Título: Come here
(I’ll hold you till the end)
Autora: Riz Aino
Parejas: JakeHoon
(SungHoon +
Jake) (ENHYPEN)
Clasificación: PG
Géneros: AU, high school, romance,
fluff, drama
Número de palabras: 1.090 palabras
Resumen: Jake piensa mucho, a veces demasiado, menos mal que SungHoon está siempre ahí para decirle que “todo estará bien”.
Notas: historia inspirada por el momento en el que Jake deprimido se hizo una bolita en el sofá y SungHoon no se fue de su lado.
Comentario de autora: no estamos en primavera, pero tomad azúcar, fluff y cosas bonitas. Espero que os guste.
Come here (I’ll hold you till the end)
SungHoon ve a
Jake arrastrar los pies mientras camina por su casa como si fuera la suya
propia de tantas veces que ha estado allí antes y, solo con ver aquello, sabe
que algo va mal. No sabe el qué, obviamente, porque no es adivino todavía,
aunque lo intenta, pero conoce demasiado al chico y han sido muchos los
momentos que han compartido para no darse cuenta de que le pasa algo y no se
comporta de la manera habitual. Generalmente, Jake no camina con los pies
pegados al suelo y, sobre todo, no lo hace con la cabeza gacha. Puede estar
cansado porque aquel día en el instituto ha sido simplemente agotador entre
unas cosas y otras, SungHoon mismo está agotado y por eso está repanchigado en la
cama mientras ve al otro dar vueltas por la habitación. El camino en bus desde
el instituto ha sido tranquilo y silencioso, simplemente escuchando música
juntos y disfrutando de ella sin dedicarse más que unas palabras, pero ya es
extraño que no le dirija la palabra y que no se tire en la cama con él un rato
a descansar antes de comenzar el trabajo que deberían hacer, motivo principal
por el que Jake está allí y excusa principal que les van a poner a sus
respectivos padres para que se quede allí todo el fin de semana.
—¿Pasa algo? —acaba preguntando,
provocando que Jake se quede totalmente quieto, con una de las figuras que
SungHoon tiene en su estantería en la mano, a medio camino de volver a dejarla
donde estaba antes—. Quiero decir… llevas cogiendo y soltando cosas de mi
habitación un buen rato como si fuera la cosa más interesante del universo y
vas arrastrando los pies a todas partes con la cabeza más baja imposible.
Jake al final suelta la
figura en su lugar y deja escapar un suspiro profundo antes de dirigirse hacia
la cama de SungHoon y levantar su cabeza para mirarlo, como si se sintiera
completamente derrotado.
—Me conoces demasiado bien… —murmura.
—Anda, ven aquí —le dice, señalando
el hueco que todavía queda en su cama y esbozando una sonrisa cálida para
hacerle saber al chico que puede confiar en él para contarle lo que le sucede,
como ya ha hecho en muchas otras ocasiones.
Jake suspira
profundamente de nuevo y luego gatea sobre la cama y se tumba en ella como un
peso muerto, boca abajo, de no ser porque su cuerpo se mueve levemente cuando
respira, cualquiera pensaría que realmente está allí muerto. No obstante,
SungHoon no lo apremia a moverse para que lo encare y le cuente las cosas,
tampoco lo apremia para que comience a hablar de forma inmediata porque sabe
perfectamente que Jake no funciona de esa manera. El chico suele pensar mucho
las cosas, a veces demasiado, y a la hora de hablar sobre algún tema, siempre
busca una y otra vez en su mente cómo decir las cosas antes de decidirse a
hacerlo. Por este motivo, SungHoon simplemente espera de forma paciente hasta
que Jake quiera comenzar a hablar, mientras aprovecha para entremezclar sus
dedos en el pelo cada día más largo del otro y acariciar levemente su cabeza
para hacerle saber que está allí con él.
—Me he estado escondiendo detrás de
vosotros todo este tiempo —dice cuando han pasado varios minutos—, realmente no
soy bueno en nada, no destaco y solo estoy estorbando en vuestro crecimiento…
cuando todos tengáis un equipo y juguéis en las categorías grandes, en los
mayores campeonatos, sabéis que me tendréis apoyándoos.
SungHoon respira
profundo cuando Jake deja de hablar porque ya sabe cuál es el motivo por el
cuál está de aquella forma, tan decaído y sin vida. Esa tarde, después de
terminar el entrenamiento en el club de vóley al que ambos pertenecen, el
profesor de gimnasia, y también encargado de la mayoría de los clubes
deportivos del instituto, los ha llamado uno a uno para hablar con ellos sobre
lo que ha visto durante éste, para corregir errores ahora que se acerca un
partido importante en el campeonato de los institutos del distrito. Obviamente,
no ha sido tan benevolente con Jake como lo ha sido con SungHoon y de ahí que
el chico esté así.
—Jake… —murmura, tratando de llamar su
atención, pero el chico no se mueve ni un ápice—. Deberías practicar conmigo,
entonces —añade—. No soy perfecto y no lo hago todo bien, pero entre los dos
siempre acabamos viendo los fallos del otro y nos ayudamos mutuamente, nos
funcionará con esto también si le ponemos empeño.
—Ya haces suficiente por mí… —replica
Jake, en un murmullo casi ininteligible.
—No, no hago lo suficiente, puedo hacer
muchas más cosas por ti —contesta SungHoon—. Y sabes que no me importa ayudarte
con todo lo que necesites y que estaré aquí para ti siempre.
Después de aquello, Jake se mueve un
poco sobre la cama y se gira hacia él, mirándolo con los ojos brillantes, casi
a punto de llorar, por lo que SungHoon le dedica la sonrisa más sincera que
nunca antes le ha dedicado a nadie y, después, simplemente se tumba mejor sobre
la cama para estar a la misma altura que él, abriendo sus brazos para que Jake
vaya hacia ellos si quiere. Jake quiere, porque al instante se lanza a sus
brazos para fundirse en un abrazo fuerte con él, un abrazo que ninguno de los
dos piensa romper pronto. Sus abrazos siempre han sido escasos, pero
significativos, aquel será uno más de aquellos abrazos especiales y
reconfortantes que se han dado en todo el tiempo que llevan conociéndose.
—Gracias —murmura Jake contra su
pecho—. No sé qué haría sin ti.
Y SungHoon no
contesta a aquello, simplemente abraza muchísimo más fuerte a Jake mientras
piensa que él tampoco sabría que hacer sin Jake junto a él en los buenos y los
malos momentos.
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