sábado, 7 de septiembre de 2019

[One Shot] Ask Drabbles 7: Time for Confession {SinBin}


Título: Time for Confession
Autora: Riz Aino
Pareja: SinBin (SinB + Moon Bin) (GFRIEND + ASTRO)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, college, romance, drama, humor, fluff
Número de palabras: 1.606 palabras
Resumen: Bin lleva demasiado tiempo enamorado de su mejor amiga.
Notas: el título del fic es una mezcla de los títulos de dos canciones, Time for Moon Night de GFRIEND y Confession de ASTRO.
Comentario de autora: me parece super bonita la amistad que tienen estos dos niños desde hace tantísimo tiempo y, la verdad, es que no podía resistirme a escribir algo sobre ellos así cuqui. Espero que os guste.

Time for Confession

            —¿Cuánto tiempo hace que la conoces? —le preguntó su amigo ChanWoo, sobresaltándolo. Bin se había quedado completamente embobado mirando a EunBi cuando ésta había entrado a la cafetería con sus nuevas amigas de clase—. ¿Llevas como… no sé… diez años?

            Bin miró a su amigo durante unos segundos y después buscó en algún rincón de su memoria desde hacía cuanto tiempo conocía a la chica. No tardó mucho en dar con la respuesta.


            —Vivíamos uno en frente del otro —le respondió al chico—, así que… supongo que… ¿casi desde siempre? —terminó con una pregunta que hizo suspirar a ChanWoo.
            —¿Y desde cuando llevas enchochado con ella?
            —No estoy enchochado con ella —replicó Bin, indignado.
            —Por favor… te conozco desde hace ya dos años y te he visto babear por ella cada vez que está en la misma habitación que tú —dijo ChanWoo—. Y si no está en la misma habitación que tú hablas de ella y se te pone esa cara de gilipollas enamorado que tanto odio —el chico lo apuntó con su tenedor—. Tú estás muy enchochado y ni se te ocurra rechistarme.

            Bin apretó sus labios en una fina línea y después le bufó a su amigo como si fuera un gato. Odiaba que, en el fondo, tuviera la puta razón. Estaba muy enchochado de EunBi desde hacía muchísimos años, desde que estaban en el instituto, todavía en la escuela media, cuando ella iba a un instituto todo de chicas y él iba al de solo de chicos que estaba unas calles más allá. Siendo amigos y viviendo en el mismo bloque, ambos hacían el camino de ida y vuelta juntos, Bin la dejaba en la puerta de su instituto y luego al volver la recogía porque le pillaba de camino del suyo. En aquel tiempo, sus compañeros de clase en sus respectivos institutos murmuraban que estaban saliendo juntos por aquello y Bin nunca negó ni afirmó nada porque, en el fondo de su corazón quería que tuvieran razón y que realmente estuvieran saliendo.

            —Llevo desde los quince enamorado de ella… —dijo al final.
            —Pues ya va siendo hora de que le digas algo, ¿no crees? —replicó ChanWoo—. Ya la has visto tener algunos novios, ¿vas a dejar que conozca al hombre de su vida y ser su amigo por toda la eternidad? —el corazón de Bin se encogió ante el pensamiento de aquello. No lo podría soportar—. Eres mi amigo y no quiero que te hagas ese daño, así que, cógela un día por banda, dile lo mucho que la quieres y reza porque sea benevolente contigo y no juegue con tus sentimientos antes de decirte que ella también está enchochada contigo desde los quince.
            —EunBi no está… —comenzó a replicar Bin, pero su amigo le chistó y luego le hizo el signo de que cerrara su boca como si fuera una cremallera.
            —¿Qué he dicho de replicarme? —le dijo—. Tú hazme caso.

            Obviamente, Bin no estaba seguro de que aquello fuera lo que debía de hacer porque si le confesaba sus sentimientos a EunBi y ella no sentía lo mismo, su amistad de toda la vida se iría a la mierda y eso no era lo que él quería. No obstante, tal y como había dicho ChanWoo, ya la había visto tener algunos novios —y él mismo había tenido novias para tratar de olvidarla— y le había dolido demasiado el pecho cuando estaba con ellos, así que, no sabía cómo le iría cuando ella decidiera que quería que alguno de sus próximos novios como pareja estable.

            Quizás… después de tantos años… era tiempo de una confesión.

~

            Decir que Bin estaba nervioso aquel día era ridiculizar cómo se sentía en realidad, porque el chico era un manojo de nervios que apenas podía sostenerse en pie y su corazón latía demasiado rápido dentro de su pecho, mientras un sudor frío recorría su espalda. Tenía que estar blanco como la pared, pero no quería coger el móvil para mirarse porque le daba miedo de la imagen que podía encontrarse al hacerlo. Estaba, literalmente, a punto de desfallecer de los nervios… pero aquel día se había propuesto confesar de una vez por todas sus sentimientos a EunBi y, viendo cómo se estaba poniendo, lo tenía que hacer sí o sí porque no quería pasar por aquel trago más veces. Simplemente le tendría que mandar un mensaje a la chica para quedar en algún momento del día y soltarle todo lo que llevaba en su interior desde hacía tanto tiempo.

            Ojalá ChanWoo tuviera la razón, como la tenía en casi todo, y todo saliera bien… porque no sabía si podría vivir sabiendo que EunBi lo odiaba si aquello al final no acababa como quería que acabase.

            —Bin… ¿estás bien?

            El chico se giró inmediatamente al escuchar aquella voz tan conocida resonar en el vacío pasillo de la facultad, encontrándose al hacerlo a EunBi con una expresión de preocupación en su rostro que se acentuó al verle la cara. Debía estar hecho unos zorros para haber provocado aquella reacción en la chica, ya que ésta lo había visto en sus peores momentos.

            —Estoy bien… —mintió él, esbozando una sonrisa que trataba de ser tranquilizadora—. Solo algo mareado, pero con sentarme un rato creo que se me pasará —siguió—, iba para sentarme en el banco del final del pasillo.
            —Te ayudo —dijo EunBi inmediatamente.

            La chica caminó hacia él y cuando llegó a su lado le pasó un brazo por la cintura para sujetarlo con fuerza. Su amiga era bastante menuda, pero tenía mucha más fuerza de la que aparentaba y Bin había aparecido muchas veces con cardenales allí donde ésta le había pegado, aunque hubiera sido jugando. Se dejó caer sobre ella lentamente aprovechando su ayuda porque sus piernas parecían de gelatina y después comenzaron a andar hacia el banco, donde la chica dejó que Bin se sentara y luego se sentó ella a su lado.

            —¿Necesitas algo más? —le preguntó EunBi—. Si quieres que te traiga algo dime, mi próxima clase es un coñazo y me gustaría saltármela.
            —Con que te quedes aquí me haces ya un favor —dijo él—, de todas formas, quería hablar contigo de una cosa.
            —¿Qué cosa? —cuestionó la chica, inclinando su cabeza levemente hacia a un lado, con la curiosidad pintada en su mirada.

            Bin desvió sus ojos y decidió que era mucho más interesante observar la pared que se encontraba enfrente antes que mirar a EunBi, sintiendo cómo un nudo se instalaba en su garganta y que le impedía a los sonidos que quería expresar salir de su boca cuando la abría. Odiaba aquella situación, pero hizo todo lo que pudo para calmarse y para bajar aquel nudo. Era EunBi, siempre había podido hablar con ella de absolutamente todo, no podía dejar que el nerviosismo y el temor lo dominasen, simplemente tenía que decirlo y dejar que fuera lo que tuviera que ser. Quizás era más fácil pensarlo que hacerlo, pero Bin tenía que hacerlo, llevaba muchos años sin decir nada y ya era algo que no podía mantener más tiempo oculto.

            —Probablemente no quieras saber nada de mí después de que te diga esto… —finalmente comenzó, después de un rato—, pero… llevo muchos años enamorado de ti… y creo que ya era tiempo de confesarte mis sentimientos…

            Ni siquiera estaba mirando a la chica cuando dijo aquellas palabras, ni quería hacerlo para no ver su expresión de decepción, pero cuando sintió cómo la cabeza de EunBi se instalaba sobre su hombro, no pudo evitar mirar de reojo para ver la expresión que ésta tenía, encontrándose al hacerlo con una sonrisa.

            —¿Te has puesto malo solo porque tenías pensado decirme esto? —le cuestionó la chica. La voz no le volvió a salir del cuerpo, así que, solo asintió con su cabeza—. Eres gilipollas… —murmuró ella—, pero eres mi gilipollas y he tardado muchos años en hacer de ti un hombre de provecho —Bin esbozó una pequeña sonrisa—. Ya me estaba temiendo que no me lo fueras a decir nunca.
            —¿Lo sabías? —cuestionó Bin, sorprendido. EunBi se levantó de su hombro para mirarlo y el chico no huyó su mirada en aquella ocasión—. ¿Tan obvio era?
            —Moon Bin —dijo, poniendo énfasis en cada una de las sílabas que conformaban su nombre—. Te conozco desde hace milenios, claro que sabía que estabas enamorado de mí.
            —Oh… dios… mío…
            —Que sepas que lo sé desde hace años y aún así me he hecho la loca esperando a que te aclarases para decírmelo —comentó—, así que, ahora me debes hacerme la persona más feliz del universo para recuperar todo ese tiempo perdido.

            Bin no pudo evitar la sonrisa que se formó en su rostro al escuchar aquello, con su corazón calmándose lentamente por las palabras de la chica. Sí. La haría la persona más feliz del universo, eso no lo dudaba, porque la quería más que a nadie en el universo.
           

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