Chapter
Six
Do
you have problems?
JiMin terminó su agenda en la radio la mañana
del lunes y tras despedirse de las personas con las que trabajaba en aquel
lugar y recoger todas sus cosas, se fue directa al coche con su mánager para
que la llevara hasta la empresa, donde pensaba pasarse el resto del día. Los
días que tenía cosas programadas, generalmente la chica iba a la cita y
después, sin ninguna prisa volvía al edificio de la JYP para practicar un poco
y para trabajar algo en el próximo álbum que sacaría; sin embargo, aquel día
estaba un poco apurada porque tenía que encontrarse aunque fuera solo unos
momentos con BamBam.
Era su cumpleaños y tenía que felicitarlo en
persona —aunque ya lo había felicitado en cuanto
dieron las doce de la noche—,
además de darle su regalo. No le había comprado algo caro, pero sí algo que le
gustaría y había pensado en entregárselo en aquel día, a pesar de que muy
probablemente no pudieran estar juntos ni siquiera unos minutos. No obstante,
la chica no iba a desistir de encontrar algún momento en el que pudieran estar
libres ambos para poder entregárselo.
Por ese motivo, una vez que por fin llegó al
edificio después de su horario se internó en él y caminó por los pasillos para
llegar hasta la sala vacía en la que generalmente se encontraban cuando tenían
que hablar. Esperaría allí todo el día si hacía falta porque realmente no tenía
mucho que hacer aparte de ensayar algo para calentar sus cuerdas vocales y
mirarse un poco el guion del siguiente día para el After School Club, para al menos saber un poco de los chicos que
iban a visitar el programa, ya que apenas habían debutado y no sabía nada de
ellos. JiMin pensaba que pasaría allí las horas sola, así que, al menos tendría
algo que hacer para matar el tiempo, pero cuando abrió la puerta de la sala, no
la encontró vacía, BamBam ya estaba allí, esperándola.
La chica se sintió un poco confusa porque no
creía que pudiera ser posible que él estuviera allí esperándola, debido a que
éste tenía miles de cosas que hacer mucho más importantes que aquello, pero
inmediatamente una sonrisa asomó a sus labios.
—BamBam
—lo llamó y éste alzó su cabeza de su teléfono móvil y la miró, sonriendo
también al verla—. ¿Qué haces aquí?
—Estaba
esperando a que llegaras —le respondió, levantándose de la silla para después
caminar hacia ella.
—¿Cuánto
llevas aquí? —cuestionó JiMin, un poco preocupada porque estuviera perdiendo el
tiempo allí por esperarla simplemente y que luego le pudieran llamar la
atención.
—¿No
te alegras de verme? —preguntó él, alzando una de sus cejas.
—Me
alegro, me alegro mucho —sonrió, abriendo sus brazos para que el chico la
abrazara hasta que éste lo hizo.
—En
realidad acabo de llegar —contestó contra su cuello—. Sabía que tenías que
estar a punto de volver a la empresa, así que me he escapado unos minutillos
para verte antes que nada.
—Eres
un encanto —murmuró ella, sin poder evitar que lo que había pensado escapara de
sus labios.
—También
porque quería recoger mi regalo hoy —continuó, haciéndola reír por unos
momentos—. Pero de verdad que quiero mi regalo.
JiMin
siguió riendo un poco más, pero se alejó del cuerpo del chico y, todavía con
una sonrisa en su rostro, comenzó a rebuscar en su bolso aquella caja que
contenía el regalo de BamBam para dárselo y que éste dejara de pedirlo y fuera
feliz por unos momentos. La chica tenía muchas ganas de ver la expresión en su
rostro y de que fuera algo que ella le había entregado, algo que había comprado
para él, pensando en él, lo que lo hiciera olvidarse de todo y ser feliz unos
momentos. Cogió la caja de zapatos en la que había acabado metiendo lo que
había comprado y que estaba envuelto en un papel de regalo de estampado de
leopardo rosa fuerte y se la tendió al chico.
