sábado, 26 de septiembre de 2020

[One Shot] Twitter Drabbles Collection: Back Door {MinSung}

Título: Back Door

Autora: Riz Aino

Parejas: MinSung (MinHo + HAN) (Stray Kids)

Clasificación: NC–17

Géneros: AU, restaurant, romance, pwp, smut

Número de palabras: 1.191 palabras

Resumen: durante su descanso, la puerta de atrás del restaurante de cinco estrellas Michelin en el que MinHo y JiSung trabajan, es su lugar de encuentro.

Advertencias: básicamente un blowjob en un callejón, con la adrenalina de que en cualquier momento puede aparecer alguien. Menores de edad, alejaos de esta historia.

Notas: historia escrita para @Estrella1DMalik, que me pidió esto.

Comentario de autora: no suelo escribir cosas de este estilo con gente de la 00’line, pero me he dado cuenta de que la 00’line ya tienen 20 añazos aunque yo siga pensando que son unos bebés. Espero que te guste.

 

Back Door

 

            La puerta de atrás del restaurante se cerró con fuerza e inmediatamente después, la espalda de JiSung acabó contra ella. El chico no pudo evitar soltar un pequeño quejido por el golpe, mezclado con un leve gemido por culpa de los labios que cubrieron su cuello, comenzando a besar allí donde su piel estaba expuesta, mientras unas manos desabrochaban los primeros botones de la camisa de su uniforme, con la intención de exponer aún más piel. JiSung se tapó la boca con las manos para no volver a dejar escapar ningún sonido de sus labios. El callejón estaba oscuro, la puerta cerrada, pero cualquier persona que pasara cerca o que se encontrara al otro lado de la puerta, podría escucharlo y los verían. A JiSung le gustaba aquello que estaban haciendo, pero tampoco quería que ningún compañero del trabajo abriera la puerta o algún transeúnte, cliente o no del restaurante, pasara y los encontraran de aquella guisa.

 

            Los besos de su acompañante detuvieron su camino descendente por su cuello y el trozo de pecho que quedaba al descubierto a través de los botones de la camisa del uniforme que ya habían sido abiertos y dejó un corto beso sobre sus manos para indicarle que las retirase de su rostro. JiSung lo hizo y, al instante, aquellos labios que lo volvían completamente loco, cubrieron los suyos, dejándolo sin aliento. Correspondió al demandante beso, moviendo sus labios, su lengua, queriendo atrapar la ajena, hasta que al final tuvieron que romper el beso, ambos faltos de aire. Las piernas de JiSung eran de mantequilla en ese momento, pero al ver el brillo juguetón en la mirada del mayor, supo que la cosa no iba a acabar allí y que, muy probablemente, sus piernas no lo iban a poder sujetar en algunos minutos.

 

            —Tenemos que volver pronto, MinHo… —alcanzó a decir, tratando de evitar lo que el otro tuviera en su mente—. Antes de que los demás nos echen de menos.

            —Ahora mismo no hay mucha gente en el restaurante —respondió, con una sonrisa gatuna—. Además… —se acercó de nuevo a su rostro, dejando un beso corto en sus labios, para después inclinarse sobre su oreja izquierda y susurrarle—: solo voy a necesitar unos pocos minutos.

 

            Diciendo aquello, una de sus manos, que había viajado sin que él se diera cuenta, hasta su entrepierna, agarró el miembro de JiSung por encima de la tela de los pantalones del uniforme e hizo que el chico se tuviera que morder la lengua para no soltar ningún gemido. Siempre había sido muy sensible, MinHo lo sabía y, además, sabía perfectamente que, si lo tocaba allí abajo, se volvería completamente loco y cedería. Cedería a hacer cualquier cosa que el mayor tuviera planeada hacer allí, en aquel callejón, contra la puerta trasera del restaurante de cinco estrellas Michelin en el que trabajaban como camareros. JiSung a veces odiaba a su novio.

 

            Apenas unos momentos más tarde, cuando el miembro de JiSung comenzaba a endurecerse, MinHo simplemente se dejó caer de rodillas sobre el suelo de cemento del callejón y desabrochó con rapidez el botón y la cremallera de los pantalones de JiSung.

 

            —MinHo —protestó en un siseo, cuando su mano derecha se introdujo en sus calzoncillos, tocando directamente su miembro—. No lo hagas.

            —Ya estás duro, JiSung —replicó el mayor—. No puedes entrar de nuevo con una erección… los clientes se escandalizarían…

            —Tampoco puedo entrar con los calzoncillos llenos de semen —contestó, con un hilo de voz, porque no quería que lo escucharan y porque la mano del otro estaba jugando con la punta de su miembro en aquel momento y JiSung simplemente tenía ganas de gritar de placer.

            —Por eso estoy aquí abajo —dijo MinHo, con una de aquellas sonrisas pícaras que volvían loco a JiSung.

 

            Su miembro acabó siendo expuesto al aire fresco de aquella noche y un escalofrío recorrió todo su cuerpo ante aquel contraste de temperatura. No obstante, no tardó demasiado en estar en otro ambiente cálido porque los labios de MinHo comenzaron a moverse por toda su extensión, dejando besos aquí y allá, usando su lengua de vez en cuando. JiSung volvió a taparse la boca con sus manos para evitar que cualquier sonido delator acabara escapándose de sus labios y se apoyó contra la puerta cerrada con aún más fuerza. Realmente MinHo lo volvería loco en cualquier momento… pero lo peor era que a JiSung apenas le importaba.

 

            El mayor solo tardó unos instantes en dejar de torturarlo con pequeños besos y se introdujo finalmente su miembro en su cálida boca. Poco a poco, primero la punta, luego adentrándose más y más, apretando sus labios alrededor de éste y provocándole a JiSung un escalofrío de placer que recorrió todo su cuerpo, desde su cabeza hasta la punta de los dedos de sus pies. Sus rodillas temblaron y las manos de MinHo se agarraron firmemente a sus caderas para sujetarlo antes de que cayera al suelo. Aquello era realmente lo mejor, aunque al chico jamás se le habría ocurrido hacer algo así en la puerta de atrás del restaurante.

 

            JiSung acabó corriéndose pronto, en tan solo unos momentos, la boca de MinHo siempre había hecho maravillas con él y el chico simplemente trató de no gemir para que no lo escucharan mientras se sentía ligero como una pluma y su cuerpo no paraba de tener pequeños espasmos de placer. Aquello había sido tan raro y tan increíble a la vez, pero su cabeza no estaba en esos momentos allí, su mente no estaba allí con él, estaba mucho más lejos. JiSung ni siquiera se dio cuenta de que MinHo volvía a meter su aún muy sensible miembro dentro de sus calzoncillos, ni de que subía y cerraba sus pantalones y le volvía a recolocar la camisa del uniforme tal y como la tenía antes de salir por la puerta. JiSung solo se dio cuenta de que ya estaba todo correcto, cuando MinHo lo hizo retirar sus manos de su boca de nuevo, para dejar un corto beso sobre sus labios y le dijo:

 

            —Volvamos dentro.

 

            Con las piernas que todavía no le respondían del todo, JiSung se adentró de nuevo en el restaurante, sabiendo que aquella había sido una experiencia única y sabiendo también que, después de aquello, MinHo se iba a volver más y más atrevido en el trabajo.

 

 

 

 

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