domingo, 15 de septiembre de 2013

Sea Of Love

Capítulo 4
Romance


   Había sido la peor idea de la Historia, pero yo, como un idiota había creído que era la mejor. Noté cómo mi corazón se resquebrajaba y los pedazos comenzaban a caer al suelo cuando escuché aquella conversación. No debía haber ido a hablar con ChanYeol, no debía haber escuchado aquello. No debía llorar por haberlo perdido, ahora para siempre.

   Pero ahora corría, con mis pies hundiéndose en la ardiente arena y llorando amargamente por mi mejor amigo, por la persona que había hecho latir a mi corazón durante tanto tiempo y que en estos momentos me hacía tanto daño. Corrí sin saber dónde iba, tampoco me importaba, solo quería alejarme de él, alejarme de todo lo que pudiera doler.

   De repente, paré de correr. Mis piernas ya no soportaban mi peso y me dejé caer sobre la puerta de una de las cabañas de los empleados del hotel, no sabía de quien era, pero me daba lo mismo, solo quería un lugar en el que llorar sin que a nadie le importara.

   -¿JongIn?- escuché decir a una voz a mis espaldas y supe exactamente adonde me habían llevado mis pies- ¿JongIn… estás bien?- vi sus pies delante de mí y alcé mi cabeza hasta sus ojos grandes- oh Dios mío- él se agachó frente a mí y me rodeó con sus brazos, apretándome fuertemente contra su cuerpo- por favor… no llores…
   -¿Cómo… no voy a… llorar?- pregunté entre hipidos- no… volveré a hacerte… caso… nunca más…
   -Lo siento…- lo oí susurrar- ¿qué ha pasado?- no le contesté, no quería revivirlo de nuevo, no quería que me doliera más de lo que ya lo hacía- está bien… no hace falta que me lo cuentes… sabes que siempre estaré aquí para ti, lo sabes, ¿verdad?- asentí casi imperceptiblemente y él me apretó más contra su cuerpo- estaré contigo… siempre…

-oooOOOooo-

   -Me gustas mucho- lo oí susurrar en mi oído y me estremecí, todavía no me había acostumbrado a ello. Realmente, todavía no me había acostumbrado a nada. Hacía dos meses ni siquiera tenía un amigo y ahora, tenía a ChanYeol, que al principio era mi amigo, pero que poco a poco, había comenzado a ocupar una parte cada vez más grande de mi corazón sin que apenas me diera cuenta.
   -A mí también me gustas mucho- murmuré muy bajito, casi deseando que él no lo oyera, pero lo hizo y lentamente comenzó a girarme en la cama para que quedáramos cara a cara. Una gran sonrisa iluminaba su rostro.
   -¿Puedo besarte?- preguntó.
   -Sí.

-oooOOOooo-

   No podía ser más feliz.

   Habían pasado solo dos semanas desde que me confesara a BaekHyun y yo ya no podía ser más feliz. Tenerlo siempre entre mis brazos, besarlo, ayudarlo a superar de nuevo su miedo al agua y estar junto a él hacía que la sonrisa no se me borrara de la cara.

   Y él, él estaba cambiando lentamente. Antes no sonreía apenas, pero ahora siempre tenía esa hermosa expresión en su rostro. También hablaba más sobre su pasado, sobre el Internado en el que estudiaba y sobre lo que le pasaba allí. Durante esos momentos me gustaba abrazarlo, apretándolo fuertemente contra mí y dándole algún que otro beso de vez en cuando, para que supiera que no estaba solo, que me tenía a mí.

-oooOOOooo-

   Llevaba varios días dándole vueltas a una cosa. Quería volver a aquel lugar, aquel pequeño islote que había sido testigo de un montón de cosas entre ChanYeol y yo. Me daba algo de miedo por lo que había pasado la última vez que fuimos, pero quería regresar, era un lugar demasiado hermoso.

   -ChanYeol…- murmuré y él me miró. Estábamos todavía abrazados, dándonos pequeños besos, metidos en la cama a pesar de que ya iba siendo hora de comenzar nuestro día.
   -Dime- susurró llevando su mano a mi mejilla y rozándola, enviando una serie de sensaciones a mi cuerpo.
   -Yo… me gustaría volver al islote…
   -¿Estás seguro?- me preguntó serio y yo asentí.
   -Entonces… si eso es lo que quieres… ¿a qué esperamos?

