martes, 8 de febrero de 2022

[One Shot] Dirty little secrets: A different kind of game (wet at the thought of you) {JunWook}

Título: A different kind of game (wet at the thought of you)

Autora: Riz Aino

Pareja: WookJun (JunJi + Nine) (OnlyOneOf)

Clasificación: NC–17

Géneros: AU, sports, romance, drama, smut, pwp

Número de palabras: 4.576 palabras

Resumen: WookJin llevaba unos años admirando a JunHyung desde lejos, como a un ídolo… y ahora que lo tiene cerca, no puede dejar de mirarlo.

Advertencias: relaciones sexuales explícitas en un sitio bastante público.

Notas: esta historia nació de unos mensajes de bubble que Nine mandó un día mientras thirsteaba por unas fotos de JunJi medio desnudo.

Comentario de autora: no es un ship especialmente común, pero me encanta muchísimo porque Nine va por la vida siempre siendo el fan no1 de JunJi. Espero que os guste.

 

A different kind of game (wet at the thought of you)

 

            Tras trece años de esfuerzo, de sacrificios varios, de entrenamientos demasiado intensos, de lesiones que a veces lo hacían flaquear en su empeño y de diversos problemas casi imposible de sortear, WookJin se encontraba por fin en el lugar que siempre había deseado. Esa era la primera vez que pisaba aquel estadio y no lo hacía como espectador, sino como jugador. Aquel había sido su sueño desde siempre. El fútbol siempre lo había sido todo en su vida y poder jugar en el equipo de sus sueños, OnlyOneOf, le parecía todavía demasiado increíble. Todavía recordaba cuando de niño había visto en el canal de dibujos de la televisión una serie sobre en la que sus protagonistas eran futbolistas y ésta había despertado su interés por el fútbol. Tras verla, había rogado a sus padres que lo apuntaran al club de fútbol de su escuela y el deporte lo había encandilado tanto que antes de cumplir siquiera los diez años, había decidido que sería un jugador profesional de fútbol cuando fuera mayor. Tras mucho esfuerzo lo había conseguido a sus veintitrés años, después de jugar en distintos equipos de categorías inferiores y llamar la atención de aquel gran club.

 

            El chico tomó aire profundamente. Era el primer día de entrenamientos, su presentación había sido la semana anterior y, aunque había conocido a algunos de los jugadores, todavía se sentía intimidado. Caminó por los pasillos del estadio, dirigiéndose a los vestuarios y cuando entró a éste, se encontró con algunos de los que serían sus compañeros aquel año.

 

            —Buenos días —los saludó.

 

            Cinco de las seis personas que se encontraban en el lugar alzaron su vista hacia él y lo saludaron de vuelta. Allí se encontraban Lee SungHo, uno de los mejores defensas de la Liga, llegado directamente desde un equipo de tres al cuarto de su ciudad natal, en el que lo descubrieron unos ojeadores hacia un par de años; Lee YongSoo que había llegado la temporada anterior y que cabalgaba la banda izquierda tan rápido que nadie era capaz de alcanzarlo; Lee TaeYeob quien era el cerebro del medio campo, aquel que trazaba las mejores estrategias y que repartía el juego a los demás; Shin KyuBin, llegado esa misma temporada, como él, había sido el portero que menos goles había recibido en su portería, solo once en toda la temporada anterior y todos los equipos se lo habían rifado al acabar su contrato con su anterior equipo; Park JiSung, el capitán del equipo, que podía jugar prácticamente en cualquier posición en el campo, siendo una parte muy importante del equipo desde hacía tantos años que WookJin ya no podía recordar aquel equipo sin él y, por último, el jugador más importante de toda la Liga, el mayor goleador de la temporada anterior y que llevaba en el equipo de tres temporadas, Kim JunHyung, el chico al que WookJin admiraba y a quien deseaba poder superar, ya que él también jugaba de delantero. Él había sido el único que no lo había saludado al entrar a los vestuarios, solo se había quedado mirándolo fijamente.

 

            El chico nuevo dejó su bolsa en el banco frente a su taquilla y se quitó su ropa de calle, sacando su ropa de entrenamiento. Después, esbozó una sonrisa al ver en el fondo de su bolsa la equipación oficial de color azul turquesa, y tomó la ropa para dejarla dentro de su taquilla. Tras esto, se sentó en el banco de madera para abrocharse correctamente las botas y una vez lo tuvo todo listo, salió del vestuario dispuesto a calentar junto a todos los demás, que ya habían abandonado el lugar. Cuando estaba caminando por el pasillo hacia el césped, se encontró a Kim JunHyung apoyado contra la pared, con los brazos cruzados sobre su pecho, como si estuviera esperando por alguien, WookJin supuso que estaría esperando por alguien del equipo técnico, pero, al pasar por su lado, el otro se separó de la pared y se cruzó en su camino, con su rostro reflejando una expresión que WookJin jamás había visto en este durante los partidos, las entrevistas o cualquier otro lugar, una expresión de odio infinito.

 

            —Yo soy el delantero titular —siseó—, el máximo goleador de la Liga y nadie, menos tú, un mindundi, me va a quitar mi puesto.

 

            Y, tras decir esto, se alejó de él a grandes zancadas, dejando a WookJin confuso y con su corazón latiendo rápidamente dentro de su pecho por el miedo y la excitación.

 

~

 

            WookJin solo llevaba dos semanas entrenando en su nuevo equipo. La temporada ni siquiera había comenzado todavía y solamente se encontraban entrenando y haciéndose a los nuevos miembros y a las nuevas dinámicas del grupo. El chico se había integrado bastante bien, la mayoría de los miembros del equipo y de los técnicos se habían portado genial con él y WookJin no había perdido el tiempo en metérselos a todos en el bolsillo porque siempre había sido agradable, un poco idiota y encantador, JiSung incluso había dicho que lo adoptaba como a su nuevo hijo, así que, WookJin se había ganado su pequeño hueco en el lugar. No obstante, aunque a la mayoría les cayese bien, no había conseguido limar asperezas con su compañero en la delantera. JunHyung lo seguía viendo como un rival y no quería tener nada que ver con él ni en el campo ni fuera de él.

 

            Su primer encuentro había dejado a WookJin temblando. Temblando porque no se lo había esperado y porque aquello había provocado en él una especie de obsesión todavía más profunda por JunHyung. Era uno de los mejores jugadores de los últimos tiempos y WookJin siempre lo había mirado con admiración, incluso había ido a partidos del otro a animarlo, pero después de su primer y último intercambio de palabras, había aparecido otro sentimiento bastante más fuerte: el deseo. WookJin nunca había escondido que fuera gay y realmente a nadie le había importado aquello, incluso había tenido algunos escarceos con sus antiguos compañeros en los anteriores equipos en los que había estado, sobre todo cuando era adolescente y no podía aguantarse las ganas de sexo porque siempre estaba caliente por sus malditas hormonas. Y, en esos momentos, se sentía de la misma manera. Caliente y excitado porque el otro había tratado de ejercer su dominancia en el terreno de juego… aunque a WookJin nada le encantaría más que la ejerciera con él en la cama, por lo que había tratado de acercarse a él en esas semanas, pero, por más que lo había intentado, le había sido imposible derribar los enormes muros de hielo que éste había levantado a su alrededor, solo para él, porque con el resto del equipo se llevaba de maravilla, incluso con KyuBin y HoJin, que habían llegado esa misma temporada, junto a él, con solo varios días de diferencia. Eso solo había hecho que la obsesión de WookJin creciera porque quería que con él se comportara de la misma forma que lo hacía con los demás y, además, lo hacía babear por él como llevaba demasiados años sin babear por nadie.

 

            Cuando jugaban, cuando estaban en el vestuario cambiándose de ropa o en las duchas, WookJin no podía parar de mirar a JunHyung. Lo observaba como si fuera la única persona en el lugar y como si se lo quisiera comer enterito, con un desbordante deseo apenas contenido, algo de lo que los demás se habían dado cuenta —además de darse cuenta de que obviamente no habían encajado entre ellos porque la delantera era un caos cuando jugaban, por mucho que él tratara de que no fuera así porque la temporada estaba a punto de empezar y debían de entenderse para que el equipo funcionase—. Probablemente fue por ambas cosas que sus demás compañeros decidieron dejarlos encerrados en el vestuario tras el entrenamiento de ese día, para que resolvieran lo que fuera que tuvieran que resolver… y, aunque WookJin no había sabido que aquellos eran sus planes, agradeció infinitamente al equipo por aquella oportunidad.

