Título: I (don’t) speak
Korean
Autora:
Riz Aino
Pareja:
NoRen (Jeno + RenJun) (NCT)
Clasificación:
PG
Géneros: AU, high
school, romance, fluff, humor
Número de palabras:
1.254 palabras
Resumen:
divertido y encantado con los intentos de Jeno por hablar chino, RenJun no le
dice que sabe hablar coreano perfectamente.
Notas: historia
escrita para Ele, que me le pidió hace más de un mes. También escrita para
fulfill un prompt de NCT Prompts que tenía cogido desde hacía milenios.
Comentario de autora:
le tenía muchísimas ganas a escribir este fanfic porque me encanta hacer cosas
soft, fluff y con un poco de humor y dramilla… vivo de ello prácticamente.
Espero que os guste.
I
(don’t) speak Korean
—¿Crees que algún día se dará
cuenta? —le cuestionó ChenLe, susurrándole aquella pregunta en chino, lo
suficientemente alto para que él se enterara, pero no para que lo hicieran las
demás personas que se encontraban junto a ellos—. Porque cuando se entere igual
se enfada, deja de hablarte y adiós a tu gran sueño de vivir el amor de tu vida
con él.
RenJun torció el gesto ante las
palabras que acababa de decir ChenLe y luego lo alejó de él para que dejara de
decir cosas como aquellas, cosas que RenJun sabía perfectamente y a las que le
tenía que poner una solución más pronto que tarde porque si no, todo se echaría
a perder, y RenJun no quería que nada de lo que le había pasado desde que había
llegado a aquel instituto de Seúl haciendo un intercambio, se echara a perder.
Sobre todo, RenJun no quería echar a perder la amistad que había establecido en
aquel mes con Jeno, aquello era lo único que no quería perder, en realidad…
pero le había estado mintiendo durante todo aquel tiempo y estaba seguro de que
aquello era algo que el chico no se iba a tomar nada bien y algo que haría que
todo lo que habían vivido juntos se fuera al traste.
Porque RenJun sabía hablar coreano
perfectamente, pero desde el primer momento, Jeno había hecho unos esfuerzos
increíbles para hablarle en chino y que pudiera entender las cosas y al chico
le había parecido entre divertido y encantado y no se había visto con las
fuerzas suficientes como para decirle a Jeno que podía hablar coreano casi como
un nativo. Obviamente, RenJun sabía que si aquello llegaba a oídos de Jeno y no
se lo decía él mismo antes de que pasara mucho más tiempo, eso haría que su
amistad —y aquel sentimiento algo más profundo y potente que había comenzado a
surgir entre ambos— se iría al traste por completo… pero el chico no sabía cómo
arreglarlo.
—¿Por qué piensas? —le preguntó en
ese momento Jeno en un intento de hablar con él en chino al otro ladeo de la
mesa.
RenJun frunció su ceño unos segundos tratando
de averiguar qué había querido decir hasta llegar a la conclusión de que había
querido preguntarle en realidad “¿en qué piensas?”. El chico no pudo evitar que
una sonrisa apareciera en su rostro porque cada vez que Jeno trataba de hablar
con él en chino, aun equivocándose en las palabras, en las formas de los verbos
o en cómo expresar algunas oraciones, porque todo aquello le parecía
completamente encantador y no quería que aquello parase, pero algo debía de
hacer antes de que fuera demasiado tarde.
—Pienso en ti —le respondió en
coreano, de la forma más sencilla que se le ocurrió. Los ojos de Jeno, que
generalmente tenían la forma de una media luna, se abrieron de golpe ante su
respuesta—. ¿Podemos hablar fuera? —volvió a hablar en coreano, conjugando la
frase lo más simple que pudo.
Jeno no dijo nada, simplemente
asintió y RenJun rápidamente se levantó de su asiento, dejando que el resto de
sus amigos los observaran confusos porque no entendían a qué venía todo aquello
—probablemente el único que habría captado de que iba la cosa era ChenLe, pero
RenJun confiaba en que no dijera nada hasta que no hubiera solucionado aquel
problema que había dejado que creciera demasiado—. Jeno se levantó tras él y
ambos salieron del aula en el que supuestamente debían de estar estudiando,
porque a aquellas horas siempre tenían una clase de self-study vigilada por algún profesor. Por suerte, el profesor que
vigilaba a todos los cursos de tercero no se encontraba en su clase en aquellos
momentos, así que, por eso pudieron salir de allí sin mucho problema, tratando
de que no se les viera por el pasillo simplemente.
RenJun no se detuvo hasta que no
llegaron a las escaleras que estaban al otro lado de la planta, un lugar en el
que podrían hablar tranquilamente y desde el cual podrían ver sin ser vistos.
Solo allí, el chico se detuvo y se sentó en uno de los escalones, invitando a
Jeno a que se sentara junto a él para poder hablar sobre aquel tema tan
delicado. RenJun estaba nervioso, pero era algo que debía de hacer, si no
quería perderlo absolutamente todo. No sabía siquiera qué era lo que le iba a
decir al chico, pero por algo debía de empezar.
—Jeno… —murmuró, llamando su
atención—. Quiero decirte algo.
—¿Qué es? —cuestionó el chico, esta
vez en coreano.
—La verdad es… —RenJun suspiró
profundamente, buscando la fuerza que necesitaba para decir lo que debía—. Sé
hablar bastante bien coreano… no hace falta que trates de comunicarte conmigo
en chino… yo… lo siento mucho por no decírtelo antes… pero me parecen adorables
tus intentos de hablar en chino y quizás se me ha ido un poco de las manos
ocultándote esto y no quería seguir mintiéndote…
RenJun dijo aquellas palabras
bastante rápido, sin darse mucho tiempo siquiera a pensar para no echarse atrás
y, en cuanto las dijo, sintió cómo el peso que se había instalado en sus
hombros por la mentira había disminuido de forma bastante considerable… aunque el
peso que tenía en su corazón no había disminuido, sino que era muchísimo más
fuerte. El peso de saber que le había dicho a Jeno toda la verdad después de
más de un mes y el no saber cómo éste reaccionaría era demasiado grande, sobre
todo, cuando él lo había soltado todo, con la cabeza agachada, y no había
obtenido como respuesta más que el silencio. RenJun tuvo que alzar la cabeza
para ver cómo una sonrisa asomaba al rostro de Jeno y sus ojos se curvaban en
dos medias lunas, el chico tuvo que parpadear varias veces, confuso, para que
el otro chico abriera la boca para contestarle.
—Ya lo sabía —le dijo Jeno—, pero me
encanta verte feliz con mis intentos fallidos de chino.
—¿En serio? —cuestionó el chico, sin
poder creerse que el otro le hubiera seguido el juego todo aquel tiempo solo
porque veía la felicidad que le provocaba que él intentara comunicarse en
chino—. ¿En serio? —tuvo que preguntar otra vez.
—Completamente en serio —contestó
Jeno—. Sé que hablas coreano casi mejor que yo.
Una sonrisa se extendió por el
rostro de RenJun al conocer aquella noticia y el peso que se había instalado en
su corazón se fue de golpe, tan de golpe como se lanzó él a los brazos de Jeno,
contento porque aquello no supusiera ningún problema entre ambos, encantado por
no haber echado a perder nada de lo que tenía con el chico, feliz porque
aquellos sentimientos que crecían poco a poco no se iban a diluir por aquello.
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