Título:
You Are…
Autora:
Riz Aino
Pareja: JohnSoul
(Johnny + JinSoul) (LOONCT – NCT + LOONA)
Clasificación:
PG
Géneros:
AU, romance, fluff, humor
Número de palabras:
1.146 palabras
Resumen:
la vida de JinSol llevando sola la guardería era bastante complicada… hasta que
apareció él.
Aclaraciones:
estaba en busca de inspiración para escribir cuando me salió el MV de Man in
Love de INFINITE y fue la parte de WooHyun la que me inspiró para crear esto.
Notas: historia
escrita para Nanami, que ganó uno de los juegos de twitter que suelo hacer.
Comentario de autora:
a pesar de que tengo planeados mil fics al menos LOONCT este es el primero que
he acabado escribiendo. Espero que os guste.
You
Are…
JinSol suspiró con cansancio después de acabar de acostar
al último de los niños de la guardería para que durmiera la siesta. Como
siempre, aquel momento era una pelea constante con todos los niños y niñas que
tenía a su cargo en aquel lugar porque ninguno quería irse a dormir a pesar de
que estaban muertos de cansancio, hasta que finalmente comenzaban a caer
exhaustos. La joven acababa casi más cansada que los propios niños después de
aquello, pero ella tenía que seguir en pie, arreglando cantidad de cosas en el
local antes de que se despertaran de nuevo y lo pusieran todo patas arriba. Al
principio había sido demasiado para ella, sobre todo después de que SooYoung
dejara de ayudarla porque había encontrado un trabajo serio de lo que ella
había estudiado… menos mal que al menos le había recomendado a alguien para
suplir su marcha.
La primera vez que Johnny había entrado por la puerta de
la guardería, alto como el techo, delgado como un palo y con su pelo largo de
rockero, JinSol no había dado un duro por él, de hecho, había estado dispuesta
a mandarlo salir del lugar antes de que asustara a los niños o algo; pero había
esperado un poco a tomar su decisión porque se lo había recomendado SooYoung y
porque HaSeul siempre le había dicho que no podía juzgar un libro por su
portada. Y bueno, al final JinSol había hecho bien dejando entrar y quedarse al
chico porque había resultado ser una persona muy encantadora y simpática que
había congeniado con los niños desde el primer momento y que los había hecho
reír y los había cuidado como si se trataran de sus propios hijos.
Por eso, JinSol agradecía infinitamente que SooYoung se
hubiera ido y le hubiera mandado a Johnny en su lugar, porque era mucho mejor
con los niños de lo que la otra chica lo había sido nunca y, poco a poco,
además de meterse a los niños en los bolsillos, se la había metido a ella
también.
En los primeros momentos había mantenido una distancia
profesional con Johnny, pero eso se había ido yendo al traste a medida que
pasaban más días juntos con los niños, más momentos a solas cuando llegaban
para abrir, los niños dormían la siesta y cerraban para irse a casa después de
un largo y sufrido —pero a
la vez reconfortante—
día de trabajo. JinSol había descubierto que, a pesar de que exteriormente
podían ser extremos muy opuestos, la realidad era que tenían muchísimos
intereses en común, por lo que, la distancia que había interpuesto entre ellos
había acabado siendo nula, sobre todo en aquellos momentos, después de los
eventos de la semana anterior.
La semana anterior. Una sonrisa tonta todavía aparecía en
su rostro sin que la chica se percatara de ello cuando pensaba en lo que Johnny
había hecho. JinSol simplemente había ido a comprar algunas cosas que hacían
falta al supermercado que había al lado de la guardería mientras él se
encargaba de recogerlo todo para cerrar por aquel día; sin embargo, aunque ella
esperaba encontrárselo todo prácticamente listo para volver a casa, lo que se
encontró fue un camino de pétalos de rosa de tela que la guio hasta la sala
principal, en donde se encontraba él, sentando en el suelo con el piano de
juguete sobre sus piernas. Johnny la recibió con una sonrisa encantadora y
luego comenzó a tocar una canción que sonó preciosa a pesar de que el piano era
de juguete, haciendo que la chica no pudiera evitar sonreír por aquello y que
su sonrisa prácticamente no cupiera en su rostro cuando le preguntó si quería
salir con él.
JinSol salió de la sala en la que los niños dormían la
siesta y se dirigió hacia la cocina, lugar en el que Johnny debía estar
terminando de limpiar los cacharros que habían utilizado para el almuerzo. La
chica fue andando por el lugar despacito y tratando de no hacer ruido, como si
fuera un gato, para darle una pequeña sorpresa a su novio. Cuando llegó a la cocina,
se aprovechó de que el chico estaba de espaldas a ella para salvar los últimos
metros con rapidez y agarrarse a su cintura desde atrás, colocando se cabeza en
su ancha espalda, sintiendo cómo éste se sobresaltaba en un primer momento y
después todo su cuerpo se relajaba al saber que era ella.
—¿Los
niños están ya dormidos? —le cuestionó él.
—Hum…
al menos cuando salí de la habitación, lo estaban —respondió JinSol.
El
chico asintió y después siguió fregando los pocos cacharros que le debían quedar
hasta que finalmente terminó su tarea de aquel día y se secó las manos, dándose
luego la vuelta en el abrazo de JinSol para quedar cara a ella. La chica tuvo
que alzar un poco la cabeza para mirarlo porque Johnny era demasiado alto, pero
no le importó demasiado, porque la mirada de amor y cariño que recibió de él
hizo que su corazón empezara a latir rápidamente en su pecho.
—Eres
lo más bonito de este mundo —dijo la chica, sonriendo.
—Solo
porque tú eres lo más bonito del universo —replicó él.
Johnny
se inclinó un poco hacia ella, con una sonrisa encantadora, dispuesto a darle
un beso; pero justo cuando sus narices comenzaron a rozarse se alejó de ella y
miró más allá de JinSol. La chica no pudo evitar que un suspiro se formara en
sus labios porque habían sido interrumpidos en aquel momento, pero aquello lo
podrían retomar luego, cuando estuvieran solos. Johnny le dedicó una mirada de
disculpa y después dejó de abrazarla para dirigirse a la puerta de la cocina,
donde se encontraba uno de los niños, con su osito de peluche arrastrando por
el suelo y carita de pena.
—¿Qué
le pasa a mi niño? ¿No puedes dormir? —le preguntó al niño, alzándolo en brazos
y comenzando a llevárselo de allí.
JinSol
no pudo evitar la sonrisa amplia que apareció en su rostro. Johnny era
increíble, Johnny era maravilloso, Johnny era mucho más de lo que era había
pedido jamás… pero Johnny era exactamente lo que ella necesitaba.
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