Chapter Five
Is this a secret romance?
Desde
su escapada con BamBam, hacía ya algunos días, JiMin apenas había podido ver al
chico debido a que estaba demasiado ocupado con los ensayos para los conciertos
que iban a tener próximamente en Seúl y luego por todo el mundo en los
siguientes meses. Anteriormente, por muy ocupados que GOT7 hubieran estado,
BamBam o Jackson siempre sacaban un poco de tiempo para pasar un rato con ella
y así dejar de pensar en lo que debían estar haciendo… pero ni uno ni otro la
habían buscado y eso significaba que tenían que estar demasiado enfocados en
que todo saliera bien. Por este motivo, a pesar de que ella se pasaba los días
en la empresa —los días en los que no tenía agenda—, no
veía a BamBam y se sentía un poco desilusionada, pero también sabía que no
podía esperar otra cosa puesto que eran idols
y que últimamente aquellos chicos estaban teniendo la fama que se merecían, por
lo que cada vez iba a ser más común que se vieran menos a pesar de pertenecer a
la misma empresa y de estar en el mismo edificio la mayor parte de las
ocasiones.
Sin embargo, aunque
JiMin se sentía un poco decepcionada por no poder ver a BamBam cada vez que
quisiera, ella tenía también varias cosas que hacer y que preparar, así que,
mantenía su cabeza llena de todo aquello para no tener que pensar en él y
cuando el chico pudiera ir a buscarla ya pensaría en él.
Tanto JiMin, como su
compañera de grupo YeRin, como su mejor amiga AhYeon, iban a sacar próximamente
algunas canciones, por lo que las tres se juntaban para ensayar y para que se
les hiciera mucho más ameno el trabajo. Cada una iba a tener un comeback en solitario —aunque
todavía no sabían las fechas de cuál iba a salir primero—, pero eso no quería decir que no pudieran
estar entretenidas haciendo las cosas en conjunto. Pero además de aquello, en
los descansos que hacían de vez en cuando, aprovechaban para hablar de ellas
mismas y para ponerse al día de lo que habían hecho en el tiempo en el que no
habían coincidido. A JiMin nunca le había importado hacer aquello, pero como en
los últimos tiempos, a la única a la que le había sucedido algo medio
interesante había sido a ella, el tema exclusivo de los descansos era ella y su
relación con BamBam —de la cual le había tenido que dar
cuentas a la mayor de las chicas que se encontraban allí un par de días atrás—.
—Tengo una duda que te he querido
preguntar desde que me contaste lo que pasó —comentó AhYeon, rompiendo el
silencio de la habitación, haciendo que JiMin alzara la cabeza de la partitura
en la que estaba escribiendo anotaciones—. En serio, me carcome por dentro, así
que, ¿me la podrías responder?
—Depende de la duda que sea
—contestó la aludida.
—Eso no me da muchas garantías
—sonrió la mayor—. Dime que sí.
—No te voy a decir que sí hasta que
no escuche cuál es la pregunta —replicó. Sabiendo perfectamente cómo era su
amiga, estaba 100% segura de que le iba a hacer una pregunta incómoda y si le
decía que le respondería sí o sí a ella, podía meterse en un gran lío—.
Pregunta y veré si contesto o no.
—Bueno… menos da una piedra —dijo
finalmente AhYeon, encogiéndose de hombros—. ¿BamBam la tiene grande?
—¡Unnie! —gritaron tanto JiMin como YeRin
a la vez.
—¿Qué?
Es una curiosidad como cualquier otra —murmuró como si fuera la chica más
inocente del universo—. Anda, cuenta.
—No te voy a contestar a eso
—respondió JiMin, haciéndose la indignada, aunque realmente no lo estaba tanto…
eso sí, no le iba a contestar a la pregunta.
—¿Pero por qué no? —AhYeon hizo un
puchero, pero la menor de todas volvió a negar, esta vez con su cabeza—. Bueno…
¿y a si lo hace bien me puedes contestar?
—¡No!
La chica quiso abrir la boca de
nuevo para seguir intentando que respondiera a alguna de sus preguntas, pero en
ese momento, la puerta de la sala en la que se encontraban se abrió y por ella
asomó la cabeza de BamBam, esbozando una sonrisa amplia a pesar de que tenía
aspecto de muerto viviente.
—Buenas tardes, señoritas —saludó—.
¿Molesto mucho si me llevo a JiMin unos momentos?
—No, para nada —respondió YeRin.
JiMin se levantó de su asiento y
dejó sus cosas sobre la mesa para irse junto al chico y alejarse así de aquella
calenturienta de mente que iba a tratar de sonsacarle la máxima información
vergonzosa posible para luego usarla en su contra; sin embargo, antes de que
ambos pudieran salir por la puerta, la voz de AhYeon se dejó escuchar.
—Oye, BamBam —llamó al chico—. ¿Tú
me podrías responder a una duda que tengo? —le cuestionó.
—Sí, claro. Dime —respondió él.
Si las miradas tuvieran la capacidad
de poder matar a las personas, con la mirada que JiMin le echó a su amiga, ésta
habría sido asesinada al menos mil veces en un segundo, pero ella no se dio por
aludida y esbozó una sonrisa pícara antes de abrir la boca para hablar. No
obstante, antes de que pudiera decir una sola palabra, la mano de YeRin ya le
estaba tapando la boca para que ningún sonido saliera por ésta.
—No es nada, BamBam —le dijo al
chico—. Podéis iros, que no tenéis mucho tiempo para pasarlo juntos.
—Oh… vale —murmuró él—. ¿Vamos
entonces? —le dijo a JiMin.
—Sí, claro.
El chico se adelantó y salió de la
sala, momento en el que JiMin aprovechó para hacerle la mirada del tigre a
AhYeon y para susurrar un “Gracias” a YeRin antes de cerrar la puerta y dejar a
las dos chicas peleando cariñosamente para acompañar al chico hasta el lugar
que éste hubiera escogido para poder estar un rato a solas sin que nadie los
molestara. Apenas caminaron durante unos minutos por los pasillos de la empresa
para poder llegar a una sala que en aquel momento se encontraba totalmente
vacía y en la que no iban a ser molestados por ninguna persona, ya que se
encontraba un poco alejada de donde se concentraba el ajetreo en aquel
edificio.
Apenas la puerta había sido cerrada
tras ellos con cuidado para no formar ningún ruido que alertara de su presencia
allí, JiMin se vio encerrada entre la pared a su espalda y los brazos de
BamBam. No pudo evitar sonreír porque el chico no había perdido el tiempo y un
segundo después, sentía los labios de este sobre los suyos, buscando un
contacto que, al parecer, ambos habían ansiado demasiado. La realidad para
ellos era que no podían desaprovechar el poco tiempo que pudieran sacar entre
unas cosas y otras para poder verse, hablar, besarse, lo que fuera, así que,
solo cuando se quedaron sin oxígeno fue cuando se separaron.
—¿Cómo lo llevas? —le preguntó JiMin,
todavía sintiendo el aliento cálido del chico chocar contra sus labios de lo
cerca que estaban.
—Cansado
—respondió él, besándola durante algunos segundos—, pero cuando estoy contigo
se me pasa todo y tengo ganas de marcha —le reconoció, alzando levemente una de
sus cejas.
La chica no pudo evitar reír porque
acababa de salir de una situación embarazosa por las preguntas de AhYeon y ya
entraba a otra en la que BamBam le estaba diciendo, aunque no de forma clara,
que quería hacer algo indecente dentro de las paredes de la empresa. Quizás
fuera un poco tentador lo que le proponía, pero no tenían mucho tiempo como
para poder llevarlo a cabo y tampoco es que fuera un lugar demasiado cómodo…
aunque morboso lo era un rato. No obstante, el riesgo de ser encontrados en
alguna situación comprometedora era demasiado alto como para que siquiera lo
consideraran.
—Me gustaría… —respondió ella—, pero
aquí no.
—Mmm… vale… —susurró BamBam,
resignado—. Me conformaré con solo besarte hasta que pueda hacer una noche
libre y pasar por tu piso.
—Eso estaría bien —murmuró JiMin,
iniciando ella el siguiente beso.
♬♬♬
BamBam apenas podía
encontrar momentos en los que poder estar junto a JiMin con todas las cosas que
debía de hacer, pero los pocos ratos que sacaba para ir a algún lugar tranquilo
junto a la chica y poder estar con ella, ya fuera hablando o besándose, eran
demasiado preciosos para él y aunque generalmente fueran breves, los disfrutaba
muchísimo porque eran los únicos momentos que tenía para poder estar junto a
ella y para desconectar de todo aquello que tenía que hacer y el poco tiempo
que tenía para todo ello. Porque el chico, además de estar agobiado con aquello
de que iban su primer concierto a una cantidad ingente de fans y que encima
iban a hacer una gira por medio mundo, no sabían si aquello lo iban a tener que
hacer sin su líder, debido a que éste se había estado quejando de dolor de
espalda en los últimos días y la cosa parecía que iba a ser grave.
Quizás no iban a poder
realizar los conciertos junto a él y eso sería un golpe bastante duro, ya que
sin su líder iba a ser más duro para todos, pero sobre todo para los otros tres
mayores, que se iban a tener que encargar de muchas más cosas. BamBam, por una
vez, agradecía ser de los pequeños porque las responsabilidades nunca llegaban
hasta él… aun así, trataría de ayudar en todo lo que pudiera si finalmente
JaeBum no era capaz de participar en los conciertos que tenían en solo unos
días.
Todo aquello que
sucedía, hacía que los momentos que compartía con JiMin fueran cada vez más y
más escasos y que cuando se podían ver, éstos apenas duraran unos minutos,
minutos que BamBam aprovechaba para descansar más que para disfrutar el tiempo
con ella porque apenas podía mantener los ojos abiertos en esos momentos. JiMin
no parecía molesta por aquello, era más, lo entendía perfectamente porque
aquella también era su profesión y sabía lo cansada que podía llegar a ser
algunas veces, pero al chico no le gustaba dormirse cada vez que por fin podían
verse unos instantes.
Por eso, BamBam había
decidido que trataría de mantenerse despierto cuando estuviera con ella, al
menos para poder observar su rostro y su encantadora sonrisa y que éstas le
dieran un poco de ánimo para poder seguir adelante. Entonces, aquel día, cuando
fuera a verla, sería lo que haría, pero todos sus planes se truncaron en el que
su cabecita morena asomó por el quicio de la puerta en un momento en el que
todos andaban tirados por los suelos, justo después de terminar de ensayar una
de las canciones a la que le habían agregado un baile recientemente.
—¿Puedo
pasar… o estáis ocupados? —preguntó ella.
—Todavía nos quedan un par de
canciones más por ensayar… —murmuró JinYoung, aunque no parecía muy convencido
de lo que estaba diciendo.
—Traigo pollo —susurró JiMin,
mostrando unas bolsas que hasta entonces había escondido tras sus piernas—. Soy
vuestra sunbae y me debo de preocupar
de que comáis bien y no os dé nada en el escenario… aunque lo he traído a
escondidas.
Inmediatamente después de que dejara
de escucharse la voz de la chica, todos los que se encontraban en la sala se
levantaron como si tuvieran un resorte para poder ir hasta ella y hacerla
entrar al lugar, cerrando la puerta en el proceso para que nadie los molestara
hasta que hubieran terminado de devorar aquella deliciosa comida porque
llevaban demasiado sin hacer una comida en condiciones —y aunque aquella no
fuera demasiado buena para la salud, el pollo era algo a lo que no se podía
renunciar—. BamBam buscó la mirada de JiMin y cuando sus ojos conectaron, se
dedicaron una sonrisa amplia. El chico sintió el impulso de besarla, pero aquello
era algo que no podía hacer delante de los demás miembros de su grupo, sobre
todo, no podía hacerlo delante de Jackson o podía acabar muy mal parado.
—Es por cosas como estas que te
queremos tanto —dijo Jackson, cogiendo las bolsas y dejándolas en el suelo
antes de darle un abrazo a la chica—. Gracias, JiMin.
Le revolvió el pelo tras aquello y
después se sentó junto a las bolsas y comenzó a abrirlas para sacar la comida y
que cada uno se fuera sirviendo. Los otros cinco miembros de GOT7 que allí se
encontraban —su líder no había podido ir aquel día a la empresa porque se
encontraba visitando al médico para que éste viera el daño que tenía en la
espalda y cuál era la solución a ese dolor punzante— le dieron las gracias uno
tras otro a JiMin y se sentaron en círculo alrededor de la comida. BamBam fue
el último y también le dio un abrazo, tal y como había hecho Jackson
anteriormente.
—Me alegra tanto poder verte
—susurró en su oído—. Gracias por la comida.
—Disfrutad de esto, yo ya me voy
para no molestar —dijo ella, dirigiéndose a todos, pero ellos negaron.
—Quédate y come un poco con nosotros
—le pidió YuGyeom. El chico sabía perfectamente que aquella podía ser la única
ocasión que sus dos amigos podrían verse en aquel día, por lo que BamBam agradeció
infinitamente que la invitara—, después de todo has sido tú quién ha comprado
todo esto.
—Sí, quédate y nos haces un poco de
compañía —comentó Mark, que ya estaba atacando un muslo del pollo.
—Bueno… si insistís… —murmuró ella.
BamBam sonrió y la llevó de la mano
para que se sentara junto a él en aquel círculo, para comenzar a atacar la
comida mientras entre todos se ponían al día de lo que estaban haciendo. La
conversación fue bastante agradable y fluida a pesar de que la mayor parte del
tiempo fue JiMin la que estuvo hablando porque ellos estaban demasiado
concentrados en comer y respirar. La chica, después de todo, era la que más
cosas tenía que contar porque ellos solo podían hablar de lo poco que estaban
haciendo con sus vidas en aquellos días. BamBam estuvo concentrado en lo que
decía y de vez en cuando participaba en la conversación o le daba algunas
piezas de pollo a JiMin para que también comiera algo.
—Y
bueno, tampoco tengo mucho más qué decir —dijo ella finalmente, cuando ya casi
se acababa la comida—, solo que espero que para cuando mi CD salga podáis estar
ya aquí de vuelta.
—¿Para cuándo saldría? —preguntó
YoungJae—. Dependiendo de la fecha lo mismo podemos que lo mismo estamos
todavía de gira.
—No hay fecha todavía —respondió
ella—, lo único que es seguro es que saldrá en los próximos meses, antes de que
vosotros hagáis vuestro siguiente comeback…
y probablemente sea AhYeon unnie
quien saque primero su CD, porque es quien más tiempo lleva sin presentar
canciones.
—Si
estamos aquí no tengas dudas de que te apoyaremos —dijo finalmente JinYoung.
—Sois un encanto —sonrió ella—.
Bueno… si habéis terminado de comer me llevo las cosas y os dejo tranquilos
para que podáis seguir.
—Tú sí que eres un encanto
—respondió Jackson—. Muchas gracias por la comida.
Todos volvieron a agradecer y en ese
momento comenzaron a recoger toda la basura para poder volver de nuevo al
trabajo, ya que el descanso se había alargado más de lo que debería. Una vez
todas las bolsas estuvieron llenas, JiMin las cogió y se dirigió hacia la
puerta, despidiéndose de todos ellos, pero antes de que pudiera alcanzarla,
BamBam había ido tras ella para llevar una de las bolsas.
—Tengo que ir al baño —anunció—, así
que ya te acompaño para que no cargues con todo.
JiMin le sonrió de una forma
encantadora y después dejó que cogiera algunas bolsas antes de salir por la
puerta. Ninguno de los dos quería que los minutos que habían pasado juntos
—aunque también habían estado con los demás— terminaran todavía, así que,
caminaron lentamente por los pasillos hasta salir del edificio por la puerta
trasera y echar las bolsas al contenedor que allí se encontraba. Tras esto,
regresaron de nuevo al interior y, desafortunadamente, tuvieron que separarse
para que BamBam pudiera volver a la sala de ensayo.
—Gracias por la comida y por venir a
verme hoy —murmuró él—. Ha sido un rato muy agradable y al menos no me he
quedado dormido.
—Eso es todo un logro —sonrió ella—.
Y no ha sido nada, porque ya no nos vamos a poder ver hasta después de vuestro
primer concierto, así que, tenía que aprovechar un buen rato para estar junto a
ti. Buena suerte.
Se dieron otro abrazo y después de
aquello, se despidieron, siguiendo cada uno su camino. BamBam estaba asustado
porque su concierto era en apenas unos días y no quería que llegara ese
momento… pero también estaba expectante porque el día llegara lo más pronto
posible debido a que así podría ver de nuevo a JiMin.
♬♬♬
JiMin se había pasado
las últimas horas vibrando junto al público que había asistido al primer
concierto en Seúl de GOT7. A pesar de todos los problemas que habían
experimentado en los últimos días y lo cansados que estaban porque habían
tenido que modificar algunas cosas debido a que su líder finalmente no había
sido capaz de asistir debido al problema con su espalda, todo había salido
maravilloso e incluso la chica había llorado al unísono con las ahgases cuando
la canción que cantaban YoungJae y JB comenzó a sonar y solo uno de los dos
estaba presente. El concierto había sido una pasada, pero ella solo quería que
acabara lo más pronto posible para poder ver a BamBam y pasar un rato junto a
él.
El tiempo se le pasó muy rápido y cuando el
concierto terminó, apenas pudo esperar para acercarse hasta el backstage, lugar en el que encontraría a
los chicos, y sobre todo, lugar en el que encontraría a BamBam. Caminó por
todos los entresijos del estadio en el que se había celebrado, llevada por un
par de guardias para que la guiaran de forma segura hasta los camerinos debido
a la acreditación que portaba para poder hacerlo. A su alrededor todavía había
gente del staff del concierto
corriendo de un lado para otro para dejarlo todo a punto para el día siguiente
y aquello le recordó totalmente a cuando se celebraban JYP Nation y ella
participaba en ellos. JiMin no pudo evitar sonreír porque la empresa había
anunciado que prepararían un JYP Nation antes de que finalizara el verano, lo
que significaba que GOT7 tendría que estar ya de vuelta en casa cuando eso
sucediera, y así podría ver a BamBam durante algún tiempo.
Tras algunos minutos recorriendo el recinto,
por fin el guarda se detuvo frente a una puerta y llamó a esta antes de abrirla
y asomar su cabeza, diciendo que JiMin se encontraba allí y preguntando si
podía pasar al interior. La chica no escuchó lo que se dijo dentro porque había
un poco de alboroto, pero fuera lo que fuera, el señor que se interponía entre
ella y GOT7 se apartó y le indicó que podía pasar. Ella le agradeció que la
hubiera acompañado y se dispuso a entrar para darles la enhorabuena a los
chicos que acababan de tener un concierto y que había sido un éxito total.
Dentro había bastante jolgorio y los chicos
parecían bastante hiperactivos porque no paraban de saltar de un lado a otro y
de gritar, probablemente liberando de esa forma toda la tensión que habían
acumulado en las últimas semanas. JiMin se unió a toda aquella fiesta y se echó
varias fotos con los chicos para conmemorar el momento hasta que finalmente,
terminaron de recoger todas las cosas y el staff de la empresa comenzó a decir
que debían irse a casa para descansar porque al día siguiente tendrían otro
concierto. Fue en ese momento, cuando por fin JiMin pensó que tendría la
oportunidad para estar un rato a solas junto a BamBam.
—¿Te
vas a casa? —le preguntó a él, pero en voz alta, haciendo que todos se
volvieran hacia su conversación—. ¿Entonces cuándo voy a poder cobrarme la
apuesta?
—¿Apuesta?
—BamBam la miró sin entender, probablemente demasiado cansado como para darse
cuenta de que JiMin estaba intentando crear una oportunidad para salir solos de
allí sin que nadie los molestara.
—Claro,
como la perdiste ya no te acuerdas de ella —la chica hizo un mohín y se cruzó
de brazos—. Me prometiste que me invitarías a comer si yo ganaba —y tras decir
aquellas palabras le guiñó un ojo sutilmente, haciendo que por fin el chico
entendiera.
—Bueno…
es que hoy estoy muy cansado y… —comenzó él a actuar también.
—Pero
siempre estás ocupado o cansado y ya hace casi un mes desde que me lo
prometiste —replicó JiMin.
Aquella
conversación hizo que todos los demás se metieran en ella y tildaran a BamBam
de tramposo y de no cumplir sus promesas. Diez minutos después, ambos salían
juntos y solos del estadio y tomaban un taxi para dirigirse al apartamento de
JiMin, lugar en el que podían también pasar el tiempo en total soledad porque
YeRin había ido a visitar a su familia —por recomendación de la menor, para que
luego no le echara en cara que no pudiera dormir—.
No
es que JiMin esperara que entre ellos fuera a suceder algo aquella noche —aunque
quizás en lo más profundo de su ser sí que lo esperaba—, pero toda precaución
que pudiera tomar era poca y sobre todas las cosas, no quería que su compañera
de grupo escuchara algo, si es que algo iba a suceder aquella noche. De hecho,
la chica no esperaba que con aquel absurdo teatrillo sobre que BamBam no estaba
cumpliendo con los términos de su apuesta los hubieran dejado ir tan fácilmente,
pero Jackson y YuGyeom se habían puesto rápidamente de su parte aunque sabía
perfectamente que el mayor no tenía ni idea de lo que pretendía, y los demás
poco a poco habían acorralado a BamBam hasta que éste había dicho que cumpliría
su promesa. Había salido bien después de todo, pero había tentado bastante a la
suerte.
No
tardaron demasiad tiempo en llegar al apartamento de JiMin porque el tráfico a
aquellas horas de la madrugada era bastante fluido en la ciudad de Seúl, así
que, simplemente le pagaron al taxista el importe que éste les había indicado y
después caminaron tranquilamente hacia su hogar. Ambos miraron en varias
ocasiones en una y otra dirección para asegurarse de que no había nadie que los
estuviera siguiendo y que pudiera descubrir al mundo que ambos estaban saliendo
juntos, pero a pesar de que se aseguraron una y mil veces, JiMin no estuvo
totalmente tranquila hasta que la puerta de su apartamento se cerró tras sus
espaldas.
—¿Quieres
un café o algo para beber? —le preguntó a BamBam y éste negó con la cabeza—. También
tengo té de frutos silvestres, por si quieres algo más relajante.
—No
quiero nada de beber —le respondió—, estoy bien sin nada… pero hay algo que sí
que puedes darme…
—Dime
qué es —pidió ella.
—¿Puedes
darme tu cuerpo? —preguntó él y JiMin sintió que el latido de su corazón súbitamente
se detuvo—. Creo que es lo único que necesito para relajarme por completo.
JiMin
no esperaba que BamBam se lo propusiera, no lo esperaba realmente… pero después
de aquella primera vez que todo lo había comenzado y después de que ambos
comenzaran oficialmente a salir juntos, lo había estado queriendo, sobre todo
cuando los besos se les iban de control y los dejaban sin respiración durante
los breves momentos en los que se encontraban en la empresa, pero realmente no
había esperado que él, después de todo el cansancio que había acumulado en todo
aquel tiempo, quisiera hacerlo de nuevo y que quisiera hacerlo justo en aquel
momento.
—¿No
estás cansado? —le preguntó ella, queriendo asegurarse de que estuviera bien—. Podemos
dejarlo para otro momento cuando no vayas a morir en el proceso.
—No
soy un anciano, JiMin —fue lo que BamBam respondió—. Estoy un poco cansado,
pero creo que puedo manejarlo perfectamente —le sonrió—. Entonces… ¿nos ponemos
a ello?
—Estaría
bien… —contestó JiMin.
Y
aquella noche, a pesar de que ninguno de los dos pudo dormir absolutamente
nada, sabiendo que eso les iba a pasar factura, realmente no les importó,
porque las horas que necesitaron para recorrer sus cuerpos y para recordar todas
y cada una de las cosas que hacían a estos especiales, mereció realmente la pena.
♬♬♬
BamBam todavía seguía
en una especie de nube de felicidad en la que todo le parecía absolutamente
maravilloso y no cuestionaba absolutamente nada de lo que la gente que lo rodeaba
pudiera decirle. El chico supuso que sus compañeros de grupo no le preguntaban
qué era lo que le había pasado porque lo estarían achacando a que todavía tenía
el hype del concierto del día
anterior y éste agradecía que no estuvieran todo el rato encima suyo para
preguntarle qué era lo que le estaba pasando, porque si alguno le hubiera
preguntado aquello, no sabía si hubiera podido contestar algo que tuviera
sentido o algo que no pusiera en problemas su relación oculta con JiMin.
JiMin. JiMin era la
causa por la que estaba de aquella forma. JiMin. La chica de la que cada día
estaba más enamorado a pesar de que apenas podían verse por incompatibilidad
con sus horarios. JiMin… quien la noche anterior le había entregado su cuerpo y
su alma para que BamBam los atesorara en lo más profundo de su corazón y quien
había calmado su espíritu con sus caricias y con sus besos.
El chico suspiró y
llamó la atención de YuGyeom, quien se encontraba junto a él en el salón,
esperando a que YoungJae saliera del paño para poder darse una ducha e irse a
dormir hasta que el mundo dejara de ser mundo —o al menos
hasta que su mánager lo despertara a la mañana siguiente para que siguiera con
el horario que tenía programado para ese día—.
—¿Qué es lo que te pasa que llevas
todo el día perdido en tu mundo? —le cuestionó el menor—. Te lo quería
preguntar hacía un buen rato, pero no hemos tenido ningún momento a solas y
siento que tiene que ver con algo que pasó anoche y que nada tiene que ver con
el concierto y mucho que ver con Park JiMin.
Lo primero que hizo BamBam al
escuchar lo que su amigo había dicho fue echarse sobre él para taparle la boca
y chistarle porque había dicho aquello en voz alta y, aunque los demás se habían
ido a dormir, el sitio en el que vivían era bastante pequeño y todo podía
escucharse desde cualquier lugar, incluso con el ruido del agua de la ducha
cayendo de forma incesante.
—Shhhh… ¿Qué te pasa? —le cuestionó—.
No pueden enterarse de esto o si no me la voy a cargar… ¿qué digo? No me la voy
a cargar, pero Jackson hyung sí que
me va a matar como se entere de esto.
—Pero hyung ya está durmiendo y no creo que escuche nada de esto —replicó
YuGyeom.
—Aunque esté durmiendo… es mejor no
tentar a la suerte —respondió BamBam.
Se miraron a los ojos durante
algunos segundos, tratando de determinar quién tenía la razón o no si alguno de
ellos apartaba la mirada antes que el otro. Finalmente, fue YuGyeom quien la
apartó contra todo pronóstico y solo resopló, haciendo que BamBam se alejara un
poco de él y volviera a acomodarse sobre el sofá.
—Entonces… ¿tengo razón o no? —murmuró
el menor—. ¿Es por ella por lo que estás tan feliz?
—¿Para qué voy a negártelo? —contestó
él en un tono bajo para que nadie más que YuGyeom pudiera escucharlo—. Es obvio
que es por ella por lo que estoy feliz, se me nota demasiado en la cara de
idiota con la que llevo todo el día… no sé cómo no se ha dado cuenta nadie de
nada antes.
—Para mí era más o menos obvio —respondió
YuGyeom—, pero para los demás, que no saben nada de este asunto, no es tan obvio.
De hecho, me han preguntado si yo sabía si te había pasado algo especial y les
he tenido que decir que era porque todavía estabas flipándolo por el concierto —añadió.
—¿Y se lo han creído?
—Supongo que sí, porque no me lo han
vuelto a preguntar.
—Eres un buen amigo, tío —comentó
BamBam, agradecido con el chico.
—Por encubrirte me deberías de dar
un sueldo extra —propuso el menor, pero BamBam simplemente negó con la cabeza.
—No se puede traficar con la amistad
—replicó—. Eres mi amigo a tiempo completo y además gratis, como yo contigo.
—Buff… —se quejó YuGyeom—. Pues vaya
asco que es la amistad.
—Un poco.
Ambos sonrieron, porque sabían
perfectamente que los dos estaban hablando de broma y que en realidad eran los
mejores amigos que podían tener y que en asuntos delicados como aquel, podían
confiar el uno en el otro sin ninguna reserva. Durante unos momentos, ambos se
quedaron callados, disfrutando del silencio de la noche, dándose cuenta en
aquel momento de que a YoungJae no le debería de quedar demasiado en el baño
porque ya no se escuchaba correr el agua del grifo.
—Y
bien… ¿qué es lo que sucedió con JiMin para que estés de esta forma? —le
preguntó YuGyeom.
—Anoche nos acostamos otra vez —respondió—.
Y esta vez fue muchísimo mejor y creo que después de esto estoy más enamorado
de ella.
—¡Qué tonto que eres! —exclamó en
voz baja el menor.
—¿Y yo qué le puedo hacer a esto si
estoy enamorado hasta las trancas de JiMin? —cuestionó.
—Y tú eras el que hasta hace nada
decías que no sabías qué era lo que sentías por ella y que no querías perderla
como amiga…
—Anda, cállate.
BamBam le tiró uno de los peluches
que rondaban por el salón y que casi los invadían porque las fans no paraban de
darles muñecos y después se levantó del sofá para dirigirse al baño. La puerta
de éste solo había sido abierta unos segundos antes por YoungJae, así que ya
era su turno para poder ducharse con agua calentita para destensar sus músculos
y después echarse a dormir. Sin embargo, antes de poder entrar al baño, el
chico se encontró de golpe con Jackson, que parecía salir de la cocina con un
vaso de agua y los ojos medio cerrados. Durante unos segundos, BamBam temió que
el mayor hubiera escuchado la conversación que acababa de tener con YuGyeom
sobre JiMin, pero teniendo en cuenta que éste no se le echó al cuello nada más
verlo, sino que solo le dijo un “buenas noches” escueto con la voz ronca, era
poco probable que hubiera podido escuchar algo.
El menor lo observó durante los
momentos que el chico tardó en desaparecer dentro de la habitación que ahora
compartía con JB y después negó con la cabeza y se metió en la ducha. Era totalmente
imposible que los hubiera escuchado. Totalmente imposible.
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