domingo, 14 de abril de 2019

[Drabble] 2018 Super Rookies Drabbles: Pretty flower girl {2Jin}


Título: Pretty flower girl
Autora: Riz Aino
Pareja: 2Jin (HeeJin + HyunJin) (LOONA)
Calificación: PG
Géneros: AU, romance, fluff
Número de palabras: 909 palabras
Resumen: HyunJin adora hacer el vago… pero adora mucho más a la chica que trabaja en la floristería con su tía.
Notas: historia escrita para Huilen, que acertó un juego sobre LOONA.
Comentario de autora: adoro escribir cosas bonitas y cuquis de LOONA y todo esto es muy bonito y cuqui. ¡Viva LOONA y viva todo lo fluff! Espero que os guste.

Pretty flower girl

            —HyunJin… ¡HyunJin!

            HyunJin se quitó los auriculares al escuchar el grito de su madre, un grito en el que simplemente había dicho su nombre, pero la forma en la que lo había dicho denotaba lo enfadada que debía de estar con ella. La chica no sabía qué era lo que había hecho mal, pero rápidamente pausó el vídeo que estaba viendo de la presentación de su grupo favorito y bajó la tapa de su portátil para dirigirse al lugar de la casa desde el que había llegado la voz de su madre. Encontró a la mujer en la cocina, metiendo en unas bolsas de plástico varios tuppers llenos de comida y salsas que ésta había hecho.


            —Por fin te dignas a aparecer —comentó la mujer—. Creía que iba a tener que sacarte a rastras de tu habitación.

            HyunJin puso los ojos en blanco durante unos segundos, mientras su madre dejaba de mirarla y se enfocaba en terminar de meter los tuppers en las bolsas. Aun no le había dicho para qué la había llamado, pero viendo aquello, HyunJin se imaginaba qué era lo que ésta querría que hiciera.

            —No estás haciendo nada de provecho, ¿verdad? —le dijo su madre, aunque sin darle tiempo a contestar, agregó—. Llévale a tu tía esto, que la pobre se pasa el día entero trabajando y no tiene tiempo para cocinar ni para comer decentemente.

            La mujer le enseñó las bolsas y HyunJin no pudo hacer más que suspirar, asentir y volver a su habitación para ponerse una ropa algo más decente para salir de casa que el chándal raído que llevaba y la camiseta ancha de publicidad con más agujeros que tela y más años de los que ella misma tenía. Con suerte, solo tardaría una hora en ir hasta la floristería en la que trabajaba su tía, dejarle en el frigorífico de su casa, justo arriba de la tienda, y volver a casa a seguir procrastinando con el portátil. Sin embargo, cuando llegó a la floristería que regentaba su tía, todos sus planes se fueron al traste.

            HyunJin estaba acostumbrada a encontrarse con su tía despachando a los clientes que entraban por la puerta en busca de una maceta o de algún ramo de flores, con el delantal y las manos llenas de tierra, el pelo recogido en un moño del que se escapaban algunos mechones y el rostro reflejando el cansancio acumulado de todos los días de trabajo sin descanso; sin embargo, lo que se encontró fue a su tía sonriendo de forma encantadora a una chica de cabello largo y oscuro y piel muy clara que llevaba en sus manos distintas flores que su tía le habría pedido. La chica era menuda y delgada y sus facciones eran completamente perfectas, así que, HyunJin no pudo evitar quedarse totalmente embobada mirándola desde la puerta hasta que su tía la vio y la sacó de aquel trance.

            —HyunJin —la llamó—. ¿Qué haces aquí, mi niña?
            —Oh… pues… traigo esto…

            HyunJin dejó de mirar a la chica para mirar a su tía, mostrándole las bolsas de comida que su madre le había hecho llevar hasta allí y sintiendo como ahora la mirada de aquella chica se posaba en ella.

            —Ay… tu madre siempre igual —su tía salió de detrás del mostrador y se acercó a ella para coger las bolsas—. No sé cómo decirle que no tiene que molestarse en hacer estas cosas —la mujer chasqueó su lengua con desaprobación—. Bueno, voy a llevar esto arriba para que no se eche a perder, que ya empieza a hacer calor, tú quédate aquí un momento con HeeJin. Sois de la misma edad, así que seguro que os lleváis bien.

            La mujer se dio media vuelta con las bolsas llenas de tuppers y se fue de la tienda, subiendo arriba para dejar las cosas, dejándolas solas a ambas y en una posición algo incómoda porque no se conocían de nada y porque HyunJin no podía dejar de mirar a la chica —HeeJin había dicho su tía que se llamaba— porque era demasiado preciosa. Al menos aquel silencio lleno de miradas duró unos segundos, hasta que la chica se acercó a HyunJin.

            —Soy HeeJin y estoy trabajando aquí a medio tiempo después del instituto y los fines de semana —dijo, presentándose, obligando a HyunJin a hacer lo mismo para no quedar como una psicópata.
            —Yo soy HyunJin… soy su sobrina… —replicó y añadió con una sonrisa, rememorando lo que había dicho su tía—. Espero que nos llevemos bien.

            Y, aunque HyunJin quería haber vuelto a su casa en menos de una hora para seguir con lo que estaba haciendo antes de que su madre la interrumpiera, la chica se quedó allí toda la tarde, ayudando a su tía y a HeeJin en la floristería, simplemente para poder observar durante más tiempo a aquella chica que era más hermosa que las flores.






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