—Feliz
cumpleaños, BamBam —dijo.
Él
le sonrió y murmuró una especie de “gracias” casi inentendible antes de
comenzar a retirar el papel con ahínco, rompiéndolo en pedacitos pequeños en el
proceso. JiMin sintió una pequeña punzada en el corazón porque había tardado
una barbaridad en envolver la caja, pero también sabía que romper el papel era
algo que acababa haciéndose aunque fuera sin querer. BamBam abrió la caja y vio
las dos cajitas que había sobre la chaqueta de cuero que le había comprado y
que había puesto al fondo, poniendo una brillante expresión y lanzándose a por
una de las otras cajas. La que tomó primero era la que contenía aquel reloj de
marca que le había costado un riñón, la otra tenía un juego del que había oído
hablar al chico para la play4 y con la apertura de ambas cajas, BamBam le dijo
“muchas gracias”, con cara de no poder creerse lo que estaba viendo con sus
ojos.
JiMin
se sintió muy orgullosa por ello y, cuando el chico terminó de verlo todo, se
encontró envuelta entre los brazos de BamBam de nuevo. Al parecer le había
encantado porque no paraba de repetirle “gracias” y “que no la merecía”,
haciéndola sonreír de forma inevitable. Después de abrazarla hasta que casi se
quedó sin aire, lo que el chico hizo fue comenzar a besarla y JiMin solo pudo
responder a sus besos cargados de cariño, de sentimientos, de agradecimiento.
Fue un momento bastante curioso, pero sobre todo feliz, quizás el más feliz
desde que habían comenzado a salir oficialmente porque, a pesar de que solo iba
a durar unos minutos, eran unos minutos que no iban a ser olvidados fácilmente.
Sin
embargo, aquellos minutos no fueron olvidados porque los dos se demostraran lo
mucho que se querían, besándose como si no fueran a tener una oportunidad igual
en mucho tiempo —algo que era bastante probable— sino porque justo en ese
momento, la puerta de la sala se abrió y pegó contra la pared fuertemente.
Inmediatamente,
JiMin se separó de BamBam por si acaso tenían la oportunidad de hacer como si
entre ellos no estuviera pasando nada, pero por la expresión en el rostro del
chico, supo que habían sido pillados y que la persona que se encontraba tras
ella era alguien que no debería de haberse enterado de lo que tenían.
El
tiempo corrió muy lentamente mientras la chica comenzó a girarse para ver quién
era la persona que los había encontrado y que había descubierto sobre su
relación y cuando vio que se trataba de Jackson tuvo ganas de chillar y de llorar.
De todas las personas del mundo, JiMin no quería que el mayor se enterara por
casualidad de aquello, ella quería que cuando llevaran un tiempo saliendo
comenzaran a tantear el terreno para comentárselo de forma tranquila… no así,
no descubriéndolos in fraganti… no en
una situación en la que no pudieran negar nada y en la que no pudieran apelar a
la razón de Jackson.
—Voy
a matarte, Kunpimook —fue lo que dijo, antes de avanzar a paso firme hasta
ellos. Con un acto reflejo, JiMin se colocó entre los dos, tratando de que el
mayor no pudiera llegar hasta BamBam, al menos no con el pensamiento de
matarlo—. JiMin… fuera de mi camino…
—No
hasta que no te calmes, oppa
—respondió rápidamente—. No quiero que hagas algo de lo que luego te vayas a
arrepentir.
—Oh,
no, tú tranquila —le contestó él—. No me voy a arrepentir de partirle la cara
—trató de avanzar de nuevo, pero ella siguió en medio, sin retroceder ni un
ápice porque sabía perfectamente que los nervios de Jackson estaban bastante
alterados y porque si se quitaba de allí la cosa iba a acabar muy mal, algo que
no quería por nada del mundo—. JiMin…
—No.
No me voy a mover.
A pesar de ser más bajita, la chica le mantuvo
la mirada, teniendo muy claro que no se movería ni aunque un terremoto azotara
aquella zona del mundo porque no iba a dejar a BamBam a merced de la ira de
Jackson, porque el mayor siempre había dejado muy claro que JiMin era muy
importante para él y que si alguien se iba a acercar a ella con esas
intenciones, que antes debía pasar por su escrutinio
—además de que siempre que personas cercanas a ellos habían bromeado con que
BamBam y ella debían comenzar a salir porque se llevaban muy bien él se había
negado rotundamente a ello porque no creía que el chico fuera suficiente para
ella—. Quizás pasaron muchos minutos observándose fijamente, pero hasta que el
mayor no retiró su mirada, dando a entender que se rendía, JiMin tampoco la
desvió.
—Está
bien —dijo Jackson finalmente—. No lo voy a matar, pero sí que quiero hablar
con él seriamente.
—Adelante,
entonces —murmuró ella.
—A
solas, por favor —le pidió.
JiMin
no quería moverse de allí, solo por si acaso, pero BamBam le puso una mano en
el hombro y, cuando se giró, éste asintió, pidiéndole que se fuera y
tranquilizándola a la vez con su gesto. Él pensaba que Jackson no le iba a
hacer nada, así que, la chica tuvo que ceder y salir de la sala, sin estar muy
convencida de lo que podía pasar allí dentro, pero deseando que ellos solo
hablaran, sin tener que llegar a las manos porque se sentiría muy mal. Ambos
eran personas muy importantes para ella y no quería por nada del mundo que por
algo como aquello comenzaran a comportarse de forma extraña.
♬♬♬
Una vez la puerta fue cerrada y BamBam se
encontró a solas con Jackson y con aquella mirada acusatoria, quiso llamar de
vuelta a JiMin para que detuviera al mayor de la gran tortura que hubiera
planeado hacerle. Sin embargo, se contuvo de hacerlo porque tenía que
comportarse como un hombre y aparecer ante el mayor como alguien que realmente
se merecía el amor de JiMin, para que de esta forma éste no se tuviera que
preocupar sobre en qué manos dejaba a la chica. Por eso, el menor cuadró sus
hombros y alzó su cabeza para enfrentarse a Jackson y que pasara lo que tuviera
que pasar.
—¿Cuándo
pensabas decirme que estabas saliendo con JiMin? —fue lo primero que dijo,
seguía pareciendo cabreado, pero quizás lo estaba un poco menos que cuando
había entrado y se los había quedado mirando con cara de espanto primero, y
luego con cara de que quería matarlo muy lentamente, sacándole todos sus
órganos uno tras otro.
—Solo
llevamos unas semanas —le contestó con la verdad, porque sabía que mentirle no
iba a servir de nada—. Quería hablar de ello cuando ya lleváramos un poco más y
cuando tuviéramos algo de tiempo para sentarnos tranquilamente a hablar sobre
el tema.
—Sabías
desde el primer momento que JiMin era sagrada —replicó Jackson—. ¿Por qué lo
hiciste?
—No
fue algo que planeara —murmuró el chico—. Simplemente, un día pasó y ya no pude
dejar de pensar en ella. Yo nunca había pensado en ella como pareja, desde el
primer momento fue mi mejor amiga y yo la apreciaba de esa forma, pero… un día
pensé que quería estar con JiMin para siempre y no solo como su amigo, que no
soportaría verla con otra persona que no fuera yo.
—Sabes
que no voy a aprobarlo, ¿verdad? —le dijo el mayor, con los brazos cruzados
sobre su pecho.
—Sé
que ahora no puedes… pero deseo que poco a poco lo vayas haciendo —contestó
BamBam—. JiMin es una persona muy importante para ti, por eso sé que deseas su
felicidad más que cualquier otra cosa… y yo me estoy esforzando para hacerla
feliz.
—¿Y
si sale mal? ¿Sabes las consecuencias que eso traería? —le preguntó.
—No
saldrá mal. No lo hará.
—¿Por
qué estás tan seguro? —Jackson alzó una ceja, lleno de incredulidad.
—Porque
quiero a JiMin —fue lo que respondió—. La amo y no voy a dejar que lo que ha
comenzado entre nosotros muera.
Después
de aquellas palabras, la sala de ensayo se quedó totalmente en silencio y el
menor se sintió muy avergonzado porque acababa de decirle a Jackson claramente
que estaba enamorado hasta las trancas de JiMin, algo que era totalmente
verdad, pero que también era vergonzoso de admitir, sobre todo ante él; pero si
aquello servía para que éste dejara de querer matarlo porque estaba saliendo
con ella, pasaría toda la vergüenza necesaria. BamBam pensaba que el mayor le
diría algo después de algunos momentos, pero no decía nada, solo lo miraba
fijamente, como si tratara de dilucidar si lo que había dicho era verdad o
mentira y tuviera un gran conflicto sobre ello que no era capaz de atacar.
—Jackson…
—murmuró casi con miedo el menor, por si despertaba a la bestia que por el
momento estaba dormida.
—Por
el momento voy a creerte —le dijo finalmente—, y creo que no hace falta que te
diga que voy a tener mis ojos puestos sobre ti a todas horas y que como vea que
en algo, aunque sea una cosa insignificante, hagas que JiMin sea desdichada, te
mando de vuelta a Tailandia de una patada.
—No
hacía falta que lo dijeras —sonrió el menor—. Lo tengo muy claro.
—Bien…
pero por si acaso.
Por
primera vez en todo el rato que llevaban allí, el mayor esbozó una pequeña
sonrisa y BamBam pudo relajar su cuerpo, porque tenía todos los músculos en
tensión por si debía echar a correr antes de que Jackson le diera una paliza.
No había sido tan malo como se había imaginado que sería cuando éste se
enterara de que estaban saliendo juntos, pero aun así, el chico se sentía un
poco mal, porque Jackson también era su amigo y no había podido ser sincero con
él desde el principio por culpa de lo sobreprotector que era con el tema de
JiMin.
—Vamos
a ensayar, que ya hemos perdido más tiempo del que deberíamos —comentó Jackson.
—Claro.
BamBam
tomó la caja con sus regalos que había dejado en el suelo anteriormente para
poder abrazar y besar a JiMin y caminó hacia la puerta, siguiendo al mayor y
saliendo de la sala, encontrando a su chica justo en frente, que se acercó
rápidamente a él como si quisiera verificar que estaba perfectamente y que no
había recibido ningún daño. Le sonrió para tranquilizarla, porque Jackson no le
había hecho nada, solo habían estado hablando de forma clara durante algunos
minutos.
—Nos
vemos luego si saco un momento, ¿vale? —le dijo.
—Vale
—respondió ella, todavía sin quitarle la vista de encima.
El
chico asintió y se dispuso a echar a andar para la sala que tenían asignada y
seguir bailando hasta que no pudiera sostenerse en pie, pero antes de comenzar
a hacerlo, recordó otra cosa.
—Muchas
gracias por esto —susurró y, aprovechando que Jackson había comenzado a avanzar
por el pasillo y que estaba de espaldas a ellos, le dio un corto beso en los
labios a la chica—. Te quiero…
Y
antes de que JiMin pudiera contestar a aquella declaración repentina, BamBam se
fue del lugar totalmente avergonzado. No pudo ver la reacción de la chica a lo
que acababa de decir, pero supuso que tendría que ser de absoluta confusión
porque nunca antes le había dicho algo parecido.
♬♬♬
JiMin había pasado un
cuarto de hora de angustia tras dejar a Jackson con BamBam debido a que éste
tenía cara de que iba a matar al menor, pero una vez ambos salieron y el chico
parecía tener todos los huesos intactos, se pudo relajar un poco. Sin embargo,
cuando su chico le dijo que la quería y después se fue corriendo por el
pasillo, ella volvió a poner todo su cuerpo en tensión porque había sido
totalmente inesperado. Su corazón, además, comenzó a latir rápidamente dentro
de su pecho y casi comenzó a hiperventilar.
Aquella era la primera
vez que el chico le decía de forma tan clara que la quería y no se lo podía
creer.
JiMin se pasó bastante
tiempo en el pasillo, sin poder moverse del sitio en el que estaba porque todo
su cuerpo le había dejado de funcionar correctamente, pero tras un tiempo
decidió que no se podía quedar en ese lugar toda la vida y forzó a sus piernas
a andar para ir a algunas de las salas vocales para tratar de hacer algo
productivo aquel día y dejar de pensar en lo que acababa de suceder, porque en
unos pocos minutos habían pasado demasiadas cosas y su mente todavía no las
había asimilado por completo. Buscó que alguna de las salas estuviera vacía
para poder ensayar el par de canciones que ya tenía para el comeback que iba a hacer en los próximos
meses, pero antes de llegar a alguna y así cumplir con lo que había planeado,
se encontró con Jae en el pasillo.
—¡JiMin!
¡Cuánto tiempo! —fue lo que el chico dijo para saludarla—. Si no llegas a estar
haciendo todas las semanas el After
School Club, pensaría que estabas muerta.
—Tú sí que estás desaparecido —le
contestó—. Hace siglos que no te veo. ¿Cómo te va la vida?
—Bien, bien —respondió—. Tratando de
ponerme de acuerdo con los chicos para ver qué vamos a hacer para lo próximo
que saquemos… aunque dudo que saquemos algo más este año.
—También llevo mucho sin ver a los
demás —murmuró JiMin—. ¿Andan por aquí?
—Sí, sí, ahora mismo estamos tomando
un descanso —dijo Jae—. Vente conmigo y echamos un rato de charla para ponernos
al día. No tienes nada importante que hacer, ¿verdad?
—Mmmm… nada que no pueda posponer.
—Entonces perfecto.
Jae le echó el brazo por los hombros
y la apretó contra su costado para comenzar a andar a la vez en dirección a la
sala de ensayo en la que se encontraban los demás miembros de DAY6. JiMin se
llevaba bastante bien con ellos porque con la mayoría había convivido durante
muchos años en la empresa, pero sobre todo se llevaba bien con Jae y con Brian,
quienes siempre se habían portado muy bien con ella y con quienes había hecho
algunas locuras —al igual que con BamBam, Jackson o YuGyeom—.
Al llegar a la sala todos la
recibieron con abrazos y preguntándole qué tal le iba la vida, algo a lo que
ella contestó y preguntó de vuelta, pasando un rato bastante agradable con los
chicos, haciendo que de aquella manera se olvidara en algunos momentos de lo
que le había sucedido anteriormente, algo que JiMin agradeció enormemente
porque no quería tener que pensar en ello, ya lo haría en casa, cuando no
tuviera nada con lo que distraerse. De aquel rato que pasó con los chicos de
DAY6, sacó la promesa de que Brian haría una colaboración en el nuevo proyecto
en el que estaba trabajando y un montón de risas por las locuras que se les
ocurrían hacer a ellos.
Tras pasar algunas horas allí, JiMin
se tuvo que despedir para poder hacer algo productivo y, a pesar de que al
principio no la quisieron dejar ir, luego fueron claudicando porque ellos
también tenían cosas que hacer… pero JiMin abandonó aquella sala con una gran
sonrisa en su rostro y se dirigió al lugar al que había querido ir desde el
primer momento, encontrando una sala vacía en la que poder ensayar sin mayor
problema. Se instaló con tranquilidad, soltando todas sus cosas y sacando el
pendrive en el que tenía las canciones con las pre-grabaciones que había hecho
algunas semanas atrás y mientras el ordenador se encendía, ella comenzó a
calentar su garganta para no hacerse daño antes de dedicarse durante bastante
tiempo a perfeccionar las canciones.
Probablemente pasó una hora de
aquella forma hasta que decidió tomarse un pequeño descanso para aclararse la
voz y mirar su teléfono móvil por si alguien le había enviado algún mensaje
importante. Realmente no se esperaba que nadie le hubiera hablado y que solo se
iba a encontrar con algunas notificaciones en Instagram de sus seguidores, pero
al encender la pantalla se dio cuenta de que tenía algunos mensajes también. La
chica pensó que se trataría de BamBam, que le había mandado algo en un momento
que hubiera tenido libre, o incluso que fuera YeRin diciéndole cualquier cosa…
pero lo que se encontró fue un mensaje de Jackson, algo que no se esperaba para
nada, mensaje que abrió inmediatamente para ver qué era lo que éste quería.
JiMin,
me gustaría que habláramos cuando tenga un claro sobre tú y BamBam, a poder ser
hoy mismo.
La chica tragó saliva lentamente,
poniéndose en lo peor y sus músculos se pusieron en tensión igualmente. ¿Qué
era de lo que quería hablar? ¿Le quería echar la bronca por no haberle dicho
que estaba saliendo con BamBam? ¿O se la iba a echar por salir con él
directamente? Nada bueno iba a salir, ella lo sabía, pero también sabía que no
iba a poder darle de lado al mayor, por lo que le contestó que cuando él
pudiera, que se lo comunicara y que se encontrarían para hablar. Dos segundos
después, obtenía su respuesta.
Ahora
mismo estoy libre.
Con un par de mensajes
más, quedaron en el sitio en el que se iban a ver para hablar con tranquilidad
y sin que nadie los pudiera escuchar, porque el tema que iban a tratar no era
de dominio público y era mejor cuantas menos personas lo supieran. JiMin
recogió todas sus cosas cuando concretaron y se dirigió hacia allí rápidamente,
esperando que, al menos, aquel momento pasara rápidamente y que no fuera
demasiado incómodo. Cuando llegó a la misma sala en la que horas antes Jackson
había descubierto la relación que mantenía con BamBam, abrió la puerta y entró
en ella para esperar al mayor allí. El chico no tardó mucho en aparecer por la
sala de ensayo y se acercó a ella, saludándola con un simple movimiento de
cabeza.
—Bueno,
¿qué querías? —le preguntó JiMin, porque cuanto antes comenzaran aquella
conversación, antes podrían acabarla.
—Quería preguntarte solo una cosa
—dijo él.
—Puedes preguntar —respondió.
—¿Tú quieres a BamBam?
JiMin no contestó a la pregunta
inmediatamente y no porque no tuviera bastante clara la respuesta, sino porque
la había pillado totalmente desprevenida y no sabía qué palabras podía decir
para que el mayor no se sintiera mal con lo que contestara. Había pasado mucho
tiempo dándole vueltas a la situación que habían vivido ella y BamBam,
reflexionando si de verdad le gustaba y si de verdad merecía la pena comenzar
una relación. Su decisión había sido finalmente tan firme que la chica quería
que aquel sentimiento tardara muchísimo en desvanecerse o que no se
desvaneciera nunca porque quería permanecer junto a BamBam todo lo posible.
Después de unos
segundos buscando las palabras correctas, JiMin se decidió a hablar, tratando
de satisfacer la curiosidad de Jackson.
—Lo
quiero mucho —respondió—. Después de planteármelo durante bastante tiempo me di
cuenta de que BamBam era una de las personas más importantes en mi vida y que
lo quería tener cerca como algo más que como un amigo.
Después de hablar, la chica alzó su
cabeza un poco y miró a Jackson a los ojos, esperando que él dijera algo más.
El mayor tardó un rato en hablar, pero cuando lo hizo, una sonrisa se extendió
irremediablemente por el rostro de JiMin al escucharlo.
—Pues si os queréis, yo no me voy a
meter en donde no me llaman —fue lo que dijo, aunque pareció duro para él decir
aquellas palabras—. Pero si ese enano te hace algo malo, que sepas que estoy
aquí para lo que quieras… y lo que quieras incluye darle una paliza.
—Muchas gracias —murmuró ella.
—Anda, ven aquí, mi pequeña.
Jackson abrió sus brazos y JiMin no
tardó ni siquiera un segundo en refugiarse entre ellos, sintiendo la calidez
que emanaba de él, con una sonrisa.
♬♬♬
BamBam se pasó el
resto de la tarde y de bien entrada la noche ensayando junto a los demás
miembros de GOT7, tratando de no pensar en absolutamente nada más, ni en JiMin,
ni en Jackson, ni en las miradas de preocupación que YuGyeom le lanzaba a
través del espejo. Su amigo parecía intuir que algo había tenido que suceder
por las caras que tenían él y Jackson cuando entraron a la sala de ensayo para
seguir con lo suyo y desde ese mismo momento había tratado de preguntarle qué
era lo que había pasado. Sin embargo, como no habían podido estar a solas ni un
solo minuto, BamBam no había podido explicarle absolutamente nada de lo
sucedido y el menor parecía estar preocupado porque quizás intuía lo que podía
haber sido.
Por este motivo,
cuando llegaron a casa de madrugada y jugaron a piedra-papel-tijera para
establecer los órdenes en el baño para ducharse, ambos perdieron a propósito
para poder ser los últimos y tener algunos minutos a solas en los que poder
hablar tranquilamente. Pero obviamente, a pesar de que aquel día era el de su
cumpleaños, para BamBam no estaba siendo un día de suerte, porque cuando ambos
se fueron a un lugar apartado para hablar del tema, los demás aparecieron con
una tarta en manos de JinYoung para que soplara las velas y pidiera un deseo
por su cumpleaños, cantándole la canción y pegándole algunos golpes
“cariñosos”.
BamBam miró a YuGyeom
y éste lo miró a él, reflejando perfectamente en su rostro lo que estaba
pensando. Cuando antes acabara aquella mini fiesta de cumpleaños que parecían
haberle organizado, antes podrían hablar de forma tranquila los dos. Por eso,
el chico se acercó a la tarta y sopló las velas, pidiendo que sus compañeros de
grupo se largaran rápidamente del lugar.
—Vamos
a comernos la tarta —dijo Mark.
Todos los demás parecieron estar de
acuerdo con aquello y alguien fue a por platos y cubiertos para comenzar a
comer. En otros cumpleaños habían hecho lo mismo, reunirse todos a la mesa del
salón y ponerse hasta arriba de tarta mientras hablaban y reían de cosas que
les habían pasado o por cosas que habían visto, aquella vez fue igual en ese
sentido… pero también hubo algo en lo que se diferenció de todos los anteriores
cumpleaños que habían pasado juntos. Ese día no hablaron de cosas graciosas
para animar el ambiente… ese día se dedicaron a tratar de chinchar al cumpleañero
después de que a Jackson se le ocurriera decir unas palabras mágicas.
—BamBam está saliendo con JiMin —fue
lo primero que dijo, haciendo que la estancia se quedara completamente en
silencio—. Hoy me los he encontrado morreándose en una sala vacía de la
empresa.
Siguiendo a esa declaración,
YoungJae escupió el zumo que había bebido y los demás salieron de su estupor
para ir comenzando a acercar servilletas para que no acabara todo perdido.
BamBam miró de reojo a Jackson y le frunció el ceño, reclamándole lo que había
hecho, pero consiguiendo solo que el mayor se encogiera de hombros, como si no
le importara realmente lo que pudiera pasar a partir de aquel momento. El menor
no pudo hacer otra cosa más que suspirar, esperando a que se terminara la
limpieza de lo que YoungJae había liado y resignándose a que en cuanto esta
finalizara, todas las miradas se iban a dirigir a él, exigiendo explicaciones
de por qué nadie se había enterado de algo tan importante como aquello antes.
BamBam supo que el deseo
que había pedido no se iba a poder hacer realidad y que hablar tranquilamente
con YuGyeom había pasado a la historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario