jueves, 26 de septiembre de 2019

[Part One] 그러다 봄 (Spring Again) {SeungWooSeok}


Part One

            —¿Qué cojones…?

            WooSeok no terminó de decir la frase siquiera cuando entró al salón de su piso compartido y se lo encontró lleno de gente que no eran sus compañeros. Parpadeó rápidamente, tratando de obligar a sus ojos a trabajar y enfocar mejor, ya que se había olvidado las gafas en la habitación, encontrando una cara conocida entre el mar de críos de instituto que poblaban su salón y jugaban con la switch de SeungYoun: el hermano menor de HanGyul, DoHyon. WooSeok emitió un suspiro exasperado que no fue escuchado por ninguno de los presentes debido a la algarabía y se llevó una mano a la frente dramáticamente, comenzando a notar dolor de cabeza. Tenía que volver a cambiar la contraseña para entrar al piso y, sobre todo, tenía que vigilar a HanGyul para que éste no se la diera a su hermano, así, se ahorrarían tenerlo apalancado en su salón con sus amigos sin aviso alguno.


            —¡Niños! —gritó, llamando la atención de los cuatro adolescentes que se encontraba en el lugar. Todos giraron su cabeza hacia él, olvidando el juego con el que estaban en el momento en el que lo vieron—. ¿Cuántas veces os tengo que decir que este piso no es el lugar de vuestras quedadas para jugar? —cuestionó. Probablemente había dicho aquellas mismas palabras al menos en otras cinco ocasiones a lo largo de aquel mes de abril que todavía no había finalizado, pero estaba a punto—. ¿Y cuántas veces te tengo que decir que no vengas al piso sin avisar, Lee DoHyon? —siguió, centrándose en el muchacho más alto de los que estaban allí.
            —Le he mandado un mensaje a mi hermano —replicó éste con una sonrisa inocente, intentando ocultar que no era para nada inocente en realidad.
            —¿Y te ha respondido? —cuestionó WooSeok, alzando una ceja suspicazmente.
            —No… —murmuró el chico.
            —Bien, para que cuente en acta —comentó WooSeok—. Si tu hermano no te responde al mensaje, no puedes presentarte aquí, así que, recogedlo todo y salir cagando leches del piso.

            Protestas generalizadas se dejaron escuchar en el salón de boca de todos los adolescentes presentes, pero tras una mirada más que seria de WooSeok, comenzaron a recoger todo lo que habían puesto por medio sin decir ni mu. El chico los observó desde el quicio de la puerta y, cuando acabaron de guardarlo todo, los invitó con un gesto a salir de allí, abriéndoles incluso la puerta de entrada. Leves protestas se escucharon de nuevo, pero diligentemente todos se colocaron sus deportivas y cogieron sus mochilas para ir a clase, para salir del piso después, con las cabezas gachas y continuando con los refunfuños dichos entre dientes.

            —Voy a cambiar la contraseña de nuevo la contraseña —anunció WooSeok una vez se estaban montando en el ascensor—. Y esta vez me voy a asegurar de que tu hermano no te la dé —amenazó levemente cuando las puertas de metal estaban casi cerradas, ganándose un grito delfiniano de frustración en respuesta.

            WooSeok sonrió para él mismo mientras volvía a entrar al piso y cerraba la puerta de éste, sabiendo que había tenido una pequeña victoria con aquello, aunque todavía no había ganado la guerra.

Se dirigió entonces a su cuarto para comenzar a arreglarse para salir a la facultad y, dándole vueltas a todas las decisiones que había tomado en su vida que lo habían llevado a compartir piso con el par de idiotas con los que vivía —y el resto de personas que entraban y salían de él de forma esporádica— se vistió y recogió todas sus cosas en un periquete, estando listo en unos minutos. No tenía prisa realmente, porque los niños con la algarabía que habían montado en el salón lo habían despertado más temprano de lo normal, pero aún así, decidió ese día no usar lentillas y simplemente colocarse sus gafas, porque le esperaba un largo día en la facultad.

            Con su mochila llena de libros echada al hombro, WooSeok salió del piso y se entretuvo unos momentos en cambiar la contraseña del piso de “0503” a “0827” para que DoHyon no pudiera volver a entrar sin avisar y les mandó a SeungYoun y HanGyul la nueva combinación a través del grupo del piso con la advertencia de no darla bajo ninguna circunstancia o se atendrían a las consecuencias. Una vez hecho eso, se colocó los auriculares y buscó en melon Cherry blossom ending —porque no era primavera para él sino escuchaba la canción al menos un par de veces al día— antes de meterse en el ascensor y emprender el camino a la facultad.

            Ya sentado en el bus miró todos los mensajes que le habían llegado mientras iba a la parada que estaba cerca del piso y respondió a los mensajes de HwanHee y YeIn sobre el trabajo que debían entregar en unas semanas, ya que tenían que quedar para hacerlo en conjunto antes de que YeIn comenzara a volverse loco por estudiar para los exámenes. También le mandó un mensaje a JinHyuk para preguntarle si iba a comer con él a medio día o lo iba a abandonar a su suerte como llevaba haciendo el resto de la semana y, tras eso, se dedicó a tratar de no quedarse dormido en el trayecto a la facultad.

            Cuando se detuvo en la cafetería que había cerca del campus para pedirse un café cargado que lo despertara durante las siguientes horas, le llegó un mensaje de HwanHee pidiéndole que, ya que había llegado temprano, cogiera un par de libros que les podían hacer falta para el trabajo y los sacara de la biblioteca para ojearlos durante la primera aburrida hora de clase. WooSeok estuvo muy tentado a responderle mandándolo a la mierda porque no tenía ganas de entrar a la biblioteca, pero en última instancia tenía razón, así que, simplemente accedió y, café humeante para llevar en mano, se dirigió a la biblioteca de la facultad. Para cuando llegó a la puerta de la biblioteca, WooSeok ya se había bebido el café por completo y había tirado el envase en la papelera más cercana antes de entrar.

            Con su cabeza pegada al móvil buscando las signaturas de los libros que necesitaba coger, el chico entró en el lugar y comenzó a recorrer los pasillos de ésta hasta encontrar las estanterías que guardaban los libros que necesitaba. Todavía tarareando en su cabeza Cherry blossom ending, a pesar de que ya hacía bastante rato que había dejado de escuchar música, rozó con la yema de sus dedos los lomos de los libros, mirando sus signaturas hasta que encontró los que necesitaba y los tomó de sus correspondientes baldas. Libros en mano, el chico cogió su cartera y sacó su carnet de la universidad para poder llevarse los libros a la clase, dirigiéndose después a la máquina habilitada prácticamente a la entrada de la biblioteca, justo antes de los arcos de seguridad para que el lector le apuntara en su carnet los libros sacados; sin embargo, la máquina no parecía estar por la labor, ya que, aunque lo intentó varias veces, le dio error.

            Suspirando profundamente, WooSeok se dio la vuelta y fue hacia la mesa desde la cual trabajaban los bibliotecarios, lugar en el que se encontró al chico más guapo que jamás había visto en toda su vida.

            Altísimo, de espalda ancha y cintura estrecha, con unas piernas largas que desafiaban todas las reglas del universo, pelo negro azabache cayendo desordenadamente sobre sus ojos oscuros y rasgados, nariz alta y larga, y unos labios finos que eran absolutamente besables y piel blanca y fina. Literalmente era perfecto, por lo que WooSeok se quedó embobado durante unos segundos, observándolo, hasta que salió de su ensimismamiento porque su móvil vibró en el bolsillo de su pantalón por una notificación. El chico tragó saliva, su garganta completamente seca, antes de acercarse a la mesa para tenderle los libros a aquel ser de otro mundo, porque estaba claro que de la tierra no podía ser tal belleza.

            —Mmmm… la… máquina no… funciona… —murmuró con nerviosismo, subiéndose las gafas por el puente de la nariz.
            —No te preocupes —respondió el dios bajado a la tierra—. Para eso estamos, dame tu carnet.

            WooSeok le tendió también su carnet y sus dedos se rozaron al cogerlo. El chico trató de no dar ningún respingo ni sonrojarse como el adolescente que ya hacía años que había dejado de ser, calmando también su corazón, que había decidido comenzar a dar botes dentro de su pecho como si aquello fuera lo más maravilloso del universo. WooSeok se tuvo que recordar que tenía que respirar cuando el otro le dedicó una sonrisa encantadora que provocó que sus ojos se cerrasen en medias lunas cuando le tendió de nuevo los libros y el carnet.

            —Espero que tengas una buena lectura de estos libros, Kim WooSeok —le dijo… y ese fue el momento exacto en el que el corazón del chico se volvió completamente loco.

~

            —Hola JunHo, ¿tus padres no te echan de menos? —dijo SeungWoo a modo de saludo al chico que se encontraba apalancado sobre su sofá cuando llegó a casa.
—Sabes que no, hyung —respondió el chico con una sonrisa que no le llegó del todo a los ojos.

SeungWoo asintió levemente porque sabía el motivo detrás de aquella triste sonrisa. JunHo pasaba el tiempo en su piso porque realmente en su casa no había nadie —sus padres demasiado ocupados con sus continuos viajes de negocios como para pasar algunos días en casa cuidando de su hijo adolescente— y, para él, era mucho mejor pasar el tiempo en aquel lugar junto a su novio YoHan que solo. Muchas veces, SeungWoo se cuestionaba si en lugar de estar viviendo solamente con YoHan, también lo estaba haciendo con JunHo, por todo el tiempo que el chico estaba en aquel lugar… pero hasta que no pagara las facturas, no sería oficial —cosa que esperaba que sucediera por fin la primavera del siguiente año, cuando JunHo comenzara la universidad y se fuera definitivamente con ellos a vivir—.

SeungWoo se acercó a JunHo y luego le revolvió el pelo con cariño, ganándose por hacerlo un puchero en los labios del otro y unos dedos rápidos clavándose en su estómago en venganza.

—Cada vez te estás tomando más confianzas… —murmuró, en forma de advertencia, pero bromeando después de todo.
—Eres mi hyung favorito —replicó el chico, con una sonrisa tímida.
—Zalamero.

La sonrisa de JunHo se hizo mucho más amplia, provocando que SeungWoo negara con la cabeza y pusiera los ojos en blanco porque sabía que era una persona muy fácil y aquel niño lo tenía ganado con cuatro palabras bonitas que le dijera. Después de revolverle el pelo de nuevo, salió corriendo del salón para no darle tiempo a replicar su respuesta y se metió en su habitación para soltar su mochila sobre el suelo de forma descuidada y tirarse en la cama como un peso muerto.

No había sido un día especialmente agotador, pero estaba cansado porque había tenido que estar mucho antes de que comenzaran sus clases en la biblioteca de la facultad, haciendo unas pequeñas prácticas —ya que era su último año de universidad y todos los de su carrera tenían que pasar mínimo un mes a lo largo de todo el curso ayudando en aquel lugar— y SeungWoo estaba realmente muerto por todas las horas que había estado allí, en sus clases y en la biblioteca. Lo único que había hecho que su día no hubiera sido una mierda por completo había sido que a primera hora la máquina que los alumnos usaban para sacar libros sin molestar a los bibliotecarios no había funcionado de forma correcta y, por ello, a pesar de que normalmente lo hubiera molestado de sobremanera porque habría significado más trabajo para él, había podido conocer a un chico precioso.

Kim WooSeok se llamaba aquel chico, por lo que había podido ver en su carnet de la universidad cuando éste se lo había tendido, y a SeungWoo el nombre se le hacía bastante conocido, pero no podía localizar el por qué le sonaba tantísimo. No obstante, no le había dado demasiadas vueltas a aquello porque lo que había estado pensando una y otra vez había sido en lo realmente guapo que era aquel muchacho.

Tenía el rostro muy fino, con una mandíbula marcada y afilada, unos ojos oscuros encantadores y cautivadores medio ocultos tras unas gafas redondas que parecían ser casi más grandes que su rostro. Sus rasgos eran bastante delicados y completamente atractivos y SeungWoo, sobre todo, se había fijado en sus labios, en los que había estado pensando todo el día. No había prestado siquiera especial atención en sus clases, algo bastante raro en él, que siempre estaba atento y era el que mejor llevaba los apuntes de toda su promoción —le había dado cosa pedirle a SeungSik que lo ayudara a rellenar sus huecos con sus apuntes y SeJun se había estado riendo de él durante todo el almuerzo mientras lo veía copiar con ansia entre bocados—.

            SeungWoo estaba un poco preocupado porque nunca antes se había sentido así de atraído por un chico desde el primer momento, tan fuerte, sin saber absolutamente nada de éste, por lo que era algo raro para él, así que, esperaba poder seguir viéndolo por la biblioteca o la facultad y tratar de conocerlo para así comprobar el por qué se estaba sintiendo de aquella forma.

            ¡Hyung! —la voz de YoHan llamándolo, seguido de unos golpecitos en la puerta de su habitación lo sacaron de sus pensamientos. Giró su cabeza hacia ésta, descubriendo la cabeza del chico asomando por el hueco, con una sonrisa que dejaba ver sus dientecillos de conejo—. Vamos a pedir para cenar —lo avisó—. JunHo quiere chino, pero yo quiero mexicano, ¿tú qué quieres para desempatar?
            —Mmmmmm… —SeungWoo pensó en lo que había comido en los últimos días y en lo que más le apetecía aquella noche—. Pues a mí lo que me apetece es pizza —respondió al final.
            —Bien —dijo YoHan, exasperado, dejando caer su cabeza sobre el marco de la puerta—. ¿Por qué no podemos ponernos nunca de acuerdo?
            —Te dije que no iba a querer ninguna de las dos cosas —comentó la voz de JunHo, cada vez más cerca hasta que asomó también por la puerta de su habitación—, y que al final lo tendríamos que echar a suertes, como siempre.
            —No sé si me alegra que JunHo sepa más de mí que me conoce desde hace un año que tú, que me conoces desde que eras un enano de parvulario —murmuró SeungWoo, haciéndose el ofendido.
            —Sigues siendo mi hyung favorito, después de todo —comentó el menor, guiñándole un ojo.
            —¿Y yo qué soy entonces? —le cuestionó YoHan al otro chico, girándose hacia él, con signos visibles de ofensa real en su expresión.
            —Tú eres mi novio favorito, por supuesto —replicó JunHo, con una de sus encantadoras sonrisas en su rostro.
            —Ah… ¿pero que tienes más aparte de mí? —cuestionó el chico, cruzándose de brazos.
            —Bueno, bueno —dijo SeungWoo, levantándose de la cama con un poco de esfuerzo porque le dolía todo el cuerpo—, aquí la cuestión no es cuántos novios tenga o deje de tener JunHo —YoHan puso los ojos en blanco ante aquello—, lo importante es ¿qué vamos a comer esta noche? Porque yo estoy que me muero de hambre y mañana me tengo que volver a levantar al amanecer, así que, me tengo que ir a dormir en breves.

            Ambos lo miraron durante unos momentos, como si todavía quisieran seguir adelante con aquella pelea tonta, pero después asintieron a aquello al unísono… y, al final, acabaron pidiendo chino.

~

            —¿Sabéis que el chico guapísimo que está ordenando los libros allí no para de mirar a nuestra mesa? —cuestionó HwanHee, rompiendo el silencio que se había instalado entre ellos mientras leían y subrayaban partes interesantes para su trabajo—. Es como si tuviera interés en alguno de nosotros.

            WooSeok se sobresaltó al escuchar aquello, incapaz de seguir leyendo la frase en la que lo había pillado, porque cuando habían entrado a la biblioteca aquella tarde para darle un buen avance al gigantesco trabajo grupal que tenían entre manos, ya se habían fijado en aquel “chico guapísimo” porque éste los había saludado —bueno, más bien lo había saludado a él— y desde ese mismo momento, HwanHee había estado con el cachondeo… un cachondeo que había seguido YeIn también al ver cómo eso en especial hacía que él se pusiera nervioso y WooSeok no sabía si lo mejor era abrir un hoyo en la tierra y esconderse lo más profundo que pudiera o asesinar lentamente a sus amigos para seguir viviendo tranquilo.

Porque aquel “chico guapísimo” era el mismo que hacía tan solo una semana le había sacado los libros cuando la máquina no había funcionado a primera hora de la mañana, el mismo que había hecho que el corazón de WooSeok quisiera salirse de su pecho de lo fuerte que había comenzado a latir dentro de éste cuando sus dedos se habían rozado o el otro lo había llamado por su nombre.

            —Sabes que mira a WooSeok —dijo YeIn en respuesta—, no es que tenga interés en ninguno de nosotros dos.

            WooSeok agachó la cabeza y pegó la nariz al libro que estaba leyendo tratando de hacer como si no los escuchara y como si aquello no le importara lo más mínimo, tratando también de ocultar el sonrojo que se había instalado en sus mejillas y en la punta de sus orejas, aunque a aquellas alturas de la vida pareciera una tarea completamente imposible.

Si hubiera sabido que aquel chico estaba en el lugar esa tarde y que lo saludaría al verlo, WooSeok no habría propuesto seguir con el trabajo en la biblioteca, porque su corazón no había estado preparado para que éste se acordara de él y lo saludara de aquella forma completamente encantadora. Porque WooSeok estaba acostumbrado a tener crush con la gente, pero estos no habían sido nunca tan intensos desde el momento cero y mucho menos sus crushes le habían dado bola de aquella forma.

            —Cierto, aunque ni tú ni yo tenemos nada que envidiarle a este niño —replicó HwanHee, señalando levemente con su cabeza a WooSeok—. ¿Creéis que si le pedimos que nos busque un libro lo hará?
            —Si se lo pide WooSeok segurísimo —dijo YeIn, riendo y llamando así la atención de las personas que se encontraban a su alrededor en la biblioteca, que le chistaron para que se callara—. Lo siento —susurró, pidiendo perdón por haber hecho ruido.
            —Esto ha sido una señal para que os calléis la boca —aprovechó para decir WooSeok, todavía sin levantar la cabeza del libro—. Tenemos que terminar al menos tres páginas más hoy si queremos terminarlo pronto y que no nos estorbe cuando empiecen los exámenes.
            —No creía que te importara tantísimo acabar el trabajo pronto —murmuró HwanHee—. ¿O quieres que nos callemos porque puede que el chico nos escuche burlarnos de ti porque te gusta?

            WooSeok sacó por fin la cabeza del libro que llevaba unos minutos usando de escudo y lo cerró con fuerza, llamando la atención de media biblioteca por el ruido que había causado, reverberando este en las paredes. Al chico no le importó, no obstante, porque aquella tarde ya había acabado demasiado harto de gilipolleces y de que sus “amigos” —a aquel paso iba a tacharlos de la lista de sus amistades— no pararan de molestarlo con ese tema. WooSeok nunca había tenido los niveles de paciencia demasiado altos y con nada la perdía… aquella tarde había aguantado lo suficiente porque había sentido la mirada clavada del chico de la biblioteca en él desde el primer momento y no había querido replicar como siempre lo había hecho. Pero ya estaba sumamente harto.

            Les dedicó a YeIn y HwanHee una mirada de odio absoluto y después recogió sus cosas con movimientos rápidos, no dándoles tiempo a decir ni una sola palabra a sus amigos, para después levantarse de la mesa, colgarse la mochila sobre el hombro y emprender el camino hacia el exterior, siendo plenamente consciente de que todo el mundo lo estaba mirando por la escena que se acababa de montar —siendo plenamente consciente de que él también lo estaba mirando—. WooSeok trató de no pensar en ello y seguir su camino, aunque fuera una tarea prácticamente imposible.

            Su intención era salir lo más dignamente posible de la biblioteca y cerrar la puerta a sus espaldas antes de echar a correr hacia su piso como si alguien lo persiguiera, pero parecía que todos los planes que estaba haciendo aquel día, ya que antes de llegar a la puerta, allí donde las estanterías llenas de libros finalizaban, se cruzó una persona en su camino contra la que chocó de bruces. WooSeok se pegó en la frente con una barbilla dura como el hierro y se tambaleó hacia atrás, recuperando su equilibrio en el último momento, antes de dar todavía más el espectáculo. Con un dolor horrible en la frente y el ceño fruncido, enfadado con aquel extraño que se había cruzado con él, levantó su vista para dedicarle la mirada más asesina que había en su repertorio, encontrándose al hacerlo a su amigo JinHyuk con ambas manos sobre su barbilla y mirándolo totalmente indignado.

            —Me va a salir un cardenal —le dijo JinHyuk.
            —Y a mí un chichón —replicó WooSeok.
            —Entonces estamos en paz —comentó el otro con una sonrisa—. ¿Adónde ibas sin mirar?
            —Fuera —contestó rápidamente, sin querer dar muchas explicaciones porque lo único que quería era salir de allí cuanto antes mejor. Ya hablaría con él en alguna otra ocasión… como… nunca.
            —¿No habías quedado con YeIn y HwanHee para hacer un trabajo? —le cuestionó el otro, frunciendo su ceño, confuso.
            —Había —contestó, cortante—, en pasado. ¿Tú no habías quedado con DongYeol para enseñarle el noble arte de traducir poemas chinos?
            —Ese “había” ha sonado raro… —murmuró JinHyuk, entrecerrando sus ojos y mirándolo con sospecha—, pero no voy a preguntar nada… por ahora —WooSeok agradeció internamente que ese día su amigo fuera una persona decente—. Y DongYeol se ha ido con el novio emo que se ha echado a dar una vuelta y me ha dejado tirado, así que, he venido a echarle una mano en la biblio a uno de mis sunbaes porque no tenía nada que hacer.
            —Muy bien —replicó WooSeok—. Ve a ayudar a tu sunbae, que yo me voy ya. Hasta otro día —le dedicó una pequeña sonrisa y luego pasó de largo, saliendo de una vez por todas de la biblioteca. No volvería a entrar a ella en lo que quedaba de semestre.

~

            —SeungWoo hyung —una voz conocida lo llamó y SeungWoo levantó su mirada de los folios que tenía delante, encontrándose a JinHyuk, un chico que estaba un par de cursos por debajo en su misma carrera—. Te estaba buscando.
            —¿Qué sucede? —le cuestionó.
            —Tengo una pregunta muy importante que hacerte, hyung —dijo el chico, moviendo la silla que había frente a él y sentándose a la mesa—, y es imperativo que me respondas con sinceridad.
            —Si vienes para preguntarme si te puedo prestar mis apuntes de Literatura China Antigua, de la época de la dinastía Tang, mi respuesta es no —replicó antes de que el muchacho pudiera decir nada.

            Muchos alumnos de cursos inferiores habían ido en su busca para tener acceso a dichos apuntes de forma rápida y fácil, puesto que el profesor que se encargaba de dar esos temas de la asignatura era realmente un coñazo y apenas había personas que consiguieran mantenerse despiertos en sus clases y puesto que en la dinastía Tang había un florecimiento de la cultura y la literatura abundaba era demasiado entretenido confeccionarse unos apuntes propios de ese periodo buscando en la biblioteca. SeungWoo había sido de los pocos que había podido prestar atención —no sin mucho esfuerzo por su parte y muchos cafés tomados a primera hora de la mañana— y había sacado unos apuntes que lo habían llevado a tener una matrícula de honor en una asignatura que la gente solía aprobar por los pelos y gracias a los profesores que impartían los demás periodos, por eso, muchos alumnos de cursos posteriores al enterarse de la noticia, acudían a él para que los salvara.

            —No, hyung, no venía por eso —dijo JinHyuk, negando con sus manos y su cabeza—. Venía porque unos amigos me han comentado una cosa super interesante y quería confirmar si era verdad.
            —A ver… —le dijo, pidiéndole que se explicara.
            —El otro día, mis amigos YeIn y HwanHee me comentaron que parecía haber una especie de tensión sexual no resuelta entre mi otro amigo WooSeok y tú —respondió el chico—, y queríamos saber si era verdad o no para tomar cartas en el asunto o hacer como si esto no hubiera pasado jamás.

            SeungWoo se puso en tensión al escuchar el nombre de WooSeok, sabiendo perfectamente que se refería al mismo WooSeok con el que él tenía un crush. Hacía dos o tres días el muchacho había estado en la biblioteca con unos chicos haciendo un trabajo y él no había podido evitar pasarse el rato observándolo, sabiendo perfectamente que sus miradas habían sido captadas por los acompañantes de éste y que dichos acompañantes habían debido estar hablando sobre él porque no hacían más que mirar en su dirección y poner cada vez más incómodo a WooSeok hasta que el chico se había ido de la biblioteca y en el camino se había cruzado con JinHyuk y habían estado un rato charlando. Desde ese mismo momento en el que SeungWoo se percató por fin del motivo por el cuál le sonaba el nombre del chico, se había estado debatiendo sobre si preguntarle a JinHyuk o no por él. Lo había desechado porque no quería parecer desesperado y porque no sabía si el otro se había sentido como mínimo un poco atraído por él para poder mover ficha… pero allí estaba JinHyuk, preguntándole por si era verdad que había tensión sexual entre ellos cuando literalmente se habían dedicado dos palabras.

            —No sé a qué te refieres con lo de tensión sexual —decidió comenzar a decir—. Solo he hablado con tu amigo una vez.
            —Pero sabes quién es —JinHyuk levantó una de sus cejas y continuó, con tono sugerente—, eso es porque tienes interés en él.
            —Sí… sé quién es… —dijo—, lo ayudé con unos libros hace unos días y lo saludé al recordarlo cuando vino aquí con sus amigos poco después.
            —¿Y las miraditas que le lanzabas? —cuestionó.
            —¿Es delito admirar la belleza ajena? —respondió SeungWoo con una pregunta.
            —O sea… que te parece guapo —dijo JinHyuk.
            —Es un hecho que es guapo, Lee JinHyuk… de la misma forma que es un hecho que tú y yo seamos torres que andan —replicó.
            —Total —el chico pareció no prestarle atención alguna a sus últimas palabras—, que te parece guapo y… si tuvieras la oportunidad no te importaría salir con él, ¿verdad?
            —No he dicho eso…
            —Pero si tuvieras la oportunidad no te molestaría —continuó JinHyuk—, porque WooSeok es guapo y, aunque a veces tenga una mala hostia de tres pares de narices, es buena gente y encantador… además, es tamaño bolsillo y cabe en cualquier sitio, así que, es el novio perfecto.

            SeungWoo puso los ojos en blanco, pero no le contestó inmediatamente, comenzando a pensar en sus palabras. La realidad era que no le importaría salir con WooSeok, de hecho, si tuviera la oportunidad de hacerlo, lo haría, más que nada para comprobar cuánto podía latir su corazón como loco por aquel chico antes de darle un infarto o algo por el estilo, ya que nunca antes había sentido nada parecido con un desconocido y le gustaría conocerlo más.

            Hyung… eres un libro abierto —murmuró JinHyuk sacándolo de sus pensamientos de golpe—. Se ve a leguas que te encanta la idea de salir con WooSeok, así que, te voy a dar una oportunidad de oro.
            —JinHyuk… —trató de advertirle, pero no pudo decir más que su nombre.
            —No, no, hyung, escucha y luego decides —lo cortó—. Este viernes vamos a tener una pequeña fiestecilla en el bar en el que trabaja SeungYoun, que es el compañero de piso de WooSeok, y dicho bar está como a tres metros de tu casa, así que puedes pasarte por allí, unirte a la fiesta y hablarle a WooSeok.

            SeungWoo suspiró profundamente. Tal y como JinHyuk le había dicho, era un puñetero libro abierto y estaba realmente encantado con la posibilidad de poder salir con el chico si se daba la oportunidad… pero también tenía un poco de miedo porque no sabía cómo podía reaccionar el otro a todo aquello. No sabía qué era lo que pensaba de él, si se había sentido mínimamente atraído por él o no, o si simplemente era una persona completamente irrelevante —o si lo odiaba porque sus amigos lo habían estado molestando el otro día porque él había sido incapaz de dejar de mirarlo ni un solo segundo—.

            —Sigues siendo un libro abierto, SeungWoo hyung —volvió a comentar JinHyuk, esta vez estirándose sobre la mesa para colocarle una mano sobre el hombro—. WooSeok quizás no es tan fácil de leer como tú, pero tiene una debilidad… se enciende como un farolillo si está cerca de alguien que le gusta y mis amigos me comentaron que se pasó el otro día la tarde totalmente incandescente mientras le daban la lata contigo, así que, estamos muy seguros de que tú también le gustas y por eso queremos echar una mano.
            —No sé por qué no me convence la idea de que me hagas de celestina —murmuró SeungWoo.
            —Bueno… al menos lo has admitido ya de viva voz, algo que es un paso —SeungWoo volvió a poner los ojos en blanco—, y lo hacemos porque los dos estáis muy solos desde hace mucho tiempo y supongo que tendréis amor de sobra el uno para el otro… y lo que no es amor… —añadió levantando una ceja y moviéndola sugerentemente arriba y abajo al pronunciar esas últimas palabras.
            —JinHyuk…
            —Tú pásate, hyung —dijo el chico—. Es este viernes a las nueve… puedes traerte a tus compañeros de piso si quieres para no ir solo y sentirte desplazado.
            —Solo tengo un compañero de piso —replicó, enfocándose en la parte que no lo hacía sentirse incómodo—; además, JunHo sigue siendo menor.
            —¿No vive con vosotros? —cuestionó JinHyuk.
            —Oficialmente no… simplemente es una extensión de YoHan —agregó, esbozando una pequeña sonrisa, contento con el cambio de conversación.

            No sabía si iría o no a aquella fiesta a la que había sido invitado porque tenía muchas cosas en las que pensar antes de lanzarse a la piscina… pero le daría vueltas durante aquellos días para ver qué podía hacer con aquella oportunidad que JinHyuk le había entregado en bandeja de plata.

~

—Entonces… ¿no vas a venir a la fiesta? —le cuestionó SeungYoun, entrando al salón mientras se lavaba los dientes. WooSeok negó con la cabeza—. ¿Es porque irán YeIn y HwanHee y sigues cabreado con ellos? —el chico quiso volver a negar con la cabeza, pero… ¿a quién iba a engañar? Ya sabían todos en su círculo de amigos lo que había pasado en la biblioteca, así que, asintió—. ¿Después de todo lo que he luchado yo para poder convocaros a todos un viernes antes de que empiecen los exámenes para hacer el capullo? —SeungYoun se hizo la víctima… algo que le hubiera salido mejor si no tuviera espuma saliéndole por la boca.
            —Déjalo, ¿no sabes ya que es un muermo? —replicó HanGyul, desde donde estaba tirado en el sofá.
            —Pero es que… ugh… un momento —SeungYoun casi se atragantó con la pasta de dientes, así que se fue corriendo al baño a escupir, volviendo unos segundos después ya sin espuma y cepillo—. Es que, encima de que lo organizo todo, lío a mis compañeros de trabajo para que me cambien el turno para estar libre y pasármelo bien y os voy reuniendo a todos… ¿me vienes con esta gilipollez?
            —Sí —dijo WooSeok, sin el más mínimo remordimiento.
            —HanGyul… tú estás cuadrado, ¿no puedes cogerlo, vestirlo y llevarlo a cuestas hasta el bar? —cuestionó el otro, girándose hacia éste—. Es tamaño de bolsillo, seguro que no te cuesta ni mucho trabajo.
            —Estoy dentro de la media —replicó el chico, antes de que HanGyul pudiera decir nada—. No soy tamaño de bolsillo.
            Hyung… si lo ofendes más no vas a sacarlo de la casa —comentó el menor de los tres—. ¿Es que no has aprendido nada en estos años que lleváis viviendo juntos del manual de cómo tratar a Kim WooSeok si quieres algo de él?
            —Gracias… —murmuró WooSeok.

            En ese momento, SeungYoun y HanGyul se enzarzaron en una mini discusión sobre cómo hacerle salir del piso y WooSeok decidió desconectar de ella, como desconectaba generalmente de lo que hablaban aquellos dos. Todavía se seguía replanteando todas las decisiones de su vida que lo habían llevado a compartir piso con esos dos idiotas… y no sabía si estaba seguro de haber tomado la decisión correcta al irse con ellos. Se le habían planteado muchas opciones, podría haberse ido a vivir con JinHyuk… aunque aquel piso era mucho más caro y para poder pagárselo se habría tenido que poner a trabajar porque la beca no le habría cubierto aquel gasto; también podría haberse ido a vivir con YeIn y su novio, aunque el novio de su amigo, MinSoo, no le caía especialmente bien —WooSeok había sido siempre el chico más guapo para YeIn porque se conocían desde que estaban en la cuna prácticamente… pero cuando éste había conocido a MinSoo, lo primero que le había dicho sobre él había sido que era mucho más guapo que él y WooSeok no había asimilado todavía no ser el chico más guapo en la vida de YeIn—.

            —WooSeok hyung… —lo llamó HanGyul con su voz grave, haciéndolo salir de sus pensamientos—. Me comentó JinHyuk hyung el otro día que había invitado a una persona muy especial y que quería que todos lo conociéramos… ¿le vas a hacer ese feo a JinHyuk?
            —Eres pérfido y malvado —replicó WooSeok, mirándolo con odio mientras se levantaba del sofá.
            —¿Ves, hyung? Así es cómo se consigue que haga algo que no quiere —escuchó que el chico le decía a SeungYoun cuando él ya había salido del salón en dirección a su habitación.

            WooSeok odiaba terriblemente que supieran cuál era el punto débil de todos sus amigos… porque a los demás los podía partir un rayo y solo se inmutaría un poquito, pero con JinHyuk no era así. Desde que se habían conocido en el instituto, siempre había estado en los momentos malos y no burlándose de él, le debía mucho porque se había comportado como un sol con él cuando WooSeok normalmente era borde por naturaleza con todo el mundo. No hacía preguntas cuando sabía que eran incómodas, no hacía bromas pesadas y eso era algo que el chico valoraba bastante, así que, si JinHyuk había pedido que todos estuvieran allí, él iría.

            No tardó mucho en arreglarse porque simplemente se colocó unos vaqueros negros rotos y una camiseta a la sisa también negra. Iban a ir al bar en el que trabajaba SeungYoun a comer y beber, no iban a hacer nada más, así que, con aquello iba perfecto.

            —Nos podemos ir cuando queráis —comentó, asomando su cabeza por el salón después de peinarse con los dedos un poco delante del espejo—. Yo ya estoy.
            —No tarda ni cinco minutos en vestirse y parece un dios griego —murmuró HanGyul—, me paso yo tres horas delante del espejo y sigo pareciendo un viejo de treinta tacos, aunque acabo de cumplir los veinte.
            —Acepta tu edad —dijo SeungYoun, yendo hacia la puerta para ponerse las zapatillas.

            WooSeok decidió no prestar atención de nuevo a la pequeña trifulca que sucedió en la entrada cuando HanGyul se levantó del sofá y corrió para saltarle encima a la espalda al otro y simplemente se colocó sus zapatillas negras antes de abrir la puerta. Al hacerlo, se encontró con dos chicos que conocía muy bien, observando fijamente la cerradura de la puerta, enfocando con la linterna del móvil la pantalla, como si de esa forma pudieran saber qué pulsar para entrar al lugar. Los dos se alejaron de la puerta inmediatamente, tratando de poner expresiones inocentes en sus rostros, como si no los acabaran de pillar con las manos en la masa.

—¿Qué coño hacéis vosotros dos aquí? —cuestionó WooSeok.
—Me he vuelto a pelear con papá y mamá… —murmuró DoHyon, rascándose con una mano la nuca y mirando al suelo.
—Y pensaste que podías acoplarte en el piso otro finde más para jugar a la Switch con tu amigo —añadió WooSeok, cruzándose de brazos.
—No quiero decir que tienes razón, hyung, pero tienes razón —dijo el chico, provocando una risita tonta de su amigo EunSang tras él y que WooSeok pusiera los ojos en blanco.
—¿Y por qué ha sido está vez la pelea? —cuestionó HanGyul, escribiendo en su móvil, probablemente comunicándoles a sus padres que su hermano estaba allí para que no se preocuparan.
—He sacado un notable en inglés en este último examen… —murmuró el chico—, y me va a bajar la media del semestre.
—DoHyon… eres prácticamente bilingüe, ¿qué coño? —dijo HanGyul.
            —Y por eso mamá y papá están cabreados conmigo —explicó DoHyon.
            —¿Has pensado que quizás es porque te juntas con el niño más cortito de tu instituto y se te está pegando? —preguntó SeungYoun, señalando con un movimiento de cabeza a EunSang, que no se dio por aludido.
            —Sea por lo que sea —replicó HanGyul—, esta noche no te puedes quedar aquí porque vamos a salir.
            —Pero no puedo volver… —murmuró DoHyon.
            —Puedes quedarte en mi casa —dijo EunSang alegremente—, a mis padres no les importa que te quedes.
            —Entonces arreglado —comentó SeungYoun dando una palmada—. Tú a casa de tu amigo y nosotros nos vamos de fiesta… ¡go, go, go!

~

            —No, no puedo volver a casa este finde al final, DongPyo —murmuró SeungWoo—. Tengo que terminar unos trabajos y en casa no puedo hacerlos porque necesito cosas de la biblioteca… en cuanto acaben los exámenes y den las vacaciones sabes que bajaré a Busan y estaré allí hasta que empiece el semestre de nuevo.
            —Vaaaaaale… —dijo su hermano menor al otro lado de la línea—. Pero que sepas que este verano vas a tener que estar todo el rato conmigo para compensarme por esto.
            —Sí, lo haré —respondió SeungWoo—. Buenas noches, DongPyo.
            —Buenas noches, hyung —murmuró su hermano antes de colgar la llamada.
            —¿No era más fácil decirle a tu hermano que ibas a salir de fiesta hoy y que no te venía bien coger el primer autobús de la mañana antes de mentirle de esta forma? —le cuestionó YoHan a su lado y SeungWoo se preguntó por qué coño lo había invitado a ir con él a aquel lugar. En realidad, sabía por qué, pero se arrepentía al máximo tanto de haber cedido a bajar al bar como le había dicho JinHyuk que hiciera, como de haberle pedido a YoHan que fuera con él para no aparecer allí solo.
            —Es demasiado pequeño para saber que su hermano es un borracho —acabó diciéndole al otro al final.
            Hyung… tu hermano tiene la edad de JunHo y el año que viene va a venirse a estudiar aquí —replicó el chico—. Es lo suficientemente mayor para poder saber que su hermano se va a emborrachar y no va a querer pegarse un viaje de más de cinco horas en bus para volver a casa con resaca.
            —Tendrá la misma edad que tu novio… pero mi hermano aparenta doce años, así que, lo voy a seguir tratando como el bebé que es a no ser que pegue el estirón y se haga más grande que yo, cosa que dudo porque ha salido a mi madre por completo… y aunque sea más alto que yo, lo seguiré tratando como a un bebé —contestó.

            YoHan le puso los ojos en blanco por aquello, pero SeungWoo no le prestó la más mínima atención y siguió caminando por la calle en dirección al bar. Estaba nervioso y asustado por lo que se podía encontrar allí. Sabía que solo iba a conocer a JinHyuk y a YoHan y que, el resto de personas que no conocía, tratarían de hacer de celestinas con él y WooSeok y aquello lo tenía atacado por completo… pero le había dado muchas vueltas en los anteriores días y no iba a haber una oportunidad mejor para poder conocerse y entablar un poco de conversación al menos. Porque los exámenes comenzaban en breves y él ya no podía estar en la biblioteca de la facultad con las prácticas… y las vacaciones de verano eran justo después. SeungWoo no quería perder la oportunidad, no quería que aquello que acababa de empezar terminara tan rápido, sin haber sido capaz de hacer absolutamente nada.

            SeungWoo se detuvo para esperar a YoHan frente a la puerta del local y, mientras, trató de calmarse respirando profundamente una y otra vez. Para cuando el otro llegó a su lado, su corazón seguía latiendo totalmente acelerado, pero se sentía algo más tranquilo.

            —¡SeungWoo hyung! —la voz de JinHyuk llamándolo a gritos fue lo primero que escuchó cuando entró en el lugar.
            —JinHyuk —saludó.
—Ya estaba pensando que no ibas a venir —el chico se levantó de su sitio en las mesas que habían juntado para hacer una larguísima y se acercó a él para ponerle un brazo sobre los hombros y arrastrarlo con él hasta la mesa—. Chicos, hacedme caso —les pidió a sus amigos—. Este es SeungWoo hyung, un sunbae de la carrera

JinHyuk lo presentó y algunos de los chicos le dedicaron saludos, otros ni siquiera prestaron atención a aquello… WooSeok, a su lado, tenía la cabeza agachada. SeungWoo quiso saber si era porque no quería ni verlo o porque estaba tan avergonzado que no podía levantar su cabeza, ya que había varios chicos en el lugar que no paraban de mirarlos fijamente, pasando sus ojos del uno al otro y sonriendo.

—Siéntate aquí —le señaló el asiento que había libre justo al lado de WooSeok—, y dime qué quieres de beber.
—Una cerveza… —murmuró él.
—Marchando una cerveza —dijo JinHyuk alegremente—. Anda, si te has traído a YoHan —comentó, señalando al chico y después echándole el brazo por los hombros cuando se acercó a él—. Ven conmigo a la barra para ayudarme a traerlo todo.

            SeungWoo observó durante unos momentos cómo las dos únicas personas con las que hablaba prácticamente cada día se alejaban de él y volvió a sentirse mucho más nervioso e intranquilo. Estaba allí, ya no podía darse media vuelta y salir corriendo, pero la perspectiva de pasarse toda la noche al lado de WooSeok lo ponía realmente nervioso y no sabía cómo comportarse con él sin parecer estúpido. Suspiró profundamente y decidió que sentarse era lo primero que debía de hacer para no parecer gilipollas, así que, lo hizo, dándose cuenta al hacerlo y mirar de reojo a WooSeok, que éste tenía las orejas y las mejillas encendidas. Las palabras de JinHyuk sobre que el chico se ponía colorado cada vez que estaba cerca de alguien que le gustaba resonaron en su cabeza y, por un segundo, sintió que su corazón dejaba de latir para luego comenzar a latir mucho más rápido y fuerte.

            —Han SeungWoo, la última vez no tuve oportunidad de decirte mi nombre —le dijo al chico, utilizando la adrenalina del momento—. No sabía que eras amigo de JinHyuk.

            WooSeok alzó su cabeza levemente y después miró en su dirección, SeungWoo se quedó sin respiración al ver lo precioso que estaba aquella noche tan de cerca, pero trató de que no se le notara la fascinación y le dedicó una amplia sonrisa, una de aquellas que JunHo le había dicho que lo habían hecho sentir cómodo con él cuando literalmente solo se sentía cómodo con su novio. Los ojos de WooSeok se movieron rápidamente por el local, tratando de no mirarlo, completamente nervioso y SeungWoo decidió que le daría un poco de espacio, quedaba mucha noche todavía por delante, no tenía ninguna prisa.

            Se dedicó entonces a charlar y entablar amistad con alguno de los demás chicos que se encontraban por allí, descubriendo que un par de ellos eran amigos de otros amigos suyos —Seúl era una ciudad enorme y el campus de la facultad era también gigantesco, pero, al final, todos se conocían entre todos—, aunque no dejó de observar de reojo a WooSeok cada vez que tenía la oportunidad, pillando en ocasiones al otro chico observándolo también de reojo. Y la noche fue bastante bien aun cuando no se habían dedicado palabra… hasta que los amigos de WooSeok decidieron tomar cartas en el asunto.

            SeungWoo no se dio cuenta de quién fue porque estaba demasiado ensimismado en una conversación con un tal SeungYoun, pero un momento estaba todo bien y, al siguiente, un vaso se derramaba sobre la mesa y el líquido caía sobre él y sobre WooSeok, empapándolos. Ambos se levantaron con gran rapidez de sus asientos para que la cosa no fuera a mayores, pero no habían podido evitar la desgracia y sus camisetas y pantalones habían sufrido ya la catástrofe.

            —Maldita sea —murmuró WooSeok a su lado—. ¿Quién ha sido?
            —Culpa mía, lo siento —dijo un chico con voz muy grave que se había presentado como… ¿HanGyul?—. Le he dado sin querer a mi vaso.
            —Cambiaros lo más rápido posible —comentó JinHyuk—, que si no se va a secar y la mancha no va a salir.
            —Muy gracioso —dijo WooSeok, dándole con la servilleta a las manchas—, para cuando llegue al piso ya no habrá forma humana de sacar esto.
            —Puedes cambiarte en nuestro piso —dijo YoHan—. SeungWoo hyung y yo vivimos aquí al lado, te puede dejar algo de ropa.
—Cierto —comentó JinHyuk—. Viven aquí al lado, aprovéchate de su hospitalidad y no tires la ropa nueva.

SeungWoo miró al chico mientras hablaba y captó entonces la mirada que JinHyuk le echó desde el otro lado de la mesa, dándose cuenta de que habían planeado todo aquello al dedillo y que no había sido accidental.

—Claro —dijo antes de poder detenerse—. Sube conmigo.

            Solo hicieron falta unos cuantos comentarios más de SeungYoun sobre la ropa nueva y la pena que le daba que tuviera que tirarla para que WooSeok asintiera finalmente a la propuesta, con sus mejillas encendidas, y después lo siguiera fuera del local. SeungWoo caminó delante, echando miradas hacia atrás de vez en cuando para asegurarse de que el otro lo seguía, y pensando en lo que haría cuando llegaran al piso, en lo que diría, en cómo podría pedirle su teléfono para poder seguir en contacto con él… y, finalmente, llegaron a la casa y no le había dirigido ni una sola palabra. SeungWoo se aclaró la garganta cuando dejó pasar al chico a su piso para tratar de hablar en ese momento, porque si no realmente no iba a sacar nada de aquella noche.

            —Mmmm… creo que mi ropa te estará algo grande —murmuró—, pero creo que te puede servir… ven.

            SeungWoo echó a andar de nuevo y, aquella vez, no miró hacia atrás porque escuchó los pasos de WooSeok siguiéndolo hasta su habitación —aunque le pareció increíble poder escuchar algo más aparte del incesante martilleo de su corazón dentro de su pecho— y quedándose en el umbral de la puerta mientras éste se dirigía a su armario y lo abría. Sacó una camiseta de manga corta y unos vaqueros para el chico.

            —Ten —le dijo, dándole las cosas—. Puedes cambiarte aquí mismo y luego me dejas la ropa que la meta en la lavadora con la mía.
            —Gracias —murmuró el chico.

            SeungWoo salió de la habitación a la vez que WooSeok entraba y cerró la puerta a sus espaldas, para después ir corriendo hasta el tendedero y coger algo para él, cambiándose lo más rápido posible y metiendo en agua su ropa manchada antes de que la cosa fuera a peor. Unos minutos más tarde, el chico salía de su cuarto, pareciendo tres veces más pequeño de lo que era porque nadaba en la ropa de SeungWoo, la camiseta resbalándole por un hombro y los pantalones con una vuelta dada porque le estaban largos. El corazón del chico empezó a latir mucho más rápido de lo que lo había hecho nunca jamás ante aquella vista y se mordió el labio inferior de forma inconsciente.

            —Gracias por todo —murmuró WooSeok de nuevo, tendiéndole en aquella ocasión la ropa manchada—. ¿Cuándo te viene bien que quedemos para devolvernos la ropa? —le cuestionó. SeungWoo estuvo tentado a decirle que se quedara su ropa, al menos su camiseta porque estaba increíble con ella.
            —Podemos hablarlo —contestó al final, viendo su oportunidad—. Dame tu teléfono y quedamos.
            —De acuerdo…

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