Título: Another day (drowning into you)
Autora: Riz Aino
Pareja: MinChan (Bang
Chan + Lee Know) (Stray Kids)
Clasificación: NC–17
Géneros: AU, models, “romance”,
smut, pwp
Número de
palabras:
2.726 palabras
Resumen: cuando los dedos de
Chan rozaron la piel desnuda de su cintura, MinHo supo perfectamente que ya no
había vuelta atrás.
Advertencias: relaciones sexuales
explícitas.
Notas: historia escrita para
el Stayter Fest, en el que elegí este prompt sobre Chan y Lee Know en un
photoshoot juntos y luego acostándose porque durante la sesión empiezan a
sentir “cosas”.
Comentario
de autora:
originalmente iba a ser pseudo canon, pero después decidí que me venía mucho
mejor hacer un au porque me daba muchísima más libertad. Espero que os guste.
MinHo
tragó saliva de forma bastante notable cuando vio entrar al estudio a aquel con
el que iba a trabajar aquel día, pero esperó que nadie se hubiera percatado de
ello porque tenía una reputación que mantener. MinHo no solía acercarse a
nadie, no solía ser amistoso con nadie, simplemente se dedicaba a posar con
cada set diferente de ropa que le pusieran delante de la cámara y a seguir las
instrucciones del fotógrafo del día. No obstante, ese día iba a ser duro. Primero
porque iba a tener como compañero de trabajo a Bang Chan, otro de los modelos
de su agencia con el que últimamente no hacía más que sesiones de fotos. Y no
es que Chan le cayera mal, al contrario, le caía genial y pensaba que era el
tío más increíble que había conocido en su vida, pero MinHo no quería que se
enterara de aquello porque obviamente no era lo mejor del mundo confesárselo a
alguien que no estaba interesado en él en lo más mínimo, a pesar de que siempre
se mostraba encantador, atento y accesible, había una especie de barrera entre
ambos que era mejor no sortear. Segundo porque aquel día ambos iban a estar
medio desnudos durante la sesión de fotos y muy cerca del cuerpo el uno del
otro para inmortalizar el deseo y la lujuria con la que la marca de ropa quería
vender su colección en aquella revista. Y Chan era alguien que pasaba mucho
tiempo en el gimnasio, así que su cuerpo estaba trabajado y a MinHo le
provocaba demasiadas cosas aquel cuerpo con los músculos definidos, pero
obviamente liarse con una persona a la que tenía que ver prácticamente en cada
sesión o en la empresa cuando tenían reuniones y discusiones sobre contratos
con marcas… por mucho que lo único que quisiera fuera acostarse con él y
disfrutar, aunque fuera solo durante una noche, del increíble sexo con Chan
porque había escuchado rumores, tanto de chicas como de chicos, sobre lo bueno
que era en la cama. Sin embargo, por mucho que Bang Chan acabara de entrar en
el set con unos pantalones de cuero super ajustados en los que se marcaban
absolutamente todos los músculos de sus piernas y su entrepierna y simplemente
con una americana de terciopelo, sin camisa debajo, enseñando sus abdominales y
pectorales, MinHo no iba a mostrar ninguna señal de que el otro lo ponía a
cien.
—Muy
bien, muy bien —dijo la fotógrafa de aquella sesión, sacándolo de sus
pensamientos—. Todos a sus puestos, vamos a comenzar.
Por
cortesía, saludó a Bang Chan cuando éste se colocó a su lado y éste le devolvió
el saludo, dedicándole una amplia sonrisa y mirándolo de arriba abajo sin
cortarse ni un pelo, con aquellos ojos castaños penetrantes en los que MinHo
más de una vez —y más de dos— se había perdido, observando intensamente su
cuerpo. MinHo no tuvo la oportunidad de reprimir un escalofrío bajo aquella
mirada, provocando que la sonrisa de Chan se volviera pícara al instante, una
de las comisuras de sus labios alzándose levemente, justo antes de girarse a la
cámara, esperando instrucciones. A MinHo le costó un poco recomponerse, ni una
sola vez en todas las sesiones en las que habían trabajado juntos, el otro lo
había mirado de aquella forma, a su cuerpo, haciéndolo sentir denudo a pesar de
que su camisa solo tenía un par de botones desabrochados; pero para cuando la
fotógrafa comenzó a decirles cómo debían colocarse y la actitud que debían
tener en las fotos, estaba un poco más calmado… aunque claro… no por mucho
tiempo, porque en aquella sesión de fotos necesitaría toda su fuerza de voluntad
y MinHo no sabía cuánta le quedaba ni cuánta podría utilizar.
—Chan
—dijo la mujer—. Sujeta a MinHo por la cintura, la mano dentro de la camisa y
miraos con deseo, como si quisierais arrancaros la ropa a tiras y comeros
enteros el uno al otro.
Al
escuchar las instrucciones, MinHo no pudo evitar lanzar un suspiro al aire,
quizás demasiado profundo, cerrando sus ojos y tratando de mentalizarse porque
el trabajo de aquel día iba a ser mucho más duro de lo que había pensado en un
principio cuando le habían explicado brevemente el concepto y le habían dicho
que los habían elegido a ambos porque tenían mucha química. Pero por mucho que
se trató de mentalizar y por mucho que trató de que esa sesión de fotos no le
afectara en lo más mínimo, cuando los dedos de Chan
rozaron la piel desnuda de su cintura, MinHo supo perfectamente que ya no había
vuelta atrás. Al menos, en ese photoshoot iba a retratar sin ningún
lugar a dudas, lo que el deseo y la lujuria significaban. Abrió sus ojos,
encontrándose con los de Chan ya fijos en los suyos y se centró en devolverle
la mirada intensamente, con fuego, con deseo en sus ojos, tratando de mostrar a
través de ellos lo muchísimo que deseaba con todo su ser estar desnudo en la
cama con él. La mano de Chan se aferró fuertemente a su cintura, por debajo de
su camisa, hundiendo sus dedos en su carne, atrayéndolo hacia él, pegando sus
cuerpos hasta que no hubo ni un solo centímetro entre ambos.
—¡Eso
es! —gritó la fotógrafa, con júbilo, comenzando a hacerles fotos, el flash de la
cámara cegándolos—. Eso es justo lo que quiero, dadme más.
Y
ambos lo hicieron. Ambos le dieron todo lo que les pedía. Rozándose. Mirándose
con ganas de comerse el uno al otro. Mirando a la cámara como si invitaran al
espectador a unirse a aquella especie de escena llena de lujuria desenfrenada.
MinHo no trató siquiera de contenerse. Si eso era lo que quería la fotógrafa,
él se lo iba a dar absolutamente todo e iba a tratar de disfrutar lo máximo
posible porque no iba a tener una oportunidad como aquella nunca más y podía
achacar la forma en la que se estaba comportando en esos momentos a la sesión
de fotos y nada más. Había querido ser cuidadoso, había querido tratar de poner
una barrera entre ambos durante todo el tiempo que los habían hecho trabajar juntos
y, sobre todo, se había mentalizado demasiado para ese día, para no dejarse
llevar por todo lo que sentía cuando veía a Bang Chan… pero no había podido
hacer otra cosa más que meterse por completo en el photoshoot,
demostrando que deseaba con todas sus fuerzas el cuerpo del otro rozándose
contra el suyo, ambos desnudos, ambos ardiendo en el placer más absoluto.
A
medida que la sesión de fotos fue avanzando, el concepto se fue volviendo mucho
más explícito, a la vez que su ropa iba siendo cada vez más y más escasa. Para
el último set de fotos, Chan estaba sin nada arriba, enseñando los músculos de
su torso, de sus brazos, de su espalda, con unos pantalones ajustados largos,
mientras que él lo que llevaba eran unos pantalones cortos amplios y una
camiseta de tirantes. La fotógrafa les pidió que se abrazaran con fuerza, que
pegaran sus cuerpos el uno al otro y que se agarraran como si a quien
estuvieran agarrando fuera a la persona que más ansiaban. Y MinHo se agarró a
su espalda con fuerza, hundiendo sus dedos en los músculos de ésta, mirando a
la cámara como si quisiera decirle al mundo que Bang Chan era suyo y de nadie
más, mientras éste lo agarraba por las caderas firmemente.
El
trabajo duró un par de hora solo, siendo bastante más rápido de lo que solían
ser aquellas sesiones de fotos interminables para las revistas de moda, pero
MinHo acabó completamente exhausto y drenado de toda energía cuando la
fotógrafa finalmente dio por terminada la sesión. Se alejó de Chan en ese
momento, como si su cuerpo quemase o le hubiera provocado una pequeña descarga
eléctrica y se despidió de él, diciéndole que había hecho un buen trabajo antes
de decirles lo mismo al staff del photoshoot y salir prácticamente
corriendo hasta su camerino porque tenía un gran problema que tratar entre sus
piernas, un problema del que nadie parecía haberse dado cuenta gracias a los
pantalones cortos anchos que llevaba. No obstante, antes de que pudiera llegar,
una mano en su hombro, agarrándolo firmemente, lo detuvo. MinHo no tuvo que
girarse para saber de quién era esa mano porque la había estado sintiendo toda
la tarde sobre su piel, grande, caliente. MinHo quiso preguntarle si quería
algo o se le había olvidado algo, pero antes de que pudiera hacerlo, sintió
cómo el cuerpo de Chan se pegaba a su espalda y su aliento cálido en su nuca.
Un leve escalofrío recorrió toda su columna vertebral, pero no fue nada
comparado a todo lo que sintió cuando el mayor le susurró al oído:
—Hotel
Evel, habitación 325, dentro de una hora… si vienes, voy a darte todo lo que
deseas y más.
Después
de decir aquello, Chan se alejó de su cuerpo y se dirigió hacia su propio
camerino como si no hubiera pasado nada entre ellos, como si no le acabara de
hacer una proposición completamente indecente y como si no lo hubiera dejado
con un problema todavía más grande entre sus piernas y un deseo por su cuerpo
demasiado intenso, tanto, que MinHo iba a desatar todo lo que llevaba mucho
tiempo latiendo en su interior.
~
Una
hora más tarde, MinHo se encontraba delante de la puerta de la habitación del
hotel en la que Chan lo había citado, inspirando profundamente para calmarse un
poco antes de llamar con los nudillos. Durante el rato anterior apenas había
tenido tiempo para pensar porque había tenido que hacer varias cosas junto a su
manager antes de poder ser libre por el resto de la noche, pero ahora que se
encontraba allí de pie en el pasillo del hotel, no pudo evitar que su cabeza se
pusiera a darle vueltas a todo, a la situación, a lo que iba a pasar entre
ellos en cuanto entrara por aquella puerta, en lo que podría pasar una vez
salieran de esa habitación. MinHo suspiró profundamente y trato de quitarse
todo aquello de la cabeza porque pensar en aquellos momentos no le hacía nada
bien, ya estaba allí y pasaría lo que tuviera que pasar. Con aquello en mente,
finalmente se decidió a llamar suavemente con sus nudillos a la puerta blanca
que rezaba “325”. Unos momentos después, la puerta se abría y Chan aparecía en
quicio de ésta, con una sonrisa, invitándolo a pasar al interior
inmediatamente. MinHo entró al interior de la habitación y Chan cerró la puerta
a sus espaldas, echando el pestillo también, se sobresaltó un poco cuando
escuchó cómo se cerraba el pestillo y se giró hacia el otro, quien rápidamente
salvó la distancia que los separaba, besando sus labios.
MinHo
no se lo había esperado, así que, no respondió al instante el beso, demasiado
sorprendido para hacerlo, pero en cuanto pudo sobreponerse a la sorpresa, lo
hizo, llevando sus manos al cuello de Chan, aferrándose a él, su boca
moviéndose a la vez que la del otro, sus labios reconociéndose en un beso
demasiado intenso desde el primer momento. MinHo sentía su corazón latir
rápidamente dentro de su pecho, nervioso, excitado, feliz, necesitado de mucho
más. Su respiración se volvió irregular y abrió su boca, intentando que por
ella pasara un poco más de aire porque por la nariz no le llegaba todo el
oxígeno que necesitaba, pero lo que entró por su boca fue la lengua de Chan,
larga, inquieta, queriendo explorarlo entero, lamiendo su lengua, buscando más
y más. MinHo jadeó, casi gimió, dentro del beso sin poder evitarlo y eso hizo que
el mayor se separase de él unos segundos y lo mirase a los ojos fijamente,
ardiendo de deseo, un deseo intenso que MinHo Jamás se había esperado, pero que
lo hizo sentirse muchísimo mas excitado, demasiado necesitado, queriendo que
Chan se lo diera absolutamente todo.
Volvieron
a besarse después de aquello y MinHo decidió que aquella vez él debía llevar el
control del beso, el control de sus movimientos, el control de Chan. Mientras
sus lenguas se encontraban de nuevo, MinHo movió sus manos por el cuerpo del
mayor, agarrándose a él con fuerza, a sus caderas, pegando sus cuerpos de la
misma forma que los habían tenido durante la sesión de fotos, sintiéndose cada
vez más caliente, notando cómo la sangre se le comenzaba a acumular en la
entrepierna porque lo único que quería era acostarse con Chan, lo más pronto
posible ya que habían llegado hasta allí, sin pensar en nada, sin cuestionarse
nada, solo sintiéndolo, sintiendo su piel desnuda contra la suya, sintiéndolo
dentro de su cuerpo, caliente y duro, pulsando, embistiendo una y otra vez
hasta que ambos perdieran la locura. Chan respondió a todo aquello, a todo su entusiasmo,
a toda su excitación, frotándose contra él, dejándole completamente claro qué
era lo que quería hacer, qué era lo que necesitaba también.
Avanzaron
hasta la cama entre besos y algunos mordiscos suaves que en ocasiones no eran
tan suaves, lamiéndose el uno al otro la boca, totalmente descoordinados, pero
a ninguno les importó. Se desnudaron de la misma forma, con precipitación, con
demasiadas ganas por estar completamente desnudos frente al otro y poder
avanzar, con muchos intentos de sacar la ropa por las diferentes extremidades y
muy poco acierto, pero aquello también les dio igual. No tardaron demasiado en
desnudarse, no tardaron demasiado en terminar en la cama, Chan encima de MinHo,
sus miembros prácticamente duros rozándose el uno contra el otro, los gemidos
agolpándose al final de la garganta del menor, pugnando por salir, pero debido
a los insistentes e intensos besos, no terminaban de ascender por su garganta.
Solo se separaron para coger un poco de aire de nuevo, volviendo a mirarse tan
ardientemente que parecía que se fueran a echar a arder en cualquier momento.
Si MinHo hubiera sabido que podía obtener algo como aquello de Chan, no habría
perdido el tiempo de aquella forma, tratando de mostrarse indiferente porque
creía que el mayor no quería lo mismo que él… había estado demasiado equivocado
y casi se arrepentía de haber estado simplemente ahogándose en aquellos
intensos sentimientos que tenía por Chan, esos que le gritaban desde la primera
vez que habían trabajado juntos en una sesión de fotos —una de las tantas que
habían hecho en los últimos meses— que necesitaba que el mayor se hundiera en
él hasta lo más profundo.
—¿Qué
es lo que más deseas…? —le preguntó Chan en ese momento, sacándolo de sus
pensamientos—. Estoy dispuesto a hacer absolutamente todo lo que desees.
—Te
quiero dentro… —murmuró, sin siquiera pensarlo—. Ya…
—Perfecto
—jadeó Chan contra sus labios.
MinHo
estaba demasiado excitado y mientras el mayor le metía la lengua hasta la
campanilla y él se deshacía entre sus brazos, con sus dedos en su interior,
sintiéndose como nunca antes se había sentido, disfrutando de todo como nunca
había disfrutado. Los dedos de Chan eran expertos y casi lo llevaron al orgasmo
ellos solos, pero cumplió su deseo y se internó en él, embistiéndolo una y otra
vez hasta que sus cuerpos se quedaron completamente laxos una vez alcanzaron el
orgasmo. No obstante, la noche no acabó ahí, no… Chan siguió cumpliendo todos y
cada uno de los deseos de MinHo una y otra vez, hasta el amanecer, sin
cuestionar nada, sin decir nada, sin más promesas que todo el sexo del mundo
aquella noche, pero MinHo no necesitaba más que aquello.
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