martes, 15 de febrero de 2022

[One Shot] Dirty little secrects: I desire the things which will destroy me in the end {KyuJung}

Título: I desire the things which will destroy me in the end

Autora: Riz Aino

Pareja: KyuJung (KB + YooJung) (OnlyOneOf)

Clasificación: NC–17

Géneros: AU, models, romance, smut, pwp

Número de palabras: 4.431 palabras

Resumen: KyuBin sabe perfectamente que las cosas que desea lo acabarán destruyendo al final… porque lo único que desea es que YooJung, el modelo al que representa, le coma la polla como nunca nadie se la ha comido nunca.

Advertencias: relaciones sexuales explícitas y semi públicas.

Notas: esta historia nació de esta foto que YooJung subió al fancafe y la macha blanca que se ve en sus pantalones (que obviamente no es nada raro (?)).

Comentario de autora: las ganas que tenía de escribir esto desde el momento 0 y lo mucho que me tuve que aguantar hasta que llegó el día indicado, cuando por fin tuve completamente el plot detallado. Espero que os guste.

 

I desire the things which will destroy me in the end

 

            KyuBin sentía que se iba a volver completamente loco ese día. No era la primera vez que se sentía de esa forma en mitad de una sesión de fotos, pero era probablemente la vez que más excitado se sentía. Se había tenido que alejar de la zona en la que el chico al cual representaba se encontraba, haciéndose fotos medio desnudo, con poses sensuales y miradas demasiado penetrantes a la cámara para poder calmarse, pero seguía sintiéndose como alguien que había atravesado el desierto y se encontraba con un oasis ante él, invitándolo a beber de él. No era la primera vez que se sentía así y estaba completamente seguro de que tampoco sería la última, no mientras siguiera trabajando para TaeYeob. TaeYeob… o como era conocido por el resto del mundo, YooJung, era uno de los modelos más solicitados por las marcas de ropa y por las revistas de moda en los últimos tiempos y, cada día, tenía una agenda diferente a la que asistir y en la que tenía que estar junto a él, como su manager, presenciando mil y una situaciones diferentes y, sobre todo, teniendo que verlo sino completamente desnudo, al menos semi desnudo, tanto en las sesiones de fotos como en los cambios de ropa o cuando lo maquillaban.

 

            Para KyuBin todo aquello era un pequeño placer y una inmensa tortura a la vez… porque cada día sentía que todo iba a peor y, lo que había comenzado como una pequeña atracción por el chico con el que tenía que pasar la mayor parte del día, estaba avanzando a marchas forzadas, creciendo casi tanto como crecía su miembro en sus pantalones en aquellos momentos. Necesitaba unos momentos a solas, pero no iba a tener tiempo para él hasta que no se acabaran todos los compromisos de aquel día y, aunque aquella sesión de fotos era lo último que iban a tener, sentía que no podía aguantar más de aquella forma.

 

            —¡KyuBin hyung! —lo llamó TaeYeob desde el set. KyuBin tuvo que volver a acercarse al lugar del cual se había alejado para atender a la llamada del chico, viendo cómo éste salía de la zona, agradeciendo al staff que había allí cerca. KyuBin tuvo que contenerse de mirar las fotos que aparecían en la pantalla—. KyuBin hyung —volvió a decir TaeYeob—. Van a organizar el set de nuevo para las próximas fotos y me han dado unos minutos de descanso.

 

            KyuBin asintió a aquello y supuso que TaeYeob simplemente lo había avisado para que, si lo buscaba, supiera que no estaba en el set por eso, pero el chico lo tomó de la muñeca y lo hizo avanzar por el lugar. Confuso e intrigado, con el corazón latiéndole dentro de su pecho rápidamente, se dejó llevar por el chico, tratando de aparentar que estaba perfectamente y que no sentía nada, absolutamente nada, en su interior, a pesar de que la mano de TaeYeob en su muñeca quemaba allí donde sus dedos rozaban su piel. Atravesaron el lugar de aquella forma hasta llegar al camerino que le habían asignado al chico, donde en esos momentos no había nadie, solo un montón de cosas por medio, ropa, maquillaje, maletas abiertas y tiradas por todas partes. En cuanto entraron al lugar, TaeYeob cerró la puerta a sus espaldas, echando el pestillo, sin soltar la muñeca de KyuBin todavía. El mayor quiso preguntarle qué era lo que quería o qué era lo que pasaba, si necesitaba hablar con él sobre algo que no quería que los demás escucharan o algo similar, porque era su manager, aquel era su trabajo después de todo, pero antes de que una palabra saliera de sus labios, el chico llevó su mano libre a su nuca y atrajo su rostro hacia el suyo para besarlo.

