miércoles, 25 de septiembre de 2019

[Drabble] NCT Drabbles 4 (Yuta Edition): 하얀 고백 (White Confession) {YuWin}


Título: 하얀 고백 (White Confession)
Autora: Riz Aino
Pareja: YuWin (Yuta + Win Win) (NCT)
Clasificación: PG
Géneros: AU, romance, fluff
Número de palabras: 808 palabras
Resumen: bajo la primera nevada del año, Yuta le confiesas sus sentimientos a SiCheng en tres idiomas diferentes.
Notas: drabble escrito para Pili, que me lo pidió hace milenios.
Comentario de autora: tenía muchas ganas de escribir algo bonito y cuqui porque me encantan las cosas bonitas y cuquis y en este tiempo navideño van pegando. Espero que os guste.

하얀 고백
(White Confession)

            El pronóstico del tiempo había dicho aquella mañana que sobre las siete de la tarde iba a comenzar a caer una copiosa nevada en la ciudad de Seúl debido a la intensa bajada de las temperaturas que se colocaban bajo cero y a la borrasca que se cernía sobre la mitad norte del país, la primera nevada de aquel invierno, la nevada que Yuta había estado esperando desde hacía demasiados meses por ser aquella que cumplía deseos, por ser aquella que unía relaciones para siempre. El chico siempre había sido bastante romántico y, aquello le había parecido algo maravilloso, algo que podía intentar usar para hacer la declaración más romántica que nadie jamás habría pensado con anterioridad.

            Porque Yuta quería declararle su amor a su novio de la forma más romántica que se pudiera pensar.


            SiCheng había entrado en su vida hacía ya algunos años y primero habían sido amigos, se habían conocido, habían compartido momentos maravillosos juntos y algunos no tan maravillosos. Poco a poco, habían comenzado a aparecer otro tipo de sentimientos entre ellos, mucho más profundos y mucho más ardientes que los que debían tener siendo simplemente amigos. Por ese motivo, después de hablarlo, acabaron saliendo juntos y pasando grandes momentos el uno al lado del otro, mucho más intensos y mucho más preciosos que los que habían compartido cuando solo había amistad entre ellos. SiCheng había entrado en su vida y la había revuelto, la había puesto patas arriba y se había introducido en ella de tal forma, que Yuta ya no se imaginaba su vida sin él en ella.

            No obstante, aquello era algo que todavía no le había podido decir a SiCheng, porque Yuta estaba esperando al momento oportuno para ello, estaba esperando para crear el momento más romántico y así poder decirle lo enamorado que estaba de él.

            Por eso, Yuta había esperado hasta que la primera nevada del invierno cayera sobre la ciudad de Seúl para preparar una pequeña cita en la azotea del edificio en el que ambos vivían desde esa primavera. SiCheng no había estado muy de acuerdo con aquello porque prefería estar en el calor del interior, pero ante la ilusión que había mostrado Yuta con aquella cita, al final no había podido negarse a ella y había aceptado subir a la azotea en cuanto terminara del trabajo y llegara al piso, haciendo al mayor la persona más feliz del mundo.

            Eran pasadas las siete de la tarde cuando comenzó a nevar, primero de forma leve y con los copos de nieve ni siquiera llegando al suelo, convirtiéndose en gotas de agua a mitad de camino, pero poco a poco empezó a nevar de forma más copiosa y los tejados de los edificios no tardaron en volverse de color blanco, haciendo que la romántica escena que Yuta había preparado para su gran confesión estuviera completamente lista para la hora en la que SiCheng volvería a casa del trabajo. Yuta subió a la azotea cuando casi daban las ocho de la tarde, el momento en el que su novio solía regresar a casa y no tuvo que esperar en el lugar demasiado tiempo a que éste llegara, con las orejas y la nariz totalmente rojas por el frío que hacía allí fuera, haciendo que Yuta se sintiera un poco mal por hacerlo pasar más frío del necesario por aquello.

            Sin embargo, ya todo había sido preparado y Yuta no iba a desaprovechar aquella oportunidad de oro, completamente romántica, para expresar sus sentimientos por el menor. Por ese motivo, antes de que SiCheng pudiera preguntar el motivo por el cual le había pedido subir allí aquella mañana, Yuta se acercó a él y le dio un corto beso en los labios después de bajarle un poco la bufanda.

            Saranghaeyo —murmuró en primer lugar, en la lengua en la que ambos se comunicaban—. Ai shiteru —siguió, en su lengua materna—. Wo ai ni —dijo en último lugar, en la lengua de SiCheng, esbozando una sonrisa, un gesto que fue correspondido por SiCheng poniendo los ojos en blanco.
            —Cursi —le dijo, para después darle un beso, sonriendo dentro de éste—. Yo también te quiero.



No hay comentarios:

Publicar un comentario