Capítulo 4
Romance
Había sido la peor idea de la Historia, pero
yo, como un idiota había creído que era la mejor. Noté cómo mi corazón se
resquebrajaba y los pedazos comenzaban a caer al suelo cuando escuché aquella
conversación. No debía haber ido a hablar con ChanYeol, no debía haber
escuchado aquello. No debía llorar por haberlo perdido, ahora para siempre.
Pero ahora corría, con mis pies hundiéndose
en la ardiente arena y llorando amargamente por mi mejor amigo, por la persona
que había hecho latir a mi corazón durante tanto tiempo y que en estos momentos
me hacía tanto daño. Corrí sin saber dónde iba, tampoco me importaba, solo
quería alejarme de él, alejarme de todo lo que pudiera doler.
De repente, paré de correr. Mis piernas ya
no soportaban mi peso y me dejé caer sobre la puerta de una de las cabañas de
los empleados del hotel, no sabía de quien era, pero me daba lo mismo, solo
quería un lugar en el que llorar sin que a nadie le importara.
-¿JongIn?- escuché decir a una voz a mis
espaldas y supe exactamente adonde me habían llevado mis pies- ¿JongIn… estás
bien?- vi sus pies delante de mí y alcé mi cabeza hasta sus ojos grandes- oh
Dios mío- él se agachó frente a mí y me rodeó con sus brazos, apretándome
fuertemente contra su cuerpo- por favor… no llores…
-¿Cómo… no voy a… llorar?- pregunté entre
hipidos- no… volveré a hacerte… caso… nunca más…
-Lo siento…- lo oí susurrar- ¿qué ha
pasado?- no le contesté, no quería revivirlo de nuevo, no quería que me doliera
más de lo que ya lo hacía- está bien… no hace falta que me lo cuentes… sabes
que siempre estaré aquí para ti, lo sabes, ¿verdad?- asentí casi
imperceptiblemente y él me apretó más contra su cuerpo- estaré contigo…
siempre…
-oooOOOooo-
-Me gustas mucho- lo oí susurrar en mi oído
y me estremecí, todavía no me había acostumbrado a ello. Realmente, todavía no
me había acostumbrado a nada. Hacía dos meses ni siquiera tenía un amigo y
ahora, tenía a ChanYeol, que al principio era mi amigo, pero que poco a poco,
había comenzado a ocupar una parte cada vez más grande de mi corazón sin que
apenas me diera cuenta.
-A mí también me gustas mucho- murmuré muy
bajito, casi deseando que él no lo oyera, pero lo hizo y lentamente comenzó a
girarme en la cama para que quedáramos cara a cara. Una gran sonrisa iluminaba
su rostro.
-¿Puedo besarte?- preguntó.
-Sí.
-oooOOOooo-
No podía ser más feliz.
Habían pasado solo dos semanas desde que me
confesara a BaekHyun y yo ya no podía ser más feliz. Tenerlo siempre entre mis
brazos, besarlo, ayudarlo a superar de nuevo su miedo al agua y estar junto a
él hacía que la sonrisa no se me borrara de la cara.
Y él, él estaba cambiando lentamente. Antes
no sonreía apenas, pero ahora siempre tenía esa hermosa expresión en su rostro.
También hablaba más sobre su pasado, sobre el Internado en el que estudiaba y
sobre lo que le pasaba allí. Durante esos momentos me gustaba abrazarlo,
apretándolo fuertemente contra mí y dándole algún que otro beso de vez en
cuando, para que supiera que no estaba solo, que me tenía a mí.
-oooOOOooo-
Llevaba varios días dándole vueltas a una
cosa. Quería volver a aquel lugar, aquel pequeño islote que había sido testigo
de un montón de cosas entre ChanYeol y yo. Me daba algo de miedo por lo que
había pasado la última vez que fuimos, pero quería regresar, era un lugar
demasiado hermoso.
-ChanYeol…- murmuré y él me miró. Estábamos
todavía abrazados, dándonos pequeños besos, metidos en la cama a pesar de que
ya iba siendo hora de comenzar nuestro día.
-Dime- susurró llevando su mano a mi mejilla
y rozándola, enviando una serie de sensaciones a mi cuerpo.
-Yo… me gustaría volver al islote…
-¿Estás seguro?- me preguntó serio y yo
asentí.
-Entonces… si eso es lo que quieres… ¿a qué
esperamos?
No tardó en saltar de la cama y hacerme
salir a mí también. Se colocó el bañador y una camiseta y yo me puse un
pantalón una camiseta, no me iba a meter en el agua, de todos modos. Apenas
unos minutos después, ya salíamos de la cabaña cogidos de las manos y
sonriendo.
Después de coger la desvencijada barca y
atravesar el trecho que separaba el islote de la isla mayor, desembarcamos y
nos tumbamos un poco en la arena. Hacía un día precioso.
ChanYeol, tras hacerme prometer que no haría
ninguna locura, me sentó cerca de la orilla y se metió en el agua. Parecía muy
feliz y me encantaba que así fuera. Hacía tiempo que no estaba en el agua por
mi culpa y la echaba de menos.
Pasamos un día muy agradable. Comimos la
comida que habíamos cogido del hotel para almorzar y para cenar y entre risas,
beso y abrazos, vimos juntos el atardecer, tumbados en la arena. Deberíamos
habernos ido en cuanto comenzó a anochecer, pero se estaba demasiado a gusto en
aquel lugar y yo no me quería ir por nada del mundo.
-oooOOOooo-
Estábamos tumbados en la arena. BaekHyun
descansaba a mi lado, con su cabeza apoyada en mi brazo derecho, mientras que
yo lo abrazaba y lo retenía cerca de mí. Su aroma a fresco, ése olor a frutas
que desprendía su cabello, su piel, quería más de él. Con mi mano izquierda,
comencé a acariciar su rostro suavemente, después su cuello, su hombro, su
brazo, de arriba abajo, rozándolo suavemente.
-Channie…- murmuró y di un respingo. Pensaba
que ya estaba dormido y no se enteraría de mis caricias.
-Lo siento…
-No… no hace falta que te disculpes- susurró
él. Dejé de notar su cabeza sobre mi brazo y sentí su barbilla contra mi pecho,
a la vez que su mano derecha, trazaba dibujos abstractos sobre él- ¿te
importaría… seguir… tocándome…?- cerró sus ojos y bajó un poco la cabeza
haciendo que su flequillo le tapara éstos.
-No me importaría- rocé de nuevo su brazo
con la yema de mis dedos- ¿cuánto quieres que te toque…?- murmuré a la vez que
apartaba un poco su flequillo para poder admirar su fino rostro.
-Todo… tócame todo…
En ese momento aparté suavemente a BaekHyun
de mi cuerpo y lo tumbé de espaldas en la arena, con un cuidado infinito, no
quería hacerle ningún daño. Me coloqué sobre él, pasando mis piernas a cada
lado de su cuerpo, pero no me senté, no dejé caer mi peso sobre él, era
demasiado frágil.
Tomé su rostro entre mis manos y comencé a
besar su frente, sus mejillas, su nariz, sus labios. Los rocé suavemente,
primero, después, paseé mi lengua por ellos, hasta que él abrió su boca y me
dejó ingresar en ella, para juguetear con su lengua, para llegar lo más
profundo que me estaba permitido, explorando toda aquella cavidad, húmeda y
oscura, que me excitaba siempre y me dejaba un agradable sabor a fresas.
Me separé de él para poder respirar y escuché
un jadeo salir de su boca, excitándome más. Pasé de sus labios a su barbilla,
al hueso de su mandíbula, a su cuello, a su oreja, besando, lamiendo, con
cuidado, con amor, con devoción hacia ése chico que me había robado toda la
razón.
-Te amo… BaekHyun…
-Yo también te amo…
Continué pasando mis labios por toda la piel
descubierta de su cuerpo, de una manera lenta, tortuosa y muy suave. Comencé
entonces a ir un poco más allá. Bajé un poco el cuello de su camiseta ancha y
besé su clavícula, su hombro y parte de su pecho, parcialmente descubierto.
Pero yo quería más, quería mucho más.
Me separé un poco de su cuerpo, levantando
su camiseta y quitándosela para poder descubrir así su pálida piel y su cuerpo
delgado y así poder acariciarlo por primera vez. Paseé mis manos por él, toqué
todos los lugares, suavemente, escuchando su cálida y hermosa voz, suspirar,
gemir y decir mi nombre una y otra vez.
Mis labios tomaron el relevo de mis manos
sobre la piel de su torso, y saboreé su pecho blanco cómo la leche y dulce como
el azúcar. Mi lengua probó sus pezones rosas, endureciéndolos. Después, seguí
besando su cuerpo, siguiendo la línea de su abdomen hasta llegar a su ombligo,
donde me entretuve un rato, lamiéndolo, besándolo, y seguí bajando, hasta que
me encontré con el filo de sus pantalones, obstaculizándome el trayecto. Hice
un puchero con mis labios y lo miré, BaekHyun sonreía. Era una visión
totalmente hermosa, con sus mejillas completamente sonrojadas y su respiración
agitada.
-Esto no me deja seguir- murmuré rozando el
filo de su pantalón.
-Quita… todo lo que… te moleste…- susurró.
-¿Estás seguro?- no quería hacer nada para
lo que él no me diera permiso.
-Muy… seguro… hazlo, Channie…
Tras conseguir su consentimiento, desabroché
el botón de su pantalón y bajé la cremallera. Le retiré la prenda con cuidado y
dejé a mi vista sus piernas delgadas y su leve erección notándose a través de
sus bóxers. Me relamí los labios ante esta excitante visión y sentí cómo sus
manos me atraían hacia su cuerpo y mis labios chocaban contra los suyos, esta
vez de una manera algo más demandante.
Cuando nos separamos, sus ojos brillaban con
lujuria y sus pequeñas manos comenzaban a colarse por mi ropa, acariciando mi
piel y haciéndome suspirar. Mi camiseta sin mangas, fue rápidamente retirada y
lanzada hacia algún lugar de aquella playa de arenas blancas, quedando así, mi
cuerpo expuesto a su entera disposición. BaekHyun abrió sus piernas más y
levantó un poco la parte baja de su cuerpo, para envolverme con ellas la
cintura, haciendo así, que nuestras erecciones se rozasen.
Con un rápido movimiento, él se colocó
arriba y me dejó sobre la arena, sentándose justo encima de mi pene y
haciéndome gemir de puro placer ante el contacto. Sentí sus labios en mi torso,
volando sobre él, yendo de un lado a otro, dejando marcas que me proclamaban
como de su propiedad. Sus manos se dirigieron a la gomilla de mi bañador y tiró
de ella un poco, dejándola luego darme un pequeño latigazo.
-¡Hey!- me quejé divertido. No me había
dolido mucho, pero eso era algo que no me esperaba del chico tímido.
-Eso es por pervertirme…- susurró antes de
agacharse y encorvarse sobre mis partes bajas para desanudar el nudo de mi
bañador, con su lengua y sus dientes, rozando de vez en cuando mi miembro con
su barbilla.
-Ahhh… mmm…- me mordí el labio inferior para
no gemir muy fuerte. Ni siquiera le estaba haciendo nada directamente a mi pene
y yo ya no cabía en mí de excitación.
Bajó lentamente mi bañador y me lo quitó,
dejando expuesta a la brisa de la playa y a su mirada levemente avergonzada, mi
erección, por fin liberada de su prisión. Poco a poco, llevó una de sus manos
hasta ella y la rozó, sacándome un gran gemido que lo hizo sonreír y
aventurarse a tocar más. Sentía sus delicados dedos recorriendo toda la
extensión, también masajeando mis testículos, volviéndome así, más loco de lo
que ya estaba. Cerré los ojos para disfrutar de su contacto, pero poco me
duraron así, puesto que sentí su respiración agitada sobre mi pene y luego un
lametazo desde la base hasta la punta, seguido de un frío enorme, al sentir que
se alejaba.
-Está salado- murmuró con cara de asco- es
como si estuviera saboreando agua del mar.
-Llevo todo el día en el mar- contesté
alzándome sobre mis codos, y llevando luego una mano a su rostro, a sus labios
y él me besó mis dedos. Sonreí ante lo tierno que era- no hace falta que lo
hagas sino te gusta- BaekHyun asintió.
-Otro día, tal vez- volví a sonreír, era
demasiado tierno, como un niño, no le gustaban los sabores fuertes, sólo lo
dulce.
-Está bien- dije tumbándolo de nuevo sobre
la arena y lamiendo su oreja- entonces déjame probarte yo a ti.
Pasé de nuevo a besar sus labios,
lentamente, jugando con su lengua y luego, bajé besando todo su cuerpo hasta
que llegué a sus boxers. Por encima de la tela, besé aquella erección que se
había vuelto más grande desde que la había contemplado la última vez, y él
tembló y suspiró. Bajé la prenda con cuidado, dejando por fin expuesto el trozo
de carne, recto como una flecha, apuntando hacia el cielo nocturno, plagado de
estrellas, que era testigo de nuestro secreto.
Toqué sus testículos con mis dedos y luego
dirigí mi lengua hacia su miembro, pasándola por una de las venas que lo
surcaban de abajo a arriba y notando su sabor dulce. Me relamí al llegar a la
punta y notar el cambio al amargo del pre-semen, que salía en abundancia por el
agujero. Escuchaba sus gemidos como música de fondo y notaba sus manos sobre mi
pelo, tirando de él, no fuertemente, pero sí de una manera muy notable. Me metí
su miembro completamente en mi boca y lo escuché decir mi nombre de una manera
totalmente excitante, así que seguí con mi tarea, saboreando aquella parte de
su cuerpo como si fuera el manjar más delicioso del mundo, a la vez que mi mano
derecha jugaba con sus testículos.
De repente, su cuerpo se tensó y apenas noté
las primeras gotas de su semen cayendo en mi garganta, me separe de él y puse
mis manos como recipiente para el líquido. Cuando acabó de correrse, su cuerpo
temblaba, sus ojos estaban desenfocados y su rostro tenía una sonrisa boba. Me
acerqué un poco, con cuidado y besé sus labios dulcemente, cuando me aparté,
noté que tenía una expresión extraña.
-¿Qué pasa?- pregunté un poco asustado por
su reacción.
-Tus labios no saben cómo siempre- comentó-
no me gusta…
-Eres un niño- murmuré y él hizo un puchero-
pero si no te gusta, no te volveré a besar hasta que me lave los dientes-
asintió agradecido y yo sonreí, de verdad, era como un niño.
Decidí aprovechar ese momento, para con su
semen, comenzar a lubricar su ano, ya que no nos habíamos traído ningún
lubricante. Se tensó un poco al notar mi dedo húmedo haciendo presión allí,
pero al parecer no le disgustó demasiado. Me embadurné bien los dedos y también
su entrada y lentamente, introduje mi dedo índice sintiendo una ligera presión
allí dentro. Lo moví de un lado a otro, tocando sus paredes para acostumbrarlas
y haciendo hueco para lo que vendría más tarde.
Cuando noté que sólo un dedo bailaba en la
cavidad, lo saqué e introduje el segundo. Esta vez noté una resistencia mayor a
la intrusión, por parte de su cuerpo, tanto inconsciente como conscientemente
por su parte, que apretó sus caderas y comenzó a patalear.
-Sácalos, sácalos, sácalos- lo escuché decir
con la voz entrecortada y los saqué de allí lentamente, para no hacerle más
daño del que ya le estaba haciendo- duele- murmuró con los ojos humedecidos.
-Lo siento mucho- dije- si quieres que
paremos aquí…- eso fue lo que salió de mis labios, porque yo no quería dañar su
cuerpo, yo no quería hacerle daño a la persona a la que amaba, pero mi cuerpo
quería más, quería poder sentir lo que era estar en su interior.
-No… no quiero dejarlo…- contestó con un
puchero- sólo… ¿no hay otra posición que duela menos?
-La hay- respondí algo aliviado- voltéate-
él hizo lo que yo le ordené y se quedó de espaldas a mí tumbado sobre la arena-
ponte a cuatro patas, sujetándote con los codos.
-Está bien- se colocó así y dejó a mi vista su
trasero. Toqué este unos momentos y luego le di un mordisco a un cachete que
dejaría marca- ahhh- gritó- eso ha dolido.
-Tú me has marcado todo mi pecho, yo te he
marcado el trasero, para que todo el mundo sepa que esto- comencé a tocar su
entrada de nuevo- me pertenece.
Saqué el dedo índice y metí de nuevo los
dos, notando ahora una resistencia menor por la posición, por lo que pude
llegar más lejos en mi exploración y tocar un lugar que lo hizo gemir de
placer, su próstata. Continué tocando ese lugar mientras abría cada vez más
hueco para distraerlo un poco del dolor. Cuando más o menos estuve seguro de
que le dolería lo mínimo, saqué mis dedos y llevé mi miembro hasta su entrada,
presionando contra ella.
-¿Estás preparado?- pregunté y él sólo
asintió moviendo la cabeza- perdóname si te hago daño.
Besé su nuca y llevé mi mano derecha hacia
su pene, descubriéndolo erecto de nuevo, para distraerlo lo máximo posible del
dolor, mientras que con la otra, me aferraba firmemente a su cuerpo para comenzar
a introducirme lentamente en su interior. Lo escuché gritar y detuve mi
movimiento unos segundos para que se acostumbrara, cuando dejó de temblar,
introduje un poco más, dejando así, la mitad de mi miembro en su interior. Me
quedé en esa posición mientras toqueteaba su pene, alejando su mente del dolor.
-Me quedaré así hasta que tú quieras seguir-
murmuré y él asintió.
-Gracias…
-Te amo, BaekHyun…
-Yo también te amo…
Cuando al rato, sentí sus caderas moverse
contra mí comencé con un vaivén lento, desplazándome apenas unos centímetros
atrás y adelante, sintiendo como sus paredes me apretaban deliciosamente en su
interior, siguiendo mi movimiento. Con unas cuantas embestidas, acabé entrando
completamente en aquella cavidad y de mis labios se escapó un gran gemido de
placer. Seguí moviéndome, lentamente, entrando y saliendo casi completamente,
con un cuidado infinito, para no hacerle demasiado daño. Aunque poco a poco, se
volvió algo más rápido, más fuerte. Su espalda, perlada de sudor, era lo único
que podía ver, estaba tan concentrado intentando volver a encontrar ese punto
que lo volvería loco de placer.
Sus brazos le fallaron cuando encontré ese
punto y comenzó a gemir cada vez que me miembro tocaba en ese lugar. Mi ritmo
se volvió más y más rápido, hasta que lo noté correrse en mi mano y su temblor
delicioso, que apretaba mi miembro en su interior. Cayó rendido sobre la arena
mientras yo terminaba, saliéndome de su cuerpo antes de hacerlo allí dentro.
Me tumbé junto a él, bocarriba, mientras que
él, bocabajo, se movía poco a poco hasta quedar sobre mí. Se acurrucó allí y yo
lo rodeé con mis brazos. Pasamos un buen rato así, recobrando las fuerzas, las
palabras, el sentido. Comencé a jugar con su pelo y BaekHyun a darme besos por
mi cuello.
-Esto ha sido increíble- lo escuché
murmurar.
-Me alegra que no te haya parecido
desagradable…
-¿Cómo me iba a parecer desagradable si lo
hice contigo?- dijo dándome un pequeño golpe en el pecho.
-No lo sé… ambos somos chicos… y…
-Creí que eso quedó claro…
-Ya, lo sé… pero antes de conocernos, tú y
yo no éramos… bueno… nos gustaban las chicas… quiero decir que…
-Channie…
-¿Sí?
-Déjalo, lo estás estropeando…
-Lo siento- besé su cabeza- sólo quería
decir que… todo esto es muy raro para mí… pero que te amo… te amo mucho,
muchísimo…- lo escuché suspirar y luego noté sus dedos haciendo dibujos
abstractos sobre mi pecho.
-Yo también te amo mucho, Channie… pero
estás mejor calladito…
-Está bien, no diré más…
-Te besaría- susurró- pero todavía no te has
lavado los dientes…
-No importa… ya me los lavaré mañana por la
mañana…
-Entonces mañana te besaré…
-oooOOOooo-
Me desperté cuando sentí el calor abrasador
del sol sobre mi espalda. Abrí mis ojos lentamente, para acostumbrarlos a la
intensa luz que había en esos momentos, y descubrí que estaba tumbado, sobre el
cuerpo de ChanYeol. Sonreí sin poder evitarlo recordando lo que había pasado
esa noche entre nosotros y me removí un poco para quedar a la altura de sus
labios, y depositar un suave beso.
Él se removió en sueños por el contacto,
pero no se despertó, por lo que comencé a jugar con él. Di besos por todo su
rostro, por su frente, sus mejillas, sus ojos cerrados, su nariz, su barbilla,
su mentón. Me volví a acomodar sobre su pecho y pasé a besar su cuello,
mordiendo también a veces, y escuchando cómo salían murmullos graves de los
labios de ChanYeol. Seguí así, hasta que él abrió los ojos, y me sonrió.
-¿Sigues queriendo jugar?- preguntó mientras
me apretaba fuerte entre sus brazos y me daba un beso en los labios, pero de
repente se separó- lo siento, aún no me he lavado los dientes- sonreí y me
acerqué a su oreja.
-¿A qué esperas?- susurré- quiero volver a
sentir tus labios…- él me separó rápidamente y yo reí por sus prisas.
Me ayudó a levantarme, y luego a vestirme,
puesto que me dolía el trasero cada vez que hacía algún movimiento brusco. Nos
montamos en aquella barca desvencijada que nos servía de transporte cada vez
que íbamos a aquel pequeño islote y volvimos a cruzar las aguas, hasta la isla
mayor. Bajé de la barca con su ayuda y luego él la empujó hacia el bosque, para
esconderla y que nadie pudiera encontrarla. Cuando terminó esta tarea, volvió a
mi lado y me tendió la mano, para comenzar a avanzar a través de los árboles.
Minutos después, salimos a la playa en donde
estaba la casa que me pertenecía por aquel verano y comenzamos a jugar y a
hacer el tonto. Él me agarró fuertemente y me cargó como si fuera un saco de
patatas, intentando llevarme al agua, pero no lo dejé, pataleando para que me
soltara, y así lo hizo, riendo. Pero el momento se vio interrumpido.
-Oh, parece que os lleváis bien- dijo mi
padre y yo esbocé una pequeña sonrisa- te estas ganando bien el sueldo, chico-
miró a ChanYeol aprobando su comportamiento. La sonrisa se borró de mi cara en
ese momento.
-¿A qué se refiere?- le pregunté a este
mientras me giraba y veía su expresión de pánico- ChanYeol... ¿a qué cojones se
refiere mi padre?
-¿No te lo ha contado?- dijo él y volví mi
cabeza en su dirección- le pagué para que te sacara de la casa- sentí en ese
momento como mi corazón se rompía en mil pedazos. Él había estado jugando
conmigo. Todo era por el dinero, y yo, tonto de mí, había caído en su juego, me
había enamorado, e incluso había dejado que profanara mi cuerpo. Me sentí
sucio, con unas ganas inmensas de llorar y de matarlo.
-BaekHyunnie...- lo escuché decir y noté sus
brazos rodeándome la cintura, para pegarme a él.
-Aparta- puse las manos en su pecho y
comencé a empujarlo, pero él no me soltaba- quita- comencé a pegarle mientras
mis ojos se llenaban de lágrimas.
-Escucha, por favor...- pidió.
-¡No!
-Para... y escucha... yo...
-¡No!- grité- no quiero escucharte- le di un
empujón algo más fuerte y su agarre se debilitó- no quiero volver a verte en mi
vida, Park ChanYeol... Te odio.
En ese momento, sus brazos dejaron de
apretarme y me alejé de él, con mi corazón roto por lo que me había hecho y por
las dos últimas palabras que salieron de mi boca.
Dios mio! Pobre JongIn D: y el padre es un bocas jajaja
ResponderEliminarMe encanta este culebron ♡
Todos son pobres... que cada uno con lo suyo puede escribir una tragedia (?)
EliminarMe alegra que te guste ^^
"Todo era por el dinero, y yo, tonto de mí, había caído en su juego, me había enamorado, e incluso había dejado que profanara mi cuerpo"
ResponderEliminarMe he muerto de risa con lo de profanar y no sé porque xDDDDD
Tal vez sea porque siempre pienso en Baek como una señorita de la realeza y que diga: profanar me suena a una palabra de la realeza (?)
Ok,ya.
El lemon fue tan dulce, vomité arcoiris xD
Maldición, para mí que el padre shippea el BaekTao y quiere a su hijo con Tao (?)
Lo siento es muy de noche y no pienso bien xD
Te quiero :*
Yo también me muero cada vez que lo leo, me quedó muy fino... como Baek XD
EliminarAigoo... tan dulce fue??
Yo creo que shipea el KrisBaek o el KaiBaek (?)
Aquí es muy de mañana y yo tampoco riego bien XD
Yo también te quiero ^^
Me cargo al padre. Lo digo en serio. Porque vamos a ver, aunque no sepas lo que ocurre entre esos dos (que el padre obviamente pues no lo sabría), ¡¿cómo se le ocurre a nadie decir algo así?! ¿Qué quiere? ¿Que su hijo piense que nadie lo quiere y que si no hubiera sido por dinero nunca hubiera conseguido un amigo? Que alguien me sujete que me lo cargo ò____ó
ResponderEliminarY el lemon... el lemon... El lemon fue... increíble OwO Creo que es el mejor de los que has escrito (o al menos de los que yo te he leído). Tan detallado... (y parezco una pervertida al decir esto xD).
La conversación de después fue genial. ChanYeol, encanto, estás más guapo callado xD
Creo que ya lo he dicho varias veces, pero me encanta este fic :3
Es que no tiene sensibilidad, nada de sensibilidad -.-"
EliminarCreo que es el mejor que he escrito, los demás que he escrito al lado de este me parecen horribles... (nah, de pervertida nada XD)
No sabes lo que me alegra que me digas que te encanta >_<