Título: THE HOST
Autora: Riz Aino
Pareja: NAP (CAP +
Niel) (TEEN TOP)
Clasificación:
PG–13
Géneros:
AU, romance, drama
Número de palabras:
924 palabras
Resumen:
Niel realiza demasiados viajes a Japón solo para pasar las noches en aquel host
club exclusivo en el que trabaja MinSoo.
Notas: historia
escrita para xoko, que adivinó un juego que hice sobre TEEN TOP.
Comentario de autora:
la verdad es que la idea de esta historia llevaba mucho tiempo rondando por mi
ordenador, pero había estado medio perdida entre todos mis documentos, así que,
me alegro de haberla sacado de entre la maraña de fanfics. Espero que os guste.
THE HOST
Niel se encontraba de pie frente a
la mesa de madera maciza del despacho de su padre, con sus brazos a sus
espaldas, tratando de mantener una posición recta ante el hombre que se sentaba
sentado en la silla de cuero observando unos papeles con ojo crítico y, de vez
en cuando, lanzándole miradas desaprobatorias. El joven no podía evitar torcer
el gesto algunos segundos, incapaz de mantener la expresión neutra durante todo
el tiempo, incapaz de mantenerse del todo quieto como debía estar ante el
magnate que había levantado aquella empresa de entretenimiento, mientras
esperaba a que éste le dijera aquello por lo que lo había mandado llamar a
aquel lugar. Finalmente, después de lo que a Niel le parecieron horas, su padre
finalmente dejó los papeles sobre la mesa y le dirigió la mirada más gélida que
le había dirigido en toda su vida —y eso que había recibido una gran cantidad
de aquellas miradas en sus veinticuatro años— antes de comenzar a hablar.
—Tus aportaciones al capital de la
empresa son mínimas —comentó—, en comparación con todos los gastos que supones.
Por ese motivo he decidido que voy a poner un límite a tu tarjeta de crédito
cada mes y voy a hacer que vigilen expresamente tu trabajo aquí para ver cómo
se le puede sacar mucho más beneficio.
Una expresión de incredulidad
apareció en el rostro de Niel; sin embargo, no abrió la boca para protestar
porque sabía perfectamente que, dijera lo que dijera, éste no lo iba a
escuchar. Una vez que había tomado una decisión, nadie era capaz de hacer que
cambiara de opinión. Por ese motivo, el chico simplemente suspiró profundamente
antes de asentir con su cabeza en un movimiento leve.
—¿Algo más, padre? —preguntó—. ¿O
puedo retirarme?
—Puedes retirarte —le contestó,
cogiendo otro taco de folios que había en su escritorio y no volviendo a
prestarle atención alguna.
Niel no pudo evitar poner los ojos
en blanco antes de salir del despacho de su padre para después caminar por los
pasillos de la empresa, bajando incluso las escaleras hasta la planta baja a
pie, hasta que estuvo fuera del edificio, en el parking. Después de aquello que le había dicho su padre, no iba a
volver a poder disfrutar de su tiempo libre en una buena temporada, así que,
iba a aprovechar bien aquel último fin de semana de completa libertad… y el
chico sabía perfectamente qué era lo que quería hacer. Niel se montó en su
deportivo y después avisó al piloto de su jet privado que lo tuviera todo listo
para llevarlo hasta Japón en el tiempo en el que él tardara en llegar hasta el
aeropuerto de Incheon.
Solo un par de horas después de que
tuviera aquella conversación con su padre, Niel se encontraba en Japón, más
concretamente en Tokio, en uno de los barrios más lujosos de la capital, con
establecimientos solo aptos para una selecta parte de la población, aquella que
se podía permitir los prohibitivos precios de aquellos lugares sin tener que
preocuparse por el precio de la cuenta. Niel se mezclaba perfectamente con la
alta burguesía de Japón gracias a su perfecto japonés y al caro traje que vestía,
pero en el lugar en el que se encontraba, el chico no buscaba la compañía de
ningún japonés, sino de un coreano, como él, que trabajaba en aquel sitio. En
aquel club de hosts que se
caracterizaba por la discreción y la intimidad, Niel solo quería buscar a
MinSoo para pasar el mayor tiempo posible con él durante aquel fin de semana,
ya que tardaría un buen tiempo en volver por allí.
Sin embargo, Niel ni siquiera tuvo
que buscar a MinSoo, ya que solo después de un par de minutos de su llegada,
éste lo encontró a él y se plantó delante del chico, con una sonrisa
encantadora en sus labios, una sonrisa que hacía que sus ojos se
empequeñecieran y parecieran dos medias lunas. Una sonrisa que hizo que Niel se
calmara inmediatamente porque las palabras de su padre habían hecho que se
enfureciera bastante, aunque se había controlado para no montar ninguna escena
ni en la empresa, ni fuera de ella. Pero en aquel momento, teniendo a MinSoo
ante él, todo su cuerpo se relajó y se lanzó a sus brazos.
—Parece que me has echado de menos —comentó
MinSoo en coreano, susurrándole estas palabras al oído, para que solo él las
entendiera y escuchara—. Yo también te he echado de menos.
Y Niel no pudo evitar la sonrisa que
apareció en sus labios. Había necesitado aquello demasiado, estar en los brazos
de MinSoo, escuchar su voz y ver su rostro… porque, aunque MinSoo fuera solo un
host para el resto del mundo, para
Niel lo era todo.
Notas finales:
—El
magnate padre de Niel es Andy, porque, ¿quién más podría ser sino era él?
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