Título: Tangled in the red thread
Autora: Riz Aino
Parejas: WooYoonHee (Ace + Ayno + Ziu) (VAV)
Calificación: NC–17
Géneros: AU, soulmates, romance (leve), smut, pwp
Número de palabras: 3.400 palabras
Resumen: siempre se ha dicho que cuando hay dos
personas ligadas a una tercera por el hilo rojo del destino, el destino ha
castigado con una vida de dolor y sufrimiento a los implicados… no obstante,
esto no es así entre WooYoung, YoonHo y HeeJun…
Advertencias: básicamente… relaciones sexuales explícitas… en
trío (?) No hay mucho más de lo que pueda avisar, con eso solo está bien.
Notas: historia escrita básicamente porque salió el teaser y
claro, mi mente ya se imagina desde ahí cosas raras. La prueba
del delito.
Comentario de autora: es mi primer fanfic de VAV, el primero
que escribo, porque tengo como 20 pensados, pero bueno… eso, mi primer fanfic y
tenía que ser de este tipo… porque sí, porque soy así. Espero que os guste.
—Ahhh… —jadeó YoonHo, sin poder contener su voz un
segundo más. El placer que se estaba extendiendo por su cuerpo a través de
todas sus terminaciones nerviosas era demasiado exquisito como para que
realmente pudiera hacer algo por detener su voz, aunque se suponía que no debía
de alzarla demasiado—. Mmmmm… —siguió, mordiendo su labio inferior con gran
fuerza para tratar de que el placer no se escapara a través de sus labios.
—Shhhh… —murmuró en ese momento WooYoung contra la piel
de su cuello, separándose de ella lo justo y necesario para que aquel sonido
pudiera ser esbozado y volviendo a besarlo décimas de segundo después—. Es
mejor que no alces la voz… —susurró de nuevo, dejando su piel levemente para
hablar—, al menos, si no quieres que todo el edificio se entere…
YoonHo cerró sus ojos con fuerza, a la vez que apretaba
sus manos en puños y hundía sus talones en el colchón de la enorme cama, porque
WooYoung tenía razón, no debía alzar la voz para que nadie se enterara de lo
que estaba sucediendo en aquella habitación. Y, sin embargo, aquello era mucho
más fácil de decir que de hacer. WooYoung no se había visto en esa situación,
no se había visto tan invadido por el placer que lo único que deseaba era poder
gritar y no contenerse porque era demasiado.
Ojalá fuera mucho más fácil detener los sonidos que querían escaparse de sus
labios, a través de su boca firmemente apretada, sus muelas encajadas arriba y
abajo. No obstante, para YoonHo no era nada fácil sobrellevar aquel placer…
porque era exquisito y porque atacaba en varias partes de su cuerpo a la vez y
su sistema nervioso no tenía ni un solo respiro.
Porque a la vez que WooYoung besaba y mordisqueaba su
cuello, sus dedos traviesos encontraban demasiado divertido jugar con su pezón
derecho, el más sensible, rozándolo, pellizcándolo… y YoonHo casi daba gracias
a que no estaba usando su lengua en él todavía.
Quién sí que estaba usando su lengua y no le dejaba ni un solo segundo de
respiro era HeeJun, enviándole oleadas de placer intermitentes e interminables
mientras lamía su miembro, a veces en la base, a veces en la punta, volviéndolo
cada vez más duro, tan duro que a YoonHo comenzaba a dolerle. Pero HeeJun
también jugaba con él, jugaba inclinándose sobre su miembro, besándolo,
chupándolo, o simplemente respirando junto a él y usando su cálido aliento para
que no pudiera evitar derretirse de placer, alejándose en cuanto notaba que el
fuego se acumulaba en su interior, a punto de estallar en un clímax intenso que
lo haría ver las estrellas detrás de sus párpados.
Ambos
estaban jugando con él, con su cuerpo… y YoonHo mentiría si dijera que aquello
realmente no le gustaba.
Le
gustaba. Estaba totalmente claro que le gustaba porque si no, no hubiera dejado
en primer lugar que aquellos dos chicos jugaran con él de esa forma. No obstante,
a pesar de que le gustaba, a pesar de que le encantaba, YoonHo sentía que podía
explotar en cualquier momento de placer porque éste se acumulaba en su interior
demasiado, porque WooYoung y HeeJun jugaban siempre con él hasta que no podía
más.
—Ahhhh…
—volvió a gemir, dejando escapar su voz otra vez.
No
debía. No debía hacer ruido. No debía dejar que sus vecinos se enteraran de lo
que estaba sucediendo en aquella habitación, no debía dejar que sus gemidos se
filtraran a través de las finas paredes de aquella construcción. No solo no
debía, no podía. Se suponía que lo que hacían no tenía que ser descubierto
porque estaba muy mal visto en la sociedad y ninguno de los tres deseaba que la
sociedad les diera la espalda. Pero por mucho que lo tratara, su voz quería
escapar una y otra vez, salir de su garganta y abrirse paso a través de sus
labios para inundar la habitación con sus gemidos. Ojalá simplemente pudiera
dejarse llevar por el placer que ambos le proporcionaban, ojalá pudiera…
La
mente de YoonHo se desconectó debido a la siguiente oleada de placer que
recorrió todo su sistema nervioso, una oleada provocada por la lengua de
HeeJun, una lengua experta que sabía perfectamente qué era lo que debía hacer,
una lengua que se había detenido en la sensible punta de su miembro y se había
introducido solo un poquito en el pequeño agujero. El cuerpo de YoonHo se puso
completamente tenso por aquella acción y tuvo que agarrar con una de sus manos
la sábana fuertemente, a la vez que su cuerpo se alzaba levemente en la cama y
los dedos de sus pies se curvaban bajo aquel intenso placer. Su cuerpo no
estaba preparado para todo aquel placer, nunca lo estaba, pero si que estaba
totalmente preparado para dejarse ir, para que con un par más de roces de la
lengua del menor de los tres hicieran que se corriera de forma inevitable.
Y,
sin embargo, lo que HeeJun hizo en ese momento fue alejarse de su miembro,
alejarse de él, haciendo que a su entrepierna la invadiera repentinamente el
frío, aunque la calefacción estaba encendida, aunque su propia piel acumulaba
un inmenso calor. De la misma forma, sin previo aviso, también dejó de sentir
la lengua de WooYoung en su cuello, sus dedos jugando con su pezón. Lo odiaba.
Odiaba cuando lo dejaban al borde del clímax para alejarse de él. Lo odiaba
porque no le dejaban correrse cuando quería… pero a la vez, le encantaba porque
prolongaban los juegos, hacían que acumulara mucho más placer. No obstante, en
el momento en el que lo hacían, el chico se sentía completamente desesperado
por llegar al orgasmo y no pensaba en absolutamente nada más.
—No…
—fue capaz de murmurar—. Por favor… no otra vez…
YoonHo
abrió sus ojos, para encontrarse a WooYoung y HeeJun observándolo, sentados
sobre la cama, ambos con sonrisas pícaras en sus labios y deseo contenido en
sus miradas.
Cuando
se encontraba con aquella vista ante él, lo único que podía pensar era en que,
a pesar de todo, a pesar de que, si el resto del mundo se enteraba, aquella
había sido la mejor opción, la única opción que se podía elegir para que
ninguno saliera herido. Porque no era nada común que el destino enlazara a dos
personas diferentes con una tercera persona, era algo considerado raro, algo
que solo sucedía cuando el destino quería castigar a las tres personas implicadas
por lo que hubieran hecho en sus anteriores vidas. El castigo era que la
relación entre ellos fuera completamente inviable, que se hicieran daño entre
ellos y sufrieran por amor. No obstante, cuando YoonHo se había percatado que
cada uno de sus meñiques estaba atado con un hilo que lo llevaba en direcciones
diferentes, decidió que no quería eso, que no quería sufrir ese castigo y que
quería poder vivir en armonía, poder vivir el amor con las dos personas a las
que estaba destinado. Pero, aunque lo había decidido por sí mismo, hasta que no
los conoció a ambos, no pudo tratar de conseguir lo que había deseado.
Los
tres habían hablado largo y tendido, lo habían intentado de mil formas, habían
tratado que funcionara y, finalmente, habían conseguido que la relación que
mantenían —aunque oculta para el resto del mundo ya que les parecería lo peor—
fuera una relación a tres que merecía la pena, una relación en la que YoonHo
podía amar a aquellos dos chicos que tenía con él en la cama, una relación en
la que WooYoung y HeeJun también lo amaban sin reservas y en la que ninguno se
sentía desplazado, en la que a ninguno se le hacía daño. Después de todo, había
sido lo mejor. Había sido lo mejor y la vida de YoonHo merecía muchísimo la
pena, aunque no pudiera dejar que su voz se escapara llena de placer mientras
mantenían relaciones sexuales los tres, merecía muchísimo la pena, aunque
aquellos dos idiotas lo dejaran a medias cuando estaba a punto de alcanzar el
orgasmo, para jugar con él.
—Si
lo suplicas de esa… —murmuró HeeJun, después de que YoonHo no hubiera podido
tener aquel “no”—. Tendremos que hacer algo…
El
chico se inclinó sobre él para dejar un beso en sus labios, un beso en el que
YoonHo pudo notar el sabor de su miembro en la lengua del menor cuando éste jugó
con la suya durante unos momentos, para después separarse de él y levantarse de
la cama. YoonHo no pudo evitar seguirlo con la mirada, no pudo evitar observar
aquel trasero respingón moviéndose por la habitación, yendo hacia el cajón del
escritorio en el que guardaba el lubricante y los condones. Normalmente los
sacaban antes de comenzar a hacer nada, pero a aquella situación habían llegado
de una forma un poco precipitada y no les había dado tiempo más que a
desnudarse y a comenzar a tocarse. No obstante, aunque YoonHo siguió con la
mirada a HeeJun, no pudo hacerlo durante todo el tiempo porque, en ese momento,
WooYoung hizo que le prestara atención a él y YoonHo se enfocó totalmente en el
chico que tenía delante.
—Ven
aquí —le había dicho, señalándose su boca y justo después su entrepierna.
Llevaban
demasiado tiempo con aquellos juegos, así que, no hubo necesidad de decir
absolutamente nada más porque, inmediatamente, YoonHo supo qué era lo que
quería. Se incorporó de la cama para ir hasta el final de ésta, donde se encontraba
el chico esperándolo, siguiendo todos sus movimientos con aquella mirada en la
que ardía el deseo. YoonHo le dio un beso en los labios, lento, profundo,
haciendo que sus lenguas lucharan en una pequeña contienda para ganar el derecho
a entrar en la boca del otro de forma profunda, un beso que hizo que su cuerpo
se volviera a estremecer de placer porque la boca de WooYoung era un pecado
demasiado grande… aunque a YoonHo nunca le había importado pecar a través de
aquella boca.
Cuando
finalmente se separaron, YoonHo vio cómo el mayor se relamía los labios y él,
inconscientemente, hizo exactamente lo mismo. Aquel había sido un beso
increíble, como todos, realmente.
Después
de aquello, YoonHo siguió con lo que WooYoung le había indicado, porque tras
besar sus labios lo que le pedía era que usara su boca en su entrepierna. Por
eso, el chico dejó un par de besos por su cuerpo antes de colocarse de rodillas
sobre el colchón para poder alcanzar el miembro del mayor, para poder jugar con
él de la misma forma que HeeJun había estado jugando con el suyo hasta solo
hacía unos momentos. YoonHo todavía sentía que su miembro estaba a punto de
estallar, que con un par más de roces llegaría al orgasmo sin ningún problema
y, estuvo tentado a llevar una de sus manos a él mientras usaba su boca en el
de WooYoung, pero se contuvo de hacerlo en el último segundo y simplemente se
enfocó en atender el desatendido miembro del mayor.
Éste
no se encontraba flácido, imposible que lo estuviera después de los precipitados
y ardientes besos que se habían dado de camino a la habitación, imposible que
lo estuviera después de que HeeJun le hubiera agarrado el paquete a través de
la tela en algún momento de ese despliegue de placer que los había llevado hasta
la habitación de forma apresurada; sin embargo, tampoco se encontraba
totalmente erecto como el suyo propio, por lo que YoonHo comenzó usando sus
manos para tocarlo primero, moviendo sus dedos por aquella superficie sensible
del cuerpo de WooYoung, apretando y soltando su miembro, agarrándolo desde la
base y moviendo su mano de arriba abajo lentamente para tratar de arrancarle
algún gemido pero el chico no era de los que gemían, simplemente se mordía el
labio inferior o jadeaba cuando ya no podía contenerse más.
Solo
cuando el miembro de WooYoung se encontraba erecto por completo, YoonHo comenzó
a usar entonces su boca, introduciéndose en ella la punta de éste, jugando con
su lengua en aquella parte y disfrutando de cómo el cuerpo del mayor se
tensionaba o relajaba dependiendo de lo que él hiciera con su miembro. El chico
disfrutaba demasiado de tener el control de aquella forma y entendía a la
perfección el motivo por el cual a HeeJun le encantaba hacer lo que le daba la
gana con su miembro, ya fuera usando su boca o sus manos en él.
Entretenido
en darle placer a WooYoung, YoonHo ni siquiera se percató del momento en el que
HeeJun volvía de nuevo a la cama con lo que había ido a buscar. No sintió el
colchón hundirse bajo su peso y no escuchó el ruido que hicieron los muelles de
éste por el movimiento. El único momento en el que el chico se dio cuenta de
que el menor había vuelto fue cuando sintió y líquido viscoso y frío caer
repentinamente contra su trasero. YoonHo dio un pequeño respingo por lo
repentino que había sido aquello y le dio un leve mordisco involuntario a la
piel del miembro de WooYoung, provocando que un sonido gutural saliera de su
garganta, un pequeño ruidito de dolor mezclado con placer.
A
YoonHo no le dio tiempo ni a recuperarse del pequeño sobresalto cuando sintió
cómo el dedo pulgar de HeeJun comenzaba a adentrarse en su interior sin ningún
tipo de oposición gracias al lubricante y a que el chico ya estaba totalmente
acostumbrado a las penetraciones. Cuando habían comenzado aquella relación, la
primera vez que se acostaron, la primera vez que el chico había utilizado su
trasero como una forma de darse placer a él mismo y a quien lo penetrara, había
sido difícil que dejara de doler, habían tenido mucha paciencia con él tanto
WooYoung como HeeJun. No obstante, ya prácticamente no necesitaba más que un
mínimo de estimulación y algo de lubricante para estar completamente listo.
Sintiendo
los dedos de HeeJun jugar con su trasero, internándose en él cada vez más
profundo y tratando de hacer hueco, YoonHo acabó mordiendo un par de veces más
a WooYoung sin querer, pero éste, en lugar de mostrarse molesto, se mostraba
totalmente encantado con aquellos pequeños mordiscos a la piel de su miembro, esbozando
aquel sonido gutural como nunca antes lo había hecho. Pero una vez que los
dedos de HeeJun empezaron a hacer que oleadas de placer recorrieran su espina
dorsal, el chico no pudo seguir enfocándose en el miembro de WooYoung y tuvo
que parar y alejarse de éste para dejar escapar un pequeño gemido de placer,
que fue rápidamente opacado en la boca del mayor, quien había buscado sus
labios en cuanto los de YoonHo habían abandonado su miembro.
—Ya
estás más que listo —escuchó que HeeJun murmuraba, sacando sus dedos de golpe
de su cuerpo, dejándolo con un repentino sentido de vacío en aquella parte, un
vacío que necesitaba que alguien llenara inmediatamente.
Como
si sus pensamientos fueran sido oídos por el menor, éste agarró sus caderas con
sus grandes manos de forma firme para después rozar con la punta de su miembro,
enguantado dentro del condón, su trasero, tanteándolo por unos momentos antes
de comenzar a introducirse lentamente en su interior. YoonHo tuvo que separarse
de los labios de WooYoung para poder respirar porque ésta se le había cortado
por completo con aquella penetración, también cerró sus ojos, disfrutando de
aquel intenso placer que le proporcionaba el miembro de HeeJun adentrándose en
su ser, llegando hasta lo más profundo que podía, tocando su próstata en aquel
primer movimiento, haciendo que el placer fuera aún mucho más intenso. YoonHo
quiso gemir alto, quiso poder esbozar en aquel gemido el intenso placer que aquella
acción le había proporcionado, pero tuvo que contenerse, tuvo que apretar sus
dientes para no hacerlo.
—Cuando
volvamos a alquilar la casa de la playa —dijo WooYoung—. Me gustaría volver a
escucharte gemir alto.
Y
tras decir aquellas palabras, hizo que el chico arqueara su cuerpo hacia atrás,
para pegar su espalda al pecho de HeeJun, provocando que el miembro de éste en
su interior llegara mucho más profundo, para después inclinarse sobre su cuerpo
para besarlo de nuevo y pegar sus pechos, pegar sus entrepiernas y hacer que
sus miembros se rozaran. En aquella ocasión, con las oleadas de placer que le
provocaban los movimientos de HeeJun en su trasero y con el miembro de WooYoung
rozándose contra el suyo, YoonHo no pudo evitar la tentación de tomar ambos en
su mano para masturbarlos juntos, tomando por sorpresa al mayor, que respondió
con un mordisco en su cuello que dejaría una clara marca. Pero en aquellos
momentos, a YoonHo no podía importarle menos que hubiera una marca en su
cuello, era invierno y siempre podía esconderla fácilmente. No, lo que en
aquellos momentos era importante era simplemente el placer que estaba
experimentando su cuerpo, aquel placer exquisito que quería que acabara y, a la
vez, quería que no lo hiciera jamás.
Porque
poco a poco se estaba acercando al clímax, porque poco a poco se estaba
abandonando por completo a todas las sensaciones, porque poco a poco el fuego
en su interior, aquel fuego que se había ido acumulando finalmente estaba a
punto de estallar.
YoonHo
se comenzó a correr por fin después de varios movimientos rápidos de su mano
sobre su miembro y el de WooYoung, una mano que no dejó de mover rápidamente
sobre aquellas extensiones de sus cuerpos a pesar de que las oleadas de placer
que todo su ser estaba experimentando trataban de que éste se quedara laxo por
completo y se abandonara simplemente al placer de ser penetrado por HeeJun. No
obstante, seguir tocándose mientras se corría, después de haber dejado de
hacerlo, con su miembro totalmente sensible, hacía que lo recorrieran todavía
más oleadas de placer y el chico no detuvo su movimiento hasta que no sintió
cómo el líquido caliente procedente del miembro de WooYoung manchaba su estómago,
y después echaba su cabeza sobre su hombro, solo en ese momento dejó de mover
su mano y, solo en ese momento, se abandonó a las penetraciones de HeeJun hasta
que éste finalmente también alcanzó el clímax.
Durante
unos momentos, lo único que se pudo escuchar en aquella habitación fue el ruido
que hacían sus jadeantes respiraciones después del esfuerzo realizado, después
de haber llegado al orgasmo, después de todo aquello. Pero pronto, a sus
respiraciones jadeantes se unió una voz, la voz de WooYoung contra su oído, susurrándole
algo de forma excitante.
—No
puedo esperar a recuperarme para internarme en ti…
Y
YoonHo no pudo estar más de acuerdo en ello, él tampoco podía esperar a
recuperarse para volver a empezar de nuevo a experimentar todo aquel placer en
el que había desembocado su relación a tres con los dos chicos que a los que el
destino había decidido castigar uniéndolos a él a través del hilo rojo que pendía
de sus meñiques.
Notas finales:
—Para aquellas personas
que no estén muy familiarizadas con VAV o solo los conocen por sus nombres
artísticos, os dejo una pequeña aclaración aquí por si os habéis sentido un
poco perdidos leyendo esto.
—Ace: WooYoung
—Ayno: YoonHo
—Ziu: HeeJun
—Y, bueno, solo decir
que este es la primera de muchas historias sexuales que voy a escribir sobre
VAV en los próximos días. Esperad por las siguientes que van a ser igual de
bonitas que esta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario