Título: The trials and tribulations of teens in love
Autora: Riz Aino
Pareja: MinYun (DongYun + MinSeo)
(DRIPPIN)
Clasificación: PG
Géneros: AU, fantasy, magic,
high school, romance, fluff
Número de
palabras:
1.605 palabras
Resumen: MinSeo está enamorado
de DongYun… por eso, hará lo que sea necesario para que éste sea feliz, incluso
si su felicidad está junto a JunHo.
Notas: no sé si habéis visto
la serie “Los protegidos”, pero yo la vi hace eones, apunté esta idea gracias a
un capítulo de la serie y me olvidé por completo hasta que decidí que era hora
de rescatarla.
Comentario
de autora:
una vez saquí la idea del baúl, estuve que no me aguantaba las ganas de
escribirla porque tenía muchísimas ganas. Espero que os guste.
The trials and tribulations of
teens in love
—Voy a estar triste ahora que JunHo
se va —comentó DongYun mientras almorzaban, mirando en dirección al otro chico,
sentado unas mesas más allá con sus amigos—. Nunca voy a poder confesarle lo
mucho que me gusta.
MinSeo sintió cómo se clavaba una
aguja en su corazón, profundo, hondo y le dolió el pecho, pero trató de
consolar a su mejor amigo, a la persona de la que llevaba enamorada tres años.
—Siempre puedes tratar de declararte
antes de que se vaya —le dijo, tratando de darle una solución—. No sé si
cambiará algo o no, pero al menos le habrás dicho cómo te sientes.
—No sé… no creo que pueda hacer algo
como eso… —replicó DongYun, hundiendo la cuchara en su sopa y no volviendo a
levantar la cabeza en el resto del almuerzo.
MinSeo no pudo evitar dedicarle
miradas furtivas de odio a JunHo aquel día porque DongYun se veía realmente
afectado por todo el tema de su marcha del instituto. No sabía todos los
detalles a pesar de que el chico estaba en su clase y de vez en cuando
hablaban, pero sus padres se tenían que mudar de ciudad por trabajo y se tenía
que cambiar de instituto para poder irse con ellos. había sido en el momento en
el que DongYun se había enterado de que al final del mes se iba a ir cuando su
amigo por fin le había confesado quién era el chico que le gustaba y había
llorado por ese motivo. MinSeo no odiaba a JunHo, le caía bien, era divertido y
encantador, además, era muy guapo, entendía a la perfección que DongYun se
hubiera enamorado de él… pero le dolía… le dolía porque él había estado
enamorado de DongYun desde hacía tres años y jamás había tenido la oportunidad
de decirle lo mucho que le gustaba, de declararse, porque eran amigos y DongYun
no lo veía de aquella manera. No obstante, a pesar de que le dolía, MinSeo
decidió que haría todo lo que estuviera en su mano para hacer feliz a DongYun y
si su felicidad estaba junto a JunHo, eso lo haría feliz a él porque lo único
que quería era que su amigo fuera feliz.
—¿Si te consigo un rato a solas con
él te declararías? —le preguntó, antes de que finalizara el almuerzo ese día—. Queda
una semana para que se vaya.
—No estoy seguro —murmuró DongYun,
alzando la cabeza por fin, pero con una especie de brillo en su mirada—. Podría
tratarlo.
—Te conseguiré un momento a solas
con él —le prometió.
~
Decirlo era mucho más fácil que
hacerlo. MinSeo y JunHo no eran amigos solo eran compañeros de clase y, aunque
solían hablar, no supo cómo podía sacarle aquel tema y durante los siguientes
días se vieron completamente frustrados todos sus intentos, de modo que llegó
el viernes y MinSeo no había conseguido absolutamente nada. No obstante, no
quería decepcionar a DongYun porque éste se había pasado toda la semana
tratando de hacerse a que aquel último día iba a poder declararse a JunHo, por
ese motivo, aunque no fuera la cosa más ética que hubiera hecho en su vida,
MinSeo dcidió usar sus poderes para poder ayudar a DongYun.
No lo sabía mucha gente. En realidad,
las pocas personas que lo sabían eran su familia y un círculo muy cerrado y
cercano a sus miembros. DongYun lo sabía porque lo había pillado in fraganti
una vez que había entrado en su habitación sin avisar, y lo había visto practicando
cómo convertirse en otra persona delante del espejo. MinSeo casi lo había
encerrado en su casa aquel día mientras le explicaba que era un cambiaformas y
que no podía contarle lo que había visto a nadie porque entonces pondría en
peligro a muchísima gente e incluso se pondría a él mismo en peligro. DongYun
había prometido que no se lo diría a nadie y no lo había hecho, solo de vez en
cuando, en la intimidad de la habitación de MinSeo, cuando estaban juntos y
solos en la casa, le preguntaba si podía convertirse en diferentes personas o
animales porque le parecía algo increíble y MinSeo lo trataba de hacer, primero
porque era algo que a DongYun le encantaba y segundo porque era uno de los
pocos momentos en los que el chico lo miraba completamente embelesado y MinSeo
se sentía encantado con aquella clase de atención de parte de su amigo.
No había sido su intención inicial
usar sus poderes, realmente había buscado la forma de hacer que JunHo y él se
quedaran un rato a solas, pero no le había sido posible conseguirlo y, al
final, acabó decidiendo que la única forma de que DongYun pudiera quitarse esa
espinita clavada de no poder contarle a JunHo cómo se sentía antes de que se
fuera, era que él se convirtiera en JunHo. Por eso, ese último día estudió perfectamente
los rasgos de JunHo para convertirse en él y así ayudar a DongYun con aquello. Lo
citó en la azotea, uno de los pocos lugares a los que no iba nadie en aquel
instituto y esperó de forma impaciente a que su amigo apareciera allí, su
corazón latiendo demasiado rápido dentro de su pecho. Cuando DongYun finalmente
apareció ante él, lo hizo pareciendo realmente nervioso y MinSeo no pudo evitar
ponerse todavía más nervioso, pero inspiró hondo e intentó interpretar su papel
lo mejor que pudo.
—Me dijo MinSeo que querías hablar
conmigo antes de que me fuera —comentó—. ¿Qué era lo que querías decirme?
DongYun se acercó a él, lentamente, mirándose
los pies, titubeando y el corazón de MinSeo, dentro de la apariencia de JunHo,
se congeló por completo cuando el chico se quedó a escasos centímetros de su
cuerpo y alzó su cara para mirarlo, sus ojos castaños oscuros, como nueces, mirándolo
directamente a los ojos, dejándolo sin aliento también.
—Quería decirte que me gustas mucho —replicó
DongYun.
MinSeo había preparado un pequeño discurso
para decirle que a él también le interesaba un poco, pero que ahora que se iba
no creía que fuera el mejor momento porque las relaciones a distancia no salían
nunca bien, pero que agradecía sus palabras. Sin embargo, no pudo decir
absolutamente nada porque antes de abrir su boca siquiera para contestarle,
DongYun salvó la escasa distancia que los separaba y lo besó. No fue un beso
largo, sino un simple y breve contacto de sus labios, pero dejó a MinSeo
tambaleándose porque no se había esperado nada como aquello. Su corazón
latiendo como loco dentro de su pecho porque, aunque DongYun hubiera querido besar
a JunHo, a quien había besado había sido a él… aunque nunca lo supiera… o eso
era lo que MinSeo creía.
—Puedes cambiar, MinSeo —le dijo,
todavía demasiado cerca de su boca porque su aliento chocó contra sus labios—. Sé
que eres tú y sé que has hecho esto con toda la buena intención del mundo, pero
no era necesario que lo hicieras.
MinSeo se quedó completamente
paralizado. Ni en sus peores escenarios se había imaginado que DongYun pudiera
descubrir que era él y no JunHo el que lo estuviera esperando en la azotea,
pero aquello había pasado y no sabía cómo debía reaccionar. Tragó saliva,
tratando de encontrar una forma de buscar el perdón de su amigo porque seguro
que estaba terriblemente enfadado con él, pero antes de poder decir nada más,
DongYun volvió a acercarse a sus labios para dar otro beso breve.
—Por favor, cambia a tu forma de verdad
porque ya que me he atrevido a besarte quiero hacerlo contigo y no contigo en
la forma de JunHo —le dijo el otro.
—¿Cómo lo…?
MinSeo quiso preguntar muchas cosas,
pero no supo cómo exponerlas y simplemente acabó haciéndole caso a DOngYun,
transformándose de nuevo en él mismo. En el momento en el que volvió a su
cuerpo, su amigo volvió a besarlo, esa vez dándole un beso mucho más largo,
llevando sus manos hasta sus mejillas y agarrándose con fuerza a su rostro.
MinSeo se sintió mareado porque ni en sus mejores sueños se hubiera imaginado
que DongYun lo besara, menos que lo besara de aquella forma, dejándolo sin
aire, dejándolo completamente seco, con el corazón latiendo demasiado rápido
dentro de su pecho y, además, sumamente confuso.
Entre besos y entre sonrisas DongYun
le explicó que todo eso de que le gustara JunHo había sido un paripé para ver
cómo reaccionaba porque la persona que siempre le había gustado había sido él y
que ahora que había conseguido el valor para declarársele no pensaba dejar de besarlo
y que se acostumbrara a ello. Y MinSeo devolvió los besos y esbozó demasiadas
sonrisas tontas mientras lo escuchaba porque no se podía creer que estuviera
viviendo aquel sueño, pero siendo la persona más feliz del planeta.
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