 

            KyuBin no supo cómo responder a aquel inesperado beso. Sus ojos se abrieron como platos y se quedó completamente paralizado, sin saber qué hacer, su cuerpo mal funcionando y su mente completamente en blanco. No obstante, TaeYeob no dejó de mover sus labios contra los suyos, besándolo con intensidad y con fervor, hasta que, KyuBin acabó moviendo sus labios de forma mecánica, con el piloto automático puesto, simplemente amoldando sus movimientos a los del otro, dejando que fuera el chico quien llevara el ritmo del beso. En cuanto comenzó a responder, TaeYeob soltó su muñeca y llevó su otra mano a su rostro también, cogiéndole la cara mientras volvía el beso aún más profundo, moviendo su cabeza, inclinándola para tener un mejor acceso, sacando su lengua y abriéndole los labios a KyuBin sin ningún esfuerzo, enredando sus lenguas inmediatamente, explorando su boca, buscando más y más de él hasta que al final se quedaron sin aire y tuvieron que separarse para poder respirar.

 

            —¿Qué…? —comenzó a preguntar KyuBin, pero antes de que pudiera decir nada más, TaeYeob le tapó la boca con su mano.

            —No digas nada, hyung —le dijo éste—. No quiero que digas nada ahora mismo —su otra mano la paseó por su pecho, descendiendo por su estómago hasta que llego a su entrepierna y la dejó allí, tocando la leve erección que tenía y que no era todavía visible en sus pantalones—. Sabía que estarías poniéndote duro —comentó, su voz sensual, su mirada brillando con deseo contenido, su sonrisa pícara nublando la mente de KyuBin—, siempre te pones duro cuando hago una sesión de fotos con poca ropa o sensual.

 

            KyuBin no pudo evitar abrir los ojos como platos ante aquello. Lo había intentado ocultar de la mejor forma que había podido porque su cuerpo siempre lo traicionaba cuando se trataba de TaeYeob y todo aquel tiempo había pensado que lo había hecho bastante bien y que el chico no se había dado cuenta de nada, pero a la vista estaba que se había percatado totalmente de lo que le pasaba cada vez que lo veía con menos ropa de la que debería tener puesta o cómo se comía la cámara con la mirada o aquellas poses sensuales que lo parecían invitar a hacer cosas pecaminosas con él. Siempre había pensado que aquel era su pequeño secreto, pero acababa de ser expuesto y realmente no sabía cómo reaccionar a que TaeYeob lo supiera y no solo a eso, sino que su reacción hubiera sido besarlo como si no hubiera un mañana y tocarle la entrepierna para verificar que efectivamente se le había puesto dura al verlo en la sesión de fotos.

 

            —TaeYeob… —dijo, tratando de decir algo, aunque realmente no sabía el qué porque no se le ocurría qué era lo que podía decir, qué excusa podía ponerle, si es que aquello tenía una excusa.

            —No quiero que digas nada, hyung —le volvió a repetir él—. Si dices algo probablemente pierda la motivación que tengo ahora y no quiero perderla porque ahora mismo quiero y necesito hacer esto.

            —¿Hacer…?

 

            KyuBin no pudo terminar de hacer su pregunta porque los labios del chico se estrellaron contra los suyos para callarlo y acabó devolviéndole el beso esa vez prácticamente de inmediato, abriendo su boca cuando TaeYeob hizo que su mano agarrara con mucha más fuerza su paquete, éste metiéndole la lengua hasta la campanilla en ese momento y dejándolo sin aire, nublándole del todo la mente, dejándolo completamente laxo contra la puerta, su cuerpo débil, a su merced. Quizás no debería, quizás debería estar resistiéndose, quizás lo que debería estar haciendo fuera alejando a TaeYeob de su cuerpo, poniendo unos límites entre ambos, unas líneas que ninguno de los dos debería de cruzar, pero en esos momentos no podía, no podía hacerlo, no podía trazar la línea de la profesionalidad con él, no podía decirle que parase y que no debían estar haciendo aquello, no podía decirle que él era su manager y que simplemente lo representaba, que eran compañeros de trabajo y que, sobre todo, debían mantenerse alejados el uno del otro, física y sentimentalmente porque su relación debía mantenerse como había estado hasta el momento… pero KyuBin había deseado tanto aquello, había deseado tantísimo poder estar de aquella forma con TaeYeob, que no podía hacerlo. KyuBin sabía perfectamente que las cosas que deseaba hacer con él lo acabarían destruyendo al final, pero no podía hacer otra cosa más que dejarse llevar.

 

            TaeYeob le acabó metiendo la mano por dentro de su pantalón, tocando su miembro a través de la tela de sus calzoncillos, su mano fría en contraste con el calor que KyuBin tenía en la entrepierna. No obstante, aquel frío hizo que su miembro creciera un poco más, que se endureciera un poco más y aquello hizo sonreír al chico dentro del beso. KyuBin no pudo evitar replicar aquella sonrisa y el beso se hizo mucho más lento en ese momento, saboreándose mutuamente y con tranquilidad, ajenos a absolutamente a todo a su alrededor, como si solo estuvieran ellos dos en el mundo y como si tuvieran todo el tiempo del mundo. No obstante, un ruido en el exterior, algo cayéndose cerca de la puerta los hizo separarse rápidamente el uno del otro, devolviéndolos a la realidad.

 

            —No… deberíamos hacer esto… —murmuró KyuBin, tratando de aferrarse a los últimos atisbos de cordura que le quedaban en esos momentos.

            —No. No —TaeYeob volvió a acercarse a él—. Quiero hacer esto, hyung, tú también quieres hacerlo, lo sé —le dijo, sensual, apetecible, sus labios rojos e hinchados, el pintalabios corrido—. Quiero estar contigo ahora que tenemos unos minutos, ahora que nadie nos presta atención.

            —¿Qué quieres hacer? —no pudo evitar preguntarle KyuBin.

 

            Realmente no entendía qué era lo que había podido motivar a TaeYeob a hacer aquello, a llevarlo hasta el camerino, a dejarlo contra la puerta y besarlo, a tocarlo, poniéndolo más duro de lo que ya estaba. No sabía qué era lo que quería hacer con él ni por qué lo quería, solo se había dejado llevar por la locura de sus besos por lo que sentía con ellos, por cómo le gustaba la forma en la que sus labios se amoldaban perfectamente y encontraban el ritmo correcto… pero en esos momentos se encontraban en un estudio de fotografía y no estaban solos, al menos una decena de personas estaban al otro lado de aquella puerta y podían ir a buscarlos en cualquier momento porque el set que iban a montar no podrían tardar tampoco demasiado en tenerlo listo.

 

            —Siempre he querido hacerlo, siempre he querido acostarme contigo, hyung —le confesó TaeYeob, sus ojos brillando con un deseo absoluto, un deseo por él, por su cuerpo, casi tan claro como la erección que KyuBin tenía entre sus piernas—. Siempre he sabido que tu también querías hacerlo, la forma en la que me miras, la forma en la que muchas veces, como hoy, te alejas en las sesiones de fotos para alejarte y calmarte porque se te empieza a poner dura… y hoy me he decidido a dejar de pensar en la empresa o en mi futuro, simplemente quiero comerte la polla aquí mismo y quiero que cuando terminemos esto me la metas hasta el fondo y me dejes sin aire.

 

            KyuBin tragó saliva porque se le había quedado la boca completamente seca, su mente imaginando lo que TaeYeob le había dicho que quería hacer, lo que pensaba. Jamás se lo habría imaginado y, sobre todo, jamás se habría esperado que una vez hubiera tomado aquella decisión, no hubiera nada que le impidiera llevarlo a cabo. Y KyuBin, aunque sabía que estaba mal, aunque sabía que no era lo correcto, aunque sabía que lo que debía hacer era tratar de hacerle entender que no podían hacerlo, ni allí, ni después de que acabaran la sesión de fotos, lo único que pudo hacer fue asentir a las palabras del chico, dándole su consentimiento para que hiciera con él lo que le diera la gana.

 

            Y TaeYeob lo hizo.

 

            Rápidamente se dejó caer sobre sus rodillas y llevó sus dedos hasta los pantalones de KyuBin, desabrochándole el botón y bajándole la cremallera, bajando también un poco sus pantalones y sus calzoncillos, dejando su miembro levemente erecto al descubierto. KyuBin tragó saliva de nuevo al ver al chico acercar su rostro a su miembro, como si fuera a cámara lenta, hasta que lo besó por primera vez, haciéndolo temblar. El chico era demasiado precioso, pero de aquella forma, de rodillas, mirando hacia arriba, besando su miembro una y otra vez, tomándolo con sus manos, mirándolo a veces, lamiendo sin quitarle los ojos de encima, probablemente era la persona más preciosa, sensual y erótica que había existido jamás en todo el universo y KyuBin no tardó nada en ponerse completamente duro, su miembro totalmente sensible a su toque, toda la sangre de su cuerpo acumulándose allí, de la misma forma que el fuego comenzó a acumularse en la parte baja de su vientre, a punto de estallar. El placer que estaba experimentando era increíble, no obstante, no era nada para lo que le esperaba cuando TaeYeob hinchó sus mejillas y decidió introducirse su miembro en su boca, lamiéndolo con su lengua, usando sus labios para envolverlo y apretarlo a medida que se metía y sacaba su punta. No se lo llegó a introducir del todo, pero KyuBin se derritió en unos pocos minutos, llegando al orgasmo de una forma intensa, rápida, corriéndose en su boca sin que le diera tiempo a avisarlo, tapándose la boca con las manos para que el gemido que había ascendido por su garganta saliera ahogado por sus labios y no se escuchara en el exterior. TaeYeob tragó la mayor parte de su semen, pero algunas gotas escaparon de su boca cuando se separó de él y acabaron cayendo sobre su pantalón.

 

            KyuBin se dejó caer sobre el suelo al final también porque las piernas no lo sostenían más, al lado de TaeYeob, sin aire, sintiéndose completamente débil, como nunca se había sentido antes, respirando de forma entrecortada. Miró al chico que se encontraba ante él con la mirada perdida y una sonrisa boba en su cara, completamente satisfecho y en los ojos de TaeYeob, además de deseo, pudo ver un brillo de orgullo por haberlo dejado en aquel estado.

 

            —Cuando acabe el photoshoot llévame a tu casa —le dijo, levantándose y alcanzando un pañuelo para limpiarse el semen de la boca y el poco que le había caído sobre el pantalón, frotando para que no se quedara la mancha, quedó un poco sobre éste, pero no se apreciaba realmente a no ser que uno se fijara especialmente en ello—. Quiero hacerte pasar una noche increíble y quiero que te corras en mi culo en lugar de en mi boca.

 

            Apenas terminó TaeYeob de adecentarse de nuevo, lavándose los dientes y pintándose los labios de la misma forma que los había tenido antes, llamaron a la puerta para que saliera de nuevo para seguir con la sesión de fotos. KyuBin tardó un buen rato en seguirlo, primero porque no estaba todavía repuesto del reciente orgasmo y segundo porque él mismo tenía que adecentarse, así que, para cuando salió, al photoshoot no le quedaba demasiado para terminar y solo tuvo que aparentar que estaba perfectamente durante poco más de media hora, a pesar de que por dentro estaba que le iba a dar un ataque por todo lo que había pasado y por todo lo que iba a pasar esa noche, porque ya que KyuBin había probado lo que era estar junto a TaeYeob, no iba a dejar escapar aquella oportunidad, no cuando había sido el otro quien había tomado la iniciativa y no cuando éste le había hecho aquella promesa de tener sexo increíble en cuanto acabaran con el trabajo. KyuBin sabía que estaba mal, sabía que no era lo mejor, pero también sabía que deseaba aquello con todas sus fuerzas, aunque lo llevara a la ruina, por ese motivo, no pudo dejar de observar a TaeYeob durante el resto de la sesión de fotos, observando sus expresiones sensuales, como si estuviera teniendo sexo con el objetivo de la cámara, sus posturas, invitándolo a pecar con él, sintiéndose de nuevo totalmente excitado.

 

            Cuando el photoshoot finalmente terminó, les faltó poco a los dos para salir rápidamente del estudio en cuanto agradecieron a todo el mundo por el trabajo y él terminó de arreglar algunas cosas con el fotógrafo y el staff mientras TaeYeob se cambiaba. En cuanto todo estuvo listo se montaron en el coche y KyuBin condujo quizás mucho más rápido de lo que había conducido nunca antes, rezando en cada semáforo que se pusiera verde rápidamente para así no tener que detenerse demasiado y perder el tiempo cuando lo único que quería era llegar ya a su piso, sobre todo porque TaeYeob se había sentado en aquella ocasión en el asiento del copiloto y había apoyado su mano izquierda sobre su muslo, agarrándolo y no dejando de tentarlo, cada vez que el coche se paraba, tocando su miembro por encima de la tela de sus pantalones.

 

            KyuBin estaba tan excitado que cuando finalmente llegaron al piso no se detuvo en preparativos ni en chorradas varias, simplemente llevó a TaeYeob hasta su habitación y comenzó a desnudarlo entre besos, rápidamente, para no perder el tiempo, sintiendo cómo su miembro crecía mas y más dentro de sus pantalones, casi a punto de estallar. El chico no se quejó tampoco de la rapidez con la que actuaba, solo se dejó hacer de la misma forma que KyuBin se había dejado hacer en el estudio de fotografía, porque a pesar de la rapidez, a pesar de quererlo todo ya y a pesar de toda la excitación que sentía, se detuvo en hacer sentir bien a TaeYeob, sus besos sobre su piel blanca y delicada siendo intensos pero sin llegar a dejarle marca, sus manos tocándolo por todas partes, encontrando los lugares más sensibles de su cuerpo, aquellos lugares que lo hacían gemir alto o que provocaban que se quedara sin respiración durante unos segundos. KyuBin se detenía mucho más en esas partes de su cuerpo para hacerlo gemir, sus gemidos volviéndose la banda sonora de aquel momento, excitándolo como nunca antes lo habían excitado unos gemidos, queriendo todo y más de TaeYeob y no se quedaría a gusto hasta que no lo obtuviera.

 

            Se dedicó a él en cuerpo y alma, a calentarlo como él lo calentaba simple y llanamente con su existencia, tocando su miembro con su mano, sus testículos y sintiéndose orgulloso de si mismo al notar cómo el pre semen había comenzado a salir de su punta tan solo por sus toques y por sus besos por todo su cuerpo. Había dejado desatendido su miembro hasta aquel momento, pero KyuBin le devolvió el favor que el otro le había hecho en el estudio, tocándolo una y otra vez hasta que éste estaba a punto de estallar, rápido, lento, cambiando el ritmo para hacerlo llegar de una forma mucho más increíble, para que cuando el orgasmo le sobreviniera, se quedara como una muñeca de trapo en su cama.

 

            —Dios… hyunghyung… —gimió en una de esas ocasiones en las que lo dejó al borde del abismo, parando para acumular mucho más placer en su interior—. Hyung necesito correrme ya, te necesito dentro ya… no puedo más…

            —Sí que puedes —le susurró KyuBin, siguiendo con aquel juego.

 

            TaeYeob se lo pidió un par de veces más hasta que KyuBin acabó introduciéndose su miembro en su boca, usando su lengua y sus labios para colmarlo de placer y hacerlo llegar al orgasmo en tan solo unos momentos. El cuerpo del chico se tensó durante un segundo y después su miembro comenzó a liberar su semen directamente en su garganta, retorciéndose de placer en su cama, gimiendo, jadeando, suplicando por más. KyuBin trago todo su semen y después se sacó su miembro de la boca y se levantó de la cama para terminar de desnudarse él y coger el lubricante que tenía en uno de los cajones de su mesilla de noche, volviendo a la cama inmediatamente después y, sin dejar siquiera que TaeYeob terminara de recuperarse del orgasmo, comenzando a prepararlo para que éste se le prolongara. Se echó abundante lubricante en su dedo índice y tanteó su ano un par de veces con él antes de introducirlo en su interior, provocando una intensa reacción en el cuerpo de TaeYeob, que se retorció de placer sobre la cama, gimiendo y apretando su recto alrededor de su dedo. KyuBin trató de encontrar su próstata en ese momento para darle todavía más placer a TaeYeob y en cuanto lo hizo, éste gimió alto, se agarró a las sábanas y hundió sus talones en el colchón.