 

            Ambos se habían tenido que quedar en el entrenamiento un poco más aquel día, junto con el entrenador, que les había dado una pequeña charla sobre que debían confiar el uno en el otro en el campo o el equipo se iría a la mierda y no podían prescindir de ninguno de los dos porque los dos eran los mejores delanteros que existían en aquellos momentos. WookJin estaba totalmente de acuerdo con aquello y sabía que, en el fondo, JunHyung tampoco quería cagarla porque se llevaría por delante su carrera y todos los logros de ésta, pero no sabía cómo poder encararlo para que todo fuera bien esa temporada. JunHyung no quería renunciar a su posición como delantero titular, pero WookJin no quería esa posición, el solo quería jugar a su lado, marcar tantos o darle pases al otro para que lo hiciera. Si ambos se unían en aquello la delantera de OnlyOneOf sería recordada para siempre por ser una de las mejores de toda la historia del equipo, pero WookJin ni siquiera sabía cómo podía encarar la situación.

 

            Cuando volvieron a los vestuarios todos se habían ido ya y WookJin simplemente cogió sus cosas y se fue a la ducha, comenzando a bañarse en las duchas comunes mientras pensaba en como podía encarar al mayor con aquel tema. No obstante, su atención se vio desviada en el momento en el que el otro entró a las duchas, completamente desnudo, obviamente. Todos en aquel club tenían un físico envidiable, se pasaban más horas de las que podían contar entre entrenamientos y el gimnasio, WookJin mismo tenía un cuerpo de escándalo, pero la forma en la que los abdominales de JunHyung se marcaban y cómo los músculos de su cuerpo estaban definidos, hizo que el corazón se le detuviera durante un segundo y no pudiera hacer otra cosa más que quedarse embobado mirándolo. Además, no eran solo sus músculos, los rasgos de su rostro eran preciosos y su miembro, incluso flácido, tenía una pinta muy apetecible. WookJin tuvo que tragar saliva y pegarse varias bofetadas mentalmente para dejar de mirarlo, aunque eso no lo quitó de fantasear durante el rato que el otro se estuvo duchando con aquel cuerpo de escándalo. En todo el tiempo que llevaba allí apenas había podido mirarlo, el otro escondiéndose detrás del resto de sus compañeros, duchándose en la punta contraria a él, pero ese día había podido verlo bien porque habían estado solos allí dentro y la pequeña obsesión —quizás grande a aquellas alturas— que tenía por el otro se volvió prácticamente insoportable. Quería que JunHyung dejara de verlo como una amenaza y quería, sobre todo, que se la metiera hasta lo más profundo. Solo de pensar en la posibilidad de acostarse con el otro hacía que su miembro reaccionara y casi se endureciera con ese pensamiento… quizás cuando llegase a casa se tocaría rememorando una y otra vez el cuerpo desnudo de JunHyung en la ducha, con las gotas de agua cayendo por su melena larga y recorriendo sus músculos hacia abajo, sus manos sujetándolo con fuerza y su miembro dentro de él, llenándolo y colmándolo de placer.

 

            WookJin seguía todavía fantaseando en la ducha cuando JunHyung volvió al lugar, todavía con la toalla anudada a su cintura y con una nota en su mano, sus ojos ardiendo de furia en cuanto se encontraron con los de WookJin, que estaba sumamente confuso.

 

            —¿Esto ha sido idea tuya? —le preguntó.

 

            Era la primera vez que le hablaba directamente desde que le había hecho aquella advertencia el primer día antes de salir al entrenamiento y la forma en la que le había hablado denotaba que estaba realmente furioso, algo que provocó que su miembro reaccionase y la sangre de todo su cuerpo comenzase a dirigirse hacia él. WookJin, no obstante, trató de calmarse, respiró profundamente, cerró el grifo de la ducha y se secó las manos con su toalla, para poder coger la nota que el otro le tendía para poder leerla. En ella ponía que los habían dejado encerrados en el vestuario para que pudieran arreglar sus diferencias antes de que éstas perjudicasen al equipo, que no saldrían de allí hasta que no lo hicieran y que tratasen de no matarse. WookJin todavía no reconocía la forma de escribir de sus nuevos compañeros de equipo, pero por la forma en la que la nota había sido redactada, se imaginaba que había sido JiSung el que la había escrito —o al menos el que se la había dictado a quien la hubiera escrito—.

 

            —No ha sido idea mía —le contestó a JunHyung—, pero me alegra que me hayan encerrado aquí contigo.

            —Esto es increíble —dijo el otro, exasperado, pasándose las manos por su rostro, echándose el pelo hacia atrás—. No tengo nada que hablar contigo.

