jueves, 15 de noviembre de 2012

EXO


Capítulo 2
Fire



   El bombero salió de mi casa con una cara de mala hostia impresionante. Lo vi caminar hacia mí, desde el bordillo de la acera donde estaba sentado. El hombre cruzó la calle y se agachó junto a mí.

    -Has tenido suerte muchacho- dijo poniendo una mano en mi hombro- si tu vecina no nos hubiera llamado y tú no te hubieras despertado, ya no estarías aquí- y se fue.

   Supuestamente ese hombre debería animarme o algo así, pero me había dicho que sino hubiera sido por suerte ahora mismo estaría feeling like a pollo carbonizado.

   Tenía que hablar con alguien, y no con la vecina cotilla o con los bomberos secos, pero BaekHyun no pillaba wi-fi en la residencia a no ser que se subiera a la cama y pegara el móvil al techo, y como no era muy alto y tenía que ponerse de puntillas y alzar los brazos, pasaba de tener Internet, así que, no podía contactar con él. De repente, otro de los bomberos se paró frente a mí.

   -No se ha perdido mucho- dijo- el sofá está quemado, y la estufa, lo pillamos a tiempo.
   -Bueno… menos mal- suspiré algo más tranquilo.
   -Deberías tener mucho cuidado, y no quedarte dormido con la estufa puesta, podría haber pasado una desgracia.
   -Lo siento- murmuré- no volverá a pasar.
   -Eso espero- sonrió- ya puedes entrar a casa, pero sería mejor que pasaras directamente a tu habitación, deberías descansar.
   -De acuerdo- asentí con la cabeza, pero de pronto me acordé de algo- ¿y mis padres?
   -Han sido avisados- contestó- les contamos que no había pasado gran cosa, y ahora están de camino.
   -De todas maneras volvían mañana- susurré.
   -No te preocupes por nada ahora, y descansa- aconsejó de nuevo- es lo mejor.
   -Sí- me incliné un poco y me dirigí a mi casa.

   Pasé por el salón y suspiré. Me caería la bronca del siglo por haberme dejado el brasero encendido y yo quedarme dormido. Abrí los ojos como platos al recordarlo. Yo no había encendido el brasero en ningún momento. ¿Entonces?

   La cabeza empezó a darme vueltas y tuve que apoyarme contra la pared para no caer al suelo. Cuando se me pasó, subí las escaleras, entré en mi habitación me quité toda la ropa y me metí bajo las sábanas desnudo. Intentaría descansar. Todo me estaba afectando demasiado.

-oooOOOooo-

   Estaba medio adormilado con la cabeza apoyada sobre el regazo de mi amigo cuando de repente noté que este se tensaba, y no por la película de terror que estábamos viendo, porque no había pasado nada raro en ella, debía de haber sido otra cosa.

   -¿Pasa algo, Kevin?- pregunté, atrayendo así la atención del otro inquilino del piso.
   -No- dijo rápidamente- es sólo que…- se quedó unos segundos meditando para luego negar con su cabeza- no es nada…- dijo al final- no es nada…

-oooOOOooo-

   Me desperté por los gritos que pegaba mi madre desde el piso inferior. Me puse unos pantalones que encontré por ahí tirados y salí de mi habitación. Craso error. Mis padres acababan de llegar y habían visto el estropicio que había formado con lo de la estufa, aunque yo no recordaba para nada haberla encendido. Tendría que hablar con BaekHyun sobre eso.

   Improperios, maldiciones, y cosas tales como: “te dejamos solo unas semanas y mira lo que formas”. Casi ni sabía cómo seguía en pie, vivito y coleando, mis padres tenían sus instintos asesinos a tope desplegados y aquello era muy desagradable. Después de un buen rato, me dejaron libre y salí pitando para ducharme, vestirme, coger los libros y salir pitando hacia la Universidad.

   Cuando llegué, me dirigí rápidamente para la clase, donde sabía que debía de estar BaekHyun ya, esperándome con un sitio libre, preparado para mí. Llegué al lugar, y lo vi, con su mochila sobre la mesa de al lado para que nadie se sentara. Fui hacia él, y en cuanto me vio apartó su mochila.

   -Buenos días- saludó sonriente.
   -BaekHyun anoche me pasó algo muy extraño- dije rápidamente al sentarme.
   -Buenos modales ante todo- murmuró sarcástico.
   -Esto es muy importante- contesté acercándome más a él- anoche…- cogí aire- se quemó el sofá y la estufa… y…
   -¿¡Qué!?- gritó- y… ¿tú estás bien? ¿Verdad que estás bien?- preguntó preocupado tocándome cada parte de mi cuerpo que estaba a su alcance.
   -Sí, tranquilo, estoy perfectamente- le dije y le agarré las manos entre las mías, para luego acercarme a él de nuevo- la cosa es que me dijeron los bomberos que fue por dejarme la estufa encendida y yo quedarme dormido…
   -Eres un irresponsable que…- comenzó BaekHyun a regañarme, pero lo corté antes de que pudiera seguir.
   -Pero es que yo no encendí la estufa- mi amigo se soltó de mi agarre y tomó mi cara entre sus manos, después suspiró.
   -Sé que ayer estabas cansado, Channie, lo mismo no te acuerdas de…
   -Es que no la encendí- protesté e intenté que me soltara.
   -Quieto- susurró- y mírame a los ojos.
   -¿Por qué?- me crucé de brazos cabreado, encima de que no me creía me hacía estar en esa posición.
   -Estoy intentando averiguar si me mientes o no- contestó. Puse mis ojos en blanco y luego lo miré intensamente- vale, ahora dilo.
   -No encendí la estufa- nos pasamos un buen rato mirándonos, hasta que quitó sus manos de mi rostro y se alejó.
   -Te creo- susurró y yo respiré aliviado- pero… es muy extraño…
   -Lo sé, por eso quería decírtelo, aquí tú eres la cabeza pensante- contesté.
   -Ya sé que tu cabeza no da para mucho, pero…
   -Sin insultar- corté fingiendo que me había molestado.
   -Mira, Channie, sinceramente, es algo muy raro, así que, será mejor que lo dejemos por el momento, ¿vale?
   -Pero…
   -Luego lo hablamos con tranquilidad- dijo BaekHyun.

   Yo sólo asentí, si él me decía eso era porque su cerebro estaba pensando y procesando los pocos datos que le había dado para tener una respuesta satisfactoria. El profesor perro-flauta llegó a la clase y comenzó con sus explicaciones raras, como él, sobre el tema que comenzó antes de las vacaciones de Navidad.

   Al acabar la clase, nos dirigimos hacia la otra punta del edificio, donde teníamos la siguiente. BaekHyun estaba muy callado, y eso no era muy normal en él, siempre iba quejándose de mí y de lo loco que estaba. Su silencio sólo podía significar que estaba tan metido en sus pensamientos que no hacía caso a nada de lo que había a su alrededor, ni siquiera a mi presencia deslumbrante.

   Al girar las esquina, nos encontramos de frente con dos chicos, y BaekHyun se chocó con el más alto, que era más alto incluso que yo, de hecho, me sonaba bastante la cara de ese chico, aunque no recordaba exactamente de que.

   -Lo siento- susurró mi amigo y siguió su camino tras hacer una reverencia, yo hice otra y me retiré tras él.
   -¿Tú tan despistado? ¿Desde cuando?- dije para molestarlo.
   -Shhh- dijo, y siguió con su camino.
   -Jo… me ignora- me quejé.

   Pasé toda la mañana detrás de BaekHyun dándole la lata, y cada vez que lo hacía, él me mandaba a callar o me miraba de muy mala hostia. No sabía qué hacer para traer de vuelta al a aquel que siempre me acompañaba en mi demencia. Y así estuvimos hasta que a la hora del almuerzo, después de coger el “riquísimo” menú de la cafetería, él se dignó a hablarme.

   -¿No serás algo así como un extraterrestre?- preguntó.
   -Mejor no haberte dicho nada- murmuré.
   -No, lo digo en serio- contestó- o algún superhéroe de estos de los cómics americanos, ¿te cayó ácido de pequeño?
   -BaekHyun… no te burles de mí.
   -No lo hago- dijo.
   -¿Entonces?
   -Es que no se me ocurre qué más puede ser- respondió- llevo toda la mañana dándole vueltas y estas son a las dos conclusiones a las que he llegado.
   -Pues vaya cerebro…
   -Pero… ¿no te gustaría ser un superhéroe?
   -No mucho… eso de salvar el mundo poniendo en peligro mi vida no me va para nada- contesté.
   -A mí sí que me gustaría- dijo él- sería emocionante.
   -Sí, y peligroso…- BaekHyun se acercó a mí y puso una mano en mi frente.
   -¿Estás bien?- asentí- creo que lo del fuego te ha afectado.
   -Oish, quita- me quejé quitando su mano de mi frente.
   -Es que te has vuelto muy sensato de repente, me extraña- dijo- ayer estabas tan echo polvo como siempre, y hoy, te vuelves responsable.
   -Oh, calla…- contesté molesto.

   Y nos pusimos a comer lo que la Universidad preparaba con tanto amor y cariño para sus alumnos, nótese la ironía. Después fuimos al lugar lleno de mesas que había en la segunda planta del edificio, y donde podías hablar, estudiar o lo que quisieras sin ser molestado, cómo pasaba en la Biblioteca, de allí te echaban sólo por respirar algo más fuerte de lo normal.

   Me propuse pasar a limpio los apuntes y así pasar la tarde, mientras BaekHyun copiaba los que yo había cogido esta mañana en su ausencia mental. Hablamos de varias cosas, pero no volvimos a tocar el tema de lo del fuego, parecía no haber una explicación racional a ello, así que, lo mismo sí que había encendido la estufa y no me acordaba.

   Nos quedamos hasta muy tarde en la Facultad, ya casi todo el mundo se había ido, y en las mesas sólo estábamos nosotros dos. BaekHyun me pasó el último folio que terminaba de copiar y al cogerlo, sentí cómo mi mano vibraba y, de repente, el papel echó a arder. Lo solté y rápidamente lo pisé varias veces hasta apagarlo. Al levantar mi cabeza vi que mi amigo se había quedado de piedra.

   -BaekHyunnie…- susurré.
   -¿Dónde tienes el mechero?- preguntó.
   -Sabes que no fumo.
   -¿Dónde está el truco?- comenzó a alterarse.
   -BaekHyunnie…
   -Park ChanYeol… me estás asustando…
   -¿Y crees que yo no estoy asustado?- grité un poco desesperado, estaba acojonado por lo que acababa de pasar- tengo mucho miedo.
   -Yo… Channie…- se acercó a mí y me abrazó fuerte- todo esto es muy raro- susurró en mi oído- sólo quiero pensar que no ha ocurrido…
   -Pero…
   -Lo sé… ha pasado, lo he visto, has quemado el papel…
   -BaekHyunnie… tengo miedo- lo apreté fuerte contra mi cuerpo, nunca había sentido tal necesidad de tener a una persona tan cerca de mí, pero ahora, sólo quería que mi amigo me protegiera de todo cuánto estuviera mal en mí.
   -Tranquilo… tranquilo…- susurró mientras me acariciaba el pelo- estoy aquí… no te dejaré… nunca…
   -Gracias…




miércoles, 14 de noviembre de 2012

Vampire Stories


Capítulo 3
Nuestra vida en Seúl


-*Jo, Ana- se quejó Lorena caminando por la calle- todavía no sé por qué solamente tenemos que trabajar tú y yo.
-*Porque las otras dos listas se lo pidieron- contestó ella recogiéndose el pelo en un coletero.
-*Pero esa no es razón...
-*Ya, pero necesitamos el dinero para comer y pagar las cosas- dijo Ana- por cierto, ¿no hace hoy mucho calor?
-*Eso es que acabas de ver al casero y te has puesto así- concluyó Lorena.
-*Si tu lo dices...
-*A ver, tenemos que coordinar los horarios de trabajo con el horario de las clases- comentó Lorena.
-*Es verdad- dijo Ana- que ayer LeeTeuk oppa cuando nos despedimos nos dio los horarios.
-*Sí.
-*Y también nos dio dos besos- dijo la chica emocionada- yo tenía entendido que aquí se saludaba inclinándose y va él y nos da dos besos.
-*Yo también me sorprendí- comentó Lorena.
-*Ah, esta es la tienda- dijo Ana.
-*Pues, allá vamos- y entraron.

   Mientras, Lourdes se encontraba en la cocina limpiando la encimera e Inma estaba sentada en el sofá. La mayor, al no escuchar ningún ruido en las otras habitaciones, fue a ver que es lo que hacía Inma. Entró en el salón y vio a Inma sentada en el sofá leyendo un libro de 1000 páginas muy entretenida.

-*¡Oye! ¿Qué haces?- dijo Lourdes molesta.
-*Leer- dijo Inma tranquilamente.

   Al ver a la chica tan tranquila salió del salón sin decir nada y se dirigió hacia el lavadero. Cogió un cubo y una bayeta y regresó al lugar donde se encontraba Inma.

-*Toma. Ahora vete a limpiar- dijo Lourdes dándole el cubo y la bayeta.
-*Pero...- dejó la frase a medias con pucheros.
-*Nada de peros. O lo haces o te meto.

   Inma cogió el libro y se fue a limpiar mientras Lourdes volvió a su labor. Ésta última fue a hacer su cama y la de Lorena, y la otra chica, la cama de Ana y la suya propia. Al cabo de media hora llegaron Lorena y Ana. Lorena venía resoplando y Ana muy feliz.

-*¿Qué ha pasado?- preguntó Inma.
-*¿Os han cogido?- preguntó Lourdes- que si no os han cogido hay otros sitios para ganar dinero.
-*Que no- dijo Ana.
-*Nos han cogido- contestó Lorena- lo que pasa, es que Ana me pone de los nervios.
-*¿Por qué?- preguntó Inma.
-*Yo me lo puedo imaginar- murmuró Lourdes.
-*Lleva toda la mañana dándome el coñazo con que el muchacho es muy guapo- dijo Lorena.
-*Si es que es un dios griego- comentó Ana con los ojos en forma de corazón.
-*¿Hefesto?- dijo Lourdes. [N.A.: Hefesto es el Dios Griego del fuego, los volcanes, etc. El herrero de los Dioses y el marido de Afrodita. El más feo de los Dioses, estando cojo, medio ciego…]
-*Ja, ja, ja, muy graciosa- dijo Ana irónicamente.

   Todas nos reímos por el comentario.

-*Bueno, además de guapo- siguió ella- es agradable, y guapo.
-*Lo de guapo ya lo has dicho- comentó Inma.
-*Ya, pero es muy guapo.
-*Anda, vete a arreglar tu habitación y deja de decir chorradas- dijo Lourdes- que yo he hecho tu cama, pero no pienso recoger tus bragas.
-*Voy.
-*Si, por fin- dijo Lorena.
-*Y tú también.
-*Jo- protestó Lorena.

   Las dos chicas se fueron a sus respectivas habitaciones y el silencio se instauró de nuevo en la casa.

-*Tú y yo solas no damos un ruido- comentó Inma- ahora, en cuanto llegan las otras, es mortal.
-*Sí.

   El resto de la mañana pasó rápidamente, y después de almorzar, las cuatro salimos a comprar algunas cosas, especialmente, las entradas para el concierto de SHINee.

-*¡Síííí!- dijo Ana motivada- ¡Ya tenemos las entradas!
-*Ahora solo falta que Inma no pierda la suya- comentó Lorena.
-*La guardaré en un lugar seguro- dijo la aludida.
-*No, mejor no la guardes- sugirió Lourdes- déjala en un lugar que esté a la vista.
-*La pondré como señalador en el libro que estoy leyendo ahora- dijo ella sin hacer ni caso.
-*Luego no te acuerdas en que libro la metiste- comentó Ana.
-*También es verdad- coincidió ella- vale, la dejaré en la mesa del ordenador.
-*Si te decimos esto es por tu bien- dijo Lorena- que si al final se te pierde y no puedes ver a Onew...
-*No, no- dijo ella convencida- a Onew no me lo pierdo por nada del mundo.

   Media hora después de regresar a casa tras haber comprado los materiales que LeeTeuk nos había dicho que necesitábamos, pasó, lo que tenía que pasar.

-*¡Lorena!- gritó Inma desde su habitación- ¡Ayúdame, he perdido la entrada!

   Lorena y Ana se pusieron a buscar como locas ayudando a Inma a encontrar la entrada del concierto, y desordenaron toda la habitación en aperas unos minutos.

-*¿Pero dónde la has puesto?- preguntó Lorena.
-*No lo sé, si no, no la estaría buscando- contestó ella.
-*¿Veis?- dijo Ana- si yo ya lo sabía, que se te iba a perder la entrada en cuanto volviésemos a casa.
-*Yo quiero ver a Onew- dijo Inma haciendo pucheros.
-*Lourdes- dijo Lorena al verla tan tranquila en el pasillo.
-*Está en la entrada, al lado de las llaves- dijo yendo para su habitación, sin siquiera saber de lo que iba la cosa.

   Inma salió corriendo por le pasillo y fue a la mesa de la entrada. Allí estaban las llaves, y a su lado la entrada del concierto.

-*¡Aquí está!- dijo muy feliz  y fue a la habitación de Lourdes- tú eres vidente, ¿no?- le preguntó.
-*No- contestó ella- aquí la bruja es Ana, yo te he visto soltarla al entrar.

   Mientras Inma le daba las gracias a Lourdes por haber encontrado la entrada llamaron a la puerta, y Ana fue a abrir. Se encontró con el casero acarreando una gran caja de cartón que parecía pesar mucho dado la cara de sufrimiento que tenía el pobre muchacho.

-Hola- dijo Ana.
-Hola- contestó educadamente él- el cartero ha traído esta caja para una de vosotras, pero como no estabais, me la ha dejado a mí.
-Oh, gracias- dijo la chica- déjala en el suelo- el casero soltó la caja y sopló cansado, después de masajeó los brazos.

-Buf, como pesa- dijo.
-*¡Madre mía! ¡Que brazos!- murmuró ella- gracias- repitió en coreano.
-No pasa nada- contestó SiWon- para algo soy el casero- y se fue. Ana se agachó y miró el nombre que ponía en la caja, llamó a la propietaria.
-*¡Lorena!- gritó- un paquete para ti.
-*Ahora voy- contestó la otra- que estoy en el baño.
-OK- dijo Ana- *¿puedo abrirlo?
-*Haz lo que te de la gana- respondió- si de todas maneras lo vas a abrir.
-*Pero yo pido permiso.

   Y dicho esto, comenzó a quitar las cintas de carrocero y a abrir la caja. Nada más despegar las solapas, vio el contenido.

-*¡Lorena!- volvió a gritar.
-*¿Qué?- preguntó la chica a su lado.
-*¡Coño!- dijo Ana asustada- ¡Qué susto me has dado!
-*Te aguantas- contestó- por cotilla.
-*¿No me habías dicho que hiciera lo que quisiera?- dijo Ana- bueno, da igual, tu madre te ha enviado tus libros.
-*Ah, mis libros- y se lanzó a por la caja.

   Los días pasaban sin pena ni gloria. Ana y Lorena comenzaron su trabajo en la tienda “24h”, e Inma y Lourdes, comenzaron a preparar la comida sabiendo algo mejor que al principio.

-*Ains- dijo Ana tras volver de trabajar un día, cansada.
-*¿Qué pasa?- preguntó Lourdes mientras la veía sentarse en el sofá y estirarse como un gato.
-*Odio trabajar- contestó.
-*¿No decías que era genial estar todo el rato con el muchacho guapo?- dijo la otra.
-*Sí, es verdad- respondió alegremente y llena de energía de nuevo- YiXing, aunque prefiere que lo llame Lay, es perfecto- y comenzó a desvariar.
-*¿Cómo lo has hecho?- preguntó Inma entrando por la puerta- si hace un segundo estaba muerta.
-*Tú háblale de un tío bueno, y vuelve a estar como nueva- contestó Lourdes.
-*Chicas- dijo Lorena entrando por la puerta del salón- ¿mañana que día es?
-*Uno- contestó Lourdes
-*Gracias- y comenzó a irse- … un momento... ¡mañana empiezan las clases!-gritó.

   Y aquel día, que había comenzado como todos, se convirtió en un caos tras esta revelación. Todas comenzamos a prepararnos para el día siguiente, que sería el más importante para nosotras en todo aquel tiempo. Nos fuimos a dormir temprano tras cenar y la casa quedó en silencio.



lunes, 12 de noviembre de 2012

내 마음 내 사랑 내 인생


마음 사랑 인생


   Acababa de hacerlo, casi ni me lo podía creer. Había denunciado a la empresa por todo lo que estaba haciéndome pasar. Llevaba mucho tiempo dándole vueltas. HeeChul fue el único que se molestó en intentar ayudarme, los demás, simplemente hicieron como si nada y siguieron con sus vidas.

   HeeChul. ¿Cómo se tomará el que lo haya abandonado? Porque realmente lo he abandonado.

   No le dije nada acerca de como me sentía con el mundo, y tomé esta decisión sin consultarle. No quería preocuparlo, y además, creí que la empresa me daría tiempo para despedirme y para explicarme, pero no, no lo hizo. Me hicieron entregar mi teléfono móvil sin poder apuntar el número de HeeChul para contactar con él y también tuve que borrar mis cuentas de Internet que tenían que ver con el grupo, o sea, todas. Por ahí tampoco podría comunicarme con HeeChul.

   Después, casi como un perro, me echaron de la agencia y me llevaron a casa para que recogiera todas mis cosas. Me tuvieron vigilado en todo momento, ya que me habían prohibido despedirme de mis compañeros. Ni siquiera podría hablar con ellos. Eso era una crueldad. No me interesaba hablar con los demás, pero HeeChul...

   Apenas terminé de guardar mis cosas me sacaron de la que había sido hasta ese entonces mi habitación. Mi habitación compartida con HeeChul. Esa habitación en la que compartimos nuestras vidas durante tantos años. Esa habitación en la que descubrimos nuestro amor y en la que pasamos nuestros mejores y peores momentos.

   HeeChul. Iba a echarlo mucho de menos. Lo quiero muchísimo, pero, no tenía otra opción. Tenía que dejarlo, dejarlo solo, y eso me dolía, pero sabía que a él le iba a doler mucho más.

   Flash Back.

   Un día sin nada que hacer, eso no era nada raro para mí, de todas maneras, la mayoría de las veces no me podía presentar en los programas por los problemas del visado. Los chicos iban de un lugar a otro, atareados, después de todo, aunque ya habíamos debutado, todavía éramos unos principiantes.

   De repente vi a HeeChul, estaba hablando con unas cuantas de las integrantes de SNSD, no tenía ni idea de quiénes eran, a esa distancia sólo lo reconocería a él. Lo observé durante toda la charla, y cuando ellas se fueron se dio cuenta de que lo observaba y vino hacia a mí. Se sentó a mi lado y se acurrucó conmigo.

   Todos los chicos de otros grupos nos miraban raro, y los miembros de SuJu sólo suspiraban. Nadie sabía de nuestra relación, más que nada porque llevábamos sólo un par de semanas, pero los chicos estaban acostumbrados a que HeeChul se me pegara mucho, los demás, posiblemente pensaran que estábamos liados. Aunque a mí no me importaba mucho lo que la gente pensara, y a HeeChul menos. Me abrazó y se pegó más a mí todavía.

   -¿Por qué no parabas de mirarme mientras estaba con las chicas?- susurró.
   -¿Por qué no mirarte? Eres muy guapo- me pegó un manotazo en el pecho avergonzado.
   -No digas eso.
   -¿Por qué? Es la verdad, eres muy guapo- contesté, y le acaricié un poco el cabello.
   -Yo pensé que estabas celoso… porque estaba con las chicas…
   -Eso también- le dije- sólo un poco… al principio… pero luego pienso que yo te tengo para mí las 24 horas del día y se me pasa- él sonrió.
   -Hyung- llamó SiWon- HeeChul hyung- se acercó al ver que no le hacía caso- salimos a escena en unos minutos- el aludido levantó la cabeza.
   -¿Y no me puedo quedar aquí hasta que salgamos?
   -Nos tienen que poner los micros- HeeChul suspiró y se levantó.
   -Me tengo que ir- me dijo y me dio un abrazo- quiero que nos animes desde el público o no te lo perdonaré- amenazó.
   -Lo haré.

   Fin Flash Back.

   El aeropuerto. La espera. Esa maldita espera que me estaba matando por dentro. A cada segundo que pasaba más hijo de puta me sentía y más ganas tenía de escaparme de esos hombres de la empresa que me vigilaban desde la mañana e ir hasta donde estaba HeeChul.

   Me tenían bien atado. No podía respirar sin que alguno me mirara. Era mi destino, no podía escapar de él. El avión llegó y nada más sentarme en mi asiento, caí rendido y dormí esperando un sueño reparador que nunca se dio.

   Flash Back.

   Sólo nuestras respiraciones aceleradas se escuchaban en nuestra habitación. Tenía bajo mi cuerpo el cuerpo de mi novio. Novio. Qué bien suena esa palabra. Aunque nuestra relación nunca pueda salir a la luz. Amo a HeeChul como nunca he amado a nadie, y ahora, esta faceta desconocida suya, me había enamorado aun más si cabe.

   Desnudo ya lo había visto miles de veces. Tocar su cuerpo lo había hecho en algunas ocasiones. Sentirlo hasta lo más profundo, eso era algo nuevo para mí.

   HeeChul tiene ese no sé qué que me enamoró desde que lo vi la primera vez. Y ahora, ese rostro hermoso y delicado, que me miraba extasiado en nuestra primera vez hacía que me derritiera por dentro.

No hice más que caer a su lado y él se acurrucó contra mí, como si le hubiera dado frío. Lo abracé de forma protectora y lo acaricié como si fuera un gatito.

-Te quiero- lo oí susurrar.
-Yo también te quiero- noté sus labios sobre mi clavícula y sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo- no dejes marcas.
-Tú me has dejado marcas- protestó como un niño pequeño.
-Lo sé- alcancé sus labios y lo besé- pero las mías no se ven- y deslicé mi mano hacia unas de las marcas de su trasero.
-Pervertido...- susurró.
-No más que tú...

   Fin Flash Back.

   Llegar a China, mi tierra, mi hogar, nunca había sido tan triste. Jamás lo hubiera reconocido en otras circunstancias, pero mi tierra, es el suelo que HeeChul pisa, y mi hogar, el lugar en el que él me espere.

   Lo amaba, lo amo y lo seguiré amando por el resto de lo que me queda de vida, eso lo tengo muy claro. Sé, también, que algún día, podremos vernos de nuevo, y entonces seré la persona más feliz del mundo. Porque ahora, sinceramente, me siento como una mierda.

   Mi familia me recibe bien e intentan animarme, pero no lo consiguen. Sólo hay alguien que puede animarme, y ese alguien, ahora ya no está a mi lado.

   Los días pasan, y yo sólo pienso en él, en aquel que tiene mi corazón, mi alma, mi vida, aquel al que se lo entregué todo, aquel con el que he compartido los momentos más felices y más tristes de mi vida. Aquel al que amo.

Flash Back.

   Lloraba encerrado en mi habitación. Extrañaba muchísimo a mi familia, pero nadie podía saberlo, ni siquiera las dos personas con las que compartía apartamento. Era muy triste que me pusiera a llorar así porque sí cada vez que pasaba más de un mes sin verlos, pero había tomado una decisión, y esa era que aunque no pudiera actuar durante algunos días más, aprovecharía para estar con HeeChul.

   Tan metido estaba en mí mismo que ni me di cuenta de que él entró por la puerta.

   -Puedes ir, si quieres- su voz fue un resorte para mí y me levanté rápidamente de la cama.
   -¿De qué hablas?- pregunté secándome las lágrimas.
   -De tu familia, puedes ir a verlos- contestó.
   -Pero…- iba a protestar pero me calló.
   -Puedo estar sin verte un par de días mientras arreglas las cosas- dijo- pero en cuanto vuelvas voy a estar pegado a ti como una lapa, ¿entendido?- sonreí. Ésa era su manera de animarme y hacerme sentir mejor.
   -Te quiero- dije.
   -Eso ya lo sé, y ahora, ve haciendo la maleta que ya llamo yo al mánager.

Fin Flash Back.

   Ver a HeeChul era lo único que quería hacer, pero no podía pasarme toda la vida sin hacer nada más que llorar. Él siempre me apoyaba en todo, me intentaba hacer sonreír siempre. Siempre estaba a mi lado.

   Comencé un nuevo contrato en una nueva compañía, y los días, los meses y los años, pasan ajetreados de un lado a otro. Sin tiempo para pensar, poco a poco, el dolor se desvanece, pero siempre queda algo, algo de su presencia, algo de mi amor por él, algo de HeeChul.

   Lo único que pude hacer para contactar con él en todos estos años, fue cantar para él, antes de que se fuera al ejército. En una presentación, inserté una foto suya entre las que pasaban por la pantalla sin que nadie se diera cuenta, y para cuando lo hicieron, ya fue tarde.

   -Espero que te llegara mi mensaje- susurro- siempre te amaré…


Todavía no me lo puedo creer!! HanGeng ganó el EMA en la categoría WorldWide Act!! Estoy muy orgullosa de ti, porque nunca te abandoné y he estado a tu lado siempre (desde España apoyándote) Hannie, saranghae... y de verdad, no sé qué más deciros, lloro de felicidad. HANGENG WO AI NI!!!!!!

jueves, 8 de noviembre de 2012

Ficha de Personajes de EXO


EXO Ficha de Personajes



Park ChanYeol.
Fecha de Nacimiento: 27-Noviembre-1992.
Lugar de Nacimiento: Seúl, Corea del Sur.
Estatura: 185cm.
Grupo Sanguíneo: A.
Signo Zodiacal: Sagitario.
Familia: Padres y una hermana tres años mayor que él.
Símbolo: Fénix.


Poder: Control del Fuego.
Personalidad: Romántico, humilde, sincero, divertido, creepy, apasionado, positivo, alegre, competitivo, social. Su voz grave hace contraste con su aspecto inocente.
Color favorito: Negro.
Número favorito: 21.
Animal favorito: Los gatos.
Comida favorita: Galbi y tonkatsu.



Credits: @EXOPlanetSpain

martes, 6 de noviembre de 2012

The Bus Of Love


The Bus Of Love


   Salí corriendo al ver el autobús en la parada a punto de arrancar y en un alarde de mi fuerza física y resistencia, lo alcancé antes de que se cerraran las puertas. Entré asfixiado y pasé el credibus por la maquina para que me cobrara. Sonó el pitidito y fui a buscar un lugar en el que sentarme, pero al girarme vi lo que no había visto antes. El puñetero autobús estaba lleno hasta los topes incluso a estas horas de la mañana.

   Como pude, atravesé la marea humana hasta llegar a un lugar al que poder agarrarme. Cogí la barra de hierro que se presentaba ante mí como si fuera mi tesoro, antes de que la marea me arrastrara.

   Todos los estudiantes allí metidos parecíamos sardinas en lata. Mirara donde mirara veía gente, gente de mi edad, y gente más mayor. ¿Qué coño hacía gente de 50 años cogiendo el puto autobús universitario? Y lo peor de todo era que lo tomaban en una parada y a la siguiente, a cinco minutos andando, se bajaban. Eso me indignaba.

   Otra parada y una tromba de estudiantes inundó aún más el autobús. Jóvenes desesperados en busca de un lugar al que agarrarse para no caerse. Porque, aunque pudieras pensar que este transporte apenas se moviera, la verdad es que la mierda de autobús que iba a la Universidad era una tartana.

   Una muchacha se agarró al mismo hierro que yo, pero no tenía mucha fuerza y la marea se la llevaba. La agarré del brazo y la situé muy cerca de mí, intentando que ninguna de las demás sardinas la tocara. Sinceramente, no sé por qué coño lo hice, pero ella parecía aliviada.

   -Gracias- la oí susurrar.
   -No hay de qué- contesté.

   Tenía una voz bonita, aunque apenas audible entre el barullo y el poco volumen que le había dado a sus palabras. Me pasé todo el camino  a la Universidad protegiéndola de los bamboleos y de los empujones, y en varias ocasiones, nuestras manos que agarraban el hierro, se rozaron. Cada vez que esto sucedía mi corazón se aceleraba, no podía entenderlo, pero era algo que me pasaba.

   Media hora después de que yo me montara en el autobús, por fin llegó a la maldita Universidad. Todos nos bajamos y la vida siguió su curso.

   Yo ya llevaba dos años en la Universidad, y estaba hasta los cojones de ella. Lo único que quería era terminar ya la puñetera carrera y salir de aquel lugar de hormigón sin pintar que era el sitio en el que me pasaba la mayor parte de mis días desde que comenzaba el curso hasta que acababa.

   Mi rutina diaria era, coger el autobús, entrar en clase, hacer como que escucho a los profesores, hablar con mis amigos por Kakao Talk, escribir twits y dormir. (N.A.: cualquier parecido con la realidad de mis días de clase es mera coincidencia. XD) No importaba nada de lo que hiciera en las clases, lo único que le importaba a los carcas de los profesores era que te leyeras un tocho de libros, te presentaras al examen y listo, si aprobabas bien, sino, nos vemos en Septiembre. Ni siquiera sabía el motivo de por qué iba a clases. Nunca me había gustado, y aun así, siempre había algo que me impedía quedarme dormido en las mañanas.

   Descubrí de lo que se trataba cuando durante este año, todas las mañanas, en el autobús lleno de sardinas en lata, me encontraba con esa chica del primer día de curso. Ella siempre se arrastraba hasta dónde yo estaba, y yo siempre la protegía de los peligros del maldito autobús. Nuestras manos siempre se rozaban y a mí me entraban calores por todo el cuerpo, también veía cómo ella se sonrojaba considerablemente cuando esto pasaba.

   Holas, gracias y adioses, eran las únicas palabras que compartíamos durante los viajes. Casi no nos mirábamos a los ojos, pero ella los tenía de un bonito color chocolate. Su pelo negro, por los hombros cortado irregularmente tenía un olor que me encantaba, y su cuerpo, con bastantes curvas a pesar de ser coreana, y de una estatura muy superior a la media de las mujeres asiáticas. Me llegaba a los hombros, por lo que tenía que medir cerca de 1’70. Era, el tipo de mujer, que me traía loco, en definitiva.

   Nos pasamos todo el primer cuatrimestre así, y durante el período de exámenes no la vi. Tendríamos horarios diferentes, puesto que aunque los dos estábamos en la Universidad de Letras, no sabía que estudiaba, ni en que año estaba, siquiera.

   Un gran pesar se alojó en mi cuerpo desde que no me encontraba con ella, y eso me parecía extraño, nunca me había pasado. Acabaron los exámenes, y volvimos a las aburridas clases, bueno, volví, a la chica no la vi en el autobús más. Ese pesar cada día que no la veía iba a más, no sabía que me sucedía, así que, un día en clase, mientras le escribía a mi compañero de piso, Tao, le pregunté qué podría ser lo que me pasaba, y él, contestó simple y llanamente, que me había enamorado.

   ¿Cómo coño me podría haber enamorado de una chica que no conocía? Bueno, llevaba viéndola cuatro meses, y me sentía muy feliz cuando se tocaban nuestras manos, o cuando la veía aparecer entre las sardinas y colocarse a mi lado. También era cierto que desde que no la veía me sentía mal, pero eso no podía se amor. ¿O sí? Tal vez el gran Kris se había enamorado como me decía Tao.

   Dos semanas después de mi descubrimiento, o sea, del descubrimiento de mis sentimientos, ella apareció. Compuso una sonrisa encantadora cuando me vio y se puso a mi lado como de costumbre. Y como de costumbre, nos dirigimos un “hola” apenas audible. Mi corazón danzaba como loco dentro de mi pecho y cuando nuestras manos se rozaron ese día, casi me da un ataque al corazón.

   En ese momento supe, que Tao tenía razón, y que el gran Kris se había enamorado. Cuando bajamos del autobús, nos dijimos adiós, y ella siguió su camino. Mi corazón dolía y sin pensarlo fui corriendo hacia ella.

   -Espera- grité, las quince mil sardinas se volvieron, pero ella no lo hizo- la chica del abrigo amarillo pollo- ella se volvió y yo le sonreí. Estaba muy avergonzada porque todo el mundo nos miraba- siento hacerte pasar tanta vergüenza- susurré- pero me gustaría saber cuál es tu nombre- ella sonrió.
   -Mi nombre es Park HyeKi- contestó.
   -Yo soy Kris- dije.
   -Encantada de conocerte, Kris oppa- susurró agachando la cabeza avergonzada. Era un encanto y mi corazón latía a mil por hora. Era ahora o nunca, lo decía, o dejaba pasar la oportunidad.
   -HyeKi- dije- sé que no nos conocemos más allá de viajar juntos en el autobús, pero…- titubeé un poco- esto… ¿te gustaría salir conmigo?
   -Sí- contestó inmediatamente.

   Sonreí y la abracé muy fuertemente. Estaba muy feliz por ello, no podía casi ni respirar. Aquello era lo mejor que me había pasado en la vida, y a partir de ese momento, todo fue aún mejor y mi vida, dejó de ser monótona y aburrida, gracias al autobús que tanto odiaba, al que a partir de ese momento, comencé a llamar, “El autobús del Amor”.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Love Outside Logic


Capítulo 10
El partido de Fútbol


   Y el día del partido de fútbol llegó. Todo el instituto era un hervidero. La gente iba y venía por todas partes, siempre pasaba lo mismo. Me había decidido a hablar con BaekHo y aclararlo todo, pero no sabía como hacerlo, tenía mucho miedo de su reacción. Yo lo había estado engañando y sabía que eso no me lo podría perdonar, pero yo sólo quería aclarárselo todo, eso era lo único que quería, no esperaba nada más. Sabía que BaekHo no podía seguir queriéndome después de todo lo que yo le había hecho, pero sólo quería arreglar las cosas.

   Me senté en las gradas, junto a Rose y a mi vecina, que se había acoplado a ver el partido de fútbol, ya que decía que ahí iba a pasar algo importante. Pero no iba a pasar nada más que se jugaría un aburrido partido y ganaría un equipo u otro. MinHyun y Aron estuvieron unos minutos con nosotros antes de empezar, intentando quitarse los nervios, y cuando los llamaron, salieron corriendo hacia la pista. JR me saludó con la mano cuando salió al campo y sonrió, estaba muy confiado en lo que haría, como siempre, y BaekHo… BaekHo…

   -What!!??- gritó Rose tan fuerte que casi provoca una avalancha en el Himalaya.
   -Tampoco es para tanto- murmuré.
   -¿Qué no es para tanto? Ren, mira bien- me cogió la cara y me la giró hacia la dirección en la que estaba BaekHo- cómo me digas que no es para tanto otra vez te llevo al óptico a que te gradúen la vista, porque estás cegato.
   -A ver, él sólo se ha quitado el tinte rubio y ahora está moreno, no ha pasado nada más- contesté.
   -Claro que ha pasado algo más, ha abandonado su condición como pandillero- dijo Rose muy alarmada.
   -¿Y?- pregunté sin entender.
   -Ren… yo… de verdad… ¿cómo puedes ser tan lento?
   -Es que no pillo lo que quieres decirme- y mientras nosotras hablábamos el partido había comenzado y todos estaban como locos apoyando a los dos equipos a que se partieran las piernas con tal de ganar.
   -Quiero… bueno, intento decirte que algo ha cambiado en BaekHo.
   -Sí, su color de pelo.
   -Babo- me pegó en el hombro- ¿es que no lo entiendes? Esto puede ser una oportunidad para ti- abrí los ojos desmesuradamente- puede que intente darte a entender que quiere hablar contigo y arreglar las cosas.
   -¿Y todo eso lo sacas porque se ha cambiado el color del pelo, Rose?- dije incrédulo, era muy raro lo que me estaba diciendo.
   -Yo sólo te digo que a lo mejor tienes una oportunidad de arreglarlo todo hoy.
   -No digas tonterías, Rose.
   -No son tonterías, es sólo algo que creo que puede ser posible- me cogió las manos y me las apretó fuerte- no quiero que te rindas, tú me ayudaste con Min… ahora yo quiero que por lo menos puedas hablar con BaekHo y lo arregles todo- asentí. Rose sólo intentaba ayudar.

   De repente, un “GOOOOOOOL” se extendió por la pista y Rose y yo nos giramos para ver cómo MinHyun corría como loco y la señalaba dedicándole el tanto que acababa de marcar.

   -Ése es mi hombre…- suspiró ella y yo sonreí- pero esto no quita lo que te estoy diciendo.
   -Lo sé, lo sé, intentaré arreglarlo hoy, ¿vale?
   -No me vale hasta que no me lo prometas- dijo inflando sus mejillas, haciéndola parecer un hámster.
   -Pareces un hámster- se lo dije y frunció el ceño.
   -No me cambies de tema jovencito- contestó ella como una madre.
   -Vale, vale, te lo prometo…

   Otro gran estruendo, con gritos de “TOMA, TAMBIÉN HEMOS MARCADO” y “GOOOOOOL” anunciaron que mi anterior instituto había marcado, y quien lo había hecho era JR, que me mandó un beso desde la pista, dejándome un poquito en estado de shock. Rose me sacó de él volviendo a la conversación que manteníamos.

   -Lo harás en cuanto acabe el partido- dijo.
   -¿Tan pronto?
   -O es ahora o nunca.
   -JR va a morir- dijo de repente JieHee.
   -¿Qué dices, loca?- preguntó Rose.
   -Mirad- y señaló el campo de fútbol.

   JR estaba tirado en el suelo y BaekHo a su lado, de pie, y amenazante, con una cara de mala hostia impresionante. JR se levantó y fue hacia él, pero el otro, antes de que llegara a un metro de distancia, lo tumbó en el suelo de un puñetazo. Todos los jugadores de ambos equipos intentaban detener eso que acababa de empezar.

   -¿Qué ha pasado?- susurré, mi corazón latía a mil por hora, todo me estaba comenzando a dar vueltas.
   -Ha sido después de que JR te lanzara el beso, BaekHo le ha hecho una entrada dura… y lo demás ya lo has visto- contestó mi vecina.
   -Serán idiotas.

   Casi sin darme cuenta, corría gradas abajo, saltando varios escalones de una sola vez, todo para llegar lo más rápidamente posible al lugar del conflicto. Atravesé la pista corriendo como un poseso. Llegué hasta allí justo antes de que se volvieran a pegar de nuevo y me coloqué en medio de ambos.

   -¿Pero qué os pasa?- grité.
   -Éste gilipollas se cree que tengo algo contigo y se ha lanzado a romperme las piernas- contestó JR limpiándose la sangre del labio con la mano. Me giré hacia BaekHo y él sólo volvió el rostro.
   -No tengo nada con él- murmuré.
   -Escuché cómo te le declaraste en la azotea- contestó él- y os vi abrazados- abrí los ojos como platos. ¿Estaba intentando dar a entender que eso lo había molestado, que estaba celoso?
   -No tengo nada con él- volví a decir.
   -¿Y por qué te lanzó un beso?- preguntó muy alterado.
   -Y yo que sé- contesté perdiendo los nervios- no estoy en su cabeza para saber por qué motivo hace las cosas- noté cómo JR apoyaba su cabeza en mi hombro y el cambio en el rostro de BaekHo, que además de furia reflejaba decepción.
   -Quiero aclarar que no soy gay- dijo JR muy calmado- sólo quiero recuperar a mi amigo.
   -¿Mandándome besos?
   -He notado cómo este bruto te mira, quería jugar- murmuró.
   -JR…- comencé- deja mis asuntos, no tienes ningún derecho a…- no me dejó acabar.
   -Lo sé, lo sé- y se fue con sus compañeros, todos los demás nos miraban como esperando algo, pero BaekHo y yo sólo nos sosteníamos la mirada, ambos un poquito cabreados.
   -DongHo- llamó nuestro tutor- sal ahora mismo del campo de fútbol, estás expulsado del partido- BaekHo apartó su mirada de mí y comenzó a irse- Aron, tú serás el capitán lo que queda de partido- lo escuché decir antes de salir tras el chico.
   -Espera- dije, pero no me hacía caso, así que corrí tras él hasta darle alcance- espera- me puse frente a él bloqueándole el paso.
   -Aparta.
   -No.
   -Aparta.
   -Quiero hablar contigo- dije.
   -Yo no.
   -Quiero arreglar las cosas.
   -Un poco tarde, ¿no?- preguntó sarcástico.
   -No lo creo- contesté muy seguro de mí mismo, no había estado tan seguro de mí mismo desde hacía bastante tiempo- no creo que este ataque de celos sea por nada.
   -Te lo advierto- dijo caminando amenazante hacia mí- no me toques las pelotas.
   -Quiero decirte que sé que estuvo mal, que nunca debí engañarte, que debía haberte dicho que era un chico desde el principio, que no debía haberte dado esperanzas, que yo no quería enamorarme de nuevo como un tonto y tú hiciste que así fuera, dejándome sin aliento y sin razón cada vez que estábamos juntos- comencé a decir- también, que sólo quiero que sepas que lo siento, que fui un capullo, que me he comportado fatal contigo, que me merezco tu odio, que me aborrezcas para siempre y que no me mires más a la cara, pero es que… me he dado cuenta de que estando a tu lado yo era como hacía tiempo, como la persona que era antes, alguien alegre y despreocupado… alguien que comenzó a enamorarse de ti casi sin darse cuenta y que cuando te perdió me odié por ello, porque yo te había fallado y… y… lo siento muchísimo… no espero que me perdones, sólo espero que sepas que no lo hice con mala intención o con ánimos de hacerlo mal, yo sólo quería cambiar mi antigua vida y empezar una nueva, tú te cruzaste en mi camino y cometí la gilipollez enorme de enamorarme y no decirte que era un chico… y… sé que me estoy repitiendo… pero quiero que te quede claro que…
   -Basta- murmuró- ya basta- su voz estaba quebrada.
   -Lo siento mucho, BaekHo… lo siento mucho, siento muchísimo lo mal que te lo he hecho pasar, siento…
   -He dicho que pares- avanzó hacia mí y me abrazó fuertemente- para, por favor- sentí sus lágrimas caer sobre mi hombro- para…
   -BaekHo…- susurré.
   -No hables…

   Rodeé su cuerpo con mis brazos y lo apreté fuertemente contra mí, mientras lo oía sollozar. Pasé mis manos por su espalda, por su cuello, por su pelo, intentando calmarlo, intentando que dejara de sufrir por mi culpa, intentando quedarme en sus brazos para siempre. Estuvimos mucho rato así, la verdad, no supe cuanto, pero cuando BaekHo comenzó a retirarse, sentí un gran vacío en mi corazón. Él se secó las lágrimas y me miró fijamente a los ojos.

   -Te perdono- susurró.

   Mis oídos no podían dar crédito a lo que escuchaban. Después de todo, ¿me perdonaba? No me lo podía creer y mi cara lo reflejó perfectamente.

   -Créelo- susurró- te perdono, te perdono porque has tenido el valor de enmendar tu error, porque te has plantado frente a mí y no has tenido miedo a escuchar que te odiaba, pero también te perdono… porque no sé exactamente cómo puede ser posible… pero te sigo queriendo- abrí los ojos como platos- no sé si esto me convierte en gay o qué… pero lo que sí sé, es que no quiero estar sin ti.
   -¿Lo… lo… dices en… serio?- pregunté temeroso.
   -Muy en serio, y, me gustaría comenzar otra vez- me lancé a sus brazos sin pensarlo al oír esas palabras- ¿eso es un sí?- preguntó.
   -Sí- BaekHo me cogió el rostro y me dio un suave beso en los labios, apenas un roce, pero que me hizo infinitamente feliz.
   -Te quiero- susurró contra mis labios.
   -Yo también te quiero.





viernes, 2 de noviembre de 2012

Love Outside Logic


Capítulo 9
De Todo Lo Que Huía


   -¿MinKi?¿Choi MinKi?- preguntó.
   -¿JR?
   -No puede ser…- se acercó a mí- ¿qué te has hecho en el pelo?- me tocó el flequillo y cogió un mechón delicadamente- estás raro, no te había reconocido.
   -Es bueno volver a verte- murmuré.
   -Por supuesto que sí- sonrió- llevábamos mucho tiempo sin vernos, no sabía dónde te habías metido, simplemente desapareciste.
   -Necesitaba un cambio de aire- contesté intentando esquivar adónde me llevaría esa conversación- ¿por qué estás aquí?
   -Oh, eso, es verdad- pasó un brazo por mis hombros- pues comienza la temporada, así que a partir de ahora me verás mucho por aquí.

   Después del encuentro salí corriendo para mi casa y no paré hasta llegar a ella. Nada más entrar, llamaron a la puerta y supuse que sería mi vecina, así que le abrí. Y no me equivocaba. Allí estaba ella, con unos cuantos de folios en una carpeta y miles de lápices y cosas así para dibujar.

   -Rose me ha dicho que has sido tú el que le ha enviado de regreso a MinHyun oppa, así que cuéntamelo todo- dijo.
   -Creo que hay otra cosa todavía más importante que debería contarte- dije.
   -¿Más importante que lo de que Rose ha vuelto con su chico?- preguntó.
   -Mucho más…

   Y al final acabamos esa noche de reunión de chicas en casa de mi vecina, ya que mis padres, por una vez estaban en casa, y allí no se podía hablar con tranquilidad.

   -¿Qué fue lo que pasó?- preguntó Rose desde la pantalla del ordenador. No la habían dejado salir de casa, así que la teníamos en videollamada por Skype.
   -Me encontré con JR.
   -Oh my God!- dijo ella.
   -Esto se pone interesante- murmuró mi vecina.
   -¿Dónde?- dijo la otra sin hacer caso a JieHee.
   -En el instituto.
   -¿Y qué hacía allí?
   -Comienza la temporada de fútbol- dije.
   -Esto se pone mal- murmuró ella- JieHee, ¿tú que piensas?
   -Que mi manga se está poniendo cada vez más interesante.

   Pasé todo el fin de semana de un humor de perros. ¿No tenía ya bastante con intentar arreglar lo de BaekHo? No, ahora tenía un problema más. La puñetera temporada de fútbol entre institutos tenía que empezar justo en este momento. Y lo peor de todo era que ahora tendría que lidiar día sí y día también con JR, ya que jugaban el fin de semana siguiente y tenían que entrenar en mi instituto, como siempre hacían.

   Me esperaba una semana infernal, lo sabía, pero… ¿qué podía hacer?

   El lunes, nada más entrar, volví a encontrarme con JR. ¿No tenía vida social o qué? ¿Tenía que estar a todas horas en mi instituto toda la semana? Que fuera el capitán del equipo de fútbol hacía que durante la temporada, perdiera varias semanas de clase por eso de organizar las cosas, así que, no podía extrañarme que lo viera día sí, día también rondando por mi instituto.

   JR me saludó y se acercó a mí. Comenzó a parlotear acerca del partido, de lo duro que iba a ser, de lo bien que jugaban los chicos de mi instituto, casi ni me deja a ir a clase cuando el timbre sonó insistentemente.

  -Nos vemos en el almuerzo- dijo despidiéndome en la puerta de mi clase.

   Cuando entré a la clase me llevé miradas de odio y de asco de la mayoría, pero pasé de ellos y me dirigí a mi asiento. Escuché de fondo los cotilleos de las chicas, no les hice mucho caso, pero al escuchar el nombre de BaekHo, puse la oreja.

   -¿Lo habéis visto? No han pasado más que un par de semanas y ya está echándole el lazo a otro pobre inocente- decía Alice.

   -Habrá que advertirlo, ¿no creéis?- siguió Ara.
   -Pobre BaekHo… ahora que parecía más humano…- comentó Lime.
   -Si es que es un putón- terminó YooYoung.

   Me estaba revolviendo en mi asiento después de escuchar eso, y estaba a punto de levantarme cuando vi que BaekHo se acercaba a ellas y pegaba un puñetazo en la mesa en la que estaban reunidas, asustándolas. Después, se agachó y les dijo algo que no pude escuchar, pero que pareció asustarlas todavía más.

   A la hora del almuerzo, JR me esperaba en la puerta de la clase, junto con Rose. MinHyun y Aron salieron detrás de mí y pusieron mala cara al ver al nuevo acoplado al grupo. Nos dirigimos a la cafetería y levantamos las miradas de todos, los cuchicheos y los cotilleos, pero acostumbrados a eso cómo estábamos, pasamos de todos. Nos sentamos en una mesa, y fue allí dónde JR preguntó qué pasaba.

   -Sería bueno que no te juntaras con nosotros- dijo MinHyun, parecía que no le hacía mucha gracia que JR estuviera con nosotros.
   -¿Por qué?
   -Son cosas que no te interesan- contestó Aron.
   -No seáis así- regañó Rose.
   -No importa, no pasa nada, sino es asunto mío no preguntaré más- dijo al final JR, y la conversación del almuerzo se volvió algo más agradable desde ahí, pero todos seguían estando tensos.

   Durante toda la semana estuvimos así. JR no quería separarse de mí ni un momento, y los cotilleos y rumores se extendieron como la espuma. El jueves ya no pude aguantar y exploté. Estaba muy harto de que todo lo que hiciera fuera motivo para que todos hablaran de mí y encima, el que JR estuviera a todas horas pegado a mí me daba muy mala espina.

   Salí de la clase después de soltar varias barbaridades por mi boca y dejar asombrados a todos por la mala leche que me podía gastar cuando me tocaban las pelotas. Me encontré por los pasillos con BaekHo y pasé de él olímpicamente bufando, no quería verlo en esos momentos, estaba demasiado cabreado. Comencé a subir y a subir y al final llegué a la azotea casi sin darme cuenta. Atravesé el lugar y me apoyé contra la valla metálica.

   Suspiré e intenté tranquilizarme, pero no podía. Me giré y agarré la valla fuertemente con mis manos. Qué fácil sería escalar esa valla y acabar con todo, pero sabía que eso sería echar por la borda todo lo que había conseguido, y también, decepcionar a todos los que me habían estado apoyando. Escuché la puerta abrirse y me giré rápidamente. Allí estaba JR.

   -Vete- susurré y me volví a girar.
   -¿Qué es lo que está pasando?- se acercó.
   -¡FUERA!- grité.
   -Sólo quiero saber qué es…- no lo dejé terminar.
   -Tú, te fuiste de mi lado cuando todos me odiaban, tú, que eras mi mejor amigo, la persona que yo amaba, me dejaste de lado, tú…- no pude continuar, las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas sin que yo quisiera detenerlas, últimamente me daba lo mismo que me vieran llorar, estaba cansado de todo. Noté cómo JR me rodeaba con sus brazos y me acercaba a él.
   -Lo siento- susurró- yo… estaba muy asustado… cuando todo pasó… no sabía cómo tratarte… ni cómo hablar contigo… yo… lo siento…
   -Déjalo, ya no importa.
   -¿Qué es lo que ha pasado?- preguntó acariciándome el pelo.
   -He vuelto a hacer el gilipollas otra vez- contesté.
   -Te ayudaré- me separó para mirarme a los ojos.
   -No, ni se te ocurra- dije- ¿sabes que ya estás metido en todos los cotilleos? No quiero involucrarte más.
   -Tú siempre intentando arreglarlo todo solo- comentó- nunca dejas que la gente te ayude en nada.
   -Ahora tengo a gente que me ayude- contesté y me separé de él secándome las lágrimas- me alegro de que me hayas pedido perdón y de que quieras ayudarme, pero no hace falta.
   -MinKi…- me alcé un poco y le di un beso en la mejilla.
   -No te vuelvas a acercar a mí- me despedí sonriendo- soy una mala influencia.
   -Pero yo quiero volver a ser tu amigo- me intentó detener, pero me zafé de él.
   -Y yo- contesté- pero poco a poco.
   -Está bien- murmuró y yo salí de allí, más tranquilo, y con varias cosas claras.

   La primera, ya no le guardaba ningún rencor a JR, y segunda, me costara lo que me costase iba a aclarar las cosas con BaekHo, sí o sí.


jueves, 1 de noviembre de 2012

EXO



Prólogo



   Esta historia comenzó hace miles de años, cuando los doce dioses crearon la Tierra y todas las formas y seres vivos, cuando habitaban este planeta y velaban por los humanos, su mayor obra, creados a su imagen y semejanza. Sin embargo, un día, destronados por otros dioses se vieron obligados a abandonar la Tierra y desaparecieron sin dejar rastro.

   Pero ahora, han regresado.