 

            KyuBin no pudo evitar sonreír porque las reacciones del cuerpo del chico a todo lo que hacía eran intensas, eran increíbles y nunca se había imaginado que fuera así. Muchas veces se había imaginado aquella misma situación, muchas veces había pensado en tener a TaeYeob en su cama, deshaciéndose en gemidos por lo que él le hacía, pero la realidad era demasiado increíble, mucho mejor que su imaginación, la realidad era casi como si estuviera cometiendo un pecado con él, porque el cuerpo de TaeYeob era un pecado en sí mismo, dulce, suave, precioso… y temblando de placer, con el flequillo pegado a su frente, respirando entrecortado, con los ojos todavía velados por el orgasmo, TaeYeob era todavía más precioso. Su cuerpo no tardó en acostumbrarse a su dedo y acabó introduciendo el segundo, penetrándolo una y otra vez, moviéndolos en su interior, abriéndolos, creando espacio para su miembro, acostumbrando a las paredes de su recto a la intrusión para no tener ningún problema después. Lo hizo lento, con mucho lubricante, tocando una y otra vez la próstata del chico y provocando que éste volviera a ponerse duro por todo el placer que estaba experimentando. KyuBin solo se detuvo cuando el chico comenzó a mover sus caderas, queriendo más, indicándole de esa forma que estaba disfrutando demasiado, pero que necesitaba más. Sacó entonces sus dedos de su cuerpo y cogió un condón para ponérselo y poder entrar en el cuerpo de TaeYeob de una vez por todas, pero antes de que pudiera abrir siquiera el envase de plástico, la voz de TaeYeob lo detuvo.

 

            —No —le dijo—. Quiero que te corras dentro —KyuBin se quedó quieto y lo miró fijamente, queriendo preguntarle si de verdad hablaba en serio, pero el chico habló de nuevo—. Te lo dije antes en el estudio quiero que te corras dentro, quiero sentir tu semen en mi culo.

            —¿Estás seguro?

 

            KyuBin tuvo que preguntarlo, tuvo que asegurarse de que aquello era lo que el chico quería de verdad y solo cuando éste se lo confirmó, apretando sus labios y asintiendo con un movimiento de su cabeza, soltó el condón y le hizo caso. Se echó un montón de lubricante sobre su pulsante erección y volvió a echar un poco más en su trasero, hundiendo sus dedos en su cuerpo otra vez justo antes de guiar su miembro hasta su ano y comenzar a introducirse en él. TaeYeob estaba apretado en torno a él, las paredes de su recto ejerciendo una presión exquisita sobre su miembro, pero sin que el chico sintiera dolor ninguno por la presión, deslizándose sin problema dentro de él por la preparación y el lubricante. Ambos gimieron al unísono cuando finalmente estuvo dentro de él por completo, quedándose así, sin moverse, durante unos momentos para que se terminara de acostumbrar a la intrusión a pesar de que lo que su miembro le gritaba era que tenía que moverse ya y lo más rápido posible. Pero KyuBin solo se movió cuando dejó de sentir cómo las paredes de TaeYeob ejercían toda esa presión contra él y simplemente envolvían su erección.

 

            La sensación de hacerlo sin condón era extraña porque KyuBin lo sentía todo más y muchísimo mejor y le gustaba aquella sensación, así que, no tardó en abandonarse a ella y comenzó a moverse cada vez más rápido, hundiendo sus pies en el colchón primero, luego sus rodillas, enredando las piernas de TaeYeob en su cintura. El rimo empezó a volverse desenfrenado cuando KyuBin ya no pudo soportarlo más y no pudo dejar de entrar y salir de su cuerpo una y otra vez, rápido, cada vez más rápido. Sus caderas chocando los muelles del colchón chirriando, sus gemidos mezclándose en el aire de la habitación que cada vez estaba más caliente hasta que al final acabó corriéndose en el interior de TaeYeob con un gemido que nació desde lo más profundo de su garganta, el orgasmo sobreviniéndole y dejándolo sin fuerzas. KyuBin espero a terminar de correrse para sacar su miembro del interior de TaeYeob y solo entonces se dejó caer sobre el colchón, sintiendo en su cuerpo los coletazos del orgasmo. Cerró los ojos un instante, abandonándose a aquella sensación y cuando los volvió a abrir, el rostro de TaeYeob estaba tan solo a unos pocos centímetros del suyo, mirándolo con deseo velado.

 

            —¿Te ha gustado? —le preguntó—. ¿Era esto lo que querías? —el chico asintió a sus preguntas y le dio un beso corto en los labios antes de moverse y sentarse sobre su muslo.

            —Quería esto… pero todavía quiero muchísimo más.

 

            TaeYeob comenzó entonces a rozar su miembro erecto contra su muslo, buscando correrse de nuevo por la fricción y KyuBin sintió cómo el fuego en su interior se reavivaba y también quería más, mucho más de él, a pesar de que intuía que todo aquello acabaría destruyéndolo… pero no pudo evitar ceder a sus deseos por TaeYeob de nuevo.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario