Título: Sexuality (play me)
Autora: Riz Aino
Pareja: SeZi (St.Van + Ziu) (VAV)
Clasificación: NC–17
Géneros: AU, smut, pwp
Número de palabras: 3.440 palabras
Resumen: GeumHyuk le parece a HeeJun una persona
demasiado fascinante y cautivador… y no deja de parecérselo en toda la noche.
Advertencias: como todas las anteriores que estoy haciendo,
esto es todo sexo, no hay mucho más allá.
Notas: puede y solo puede que algunos de los pensamientos de Ziu
sobre St.Van sean mis mismos pensamientos… pero solo algunos, en vuestra mano
está discernir cuáles (?)
Comentario de autora: continuamos con la perversión y con VAV
y hemos pasado por fin el ecuador, ya solo quedan dos más después de ésta.
Espero que os guste.
HeeJun había salido aquella noche de fiesta sin ninguna
intención de acabar enredado con nadie, simplemente lo había hecho por salir y
despejarse un rato, beber hasta que su cabeza se nublara un poco y volver a
casa a dormir durante todo el fin de semana hasta que llegara de nuevo el
lunes. Sin embargo, nunca le habían salido bien los planes, ni siquiera sabía
para qué los hacía si siempre tenía que estar cambiándolos porque nada salía
como lo planeaba. Y aquella noche no sería una excepción. Porque HeeJun solo
había ido a aquel pub gay que frecuentaba para beber, pero a tan solo un par de
asientos en la barra, donde ésta se curvaba hacia la pared, había un tío que lo
había dejado completamente sin aliento, cuando simplemente había levantado su
cabeza de la copa para mirar a su alrededor por si veía a alguno de sus
conocidos allí.
—Maldita
sea —no pudo evitar esbozar entre dientes.
El
otro era demasiado atractivo y cautivador. Sus ojos rasgados, su nariz alta,
sus labios que daban ganas de besarlos, la forma ovalada de su rostro, aquel
cuello que ni siquiera estaba tensionado, pero en el cual podía verse una vena
recorrerlo de arriba abajo y aquellos hombros, aquella espalda ancha y de
aspecto musculosa que era vestida por un jersey negro bastante ancho y
agujeros, con un escote en pico que dejaba a la vista sus prominentes
clavículas y parte de su pecho trabajado. HeeJun tuvo que tragar saliva un par
de veces y después beberse un trago largo de la cerveza que había pedido hacía
escasos momentos. Era demasiado guapo como para que lo dejara escapar,
demasiado todo como para que HeeJun simplemente se pasara la noche allí sin
hacer nada, sin intentar nada con él.
En ese momento,
el otro giró su cabeza en su dirección y lo miró fijamente a él, como si se
hubiera dado cuenta de que lo estaba observando y HeeJun, por un segundo, tuvo
la tentación de apartar su mirada o hacer como si no se hubiera pasado los
últimos minutos babeando por él, ignorar aquella mirada; pero, finalmente, la
sostuvo. Sostuvo aquella mirada penetrante y cautivadora y después le dedicó
una sonrisa pícara, una sonrisa que había hecho caer a muchos chicos antes en
aquel mismo bar, sabiendo que era un tío guapo que podía hacer lo que quisiera.
El otro le respondió a su sonrisa con una torcida y un leve guiño juguetón,
haciéndole entender que estaba completamente encantado con aquello e
invitándolo a que fuera a más. HeeJun aceptó aquel reto.
Se
dedicaron unos momentos simplemente a lanzarse algunas miradas y sonrisas,
todavía sin acercarse, tanteándose el uno al otro hasta que HeeJun se bebió de
un trago la cerveza que todavía le quedaba y finalmente se levantó de su puesto
en la barra para caminar hasta donde el otro se encontraba, llegando hasta él
en apenas unos segundos y llamando su atención rozando delicadamente con la
yema de su dedo la piel descubierta del hombro de aquel tío. Éste se giró hacia
él y le dedicó otra sonrisa juguetona antes de indicarle con su dedo índice que
se inclinara sobre él para poder decirle algo al oído, HeeJun lo hizo
inmediatamente, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo cuando el otro
suspiró contra su oreja antes de hablar.
—¿Quieres que te
haga un trabajillo ahí abajo en el baño? —fue lo que le propuso, susurrándole
aquello en un tono de voz completamente excitante.
HeeJun
frunció su ceño y entrecerró sus ojos, confuso. No podía haber escuchado
aquello, seguro que la música a todo volumen del local le había jugado una mala
pasada y el otro había dicho otra cosa completamente diferente. Con aquella
expresión de confusión en su rostro el chico se alejó un poco para poder
observar el rostro de aquel tío, viendo que en el de éste se expresaba una
desbordante confianza y sus ojos ardían de deseo. HeeJun no estaba seguro de
que hubiera oído del todo bien, pero haría todo lo que el otro le pidiera sin
siquiera dedicarle un pensamiento de más. Así, se acercó a la oreja de éste de
nuevo para darle su respuesta.
—Me
encantaría —replicó.
Inmediatamente,
como si sus palabras fueran órdenes para él, éste se levantó de la barra y tomó
la mano de HeeJun fuertemente para después echar a andar entre la multitud
hacia el lugar en el que se encontraban los baños del local. La marea de
cuerpos interponiéndose entre su destino hicieron que tardaran un poco en
llegar hasta él, pero aquel tiempo solo incrementó las ganas de HeeJun de
recibir un buen sexo oral de un tío buenorro que acababa de conocer del cuál ni
siquiera sabía su nombre, aunque tampoco le importaba demasiado saber cuál era,
lo único que le importaba era lo que iban a hacer en el baño —y probablemente
acabaran la noche enredados por completo también en algún lugar un poco más
privado—. Su miembro palpitó dentro de sus pantalones por la expectación de que
la noche no acabara allí y todo lo que iba a hacer con aquel tío.
Al
llegar al baño, se metieron en uno de los estrechos cubículos y HeeJun cerró el
pestillo de la puerta para que a nadie se le ocurriera abrirla y encontrarlos
metiéndose mano —aunque básicamente aquello era lo que todos hacían en aquel
lugar, meterse mano y nadie se llevaría ninguna sorpresa—. Sin mediar palabra,
el otro lo acorraló contra la puerta de madera, tomando con su mano derecha su
rostro, acercándose a él para darle un beso en la boca, usando su lengua de una
forma experta y dejando sin aire a HeeJun en apenas unos segundos, calentándolo
además con aquel ardiente beso que le hacía imaginar lo bien que se sentiría
teniendo aquella lengua en su miembro.
Continuando
el beso, alejándose de vez en cuando levemente para poder coger aire de nuevo
para seguir besándose una y otra vez, HeeJun notó cómo la mano que el otro no
había estado usando hasta el momento se coló por la cinturilla de sus
pantalones, entre sus cuerpos, alcanzando su miembro dentro de sus calzoncillos
y comenzando a tocarlo directamente. HeeJun estaba caliente, demasiado
caliente, pero su miembro no se había endurecido prácticamente nada y solo
comenzó a hacerlo gracias a las manos expertas de aquel tipo que lo tenía
completamente cautivado. Su mano era ancha y sus dedos gruesos y mientras
toqueteaba su cada vez más sensible miembro y sus testículos, HeeJun no pudo
evitar gemir dentro de la boca de éste un par de veces, empezando a sentir verdadero
placer.
Su
miembro se endurecía cada vez más y más con el toque del otro, comenzando a
palpitar de una forma constante, queriendo muchísimo más que unos pocos roces,
quería que los labios y la lengua que estaban haciendo maravillas en su boca se
dirigieran a su miembro para correrse y acabar con todo aquel calor que se
estaba acumulando en su interior. Sin embargo, el otro siguió simplemente
tocando con sus dedos su miembro y sus testículos un poco más, haciéndolo
sufrir un poco más por no obtener lo que quería ya, pero cuando dejó sus labios
de forma definitiva, la mirada de deseo que se encontró en sus ojos rasgados
cuando los miró le hizo saber a HeeJun que lo que ansiaba estaba a punto de
llegar y que iba a ser espectacular.
El
tío al que acababa de conocer se puso en cuclillas y después le desabotonó los
pantalones y sacó su miembro medio erecto de sus calzoncillos, sin bajarle
nada, tocando después un poco más su entrepierna, esta vez con ambas manos.
HeeJun, sin la boca del otro para ahogar sus gemidos, tuvo que tapar su boca
con su mano para que éstos no fueran demasiado fuertes cuando el dedo índice
del otro decidió realizar un tour por la punta de su miembro, jugando con la
piel de éste. Y su boca no tardó en comenzar a obrar maravillas en aquel lugar
también. Sus labios comenzaron a dejar pequeños besos por toda la extensión,
desde arriba hasta abajo, incluidos sus testículos y a sus labios los siguió su
lengua; su lengua recorriendo su miembro de arriba abajo, su lengua siguiendo
el contorno de una de las venas que estaba a punto de estallar, su lengua
envolviendo la parte más sensible de éste, introduciendo su punta en el pequeño
agujero.
HeeJun
apretó los dientes fuertemente para que los gemidos que pugnaban por salir de
su boca no pudieran hacerlo y se quedaran atascados en su garganta porque
aquella lengua estaba sumiéndolo por completo en el placer y, aunque quería
gritarlo a los cuatro vientos, no debía, no en aquel lugar. El chico reafirmó
sus piernas en el suelo porque las sentía como si fueran gelatina y no quería
venirse abajo repentinamente, pero casi lo hizo cuando la boca del otro
finalmente comenzó a envolver su miembro lentamente, introduciéndoselo cada vez
más y más, haciendo sentir a HeeJun como si se estuviera derritiendo por
completo dentro de aquella boca. Aquella era la mejor mamada que había recibido
nunca antes y eso que se había acostado con bastantes tíos que le habían dicho
que lo iban a hacer sentir de forma maravillosa… pero nunca había sido así de
magnífico, nunca antes se había sentido tan al borde del abismo como en aquel
momento.
—Ahhhh…
ahhhh…
HeeJun
no pudo detener aquellos gemidos, no pudo detener curvar los dedos de sus pies
y cerrar sus manos en puños a la vez que sentía cómo el más delicioso de los
orgasmos se abría paso desde su interior y hacía que no pudiera evitar correrse
dentro de la boca de aquel tío, que ni siquiera se apartó hasta que HeeJun no
terminó. Al acabar de correrse, su cuerpo se quedó completamente laxo contra la
puerta de aquel estrecho cubículo, respirando de forma entrecortada, tratando
de recuperar la respiración y recuperar también el control de su cuerpo.
Mientras lo hacía, vio cómo el otro le volvía a guardar su miembro dentro de
sus pantalones y se los abotonaba de nuevo, para después inclinarse sobre el
váter y escupir su semen sobre él, cogiendo un poco de papel del rollo para
limpiarse la boca después y tirar de la cadena, girándose hacia él en cuanto
acabó con aquella misma sonrisa torcida que le había dedicado cuando todavía
estaban en la barra y aquella misma mirada llena de deseo con la que lo había
invitado a hacerle aquel gran trabajo.
—Si
quieres más, te espero fuera —le dijo—. Si tardas más de diez minutos no tendré
problemas en irme con cualquier otro.
El otro le dio un pequeño toque en el hombro, indicándole
que se moviera de la puerta para poder salir y HeeJun se retiró de ésta para
que pudiera abrir e irse del baño. Aquello que le había dicho había sonado muy
demandante, casi como si fuera una orden, pero realmente no le importaba en lo
más mínimo. Quería tener muchísimo más con aquel tío porque lo había cautivado
por completo, su atractivo rostro, su cuerpazo, sus pequeños gestos, sus
palabras concisas, su forma de comerle la boca y, sobre todo, la forma en la
que había jugado con su miembro. HeeJun no le dedicó ni un minuto a pensar que
iba a salir detrás de él para ir hasta donde éste quisiera, pero sí tardó unos
momentos en hacer que sus piernas volvieran a obedecerle y se movieran de
nuevo.
HeeJun salió del baño y después se adentró en la marea de
cuerpos que seguían bailando en aquel lugar, todavía más lleno que cuando había
hecho el recorrido a la inversa, tratando de abrirse paso hasta la salida,
donde el otro debía de estar esperándolo. La música a volumen alto reverberó en
sus oídos durante todo el trayecto, aunque no podía realmente oírla porque no
podía dejar de pensar en todo lo que había sucedido en la última media hora.
Solo había ido allí a beber inicialmente, pero iba a salir del local con un
ligue para aquella noche. Cuando finalmente llegó a la puerta, se encontró con
el otro tío esperándolo recargado contra una moto y con una chaqueta de cuero
puesta sobre la ropa y sujetando un casco. Al verlo, éste esbozó una de
aquellas sonrisas torcidas que no paraban de cautivar a HeeJun y le tendió el
casco que sujetaba cuando se acercó hasta él.
—Vamos a
mi casa —le dijo—. Mi compañero de piso está con su novio esta noche, no creo
que les importe nada el ruido que hagamos porque ellos mismos estarán haciendo
ruido.
A HeeJun le pareció perfecto. Muchísimo mejor era aquella
opción que la de ir a su piso donde su compañero HoSung estaría en el salón
viendo alguna película moñas y los vería llegar, se ahorraría tener que luego
contarle los detalles de lo que había pasado en su habitación al día siguiente
y, sobre todo, se ahorraría el bochorno de que éste lo oyera gemir porque
HeeJun estaba seguro de que esa noche iba a gemir y mucho. Por eso, se colocó
el casco que el otro le había ofrecido, abrochándoselo bien y después se subió
a la moto cuando éste se lo indicó, aprovechando para pegarse a su ancha
espalda todo lo que pudo, agarrándose bien a su cintura, sintiendo los fuertes
músculos de éste bajo su agarre.
La moto arrancó y comenzó el rápido viaje hasta el piso
en el que iban a pasar la noche, un rápido viaje porque HeeJun apenas sintió
que tardara, casi se acababa de subir a la moto cuando ya se estaba bajando de
ella frente a un portal. Probablemente había pasado bastantes minutos sintiendo
el fresco aire de la noche contra su cuerpo, pero él sintió que no había sido
tanto, se le había hecho demasiado corto el paseo abrazado al cuerpo del otro. Entraron
al portal del bloque después de que la moto quedara convenientemente aparcada y
asegurada en la calle y subieron al pequeño ascensor en el que sus cuerpos no
pararon de rozarse; no obstante, ninguno de los dos hizo el amago de echarse
sobre el otro en aquel pequeño cubículo, ya tendrían tiempo de hacerlo cuando
llegaran al piso. El ascensor se detuvo en la séptima planta y HeeJun siguió al
otro hasta su puerta, siguiéndolo después al interior del piso en cuanto ésta
fue abierta y se quitaron los zapatos.
En cuanto entraron al lugar, HeeJun pudo escuchar una
serie de débiles gemidos resonar y tuvo que contener una pequeña risita
mientras caminaba detrás del anfitrión hasta su habitación, en donde se
encerraron. No creía que los que se encontraban en la habitación continua
tuvieran la intención de entrar allí, pero si el otro había cerrado la puerta
tenía que ser por algo.
HeeJun vio cómo éste se quitó la chaqueta de cuero,
dejándola colgada de la silla de escritorio, y después se giró con una sonrisa
encantadora hacia él, una sonrisa muchísimo más dulce que todas las que le
había dedicado hasta el momento, algo que hizo que el chico se sintiera mucho
más cautivado por él y que quisiera descubrir cuántos tipos de sonrisas podían
dedicarle aquellos labios que tan bien sabían besar. En se momento, HeeJun se
dio cuenta de que ni siquiera se habían presentado y no sabían el nombre el uno
del otro, pero no supo si aquel era el momento más idóneo para hacer una
presentación, después de todo, estaba en la habitación de aquel tío y no habían
llegado hasta allí solo para hablar.
—¿Eres
activo o pasivo? —le cuestionó, sacándolo por completo de sus pensamientos
sobre las presentaciones—. Yo puedo ser ambos —añadió—, pero esta noche me
apetece metértela hasta el fondo.
