lunes, 12 de noviembre de 2012

내 마음 내 사랑 내 인생


마음 사랑 인생


   Acababa de hacerlo, casi ni me lo podía creer. Había denunciado a la empresa por todo lo que estaba haciéndome pasar. Llevaba mucho tiempo dándole vueltas. HeeChul fue el único que se molestó en intentar ayudarme, los demás, simplemente hicieron como si nada y siguieron con sus vidas.

   HeeChul. ¿Cómo se tomará el que lo haya abandonado? Porque realmente lo he abandonado.

   No le dije nada acerca de como me sentía con el mundo, y tomé esta decisión sin consultarle. No quería preocuparlo, y además, creí que la empresa me daría tiempo para despedirme y para explicarme, pero no, no lo hizo. Me hicieron entregar mi teléfono móvil sin poder apuntar el número de HeeChul para contactar con él y también tuve que borrar mis cuentas de Internet que tenían que ver con el grupo, o sea, todas. Por ahí tampoco podría comunicarme con HeeChul.

   Después, casi como un perro, me echaron de la agencia y me llevaron a casa para que recogiera todas mis cosas. Me tuvieron vigilado en todo momento, ya que me habían prohibido despedirme de mis compañeros. Ni siquiera podría hablar con ellos. Eso era una crueldad. No me interesaba hablar con los demás, pero HeeChul...

   Apenas terminé de guardar mis cosas me sacaron de la que había sido hasta ese entonces mi habitación. Mi habitación compartida con HeeChul. Esa habitación en la que compartimos nuestras vidas durante tantos años. Esa habitación en la que descubrimos nuestro amor y en la que pasamos nuestros mejores y peores momentos.

   HeeChul. Iba a echarlo mucho de menos. Lo quiero muchísimo, pero, no tenía otra opción. Tenía que dejarlo, dejarlo solo, y eso me dolía, pero sabía que a él le iba a doler mucho más.

   Flash Back.

   Un día sin nada que hacer, eso no era nada raro para mí, de todas maneras, la mayoría de las veces no me podía presentar en los programas por los problemas del visado. Los chicos iban de un lugar a otro, atareados, después de todo, aunque ya habíamos debutado, todavía éramos unos principiantes.

   De repente vi a HeeChul, estaba hablando con unas cuantas de las integrantes de SNSD, no tenía ni idea de quiénes eran, a esa distancia sólo lo reconocería a él. Lo observé durante toda la charla, y cuando ellas se fueron se dio cuenta de que lo observaba y vino hacia a mí. Se sentó a mi lado y se acurrucó conmigo.

   Todos los chicos de otros grupos nos miraban raro, y los miembros de SuJu sólo suspiraban. Nadie sabía de nuestra relación, más que nada porque llevábamos sólo un par de semanas, pero los chicos estaban acostumbrados a que HeeChul se me pegara mucho, los demás, posiblemente pensaran que estábamos liados. Aunque a mí no me importaba mucho lo que la gente pensara, y a HeeChul menos. Me abrazó y se pegó más a mí todavía.

   -¿Por qué no parabas de mirarme mientras estaba con las chicas?- susurró.
   -¿Por qué no mirarte? Eres muy guapo- me pegó un manotazo en el pecho avergonzado.
   -No digas eso.
   -¿Por qué? Es la verdad, eres muy guapo- contesté, y le acaricié un poco el cabello.
   -Yo pensé que estabas celoso… porque estaba con las chicas…
   -Eso también- le dije- sólo un poco… al principio… pero luego pienso que yo te tengo para mí las 24 horas del día y se me pasa- él sonrió.
   -Hyung- llamó SiWon- HeeChul hyung- se acercó al ver que no le hacía caso- salimos a escena en unos minutos- el aludido levantó la cabeza.
   -¿Y no me puedo quedar aquí hasta que salgamos?
   -Nos tienen que poner los micros- HeeChul suspiró y se levantó.
   -Me tengo que ir- me dijo y me dio un abrazo- quiero que nos animes desde el público o no te lo perdonaré- amenazó.
   -Lo haré.

   Fin Flash Back.

   El aeropuerto. La espera. Esa maldita espera que me estaba matando por dentro. A cada segundo que pasaba más hijo de puta me sentía y más ganas tenía de escaparme de esos hombres de la empresa que me vigilaban desde la mañana e ir hasta donde estaba HeeChul.

   Me tenían bien atado. No podía respirar sin que alguno me mirara. Era mi destino, no podía escapar de él. El avión llegó y nada más sentarme en mi asiento, caí rendido y dormí esperando un sueño reparador que nunca se dio.

   Flash Back.

   Sólo nuestras respiraciones aceleradas se escuchaban en nuestra habitación. Tenía bajo mi cuerpo el cuerpo de mi novio. Novio. Qué bien suena esa palabra. Aunque nuestra relación nunca pueda salir a la luz. Amo a HeeChul como nunca he amado a nadie, y ahora, esta faceta desconocida suya, me había enamorado aun más si cabe.

   Desnudo ya lo había visto miles de veces. Tocar su cuerpo lo había hecho en algunas ocasiones. Sentirlo hasta lo más profundo, eso era algo nuevo para mí.

   HeeChul tiene ese no sé qué que me enamoró desde que lo vi la primera vez. Y ahora, ese rostro hermoso y delicado, que me miraba extasiado en nuestra primera vez hacía que me derritiera por dentro.

No hice más que caer a su lado y él se acurrucó contra mí, como si le hubiera dado frío. Lo abracé de forma protectora y lo acaricié como si fuera un gatito.

-Te quiero- lo oí susurrar.
-Yo también te quiero- noté sus labios sobre mi clavícula y sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo- no dejes marcas.
-Tú me has dejado marcas- protestó como un niño pequeño.
-Lo sé- alcancé sus labios y lo besé- pero las mías no se ven- y deslicé mi mano hacia unas de las marcas de su trasero.
-Pervertido...- susurró.
-No más que tú...

   Fin Flash Back.

   Llegar a China, mi tierra, mi hogar, nunca había sido tan triste. Jamás lo hubiera reconocido en otras circunstancias, pero mi tierra, es el suelo que HeeChul pisa, y mi hogar, el lugar en el que él me espere.

   Lo amaba, lo amo y lo seguiré amando por el resto de lo que me queda de vida, eso lo tengo muy claro. Sé, también, que algún día, podremos vernos de nuevo, y entonces seré la persona más feliz del mundo. Porque ahora, sinceramente, me siento como una mierda.

   Mi familia me recibe bien e intentan animarme, pero no lo consiguen. Sólo hay alguien que puede animarme, y ese alguien, ahora ya no está a mi lado.

   Los días pasan, y yo sólo pienso en él, en aquel que tiene mi corazón, mi alma, mi vida, aquel al que se lo entregué todo, aquel con el que he compartido los momentos más felices y más tristes de mi vida. Aquel al que amo.

Flash Back.

   Lloraba encerrado en mi habitación. Extrañaba muchísimo a mi familia, pero nadie podía saberlo, ni siquiera las dos personas con las que compartía apartamento. Era muy triste que me pusiera a llorar así porque sí cada vez que pasaba más de un mes sin verlos, pero había tomado una decisión, y esa era que aunque no pudiera actuar durante algunos días más, aprovecharía para estar con HeeChul.

   Tan metido estaba en mí mismo que ni me di cuenta de que él entró por la puerta.

   -Puedes ir, si quieres- su voz fue un resorte para mí y me levanté rápidamente de la cama.
   -¿De qué hablas?- pregunté secándome las lágrimas.
   -De tu familia, puedes ir a verlos- contestó.
   -Pero…- iba a protestar pero me calló.
   -Puedo estar sin verte un par de días mientras arreglas las cosas- dijo- pero en cuanto vuelvas voy a estar pegado a ti como una lapa, ¿entendido?- sonreí. Ésa era su manera de animarme y hacerme sentir mejor.
   -Te quiero- dije.
   -Eso ya lo sé, y ahora, ve haciendo la maleta que ya llamo yo al mánager.

Fin Flash Back.

   Ver a HeeChul era lo único que quería hacer, pero no podía pasarme toda la vida sin hacer nada más que llorar. Él siempre me apoyaba en todo, me intentaba hacer sonreír siempre. Siempre estaba a mi lado.

   Comencé un nuevo contrato en una nueva compañía, y los días, los meses y los años, pasan ajetreados de un lado a otro. Sin tiempo para pensar, poco a poco, el dolor se desvanece, pero siempre queda algo, algo de su presencia, algo de mi amor por él, algo de HeeChul.

   Lo único que pude hacer para contactar con él en todos estos años, fue cantar para él, antes de que se fuera al ejército. En una presentación, inserté una foto suya entre las que pasaban por la pantalla sin que nadie se diera cuenta, y para cuando lo hicieron, ya fue tarde.

   -Espero que te llegara mi mensaje- susurro- siempre te amaré…


Todavía no me lo puedo creer!! HanGeng ganó el EMA en la categoría WorldWide Act!! Estoy muy orgullosa de ti, porque nunca te abandoné y he estado a tu lado siempre (desde España apoyándote) Hannie, saranghae... y de verdad, no sé qué más deciros, lloro de felicidad. HANGENG WO AI NI!!!!!!

jueves, 8 de noviembre de 2012

Ficha de Personajes de EXO


EXO Ficha de Personajes



Park ChanYeol.
Fecha de Nacimiento: 27-Noviembre-1992.
Lugar de Nacimiento: Seúl, Corea del Sur.
Estatura: 185cm.
Grupo Sanguíneo: A.
Signo Zodiacal: Sagitario.
Familia: Padres y una hermana tres años mayor que él.
Símbolo: Fénix.


Poder: Control del Fuego.
Personalidad: Romántico, humilde, sincero, divertido, creepy, apasionado, positivo, alegre, competitivo, social. Su voz grave hace contraste con su aspecto inocente.
Color favorito: Negro.
Número favorito: 21.
Animal favorito: Los gatos.
Comida favorita: Galbi y tonkatsu.



Credits: @EXOPlanetSpain

martes, 6 de noviembre de 2012

The Bus Of Love


The Bus Of Love


   Salí corriendo al ver el autobús en la parada a punto de arrancar y en un alarde de mi fuerza física y resistencia, lo alcancé antes de que se cerraran las puertas. Entré asfixiado y pasé el credibus por la maquina para que me cobrara. Sonó el pitidito y fui a buscar un lugar en el que sentarme, pero al girarme vi lo que no había visto antes. El puñetero autobús estaba lleno hasta los topes incluso a estas horas de la mañana.

   Como pude, atravesé la marea humana hasta llegar a un lugar al que poder agarrarme. Cogí la barra de hierro que se presentaba ante mí como si fuera mi tesoro, antes de que la marea me arrastrara.

   Todos los estudiantes allí metidos parecíamos sardinas en lata. Mirara donde mirara veía gente, gente de mi edad, y gente más mayor. ¿Qué coño hacía gente de 50 años cogiendo el puto autobús universitario? Y lo peor de todo era que lo tomaban en una parada y a la siguiente, a cinco minutos andando, se bajaban. Eso me indignaba.

   Otra parada y una tromba de estudiantes inundó aún más el autobús. Jóvenes desesperados en busca de un lugar al que agarrarse para no caerse. Porque, aunque pudieras pensar que este transporte apenas se moviera, la verdad es que la mierda de autobús que iba a la Universidad era una tartana.

   Una muchacha se agarró al mismo hierro que yo, pero no tenía mucha fuerza y la marea se la llevaba. La agarré del brazo y la situé muy cerca de mí, intentando que ninguna de las demás sardinas la tocara. Sinceramente, no sé por qué coño lo hice, pero ella parecía aliviada.

   -Gracias- la oí susurrar.
   -No hay de qué- contesté.

   Tenía una voz bonita, aunque apenas audible entre el barullo y el poco volumen que le había dado a sus palabras. Me pasé todo el camino  a la Universidad protegiéndola de los bamboleos y de los empujones, y en varias ocasiones, nuestras manos que agarraban el hierro, se rozaron. Cada vez que esto sucedía mi corazón se aceleraba, no podía entenderlo, pero era algo que me pasaba.

   Media hora después de que yo me montara en el autobús, por fin llegó a la maldita Universidad. Todos nos bajamos y la vida siguió su curso.

   Yo ya llevaba dos años en la Universidad, y estaba hasta los cojones de ella. Lo único que quería era terminar ya la puñetera carrera y salir de aquel lugar de hormigón sin pintar que era el sitio en el que me pasaba la mayor parte de mis días desde que comenzaba el curso hasta que acababa.

   Mi rutina diaria era, coger el autobús, entrar en clase, hacer como que escucho a los profesores, hablar con mis amigos por Kakao Talk, escribir twits y dormir. (N.A.: cualquier parecido con la realidad de mis días de clase es mera coincidencia. XD) No importaba nada de lo que hiciera en las clases, lo único que le importaba a los carcas de los profesores era que te leyeras un tocho de libros, te presentaras al examen y listo, si aprobabas bien, sino, nos vemos en Septiembre. Ni siquiera sabía el motivo de por qué iba a clases. Nunca me había gustado, y aun así, siempre había algo que me impedía quedarme dormido en las mañanas.

   Descubrí de lo que se trataba cuando durante este año, todas las mañanas, en el autobús lleno de sardinas en lata, me encontraba con esa chica del primer día de curso. Ella siempre se arrastraba hasta dónde yo estaba, y yo siempre la protegía de los peligros del maldito autobús. Nuestras manos siempre se rozaban y a mí me entraban calores por todo el cuerpo, también veía cómo ella se sonrojaba considerablemente cuando esto pasaba.

   Holas, gracias y adioses, eran las únicas palabras que compartíamos durante los viajes. Casi no nos mirábamos a los ojos, pero ella los tenía de un bonito color chocolate. Su pelo negro, por los hombros cortado irregularmente tenía un olor que me encantaba, y su cuerpo, con bastantes curvas a pesar de ser coreana, y de una estatura muy superior a la media de las mujeres asiáticas. Me llegaba a los hombros, por lo que tenía que medir cerca de 1’70. Era, el tipo de mujer, que me traía loco, en definitiva.

   Nos pasamos todo el primer cuatrimestre así, y durante el período de exámenes no la vi. Tendríamos horarios diferentes, puesto que aunque los dos estábamos en la Universidad de Letras, no sabía que estudiaba, ni en que año estaba, siquiera.

   Un gran pesar se alojó en mi cuerpo desde que no me encontraba con ella, y eso me parecía extraño, nunca me había pasado. Acabaron los exámenes, y volvimos a las aburridas clases, bueno, volví, a la chica no la vi en el autobús más. Ese pesar cada día que no la veía iba a más, no sabía que me sucedía, así que, un día en clase, mientras le escribía a mi compañero de piso, Tao, le pregunté qué podría ser lo que me pasaba, y él, contestó simple y llanamente, que me había enamorado.

   ¿Cómo coño me podría haber enamorado de una chica que no conocía? Bueno, llevaba viéndola cuatro meses, y me sentía muy feliz cuando se tocaban nuestras manos, o cuando la veía aparecer entre las sardinas y colocarse a mi lado. También era cierto que desde que no la veía me sentía mal, pero eso no podía se amor. ¿O sí? Tal vez el gran Kris se había enamorado como me decía Tao.

   Dos semanas después de mi descubrimiento, o sea, del descubrimiento de mis sentimientos, ella apareció. Compuso una sonrisa encantadora cuando me vio y se puso a mi lado como de costumbre. Y como de costumbre, nos dirigimos un “hola” apenas audible. Mi corazón danzaba como loco dentro de mi pecho y cuando nuestras manos se rozaron ese día, casi me da un ataque al corazón.

   En ese momento supe, que Tao tenía razón, y que el gran Kris se había enamorado. Cuando bajamos del autobús, nos dijimos adiós, y ella siguió su camino. Mi corazón dolía y sin pensarlo fui corriendo hacia ella.

   -Espera- grité, las quince mil sardinas se volvieron, pero ella no lo hizo- la chica del abrigo amarillo pollo- ella se volvió y yo le sonreí. Estaba muy avergonzada porque todo el mundo nos miraba- siento hacerte pasar tanta vergüenza- susurré- pero me gustaría saber cuál es tu nombre- ella sonrió.
   -Mi nombre es Park HyeKi- contestó.
   -Yo soy Kris- dije.
   -Encantada de conocerte, Kris oppa- susurró agachando la cabeza avergonzada. Era un encanto y mi corazón latía a mil por hora. Era ahora o nunca, lo decía, o dejaba pasar la oportunidad.
   -HyeKi- dije- sé que no nos conocemos más allá de viajar juntos en el autobús, pero…- titubeé un poco- esto… ¿te gustaría salir conmigo?
   -Sí- contestó inmediatamente.

   Sonreí y la abracé muy fuertemente. Estaba muy feliz por ello, no podía casi ni respirar. Aquello era lo mejor que me había pasado en la vida, y a partir de ese momento, todo fue aún mejor y mi vida, dejó de ser monótona y aburrida, gracias al autobús que tanto odiaba, al que a partir de ese momento, comencé a llamar, “El autobús del Amor”.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Love Outside Logic


Capítulo 10
El partido de Fútbol


   Y el día del partido de fútbol llegó. Todo el instituto era un hervidero. La gente iba y venía por todas partes, siempre pasaba lo mismo. Me había decidido a hablar con BaekHo y aclararlo todo, pero no sabía como hacerlo, tenía mucho miedo de su reacción. Yo lo había estado engañando y sabía que eso no me lo podría perdonar, pero yo sólo quería aclarárselo todo, eso era lo único que quería, no esperaba nada más. Sabía que BaekHo no podía seguir queriéndome después de todo lo que yo le había hecho, pero sólo quería arreglar las cosas.

   Me senté en las gradas, junto a Rose y a mi vecina, que se había acoplado a ver el partido de fútbol, ya que decía que ahí iba a pasar algo importante. Pero no iba a pasar nada más que se jugaría un aburrido partido y ganaría un equipo u otro. MinHyun y Aron estuvieron unos minutos con nosotros antes de empezar, intentando quitarse los nervios, y cuando los llamaron, salieron corriendo hacia la pista. JR me saludó con la mano cuando salió al campo y sonrió, estaba muy confiado en lo que haría, como siempre, y BaekHo… BaekHo…

   -What!!??- gritó Rose tan fuerte que casi provoca una avalancha en el Himalaya.
   -Tampoco es para tanto- murmuré.
   -¿Qué no es para tanto? Ren, mira bien- me cogió la cara y me la giró hacia la dirección en la que estaba BaekHo- cómo me digas que no es para tanto otra vez te llevo al óptico a que te gradúen la vista, porque estás cegato.
   -A ver, él sólo se ha quitado el tinte rubio y ahora está moreno, no ha pasado nada más- contesté.
   -Claro que ha pasado algo más, ha abandonado su condición como pandillero- dijo Rose muy alarmada.
   -¿Y?- pregunté sin entender.
   -Ren… yo… de verdad… ¿cómo puedes ser tan lento?
   -Es que no pillo lo que quieres decirme- y mientras nosotras hablábamos el partido había comenzado y todos estaban como locos apoyando a los dos equipos a que se partieran las piernas con tal de ganar.
   -Quiero… bueno, intento decirte que algo ha cambiado en BaekHo.
   -Sí, su color de pelo.
   -Babo- me pegó en el hombro- ¿es que no lo entiendes? Esto puede ser una oportunidad para ti- abrí los ojos desmesuradamente- puede que intente darte a entender que quiere hablar contigo y arreglar las cosas.
   -¿Y todo eso lo sacas porque se ha cambiado el color del pelo, Rose?- dije incrédulo, era muy raro lo que me estaba diciendo.
   -Yo sólo te digo que a lo mejor tienes una oportunidad de arreglarlo todo hoy.
   -No digas tonterías, Rose.
   -No son tonterías, es sólo algo que creo que puede ser posible- me cogió las manos y me las apretó fuerte- no quiero que te rindas, tú me ayudaste con Min… ahora yo quiero que por lo menos puedas hablar con BaekHo y lo arregles todo- asentí. Rose sólo intentaba ayudar.

   De repente, un “GOOOOOOOL” se extendió por la pista y Rose y yo nos giramos para ver cómo MinHyun corría como loco y la señalaba dedicándole el tanto que acababa de marcar.

   -Ése es mi hombre…- suspiró ella y yo sonreí- pero esto no quita lo que te estoy diciendo.
   -Lo sé, lo sé, intentaré arreglarlo hoy, ¿vale?
   -No me vale hasta que no me lo prometas- dijo inflando sus mejillas, haciéndola parecer un hámster.
   -Pareces un hámster- se lo dije y frunció el ceño.
   -No me cambies de tema jovencito- contestó ella como una madre.
   -Vale, vale, te lo prometo…

   Otro gran estruendo, con gritos de “TOMA, TAMBIÉN HEMOS MARCADO” y “GOOOOOOL” anunciaron que mi anterior instituto había marcado, y quien lo había hecho era JR, que me mandó un beso desde la pista, dejándome un poquito en estado de shock. Rose me sacó de él volviendo a la conversación que manteníamos.

   -Lo harás en cuanto acabe el partido- dijo.
   -¿Tan pronto?
   -O es ahora o nunca.
   -JR va a morir- dijo de repente JieHee.
   -¿Qué dices, loca?- preguntó Rose.
   -Mirad- y señaló el campo de fútbol.

   JR estaba tirado en el suelo y BaekHo a su lado, de pie, y amenazante, con una cara de mala hostia impresionante. JR se levantó y fue hacia él, pero el otro, antes de que llegara a un metro de distancia, lo tumbó en el suelo de un puñetazo. Todos los jugadores de ambos equipos intentaban detener eso que acababa de empezar.

   -¿Qué ha pasado?- susurré, mi corazón latía a mil por hora, todo me estaba comenzando a dar vueltas.
   -Ha sido después de que JR te lanzara el beso, BaekHo le ha hecho una entrada dura… y lo demás ya lo has visto- contestó mi vecina.
   -Serán idiotas.

   Casi sin darme cuenta, corría gradas abajo, saltando varios escalones de una sola vez, todo para llegar lo más rápidamente posible al lugar del conflicto. Atravesé la pista corriendo como un poseso. Llegué hasta allí justo antes de que se volvieran a pegar de nuevo y me coloqué en medio de ambos.

   -¿Pero qué os pasa?- grité.
   -Éste gilipollas se cree que tengo algo contigo y se ha lanzado a romperme las piernas- contestó JR limpiándose la sangre del labio con la mano. Me giré hacia BaekHo y él sólo volvió el rostro.
   -No tengo nada con él- murmuré.
   -Escuché cómo te le declaraste en la azotea- contestó él- y os vi abrazados- abrí los ojos como platos. ¿Estaba intentando dar a entender que eso lo había molestado, que estaba celoso?
   -No tengo nada con él- volví a decir.
   -¿Y por qué te lanzó un beso?- preguntó muy alterado.
   -Y yo que sé- contesté perdiendo los nervios- no estoy en su cabeza para saber por qué motivo hace las cosas- noté cómo JR apoyaba su cabeza en mi hombro y el cambio en el rostro de BaekHo, que además de furia reflejaba decepción.
   -Quiero aclarar que no soy gay- dijo JR muy calmado- sólo quiero recuperar a mi amigo.
   -¿Mandándome besos?
   -He notado cómo este bruto te mira, quería jugar- murmuró.
   -JR…- comencé- deja mis asuntos, no tienes ningún derecho a…- no me dejó acabar.
   -Lo sé, lo sé- y se fue con sus compañeros, todos los demás nos miraban como esperando algo, pero BaekHo y yo sólo nos sosteníamos la mirada, ambos un poquito cabreados.
   -DongHo- llamó nuestro tutor- sal ahora mismo del campo de fútbol, estás expulsado del partido- BaekHo apartó su mirada de mí y comenzó a irse- Aron, tú serás el capitán lo que queda de partido- lo escuché decir antes de salir tras el chico.
   -Espera- dije, pero no me hacía caso, así que corrí tras él hasta darle alcance- espera- me puse frente a él bloqueándole el paso.
   -Aparta.
   -No.
   -Aparta.
   -Quiero hablar contigo- dije.
   -Yo no.
   -Quiero arreglar las cosas.
   -Un poco tarde, ¿no?- preguntó sarcástico.
   -No lo creo- contesté muy seguro de mí mismo, no había estado tan seguro de mí mismo desde hacía bastante tiempo- no creo que este ataque de celos sea por nada.
   -Te lo advierto- dijo caminando amenazante hacia mí- no me toques las pelotas.
   -Quiero decirte que sé que estuvo mal, que nunca debí engañarte, que debía haberte dicho que era un chico desde el principio, que no debía haberte dado esperanzas, que yo no quería enamorarme de nuevo como un tonto y tú hiciste que así fuera, dejándome sin aliento y sin razón cada vez que estábamos juntos- comencé a decir- también, que sólo quiero que sepas que lo siento, que fui un capullo, que me he comportado fatal contigo, que me merezco tu odio, que me aborrezcas para siempre y que no me mires más a la cara, pero es que… me he dado cuenta de que estando a tu lado yo era como hacía tiempo, como la persona que era antes, alguien alegre y despreocupado… alguien que comenzó a enamorarse de ti casi sin darse cuenta y que cuando te perdió me odié por ello, porque yo te había fallado y… y… lo siento muchísimo… no espero que me perdones, sólo espero que sepas que no lo hice con mala intención o con ánimos de hacerlo mal, yo sólo quería cambiar mi antigua vida y empezar una nueva, tú te cruzaste en mi camino y cometí la gilipollez enorme de enamorarme y no decirte que era un chico… y… sé que me estoy repitiendo… pero quiero que te quede claro que…
   -Basta- murmuró- ya basta- su voz estaba quebrada.
   -Lo siento mucho, BaekHo… lo siento mucho, siento muchísimo lo mal que te lo he hecho pasar, siento…
   -He dicho que pares- avanzó hacia mí y me abrazó fuertemente- para, por favor- sentí sus lágrimas caer sobre mi hombro- para…
   -BaekHo…- susurré.
   -No hables…

