Título: A different kind of game (wet at the thought of you)
Autora: Riz
Aino
Pareja: WookJun (JunJi + Nine) (OnlyOneOf)
Clasificación: NC–17
Géneros: AU, sports, romance, drama, smut, pwp
Número de palabras: 4.576 palabras
Resumen: WookJin llevaba unos años admirando a
JunHyung desde lejos, como a un ídolo… y ahora que lo tiene cerca, no puede
dejar de mirarlo.
Advertencias: relaciones sexuales explícitas en un
sitio bastante público.
Notas: esta historia nació de unos
mensajes de bubble que Nine mandó un día mientras thirsteaba por unas fotos de
JunJi medio desnudo.
Comentario
de autora: no es un
ship especialmente común, pero me encanta muchísimo porque Nine va por la vida
siempre siendo el fan no1 de JunJi. Espero que os guste.
A different kind of game (wet
at the thought of you)
Tras trece años de esfuerzo, de
sacrificios varios, de entrenamientos demasiado intensos, de lesiones que a
veces lo hacían flaquear en su empeño y de diversos problemas casi imposible de
sortear, WookJin se encontraba por fin en el lugar que siempre había deseado. Esa
era la primera vez que pisaba aquel estadio y no lo hacía como espectador, sino
como jugador. Aquel había sido su sueño desde siempre. El fútbol siempre lo
había sido todo en su vida y poder jugar en el equipo de sus sueños, OnlyOneOf,
le parecía todavía demasiado increíble. Todavía recordaba cuando de niño había
visto en el canal de dibujos de la televisión una serie sobre en la que sus
protagonistas eran futbolistas y ésta había despertado su interés por el
fútbol. Tras verla, había rogado a sus padres que lo apuntaran al club de
fútbol de su escuela y el deporte lo había encandilado tanto que antes de cumplir
siquiera los diez años, había decidido que sería un jugador profesional de
fútbol cuando fuera mayor. Tras mucho esfuerzo lo había conseguido a sus
veintitrés años, después de jugar en distintos equipos de categorías inferiores
y llamar la atención de aquel gran club.
El chico tomó aire profundamente.
Era el primer día de entrenamientos, su presentación había sido la semana
anterior y, aunque había conocido a algunos de los jugadores, todavía se sentía
intimidado. Caminó por los pasillos del estadio, dirigiéndose a los vestuarios
y cuando entró a éste, se encontró con algunos de los que serían sus compañeros
aquel año.
—Buenos días —los saludó.
Cinco de las seis personas que se
encontraban en el lugar alzaron su vista hacia él y lo saludaron de vuelta.
Allí se encontraban Lee SungHo, uno de los mejores defensas de la Liga, llegado
directamente desde un equipo de tres al cuarto de su ciudad natal, en el que lo
descubrieron unos ojeadores hacia un par de años; Lee YongSoo que había llegado
la temporada anterior y que cabalgaba la banda izquierda tan rápido que nadie
era capaz de alcanzarlo; Lee TaeYeob quien era el cerebro del medio campo,
aquel que trazaba las mejores estrategias y que repartía el juego a los demás; Shin
KyuBin, llegado esa misma temporada, como él, había sido el portero que menos
goles había recibido en su portería, solo once en toda la temporada anterior y
todos los equipos se lo habían rifado al acabar su contrato con su anterior
equipo; Park JiSung, el capitán del equipo, que podía jugar prácticamente en
cualquier posición en el campo, siendo una parte muy importante del equipo
desde hacía tantos años que WookJin ya no podía recordar aquel equipo sin él y,
por último, el jugador más importante de toda la Liga, el mayor goleador de la
temporada anterior y que llevaba en el equipo de tres temporadas, Kim JunHyung,
el chico al que WookJin admiraba y a quien deseaba poder superar, ya que él
también jugaba de delantero. Él había sido el único que no lo había saludado al
entrar a los vestuarios, solo se había quedado mirándolo fijamente.
El chico nuevo dejó su bolsa en el
banco frente a su taquilla y se quitó su ropa de calle, sacando su ropa de
entrenamiento. Después, esbozó una sonrisa al ver en el fondo de su bolsa la
equipación oficial de color azul turquesa, y tomó la ropa para dejarla dentro
de su taquilla. Tras esto, se sentó en el banco de madera para abrocharse
correctamente las botas y una vez lo tuvo todo listo, salió del vestuario
dispuesto a calentar junto a todos los demás, que ya habían abandonado el lugar.
Cuando estaba caminando por el pasillo hacia el césped, se encontró a Kim JunHyung
apoyado contra la pared, con los brazos cruzados sobre su pecho, como si
estuviera esperando por alguien, WookJin supuso que estaría esperando por
alguien del equipo técnico, pero, al pasar por su lado, el otro se separó de la
pared y se cruzó en su camino, con su rostro reflejando una expresión que WookJin
jamás había visto en este durante los partidos, las entrevistas o cualquier
otro lugar, una expresión de odio infinito.
—Yo soy el delantero titular
—siseó—, el máximo goleador de la Liga y nadie, menos tú, un mindundi, me va a
quitar mi puesto.
Y, tras decir esto, se alejó de él a
grandes zancadas, dejando a WookJin confuso y con su corazón latiendo
rápidamente dentro de su pecho por el miedo y la excitación.
~
WookJin solo llevaba dos semanas
entrenando en su nuevo equipo. La temporada ni siquiera había comenzado todavía
y solamente se encontraban entrenando y haciéndose a los nuevos miembros y a
las nuevas dinámicas del grupo. El chico se había integrado bastante bien, la
mayoría de los miembros del equipo y de los técnicos se habían portado genial
con él y WookJin no había perdido el tiempo en metérselos a todos en el
bolsillo porque siempre había sido agradable, un poco idiota y encantador,
JiSung incluso había dicho que lo adoptaba como a su nuevo hijo, así que,
WookJin se había ganado su pequeño hueco en el lugar. No obstante, aunque a la
mayoría les cayese bien, no había conseguido limar asperezas con su compañero
en la delantera. JunHyung lo seguía viendo como un rival y no quería tener nada
que ver con él ni en el campo ni fuera de él.
Su primer encuentro había dejado a
WookJin temblando. Temblando porque no se lo había esperado y porque aquello
había provocado en él una especie de obsesión todavía más profunda por
JunHyung. Era uno de los mejores jugadores de los últimos tiempos y WookJin
siempre lo había mirado con admiración, incluso había ido a partidos del otro a
animarlo, pero después de su primer y último intercambio de palabras, había
aparecido otro sentimiento bastante más fuerte: el deseo. WookJin nunca había
escondido que fuera gay y realmente a nadie le había importado aquello, incluso
había tenido algunos escarceos con sus antiguos compañeros en los anteriores
equipos en los que había estado, sobre todo cuando era adolescente y no podía
aguantarse las ganas de sexo porque siempre estaba caliente por sus malditas
hormonas. Y, en esos momentos, se sentía de la misma manera. Caliente y
excitado porque el otro había tratado de ejercer su dominancia en el terreno de
juego… aunque a WookJin nada le encantaría más que la ejerciera con él en la
cama, por lo que había tratado de acercarse a él en esas semanas, pero, por más
que lo había intentado, le había sido imposible derribar los enormes muros de
hielo que éste había levantado a su alrededor, solo para él, porque con el
resto del equipo se llevaba de maravilla, incluso con KyuBin y HoJin, que
habían llegado esa misma temporada, junto a él, con solo varios días de
diferencia. Eso solo había hecho que la obsesión de WookJin creciera porque quería
que con él se comportara de la misma forma que lo hacía con los demás y,
además, lo hacía babear por él como llevaba demasiados años sin babear por
nadie.
Cuando jugaban, cuando estaban en el
vestuario cambiándose de ropa o en las duchas, WookJin no podía parar de mirar
a JunHyung. Lo observaba como si fuera la única persona en el lugar y como si
se lo quisiera comer enterito, con un desbordante deseo apenas contenido, algo
de lo que los demás se habían dado cuenta —además de darse cuenta de que
obviamente no habían encajado entre ellos porque la delantera era un caos
cuando jugaban, por mucho que él tratara de que no fuera así porque la
temporada estaba a punto de empezar y debían de entenderse para que el equipo
funcionase—. Probablemente fue por ambas cosas que sus demás compañeros decidieron
dejarlos encerrados en el vestuario tras el entrenamiento de ese día, para que
resolvieran lo que fuera que tuvieran que resolver… y, aunque WookJin no había
sabido que aquellos eran sus planes, agradeció infinitamente al equipo por
aquella oportunidad.
Ambos se habían tenido que quedar en
el entrenamiento un poco más aquel día, junto con el entrenador, que les había
dado una pequeña charla sobre que debían confiar el uno en el otro en el campo
o el equipo se iría a la mierda y no podían prescindir de ninguno de los dos
porque los dos eran los mejores delanteros que existían en aquellos momentos.
WookJin estaba totalmente de acuerdo con aquello y sabía que, en el fondo,
JunHyung tampoco quería cagarla porque se llevaría por delante su carrera y
todos los logros de ésta, pero no sabía cómo poder encararlo para que todo
fuera bien esa temporada. JunHyung no quería renunciar a su posición como
delantero titular, pero WookJin no quería esa posición, el solo quería jugar a
su lado, marcar tantos o darle pases al otro para que lo hiciera. Si ambos se
unían en aquello la delantera de OnlyOneOf sería recordada para siempre por ser
una de las mejores de toda la historia del equipo, pero WookJin ni siquiera
sabía cómo podía encarar la situación.
Cuando volvieron a los vestuarios
todos se habían ido ya y WookJin simplemente cogió sus cosas y se fue a la
ducha, comenzando a bañarse en las duchas comunes mientras pensaba en como
podía encarar al mayor con aquel tema. No obstante, su atención se vio desviada
en el momento en el que el otro entró a las duchas, completamente desnudo,
obviamente. Todos en aquel club tenían un físico envidiable, se pasaban más
horas de las que podían contar entre entrenamientos y el gimnasio, WookJin
mismo tenía un cuerpo de escándalo, pero la forma en la que los abdominales de
JunHyung se marcaban y cómo los músculos de su cuerpo estaban definidos, hizo
que el corazón se le detuviera durante un segundo y no pudiera hacer otra cosa
más que quedarse embobado mirándolo. Además, no eran solo sus músculos, los
rasgos de su rostro eran preciosos y su miembro, incluso flácido, tenía una
pinta muy apetecible. WookJin tuvo que tragar saliva y pegarse varias bofetadas
mentalmente para dejar de mirarlo, aunque eso no lo quitó de fantasear durante
el rato que el otro se estuvo duchando con aquel cuerpo de escándalo. En todo
el tiempo que llevaba allí apenas había podido mirarlo, el otro escondiéndose
detrás del resto de sus compañeros, duchándose en la punta contraria a él, pero
ese día había podido verlo bien porque habían estado solos allí dentro y la
pequeña obsesión —quizás grande a aquellas alturas— que tenía por el otro se
volvió prácticamente insoportable. Quería que JunHyung dejara de verlo como una
amenaza y quería, sobre todo, que se la metiera hasta lo más profundo. Solo de
pensar en la posibilidad de acostarse con el otro hacía que su miembro
reaccionara y casi se endureciera con ese pensamiento… quizás cuando llegase a
casa se tocaría rememorando una y otra vez el cuerpo desnudo de JunHyung en la
ducha, con las gotas de agua cayendo por su melena larga y recorriendo sus músculos
hacia abajo, sus manos sujetándolo con fuerza y su miembro dentro de él,
llenándolo y colmándolo de placer.
WookJin seguía todavía fantaseando
en la ducha cuando JunHyung volvió al lugar, todavía con la toalla anudada a su
cintura y con una nota en su mano, sus ojos ardiendo de furia en cuanto se
encontraron con los de WookJin, que estaba sumamente confuso.
—¿Esto ha sido idea tuya? —le
preguntó.
Era la primera vez que le hablaba
directamente desde que le había hecho aquella advertencia el primer día antes
de salir al entrenamiento y la forma en la que le había hablado denotaba que
estaba realmente furioso, algo que provocó que su miembro reaccionase y la
sangre de todo su cuerpo comenzase a dirigirse hacia él. WookJin, no obstante,
trató de calmarse, respiró profundamente, cerró el grifo de la ducha y se secó
las manos con su toalla, para poder coger la nota que el otro le tendía para
poder leerla. En ella ponía que los habían dejado encerrados en el vestuario
para que pudieran arreglar sus diferencias antes de que éstas perjudicasen al
equipo, que no saldrían de allí hasta que no lo hicieran y que tratasen de no
matarse. WookJin todavía no reconocía la forma de escribir de sus nuevos
compañeros de equipo, pero por la forma en la que la nota había sido redactada,
se imaginaba que había sido JiSung el que la había escrito —o al menos el que
se la había dictado a quien la hubiera escrito—.
—No ha sido idea mía —le contestó a
JunHyung—, pero me alegra que me hayan encerrado aquí contigo.
—Esto es increíble —dijo el otro,
exasperado, pasándose las manos por su rostro, echándose el pelo hacia atrás—.
No tengo nada que hablar contigo.
—Claro que sí tenemos cosas de las
que hablar —replicó WookJin, lo más serio que pudo, tratando de no perderse a
sí mismo mirando el cuerpo del otro más de la cuenta—. ¿No has escuchado al
entrenador antes? Esto no funciona. El equipo no funciona si no somos capaces
de conectar o de confiar el uno en el otro en el campo. Por mucho que SungHo y
HoJin sean unos defensas increíbles y KyuBin no deje pasar ni una de las
pelotas que a éstos se les escapen dentro de nuestra red, si nosotros no
marcamos goles, no podremos hacer una buena temporada.
—Puedo marcar goles perfectamente
sin ti —replicó JunHyung.
WookJin tuvo que inspirar hondo,
frustrado. No entendía por qué se comportaba con él de esa forma porque con
YongSoo, que muchas veces acababa con ellos en la delantera y tirando a puerta
no se comportaba de esa forma. No podía ser solo un problema sobre la posición,
tenía que haber algo más que WookJin no sabía y, por mucho que quisiera follar
con él o comérselo enterito, por mucho que le gustase cómo lo miraba con sus
ojos ardiendo de furia o la forma en la que sonaba su voz cuando se dirigía a
él, enfadado, aquella problemática la debían de resolver. A WookJin solo se le
ocurrió una explicación a su comportamiento, aunque no llegaba a entender qué
era lo que la había provocado porque ni siquiera se conocían cuando le había
hecho la advertencia en el túnel de los vestuarios.
—Me odias —dijo. No lo preguntó, lo
afirmó porque estaba seguro de que tenía que ser eso—. No sé por qué lo haces,
pero me odias y quiero saber qué es lo que odias de mí para que podamos
arreglar esto y cooperar por el bien del equipo y de nuestras carreras.
JunHyung lo miró fijamente a los
ojos, con aquella furia desbordante en ellos, ardiendo casi más que antes. Por
un momento WookJin casi pensó que le iba a contestar que no lo odiaba y que
tenía otro problema con él, pero éste le contestó que lo odiaba.
—¿Por qué? —preguntó—. Quiero decir,
ni siquiera hemos hablado o tenido alguna interacción en la que pudiera hacer
algo por lo que pudieras odiarme.
