se encontraba. WooSeok abrió sus ojos como platos y después se giró rápidamente en la cama, encontrándose al hacerlo el rostro de SeungWoo a escasos centímetros del suyo.

            Parpadeó varias veces rápidamente, confuso, sin procesar por qué estaba en la cama con SeungWoo, sintiendo su corazón latir demasiado rápido dentro de su pecho y notando casi cómo sus ojos se le iban a salir de sus cuencas de lo mucho que los había abierto después de parpadear. WooSeok sintió que le iba a dar un ataque hasta que finalmente recordó que la noche anterior se había pasado el rato en el bar haciendo trabajos, retrasando al máximo su vuelta al piso porque no tenía ganas de enfrentarse a sus dos compañeros y, al final, había perdido el último bus y había tenido la maravillosa idea de irse a dormir a casa de SeungWoo sin caer en ese momento que podrían dormir juntos y lo que eso podía suponer para su salud cardíaca. Porque por la noche había acordado eso de dormir juntos, sí, pero cada uno se había dado la vuelta y habían acabado dándose la espalda y casi sin rozarse… pero en aquellos momentos SeungWoo estaba abrazándolo fuertemente contra su cuerpo y aquello era más de lo que podía soportar su corazón.

            WooSeok trató de controlar los latidos de su corazón, trató de calmarse un poco y respirar con la mayor tranquilidad posible, pero no pudo hacerlo del todo antes de que SeungWoo comenzara a despertar con lentitud, soltando leves murmullos a través de sus labios y aleteando sus pestañas con cada parpadeo para tratar de despejar el sueño de sus ojos. WooSeok tuvo que contener la respiración cuando el mayor se despertó del todo y le dedicó una sonrisa completamente increíble y preciosa antes de acercarse a su rostro y dejar un pequeño beso sobre su frente, seguido de un “buenos días” apenas murmurado con la voz ronca por el sueño.

            —¿Has dormido bien? —le preguntó SeungWoo y él asintió lentamente, no sintiéndose capaz de hablar todavía, no a aquellas horas de la mañana, no justo después de haber despertado y menos después de que el chico más guapo del universo acabara de darle un beso de buenos días en la frente—. Me alegra un montón —murmuró—, aunque parece que he invadido tu espacio un poco —comentó, refiriéndose a los brazos que todavía mantenía alrededor de WooSeok.
            —No me molesta —tuvo que decir cuando el otro amagó con retirarlos—. Estoy… bien… con ellos… —SeungWoo esbozó una sonrisa completamente encantadora en ese momento.
            —¿Te… mmm… parece bien entonces que… te abrace mucho más fuerte? —le preguntó y WooSeok no dudó en asentir.

            SeungWoo aprovechó entonces para recolocarse un poco sobre la cama y acercar a WooSeok a él, provocando que su rostro acabara encajado entre la barbilla del mayor y contra el pecho de éste, donde su corazón latía demasiado rápido dentro de él. WooSeok no pudo evitar sonreír, contento de no ser el único que, en cualquier momento podía sufrir un ataque al corazón por estar cerca del otro… le gustó saber que provocaba el mismo efecto en SeungWoo que el mayor provocaba en él y eso lo hizo pensar durante los minutos que ambos estuvieron de aquella forma.

            Ya prácticamente se acababa el año, casi había llegado el invierno, y se habían conocido en primavera, cuando todavía no hacía demasiado calor como para que las flores de los cerezos que había camino a la universidad se hubieran marchitado del todo. Hacía casi medio año que habían comenzado a verse y hablarse y llevaban algo más de tres meses tonteando y flirteando el uno con el otro y todavía no habían definido lo que era la “relación” que tenían, a pesar de que ya hacía algo de tiempo que ambos sabían a la perfección que estaban muy interesados en el otro y en dar más pasos adelante en aquella relación. Hacía bastante tiempo que debían de haber tratado de definirla, al menos unas semanas, pero la vida los había mantenido alejados de aquel tema en concreto y WooSeok sintió que, quizás era hora de que por fin dejaran salir a la luz sus sentimientos, expresarlos en palabras y darle un sentido a lo que había entre ambos.

