Mostrando entradas con la etiqueta Capítulo 8. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Capítulo 8. Mostrar todas las entradas

jueves, 15 de agosto de 2019

[Chapter 8] Love Game {Varias}


Chapter 8

            La situación era insostenible. Realmente hacía días que lo era, pero SunWoo estaba hartísimo de todo aquello y quería hacer algo para cambiar las cosas porque no podía ser que desde que había pasado lo del beso, HyunJoon ni siquiera se hubiera acercado a él a pedirle explicaciones. Por una parte, era mejor así porque SunWoo no estaba seguro de qué narices era lo que le iba a decir si éste le preguntaba por el tema en cuestión, pero podía salir por cualquier cosa, podía mentirle, podía decirle lo que fuera para que éste quisiera seguir hablándole. Llevaban conociéndose mucho tiempo y eran los mejores amigos, tendrían que haberlo hablado como mínimo… pero cada vez que habían estado juntos en la cabaña y solos, el otro había huido antes de que pudiera esbozar una palabra siquiera. Vale que él estuviera enamorado de HyunJoon, no lo negaba, pero podría negarlo si éste se lo preguntara, podría negar sus sentimientos de la misma forma que lo había estado haciendo todo el tiempo desde que se había dado cuenta de que tenía aquellos sentimientos por su amigo y así podrían hablar tranquilamente y solucionarlo todo.

jueves, 29 de noviembre de 2018

[Chapter Eight] 20th Century Love {SeungIn}


Chapter Eight

Pensar y dar vueltas a las cosas se había convertido en lo único que InSeong había comenzado a hacer más que cualquier otra cosa en los últimos tiempos y eso que antes ya le había dedicado mucho tiempo a pensar en todo lo que le sucedía en la vida. Sin embargo, desde la llegada de Park SeungJun a su vida, pensar se había convertido en una rutina de la que el chico no podía escapar... no podía escapar porque tenía demasiados pensamientos a la vez a los que les debía de poner algún tipo de orden sino quería volverse completamente majara, mucho más desde aquel día en el hospital, aquel día en el que SeungJun le había declarado sus sentimientos, lo había besado y luego habían dormido el uno junto al otro. InSeong tenía muchísimo que pensar sobre aquello, sobre el por qué ninguna de las cosas que habían sucedido lo había desagradado o escamado, pensar en el por qué no quería matar a SeungJun, en vez de seguir preocupado por su maldito estado de salud.

jueves, 12 de octubre de 2017

[Capítulo 8] The Secret {Varias}


Capitulo Octavo


            YeoReum había dejado atrás el bosque que guardaba a la raza de los elfos de los curiosos humanos hacía ya bastante tiempo y, a lomos del espíritu que siempre la acompañaba, había comenzado a atravesar el territorio humano en busca del lugar que le había dicho su mentora. Ambos iban camuflados, invisibles al ojo humano, por lo que no deberían de tener ningún problema antes de llegar al templo de la diosa de la paz y, una vez llegaran allí, estarían a salvo de todo. Era la primera vez que ambos dejaban el bosque, la primera vez que se alejaban de la seguridad que éste siempre les había proporcionado; pero era por una buena causa, era por ayudar en todo lo posible a que la batalla que estaba por llegar se decantara a favor de los que querían conservar el mundo tal y como este se encontraba. Por eso YeoReum no había siquiera dudado cuando la elfa de mayor edad le había dicho que el futuro no estaba completamente decidido y le había pedido que le dijera lo que debía hacer para ayudar.

jueves, 8 de diciembre de 2016

[Capítulo 8] El Instituto de la Muerte {Varias}



            De la noche anterior habían sacado en claro quién debía ser el fantasma vengativo y ese no era nadie más que Kim JongIn. Ahora ya tenían mucho más que la semana pasada, cuando no sabían absolutamente nada de lo que sucedía, ni sabían siquiera si aquel espírituo existía. Al menos habían avanzado bastante y Lu Han casi sentía que estaba próximo a volver a tener a su hermano menor entre sus brazos de nuevo. El chico terminó de colocarse la chaqueta del uniforme del instituto y luego salió de casa en dirección a las clases mucho más motivado que los anteriores días.

miércoles, 24 de junio de 2015

Triwizard Tournament

Capítulo 8
Tras las Confesiones

            Cuando JongIn se levantó a la mañana siguiente sentía que la cabeza le iba a estallar y el sol que entraba por la ventana no ayudaba demasiado a que ese dolor se mitigara. El chico no se sentía muy bien y no tenía gana alguna de moverse, pero sentía que tenía que hacerlo, había algo en su cabeza que le decía que tenía que hacerlo, aunque no sabía qué era. Con mucho cuidado y lentitud, JongIn se levantó de la cama y miró a su alrededor, dándose cuenta de que su amigo TaeMin ya no se encontraba allí.

viernes, 1 de mayo de 2015

Nothing Matters (when you're in love)

Capítulo 8
Toda la Verdad



            Llegamos a casa después de dejar a JunMyeon en el aeropuerto y nada más entrar, me encontré de frente con Fan. Los dos nos quedamos durante unos segundos estáticos, sin decir nada, solo mirándonos con sorpresa, porque ninguno pensaba que nos fuéramos a encontrar tan de sopetón en aquel momento. Solo salí de mi ensimismamiento cuando noté una mano en mi hombro y me giré rápidamente, viendo cómo MinShuo me sonreía y movía su cabeza afirmativamente, indicándome que ya que tenía a mi primo allí, que no desperdiciase la oportunidad de hablar con él.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

EXO 3ª Temporada

Capítulo 8
Reencuentros



            Me encontraba tumbado sobre la cama de mi habitación, aprovechando que estaba completamente solo ya que YiXing se encontraba con Kevin en alguna parte, tampoco me importaba mucho el sitio, simplemente quería estar unos momentos a solas para pensar. Hacía algunas horas había recibido la llamada de JongIn comentándole que SeHun se había desmayado a causa de utilizar sus poderes contra un enemigo.

            Aquello me había cabreado muchísimo, ya que mi pequeño había sufrido por causa de un ataque y aquello podría haberlo evitado teniendo con él las aguas milagrosas que había recogido en Changsha y que había tenido que utilizar con MinSeok. Por eso necesitaba un poco de calma. Ya había vuelto de visitar a mi chico y me había quedado un poco más tranquilo, aun así, lo único que deseaba era que SeHun no sufriera ningún tipo de daño.

            Mi teléfono móvil comenzó a sonar con Super Hero – VIXX, el tono que le tenía asignado a JongIn, y rápidamente me levanté de la cama y fui hacia el escritorio, donde se encontraba mi teléfono móvil y lo cogí, recibiendo la llamada, ya que temía que algo más grave le hubiera pasado a SeHun. Sin embargo, no fue la voz del moreno la que escuché al otro lado de la línea, sino la de mi chico.

            —Hannie —lo escuchó murmurar.
            —¿SeHunnie? ¿Estás bien? —pregunté atropelladamente, feliz por escuchar aquella voz.
            —Sí, estoy perfectamente —le respondió—. Un poco cansado, pero nada que no se pueda arreglar pasándome toda la noche durmiendo.
            —Me alegra escuchar eso —dije algo más aliviado.
            —¿Estabas muy preocupado por mí?
            —Demasiado —contesté, esbozando una pequeña sonrisa, casi viendo la expresión de satisfacción que apareció en su rostro al escuchar mis palabras.
            —Estoy bien —susurró—. No ha sido nada grave.
            —¿De verdad?
            —De verdad.
            —Veámonos mañana tras las clases.
            —Por mí perfecto.

-oooOOOooo-

            Cuando llegué a mi trabajo no me esperaba que allí se encontrara Kevin, terminando su turno. Hacía tiempo que no lo veía en aquel lugar, ya que se había cambiado al turno contrario para no cruzarnos cuando comenzó con su paranoia de que el enemigo no debía relacionarnos. Así que aquello me sorprendió bastante y apenas pude reaccionar cuando pasó por mi lado, sin siquiera dirigirme la palabra.

            —¿No crees que ya somos mayorcitos para evitarnos de esta manera? —pregunté y él se detuvo, girándose a mirarme—. Sabes que jamás estuve de acuerdo en que tuviéramos que estar separados de esta manera.
            —Lo sé, pero eso es algo que no puedo evitar —me respondió.
            —Sabes que no. Podemos estar unidos y ser más fuertes frente a ÉL —le contesté.
            —Este no es lugar para hablar sobre esto —susurró, acercándose a mí y mirando a las dos chicas que compartían el turno con nosotros y a los pocos clientes que había a esa hora en el lugar.
            —Entonces hablemos otro día de esto —propuse—. Todos juntos. Los doce, como aquella vez.
            —Eso nos volvería a poner en grave peligro —replicó.
            —Pero estando todos podremos lidiar con ello perfectamente.
            —Lo pensaré —acabó diciendo tras unos momentos en los que se quedó completamente en silencio, pensando quizás qué era lo mejor o pensando en cómo librarse de mí rápidamente.

-oooOOOooo-

            —Creo que estoy muerto —murmuró JongDae, dejándose caer sobre el regazo de su novio con pesadez, haciendo que el otro pegara un brinco porque no se esperaba aquella acción tan repentina.
            —Si estuvieras muerto, JongDae, no hablarías —comenté, riendo. Él hizo un puchero, pero no se levantó del lugar en el que había caído, parecía que estaba cómodo allí.
            —Lo que tú digas —murmuró.

            Sonreí al verlo de aquella manera. Durante el tiempo que MinSeok había pasado fuera de su vida había estado decaído, pero ahora que lo habían solucionado todo parecían muy felices juntos        y eso me alegraba porque era mi mejor amigo. La estancia en Changsha también parecía haber servido para acercarlos un poco más, ya que la madre de JongDae había intuido la relación que mantenían y se había mostrado abiertamente encantada con ella.

            —JongDae… —susurró MinSeok—. No hagas el vago y termina todo lo que tienes que hacer.
            —Estoy hasta los cojones de tantas fórmulas —contestó—. El profesor se ha pasado tres pueblos mandándonos tantas.
            —Ha sido seguramente para recuperar las clases perdidas por la huelga —comentó el mayor de los que estábamos allí—. A mí también me han mandado miles de cosas que hacer.
            —Encima de que la huelga la hacen ellos y que se han pasado dos semanas rascándoselos a dos manos…
            —Es lo malo de ser estudiante universitario —comenté, esbozando una sonrisa tranquilizadora—. Hemos quedado aquí todos juntos para poder hacer las cosas que nos han mandado sin deprimirnos, no nos jodas el ambiente.

            JongDae volvió a hacer otro puchero y se levantó del regazo de MinSeok a regañadientes para volver a ponerse con aquellas fórmulas que al parecer lo estaban volviendo loco. MinSeok me dedicó una mirada agradecida y luego ambos volvimos también a lo que teníamos que hacer.

-oooOOOooo-

            Cuando salí temprano por la mañana del piso que compartía, pensando en hacer algunas cosas de provecho, jamás me pude imaginar que algo como aquello sucedería. Estaba bajando las escaleras cuando me encontré con una persona que llevaba sin ver al menos cinco años.

            Amber, mi mejor amiga durante mi época de instituto en Canadá, salía de uno de los pisos y se giraba hacia mí, dedicándome una gran sonrisa al reconocerme y luego acercándose a mí para darme un gran abrazo que casi me dejó sin respiración.

            —¡Kevin! —exclamó—. No sabía que estabas viviendo en Seúl —dijo desde mi pecho.
            —Yo tampoco sabía que estabas viviendo aquí, y menos en mi mismo edificio.

            Amber rio y su risa vibró contra mi pecho. Después, se separó, con aquella gran sonrisa en su rostro, mirándome a los ojos con nostalgia. No había cambiado nada, quizás solo el color del pelo, antes de color rojo fuerte y ahora rubio. Le quedaba bastante bien aquel color, aunque a nadie mejor que a él le quedaba el tinte rubio, porque jamás reconocería que LuHan estaba bastante bien.

            —Te he echado mucho de menos —murmuró ella—. Te fuiste de improviso y te cambiaste el número de móvil, así que no podía contactar contigo.
            —Lo siento mucho, fue todo demasiado rápido y no me dio tiempo a avisar a nadie —contesté.
            —Lo entiendo —dijo Amber—. Son cosas que pasan, así que no te preocupes por ello —volvió a sonreír—. A partir de ahora podemos recuperar el tiempo perdido.
            —Si eso es lo que quieres…
            —Tan serio como siempre —la chica se agarró a su brazo—. ¿Dónde ibas? No tengo mucho que hacer, así que prefiero acompañarte y así poder hablar de todo lo que nos hemos perdido.
            —Iba a la universidad… a arreglar algunos papeles que necesito para este semestre —respondí, un poco confundido.

            Amber siempre había sido una chica muy cariñosa y vivaz, pero bastante tímida en muchas ocasiones y no me cuadraba demasiado que de repente hubiera cogido aquellas confianzas conmigo cuando llevábamos años y años sin vernos.

            —¿Te pasa algo, Kevin? —preguntó y tuve que negar con la cabeza. No sé si lo hice demasiado rápido como para que fuera creíble, pero al parecer ella pareció no notar nada raro.
            —Solo pensaba en los viejos tiempos.
            —No te quedes anclado en el pasado —comentó la chica—. Hay que avanzar hacia el futuro —y tras decir esto, Amber comenzó a andar.

-oooOOOooo-

            Desde nuestro regreso a casa habíamos tenido mucho cuidado de no hacer nada que pudiera espantar a mi madre porque ninguno de nosotros queríamos volver a tener que irnos de allí. Habíamos planeado lo que haríamos de producirse aquello, pero sabíamos que no estábamos preparados para llevarlo a cabo.

            Sin embargo, aquella distancia que habíamos puesto entre nosotros, me estaba volviendo completamente loco. No sabía cómo lo podía estar aguantando BaekHyun, pero yo necesitaba volver a sentir su cuerpo cálido contra el mío.

            —BaekHyun… —murmuré, él se giró hacia mí, ya que estaba sentado en el escritorio haciendo un trabajo.
            —¿Qué quieres? —preguntó.
            —A ti… —susurré meloso.
            —No pongas esa voz —me regañó—. No te pega nada.
            —Bueno… lo diré de otra forma —tomé aire y luego utilicé la voz más sexual que pude para intentar que cayera en mis redes—. Te quiero a ti.

            BaekHyun se estremeció y supe que había conseguido mi objetivo. Solo iba a necesitar un poco más de aquello para que se levantara de la silla del escritorio y caminara hacia mí contoneándose, antes de caer en mi cama, donde seríamos todo brazos y piernas enredados, danzando a nuestro propio ritmo y suspirando el nombre del otro hasta alcanzar el cielo.

            —No creo que sea conveniente —murmuró, aunque parecía que ni siquiera estaba convencido de sus propias palabras. BaekHyun estaba tan necesitado como yo y eso me gustaba.
            —Estamos solos… —susurré—. Mis padres no volverán hasta tarde.

            Con estas palabras, conseguí mi objetivo, ya que BaekHyun se levantó de la silla del escritorio y se lanzó sobre mí, besando con hambre mis labios.

-oooOOOooo-

            En las sombras, un hombre sonreía con autosuficiencia. Todos sus planes estaban saliendo a pedir de boca. Quizás algunos de sus subordinados habían perdido la vida por culpa de aquellos a quienes deseaba exterminar, pero ese era un bajo precio a pagar por sus objetivos. ÉL necesitaba que los doce dioses se confiaran y cometieran los mismos errores que en el pasado, solo de aquella forma, podría acabar con ellos de nuevo y así conquistar la Tierra, haciendo que esta pasara a engrosar la lista de planetas muertos que dejaba tras de sí.


miércoles, 19 de febrero de 2014

Nothing Matters

Capítulo 8
Somos Primos


            Sentía sus labios sobre los míos, moviéndose, intentando profundizar más y más el beso. Mi corazón latía a mil por hora y mi cuerpo no me respondía. Mi mente estaba completamente en blanco y aunque sentía que debía alejarlo, que aquello no estaba bien, no podía. Su lengua ingresó en mi boca y a partir de ese momento me abandoné completamente, siguiendo el beso con la misma ansia que él demostraba. Solo se alejó de mí, cuando el aire se hizo necesario para sobrevivir.