Literalmente JunHyung lo había
conocido ese primer día en el vestuario cuando había llegado a entrenar, no lo
había saludado como sí habían hecho los demás y después le había dicho que no
le iba a quitar el puesto de delantero. Ni siquiera habían tenido la
oportunidad de jugar el uno contra el otro en ningún partido porque WookJin
había ascendido ese año a la primera división, hasta el momento había estado
jugando en equipos de tres al cuarto, esforzándose al máximo por conseguir su
oportunidad, creyendo que era un sueño estúpido que lo contratasen en el equipo
en el que siempre había querido jugar. Pero había tenido su oportunidad, se
había hecho viral en internet por un increíble gol que había marcado en mitad
de la anterior temporada y, después de eso, había tenido a varios ojeadores
viendo sus partidos y apuntando sus estadísticas. Había tenido varias ofertas
de clubes grandes antes y después de acabar la temporada, pero WookJin había
dicho que no podía dejar a su equipo hasta no terminarla y que decidiría ese
verano. Justo entonces le había llegado la oferte de aquel equipo, del
OnlyOneOf, el equipo de sus sueños, y WookJin no lo había pensado más, solo
había aceptado.
JunHyung no le contestó al momento.
No lo hizo y WookJin estuvo todo el tiempo que tardó en contestarle con su
corazón latiendo rápidamente dentro de su pecho por los nervios y conteniendo la
respiración.
—Cuando el club anunció que te
fichaba para el equipo y viniste para firmar el contrato a la oficina, yo
también fui llamado a ella —le dijo—. Hice muy buenos números la temporada
pasada, pero al final tuve una pequeña lesión de la que me he recuperado en el
parón del verano, pero me dijeron que si por culpa de mi lesión no tenía el
mismo rendimiento que había tenido, no me necesitarían más, que por eso te
habían contratado a ti, para cubrirse las espaldas.
WookJin no pudo hacer otra cosa más
que abrir la boca al escuchar la explicación de JunHyung. No se podía creer que
le hubieran dicho eso desde la dirección del equipo cuando el chico estaba
teniendo resultados increíbles en los entrenamientos. La lesión que había
tenido al final de la temporada anterior ni siquiera había sido tan grave, ¿en
qué pensaban al decirle aquello? Una vez se le pasó la estupefacción sintió un
enfado horrible contra las mismas personas que le habían cumplido el sueño de
su vida, pero el enfado dio paso a otra cosa: alivio. Alivio porque la razón de
JunHyung para odiarlo era externa y no tenía que ver con él exactamente, sino
con lo que otras personas habían dicho que harían poniéndolo a él como excusa y
su mente volvió a reconectar con la forma en la que el otro estaba frente a él,
todavía medio mojado y medio desnudo, con la toalla anudada en su cintura.
—No tengo interés alguno en quitarte
el puesto —le dijo—. Nunca lo he tenido y menos lo quiero si me lo asignan por
esto, nadie ha hablado conmigo sobre esto y no estoy para nada de acuerdo.
Estás en una forma increíble y la lesión no te ha limitado para nada, ¿cómo
pueden ser así de gilipollas?
JunHyung lo miró fijamente después
de que dijera aquello y, por primera vez, WookJin no sintió que su mirada
desprendiera un profundo odio sobre él, la ira siendo reemplazada por otra
cosa. Sus ojos seguían ardiendo, pero la furia no era lo que ardía en ellos,
ardía algo que hizo que su cuerpo se estremeciera, un escalofrío recorriendo
todo su cuerpo de arriba abajo.
—¿Has… has dejado de odiarme? —le
preguntó WookJin, queriendo asegurarse de ello. JunHyung asintió lentamente,
sin dejar de mirarlo fijamente a los ojos—. ¿Puedes follarme entonces ahora
mismo?
La pregunta pareció pillar
completamente desprevenido a JunHyung, pero sus ojos se dirigieron
inmediatamente hacia la entrepierna de WookJin, que no se había molestado en
cubrirse con una toalla mientras hablaban, dándose cuenta de que su miembro
estaba bastante duro. De inmediato se lamió los labios y WookJin tomó aquella
reacción como que sí se lo iba a follar allí mismo, así que, soltó la nota que
todavía tenía en sus manos y redujo la distancia entre sus cuerpos a cero,
pegándose a JunHyung, tomándolo por la nuca, enredando sus dedos en el pelo
largo, mojado y levemente rizado de JunHyung para acercar sus rostros y besarlo
intensamente. El otro no respondió al beso al instante, pero lo hizo unos
momentos después, mientras la insistente boca de WookJin no dejaba de moverse
contra la suya y, rápidamente llevó sus manos a su trasero, agarrándolo bien,
con fuerza, provocando que WookJin jadeara dentro del beso.
—¿Quieres jugar conmigo? —no pudo
evitar preguntarle, sus labios rozando la boca de JunHyung todavía, sin querer
separarse de él ni un solo ápice por si el otro lo alejaba—. ¿Quieres que
juguemos aquí en las duchas?
Y JunHyung no contestó, al menos no
de viva voz. Su respuesta fue volver a besarlo, mientras su mano derecha
viajaba desde el trasero de WookJin hasta su miembro. Un gemido alto, claro, se
escapó de su boca y el chico sintió la sonrisa del otro contra sus labios, de
la misma forma que sintió que su mano grande, callosa, envolvía su miembro con
delicadeza, pero precisión. No era la primera vez que tocaba a alguien hasta
dejarlo seco, sabía perfectamente lo que hacía y su intención era dejar a
WookJin temblando de placer. Exactamente lo que el chico quería y necesitaba en
aquellos momentos.
La sangre terminó de acumularse en
su miembro, endureciéndolo por la forma en la que JunHyung lo estaba tocando,
estimulando, comenzando incluso a salir pre semen de su punta, mojándolo,
haciendo que se volviera cada vez más y más sensible, que sus piernas comenzara
a flaquear. WookJin se tuvo que agarrar firmemente a los hombros de JunHyung,
hundiendo sus dedos en aquellos férreos músculos para no caerse redondo al
suelo del placer, parando de vez en cuando sus besos para poder respirar
correctamente. WookJin estaba acostumbrado al ejercicio, estaba acostumbrado a
perder el aire muy de vez en cuando, pero el placer y todas las sensaciones que
estaba experimentando en esos momentos lo habían debilitado y provocaban que no
pudiera hacer más que jadear entre sus besos, separándose de la boca de
JunHyung, gimiendo contra sus labios, mientras la mano del otro no dejaba de
llevarlo cada vez más cerca del abismo.
WookJin no tardó mucho en correrse.
Su cuerpo siempre había sido demasiado sensible cuando lo tocaban y, antes de
que JunHyung lo hiciera, ya estaba muy excitado por haberlo visto desnudo en la
ducha, pensando incluso en masturbarse rememorando aquella escena en cuanto
llegara a casa. Llegó al orgasmo, su cuerpo tensándose, los dedos de sus pies
haciendo que se pusiera de puntillas sobre el húmedo suelo de baldosas de las
duchas, dejando de besar la boca de JunHyung para gemir, dejándose caer justo
después de liberar todo su semen sobre su cuerpo, echando su cabeza en su
hombro, sin aire, con su corazón acelerado, sintiendo cómo su sistema nervioso
seguía siendo recorrido por pequeñas corrientes eléctricas.
—Wow… —acabó murmurando, contra la
piel de su hombro.
—¿Estás bien? —le preguntó JunHyung.
Lo único que WookJin pudo hacer fue asentir, todavía sin poder recuperar el
control de su cuerpo o de su boca para hacer otra cosa—. Esto ha escalado muy
rápidamente… hace menos de diez minutos te odiaba porque pensaba que ibas a
arruinar mi carrera y ahora mismo lo único que quiero es follarte como si no
hubiera un mañana.
—Hazlo —jadeó WookJin.
—Hoy no —le respondió. WookJin se
separó de él para poder mirarlo a los ojos, descubriendo que en estos ardía un
deseo enorme por él, por su cuerpo, pero también había algo más tras ello que
no pudo identificar—. Mañana hay un partido que jugar, aunque sea de pretemporada,
y no puedo enturbiar tu debut en el equipo porque follemos ahora sin lubricante
y sin condón.
WookJin quiso abrir la boca para
contestar y replicarle, pero al final la tuvo que cerrar y asentir. Por ese
mismo motivo habían acabado allí encerrados, porque al día siguiente tenían su
primer partido de pretemporada y todos en el equipo habían estado preocupados
por si no funcionaban juntos, queriendo que arreglasen todas sus diferencias
antes de éste.
—En cuanto acabe el partido quiero
que vengas conmigo a mi casa —le dijo—. No quiero un no por respuesta —JunHyung
asintió y WookJin sonrió—. Vale… ahora deja que te devuelva el favor.
Y antes de que el otro pudiera decir
nada o hacer nada para detenerlo, WookJin se había dejado caer de rodillas
sobre el suelo de losa, tirando de la toalla que JunHyung llevaba anudada en su
cintura hacia abajo para quitársela, descubriendo cómo su miembro estaba
levemente erecto. Ni siquiera se lo pensó antes de cogerlo con su mano
izquierda y llevárselo a su boca, besando su punta y mordisqueando la piel
alrededor de ésta, lamiendo, buscando dándole el mayor placer que pudiera al
chico por haberlo dejado temblando momentos antes. Era bueno, siempre lo había
sido, sus labios eran finos, pero su boca era grande, así que, podía metérselo y
abarcarlo bien, haciendo presión con estos para que el roce hiciera que
JunHyung se sintiera bien. El miembro del otro no paró de crecer mientras lo
saboreaba y sus gemidos comenzaron a resonar en las paredes de las duchas, de
la misma forma que una de sus manos se instaló en su nuca, hundiendo sus dedos
en su pelo, incitándolo a mover su cabeza más rápido, a meterse su miembro más
profundo en su boca, su cuerpo temblando de placer de vez en cuando.
JunHyung no tardó en correrse y
WookJin sacó su miembro de su boca, provocando que el semen cayera sobre su
cara y su pecho cuando éste tembló varias veces, soltando todo lo que se había
acumulado en su interior. El chico pareció perderse en su placer durante unos
momentos, sus ojos velados, su respiración entrecortada y WookJin se sintió muy
orgulloso del trabajo que había hecho. Se acabó levantando del suelo, cogiendo
a JunHyung de la mano para guiarlo a la ducha en la que había estado tan solo
un rato antes, abriendo de nuevo el grifo y comenzando a lavarlos de nuevo a
ambos, quitando todo rastro de su semen de la mano y el estómago de JunHyung y
del de JunHyung que había caído sobre su rostro y su pecho, con la sensación de
que la obsesión por este no había hecho más que crecer y que, en aquellos
momentos, lo quería todo de él. Esperaría, no obstante, hasta el día siguiente,
después del partido, para tenerlo, pero auguraba que esa temporada iba a ser
increíble, no solo en el campo… si no también en la cama.
Notas finales:
—El
fútbol no es el deporte que más me gusta, pero siempre había querido hacer algo
teniendo como telón de fondo este deporte y, de hecho, empecé a escribir esto
cuando miembros de EXO (XiuMin y Lu Han) y de SHINee (MinHo) fueron
seleccionados para jugar un partido benéfico con futbolistas profesionales hace
SIGLOS, pero nunca lo acabé. Le estuve dando vueltas a cómo hacerlo para que
quedara la idea original y las nuevas cosas bien cohesionadas y la lie un poco
parda porque todo era muy diferente, pero me gusta el resultado.
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