            —SeungWoo hyung… —murmuró WooSeok, todavía con su rostro enterrado en el rostro del mayor.
            —Hum —respondió éste, haciéndole entender que lo había escuchado y que podía continuar hablando porque tenía toda su atención.
            —Creo que… probablemente lo haya dejado claro desde el primer momento porque soy como un libro abierto —empezó—, pero quería decirte que me gustas un montón y que me gustaría salir contigo… si tú también quieres.

            SeungWoo no contestó durante unos momentos… pero WooSeok no se sintió nada ansioso por la espera porque había podido notar cómo el corazón del chico se había vuelto loco dentro de su pecho, así que, simplemente esperó pacientemente hasta que el mayor pudo calmarse y lo dejó de abrazar tan firmemente, permitiendo que pudiera colocarse a la misma altura de su rostro, con la cabeza de nuevo sobre la almohada, para mirarse a los ojos. Los ojos castaño oscuro de SeungWoo observándolo con una calidez que provocó que un escalofrío recorriera su columna vertebral de arriba abajo.

            —Me alegra que me hagas esa proposición —fue lo que dijo el mayor al hablar de nuevo, con una sonrisa enorme en su rostro—. Me encantaría un montón salir contigo oficialmente.

            WooSeok no pudo evitar la sonrisa que apareció en su rostro después de aquella respuesta afirmativa a su propuesta de salir juntos, de la misma forma que tampoco pudo evitar acercarse al rostro de SeungWoo para dejar un beso corto contra la comisura de su boca. Cuando se separó de él, apenas tuvo tiempo para procesar que el mayor se había acercado, salvando la escasa distancia que los había separado por una milésima de segundo, para besar sus labios, en un beso breve, casto, puro roce de labio contra labio, sin mucho más que aquello, separándose de él unos momentos después, provocando que WooSeok quisiera más de aquellos labios que lo que le había sido dado.

No obstante, antes de que pudiera volver a acercarse a él para besarlo hasta el fin del mundo, algo lo detuvo de hacerlo… y eso fue el sonido de su móvil, resonando en la habitación con la música que le tenía asignada como tono de llamada a SeungYoun. WooSeok suspiró profundamente antes de girarse y coger su teléfono de la mesita para descolgar la llamada de su compañero de piso, que no había podido ser más oportuno.

            —¿Qué quieres Cho SeungYoun? —le cuestionó.
            —Hombre, ¡estás vivo! —alabó éste al otro lado de la línea—. Ya pensaba yo que te habían secuestrado o algo.
            —¿Por qué me iban a secuestrar? —preguntó.
            —Porque eres muy poquita cosa y muy mono y hay mucho tío asqueroso suelto por la calle de noche —le replicó SeungYoun, provocando que a WooSeok se le crispara una vena de la frente.
            —En cuanto te vea sabes que te voy a dar una patada en los huevos, ¿verdad? —lo amenazó, provocando disculpas inmediatas al otro lado de la línea y una leve risita en la persona que seguía con él en la cama.
            —No, pero ahora en serio, estaba preocupado —dijo unos momentos después su compañero de piso—. No estabas en casa, no contestabas los mensajes y hace un rato he estado hablando con YiBo y me ha dicho que te fuiste a las tantas del bar.
            —Bueno… pues ya sabes que estoy vivo —contestó.
            —¿Y dónde has pasado la noche?
            —En el piso de SeungWoo hyung —dijo por acto reflejo, sin pensar en las consecuencias inmediatas que iba a tener aquella frase.
            —¿Habéis follado? —le cuestionó SeungYoun, provocando que WooSeok pusiera los ojos en blanco y decidiera colgarle sin decir nada más.
            —Me gustaría pasarme el resto del día en la cama contigo, hyung —le dijo a SeungWoo después de colgar—, pero si me permites, tengo que ir a matar a mi compañero de piso antes de que le cuente a todo el mundo que estaba aquí y no me dejen vivir en paz el resto de mi vida.
            —Claro que te lo permito —murmuró éste—, pero solo si me das un beso antes de salir de la cama.
            —No tienes ni que pedirlo —respondió WooSeok.

Y, después, se acercó de nuevo al rostro del mayor para dejar un beso en sus labios, unos labios que desde ya estaba disfrutando demasiado porque se amoldaban a la perfección a los suyos y provocaban que su corazón no pudiera parar de latir como loco dentro de su pecho.

~

            —Entonces… —comenzó WooSeok, llamando su atención—. ¿Después de este semestre terminas la carrera? —le cuestionó. SeungWoo asintió—. A mí me quedan un par de semestres más para acabar… creo que va a ser raro esto de ir a la biblioteca de la facultad y no verte más por allí.
            —Siempre puedo probar y que me contraten —replicó él, con una sonrisa amplia—, para poder verte todos los días —y le guiñó un ojo, provocando que el otro chico casi se atragantara con su comida.
            Hyung~ —protestó WooSeok, siendo demasiado mono para su débil corazón.

            No obstante, antes de que le diera un infarto o algo por el estilo, la expresión adorable que acababa de adornar el rostro de WooSeok se volvió completamente diferente, mientras miraba más allá de su hombro. Su ceño se frunció, sus ojos se entrecerraron y el puchero que había formado en sus labios se deshizo de inmediato, apretando éstos en una fina línea. SeungWoo supo que debía de haber visto a alguno —o varios— de sus amigos en común o no, dirigiéndose hacia ellos, probablemente dispuestos a dar un rato la lata sobre lo mismo de siempre. No había sido una buena idea lo de tener una cita en la cafetería de la universidad, pero cuando ambos estaban hasta arriba de cosas que hacer y clases a horas intempestivas, el único lugar para verse un rato era la facultad.

            —¡Pero mira a quién tenemos aquí! —dijo una voz que a SeungWoo no le sonó nada, pero que provocó una mirada de odio infinita en WooSeok.
            —Si vienes a dar por saco, HwanHee, vete por dónde has venido antes de que te dé una patada y salgas por la ventana —replicó el chico.
            —Uy qué violencia —comentó el tal HwanHee, rodeando la mesa hasta ponerse al lado de WooSeok y frente a él mismo, tendiéndole su mano con una sonrisa—. Creo que nos vimos en la cena de antes del verano, pero no sé si llegamos a hablar, soy HwanHee.
            —SeungWoo.

Le dio la mano, pero la retiró rápido y miró al chico que ahora podía decir que era su novio, viendo que tenía los nervios crispados, como si la persona que estuviera allí fuera su peor enemigo. A SeungWoo le sonaba el nombre, no sabía si porque sí que se habían presentado en la cena aquella en la que trataron todos de hacer de celestinas con ellos o porque JinHyuk lo hubiera mentado en algún momento de su vida, por lo que al menos amigos eran, pero parecían del tipo de amigos que se pasaban la vida chinchándose el uno al otro y se odiaban a diario, pero después se llevaban bien —al menos esa era la impresión que le daba a SeungWoo—.

            —¿Vas a estar mucho rato aquí? —le cuestionó WooSeok al recién llegado cuando éste se sentó a su lado.
            —Había quedado para comer con GyuJin y DongYeol —contestó éste—. Hemos hecho un piedra-papel-tijeras que he ganado yo, así que los he mandado a comprarme la comida mientras yo buscaba sitio para sentarnos y mira qué casualidad en esta mesa hay mucho sitio.

            SeungWoo cómo WooSeok ponía los ojos en blanco después de aquello y no pudo evitar la pequeña risa que le entró porque tenía la sensación de que sabía exactamente lo que el chico estaba pensando —y esto era que sus amigos iban a estropearles la cita pululando por allí—.

            —Bueno… ahí hay varias mesas que están completamente vacías —replicó WooSeok, provocando una risita maléfica en el otro chico.
            —Pero en ellas no estás tú.

            WooSeok volvió a poner los ojos en blanco y lo hizo tan fuerte que durante un segundo tuvo verdadero miedo de que se le volvieran hacia atrás, pero al siguiente instante, ya volvía a tener sus dos ojos mirando al frente, mirando a SeungWoo pidiéndole con la mirada que lo salvara de alguna forma, pero a él no se le ocurría ninguna forma de poder salvarlo. Tampoco tuvo tiempo de pensar ninguna porque al instante llegaron hasta su mesa un montón más de chicos, no solo aquellos que HwanHee había nombrado… porque alrededor de la larga mesa del comedor de la cafetería se reunieron además de los ya avisados, HanSe, JinHyuk, ByungChan y unos cuántos chicos más que SeungWoo no conocía —suponía que uno de ellos debía ser GyuJin, pero no tenía ni idea de cuál ya que solo le sonaban sus caras de haberlos visto en la famosa cena—.

            —No puede ser verdad —murmuró WooSeok mientras todos se sentaban alrededor de ambos en la mesa.
            —¿Qué pasa? —le cuestionó JinHyuk—. ¿No quieres que estemos aquí porque estamos arruinando tu cita con SeungWoo hyung?

            WooSeok cerró sus ojos e inspiró hondo, probablemente tratando de calmarse un poco para pensar alguna excusa por la que pudieran estar comiendo juntos. Cuando hacía tan solo una semana habían hablado de que debían de salir juntos no habían hablado de que quizás también debían de decírselo a sus amigos que tanto por saco habían dado con el tema, pero habían obviado aquel pequeño detalle y durante aquel tiempo no se les había ocurrido que, en algún momento, quizás tenían que hacerles saber que habían dado aquel paso finalmente. No es que fuera aquel el mejor momento para hacerlo, la verdad, pero SeungWoo prefería decirlo ya antes de que se pusieran pesados y les dieran la cita. Cuanto más lo retrasaran, peor sería.

            —Un poco —fue lo que dijo, provocando que todas las miradas se dirigieran a él—. Habíamos quedado para comer y vernos un rato porque teníamos la semana bastante cargada de cosas y no íbamos a poder estar mucho juntos… pero os habéis acoplado a la cita.
            —¿Qué? —cuestionó ByungChan, a su lado, totalmente confuso.
            —Que estamos saliendo y os habéis acoplado a la cita —contestó de forma escueta y fácil de entender, porque parecía que todos se habían cortocircuitado.
            —¡No me lo puedo creer! —gritó JinHyuk, levantándose de la mesa dramáticamente—. ¿Desde cuándo?
            —¿No mucho? —murmuró WooSeok, volviendo a hablar.
            —¿Y no me lo habíais dicho? —cuestionó el chico de forma aún más dramática, llevándose una mano al pecho—. Yo pensaba que ambos erais mis amigos… pero se ve que no —se echó sobre ByungChan—. Solo te tengo a ti de amigo de verdad.
            —Ea, ea… —murmuró el chico, dándole unas palmaditas en la espalda mientras ponía los ojos en blanco—. Aunque eso no es lo que dijiste la otra vez… SeJin estaría muy herido al enterarse de que ya no es más tu favorito.
            —Qué ataque más gratuito —replicó JinHyuk, separándose todavía más dramáticamente de ByungChan—. Tú estás ahora en mi lista negra —se volvió hacia WooSeok—. Y tú… tú tienes que desembuchar cómo pasó todo con pelos y señales para que pueda extender la buena nueva entre los demás.

            WooSeok puso los ojos en blanco ante aquello por milésima vez en tan solo el rato, pero sabiendo que era mejor satisfacer su curiosidad en ese momento y dar por perdida aquella cita, pero no las siguientes porque ya no irían a molestarlos, les contó brevemente cómo habían comenzado a salir, para después pasar a responder preguntas tanto él como SeungWoo, de miles de cosas hasta que poco a poco cada uno comenzó a irse a sus respectivas clases después del almuerzo.

~

            SeungWoo le había propuesto una tarde de relax en su piso porque iba a estar solo en el lugar, ya que su compañero de piso YoHan iba a estar con JunHo celebrando que éste había acabado los exámenes de acceso a la universidad toda la tarde y WooSeok había aceptado la propuesta porque la alternativa era quedarse en la universidad adelantando trabajos o volver a su piso, donde SeungYoun y HanGyul cada día eran más atrevidos en su presencia y, pensando que estaba atento a otras cosas, se robaban besos o se agarraban el trasero o se decían cosas guarras al oído en un tono de voz quizás demasiado alto si estaban tratando de que WooSeok no se enterara de que estaban liados. Prefería mil veces estar de relax en el piso con SeungWoo antes que lo otro, por eso mismo allí se hallaba, tumbado en el sofá, con el mayor sobre su cuerpo, besándolo.

            No es que se hubieran propuesto hacer nada cuando llegaron al lugar, pero se habían sentado en el sofá, habían comenzado a hablar de lo que podían hacer, se habían mirado a los ojos intensamente durante unos momentos, y WooSeok no había podido evitar resistir la urgencia de lanzarse a los brazos del mayor y besarlo. Habían necesitado poco para pasar de los besos inocentes en los que solo sus labios se tocaban a unos mucho más ardientes, en los que sus lenguas comenzaron a entrar en acción, jugando la una con la otra hasta que el aire se había hecho necesario y se habían tenido que separar durante unos momentos para poder respirar de nuevo. Había durado poco… SeungWoo se había lanzado sobre él en aquella ocasión y WooSeok había acabado con la espalda contra los cojines del sofá mientras el mayor volvía a besarlo una y otra vez y él correspondía con demasiado gusto a aquellos besos porque los labios de SeungWoo se amoldaban a la perfección a los suyos y porque su cuerpo reaccionaba a ellos demasiado.

            Su corazón latía demasiado rápido y fuerte dentro de su pecho, su cuerpo lo sentía cada vez más y más caliente y, de vez en cuando, escalofríos recorrían su columna vertebral… y un leve gemido escapó de su boca cuando los labios de SeungWoo decidieron trazar un leve camino de besos por su mandíbula hasta acabar en su cuello, donde usó su lengua y sus dientes para dejar marca. WooSeok se quedó sin respiración una vez el gemido salió de sus labios y cerró sus manos en puños, agarrándose fuertemente al jersey del mayor. Quiso protestarle, decirle que aquello se lo tenía que haber avisado porque no se lo esperaba y aquel gemido se le había escapado sin su permiso, pero antes de que pudiera decir nada, el timbre de la puerta del piso sonó, retumbando en las paredes del lugar y provocando que SeungWoo alzara la cabeza de su cuello y lo mirara, ambos dedicándose miradas de confusión.

            —¿No decías que YoHan y JunHo no iban a venir en toda la tarde? —cuestionó, jadeante.
            —Y no lo iban a hacer —respondió SeungWoo, levantándose de su cuerpo—, y aunque lo hicieran habrían entrado directamente, no habrían llamado al timbre.
            —¿Puede ser vuestro casero? —WooSeok se sentó en el sofá mientras el otro chico, ya de pie, se encogió de hombros.
            —Normalmente avisa.

            Y, tras decir aquello, se alejó en dirección a la puerta de entrada, tratando de hacer el mínimo ruido posible con sus pisadas. WooSeok aprovechó adecentarse algo el pelo, que se le había revuelto al caer sobre el sofá y por la acción de los dedos del mayor entre su cabello, y para tratar de calmarse, aunque fuera solo un poco. Tenía que estar encendido como un farolillo por todo lo que había pasado entre ellos en tan solo unos minutos y su corazón no paraba de saltar dentro de su pecho —al menos daba gracias por no haberse puesto demasiado caliente, porque no había tenido tiempo para que se le formara una erección entre las piernas—.

            —Me cago en mi puta vida —murmuró SeungWoo cuando éste volvió al salón y su corazón se quedó paralizado durante un segundo.
            —¿Qué pasa? —le preguntó.
            —Mi hermano DongPyo —replicó—. Supongo que algún vecino lo habrá dejado entrar porque lo han visto más veces por aquí en los años que llevo en este piso… pero este niño siempre me avisa de cuándo va a venir para tenerlo todo preparado y no se ha dignado a decirme nada… ni él, ni mis padres —se quedó callado durante un momento—. Me parece muy fuerte.
            —Supongo que le vas a abrir, ¿no? —preguntó WooSeok.
            —¿Qué remedio? No lo puedo mandar de vuelta a Busan, así como así —dijo el mayor, soltando un suspiro profundo—. Aunque ahora mismo lo único que me apetece es seguir besándote en el sofá… —le guiñó un ojo y su corazón dio un vuelco.
            —Oh dios mío… ve a abrirle la puerta a tu hermano y no me mates —dijo, provocando que SeungWoo soltara una carcajada preciosa antes de irse de nuevo hasta la puerta del piso.

            WooSeok trató de calmar su corazón de nuevo y luego abrió su mochila para sacar un par de libros y abrirlos sobre la mesa baja del salón, para fingir que allí no había pasado absolutamente nada y que simplemente eran dos personas que estaban haciendo cosas de la facultad y no otro tipo de cosas. Unos momentos después, escuchó cómo la puerta del piso se abría y SeungWoo le daba la bienvenida a su hermano menor preguntándole qué hacía allí y por qué no lo había avisado de que iba a ir, seguida de una respuesta con una voz cantarina que no entendió del todo por el marcado acento de Busan y la lejanía, antes de que la puerta se cerrara y las voces se volvieran cada vez más claras y cercanas.

            —Quería hacer un viaje después de acabar las pruebas de acceso a la universidad, pero no me dejaban irme a ningún lugar que no conociera ya de antes solo… y entonces mamá me dijo que me viniera aquí contigo y que visitara Seúl, que si me cogen me vendré a estudiar aquí el curso que viene… —estaba contando el chico que recién había llegado antes de verlo a él en el salón y quedarse callado de golpe—. Este no es YoHan —murmuró.
            —No, no es YoHan —replicó SeungWoo, riendo—. Es mi amigo WooSeok que estaba echando la tarde aquí preparando un trabajo —explicó, habiéndose dado cuenta de los libros sobre la mesa.

            WooSeok se levantó del sofá y se acercó hasta el chico de ojos grandes y bajito, incluso más bajito que él y eso ya era un récord, porque todas las personas que conocía eran mucho más altas que él —incluso el hermano de HanGyul que no era más que un crío de mierda era mucho más alto que él—, esbozando una sonrisa y tendiéndole la mano para presentarse.

            —Soy Kim WooSeok, un amigo de tu hermano —le dijo.
            —DongPyo —respondió el chico.

Después, lo miró de arriba abajo, fijando su mirada oscura en sus labios probablemente rojos e hinchados todavía por los besos y el chupetón de su cuello, que ya había debido de comenzar a coger color. Aquel niño no tenía que ser muy listo para sumar dos más dos y que si había un chico con los labios hinchados en el salón de su hermano y su hermano los tenía exactamente igual… precisamente amigos no debían de ser. No obstante, el chico no dijo nada en ese momento y simplemente se dirigió hacia SeungWoo.

            —Voy a dejar mis cosas en tu cuarto, hyung —anunció, antes de dirigirse hacia allí, saliendo del salón y de la vista de ambos.
            —Tu hermano sabe que estamos enrollados… —no pudo evitar murmurar WooSeok.
            —No es tampoco nada del otro mundo —replicó SeungWoo—. Ya saben todos que soy gay desde hace años, lo normal es que en algún momento estuviera con algún chico.
            —Es verdad… —concedió—, pero eso no quita que tu hermano nos ha pillado en mitad de estar enrollándonos en el sofá… menos mal que no ha podido entrar de sopetón y vernos, no quiero cargar con los traumas de un niño en mi consciencia.
            —No te preocupes —dijo el chico, dándole un beso sobre la sien y abrazándolo por los hombros—, no creo siquiera que lo mencione.

            Y SeungWoo tuvo razón, porque cuando su hermano menor salió de su habitación después de haber dejado todas sus cosas y se fue con ellos al salón, no dijo absolutamente nada de lo que había descubierto… pero WooSeok no pudo evitar sentirse observado muy fijamente durante el resto del tiempo que pasó en el lugar —y la verdad era que las miradas que DongPyo le lanzaba le ponían los pelos de punta—.

~

            —Bueno… ya que estamos todos aquí… —comenzó SeungYoun, una vez llegaron todas las personas que tenían que llegar a aquella “cena de Navidad” antes de empezar oficialmente el periodo de exámenes que habían montado entre más de veinte personas porque allí había amigos, amigos de amigos y amigos de amigos de amigos—. WooSeok… ¿te has acostado ya con tu novio?

            SeungWoo vio en primera plana cómo WooSeok se atragantó con lo que estaba bebiendo y espurreó todo el líquido por la mesa y le dedicó una mirada de advertencia al compañero de piso de su novio mientras le daba palmaditas en la espalda a éste para que no se asfixiara mientras tosía como si se le fueran a salir los pulmones. Tanto la pregunta, como la reacción de WooSeok provocaron miradas cómplices y murmullos entre todos los que estaban allí y SeungWoo sabía que era porque habían sido la comidilla de sus amigos durante muchos meses —algo que realmente no había cambiado desde que oficialmente habían comenzado a salir, varias semanas atrás, porque seguían molestándolos cada vez que se les ocurría algo… como en aquella ocasión acababa de hacer SeungYoun—.

            —¿Tienes que estar metido hasta en el jarrillo de mear? —le cuestionó WooSeok al otro una vez pudo volver a respirar con normalidad.
            —Como buen amigo que soy me preocupo de tu vida sexual —replicó éste—, además, tengo que saberlo por si en algún momento os venís al piso tengo que estar preparado y ponerme tapones para no escucharos.
            —Qué considerado y previsor —dijo WooSeok irónicamente—. Quizás debería yo de hacer lo mismo también —y el chico esbozó una sonrisa que no presagió nada bueno—. ¿Cuántas veces te has acostado con HanGyul en el sofá mientras no había nadie en el piso?

            Y, en aquel momento, fue el turno de HanGyul de ahogarse y comenzar a toser, aunque no había bebido nada… y el turno de quedarse toda la mesa completamente en silencio porque nadie se había esperado aquello. SeungWoo incluido, porque su novio no le había dicho nada… tampoco le interesaba demasiado, SeungYoun y HanGyul eran dos personas a las que había visto en tan solo unas pocas ocasiones y le daba igual lo que era de su vida privada, solo le interesaban si algo que hicieran provocaba que WooSeok se sintiera incómodo en su piso —algo que en los últimos tiempos había sucedido bastante y el chico había pasado mucho tiempo en su piso… no es que se quejara tampoco—.

            —¿Cómo? ¿Cómo? —dijo JinHyuk—. ¿Qué esos dos están liados? —preguntó, señalando a SeungYoun y HanGyul. WooSeok asintió.
            —Sí. Estamos liados —replicó en ese momento SeungYoun, provocando que HanGyul volviera a ahogarse y a toser.
            —¡Hyung! —protestó éste entre toses.
            —¿Qué? Es la verdad —contestó el otro—. Ya que sale a la luz no lo vamos a negar… pero, ¿cómo te has enterado de que nos enrollamos en el sofá? —cuestionó, mirando a WooSeok.
            —Porque os vi un día —contestó—, que sepáis que yo tengo un trauma después de eso y que salvé a tu hermano —señaló a HanGyul— y a su amigo el vecino de debajo de un trauma innecesario a tan corta edad. De nada por no dejar que tu hermano te viera medio en bolas follando con tu compañero de piso.

            Todo el grupo estalló en cuchicheos y en carcajadas después de escuchar aquello, haciendo que toda la gente que se encontraba en el lugar, ajenos completamente a su grupo y a lo que estaba pasando en éste, se giraran hacia ellos para ver qué era lo que estaba pasando y mirarlos mal de paso por el jaleo que estaban montando. SeungWoo aprovechó el tumulto y que la atención de todo el mundo estaba puesta en SeungYoun y HanGyul, pidiéndoles explicaciones por haber sido unos capullos y no haberles contado que estaban saliendo juntos desde a saber cuando para girarse hacia WooSeok y llamar su atención tocándole el muslo con su mano.

            —¿Es por esto que te has estado viniendo mucho más a mi piso en estas últimas semanas? —le cuestionó.
            —Entre otras cosas —asintió el chico—. Cada vez que pasaba por el salón de mi piso y veía el sofá me daban ganas de tirarlos a los dos por la ventana, así que, pasaba de estar allí y si me quedaba en mi habitación haciendo cosas ellos y el hermano de HanGyul y sus amigos no paraban de dar la lata —contó—, y cuando no estaban así, los escuchaba reírse tontamente y los muelles de la cama del cuarto de SeungYoun… así que, prefería mil veces estar contigo porque me asfixian demasiado y tú eres como una brisa de aire fresco.
            —Gracias por la parte que me toca —murmuró él en respuesta, sintiendo cómo su corazón explotaba ante la encantadora sonrisa que WooSeok le dedicó justo después.

            Ya llevaban algo de tiempo juntos, pero su corazón todavía no se acostumbraba a las sonrisas de WooSeok, aquellas que solo le dedicaba a él, como tampoco se acostumbraba del todo a tenerlo alrededor durante mucho tiempo porque acusaba las consecuencias de estar latiendo como loco bastante rato. SeungWoo sentía que aquello no iba a cambiar en los próximos tiempos y que iba a seguir sufriendo ataques al corazón por cada cosa que hiciera WooSeok junto a él o para él y no quería ni imaginarse lo que sería cuando en algún momento surgiera la oportunidad de acostarse juntos, como había sugerido SeungYoun antes de que la conversación cambiara. Su corazón casi saltó dentro de su pecho nada más con pensarlo y SeungWoo acabó agarrando su bebida para darle un largo trago y así calmar un poco la sed que acababa de aparecer en su garganta. No podía ni pensarlo sin que le diera un ataque, cuando se pusieran a ello lo mismo lo tenían que llevar al hospital con un infarto… estaba ya mayor para esas cosas.

            —Me encanta esta gente —le dijo YoHan, a su otro lado, sacándolo del trance en el que se había metido él solito. SeungWoo lo miró confuso porque no sabía a qué se refería—. ¿No los estás escuchando? —movió negativamente su cabeza para contestarle a su pregunta—. Pues están sacando trapos sucios todos de todos para tratar de cambiar de conversación y que se enfoquen en otra gente —el chico rio—. Ahora mismo acaba de cambiar el tema y tu amigo SeJun está sacando trapos sucios de HanSe y DongYeol y se le ha unido HwanHee a ello para sacar todavía más.
            —Menos mal que a ti te conocen poco —murmuró en respuesta—, porque sino ya estarían sacando trapos sucios tuyos con JunHo.
            —Shhhhhhh… no lo digas muy fuerte —replicó YoHan.

            SeungWoo soltó una pequeña carcajada en aquel momento, llamando la atención de la mesa hacia ellos y convirtiéndolos en el tema de conversación automáticamente. Y, de aquella forma, la “cena de Navidad” se convirtió en una verdadera cena de Navidad con todo el mundo sacando trapos sucios de los presentes.





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