            —Claro que sí tenemos cosas de las que hablar —replicó WookJin, lo más serio que pudo, tratando de no perderse a sí mismo mirando el cuerpo del otro más de la cuenta—. ¿No has escuchado al entrenador antes? Esto no funciona. El equipo no funciona si no somos capaces de conectar o de confiar el uno en el otro en el campo. Por mucho que SungHo y HoJin sean unos defensas increíbles y KyuBin no deje pasar ni una de las pelotas que a éstos se les escapen dentro de nuestra red, si nosotros no marcamos goles, no podremos hacer una buena temporada.

            —Puedo marcar goles perfectamente sin ti —replicó JunHyung.

 

            WookJin tuvo que inspirar hondo, frustrado. No entendía por qué se comportaba con él de esa forma porque con YongSoo, que muchas veces acababa con ellos en la delantera y tirando a puerta no se comportaba de esa forma. No podía ser solo un problema sobre la posición, tenía que haber algo más que WookJin no sabía y, por mucho que quisiera follar con él o comérselo enterito, por mucho que le gustase cómo lo miraba con sus ojos ardiendo de furia o la forma en la que sonaba su voz cuando se dirigía a él, enfadado, aquella problemática la debían de resolver. A WookJin solo se le ocurrió una explicación a su comportamiento, aunque no llegaba a entender qué era lo que la había provocado porque ni siquiera se conocían cuando le había hecho la advertencia en el túnel de los vestuarios.

 

            —Me odias —dijo. No lo preguntó, lo afirmó porque estaba seguro de que tenía que ser eso—. No sé por qué lo haces, pero me odias y quiero saber qué es lo que odias de mí para que podamos arreglar esto y cooperar por el bien del equipo y de nuestras carreras.

 

            JunHyung lo miró fijamente a los ojos, con aquella furia desbordante en ellos, ardiendo casi más que antes. Por un momento WookJin casi pensó que le iba a contestar que no lo odiaba y que tenía otro problema con él, pero éste le contestó que lo odiaba.

 

            —¿Por qué? —preguntó—. Quiero decir, ni siquiera hemos hablado o tenido alguna interacción en la que pudiera hacer algo por lo que pudieras odiarme.

 

            Literalmente JunHyung lo había conocido ese primer día en el vestuario cuando había llegado a entrenar, no lo había saludado como sí habían hecho los demás y después le había dicho que no le iba a quitar el puesto de delantero. Ni siquiera habían tenido la oportunidad de jugar el uno contra el otro en ningún partido porque WookJin había ascendido ese año a la primera división, hasta el momento había estado jugando en equipos de tres al cuarto, esforzándose al máximo por conseguir su oportunidad, creyendo que era un sueño estúpido que lo contratasen en el equipo en el que siempre había querido jugar. Pero había tenido su oportunidad, se había hecho viral en internet por un increíble gol que había marcado en mitad de la anterior temporada y, después de eso, había tenido a varios ojeadores viendo sus partidos y apuntando sus estadísticas. Había tenido varias ofertas de clubes grandes antes y después de acabar la temporada, pero WookJin había dicho que no podía dejar a su equipo hasta no terminarla y que decidiría ese verano. Justo entonces le había llegado la oferte de aquel equipo, del OnlyOneOf, el equipo de sus sueños, y WookJin no lo había pensado más, solo había aceptado.

 

            JunHyung no le contestó al momento. No lo hizo y WookJin estuvo todo el tiempo que tardó en contestarle con su corazón latiendo rápidamente dentro de su pecho por los nervios y conteniendo la respiración.

 

            —Cuando el club anunció que te fichaba para el equipo y viniste para firmar el contrato a la oficina, yo también fui llamado a ella —le dijo—. Hice muy buenos números la temporada pasada, pero al final tuve una pequeña lesión de la que me he recuperado en el parón del verano, pero me dijeron que si por culpa de mi lesión no tenía el mismo rendimiento que había tenido, no me necesitarían más, que por eso te habían contratado a ti, para cubrirse las espaldas.

 

            WookJin no pudo hacer otra cosa más que abrir la boca al escuchar la explicación de JunHyung. No se podía creer que le hubieran dicho eso desde la dirección del equipo cuando el chico estaba teniendo resultados increíbles en los entrenamientos. La lesión que había tenido al final de la temporada anterior ni siquiera había sido tan grave, ¿en qué pensaban al decirle aquello? Una vez se le pasó la estupefacción sintió un enfado horrible contra las mismas personas que le habían cumplido el sueño de su vida, pero el enfado dio paso a otra cosa: alivio. Alivio porque la razón de JunHyung para odiarlo era externa y no tenía que ver con él exactamente, sino con lo que otras personas habían dicho que harían poniéndolo a él como excusa y su mente volvió a reconectar con la forma en la que el otro estaba frente a él, todavía medio mojado y medio desnudo, con la toalla anudada en su cintura.

 

            —No tengo interés alguno en quitarte el puesto —le dijo—. Nunca lo he tenido y menos lo quiero si me lo asignan por esto, nadie ha hablado conmigo sobre esto y no estoy para nada de acuerdo. Estás en una forma increíble y la lesión no te ha limitado para nada, ¿cómo pueden ser así de gilipollas?

 

            JunHyung lo miró fijamente después de que dijera aquello y, por primera vez, WookJin no sintió que su mirada desprendiera un profundo odio sobre él, la ira siendo reemplazada por otra cosa. Sus ojos seguían ardiendo, pero la furia no era lo que ardía en ellos, ardía algo que hizo que su cuerpo se estremeciera, un escalofrío recorriendo todo su cuerpo de arriba abajo.

 

            —¿Has… has dejado de odiarme? —le preguntó WookJin, queriendo asegurarse de ello. JunHyung asintió lentamente, sin dejar de mirarlo fijamente a los ojos—. ¿Puedes follarme entonces ahora mismo?

 

            La pregunta pareció pillar completamente desprevenido a JunHyung, pero sus ojos se dirigieron inmediatamente hacia la entrepierna de WookJin, que no se había molestado en cubrirse con una toalla mientras hablaban, dándose cuenta de que su miembro estaba bastante duro. De inmediato se lamió los labios y WookJin tomó aquella reacción como que sí se lo iba a follar allí mismo, así que, soltó la nota que todavía tenía en sus manos y redujo la distancia entre sus cuerpos a cero, pegándose a JunHyung, tomándolo por la nuca, enredando sus dedos en el pelo largo, mojado y levemente rizado de JunHyung para acercar sus rostros y besarlo intensamente. El otro no respondió al beso al instante, pero lo hizo unos momentos después, mientras la insistente boca de WookJin no dejaba de moverse contra la suya y, rápidamente llevó sus manos a su trasero, agarrándolo bien, con fuerza, provocando que WookJin jadeara dentro del beso.

 

            —¿Quieres jugar conmigo? —no pudo evitar preguntarle, sus labios rozando la boca de JunHyung todavía, sin querer separarse de él ni un solo ápice por si el otro lo alejaba—. ¿Quieres que juguemos aquí en las duchas?

 

            Y JunHyung no contestó, al menos no de viva voz. Su respuesta fue volver a besarlo, mientras su mano derecha viajaba desde el trasero de WookJin hasta su miembro. Un gemido alto, claro, se escapó de su boca y el chico sintió la sonrisa del otro contra sus labios, de la misma forma que sintió que su mano grande, callosa, envolvía su miembro con delicadeza, pero precisión. No era la primera vez que tocaba a alguien hasta dejarlo seco, sabía perfectamente lo que hacía y su intención era dejar a WookJin temblando de placer. Exactamente lo que el chico quería y necesitaba en aquellos momentos.

 

            La sangre terminó de acumularse en su miembro, endureciéndolo por la forma en la que JunHyung lo estaba tocando, estimulando, comenzando incluso a salir pre semen de su punta, mojándolo, haciendo que se volviera cada vez más y más sensible, que sus piernas comenzara a flaquear. WookJin se tuvo que agarrar firmemente a los hombros de JunHyung, hundiendo sus dedos en aquellos férreos músculos para no caerse redondo al suelo del placer, parando de vez en cuando sus besos para poder respirar correctamente. WookJin estaba acostumbrado al ejercicio, estaba acostumbrado a perder el aire muy de vez en cuando, pero el placer y todas las sensaciones que estaba experimentando en esos momentos lo habían debilitado y provocaban que no pudiera hacer más que jadear entre sus besos, separándose de la boca de JunHyung, gimiendo contra sus labios, mientras la mano del otro no dejaba de llevarlo cada vez más cerca del abismo.

 

            WookJin no tardó mucho en correrse. Su cuerpo siempre había sido demasiado sensible cuando lo tocaban y, antes de que JunHyung lo hiciera, ya estaba muy excitado por haberlo visto desnudo en la ducha, pensando incluso en masturbarse rememorando aquella escena en cuanto llegara a casa. Llegó al orgasmo, su cuerpo tensándose, los dedos de sus pies haciendo que se pusiera de puntillas sobre el húmedo suelo de baldosas de las duchas, dejando de besar la boca de JunHyung para gemir, dejándose caer justo después de liberar todo su semen sobre su cuerpo, echando su cabeza en su hombro, sin aire, con su corazón acelerado, sintiendo cómo su sistema nervioso seguía siendo recorrido por pequeñas corrientes eléctricas.

 

            —Wow… —acabó murmurando, contra la piel de su hombro.

            —¿Estás bien? —le preguntó JunHyung. Lo único que WookJin pudo hacer fue asentir, todavía sin poder recuperar el control de su cuerpo o de su boca para hacer otra cosa—. Esto ha escalado muy rápidamente… hace menos de diez minutos te odiaba porque pensaba que ibas a arruinar mi carrera y ahora mismo lo único que quiero es follarte como si no hubiera un mañana.

            —Hazlo —jadeó WookJin.

            —Hoy no —le respondió. WookJin se separó de él para poder mirarlo a los ojos, descubriendo que en estos ardía un deseo enorme por él, por su cuerpo, pero también había algo más tras ello que no pudo identificar—. Mañana hay un partido que jugar, aunque sea de pretemporada, y no puedo enturbiar tu debut en el equipo porque follemos ahora sin lubricante y sin condón.

 

            WookJin quiso abrir la boca para contestar y replicarle, pero al final la tuvo que cerrar y asentir. Por ese mismo motivo habían acabado allí encerrados, porque al día siguiente tenían su primer partido de pretemporada y todos en el equipo habían estado preocupados por si no funcionaban juntos, queriendo que arreglasen todas sus diferencias antes de éste.

 

            —En cuanto acabe el partido quiero que vengas conmigo a mi casa —le dijo—. No quiero un no por respuesta —JunHyung asintió y WookJin sonrió—. Vale… ahora deja que te devuelva el favor.

 

            Y antes de que el otro pudiera decir nada o hacer nada para detenerlo, WookJin se había dejado caer de rodillas sobre el suelo de losa, tirando de la toalla que JunHyung llevaba anudada en su cintura hacia abajo para quitársela, descubriendo cómo su miembro estaba levemente erecto. Ni siquiera se lo pensó antes de cogerlo con su mano izquierda y llevárselo a su boca, besando su punta y mordisqueando la piel alrededor de ésta, lamiendo, buscando dándole el mayor placer que pudiera al chico por haberlo dejado temblando momentos antes. Era bueno, siempre lo había sido, sus labios eran finos, pero su boca era grande, así que, podía metérselo y abarcarlo bien, haciendo presión con estos para que el roce hiciera que JunHyung se sintiera bien. El miembro del otro no paró de crecer mientras lo saboreaba y sus gemidos comenzaron a resonar en las paredes de las duchas, de la misma forma que una de sus manos se instaló en su nuca, hundiendo sus dedos en su pelo, incitándolo a mover su cabeza más rápido, a meterse su miembro más profundo en su boca, su cuerpo temblando de placer de vez en cuando.

 

            JunHyung no tardó en correrse y WookJin sacó su miembro de su boca, provocando que el semen cayera sobre su cara y su pecho cuando éste tembló varias veces, soltando todo lo que se había acumulado en su interior. El chico pareció perderse en su placer durante unos momentos, sus ojos velados, su respiración entrecortada y WookJin se sintió muy orgulloso del trabajo que había hecho. Se acabó levantando del suelo, cogiendo a JunHyung de la mano para guiarlo a la ducha en la que había estado tan solo un rato antes, abriendo de nuevo el grifo y comenzando a lavarlos de nuevo a ambos, quitando todo rastro de su semen de la mano y el estómago de JunHyung y del de JunHyung que había caído sobre su rostro y su pecho, con la sensación de que la obsesión por este no había hecho más que crecer y que, en aquellos momentos, lo quería todo de él. Esperaría, no obstante, hasta el día siguiente, después del partido, para tenerlo, pero auguraba que esa temporada iba a ser increíble, no solo en el campo… si no también en la cama.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

—El fútbol no es el deporte que más me gusta, pero siempre había querido hacer algo teniendo como telón de fondo este deporte y, de hecho, empecé a escribir esto cuando miembros de EXO (XiuMin y Lu Han) y de SHINee (MinHo) fueron seleccionados para jugar un partido benéfico con futbolistas profesionales hace SIGLOS, pero nunca lo acabé. Le estuve dando vueltas a cómo hacerlo para que quedara la idea original y las nuevas cosas bien cohesionadas y la lie un poco parda porque todo era muy diferente, pero me gusta el resultado.

 

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