Título: U & I (WE)
Autora: Riz Aino
Parejas: SeungHui (HUI +
J-US) (PENTAGONF – PENTAGON + ONF)
Clasificación: PG
Géneros: AU, office, romance,
fluff
Número de palabras: 923 palabras
Resumen: hace tiempo que las
cosas entre SeungJoon y HwiTaek habían dejado de ser un “tú” y un “yo” y habían
desembocado en un “nosotros”, casi sin que ninguno se diera cuenta de ello.
Notas: historia escrita para @wangaritth, que
me pidió esto.
Comentario de autora: al principio
no tenía ni idea de qué escribir, pero después de darle un par de vueltas,
acabé decidiéndome por hacer este tipo de historia. Espero que te guste.
U & I
(WE)
No hacía ni un año desde que HwiTaek
y SeungJoon se habían conocido debido a un proyecto que tenían que realizar en
común para la empresa en la que trabajaban. Dos equipos distintos compuestos
por tres personas de dos secciones diferentes de la empresa, cada uno de ellos
con una especialidad en concreto habían sido convocados para presentar un
proyecto común para otra empresa a la que buscaban contentar para hacerla
cliente regular y ellos dos habían formado parte de este proyecto. No habían
estado más que un mes volcados en aquel proyecto con sus demás compañeros, pero
al final, todos se habían acabado haciendo amigos porque el ambiente en el que
habían trabajado había sido bastante bueno. Sin embargo, entre HwiTaek y
SeungJoon no había surgido tan solo una amistad común y corriente, entre ellos
se había acabado desarrollando algo mucho más profundo en aquel escaso mes de
trabajo.
A partir de aquel momento, y tras
descubrir que vivían bastante cerca el uno del otro, habían comenzado a pasar
bastante tiempo juntos. Desde compartir el coche para ir al trabajo, turnándose
cada semana uno y el otro, hasta pasar ratos muertos en los fines de semana en
casa de HwiTaek, que era la más grande y la mejor equipada para hacer maratones
de películas o para jugar a la consola, pasando por quedar incluso para hacer
alguna que otra compra que necesitasen o salir a comer juntos —en los días de semana
solían comer también juntos con los demás que habían formado parte de aquel
proyecto y se ponían al día de lo que iban haciendo o contándose anécdotas que
habían pasado en las distintas plantas de las oficinas en las que cada uno de
ellos trabajaba—, pero los fines de semana también iban a cualquier bar o
restaurante del cual quisieran probar la comida o hacían ruta de senderismo
para mantenerse en forma, aprovechando que no muy lejos tenían una.
No había sido raro para ninguno de
los dos conectar de aquella forma y tampoco lo había sido acostumbrarse al
ritmo de vida el uno del otro, simplemente lo habían ido haciendo casi sin
darse cuenta de ello.
Habían comenzado a formar una vida
en la que orbitaban el uno alrededor del otro, una vida en la que sus
encuentros eran cada vez más frecuentes, una vida en la que “HwiTaek” y
“SeungJoon” poco a poco había comenzado a dar paso a “SeungHwi” —como los llamaban sus
amigos y compañeros de trabajo cada vez que los veían aparecer juntos—. Una
vida prácticamente en común en de la cual ninguno de los dos había tenido
constancia de que se estaba produciendo hasta que los demás comenzaron a
señalar lo curiosas que eran la mayoría de las cosas que, hasta el momento,
ellos habían tildado de “normales”.
Porque
para HwiTaek y SeungJoon era normal quedarse a dormir juntos los fines de
semana, generalmente en casa del mayor, pero en algunas contadas ocasiones
también en la del menor. Para HwiTaek y SeungJoon era normal tener ropa y
productos de aseo en la vivienda del contrario, para así no tener que ir
cargando con sus cosas cada vez que hicieran alguna maratón de películas. para
HwiTaek y SeungJoon era normal acurrucarse en uno con el otro mientras veían
películas, abrazarse fuertemente cuando se saludaban y despedían o cogerse de
las manos cuando caminaban juntos por la calle. Para HwiTaek y SeungJoon era
totalmente normal considerar todo aquello comportamiento de amigos que se
habían hecho cercanos, lo que para todos los demás era algo que se acercaba
mucho más a lo que se hacía en relaciones románticas.
Quizás el resto del mundo eran los
raros y ellos simplemente hacían las cosas que querían hacer con el otro sin
sentirse atraídos de forma romántica… pero quizás los demás tenían razón y sí
que había algo de atracción que ninguno de los dos había acabado de procesar
como una posibilidad. Una posibilidad que realmente era la mayor de las
verdades, una verdad que había estado expuesta desde el primer momento, pero
velada entre ambos porque ninguno había pensado en ello, ninguno se había
planteado que fuera posible dentro de la heteronormatividad en la que siempre
habían vivido.
Solo lo habían comenzado a hablar,
de forma un poco torpe, cuando las señales que indicaban que lo suyo iba mucho
más allá de la amistad eran flechas gigantes de neón que parpadeaban
intermitentemente y apuntaban a la palabra “gays”. Y, solo después de darle muchas
vueltas, habían acabado concediendo que lo suyo había dejado de ser un “tú” y
“yo” entre amigos y se había convertido en un “nosotros” de pareja. No había
pasado ni un año desde que se habían conocido, pero habían conectado de tal
forma, que al final aquello había pasado y se necesitaban el uno al otro más
allá de lo que ninguno se había imaginado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario