Capítulo 2
Fire
El bombero salió de mi casa con una cara de
mala hostia impresionante. Lo vi caminar hacia mí, desde el bordillo de la
acera donde estaba sentado. El hombre cruzó la calle y se agachó junto a mí.
-Has tenido suerte muchacho- dijo poniendo
una mano en mi hombro- si tu vecina no nos hubiera llamado y tú no te hubieras
despertado, ya no estarías aquí- y se fue.
Supuestamente ese hombre debería animarme o
algo así, pero me había dicho que sino hubiera sido por suerte ahora mismo
estaría feeling like a pollo carbonizado.
Tenía
que hablar con alguien, y no con la vecina cotilla o con los bomberos secos,
pero BaekHyun no pillaba wi-fi en la residencia a no ser que se subiera a la
cama y pegara el móvil al techo, y como no era muy alto y tenía que ponerse de
puntillas y alzar los brazos, pasaba de tener Internet, así que, no podía
contactar con él. De repente, otro de los bomberos se paró frente a mí.
-No se ha perdido mucho- dijo- el sofá está
quemado, y la estufa, lo pillamos a tiempo.
-Bueno… menos mal- suspiré algo más
tranquilo.
-Deberías tener mucho cuidado, y no quedarte
dormido con la estufa puesta, podría haber pasado una desgracia.
-Lo siento- murmuré- no volverá a pasar.
-Eso espero- sonrió- ya puedes entrar a
casa, pero sería mejor que pasaras directamente a tu habitación, deberías
descansar.
-De acuerdo- asentí con la cabeza, pero de
pronto me acordé de algo- ¿y mis padres?
-Han sido avisados- contestó- les contamos
que no había pasado gran cosa, y ahora están de camino.
-De todas maneras volvían mañana- susurré.
-No te preocupes por nada ahora, y descansa-
aconsejó de nuevo- es lo mejor.
-Sí- me incliné un poco y me dirigí a mi
casa.
Pasé
por el salón y suspiré. Me caería la bronca del siglo por haberme dejado el
brasero encendido y yo quedarme dormido. Abrí los ojos como platos al
recordarlo. Yo no había encendido el brasero en ningún momento. ¿Entonces?
La
cabeza empezó a darme vueltas y tuve que apoyarme contra la pared para no caer
al suelo. Cuando se me pasó, subí las escaleras, entré en mi habitación me
quité toda la ropa y me metí bajo las sábanas desnudo. Intentaría descansar.
Todo me estaba afectando demasiado.
-oooOOOooo-
Estaba medio adormilado con la cabeza
apoyada sobre el regazo de mi amigo cuando de repente noté que este se tensaba,
y no por la película de terror que estábamos viendo, porque no había pasado
nada raro en ella, debía de haber sido otra cosa.
-¿Pasa algo, Kevin?- pregunté, atrayendo así
la atención del otro inquilino del piso.
-No- dijo rápidamente- es sólo que…- se
quedó unos segundos meditando para luego negar con su cabeza- no es nada…- dijo
al final- no es nada…
-oooOOOooo-
Me desperté por los gritos que pegaba mi
madre desde el piso inferior. Me puse unos pantalones que encontré por ahí
tirados y salí de mi habitación. Craso error. Mis padres acababan de llegar y
habían visto el estropicio que había formado con lo de la estufa, aunque yo no
recordaba para nada haberla encendido. Tendría que hablar con BaekHyun sobre
eso.
Improperios, maldiciones, y cosas tales
como: “te dejamos solo unas semanas y
mira lo que formas”. Casi ni sabía cómo seguía en pie, vivito y coleando,
mis padres tenían sus instintos asesinos a tope desplegados y aquello era muy
desagradable. Después de un buen rato, me dejaron libre y salí pitando para
ducharme, vestirme, coger los libros y salir pitando hacia la Universidad.
Cuando llegué, me dirigí rápidamente para la
clase, donde sabía que debía de estar BaekHyun ya, esperándome con un sitio libre,
preparado para mí. Llegué al lugar, y lo vi, con su mochila sobre la mesa de al
lado para que nadie se sentara. Fui hacia él, y en cuanto me vio apartó su
mochila.
-Buenos días- saludó sonriente.
-BaekHyun anoche me pasó algo muy extraño-
dije rápidamente al sentarme.
-Buenos modales ante todo- murmuró
sarcástico.
-Esto es muy importante- contesté
acercándome más a él- anoche…- cogí aire- se quemó el sofá y la estufa… y…
-¿¡Qué!?- gritó- y… ¿tú estás bien? ¿Verdad
que estás bien?- preguntó preocupado tocándome cada parte de mi cuerpo que
estaba a su alcance.
-Sí, tranquilo, estoy perfectamente- le dije
y le agarré las manos entre las mías, para luego acercarme a él de nuevo- la
cosa es que me dijeron los bomberos que fue por dejarme la estufa encendida y
yo quedarme dormido…
-Eres un irresponsable que…- comenzó
BaekHyun a regañarme, pero lo corté antes de que pudiera seguir.
-Pero es que yo no encendí la estufa- mi
amigo se soltó de mi agarre y tomó mi cara entre sus manos, después suspiró.
-Sé que ayer estabas cansado, Channie, lo
mismo no te acuerdas de…
-Es que no la encendí- protesté e intenté
que me soltara.
-Quieto- susurró- y mírame a los ojos.
-¿Por qué?- me crucé de brazos cabreado,
encima de que no me creía me hacía estar en esa posición.
-Estoy intentando averiguar si me mientes o
no- contestó. Puse mis ojos en blanco y luego lo miré intensamente- vale, ahora
dilo.
-No encendí la estufa- nos pasamos un buen
rato mirándonos, hasta que quitó sus manos de mi rostro y se alejó.
