Título: Do you know the taste of coffee?
Autora:
Riz Aino
Pareja:
OngHwang (Hwang MinHyun + Ong SeongWoo) (Wanna One – NU’EST)
Clasificación:
PG–13
Género:
AU, college, romance, fluff, humor
Número de palabras:
1.404 palabras
Resumen:
MinHyun y SeongWoo planean un viaje a la playa durante las vacaciones de
Navidad para disfrutar del mar de invierno.
Notas: historia
escrita porque estos dos idiotas se dedicaron un día a ligar por
ig y me dieron muchos feels.
Comentario de autora:
quería despedir el año con algo cute y esta situación se cruzó en mi camino,
así que, no pude detenerme a escribir la historia. Mil gracias a Ara por
enseñarme el post y darme la idea. Espero que os guste.
MinHyun caminaba distraídamente por
la playa, simplemente disfrutando del paisaje, con las manos metidas en los
bolsillos del abrigo grisáceo que vestía, siendo increíblemente precioso incluso
sin hacer nada. SeongWoo no pudo evitar sacar su cámara y apuntar en su
dirección para sacar una foto de él en aquel escenario extraño y hermoso que
era la playa en invierno, envuelta en nubes y helada, siendo bendecida con la presencia
de MinHyun en ella. En el momento en el que el clic de la cámara sonó en el
silencio que solo era roto por el sonido de las olas chocando contra la arena,
MinHyun giró su rostro hacia él y SeongWoo tomó otra fotografía de su novio. Éste
le sonrió encantadoramente y le indicó con la mano que fuera junto a él, pero
SeongWoo negó con su cabeza y siguió haciéndole fotos, queriendo inmortalizar
aquel momento. Unos momentos más tarde, MinHyun se cansó de esperar que fuera a
su lado y al final acabó acercándose a SeongWoo, colocándose frente a él y
tapando con su mano el objetivo de su cámara, mientras le dedicaba una de
aquellas sonrisas que tanto adoraba porque lo hacían sentir en casa, tranquilo,
a gusto, feliz, en paz, esas sonrisas amplias que le llegaban a los ojos y que
hacían que éstos se volvieran dos medias lunas. MinHyun solo solía sonreír así
cuando estaba con él y SeongWoo atesoraba todas y cada una de las sonrisas que
le dedicaba.
—Me gusta este lugar —comentó
MinHyun—. Me recuerda a casa.
—A mí también me gusta —respondió él.
Era extraño para ellos estar lejos
de la capital, donde estudiaban, pero habían decidido hacer una pequeña
escapada en las vacaciones de navidad a Incheon para acercarse a la playa en
invierno y disfrutar de ella de una forma en la que nunca lo habían hecho
juntos. MinHyun siempre le había contado lo mucho que le gustaba pasear por la
playa de vuelta a casa tras el instituto en invierno y, aunque SeongWoo nunca
antes lo había hecho, podía sentir la felicidad de MinHyun y los buenos
recuerdos que estar allí le traía. Quizás hacía un poco de frío y la brisa marina
solo provocaba que hiciera más frío, pero se estaba bastante bien allí y
SeongWoo se alegraba de haber hecho aquel viaje a pesar de todo el tiempo que
habían tardado en planearlo y que éste se hiciera realidad porque no querría
estar en ningún otro lugar del mundo con MinHyun, simplemente disfrutando de su
compañía, ellos dos solos, en esa playa que estaba completamente desierta
porque el día amenazaba lluvia.
—Oh —dijo MinHyun, sorprendido,
mirando al cielo—. Está lloviendo.
Como si la hubiera invocado al pensar
en ella, la lluvia había hecho su aparición y pequeñas gotas comenzaban a caer
desde el cielo, lentamente. SeongWoo no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa
mientras guardaba su cámara para que ésta no se mojase, sin poder apartar la mirada
de MinHyun, que parecía encantado también con la lluvia. Cuando cerró el
estuche de la cámara, tomó la mano de MinHyun y le dio un leve apretón para
llamar su atención y que lo mirase.
—Vamos a una cafetería —le dijo—. No
podemos mojarnos, no traemos ropa para cambiarnos.
MinHyun asintió y apretó su mano,
antes de que ambos comenzaran a andar, cogidos de las manos, para salir de la
arena de la playa antes de que ésta se mojara, les fuera mucho más complicado caminar
por ella y se les llenaran los zapatos. Cerca de la playa había un montón de
cafeterías, así que, no les costó nada encontrar una en la que pudieran entrar
a guarecerse un poco de la lluvia y calentarse un poco antes de que saliera su
bus de vuelta a Seúl. El viaje había sido corto, ida y vuelta en el mismo día,
ni siquiera se quedarían a cenar en Incheon porque tenían que estar de vuelta
en la residencia antes de que les cerrasen las puertas y los horarios de los
autobuses no habían combinado para hacerlo de otra forma, pero el día que estaban
pasando allí, SeongWoo no lo cambiaría por absolutamente nada del mundo.
—¿Qué quieres de beber? —le
preguntó MinHyun en cuanto dejaron sus abrigos sobre las sillas
de la mesa en la que se iban a sentar—. Hoy invito yo en agradecimiento por
haberme cumplido el capricho de venir a la playa en invierno.
SeongWoo no pudo
evitar sonreír por aquello. El viaje había sido preparado porque un día MinHyun
le había enseñado un poema de uno de sus autores favoritos hablando de la playa
en invierno y después le había hablado de sus hábitos en el instituto y de lo
mucho que echaba de menos el mar porque cuando bajaba a Busan, a casa de sus
padres, apenas tenía tiempo para acercarse al mar. SeongWoo simplemente le
había contestado que podían ir ese invierno y al final habían pasado varios
días buscando un día para poder hacer el viaje y las mejores combinaciones para
hacerlo.
—Lo que te pidas tú
—respondió al final.
—¿Estás seguro? —inquirió
MinHyun, alzando levemente una de sus cejas—. Voy a pedirme café, ¿sabes acaso
cómo sabe el café?
MinHyun se inclinó
sobre él al hacerle aquella pregunta, rozando con sus labios su oreja y provocando
que un escalofrío recorriera todo su cuerpo. No era corriente que su chico se
comportase de aquella forma, normalmente era él quien hacía las bromas, quién
lo molestaba en mitad de clase susurrándole chistes que lo desconcentraban o lo
hacían reír cuando lo único que éste quería hacer era tomar apuntes, quién lo
tentaba en los momentos menos esperados y le decía que quería comérselo entero
a besos, lamer su sudor y disfrutar de su voz en la cama. No era nada corriente
que MinHyun empezase una broma, pero cuando lo hacía, SeongWoo nunca se quedaba
atrás.
—No, no tengo ni
idea de a lo que sabe el café —le contestó, dedicándole una sonrisa pícara—,
pero me gustaría saberlo besando tus labios.
SeongWoo pudo ver
cómo el color rojo se extendía rápidamente por las mejillas de MinHyun y teñía
sus orejas también, antes de que éste le diera la espalda y fuera casi
corriendo hasta la caja para pedir sus bebidas. Una sonrisa se extendió por su rostro,
encantado, porque solo él —o las cosas terriblemente embarazosas— provocaban
aquella reacción en MinHyun y le gustaba ser el único que tenía el derecho de provocarla
y el privilegio de verla. No obstante, su sonrisa satisfecha por haber
conseguido devolverle la broma a MinHyun, acabó convirtiéndose en una sonrisa
pícara, porque lo único en lo que ahora podía pensar era en tomar los labios de
su novio una y otra vez para saborear el café… y no creía que pudiera esperar
mucho para hacerlo.
MinHyun volvió un
poco más tarde con un par de cafés en sus manos y ambos bebieron aquel amargo
manjar de los dioses, agradeciendo el calor de la cafetería y del café en sus
manos, hablando de todo y de nada, disfrutando a veces del cómodo silencio que
se colaba en sus conversaciones, hasta que se acercó la hora en la que su bus
se iba. Tenían el tiempo justo para llegar hasta la estación de autobuses, pero
eso no impidió que SeongWoo quisiera dedicar un par de minutos extra a saborear
el café de los labios de MinHyun, en un callejón apartado del tránsito de la
gente, lamiendo su boca, enredando su lengua con la de su chico y dejándolos a
ambos sin respiración, completamente encantado por cómo sabía el café en sus
labios, mucho más dulce y exquisito que el de la taza.
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