Título: Make some noise
Autora: Riz Aino
Pareja: KiMyeong (DongMyeong
+ Cya) (ONEWE)
Clasificación:
PG
Géneros:
AU, high school, romance, fluff
Número de palabras:
1.436 palabras
Resumen:
hace días que DongMyeong está realmente raro, apenas habla, apenas come, apenas
hace nada… y a KiWooK le preocupa.
Notas: historia
escrita para una persona anónima de Tumblr, que me lo pidió amablemente para la
colección, pero se le olvidó decirme qué parejilla quería, así que me calenté
la cabeza buscándola yo.
Comentario de autora:
estoy demasiado encantada con los niños de ONEWE y desde hace tiempo quería
escribir sobre ellos, pero no me animaba, así que agradecí la petición
infinitamente. Espero que os guste.
Make
some noise
Raro. El ambiente era raro. El silencio
perturbado simplemente por el sonido del masticar de los alimentos que comían
era lo único que podía escucharse en el lugar y KiWook se sentía muy nervioso y
ansioso. El chico antes pensaba que quizás un poco de silencio en su vida llena
de personas hablando era algo necesario, pero ahora que el silencio absoluto e
incómodo se adentraba en su vida, no podía evitar echar de menos que no hubiera
nada de silencio en ésta. Prefería miles de veces más estar escuchando el
parloteo incesante de su amigo DongMyeong antes que sumirse en aquel maldito
silencio.
No obstante, aunque Ki Wook pensara
que quería aquello, que quería que todo volviera a ser como siempre, con
DongMyeong hablando hasta por los codos de cualquier cosa que creyera oportuna,
su amigo no parecía estar por la labor. Algo le había pasado, algo que no le
había contado ni quería contarle, y desde hacía un par de días, no le dedicaba
una palabra, ni siquiera lo saludaba por las mañanas cuando llegaban a clase o
se despedía de él en la puerta del instituto, menos hablaba con él en los
descansos de clases o en la hora del almuerzo, como en aquel momento… y KiWook
estaba un poco nervioso porque nunca había sucedido algo como aquello.
DongMyeong jamás había podido
aguantar callado más de unos minutos y durante las clases o estaba todo el rato
contestando a las preguntas de los profesores o mordiéndose la lengua para no
hablar, porque no podía estar callado; así que, KiWook estaba preocupado por el
chico porque ya llevaba unos días que no decía ni una sola palabra y aquello
era lo más extraño del mundo. Además, lo más preocupante de todo aparte de lo
de no hablar, era que el chico tampoco comía realmente e iba por el instituto
como si fuera un muerto viviente, como si apenas durmiera tampoco.
Durante mucho tiempo, KiWook lo
había observado detenidamente, había estado a su lado y lo había querido
muchísimo, más que como a un amigo… aunque había desistido de ser algo más para
el chico y seguir simplemente como amigos, pero se seguía preocupando por él,
más cuando hacía cosas que no eran corrientes en él.
—¿Sabes lo que le pasa? —le acabó preguntando
KiWook a DongJu, el hermano gemelo de DongMyeong, que estaba en la clase del al
lado—. El por qué está así de raro y no hace ni un solo ruido.
—Él sabrá —fue lo único que le dijo el otro
chico, encogiéndose de hombros y metiéndose en su propia clase de nuevo, sin
prestarle mucha más atención a aquello.
KiWook se sintió un poco más
frustrado porque DongJu no lo había ayudado para nada y DongMyeong no estaba
nada comunicativo tampoco. El primer día que no le había hablado, KiWook le
había preguntado en varias ocasiones si le sucedía algo y el otro simplemente
se había encogido de hombros y había seguido a lo suyo, sin decir nada. Aquello
había hecho que el chico se enfadara, porque simplemente estaba preocupado por
él y se había comportado así de mal, así que no le había vuelto a hablar
tampoco en el resto del día. Pensando que al día siguiente todo sería como
siempre, KiWook lo había saludado por la mañana, pero DongMyeong había seguido
como el día anterior, sin hablarle. Y así llevaban ya cuatro días… pero KiWook
no quería que fueran cinco.
Por ese motivo, cuando aquel día
terminaron las clases, el chico aprovechó cuando DongMyeong acabó de recoger
sus cosas para cogerlo de la mano y tirar de él, sacándolo de la clase, guiándolo
por los pasillos del instituto, yendo en la dirección contraria al resto de los
alumnos, que se dirigían hacia la salida, mientras que ellos se dirigían hacia
la azotea —no
podrían salir, pero las escaleras que llevaban hasta a ella eran el mejor lugar
para poder hablar con tranquilidad en el instituto y si el chico tenía que
decirle algo delicado que fuera el motivo por el cual no le hablaba, allí
podría decirlo sin temor a que nadie más que KiWook lo oyera—. Por eso, cuando
llegaron hasta el desierto lugar, el chico volvió a preguntarle, porque quería
saberlo, quería saber qué era lo que le pasaba a su amigo.
—¿Qué te pasa? —preguntó, obteniendo la callada
por respuesta—. Maldita sea, DongMyeong, di algo, hazme una señal o yo qué sé,
pero quiero saber qué es lo que te pasa porque eres mi amigo y estoy preocupado
por ti porque tú nunca callas ni debajo del agua y llevas una semana sin
hablarme.
Lo soltó todo rápidamente, mirando
al chico a los ojos fijamente, tratando de adivinar, aunque fuera por sus
reacciones qué era lo que le sucedía; sin embargo, DongMyeong no dijo nada, simplemente
agachó su cabeza, escondiendo sus ojos detrás de su flequillo. KiWook suspiró,
frustrado a más no poder.
—Mira, si no eres capaz de decirme qué narices
te pasa, ni me vuelvas a hablar.
Finalmente
acabó diciendo aquello, como última solución, creyendo que quizás así
DongMyeong reaccionara, pero el chico siguió sin reaccionar; así que, KiWook
simplemente se alejó de él, suspirando profundamente y comenzando a bajar las
escaleras. Durante unos momentos se sintió fatal por hacer aquello, porque no
quería dejar de estar al lado de DongMyeong, no quería enfadarse con él por algo
así, pero no sabía qué más podía hacer.
—Espera
—dijo DongMyeong, hablándole por primera vez. KiWook se detuvo de inmediato—.
Yo… no quería decírtelo porque estoy todavía confuso… pero no quiero perderte,
por nada del mundo quiero perderte —el chico se dio la vuelta, encontrándose a
DongMyeong en el mismo lugar en el que lo había dejado, con la cabeza agachada
todavía, mirando al suelo mientras hablaba—. Me gustas… me gustas y por eso no
sabía cómo hablarte, cómo tratarte… llevas mucho tiempo gustándome… pero esta
semana he querido alejarme, he querido ver si podías dejar de gustarme porque
somos amigos… pero no puede ser… no puedes dejar de gustarme y no quiero perderte
tampoco como amigo… no sé qué hacer…
DongMyeong llevó sus manos hasta su rostro y se
lo tapó, para luego ir dejándose caer por la pared hasta llegar hasta el suelo,
como si se hubiera quedado sin fuerzas en sus piernas para sostenerse después
de haber dicho todo aquello. KiWook también se había quedado sin fuerzas en sus
piernas después de escucharlo, así que, acabó agarrándose a la barandilla para
no rodar por las escaleras… porque lo que había escuchado había sido totalmente
inesperado. Jamás se habría imaginado que aquello era lo que rondaba por la
cabeza del otro chico, de aquel a quien había considerado su amigo en los
últimos tiempos porque ya se había hecho a la idea de que algo más allá de la
amistad era imposible para ambos.
Cuando fue capaz de calmarse, KiWook comenzó a
subir los escalones que había bajado y después se dejó caer justo al lado del
chico, echándole el brazo por los hombros y atrayéndolo a su cuerpo para
abrazarlo.
—Creía que habías comenzado a odiarme o algo
así —murmuró primero—, estaba muy asustado y preocupado por ti porque nunca
antes te habías comportado así —añadió—, y si todavía crees que es imposible
que deje de gustarte, deja de intentarlo y simplemente dímelo cada vez que lo
sientas… yo trataré igualmente de no guardármelo y decirte también lo mucho que
me gustas.
DongMyeong no alzó su cabeza en ese
momento tampoco, pero se aferró al cuerpo de KiWook como si éste fuera lo único
que lo mantenía flote y el chico lo abrazó fuertemente. En aquel momento, no le
importó el silencio que reinó entre ambos, porque al contrario de los silencios
que habían tenido a lo largo de los últimos días, aquel estaba bien y no
necesitaba que fuera roto.
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