   Rodeé su cuerpo con mis brazos y lo apreté fuertemente contra mí, mientras lo oía sollozar. Pasé mis manos por su espalda, por su cuello, por su pelo, intentando calmarlo, intentando que dejara de sufrir por mi culpa, intentando quedarme en sus brazos para siempre. Estuvimos mucho rato así, la verdad, no supe cuanto, pero cuando BaekHo comenzó a retirarse, sentí un gran vacío en mi corazón. Él se secó las lágrimas y me miró fijamente a los ojos.

   -Te perdono- susurró.

   Mis oídos no podían dar crédito a lo que escuchaban. Después de todo, ¿me perdonaba? No me lo podía creer y mi cara lo reflejó perfectamente.

   -Créelo- susurró- te perdono, te perdono porque has tenido el valor de enmendar tu error, porque te has plantado frente a mí y no has tenido miedo a escuchar que te odiaba, pero también te perdono… porque no sé exactamente cómo puede ser posible… pero te sigo queriendo- abrí los ojos como platos- no sé si esto me convierte en gay o qué… pero lo que sí sé, es que no quiero estar sin ti.
   -¿Lo… lo… dices en… serio?- pregunté temeroso.
   -Muy en serio, y, me gustaría comenzar otra vez- me lancé a sus brazos sin pensarlo al oír esas palabras- ¿eso es un sí?- preguntó.
   -Sí- BaekHo me cogió el rostro y me dio un suave beso en los labios, apenas un roce, pero que me hizo infinitamente feliz.
   -Te quiero- susurró contra mis labios.
   -Yo también te quiero.





viernes, 2 de noviembre de 2012

Love Outside Logic


Capítulo 9
De Todo Lo Que Huía


   -¿MinKi?¿Choi MinKi?- preguntó.
   -¿JR?
   -No puede ser…- se acercó a mí- ¿qué te has hecho en el pelo?- me tocó el flequillo y cogió un mechón delicadamente- estás raro, no te había reconocido.
   -Es bueno volver a verte- murmuré.
   -Por supuesto que sí- sonrió- llevábamos mucho tiempo sin vernos, no sabía dónde te habías metido, simplemente desapareciste.
   -Necesitaba un cambio de aire- contesté intentando esquivar adónde me llevaría esa conversación- ¿por qué estás aquí?
   -Oh, eso, es verdad- pasó un brazo por mis hombros- pues comienza la temporada, así que a partir de ahora me verás mucho por aquí.

   Después del encuentro salí corriendo para mi casa y no paré hasta llegar a ella. Nada más entrar, llamaron a la puerta y supuse que sería mi vecina, así que le abrí. Y no me equivocaba. Allí estaba ella, con unos cuantos de folios en una carpeta y miles de lápices y cosas así para dibujar.

   -Rose me ha dicho que has sido tú el que le ha enviado de regreso a MinHyun oppa, así que cuéntamelo todo- dijo.
   -Creo que hay otra cosa todavía más importante que debería contarte- dije.
   -¿Más importante que lo de que Rose ha vuelto con su chico?- preguntó.
   -Mucho más…

   Y al final acabamos esa noche de reunión de chicas en casa de mi vecina, ya que mis padres, por una vez estaban en casa, y allí no se podía hablar con tranquilidad.

   -¿Qué fue lo que pasó?- preguntó Rose desde la pantalla del ordenador. No la habían dejado salir de casa, así que la teníamos en videollamada por Skype.
   -Me encontré con JR.
   -Oh my God!- dijo ella.
   -Esto se pone interesante- murmuró mi vecina.
   -¿Dónde?- dijo la otra sin hacer caso a JieHee.
   -En el instituto.
   -¿Y qué hacía allí?
   -Comienza la temporada de fútbol- dije.
   -Esto se pone mal- murmuró ella- JieHee, ¿tú que piensas?
   -Que mi manga se está poniendo cada vez más interesante.

   Pasé todo el fin de semana de un humor de perros. ¿No tenía ya bastante con intentar arreglar lo de BaekHo? No, ahora tenía un problema más. La puñetera temporada de fútbol entre institutos tenía que empezar justo en este momento. Y lo peor de todo era que ahora tendría que lidiar día sí y día también con JR, ya que jugaban el fin de semana siguiente y tenían que entrenar en mi instituto, como siempre hacían.

   Me esperaba una semana infernal, lo sabía, pero… ¿qué podía hacer?

   El lunes, nada más entrar, volví a encontrarme con JR. ¿No tenía vida social o qué? ¿Tenía que estar a todas horas en mi instituto toda la semana? Que fuera el capitán del equipo de fútbol hacía que durante la temporada, perdiera varias semanas de clase por eso de organizar las cosas, así que, no podía extrañarme que lo viera día sí, día también rondando por mi instituto.

   JR me saludó y se acercó a mí. Comenzó a parlotear acerca del partido, de lo duro que iba a ser, de lo bien que jugaban los chicos de mi instituto, casi ni me deja a ir a clase cuando el timbre sonó insistentemente.

  -Nos vemos en el almuerzo- dijo despidiéndome en la puerta de mi clase.

   Cuando entré a la clase me llevé miradas de odio y de asco de la mayoría, pero pasé de ellos y me dirigí a mi asiento. Escuché de fondo los cotilleos de las chicas, no les hice mucho caso, pero al escuchar el nombre de BaekHo, puse la oreja.

   -¿Lo habéis visto? No han pasado más que un par de semanas y ya está echándole el lazo a otro pobre inocente- decía Alice.

   -Habrá que advertirlo, ¿no creéis?- siguió Ara.
   -Pobre BaekHo… ahora que parecía más humano…- comentó Lime.
   -Si es que es un putón- terminó YooYoung.

   Me estaba revolviendo en mi asiento después de escuchar eso, y estaba a punto de levantarme cuando vi que BaekHo se acercaba a ellas y pegaba un puñetazo en la mesa en la que estaban reunidas, asustándolas. Después, se agachó y les dijo algo que no pude escuchar, pero que pareció asustarlas todavía más.

   A la hora del almuerzo, JR me esperaba en la puerta de la clase, junto con Rose. MinHyun y Aron salieron detrás de mí y pusieron mala cara al ver al nuevo acoplado al grupo. Nos dirigimos a la cafetería y levantamos las miradas de todos, los cuchicheos y los cotilleos, pero acostumbrados a eso cómo estábamos, pasamos de todos. Nos sentamos en una mesa, y fue allí dónde JR preguntó qué pasaba.

   -Sería bueno que no te juntaras con nosotros- dijo MinHyun, parecía que no le hacía mucha gracia que JR estuviera con nosotros.
   -¿Por qué?
   -Son cosas que no te interesan- contestó Aron.
   -No seáis así- regañó Rose.
   -No importa, no pasa nada, sino es asunto mío no preguntaré más- dijo al final JR, y la conversación del almuerzo se volvió algo más agradable desde ahí, pero todos seguían estando tensos.

   Durante toda la semana estuvimos así. JR no quería separarse de mí ni un momento, y los cotilleos y rumores se extendieron como la espuma. El jueves ya no pude aguantar y exploté. Estaba muy harto de que todo lo que hiciera fuera motivo para que todos hablaran de mí y encima, el que JR estuviera a todas horas pegado a mí me daba muy mala espina.

   Salí de la clase después de soltar varias barbaridades por mi boca y dejar asombrados a todos por la mala leche que me podía gastar cuando me tocaban las pelotas. Me encontré por los pasillos con BaekHo y pasé de él olímpicamente bufando, no quería verlo en esos momentos, estaba demasiado cabreado. Comencé a subir y a subir y al final llegué a la azotea casi sin darme cuenta. Atravesé el lugar y me apoyé contra la valla metálica.

   Suspiré e intenté tranquilizarme, pero no podía. Me giré y agarré la valla fuertemente con mis manos. Qué fácil sería escalar esa valla y acabar con todo, pero sabía que eso sería echar por la borda todo lo que había conseguido, y también, decepcionar a todos los que me habían estado apoyando. Escuché la puerta abrirse y me giré rápidamente. Allí estaba JR.

   -Vete- susurré y me volví a girar.
   -¿Qué es lo que está pasando?- se acercó.
   -¡FUERA!- grité.
   -Sólo quiero saber qué es…- no lo dejé terminar.
   -Tú, te fuiste de mi lado cuando todos me odiaban, tú, que eras mi mejor amigo, la persona que yo amaba, me dejaste de lado, tú…- no pude continuar, las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas sin que yo quisiera detenerlas, últimamente me daba lo mismo que me vieran llorar, estaba cansado de todo. Noté cómo JR me rodeaba con sus brazos y me acercaba a él.
   -Lo siento- susurró- yo… estaba muy asustado… cuando todo pasó… no sabía cómo tratarte… ni cómo hablar contigo… yo… lo siento…
   -Déjalo, ya no importa.
   -¿Qué es lo que ha pasado?- preguntó acariciándome el pelo.
   -He vuelto a hacer el gilipollas otra vez- contesté.
   -Te ayudaré- me separó para mirarme a los ojos.
   -No, ni se te ocurra- dije- ¿sabes que ya estás metido en todos los cotilleos? No quiero involucrarte más.
   -Tú siempre intentando arreglarlo todo solo- comentó- nunca dejas que la gente te ayude en nada.
   -Ahora tengo a gente que me ayude- contesté y me separé de él secándome las lágrimas- me alegro de que me hayas pedido perdón y de que quieras ayudarme, pero no hace falta.
   -MinKi…- me alcé un poco y le di un beso en la mejilla.
   -No te vuelvas a acercar a mí- me despedí sonriendo- soy una mala influencia.
   -Pero yo quiero volver a ser tu amigo- me intentó detener, pero me zafé de él.
   -Y yo- contesté- pero poco a poco.
   -Está bien- murmuró y yo salí de allí, más tranquilo, y con varias cosas claras.

   La primera, ya no le guardaba ningún rencor a JR, y segunda, me costara lo que me costase iba a aclarar las cosas con BaekHo, sí o sí.


jueves, 1 de noviembre de 2012

EXO



Prólogo



   Esta historia comenzó hace miles de años, cuando los doce dioses crearon la Tierra y todas las formas y seres vivos, cuando habitaban este planeta y velaban por los humanos, su mayor obra, creados a su imagen y semejanza. Sin embargo, un día, destronados por otros dioses se vieron obligados a abandonar la Tierra y desaparecieron sin dejar rastro.

   Pero ahora, han regresado.




martes, 30 de octubre de 2012

Siempre Te Esperaré


Siempre Te Esperaré


   Fue algo muy duro separarme de ti la primera vez, ahora, la segunda, después de encontrarte por un breve tiempo, se me hace todavía más duro.

   -No quiero- lloriqueo como un niño pequeño sobre el regazo de YoungWoon.
   -JungSoo…- susurra mientras me sigue acariciando el cabello, aunque ya no tenía pelo que acariciar, me habían rapado la cabeza, y estaba horrible- ya no eres un niño, eres un hombre hecho y derecho, compórtate cómo tal…- no lo dice demandante, pero sí algo cansado de mis pataletas, llevaba dos semanas así.
   -Soy un niño…- susurro ahogándome con mis lágrimas y mis mocos. Inspiro fuerte, y me limpio un poco la cara con la manga de mi camiseta, que ya está asquerosa.
   -Esto es algo por lo que todos tenemos que pasar- me contesta- debes ser fuerte, y, además, podrás venir de vez en cuando de visita…
   -YoungWoon…- susurro- yo no quiero separarme de ti de nuevo… es… superior a mis fuerzas…
   -Yo tampoco quiero separarme de ti- dice- pero hay que ser fuertes para así poder demostrar que pase lo que pase, nos seguiremos queriendo… aunque tengamos que estar separados durante un tiempo…
   -No soy fuerte…
   -Claro que sí- YoungWoon me hace levantarme de su regazo y mirarlo a la cara, tomándome el rostro firmemente con sus grandes manos- tú eres muy fuerte, eres LeeTeuk, el líder de Super Junior, la persona más fuerte que he conocido en toda mi vida.

   No puedo contenerme más y me lanzo a besarlo. Él siempre intenta hacerme sentir bien, y lo consigue con sus palabras de ánimo. Además, debía de aprovechar cada oportunidad con él, no me quedaba mucho tiempo a su lado, y lo necesitaba, lo necesitaba tanto como al aire para respirar.

   -JungSoo…- me susurra cuando nos separamos brevemente para tomar aire. Es una advertencia. Si sigo a partir de ahí, ya nada podrá detenerlo.
   -Es mi última noche- le contesto- quiero sentirte.

   Me muevo sensualmente y al final acabo sentado sobre él, de rodillas sobre la cama y con las piernas abiertas a cada lado de sus caderas. Las lágrimas siguen cayendo de mis ojos y corriendo por mi rosto sin que yo intente retenerlas. Quiero verme sexy para él, pero sinceramente, estoy horrible.

   -JungSoo…- comienza a secarme las lágrimas con sus dedos- no puedo hacer nada si estás así, sería algo horrible por mi parte…
   -No quiero irme…- intento tranquilizarme y no puedo- estoy así porque no quiero irme… de tu lado… me da igual la gloria militar… sólo quiero estar contigo…- consigo decir al final, después de atragantarme varias veces con mi lágrimas.

   Él suspira fuerte y apoya su cabeza en mi hombro, cansado de todo. Roza mi cuello con su nariz y aspira hondo tratando de adsorber mi aroma.

   -Lo haremos…- termina diciendo- cuando te tranquilices…- sonrío y me pego más a su cuerpo, abrazándolo por la espalda- pero no aquí…
   -¿Por qué aquí no?- pregunto, y él alza su cabeza. Una sonrisa traviesa adorna sus labios.
   -Si quiero que sea algo inolvidable, no nos pueden escuchar… y aquí… hay altas posibilidades de que lo hagan.
   -Es verdad- me refriego los ojos un poco intentando secar lo que queda de lágrimas en ellos- los niños…
   -Vamos al otro- susurra.

   Me levanto de sus piernas y él se levanta de la cama. Salimos de mi habitación en el apartamento grande, para dirigirnos a la suya en el pequeño. En el pasillo nos encontramos con DongHae hablando por el móvil, caminando de un lado al otro del pasillo. Nos despedimos de él con un movimiento de cabeza y seguimos nuestro camino.

   En el salón, viendo una película, estaban KyuHyun y SungMin, aunque el mayor no veía más que los sueños que estuviera teniendo porque se había quedado dormido abrazado al torso del menor.

   Ninguno se dio cuenta de que nos íbamos, así que, simplemente, nos limitamos a salir de allí y a dirigirnos al otro apartamento. Entramos y nos dirigimos directamente a su habitación. YoungWoon agarra mi mano fuertemente mientras caminamos hacia allí, y nada más pasar al dormitorio nos tumbamos en la cama abrazándonos.

   -Sabes que te quiero, ¿no?- me dice acariciándome el rostro con el dorso de su mano.
   -Lo sé…- susurró y él sonríe.
   -Esta noche haré que no se te olvide…

   Y comenzaron los besos, las caricias, los nombres susurrados, los suspiros, las respiraciones entrecortadas, y todas mis preocupaciones volaron a la vez que caía preso de una tremenda debilidad al llegar al orgasmo.

   -Te quiero- le digo a YoungWoon abrazándolo fuerte.
   -Yo también te quiero, para siempre.

   Flash Back.

   Ser fuerte, eso era lo que intentaba mientras KangIn se despedía de sus fans y se convertía en YoungWoon para comenzar su vida en el Ejército.

   Su vida se separaba de la mía por dos años, por algo que todavía no llegaba a comprender bien. Cuando entró y la verja se cerró tras él, mi fuerza comienza a flaquear y no lo aguanto más. Nada más entrar en el coche me derrumbo y mis dongsaengs intentan consolarme.

   Fin Flash Back.

   No puedo dormir, ni siquiera entre los brazos de mi amado. Sólo quiero pasar el mayor tiempo observándolo, observando cada detalle de su rostro, de su cuerpo, de su ser, para no olvidar nada, tal y como hice hacía algo más de un par de años.

   Flash Back.

   Durante una semana estuve como un loco, no sé como mis compañeros me aguantaban. Llegado el día, esperando en la puerta, mi corazón late fuertemente y al verlo de nuevo, se para de repente. Se detiene al verlo tan cambiado, tan fuerte, tan guapo.

   Sólo puedo caminar hacia él unos pasos y extender mis brazos para recibir su primer abrazo después de tanto tiempo. Volver a sus brazos, me hizo sentir calmado, feliz.

   -Bienvenido a casa, pequeño- le susurro y él sonríe.
   -Te he echado mucho de menos- contesta.

   Fin Flash Back.

   El sol comienza a asomar por entre los edificios de la ciudad de Seúl, trayéndome un nuevo día, un nuevo día en el que comenzaría una nueva vida, una en la que mi amor estaría lejos otra vez, una en la que mis compañeros no estarían a mi lado, una en la que todo lo que había conocido no me iba a ayudar, una en la que estaría solo…

   Mi nueva vida…





   Esto está dedicado a mi líder, a mi hombre y a mi niño. Todos son la misma persona y a todos amo. Estoy muy triste porque LeeTeuk se va, y durante dos años será Park JungSoo. Para no deprimirme demasiado pienso que esto serán unas merecidas vacaciones, y que cuando vuelva, será una persona todavía mejor que cuando se fue.

   Te quiero muchísimo y siempre te esperaré, no lo olvides.

   당신을 사랑

lunes, 29 de octubre de 2012

Love Outside Logic



Capítulo 8
Tú para mí, No Existes


   BaekHo se separó bruscamente de mí y me miró con los ojos como platos. Me incorporé de la mesa, respirando entrecortado e intentando que de mi boca saliera alguna explicación coherente, pero no podía articular palabra.

   -Tú…
   -BaekHo… yo… sólo…
   -Tú…
   -BaekHo… yo… te quiero…
   -¿¡Crees que soy gilipollas!?- me gritó.
   -Baek…- me intenté acercar pero se apartó.
   -¿Con quién hiciste la apuesta de que podías seducirme? ¿Eh? CONTESTA.
   -Yo… no…
   -Eres un maldito…- se mordió el labio inferior, noté como sus ojos comenzaban a ponerse húmedos- tú…- me señaló- tú para mí, no existes…

   Y salió de allí. Intenté seguirlo, pero mis piernas se habían quedado ancladas al suelo y no podía moverme. Sin siquiera haberme percatado de lo que pasaba, noté cómo las lágrimas caían de mis ojos y acababan resbalando por mis mejillas. La fuerza que me hacía estar en pie, me falló y acabé en el suelo, de rodillas, tapándome la cara con las manos.

   No sé cuanto tiempo estuve allí, tampoco me importaba, sólo sé que en algún momento, alguien entró al lugar y se agachó a mi lado.

   -Ren… cariño…- susurró- y pude notar que era Rose- vamos, levanta- intentó alzarme del suelo- lo mejor será que nos vayamos de aquí.
   -Rose…- susurré con la voz ronca- él…
   -Vamos a casa…- al final consiguió levantarme- vamos a casa…

   Me pasé llorando toda la tarde sobre el regazo de Rose, mientras ella me acariciaba el cabello e intentaba animarme. JieHee también vino y las dos aunaron esfuerzos, pero nada era capaz de calmarme. Yo, que era una persona fría que no mostraba mis sentimientos ante nadie, había cambiado en este breve período con BaekHo, y ahora no me importaba llorar y llorar, sacando todo lo que tenía dentro.

   Al día siguiente no fui al instituto, ni al otro. Me pasé una semana encerrado en casa, llorando y maldiciéndome a mí mismo por ser tan gilipollas. Pero no podía seguir así, y JieHee me lo hizo saber una tarde.

   -Tienes que volver.
   -No puedo.
   -Tienes que volver sí o sí- contestó ella.
   -No- mi vecina suspiró cansada.
   -¿Sabes lo que está pasando?- negué- le están haciendo la vida imposible a Rose- abrí los ojos sin poderme creer lo que decía la chica- MinHyun cree que lo estaba engañando contigo y la ha dejado, y las chicas de su clase le hacen el vacío, la única persona que no la ha abandonado ha sido su hermano, porque tú estás aquí llorando, y ella está siendo fuerte.
   -Pero… ella no… ha dicho… nada… no me ha dicho… nada…
   -No quería preocuparte, necesitabas todo el apoyo posible- contestó ella.
   -Pero ella también necesita apoyo- dije y me levanté rápidamente- tengo que volver.
   -Así me gusta.

   Al día siguiente me vestí, como hacía siglos que no lo hacía. Me puse mi ropa de chico, recogí mi pelo en una coleta y salí de casa. Al llegar al instituto, todos me miraban, pero no me importaba, yo sólo quería encontrar a Rose. La vi junto a Aron en un pasillo, alejados de todo y me acerqué a ellos.

   Me abracé a ella fuertemente y no la solté durante un buen rato. Noté cómo comenzaba a estremecerse y a hipar bajito.

   -Estoy aquí- susurré pasando las manos por su espalda- estoy aquí.
   -Gracias.

   Ese día fue muy difícil para mí. Mis compañeros de clase me miraban mal y cuchicheaban cosas sobre mí y sobre Rose. Tampoco ayudaba que el pupitre de delante estuviera ocupado por MinHyun y el de detrás por BaekHo. Me sentía odiado, si no hubiera sido porque Aron me daba apoyo silencioso cada vez que nuestras miradas se encontraban, no hubiera aguantado hasta el almuerzo.

   Y mis días pasaron así. Con odio por parte de todos menos de Aron y Rose. Intenté acercarme a BaekHo para explicarle las cosas, pero siempre que me dirigía a él, me evitaba, así que lo di por perdido por el momento. Tenía que calmarse todo para que él me volviera a escuchar. Intenté hablar con MinHyun, pero pasaba exactamente igual que con BaekHo. Ninguno me escuchaba.

   Una semana después, me cansé de todo, y llegué a clase antes que nadie, ya que sabía que MinHyun llegaba el primero siempre. Cuando él entró, y me vio allí, intentó huir, pero no lo dejé, tenía que enfrentarme, sí o sí, y lo haría en ese momento.

   -MinHyun- llamé- tengo que hablar contigo.
   -Pues yo no tengo nada de qué hablar contigo- contestó frío.
   -Es sobre Rose.
   -Si es para decirme que me estabais engañando como a un bobo, te lo puedes ahorrar, ya lo sé- intentó irse pero lo detuve.
   -Si la quieres, tienes que confiar en ella.
   -Confié y me engaño… contigo, encima- dijo cabizbajo.
   -No es eso…
   -Estabais liados, a mí no me vengas con rollos- me gritó.
   -No- lo agarré del brazo- no es nada de lo que piensas.
   -Pues dime qué es entonces- se cruzó de brazos de forma protectora tras soltarse de mi agarre.
   -Ella sabía que yo era un chico…
   -Y te estaba ayudando a conquistar a BaekHo, ¿no?
   -¡NO! NADA DE ESO- grité exasperado y con las lágrimas a punto de salir de mis ojos, pero las contuve- yo quería intentar ser una chica en este instituto, y ella me ayudó no diciéndoselo a nadie- inspiré hondo- yo, soy gay, y en mi anterior instituto me trataron mal por esto- conté- ella sólo me apoyó para que fuera feliz.
   -¿Y BaekHo?
   -Llevaba tiempo intentando decírselo, pero nunca podía, me daba miedo- dije sincero.
   -¿Aron?
   -Aron se enteró cuando todos.
   -Yo creo que él lo sabía de antes, también es gay, y si estaba tanto tiempo junto a ti, debía intuirlo- dijo.
   -¿Entonces?- pregunté, ya que estaba cambiando de tema- ¿Rose?
   -No sé qué hacer con respecto a ella.
   -Habla con ella- dijo una voz a nuestras espaldas, nos giramos, y resultó ser Aron- ella quiere explicártelo todo.
   -¿Dónde está?
   -En la azotea.

   Y tras escuchar esto, MinHyun salió de la clase. Aron se acercó a mí y me rodeó con sus brazos, me abracé a él y suspiré cansado.

   -¿Estás bien, princesa?- preguntó.
   -Por mi culpa todo está del revés- dije.
   -Todo se arreglará- prometió.
   -Eso espero.

   Cuando fuimos a almorzar, Rose se lanzó encima de mía gritando felizmente y me abrazó muy fuerte.

   -Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias- no paraba de repetírmelo- muchísimas gracias.
   -Es lo menos que podía hacer.

   Después de las clases, Rose, MinHyun y Aron se fueron juntos para celebrar que todo estaba bien de nuevo. Me invitaron a ir con ellos, pero sentí que allí sobraba, así que decliné la oferta.

   Salía del edificio cuando por el rabillo del ojo vi a alguien con un uniforme, el uniforme de mi anterior instituto. Intenté esconderme en algún lugar para que quien pudiera ser no me viera, pero no pude hacerlo a tiempo y el chico se giró y me vio. Abrí los ojos como platos.

   -¿MinKi?¿Choi MinKi?- preguntó.
   -¿JR?