   No tardó en saltar de la cama y hacerme salir a mí también. Se colocó el bañador y una camiseta y yo me puse un pantalón una camiseta, no me iba a meter en el agua, de todos modos. Apenas unos minutos después, ya salíamos de la cabaña cogidos de las manos y sonriendo.

   Después de coger la desvencijada barca y atravesar el trecho que separaba el islote de la isla mayor, desembarcamos y nos tumbamos un poco en la arena. Hacía un día precioso.

   ChanYeol, tras hacerme prometer que no haría ninguna locura, me sentó cerca de la orilla y se metió en el agua. Parecía muy feliz y me encantaba que así fuera. Hacía tiempo que no estaba en el agua por mi culpa y la echaba de menos.

   Pasamos un día muy agradable. Comimos la comida que habíamos cogido del hotel para almorzar y para cenar y entre risas, beso y abrazos, vimos juntos el atardecer, tumbados en la arena. Deberíamos habernos ido en cuanto comenzó a anochecer, pero se estaba demasiado a gusto en aquel lugar y yo no me quería ir por nada del mundo.


-oooOOOooo-

   Estábamos tumbados en la arena. BaekHyun descansaba a mi lado, con su cabeza apoyada en mi brazo derecho, mientras que yo lo abrazaba y lo retenía cerca de mí. Su aroma a fresco, ése olor a frutas que desprendía su cabello, su piel, quería más de él. Con mi mano izquierda, comencé a acariciar su rostro suavemente, después su cuello, su hombro, su brazo, de arriba abajo, rozándolo suavemente.

   -Channie…- murmuró y di un respingo. Pensaba que ya estaba dormido y no se enteraría de mis caricias.
   -Lo siento…
   -No… no hace falta que te disculpes- susurró él. Dejé de notar su cabeza sobre mi brazo y sentí su barbilla contra mi pecho, a la vez que su mano derecha, trazaba dibujos abstractos sobre él- ¿te importaría… seguir… tocándome…?- cerró sus ojos y bajó un poco la cabeza haciendo que su flequillo le tapara éstos.
   -No me importaría- rocé de nuevo su brazo con la yema de mis dedos- ¿cuánto quieres que te toque…?- murmuré a la vez que apartaba un poco su flequillo para poder admirar su fino rostro.
   -Todo… tócame todo…

   En ese momento aparté suavemente a BaekHyun de mi cuerpo y lo tumbé de espaldas en la arena, con un cuidado infinito, no quería hacerle ningún daño. Me coloqué sobre él, pasando mis piernas a cada lado de su cuerpo, pero no me senté, no dejé caer mi peso sobre él, era demasiado frágil.

   Tomé su rostro entre mis manos y comencé a besar su frente, sus mejillas, su nariz, sus labios. Los rocé suavemente, primero, después, paseé mi lengua por ellos, hasta que él abrió su boca y me dejó ingresar en ella, para juguetear con su lengua, para llegar lo más profundo que me estaba permitido, explorando toda aquella cavidad, húmeda y oscura, que me excitaba siempre y me dejaba un agradable sabor a fresas.

   Me separé de él para poder respirar y escuché un jadeo salir de su boca, excitándome más. Pasé de sus labios a su barbilla, al hueso de su mandíbula, a su cuello, a su oreja, besando, lamiendo, con cuidado, con amor, con devoción hacia ése chico que me había robado toda la razón.

   -Te amo… BaekHyun…
   -Yo también te amo…

   Continué pasando mis labios por toda la piel descubierta de su cuerpo, de una manera lenta, tortuosa y muy suave. Comencé entonces a ir un poco más allá. Bajé un poco el cuello de su camiseta ancha y besé su clavícula, su hombro y parte de su pecho, parcialmente descubierto. Pero yo quería más, quería mucho más.

   Me separé un poco de su cuerpo, levantando su camiseta y quitándosela para poder descubrir así su pálida piel y su cuerpo delgado y así poder acariciarlo por primera vez. Paseé mis manos por él, toqué todos los lugares, suavemente, escuchando su cálida y hermosa voz, suspirar, gemir y decir mi nombre una y otra vez.

   Mis labios tomaron el relevo de mis manos sobre la piel de su torso, y saboreé su pecho blanco cómo la leche y dulce como el azúcar. Mi lengua probó sus pezones rosas, endureciéndolos. Después, seguí besando su cuerpo, siguiendo la línea de su abdomen hasta llegar a su ombligo, donde me entretuve un rato, lamiéndolo, besándolo, y seguí bajando, hasta que me encontré con el filo de sus pantalones, obstaculizándome el trayecto. Hice un puchero con mis labios y lo miré, BaekHyun sonreía. Era una visión totalmente hermosa, con sus mejillas completamente sonrojadas y su respiración agitada.

   -Esto no me deja seguir- murmuré rozando el filo de su pantalón.
   -Quita… todo lo que… te moleste…- susurró.
   -¿Estás seguro?- no quería hacer nada para lo que él no me diera permiso.
   -Muy… seguro… hazlo, Channie…

   Tras conseguir su consentimiento, desabroché el botón de su pantalón y bajé la cremallera. Le retiré la prenda con cuidado y dejé a mi vista sus piernas delgadas y su leve erección notándose a través de sus bóxers. Me relamí los labios ante esta excitante visión y sentí cómo sus manos me atraían hacia su cuerpo y mis labios chocaban contra los suyos, esta vez de una manera algo más demandante.

   Cuando nos separamos, sus ojos brillaban con lujuria y sus pequeñas manos comenzaban a colarse por mi ropa, acariciando mi piel y haciéndome suspirar. Mi camiseta sin mangas, fue rápidamente retirada y lanzada hacia algún lugar de aquella playa de arenas blancas, quedando así, mi cuerpo expuesto a su entera disposición. BaekHyun abrió sus piernas más y levantó un poco la parte baja de su cuerpo, para envolverme con ellas la cintura, haciendo así, que nuestras erecciones se rozasen.

   Con un rápido movimiento, él se colocó arriba y me dejó sobre la arena, sentándose justo encima de mi pene y haciéndome gemir de puro placer ante el contacto. Sentí sus labios en mi torso, volando sobre él, yendo de un lado a otro, dejando marcas que me proclamaban como de su propiedad. Sus manos se dirigieron a la gomilla de mi bañador y tiró de ella un poco, dejándola luego darme un pequeño latigazo.

   -¡Hey!- me quejé divertido. No me había dolido mucho, pero eso era algo que no me esperaba del chico tímido.
   -Eso es por pervertirme…- susurró antes de agacharse y encorvarse sobre mis partes bajas para desanudar el nudo de mi bañador, con su lengua y sus dientes, rozando de vez en cuando mi miembro con su barbilla.
   -Ahhh… mmm…- me mordí el labio inferior para no gemir muy fuerte. Ni siquiera le estaba haciendo nada directamente a mi pene y yo ya no cabía en mí de excitación.

   Bajó lentamente mi bañador y me lo quitó, dejando expuesta a la brisa de la playa y a su mirada levemente avergonzada, mi erección, por fin liberada de su prisión. Poco a poco, llevó una de sus manos hasta ella y la rozó, sacándome un gran gemido que lo hizo sonreír y aventurarse a tocar más. Sentía sus delicados dedos recorriendo toda la extensión, también masajeando mis testículos, volviéndome así, más loco de lo que ya estaba. Cerré los ojos para disfrutar de su contacto, pero poco me duraron así, puesto que sentí su respiración agitada sobre mi pene y luego un lametazo desde la base hasta la punta, seguido de un frío enorme, al sentir que se alejaba.

   -Está salado- murmuró con cara de asco- es como si estuviera saboreando agua del mar.
   -Llevo todo el día en el mar- contesté alzándome sobre mis codos, y llevando luego una mano a su rostro, a sus labios y él me besó mis dedos. Sonreí ante lo tierno que era- no hace falta que lo hagas sino te gusta- BaekHyun asintió.
   -Otro día, tal vez- volví a sonreír, era demasiado tierno, como un niño, no le gustaban los sabores fuertes, sólo lo dulce.
   -Está bien- dije tumbándolo de nuevo sobre la arena y lamiendo su oreja- entonces déjame probarte yo a ti.

   Pasé de nuevo a besar sus labios, lentamente, jugando con su lengua y luego, bajé besando todo su cuerpo hasta que llegué a sus boxers. Por encima de la tela, besé aquella erección que se había vuelto más grande desde que la había contemplado la última vez, y él tembló y suspiró. Bajé la prenda con cuidado, dejando por fin expuesto el trozo de carne, recto como una flecha, apuntando hacia el cielo nocturno, plagado de estrellas, que era testigo de nuestro secreto.



   Toqué sus testículos con mis dedos y luego dirigí mi lengua hacia su miembro, pasándola por una de las venas que lo surcaban de abajo a arriba y notando su sabor dulce. Me relamí al llegar a la punta y notar el cambio al amargo del pre-semen, que salía en abundancia por el agujero. Escuchaba sus gemidos como música de fondo y notaba sus manos sobre mi pelo, tirando de él, no fuertemente, pero sí de una manera muy notable. Me metí su miembro completamente en mi boca y lo escuché decir mi nombre de una manera totalmente excitante, así que seguí con mi tarea, saboreando aquella parte de su cuerpo como si fuera el manjar más delicioso del mundo, a la vez que mi mano derecha jugaba con sus testículos.

   De repente, su cuerpo se tensó y apenas noté las primeras gotas de su semen cayendo en mi garganta, me separe de él y puse mis manos como recipiente para el líquido. Cuando acabó de correrse, su cuerpo temblaba, sus ojos estaban desenfocados y su rostro tenía una sonrisa boba. Me acerqué un poco, con cuidado y besé sus labios dulcemente, cuando me aparté, noté que tenía una expresión extraña.

   -¿Qué pasa?- pregunté un poco asustado por su reacción.
   -Tus labios no saben cómo siempre- comentó- no me gusta…
   -Eres un niño- murmuré y él hizo un puchero- pero si no te gusta, no te volveré a besar hasta que me lave los dientes- asintió agradecido y yo sonreí, de verdad, era como un niño.

   Decidí aprovechar ese momento, para con su semen, comenzar a lubricar su ano, ya que no nos habíamos traído ningún lubricante. Se tensó un poco al notar mi dedo húmedo haciendo presión allí, pero al parecer no le disgustó demasiado. Me embadurné bien los dedos y también su entrada y lentamente, introduje mi dedo índice sintiendo una ligera presión allí dentro. Lo moví de un lado a otro, tocando sus paredes para acostumbrarlas y haciendo hueco para lo que vendría más tarde.

   Cuando noté que sólo un dedo bailaba en la cavidad, lo saqué e introduje el segundo. Esta vez noté una resistencia mayor a la intrusión, por parte de su cuerpo, tanto inconsciente como conscientemente por su parte, que apretó sus caderas y comenzó a patalear.

   -Sácalos, sácalos, sácalos- lo escuché decir con la voz entrecortada y los saqué de allí lentamente, para no hacerle más daño del que ya le estaba haciendo- duele- murmuró con los ojos humedecidos.
   -Lo siento mucho- dije- si quieres que paremos aquí…- eso fue lo que salió de mis labios, porque yo no quería dañar su cuerpo, yo no quería hacerle daño a la persona a la que amaba, pero mi cuerpo quería más, quería poder sentir lo que era estar en su interior.
   -No… no quiero dejarlo…- contestó con un puchero- sólo… ¿no hay otra posición que duela menos?
   -La hay- respondí algo aliviado- voltéate- él hizo lo que yo le ordené y se quedó de espaldas a mí tumbado sobre la arena- ponte a cuatro patas, sujetándote con los codos.
   -Está bien- se colocó así y dejó a mi vista su trasero. Toqué este unos momentos y luego le di un mordisco a un cachete que dejaría marca- ahhh- gritó- eso ha dolido.
   -Tú me has marcado todo mi pecho, yo te he marcado el trasero, para que todo el mundo sepa que esto- comencé a tocar su entrada de nuevo- me pertenece.

   Saqué el dedo índice y metí de nuevo los dos, notando ahora una resistencia menor por la posición, por lo que pude llegar más lejos en mi exploración y tocar un lugar que lo hizo gemir de placer, su próstata. Continué tocando ese lugar mientras abría cada vez más hueco para distraerlo un poco del dolor. Cuando más o menos estuve seguro de que le dolería lo mínimo, saqué mis dedos y llevé mi miembro hasta su entrada, presionando contra ella.

   -¿Estás preparado?- pregunté y él sólo asintió moviendo la cabeza- perdóname si te hago daño.

   Besé su nuca y llevé mi mano derecha hacia su pene, descubriéndolo erecto de nuevo, para distraerlo lo máximo posible del dolor, mientras que con la otra, me aferraba firmemente a su cuerpo para comenzar a introducirme lentamente en su interior. Lo escuché gritar y detuve mi movimiento unos segundos para que se acostumbrara, cuando dejó de temblar, introduje un poco más, dejando así, la mitad de mi miembro en su interior. Me quedé en esa posición mientras toqueteaba su pene, alejando su mente del dolor.

   -Me quedaré así hasta que tú quieras seguir- murmuré y él asintió.
   -Gracias…
   -Te amo, BaekHyun…
   -Yo también te amo…

   Cuando al rato, sentí sus caderas moverse contra mí comencé con un vaivén lento, desplazándome apenas unos centímetros atrás y adelante, sintiendo como sus paredes me apretaban deliciosamente en su interior, siguiendo mi movimiento. Con unas cuantas embestidas, acabé entrando completamente en aquella cavidad y de mis labios se escapó un gran gemido de placer. Seguí moviéndome, lentamente, entrando y saliendo casi completamente, con un cuidado infinito, para no hacerle demasiado daño. Aunque poco a poco, se volvió algo más rápido, más fuerte. Su espalda, perlada de sudor, era lo único que podía ver, estaba tan concentrado intentando volver a encontrar ese punto que lo volvería loco de placer.

   Sus brazos le fallaron cuando encontré ese punto y comenzó a gemir cada vez que me miembro tocaba en ese lugar. Mi ritmo se volvió más y más rápido, hasta que lo noté correrse en mi mano y su temblor delicioso, que apretaba mi miembro en su interior. Cayó rendido sobre la arena mientras yo terminaba, saliéndome de su cuerpo antes de hacerlo allí dentro.

   Me tumbé junto a él, bocarriba, mientras que él, bocabajo, se movía poco a poco hasta quedar sobre mí. Se acurrucó allí y yo lo rodeé con mis brazos. Pasamos un buen rato así, recobrando las fuerzas, las palabras, el sentido. Comencé a jugar con su pelo y BaekHyun a darme besos por mi cuello.

   -Esto ha sido increíble- lo escuché murmurar.
   -Me alegra que no te haya parecido desagradable…
   -¿Cómo me iba a parecer desagradable si lo hice contigo?- dijo dándome un pequeño golpe en el pecho.
   -No lo sé… ambos somos chicos… y…
   -Creí que eso quedó claro…
   -Ya, lo sé… pero antes de conocernos, tú y yo no éramos… bueno… nos gustaban las chicas… quiero decir que…
   -Channie…
   -¿Sí?
   -Déjalo, lo estás estropeando…
   -Lo siento- besé su cabeza- sólo quería decir que… todo esto es muy raro para mí… pero que te amo… te amo mucho, muchísimo…- lo escuché suspirar y luego noté sus dedos haciendo dibujos abstractos sobre mi pecho.
   -Yo también te amo mucho, Channie… pero estás mejor calladito…
   -Está bien, no diré más…
   -Te besaría- susurró- pero todavía no te has lavado los dientes…
   -No importa… ya me los lavaré mañana por la mañana…
   -Entonces mañana te besaré…

-oooOOOooo-

   Me desperté cuando sentí el calor abrasador del sol sobre mi espalda. Abrí mis ojos lentamente, para acostumbrarlos a la intensa luz que había en esos momentos, y descubrí que estaba tumbado, sobre el cuerpo de ChanYeol. Sonreí sin poder evitarlo recordando lo que había pasado esa noche entre nosotros y me removí un poco para quedar a la altura de sus labios, y depositar un suave beso.

   Él se removió en sueños por el contacto, pero no se despertó, por lo que comencé a jugar con él. Di besos por todo su rostro, por su frente, sus mejillas, sus ojos cerrados, su nariz, su barbilla, su mentón. Me volví a acomodar sobre su pecho y pasé a besar su cuello, mordiendo también a veces, y escuchando cómo salían murmullos graves de los labios de ChanYeol. Seguí así, hasta que él abrió los ojos, y me sonrió.

   -¿Sigues queriendo jugar?- preguntó mientras me apretaba fuerte entre sus brazos y me daba un beso en los labios, pero de repente se separó- lo siento, aún no me he lavado los dientes- sonreí y me acerqué a su oreja.
   -¿A qué esperas?- susurré- quiero volver a sentir tus labios…- él me separó rápidamente y yo reí por sus prisas.

   Me ayudó a levantarme, y luego a vestirme, puesto que me dolía el trasero cada vez que hacía algún movimiento brusco. Nos montamos en aquella barca desvencijada que nos servía de transporte cada vez que íbamos a aquel pequeño islote y volvimos a cruzar las aguas, hasta la isla mayor. Bajé de la barca con su ayuda y luego él la empujó hacia el bosque, para esconderla y que nadie pudiera encontrarla. Cuando terminó esta tarea, volvió a mi lado y me tendió la mano, para comenzar a avanzar a través de los árboles.

   Minutos después, salimos a la playa en donde estaba la casa que me pertenecía por aquel verano y comenzamos a jugar y a hacer el tonto. Él me agarró fuertemente y me cargó como si fuera un saco de patatas, intentando llevarme al agua, pero no lo dejé, pataleando para que me soltara, y así lo hizo, riendo. Pero el momento se vio interrumpido.

   -Oh, parece que os lleváis bien- dijo mi padre y yo esbocé una pequeña sonrisa- te estas ganando bien el sueldo, chico- miró a ChanYeol aprobando su comportamiento. La sonrisa se borró de mi cara en ese momento.
   -¿A qué se refiere?- le pregunté a este mientras me giraba y veía su expresión de pánico- ChanYeol... ¿a qué cojones se refiere mi padre?
   -¿No te lo ha contado?- dijo él y volví mi cabeza en su dirección- le pagué para que te sacara de la casa- sentí en ese momento como mi corazón se rompía en mil pedazos. Él había estado jugando conmigo. Todo era por el dinero, y yo, tonto de mí, había caído en su juego, me había enamorado, e incluso había dejado que profanara mi cuerpo. Me sentí sucio, con unas ganas inmensas de llorar y de matarlo.
   -BaekHyunnie...- lo escuché decir y noté sus brazos rodeándome la cintura, para pegarme a él.
   -Aparta- puse las manos en su pecho y comencé a empujarlo, pero él no me soltaba- quita- comencé a pegarle mientras mis ojos se llenaban de lágrimas.
   -Escucha, por favor...- pidió.
   -¡No!
   -Para... y escucha... yo...
   -¡No!- grité- no quiero escucharte- le di un empujón algo más fuerte y su agarre se debilitó- no quiero volver a verte en mi vida, Park ChanYeol... Te odio.

   En ese momento, sus brazos dejaron de apretarme y me alejé de él, con mi corazón roto por lo que me había hecho y por las dos últimas palabras que salieron de mi boca.







6 comentarios:

  1. Dios mio! Pobre JongIn D: y el padre es un bocas jajaja

    Me encanta este culebron ♡

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Todos son pobres... que cada uno con lo suyo puede escribir una tragedia (?)
      Me alegra que te guste ^^

      Eliminar
  2. "Todo era por el dinero, y yo, tonto de mí, había caído en su juego, me había enamorado, e incluso había dejado que profanara mi cuerpo"
    Me he muerto de risa con lo de profanar y no sé porque xDDDDD
    Tal vez sea porque siempre pienso en Baek como una señorita de la realeza y que diga: profanar me suena a una palabra de la realeza (?)
    Ok,ya.
    El lemon fue tan dulce, vomité arcoiris xD
    Maldición, para mí que el padre shippea el BaekTao y quiere a su hijo con Tao (?)

    Lo siento es muy de noche y no pienso bien xD

    Te quiero :*

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo también me muero cada vez que lo leo, me quedó muy fino... como Baek XD
      Aigoo... tan dulce fue??
      Yo creo que shipea el KrisBaek o el KaiBaek (?)
      Aquí es muy de mañana y yo tampoco riego bien XD
      Yo también te quiero ^^

      Eliminar
  3. Me cargo al padre. Lo digo en serio. Porque vamos a ver, aunque no sepas lo que ocurre entre esos dos (que el padre obviamente pues no lo sabría), ¡¿cómo se le ocurre a nadie decir algo así?! ¿Qué quiere? ¿Que su hijo piense que nadie lo quiere y que si no hubiera sido por dinero nunca hubiera conseguido un amigo? Que alguien me sujete que me lo cargo ò____ó

    Y el lemon... el lemon... El lemon fue... increíble OwO Creo que es el mejor de los que has escrito (o al menos de los que yo te he leído). Tan detallado... (y parezco una pervertida al decir esto xD).

    La conversación de después fue genial. ChanYeol, encanto, estás más guapo callado xD

    Creo que ya lo he dicho varias veces, pero me encanta este fic :3

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que no tiene sensibilidad, nada de sensibilidad -.-"
      Creo que es el mejor que he escrito, los demás que he escrito al lado de este me parecen horribles... (nah, de pervertida nada XD)
      No sabes lo que me alegra que me digas que te encanta >_<

      Eliminar