-Te creo- susurró y yo respiré aliviado-
pero… es muy extraño…
-Lo sé, por eso quería decírtelo, aquí tú
eres la cabeza pensante- contesté.
-Ya sé
que tu cabeza no da para mucho, pero…
-Sin insultar- corté fingiendo que me había
molestado.
-Mira, Channie, sinceramente, es algo muy
raro, así que, será mejor que lo dejemos por el momento, ¿vale?
-Pero…
-Luego lo hablamos con tranquilidad- dijo
BaekHyun.
Yo sólo asentí, si él me decía eso era
porque su cerebro estaba pensando y procesando los pocos datos que le había
dado para tener una respuesta satisfactoria. El profesor perro-flauta llegó a
la clase y comenzó con sus explicaciones raras, como él, sobre el tema que
comenzó antes de las vacaciones de Navidad.
Al acabar la clase, nos dirigimos hacia la
otra punta del edificio, donde teníamos la siguiente. BaekHyun estaba muy
callado, y eso no era muy normal en él, siempre iba quejándose de mí y de lo
loco que estaba. Su silencio sólo podía significar que estaba tan metido en sus
pensamientos que no hacía caso a nada de lo que había a su alrededor, ni
siquiera a mi presencia deslumbrante.
Al girar las esquina, nos encontramos de
frente con dos chicos, y BaekHyun se chocó con el más alto, que era más alto
incluso que yo, de hecho, me sonaba bastante la cara de ese chico, aunque no
recordaba exactamente de que.
-Lo siento- susurró mi amigo y siguió su
camino tras hacer una reverencia, yo hice otra y me retiré tras él.
-¿Tú tan despistado? ¿Desde cuando?- dije
para molestarlo.
-Shhh- dijo, y siguió con su camino.
-Jo… me ignora- me quejé.
Pasé toda la mañana detrás de BaekHyun
dándole la lata, y cada vez que lo hacía, él me mandaba a callar o me miraba de
muy mala hostia. No sabía qué hacer para traer de vuelta al a aquel que siempre
me acompañaba en mi demencia. Y así estuvimos hasta que a la hora del almuerzo,
después de coger el “riquísimo” menú
de la cafetería, él se dignó a hablarme.
-¿No serás algo así como un extraterrestre?-
preguntó.
-Mejor no haberte dicho nada- murmuré.
-No, lo digo en serio- contestó- o algún
superhéroe de estos de los cómics americanos, ¿te cayó ácido de pequeño?
-BaekHyun… no te burles de mí.
-No lo hago- dijo.
-¿Entonces?
-Es que no se me ocurre qué más puede ser-
respondió- llevo toda la mañana dándole vueltas y estas son a las dos
conclusiones a las que he llegado.
-Pues vaya cerebro…
-Pero… ¿no te gustaría ser un superhéroe?
-No mucho… eso de salvar el mundo poniendo
en peligro mi vida no me va para nada- contesté.
-A mí sí que me gustaría- dijo él- sería
emocionante.
-Sí, y peligroso…- BaekHyun se acercó a mí y
puso una mano en mi frente.
-¿Estás bien?- asentí- creo que lo del fuego
te ha afectado.
-Oish, quita- me quejé quitando su mano de
mi frente.
-Es que te has vuelto muy sensato de
repente, me extraña- dijo- ayer estabas tan echo polvo como siempre, y hoy, te
vuelves responsable.
-Oh, calla…- contesté molesto.
Y nos pusimos a comer lo que la Universidad
preparaba con tanto amor y cariño para sus alumnos, nótese la ironía. Después
fuimos al lugar lleno de mesas que había en la segunda planta del edificio, y
donde podías hablar, estudiar o lo que quisieras sin ser molestado, cómo pasaba
en la Biblioteca, de allí te echaban sólo por respirar algo más fuerte de lo
normal.
Me propuse pasar a limpio los apuntes y así
pasar la tarde, mientras BaekHyun copiaba los que yo había cogido esta mañana
en su ausencia mental. Hablamos de varias cosas, pero no volvimos a tocar el
tema de lo del fuego, parecía no haber una explicación racional a ello, así
que, lo mismo sí que había encendido la estufa y no me acordaba.
Nos quedamos hasta muy tarde en la Facultad,
ya casi todo el mundo se había ido, y en las mesas sólo estábamos nosotros dos.
BaekHyun me pasó el último folio que terminaba de copiar y al cogerlo, sentí
cómo mi mano vibraba y, de repente, el papel echó a arder. Lo solté y
rápidamente lo pisé varias veces hasta apagarlo. Al levantar mi cabeza vi que
mi amigo se había quedado de piedra.
-BaekHyunnie…- susurré.
-¿Dónde tienes el mechero?- preguntó.
-Sabes que no fumo.
-¿Dónde está el truco?- comenzó a alterarse.
-BaekHyunnie…
-Park ChanYeol… me estás asustando…
-¿Y crees que yo no estoy asustado?- grité
un poco desesperado, estaba acojonado por lo que acababa de pasar- tengo mucho
miedo.
-Yo… Channie…- se acercó a mí y me abrazó
fuerte- todo esto es muy raro- susurró en mi oído- sólo quiero pensar que no ha
ocurrido…
-Pero…
-Lo sé… ha pasado, lo he visto, has quemado
el papel…
-BaekHyunnie… tengo miedo- lo apreté fuerte
contra mi cuerpo, nunca había sentido tal necesidad de tener a una persona tan
cerca de mí, pero ahora, sólo quería que mi amigo me protegiera de todo cuánto
estuviera mal en mí.
-Tranquilo… tranquilo…- susurró mientras me
acariciaba el pelo- estoy aquí… no te dejaré… nunca…
-Gracias…