            Justo cuando se separó, pude volver a mis sentidos y abrí mis ojos de golpe por lo que había hecho. Sin darle tiempo a nada, le propiné un puñetazo en la mandíbula y salí corriendo hacia casa.

            Era un inútil, un completo inepto. Aquello no podía estar pasándome. Había decidido dejar atrás el pasado, ignorar a mi primo YiFan y ser feliz con ShiXun, pero aquel simple beso lo había trastocado todo. No podía dejar de pensar que había sido mucho mejor que los que compartía con mi chico y eso no podía ser.

            YiFan era mi primo, no podía sentirme de esa manera con él, no podía hacer aquellas cosas con él. Debía haberlo parado aquella noche después de los fuegos artificiales hacía ya tantos años porque no era normal, no era para nada normal.

            Entré a mi habitación dando un portazo sobresaltando así a ShiXun que, en bóxer, se quedó paralizado al verme. Se estaba cambiando de ropa y yo había llegado en un momento algo inoportuno, pero ver su cuerpo desnudo activó un fuego en mi interior.

            Necesitaba que ShiXun fuera completamente mío para poder olvidar a YiFan de una vez y esa era la oportunidad.

            Caminé hasta él decididamente y agarré su rostro entre mis manos justo antes de comenzar a besarlo con fiereza, para intentar borrar el beso que YiFan me había dado apenas unos minutos antes. Los primeros momentos ShiXun no siguió el beso, pero después comenzó a mover sus labios junto a los míos devolviéndomelo con la misma intensidad. Me separé de él, mordiéndole el labio inferior y lamiéndolo después, para intentar reparar el daño que pudiera haberle provocado.

            Lo miré a los ojos con lascivia y él me devolvió la misma mirada, por lo que no tardé en pegar mi cuerpo al suyo y guiarlo hasta la cama entre besos que suplantaban las palabras que pudieran querer salir de nuestras bocas. Lo tumbé sobre la cama y me coloqué sobre él, comenzando a degustar su níveo cuello y oyendo los primeros gemidos escapar de su boca.

            Mis manos comenzaron a moverse por su delgado y estilizado cuerpo, buscando su pequeña cintura y bajando más y más, empezando a tocar sus largas piernas también. Poco a poco, ShiXun comenzó a buscar mi cuerpo y a tocarlo, tal y como hacía yo con el suyo, mandándome descargas eléctricas allí dónde mi piel era tocada.

            Lentamente, mis labios tomaron el relevo de mis manos mordiendo y besando sus clavículas marcadas, su pecho del color de la nieve, su abdomen, bajando más y más. Al llegar a su ombligo, empecé a maltratarlo con mis dientes, a la vez que lo penetraba con mi lengua, haciendo que ShiXun comenzara a jadear mucho más fuerte que antes.

            Llegué a su entrepierna y me separé de él para mirarlo a los ojos, pidiéndole permiso para lo siguiente. Un leve asentimiento de cabeza por su parte, me bastó para depositar un beso sobre la leve erección que le había provocado, haciéndolo gritar mi nombre en la habitación.

            ―Ahhh… LuHan…

            Sonreí de lado al escucharlo y tracé un camino de besos ascendente hasta volver a tomar sus labios. Nuestras lenguas inmediatamente entraron en contacto mandándome el sabor del algodón de azúcar que se había comido durante el festival, haciendo mucho más dulce el beso de lo que ya de por sí era.

            Cuando nos separamos, lo volví a mirar a los ojos, aquellos ojos que brillaban de deseo y que me pedían mucho más.

            ―LuHan… ―susurró―. No es justo… que estés… vestido… todavía…
            ―Cierto ―coincidí―. Desnúdame.

            Mi chico sonrió y me hizo levantarme de su cuerpo, tumbándome en la cama justo después. Comenzó a quitarme la ropa lentamente, dando besos en cada trozo de piel que descubría, siendo más dulce de lo que yo había sido anteriormente. A partir de ese momento debía ser más cuidadoso, aquella sería su primera vez y tenía que hacerla inolvidable.

            Cuando quedé en bóxer, justo como él, su cara enrojeció violentamente, avergonzado por tener que quitar aquella prenda. Sonreí y rodé sobre él, sentándome sobre nuestras erecciones, haciéndonos gemir. Comencé a mover mis caderas para rozar una y otra vez nuestros miembros, volviéndonos locos de placer, cada vez más y más rápido.

            Me sentía al borde y parecía que él también, así que detuve el movimiento para levantarme de la cama y bajarme la única prenda que me quedaba, dejando mi miembro expuesto ante sus ojos. Rápidamente, me acerqué a él y llevé mi mano hasta el elástico de su bóxer, para retirarlo y quedar así, en igualdad de condiciones.

            ShiXun se tapó los ojos con una mano y su dotado miembro con la otra, completamente avergonzado. Comencé a reír quedamente porque aquel gesto había sido completamente adorable y me incliné sobre él para susurrarle:

            ―No hace falta que te tapes, no tienes nada que yo no tenga.
            ―Me da vergüenza ―murmuró.
            ―Que no te dé ―dije.

            Aparté su mano de su entrepierna y la remplacé con la mía, solo que en vez de dejarla quieta, como había estado antes la suya, comencé a moverla arriba y abajo, tocando su miembro levemente y haciéndolo suspirar por el placer y enrojecer por la vergüenza.

            Poco a poco, hice más firme el contacto y agarré su miembro, para empezar a masturbarlo mientras miraba fijamente su rostro. Quería que apartara las manos que lo cubrían, quería ver su expresión al llegar al orgasmo.

            ―Mírame ―susurré moviendo mi mano más y más rápido sobre su pene.

            ShiXun retiró sus manos lentamente de su rostro y pude ver sus ojos y su expresión, extasiada por el placer que le estaba proporcionando. Con un par de movimientos más, su cuerpo tembló y eyaculó en mi mano. Sus ojos se nublaron durante unos momentos y su rostro adoptó una expresión exquisita. Jadeaba fuertemente y en su piel se había formado una fina capa de sudor. Era precioso y, era mío.


            Cuando desperté a la mañana siguiente, mi chico seguía profundamente dormido. Le di un beso en la frente y me levanté de la cama sin hacer ruido. Busqué mi bóxer por la habitación y cuando lo encontré, me lo puse y salí así mismo de esta.

            Había sido una noche maravillosa aunque no pudiéramos llegar hasta el final porque nos faltaban medios, pero la sonrisa en mi cara evidenciaba que lo había pasado de lujo. Entré a la cocina silbando la canción de un anuncio de pollo frito y comencé a prepararme el desayuno moviendo mi cuerpo al ritmo de la música.

            Tan metido en mi mundo estaba que no me di cuenta de que alguien entraba a la estancia hasta que una respiración chocó contra mi nuca, erizándome todo el vello de esa zona. Rápidamente me aparté y me giré en redondo, para encontrarme con YiFan que tenía una sonrisa encantadora en su rostro.

            ―¿Así de feliz por lo de anoche? ―preguntó.
            ―Si te refieres por lo de anoche a que tuve una buena ración de sexo de mano de mi novio. Sí, estoy muy feliz por ello.

            Su rostro se crispó y en ese momento me di cuenta de que no tenía nada que evidenciara que la noche anterior le hubiera dado un puñetazo, aun cuando a mí me daban punzadas en la mano de vez en cuando.

            ―¿Maquillaje para ocultar las heridas de guerra? ―dije burlón, pero él me sonrió de lado.
            ―No me dejaste ninguna marca. Sigues pegando como una chica ―alcé mi mano, pero rápidamente fue atrapada por él―. No te atrevas ―siseó.
            ―¿Qué es lo que quieres? ―dije intentando soltarme, pero seguía siendo más fuerte que yo.
            ―A ti. Te lo dije anoche ―contestó.
            ―¿Por qué?
            ―Porque aún no he podido olvidarte, porque sigo sintiendo cosas por ti. Porque odio que ese niñato haya conseguido lo que yo no he podido tener aun cuando es lo que más ansío, lo que más deseo ―respondió―. Porque te quiero y me da absolutamente igual los lazos de sangre que nos unan, porque lo que yo siento por ti no es nada que se pueda comparar a lo que siento por ZiTao o por YiXing.

            Sus palabras me dejaron atónito. No podía creer que él todavía sintiera cosas por mí, ni que estas fueran tan fuertes. Hubo un tiempo en el que yo me sentía igual incluso ahora sentía mi corazón palpitar por su confesión, pero estaba con ShiXun y me había prometido a mí mismo y a ZiTao que no le haría daño.

            Igualmente, aunque supiera que en el fondo de mi corazón todavía sentía cosas por mi primo, cosas indebidas, no podía dejar que salieran a la superficie. Hacía cinco años, cuando lo rechacé y él se fue a Canadá, estaba mal, por lo que ahora, seguía estando mal. No era normal, no era lógico. Entre la familia no podía darse aquel tipo de sentimiento.

            Sin embargo, allí estaba él, diciéndome de nuevo que me quería.

            ―YiFan… ―murmuré cuando conseguí que la voz saliera de mi cuerpo―. Hace cinco años…
            ―Hace cinco años éramos jóvenes e irresponsables, incapaces de llevar una relación como esta ―me cortó, agarrándome por los hombros―. Ahora hemos madurado y podemos hacerlo. Sé que todavía sientes cosas por mí, como lo hacías en el pasado y que comenzaste a salir con ShiXun solo para poder olvidarme. Pero yo no quiero que me olvides, LuHan.

            La intensidad de su mirada me estaba penetrando y sus palabras estaban intentando abrirse paso a través de todas las barreras que había puesto en torno a mí.

            ―Somos primos… Fan…
            ―No empieces con eso por favor ―se alejó de mí y se pasó las manos por la cara, desesperado―. Sé perfectamente lo que somos y ya te he dicho que no me importa.
            ―Pero a mí sí.
            ―Si te importara me habrías apartado anoche, en vez de devolverme el beso de aquella forma ―replicó.
            ―Anoche me pillaste por sorpresa ―contesté.
            ―¿Y la noche de la acampada?
            ―Yo…
            ―No pongas más excusas ―dijo acercándose de nuevo a mí―. Sé que me sigues amando y te recuperaré.
            ―Nunca me has tenido.
            ―Sigue mintiéndote ―siseó, demasiado cerca de mi rostro―. Pero ambos sabemos la verdad, aunque tú no quieras reconocerla.

            Esperaba un beso, pero simplemente apretó los dientes y se alejó de mí, saliendo de la cocina y dejándome solo en esta. Mi alegre y hermosa mañana se había tornado todo un caos.

            Todavía estaba en estado de shock por lo ocurrido cuando MinShuo y YiXing entraron por la puerta, sonriéndose de manera idiota como dos enamorados. Mi primo me saludó y se fue corriendo de la cocina tras ver cómo miraba a mi amigo, suplicándole ayuda y este se acercó a mí, con una expresión preocupada.

            ―¿Qué ha pasado? ―preguntó.
            ―Anoche me besó ―susurré―. Esta mañana me ha dicho que  me sigue amando y que hará todo lo posible por recuperarme.
            ―LuHan…
            ―Estoy muy confuso. Me siento bien cuando estoy a su lado, pero también mal porque es mi primo y porque le haré daño a ShiXun.
            ―LuHan…
            ―Duele ―murmuré antes de dejarme caer contra su cuerpo, con lágrimas en los ojos. MinShuo me apretó fuertemente contra él y comenzó a acariciar mi cabello, intentando calmarme.
            ―Tranquilo, ya verás que todo sale bien… todo saldrá bien…

            No supe cuánto tiempo estuve así, pero poco a poco me fui tranquilizando y para cuando se escuchó el ajetreo de mis abuelos con las compras yo ya estaba mejor, aunque seguía teniendo los ojos rojos e hinchados por haber llorado tanto. Por este motivo, antes de que mi abuela me viera y me preguntara, me escabullí a mi habitación, encontrándome a ShiXun ya despierto.

            ―Buenos días ―dijo alegremente, caminando hasta mí para darme un beso en los labios.
            ―Buenos días ―contesté, intentando sonar mucho más feliz de lo que estaba.
            ―¿Te pasa algo? ―preguntó y yo negué con la cabeza. No podía contarle lo que había pasado.
            ―No es nada.
            ―¿Si no es nada por qué parece que has llorado? ―dijo preocupado―. ¿Es por mí? ―abrí los ojos, sorprendido.
            ―No, claro que no es por ti ―lo rodeé con mis brazos y él se apretó contra mí―. No es algo por lo que debas preocuparte.
            ―¿Seguro?
            ―Seguro ―mi chico suspiró aliviado y yo me calmé.

            Él no podía saber nada hasta que lo arreglara. Debía poner mis sentimientos en orden porque me gustaba muchísimo estar así con ShiXun, pero mi corazón latía más acelerado que en una montaña rusa cuando YiFan se me acercaba, como había hecho esa mañana. Negué con mi cabeza y me separé de ShiXun, dedicándole una sonrisa.

            ―Tengo que contarte algo ―dijo ShiXun―. Me voy con ZiZi de acampada durante toda esta semana.
            ―¿De acampada? ¿Toda la semana?
            ―Sí. Todos los años vamos nosotros solos. No te importa, ¿no? ―preguntó y al ver que no contestaba añadió con tono lastimero―. Puedo quedarme aquí si no quieres que vaya…
            ―¿Qué? No. Claro que puedes ir. No digas tonterías ―dije rápidamente―. Llevo todo el verano acaparándote, ZiTao también merece algo de atención.
            ―Eres un encanto ―susurró antes de darme un pequeño beso en los labios, sonriendo―. Por eso te quiero.

            Rápidamente se apartó de mí y salió corriendo de la habitación llamando a gritos a mi primo menor para darle la buena noticia, aunque para mí no era nada buena. Aquello significaba una semana sin poder refugiarme con él en mi habitación, con YiFan intentando que lo aceptara y con ZiTao seguramente no perdiendo su oportunidad. Quería ir con ellos a aquella acampada, pero sabía que ShiXun quería estar solo con mi primo.

            Suspiré y me dejé caer sobre la cama. Lo único que podía hacer era fingir que estaba enfermo y encerrarme durante toda la semana, así YiFan no se atrevería a molestarme.



jueves, 22 de agosto de 2013

EXO

Capítulo 8
La Noche



   Apenas terminamos de comer me apresuré a ayudar a KyungSoo a lavar todos los platos y a recoger la mesa. Él había hecho muchas cosas por mí ese día y se lo debía. Mientras yo pasaba el estropajo por los cacharros, él los enjuagaba y secaba.

   -Hyung- murmuró.
   -Dime.
   -¿Por qué crees que Kevin nos hizo separarnos?- preguntó y yo dejé lo que hacía para mirarlo.
   -No lo sé…- contesté- él pensó que sólo así se resolvería el problema.
   -Yo no estoy tan seguro…
   -¿Y eso?
   -Pienso que un adversario dividido es más débil que si está unido…

-oooOOOooo-

   -Ya ha pasado todo… ya está todo bien…- eso era lo que oía decir a Kevin en mi oído con voz queda- todo está bien… estoy aquí… no te pasará nada malo…- me agarré fuertemente a su cuerpo y escondí me cara entre su pecho. No podía parar de sollozar y no sabía por qué. KyuHyun-shi había intentado matarme, era un enemigo y Kevin me había salvado, ¿por qué no podía dejar de pensar que estaba mal?- tranquilo YiXing… estoy aquí…
   -Gracias…- pude decir finalmente.
   -No hace falta que me des las gracias sino te sientes agradecido…- sentí sus labios contra mi cabello y me estremecí. Él nunca había hecho nada así- sé que no querías que lo matara…- otro beso en el mismo lugar- pero prefiero tu odio a que salgas herido- esas palabras me dejaron sumamente confuso. Yo no lo odiaba, ¿cómo podría odiarlo? Me había salvado la vida.
   -No… te odio…- susurré intentando dejar de llorar, pero no podía calmarme. Lo oí suspirar, ¿aliviado?
   -Me agrada oír que no me odias- murmuró y volvió a besar mi cabeza- eres una persona muy importante para mí…
   -No te odio…- repetí- te amo…- noté cómo su corazón comenzó a latir rápidamente en su pecho y supe, aunque no dijo nada, que él me correspondía. Se habían acabado mis dudas. Me pegué más a él e intenté por todos los medios dejar de llorar, hasta que dejé de hacerlo- Kris…- susurré su verdadero nombre y sentí de nuevo un beso sobre mi cabeza.
   -Dime, Lay- un estremecimiento recorrió mi cuerpo al escuchar mi verdadero nombre salir de sus labios.
   -Quiero hacer el amor contigo- murmuré.
   -No quiero que sea por obligación.
   -No lo es- alcé mi cabeza y lo miré a los ojos- quiero hacerlo… quiero llegar hasta el final…

-oooOOOooo-

   Los besos suaves y pausados con los que comenzamos habían dado paso a algo más salvaje y ahora, lo tenía debajo de mí y no podía parar de morder sus labios, su barbilla, su cuello. Cada trozo de piel que tenía expuesta ante mí era tomado inmediatamente para ser maltratado. Le podía estar haciendo daño, pero él no se quejaba, sólo jadeaba y gemía débilmente una y otra vez.

   De repente, unos golpes en la puerta me hicieron separarme de mi amigo rápidamente y me caí de la cama al hacerlo. BaekHyun se levantó corriendo también y se recolocó la ropa, mientras yo ignoraba el dolor de mi trasero y carraspeaba para poder hablar.

   -¿Quién?- pregunté.
   -ChanYeol- dijo mi madre- ¿BaekHyun está contigo?
   -Sí, ¿por qué?
   -Sus padres han llamado y quieren que se ponga- lo miré con un puchero y él me sonrió tímidamente.
   -La próxima vez será- susurró y me dio un pequeño beso, después, se volvió a acomodar la ropa y salió de mi habitación, dejándome con un problema entre las piernas.

-oooOOOooo-

   -Entonces…- escuché decir a mi compañero de habitación y amigo y me volví hacia él- ¿habéis quedado?- asentí con una sonrisa y él sonrió- me alegra, Hunnie.
   -¿Y eso?- pregunté- si LuHan y tú os lleváis a matar la mayor parte del tiempo.
   -Es porque ya no estarás triste- contestó sonrojándose- eres la persona más importante para mí y quiero verte sonreír- amplié mi sonrisa muy me levanté de mi cama para ir hacia la suya y darle un abrazo de oso.
   -Tú también eres una persona muy importante para mí, Jonggie- murmuré.

-oooOOOooo-

   -¿Estás seguro?- pregunté todavía sin poder creerme lo que oía.
   -Completamente seguro- susurró. YiXing tenía los ojos brillantes, por el reciente llanto, pero también veía en ellos algo nuevo, algo que me gustaba demasiado.
   -Está bien entonces.

   Me encorvé sobre su cuerpo y comencé a besar su cuello. Sabía que ese era su punto débil. Inmediatamente después, empezó a suspirar suavemente y a estremecerse. Paseé mis manos por sus costados y luego las introduje por su camiseta para poder así tocar su blanca y suave piel. Un suspiro más fuerte salió de sus labios y sonreí contra la piel de su cuello. No me quería ni imaginar cómo gemiría por más, ahora que se la metería hasta el fondo.

   Acabé por retirar su camiseta y dejar su pecho descubierto ante mí. Lo miré fijamente mientras me lamía los labios y él se sonrojó violentamente, apartando su mirada de mí. Sonreí antes de volver a inclinarme sobre él y besarlo como si no hubiera mañana. Ese cuerpo me pertenecía y lo iba a dejar bien claro.

   -Ah… Kris…- gimió cuando llevé mi boca hasta su bajo vientre, donde comenzaba a estorbarme la ropa que aún conservaba. Me dediqué a mordisquear su ombligo mientras desabrochaba sus vaqueros con mis dedos y luego los bajé hasta que quedaron por sus rodillas. Iba a repetir el mismo proceso con sus boxers cuando noté sus manos sobre las mías, deteniendo todo movimiento- para…- susurró y yo me alejé de él de mala gana. YiXing se incorporó un poco y acabó por retirarse los pantalones- no es justo.
   -¿Qué no es justo?- pregunté sin entenderlo.
   -Que tú estés completamente vestido y yo apenas tenga nada- contestó y yo lo miré pícaro.
   -Entonces… desnúdame…- él me miró cómo nunca lo había hecho, una mirada llena de deseo, una mirada que me hizo estremecer y justo después, me hizo tumbarme en la cama.

   Comenzó a besarme, al principio de una manera suave, mientras se subía sobre mi cuerpo y se sentaba justo sobre mi miembro, haciéndonos a ambos jadear dentro del beso. Fue entonces cuando este se volvió más desenfrenado. Su lengua se movía aunque aún inexperta, de manera muy excitante por toda mi boca, y eso me excitaba, me excitaba mucho.

   Me retiró toda la ropa sin que yo apenas me diera cuenta de nada. Me sentía muy perdido, perdido en sus labios, en sus manos recorriendo mi cuerpo y en sus acciones. Estaba acostumbrado a tener siempre el control, a avanzar sobre terreno seguro, a no dejarme guiar por nada ni por nadie. Pero con YiXing, con él podía ser distinto y no me molestaba en absoluto.

-oooOOOooo-

   Estábamos en el salón después del ataque. Habíamos dejado a YiXing solo con Kevin, mientras este lo consolaba. Quería ir a ver cómo estaba la persona que se estaba convirtiendo en mi amigo, pero Tao me dijo que era mejor dejarlos solos. Por eso estaba allí, viendo un programa de variedades en el que un grupo popular de seis chicos que parecían gánsteres (no sabía cómo se llamaban, ni tampoco me importaba) hacían locuras (N.A.: Por si alguien no lo pilla… el grupo es B.A.P. ^^).

   De repente, se escuchó un sonido procedente de la habitación que compartía con YiXing y me tensé. Me levanté corriendo del sofá cuando de repente se escuchó un gemido y me quedé en el sitio en el que estaba. Tao se levantó y se colocó ante mí con una sonrisa avergonzada.

   -¿Quieres ir al cine a ver una peli?- preguntó y otro gemido se escuchó, esta vez uno muy gutural, uno que no podía ser de YiXing.
   -Sí- contesté rápidamente.

-oooOOOooo-

   Ahora ambos estábamos desnudos, en igualdad de condiciones. Pero yo no sabía qué hacer. Muchas veces nos habíamos tocado en aquel mes, pero nunca habíamos llegado hasta el final y ahora, estábamos a punto de hacerlo. Me eché sobre su cuerpo y dejé que me abrazara, mientras yo repartía besos por cada lugar que alcanzaba. Noté sus manos bajar a mi trasero y comenzar a tocarlo, agarrándolo, apretándolo, haciéndome jadear y mordisquear levemente su piel.

   -¿Por casualidad no comprarías vaselina cuando los condones?- susurró en mi oído y yo me tensé. Maldita sea, en eso no había pensado- supongo que no, por tu reacción- murmuró- tranquilo, intentaré no ser brusco…- me separó de él y me hizo colocarme de rodillas, con el trasero levantado hacia él, de espaldas, sin poder ver nada de lo que él hacía. Noté su cuerpo detrás de mí, unos dedos tocando mi trasero y su otra mano agarrando mi miembro- dime si te duele.

   Y en ese momento introdujo un dedo. Me tensé irremediablemente y jadeé. Dios, eso se había sentido muy extraño, pero aún más extraño fue cuando comenzó a mover ese dedo en mi interior. No dolía mucho, solo molestaba y era algo soportable. Para lo que no estaba preparado era para cuando sacó ese dedo y metió dos de golpe.

   -¡Ahrg!- grité y él paró de golpe.
   -Lo siento- murmuró. Entonces, comenzó a bombear mi miembro arriba y abajo.

   A partir de ese momento lo único que podía hacer era gemir. El placer que sentía enmascaraba el dolor que pudieran provocarme sus dedos en mi interior, ya que apenas los sentía moverse. Todo fue en incremento, el placer, los dedos en mi interior, la velocidad a la que movía su mano sobe mi miembro, hasta que me corrí profiriendo un ronco gemido.

   -¿Dónde están los condones?- lo oí preguntar, aunque apenas podía ni sentir nada más que un inmenso placer por acabar de llegar al orgasmo. Le señalé como pude el primer cajón de la mesita de noche y lo vi salir de la cama para poder coger la caja. Cuando lo volví a ver ya tenía el condón puesto sobre su miembro y se sentó en la cama- intentaré no ser brusco- murmuró.

   Cerré mis ojos y noté sus manos abriendo mis piernas, sus dedos buscando mi ano y una gran presión en este. No pude evitar jadear mientras lentamente, él se iba introduciendo en mí. Dolía. Dolía mucho, pero a la vez, sentía placer. Era algo sin duda extraño.

   Un gemido grave, gutural, escapó de sus labios cuando se internó completamente en mí y un grito, de dolor, escapó de los míos. Abrí mis ojos y lo encontré sobre mí, mirándome a los ojos, pidiéndome disculpas con ellos. Llevé mi mano a su rostro y lo acaricié.

   -Sigue- susurré- sigue…

   Y él lo hizo. Comenzó a moverse lentamente dentro de mí, adelante y atrás. Sentía que me estaban desgarrando por dentro, pero debía aguantar. En los apuntes sobre sexualidad decía que la primera vez en una penetración anal era horrible, pero que al final resultaba placentera, muy placentera, y tenía razón. En una de las embestidas, Kevin tocó un lugar dentro de mi cuerpo que me hizo gemir de puro placer. Había dado con mi próstata y estaba viendo las estrellas. Él notó que ahí era donde debía llegar y en cada una de las embestidas, la tocaba.

   En unos momentos todo se volvió una locura. Lo único que se escuchaba en el lugar eran nuestros gemidos y los muelles del viejo colchón. Cada vez más rápido y con más fuerza se adentraba en mí, pero yo ya no sentía dolor, sentía que iba a morir de placer. Noté una mano sobre mi pene, tocándolo, acrecentando la sensación de placer.

   Miles de sensaciones, miles de sentimientos explotaron cuando volví a llegar al orgasmo y Kevin me siguió en él.