Título: The Nightmare
Autora: Riz Aino
Pareja: MinYoo (Ji U + YooHyeon) (Dreamcatcher)
Calificación: PG–13
Géneros: AU, fantasy, romance, fluff, drama
Número de palabras: 1.829 palabras
Resumen: en los sueños de YooHyeon aparece siempre la misma chica
de mirada penetrante y sonrisa que habría hecho caer imperios en otras épocas.
Aclaraciones: la historia nació después de ver los MVs de Dreamcatcher
buscando inspiración, finalmente en el MV y la letra de You & I hallé lo que
necesitaba.
Notas: historia escrita para Isaac, que respondió correctamente
a uno de mis juegos.
Comentario de
autora: no estoy acostumbrada a
escribir sobre Dreamcatcher aunque me encantan demasiado, pero cuando encuentro
la oportunidad de hacerlo soy de lo más feliz. Espero que os guste.
La oscuridad reinaba a su alrededor, apenas dejándole ver
el camino a través de los árboles que estaba siguiendo, corriendo
desesperadamente, tratando de alejarse de aquello que la perseguía, tratando de
darle esquinazo. Las ramas de los árboles golpeaban su cuerpo, su rostro,
haciéndole daño en las zonas que llevaba descubiertas, algunas cortando su fina
piel; pero no le importaba. Lo único que en esos momentos le importaba era
correr mucho más rápido, a pesar de que sus piernas empezaban a dejar de
responderle correctamente, a pesar de que apenas podía respirar, a pesar de que
sabía que tarde o temprano acabaría cayéndose y siendo atrapada por aquello que
la perseguía, aquella oscuridad que había llenado de temor su corazón.
La chica vio una luz entre los árboles, una luz azulada y
fría que despedía calidez y, sin pensarlo ni un segundo, ordenó a su cuerpo que
se siguiera moviendo y se dirigiera hacia allí, con el único pensamiento de que
la luz podía vencer a la oscuridad. Por eso, con sus últimas fuerzas, corrió
hacia allí, tropezándose un par de veces debido al cansancio de sus piernas,
pero sin dejar de levantarse de nuevo y seguir adelante. La luz se fue haciendo
mucho más brillante, mucho más grande, mucho más tranquilizadora... hasta que
finalmente, la chica llegó hasta ella, encontrándose en un claro en el bosque
donde una joven de pelo largo y rojo como la sangre, mirada penetrante y
sonrisa que habría hecho caer imperios en otras épocas, en el centro de éste.
No sabía quién era aquella joven, no sabía por qué estaba
en aquel lugar, pero corrió hacia ella sin perder ni un segundo, corrió hacia
ella hasta que se encontró envuelta en sus brazos, envuelta en una sensación de
tranquilidad y paz que nunca antes había sentido… y, entonces, todo fue bañado
por la intensidad de la azulada luz.
YooHyeon se despertó con
la respiración agitada y el corazón martilleando con fuerza contra sus
costillas, sintiendo sus piernas cansadas, como si acabara de correr una maratón.
Aquel sueño la había dejado completamente exhausta, como todas las anteriores
veces que lo había tenido, como si de verdad ella hubiera estado corriendo a
través de aquel oscuro bosque, arañándose con las ramas de los árboles y
cayendo de rodillas sobre su duro suelo de tierra. Pero aquello simplemente
había sido un sueño, una pesadilla, que siempre acababa de la misma forma,
cuando se lanzaba a los brazos de aquella chica hermosa. Llevaba soñando con lo
mismo un par de semanas y YooHyeon había empezado a pensar que tenía fijación
por aquella chica que tenía aires de modelo y que seguramente habría visto en
alguna de las fotos que rondaban por su lugar de trabajo, pero la realidad era
que no había tenido mucho tiempo para pensar en aquellos extraños sueños que se
repetían una y otra vez.
—¿Ya estás despierta?
La voz de su compañera de trabajo hizo que YooHyeon saliera de sus
pensamientos y se incorporara del asiento trasero del coche, quedándose
sentada. Por el espejo retrovisor captó la mirada de SiYeon, preocupada.
Probablemente se habría removido en su sueño y la otra se habría dado cuenta de
ello mientras conducía.
—Ya estoy despierta —replicó ella.
—Bien, porque estamos llegando —le contestó SiYeon.
YooHyeon se movió hacia la ventanilla para poder ver el paisaje a su
alrededor, dándose cuenta de que se encontraban en un camino estrecho de tierra
por el que apenas cabrían dos coches si se cruzaban, bordeado por árboles
altísimos y bastante viejos. La chica bajó la ventanilla y lo primero que notó
fue el aire puro de aquel lugar, nada comparado con aquel aire viciado y
contaminado que respiraba en la capital, así que, inspiró aire profundamente un
par de veces, llenando sus pulmones; lo segundo de lo que se dio cuenta fue de
que, un poco a lo lejos se alzaba una casa enorme, comenzando a surgir de entre
los árboles con un aire un poco tétrico —o quizás ese aura a casa de película
de terror se lo daban las luces del atardecer—. Hacía un par de semanas las
habían contactado desde una empresa de entretenimiento para que le hicieran el photobook de su próximo álbum a un grupo
de chicas que estaba en auge y solo les habían dicho que necesitaban un lugar
que diera escalofríos para realizar la sesión de fotos, porque el álbum iba a
tener un concepto oscuro. Fuera lo que fuera, aquel lugar era perfecto para el
concepto que iban a fotografiar allí, SiYeon había tenido buena vista al elegir
aquel lugar.
No tardaron más que unos minutos en llegar al lugar y aparcar el coche en
un lugar en el que no estorbara demasiado, comenzando a sacar el equipo y todo
lo necesario para comenzar la sesión de fotos cuanto antes. Allí ya se
encontraban las cuatro chicas que formaban aquel grupo de rock un poco gótico
llamado Mirror, con la primera ropa
con la que las iban a fotografiar, en los exteriores de aquella casa que hacía
que a YooHyeon se le pusiera el vello de la nuca de punta.
Las horas pasaron rápido y los tonos anaranjados del atardecer dieron paso
a una noche oscura y fría, iluminada solo por los focos que habían llevado para
la sesión fotográfica y los flashes de las cámaras. Desde que habían llegado a
aquel lugar, YooHyeon no había parado de notar aquella extraña sensación, como
si allí hubiera algo que los estuviera vigilando, que la estuviera vigilando a
ella, y le daba muy malas vibraciones. Sin embargo, la chica lo había achacado
todo a que el lugar era una casa que llevaba abandonada muchísimo tiempo y en
la que habían muerto algunos de sus inquilinos —según le había contado SiYeon—.
Lo más probable era que ella se había condicionado a sentir un poco de miedo en
el lugar, así que, durante todo el tiempo trató de evitar pensar en ello y
centrarse en la sesión de fotos.
Durante el tercer cambio de vestuario de las chicas, YooHyeon decidió que
en el descanso lo mejor que podía hacer para dejar de sentirse tan mal en el
interior era salir fuera a inspirar un poco del aire fresco de la madrugada.
Por ese motivo, dejó todas sus cosas y se excusó con SiYeon para poder
tranquilizarse y dejar de pensar en las malas vibraciones de aquel lugar. Al
salir, el aire fresco nocturno la hizo temblar un poco ante el contraste de
temperatura, pero la chica se sintió mucho mejor allí fuera, mucho menos
agobiada, mucho más tranquila, aunque la sensación de ser vigilada seguía
teniéndola, como si tuviera algo pegado a su nuca que no paraba de mirarla con
fijeza. Por ese motivo, YooHyeon dio una vuelta por los alrededores de la casa,
tratando de quitarse esa sensación de encima antes de volver al interior.
Todo estaba un poco oscuro, pero la luna llena iluminaba el claro en el que
estaban aparcados todos los coches y las luces que procedían de los focos
instalados en el interior de la casa ayudaban a que hubiera un poco más de
claridad. No obstante, en ese momento, YooHyeon sintió un escalofrío que no
tuvo nada que ver con alguna repentina ráfaga de viento, un escalofrío que la
hizo comenzar a sudar frío por la espalda, un escalofrío que la hizo recordar
una sensación que ya había sentido antes. ¿Qué era aquello? ¿Por qué le
resultaba tan familiar? La chica se giró lentamente, buscando el origen de
aquella sensación… y entonces lo vio, justo detrás de ella, una figura oscura
que flotaba sobre el suelo, con los ojos rojos, cerniéndose sobre ella.
YooHyeon gritó, pero no estuvo segura de si alguien escuchó su grito o no,
no se quedó para comprobarlo. Rápidamente echó a correr en la dirección
contraria a la que aquel ser se encontraba, encaminándose hacia el bosque,
adentrándose en él, dándose cuenta en aquel momento de que su sueño debía de
haber sido una especie de premonición. Porque YooHyeon estaba experimentando
las mismas sensaciones que en sus pesadillas, porque en aquel momento estaba
huyendo de algo que no tenía buenas intenciones con ella, porque todo lo que
estaba sucediendo ya le había pasado antes. Las ramas golpeándola mientras
avanzaba, su respiración agitada, sus doloridas piernas, el impulso de querer
escapar de algo oscuro a pesar de que el bosque estaba sumido en la más
absoluta oscuridad… la misma luz azulada iluminando aquella oscuridad en la
distancia. Su sueño se estaba cumpliendo por completo, así que, al llegar a
aquella luz, todo terminaría también.
Así que, YooHyeon obligó a sus piernas a correr lo más rápido que éstas
podían hasta acabara apareciendo en el claro en el que la luz azulada
predominaba, un claro en el que se encontraba aquella misma joven con la que
había soñado. Sin pensárselo dos veces, sin cuestionarse sus acciones,
simplemente guiada por su instinto de supervivencia, la chica se lanzó sobre la
figura del claro, abrazándose fuertemente a su cuerpo, cerrando sus ojos y
escondiendo su rostro entre sus pechos, queriendo que todo acabara de la misma
forma que lo hacía en sus pesadillas. Tras sus párpados, YooHyeon notó cómo la
luz azulada crecía en intensidad a su alrededor y cómo un grito desgarrador que
le hizo daño en los oídos se alzó en aquel claro, seguido del silencio absoluto
y de la luz retirándose poco a poco hasta no ser más que un débil fulgor.
—Has tardado mucho tiempo… pero por fin nos reunimos… —le dijo una voz
dulce y cálida, una voz familiar, una voz que la transportaba a otro lugar, a
otro tiempo… a otra historia…
Notas finales:
—El grupo Mirror de cuatro
chicas que he nombrado en el fic sería un grupo formado por las demás
integrantes de Dreamcatcher que no han aparecido en la historia de forma
explícita.
—Y se me ha ido un poco la
pinza mientras escribía, pero espero que no haya sido demasiado grave porque me
ha gustado mucho el resultad. A la pregunta que todos me haréis sobre si habrá
continuación… sí, tengo pensado hacerla… pero con calma, que ya sabéis que
llevo muchas cosas a la vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario