sábado, 5 de septiembre de 2020

[One Shot] Twitter Drabbles Collection: (Only One) Kiss {GalaxyWish/WonHa}

Título: (Only One) Kiss

Autora: Riz Aino

Parejas: WonHa (SoWon + EunHa) (GFRIEND)

Clasificación: PG

Géneros: AU, college, romance, fluff, humor

Número de palabras: 1.484 palabras

Resumen: EunBi solo quiere darle un beso a su novia… (o las dos veces que EunBi quiere besar a SoJung y la vez que finalmente se besan).

Notas: historia escrita para @BlackMermaid57, que me pidió esto.

Comentario de autora: llevaba un tiempo sin escribir de este ship y la verdad es que tenía ganas de tener algo más de ellas porque son precios y las adoro. Espero que te guste.

 

(Only One) Kiss

 

1

 

            EunBi observó desde la distancia a SoJung tras encontrarla en el mismo instante en el que llegó a la zona del campus en la que habían quedado para volver a la residencia juntas después de aquel intenso día de clases. La chica era fácil de encontrar, siempre rodeada de sus compañeras mucho más bajitas que ella, aunque no tan bajitas como la propia EunBi, por lo que SoJung, con unas piernas tan largas que EunBi no sabía cómo allí arriba no le daba vértigo existir, destacaba entre las demás. Sin saber si acercarse o no a ella y el grupo de chicas con las que estaba SoJung, EunBi dejó correr el tiempo un poco, con su mirada fija en esta, en su pelo oscuro enmarcando un rostro precioso y encantador con unos labios que daban ganas de besarlos. La chica se puso roja de pies a cabeza al pensarlo, porque cada vez que besaba a la mayor, siempre se acaloraba y se quedaba casi extasiada. Quizás darle un beso con toda la gente de la facultad alrededor no era la mejor idea del mundo, pero un pico corto sí que podría darle cuando se acercara.

 

            Mientras EunBi le daba vueltas a aquello, SoJung la vio y la saludó con la mano, sacándola de sus pensamientos, invitándola a reunirse con ella y su grupo de amigas con una sonrisa. EunBi le respondió la sonrisa a su chica y después caminó rápidamente hacia ellas, sin dejar de mirar a los ojos a la mayor hasta que llegó justo a su lado, solo unos centímetros separando sus cuerpos. EunBi cruzó la escasa distancia que las separaba, sin fijarse en absolutamente nadie más que en SoJung y se puso de puntillas para tratar de indicarle de esa forma que quería que se agachase un poco y sus labios se encontrasen a medio camino durante unos segundos. No obstante, la mayor no pareció entender que lo que quería era darle un beso, por lo que simplemente la rodeó con sus brazos fuertemente, provocando que el rostro de EunBi quedara encajado entre sus pechos y le dio un beso en la coronilla de su recién teñido pelo rosa. Un coro de voces disgustadas siguió a aquella acción y SoJung le volvió a dar otro beso en la cabeza antes de separarla de su cuerpo.

 

            —Unas envidiosas sois —les dijo a sus amigas—, porque no tenéis una novia tan bonita y cuchi como la mía.

 

            Y EunBi no le prestó mucha atención más a la conversación porque su intención de darle un besito a su novia se había quedado en nada y lo único que podía pensar era en eso.

 

 

2

 

            SoJung y EunBi corrían por la terminal de autobuses como locas, con sus pequeñas maletas sufriendo casi tanto como sus doloridas piernas. Llegaban tarde y se les iban a ir sus respectivos autobuses como no se dieran prisa. SoJung iba delante, agarrando con su mano izquierda su maleta y con la derecha la mano izquierda de EunBi, casi tirando de ella por el lugar, ayudándola a esquivar a personas y, sobre todo, tratando de que mantuviera el ritmo que debían llevar para llegar a tiempo. Pero a EunBi el deporte nunca se le había dado tan bien y sus piernas cortas no eran lo suficientemente rápidas para poder alcanzar el ritmo que podía llevar SoJung con sus largas piernas porque con cada zancada amplia que daba la mayor, EunBi tenía que dar mínimo tres. No obstante, a pesar de que el corazón le martilleaba demasiado rápido dentro de su pecho, le chica siguió aquel ritmo frenético hasta que salieron del edificio de la estación y se encontraron en las plataformas de embarque de cada autobús. Una vez allí, la mayor tuvo que ver que sus respectivos autobuses seguían allí y que la cola para subir a ellos era amplia, porque la carrera se detuvo de forma paulatina hasta que finalmente solo caminaban rápido.

 

            —¿Hemos… llegado… a… tiempo…? —preguntó EunBi, sin aire y con las piernas tan débiles que no sabía si en cuanto se sentara en el autobús ya no se podría levantar.

            —Hay algo de cola para subir… —respondió SoJung, a la que no parecía faltarle el aire tanto como a ella—. Llegamos a tiempo…

 

            Ambas caminaron entonces entre las personas que había en las plataformas, esperando sus respectivos autobuses o esperando para subirse a ellos y pronto llegaron al lugar en el que estaba el de EunBi, el de SoJung se encontraba un par de plataformas más allá, por lo que debían de despedirse allí antes de que la mayor siguiera su camino. EunBi se acercó al cuerpo de su novia, poniéndose de puntillas para darle un corto beso de despedida porque no se iban a poder ver más en lo que quedaba de verano, ya que ambas eran de lugares diferentes y solo estaban en aquella ciudad los meses que duraba el curso universitario. Sin embargo, SoJung, en lugar de darle un beso en los labios, solo le dio un abrazo fuerte, de aquellos que la dejaban sin respiración durante unos segundos.

 

—Si te aburres mucho en el viaje y no puedes dormirte sabes que me puedes dar la lata —le dijo—. Te quiero, mi vida.

 

Y tras aquello simplemente se alejó del cuerpo de EunBi, para seguir su camino hasta su autobús. EunBi observó su figura destacando entre la multitud de espaldas durante unos momentos y después se puso en la cola del autobús que la iba a llevar hasta su casa, buscando en el bolsillo de su pantalón su billete y sintiéndose un poco mal porque la mayor no le había dado ni un beso de despedida ni había esperado a que ella le contestara que también la quería un montón. Sabía que aquello había pasado porque habían llegado tarde y ella misma debía subirse a un autobús que saldría en unos minutos, pero EunBi no pudo parar de pensar en que se había quedado sin poder darle un beso a SoJung a pesar de que era algo que adoraba.

 

 

+ 1

 

            SoJung llegó a la habitación que compartía con EunBi en la residencia y se movió por el lugar a oscuras y lo más en silencio que pudo, dejando su maleta en la entrada, junto a la de su novia, que ya había llegado y debía de estar dormida por cómo se encontraba de oscura y silenciosa la habitación. Casi de puntillas atravesó el lugar hasta llegar a la zona en la que se encontraban las camas, viendo un pequeño bulto sobre su cama. La chica no pudo evitar esbozar una sonrisa y después se acercó a la cama, subiéndose a ella tratando de hundir el colchón lo mínimo posible, para no hacer notar su presencia, abrazándose al cuerpo de EunBi y acomodándose para poder pasar allí todo el tiempo que la menor estuviera durmiendo. No pudo evitar que una sonrisa se formara en su rostro mientras observaba el dormido de EunBi. Su novia era realmente preciosa y adorable y, además, era la mejor en absolutamente todo, la quería un montón y se podría pasar la vida a su lado, siendo feliz.

 

            SoJung levantó su brazo y le retiró el pelo de la cara, a aquellas alturas el rosa intenso que había llevado a principios de verano ya se había ido, tenía raíces de su color negro natural y su pelo era un crisol de sub-tonos de rosado y castaño. Su acción provocó que EunBi se despertara, mirándola con sus grandes ojos, todavía más dormida que despierta.

 

            —¿Ya has llegado? —le preguntó, con la voz ronca.

            —Sí, ya estoy de vuelta —respondió, tomando su rostro entre sus manos y acercándose a ella para darle un beso—. Me he arrepentido mil veces de no haberte dado un beso cuando nos separamos para el verano y me he pasado este tiempo con mil ganas de besarte.

            —Yo también lo he echado mucho de menos —respondió EunBi, dándole otro beso en respuesta—, y he echado de menos besarte también.

            —Pero ahora podemos besarnos todo el tiempo que queramos —susurró, dándole otro beso más, al que le seguiría otro y otro y muchos más que ninguna de las dos se dedicó a contar porque estaban demasiado enfocadas en los labios de la otra.

 

 

 

 

 

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