HeeJun
tragó saliva lentamente ante aquello. No se había esperado que le cuestionara
aquello ni que él mismo se respondiera la cuestión de aquella forma, pero le
había gustado que fuera tan claro y a su cuerpo le había encantado eso de que
quisiera metérsela hasta el fondo.
—Ambos
—respondió de forma concisa, pero después añadió algo más—. Hoy puedes
metérmela todo lo hondo que quieras.
La
sonrisa dulce que el otro le había dedicado antes, se convirtió en una sonrisa
pícara en tan solo un segundo y no tuvieron que intercambiar más palabras para
lo que siguió a continuación. Comenzaron a desnudarse a sí mismos para ir a por
lo que habían ido, los juegos preliminares no eran necesarios, HeeJun todavía
se sentía caliente por lo que habían hecho en el baño del pub gay y, ahora que
se fijaba, la entrepierna del otro era un poco prominente, por lo que también
estaba bastante caliente y eso era lo único que necesitaban realmente. Al terminar
de desnudarse, HeeJun se subió sobre la cama, recostándose sobre el colchón de
espaldas y abriendo sus piernas en una clara invitación que el otro no tardó en
aceptar, subiéndose también sobre el colchón con un bote de lubricante y un
condón.
El
frío del lubricante fue lo siguiente que sintió en su trasero, contrastando con
el calor que su cuerpo comenzaba a acumular y el dedo del otro moviéndose en su
interior lo hicieron gemir gravemente a la vez que una pequeña punzada de dolor
se extendió por su baja espalda, llevaba demasiado tiempo sin tener aquella posición
y sería algo incómodo al principio, pero esperaba que el otro fuera decente con
él y tuviera un mínimo de cuidado. Sus deseos parecieron ser escuchados por
éste, ya que se pasó un buen rato jugando con su trasero, metiendo el dedo y
sacándolo, moviéndolo en su interior de un lado a otro e incluso buscando su
próstata, creando espacio para más y haciendo que HeeJun no parara de soltar
débiles gemidos por aquella acción. Sus manos y sus dedos eran maravillosos,
como su boca.
El segundo dedo
se unió al primero junto con más lubricante hasta que HeeJun estuvo
completamente acostumbrado a aquello de nuevo y, solo entonces, el otro se
masturbó a sí mismo unos momentos con sus manos antes de colocarse el condón y
ponerse en una posición cómoda para comenzar a penetrarlo. Sentir el miembro de
este abriéndose camino en su interior hizo que su cuerpo se tensara un poco por
la intrusión, pero se forzó a relajarse para hacerlo más fácil para ambos,
escuchando un gemido grave y profundo abandonar los labios del otro en cuanto
estuvo completamente dentro de él. Durante unos segundos se quedaron así, sin
moverse, casi sin respirar, disfrutando de aquello, hasta que el otro comenzó a
hacerlo, moviéndose hacia afuera y hacia adentro a ritmo lento, al principio,
mucho más rápido después, tan rápido que HeeJun sentía que iba a enloquecer por
las sensaciones, por el placer que le estaba provocando. Sintiéndose muy al
borde, comenzó a tocar su miembro, comenzó a masturbarse frente al otro, que seguía
embistiéndolo una y otra vez sin descanso, hasta que, finalmente, se corrió por
segunda vez en aquella noche, notando cómo el otro también se corría en su
interior.
HeeJun,
respirando todavía entrecortado y con su cuerpo totalmente laxo sobre la cama,
notó cómo el otro salía de su cuerpo y se tumbaba a su lado en la cama, también
con la respiración entrecortada. La mente del chico todavía se encontraba un
poco nublada por el orgasmo, pero no pudo evitar pensar en cómo la noche no
había sido para nada cómo él la había planeado, pero le había gustado muchísimo
más cómo había salido todo y, sobre todo, le había encantado acostarse con
aquel tío tan buenorro que lo había cautivado desde el principio con una
sonrisa y una mirada y que, después, había jugado con él como le había dado la
gana —y no le importaría que volviera a hacerlo—.
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