martes, 15 de marzo de 2022

[One Shot] Dirty little secrets: Jejudo (I want more and more) {KyuJung}

Título: Jejudo (I want more and more)

Autora: Riz Aino

Pareja: KyuJung (KB + YooJung) (OnlyOneOf)

Clasificación: NC–17

Géneros: AU, holidays, romance, fluff, humor, smut, pwp

Número de palabras: 3.687 palabras

Resumen: KyuBin y TaeYeob se van de vacaciones a Jeju, el lugar en el que comenzaron a salir, para celebrar que hace un año que están juntos.

Advertencias: relaciones sexuales explícitas en la playa, so… semi public sex.

Notas: historia escrita para conmemorar el primer aniversario del viaje a Jeju y todo lo que trajo consigo. Esto es además una especie de “side story” de A Midsummer Night’s Dream, si no lo habéis leído no importa mucho, pero si lo leéis y también le dais amorcito os lo agradeceré toda la vida.

Comentario de autora: ha pasado ya un año, pero la coña de “¿qué pasó en Jeju?” no parece morir en el fandom y yo hacía tiempo que quería escribir esta historia. Espero que os guste.

 

Jejudo (I want more and more)

 

            El día era completamente idílico. El sol había hecho aparición después de un par de días en los que no había hecho acto de presencia, escondiéndose detrás de las nubes, y había bañado absolutamente todo de luz y de calor, provocando que la isla de Jeju fuera aún más increíble de lo que lo era cuando había estado nublado. TaeYeob estaba completamente encantado de estar en aquel lugar de nuevo y, sobre todo, estaba encantado con la compañía que tenía con él, su novio, KyuBin, la persona más increíble —y más idiota— que había conocido en toda su vida, porque las compañías en los viajes eran lo que los hacían mucho más memorables… y había sido la compañía de KyuBin en el viaje que había hecho el año pasado a la isla lo que había hecho que el lugar se le hubiera hecho un hueco en su corazón. Todavía podía recordar perfectamente todo lo que habían hecho el año anterior, el caos que todo había sido y la forma en la que ambos habían descubierto sus sentimientos por el otro, lo que los había llevado a dejar de ser solo amigos para empezar, titubeantes, en una relación que se había hecho más fuerte con el paso de los meses. Y, un año después, allí estaban de nuevo, disfrutando de la isla, disfrutando de sus espectaculares paisajes, de sus playas de arena blanca, del sol y de la tranquilidad de estar solos y juntos en el lugar para poder también disfrutar el uno del otro.

 

            —TaeYeob —lo llamó KyuBin, haciéndolo salir de sus pensamientos. Él alzó su cabeza y se encontró con el mayor frente a él, tapándole el sol del que había estado disfrutando hasta hacía tan solo unos momentos—. ¿Quieres que nos bañemos un rato?

 

            TaeYeob estuvo tentado a negarse porque el agua solía estar fría a pesar de que ya era verano y hacía calor, aquel calor bochornoso y pegajoso que hacía en la costa, pero llevaba un buen rato bajo el sol y había comenzado a sudar y probablemente se quemaría si seguía allí, simplemente tumbado bajo sus rayos, así que, al final acabó asintiendo a la propuesta que le había hecho el mayor y una sonrisa encantadora apareció en el rostro de éste mientras le tendía la mano para ayudarlo a levantarse. TaeYeob se agarró con fuerza y dejó que KyuBin utilizara sus músculos para levantarlo de la toalla sin poner mucho de su parte, encantado con ver cómo éste protestaba un poco mientras lo ayudaba a ponerse de pie. Después, aprovechando sus manos unidas, el mayor tiró de él hasta la orilla, metiéndose poco a poco en el agua y arrastrándolo con él. El agua estaba terriblemente fría, tal y como TaeYeob se había imaginado que estaría, pero ambos fueron poco a poco entrando en ella, alejándose hasta que ésta les llegó por la cintura. KyuBin se sumergió del todo en el agua y cuando salió de ella, sacudió su pelo como si de un perro se tratase, salpicándolo todo y mojándolo. El agua en su torso parecía estar mucho más fría que en sus piernas, así que, TaeYeob se acabó vengando de KyuBin echándole agua y KyuBin obviamente no se quedó atrás, forcejeando con él y salpicándolo hasta que ambos acabaron sumergidos por completo en las cristalinas aguas de aquella playa, riendo como los idiotas que eran y, al menos TaeYeob, falto de aire por todo el juego.

 

            —Ven aquí, anda —le dijo KyuBin en ese momento, abriendo sus brazos y TaeYeob no tardó en lanzarse a ellos para abrazarse al mayor fuertemente, pegando sus cuerpos—. ¿Nadamos un poco más lejos de la playa? —preguntó, dándole un corto beso sobre la cabeza, aprovechando que él había encajado su rostro en el hueco entre su hombro y su cuello—. Quiero probar algo.

 

            Por lo general, cuando KyuBin le decía que quería probar algo a TaeYeob se le ponían los pelos de punta, porque bien podía ser una nueva receta que él mismo había decidido hacer con las sobras que tenía en su nevera o alguna locura con respecto a sus relaciones sexuales. Desde que le había dicho aquello mismo justo después de que comenzaran a salir, siempre habían pasado cosas de las que TaeYeob se solía arrepentir o en las que pasaba bastante vergüenza, pero en el fondo las acababa disfrutando porque no solían salir mal. Eran unos experimentos locos y cosas extrañas, pero, al fin y al cabo, se lo pasaba bien con él haciéndolos, así que, una parte de él estaba un poco expectante por saber qué era lo que quería probar en aquellos momentos, así que, acabó asintiendo a su propuesta. KyuBin dejó de abrazarlo para que ambos pudieran comenzar a nadar mar adentro y unos instantes después empezaban a hacerlo, alejándose de la costa hasta que el agua les llegó por el pecho. Las aguas en aquella playa no eran demasiado profundas, así que se habían tenido que alejar un poco de la orilla para que el agua los cubriera hasta allí, pero aún así, todavía seguían en una zona en la que el resto de bañistas podía llegar si les apetecía nadar un poco más. TaeYeob no sabía qué era lo que KyuBin tenía en mente, pero tampoco iba a tardar demasiado en averiguarlo.

 

            —¿Qué es lo que querías probar? —le preguntó.

            —Quiero hacerlo en el mar.

 

            La respuesta de KyuBin lo dejó sumamente confuso y frunció su ceño mientras trataba de buscarle el sentido. ¿Hacer qué? Estuvo a punto de hacerle aquella pregunta al mayor porque no lo había entendido, pero al ver su sonrisa picara y sus ojos ardiendo mientras lo miraba fijamente, TaeYeob imaginó qué era lo que quería hacer sin que este tuviera que explicárselo.

 

            —Oh no —respondió.

            —Oh sí —dijo KyuBin en cambio—. No hay nadie cerca, no pueden vernos desde la orilla y siempre he querido intentarlo en el mar.

 

            TaeYeob suspiró profundamente y después miró a todos lados. Era cierto que estaban bastante alejados de la costa, por lo que desde allí nadie podía ver lo que hacían, pero seguro que si alguien se fijaba en ellos se daban cuenta de que estaban teniendo sexo en el mar, además, cualquiera podría nadar como ellos, alejándose un poco, y llegar hasta donde se encontraban y verlos. No le hacía especial ilusión porque no encontraba satisfacción alguna en que alguien los pudiera pillar haciéndolo, sino que más bien sentiría una vergüenza terrible si eso sucedía y no querría volver a salir de casa en el resto de su vida. Sin embargo, había una parte dentro de él que quería intentarlo. Nunca le había gustado eso de ser exhibicionista y las únicas muestras de cariño que permitía en la calle eran algunas caricias o besos, pero nunca nada más allá de eso. Admitía que la propuesta de KyuBin era interesante, era algo que nunca habían hecho y algo que tampoco podrían hacer en otro momento porque aquel era ya su último día en Jeju. Aquella podía ser la experiencia inolvidable de ese año, de ese viaje… y TaeYeob estaba tentado, demasiado tentado. Volvió a mirar a su alrededor, en la playa había poca gente porque era medio día y mucha gente debía de estar almorzando, tampoco había prácticamente personas en el agua y quienes estaban allí se encontraban mucho más cerca de la orilla, tampoco parecía haber nadie especialmente pendiente de ellos.

 

            —Pero que sea rápido… —acabó murmurando.

 

            Una sonrisa amplia se extendió por el rostro de KyuBin en ese momento y se acercó a él para abrazarlo con fuerza contra su cuerpo, susurrando en su oído.

 

            —Te va a gustar, te lo prometo.

 

            Y a TaeYeob no le cabía duda alguna de que aquello no le fuera a gustar porque el sexo con KyuBin siempre le gustaba y siempre estaba predispuesto a ello. Iba a ser extraño, iba a ser intenso, iba a ser memorable y no iba a dejar de pensar en que cualquier momento alguien podía aparecer y verlos… pero quizás acabaría olvidándose de ello en el instante en el que KyuBin lo hiciera rozar las estrellas con la punta de sus dedos y ni siquiera recordara que se encontraban bajo el cielo abierto, metidos en el agua de aquella playa de Jeju, en público, simplemente dedicándose a sentir.

 

            KyuBin llevó sus grandes manos hasta su trasero, instándole a que se subiera a su cuerpo y TaeYeob lo hizo inmediatamente, agarrándose con sus piernas a su delgada cintura y rodeando su cuello con sus brazos, encarando él la costa, vigilante. Quizás, si no se movían demasiado, nadie se fijaría en ellos y si por algún casual lo hacían, lo único que verían sería a dos chicos abrazados en el agua, nada más. La mano derecha de KyuBin se coló entonces por la cinturilla de su bañador, agarrando su glúteo con firmeza, haciendo que él no pudiera evitar el jadeo que escapó de sus labios porque su trasero siempre había sido uno de los lugares más sensibles de su cuerpo y cuando KyuBin jugaba con él se sentía increíble, de hecho, las manos de KyuBin en cualquier parte de su cuerpo obraban maravillas en él y lo dejaban temblando a la mínima. Por ese motivo y porque no quería que sus expresiones de absoluto placer pudieran ser notadas, acabó escondiendo levemente su rostro en el hueco entre el hombro y el cuello del mayor, con sus ojos todavía fijos en la costa. KyuBin dejó entonces un beso cariñoso sobre su pelo mojado que hizo que TaeYeob se relajara un poco entre sus brazos, inspirando hondo y dispuesto a dejarse hacer.

 

            KyuBin no tardó en introducir uno de sus largos dedos en su cuerpo, sin problema porque aquella misma mañana habían remoloneado en la cama juntos y habían acabado haciéndolo otra vez. Introdujo también un segundo dedo sin que su cuerpo se opusiera a ello y, solo con el tercero, TaeYeob se tensó un poco porque le había molestado la intrusión. Abrió su boca y mordió el hombro de KyuBin mientras trataba de volver a relajarse. El mayor jadeó por el mordisco y sacó sus dedos de su recto para volver a tratarlo de nuevo, poco a poco, creando espacio, acostumbrando su cuerpo a aquella presión, pero el chico solo podía notar como además de los dedos de KyuBin, agua entraba en su interior, acompañándolos y la sensación era extraña porque se sentía caliente, pero el agua era fría y el contraste lo estaba volviendo loco. TaeYeob dejó de prestarle atención a la costa, a la gente y simplemente sintió, sus dientes todavía mordiendo el hombro de KyuBin, no dejando de hacerlo hasta que éste no sacó sus dedos finalmente.

 

            —No puedo aguantar más… —murmuró KyuBin—. Quiero entrar ya…

 

            TaeYeob asintió. Él también quería aquello ya. KyuBin dejó de sujetar su cuerpo llevando su mano hasta su propia entrepierna y tocarse un poco para terminar de endurecer lo suficiente su erección como para poder penetrarlo. No tardó más que un par de minutos, jadeando contra su oreja por el placer, hasta que finalmente le bajó un poco el bañador a TaeYeob, lo suficiente para poder hacer aquello con comodidad, y se internó lentamente en su cuerpo, embistiendo lentamente, una y otra vez. TaeYeob se agarró con mucha fuerza a su cuerpo, hundiendo sus uñas en su espalda, gimiendo levemente contra su hombro, sin poder evitarlo porque siempre sentía demasiado. Y, a pesar de la sensación extraña del agua, a pesar de estar bajo cielo abierto y en un sitio público —o quizás debido a ello— no tardaron demasiado en correrse, KyuBin dentro de su cuerpo y él dentro de su bañador, sintiendo escalofríos de placer recorriendo todo su cuerpo tras el orgasmo uno tras otro hasta que finalmente el mayor salió de él. Había sido increíble y, tal y como le había pedido, muy rápido.

 

            —¿Bien? —le preguntó KyuBin, separándose un poco para poder mirarlo a la cara, retirándole el pelo mojado que se le había pegado a su rostro con infinito cariño y cuidado. TaeYeob asintió—. Vamos a adecentarnos un poco y salimos del agua, ¿vale?

            —Y nos vamos a la habitación, porfa —respondió él.

 

            KyuBin asintió y después de aquel breve intercambio de palabras, se separaron y limpiaron de sus cuerpos cualquier rastro de semen antes de nadar de nuevo con lentitud hacia la orilla, porque al menos TaeYeob sentía todavía en sus músculos los últimos coletazos del orgasmo y se sentía demasiado cansado como para poner todo su empeño en nadar. Al llegar a la orilla, ambos fueron hacia sus toallas, se secaron lo mejor que pudieron y recogieron lo poco que se habían llevado a la playa para volver de nuevo a la habitación del hotel en el que se estaban quedando en aquella ocasión. No estaba especialmente lejos de la playa, por lo que apenas tardaron en llegar, y TaeYeob se sintió tentado a tirarse sobre la cama, porque se sentía cansado, pero tenía los pies llenos de arena y sentía todavía cómo quedaba un poco de semen y agua dentro de él, por lo que tenía que pasar por la ducha antes de poder tirarse sobre la cama.

 

            —Hyung, voy a la ducha —anunció.

            —Voy contigo —respondió KyuBin.

            —No creo que aguante otra más tan pronto —le dijo, sabiendo que si el mayor se metía con él en el baño no iban a tardar en echarse el uno sobre el otro de nuevo—. Solo una ducha.

            —Solo una ducha —le prometió, acercándose a él para darle un beso en la frente.

 

            TaeYeob no supo si creer o no en aquella promesa, pero al final ambos se acabaron dirigiendo al baño de la habitación para darse una ducha juntos. El baño tenía una ducha y una bañera, pero al final acabaron los dos metiéndose en la bañera, KyuBin colocándose a su espalda y abrazándolo con fuerza, relajándose contra su cuerpo en el agua llena de espuma y de sales relajantes. Su intención había sido simplemente darse una ducha rápida, quitarse toda la incomodidad que sentía en su cuerpo por la arena que se le había metido por todas partes y terminar de limpiarse un poco su recto porque en aquella ocasión KyuBin no había podido usar condón, debido a las circunstancias especiales, pero el mayor había acabado preparando aquel baño relajante y no se había podido negar a meterse en la bañera, entre sus brazos, para descansar un poco antes de limpiarse concienzudamente.

 

            —¿Te ha gustado hacerlo en el mar? —le preguntó KyuBin, acariciando sus brazos de arriba abajo.

            —Mmmm… no ha estado mal —respondió—. Ha sido extraño, ya sabes, se me ha colado un poco de agua —escuchó una leve carcajada del mayor tras él y no pudo evitar ponerse de morros durante unos segundos antes de seguir—. Para una experiencia de una vez y un recuerdo de algo más que hemos hecho en Jeju ha estado bien —y añadió—: pero no me gustaría repetirlo.

            —Una experiencia nueva —murmuró KyuBin, dejando un beso en su nuca después de retirarle el pelo que caía sobre ella—. A mí me ha gustado no tener que usar lubricante ni condón.

            —Si tuvieras el culo lleno de semen y agua no te habría gustado tanto —replicó él, haciéndolo reír—. Es un poco incómodo.

            —Una vez es una vez… —dijo el mayor, empezando a trazar un camino de besos por sus hombros.

            —Hyung… —protestó, porque sabía que, si empezaba con aquello, al final no iban a poder parar—. Solo íbamos a darlos una ducha, ¿recuerdas?

            —Mmmmm… lo recuerdo… —contestó contra su piel, antes de morder, besar y chupar en el hueco entre su cuello y su hombro, dejando una marca que en las próximas horas se volvería de color violeta, añadiéndose a la colección de marcas de diferentes tonos que tenía por todo su cuerpo—. Pero quiero hacer que te sientas bien en compensación por haberme cumplid el caprichito de hacerlo en el mar.

            —KyuBin hyung… —murmuró, o más bien jadeó.

            —No te preocupes… ahora no voy a meterla, no quiero hacerte daño ni que te sientas más incómodo al hacerlo en el agua de nuevo —le aseguró.

 

            TaeYeob asintió entonces, dándole permiso para que lo volviera a hacer sentir bien, y KyuBin esbozó una sonrisa contra su piel, comenzando a mover sus manos inmediatamente por su cuerpo, rozando su abdomen delicadamente durante unos momentos, mientras seguía besando sus hombros, su nuca, la parte alta de su espalda, dejando alguna que otra marca por aquí y por allí, haciéndolo suspirar una y otra vez. TaeYeob arqueó su cuerpo y echó su cabeza hacia atrás, dejándose caer contra KyuBin en el momento en el que sus dedos empezaron a pellizcar sus pezones, sintiendo oleadas de placer recorriendo todo su cuerpo que no hacían patalear levemente en el agua, salpicando un poco el agua de la bañera mientras no paraba de gemir, alto, sin poder contenerse, su voz resonando en las paredes de azulejos del baño. Sus pezones eran otra de las partes de su cuerpo que eran más sensibles y KyuBin lo sabía de primera mano, así que, siempre lo usaba para dejarlo completamente a su merced, gimiendo bajo su toque sin poder parar y sintiéndose en el cielo y cada vez más y más necesitado.

 

            Su miembro había comenzado a endurecerse y KyuBin no se perdió aquel detalle, llevando su mano derecha hasta su entrepierna para comenzar a tocarlo como no lo había hecho antes, porque TaeYeob había llegado al orgasmo solo por la penetración y por el roce de su miembro contra los músculos del estómago de KyuBin. Pero en esa ocasión, el mayor se detuvo en hacerlo sentir bien usando su mano, envolviendo su miembro, jugando con sus testículos, tocando su glande con fervor, sabiendo que era la parte más sensible de todo su ser, provocando que, TaeYeob no pudiera evitar comenzar a derretirse entre sus brazos, mientras se revolvía, cerrando sus piernas, jadeando, gimiendo sin poder contenerse hasta que finalmente acabó alcanzando el orgasmo y terminó temblando de placer entre los brazos de KyuBin, que lo sostuvo como si fuera el ser más delicado y precioso del universo hasta que terminó de recomponerse y en sus ojos dejaron de brillar estrellas.

 

            —¿Bien? —le preguntó KyuBin en ese momento y TaeYeob le quiso contestar, pero su voz decidió no salir de su cuerpo, así que, simplemente asintió a su pregunta—. Vale… ahora voy a dejarte más limpio que una patena y nos vamos a echar una buena siesta.

 

            TaeYeob asintió a aquel plan y dejó que KyuBin se encargara de lavarlo porque sus fuerzas estaban al límite aquel día. El mayor le lavó el pelo con cuidado, enjabonó su cuerpo y lo limpió de pies a cabeza, ayudándolo incluso a limpiar el desastre que era su culo después de lo que habían hecho en el mar antes de lavarse él mismo rápidamente y hacerlos salir a ambos de la bañera, secándolos. KyuBin incluso le secó el pelo para que no pasara frío cuando se echaran a dormir y se resfriara por ello, con cuidado, con un cariño infinito que hizo que TaeYeob no pudiera evitar sentirse afortunado porque lo que había comenzado como una atracción repentina que ninguno había podido contener, lo que habían empezado un año atrás en aquella misma isla, se había tornado tan diferente, tan intenso y había en ello tantísimos sentimientos que el chico a veces ni siquiera se lo creía. KyuBin había sido su amigo antes que su novio y, aunque siempre lo había tratado con cariño, desde que estaban juntos de aquella forma simplemente le regalaba su amor y cariño en todo momento, sujetándolo cuando él no podía más, cumpliendo todos sus deseos y queriéndolo más de lo que nadie lo había querido nunca.

 

            Cuando finalmente salieron del baño, KyuBin lo ayudó a ponerse su ropa y lo llevó hasta la cama ayudándolo a caminar hasta ella porque TaeYeob se negó a que lo llevara en brazos como su fuera una princesa y cuando se tumbaron en la cama, no pudo evitar dejar escapar un suspiro de placer absoluto por estar sobre la mullida superficie. KyuBin llevó su mano hasta su pelo y le retiró el flequillo de su rostro, acunando su mejilla con cariño y mirándolo con una sonrisa encantadora en sus labios. TaeYeob le devolvió la sonrisa, pero un bostezo se escapó de su boca, lo que provocó una leve risa en KyuBin, que después se acercó a su cuerpo para abrazarlo con fuerza y dejar un beso sobre su cabeza, susurrándole contra su pelo un “buenas noches” del que TaeYeob apenas fue consciente porque el sueño había comenzado a vencerlo y solo se agarró con mucha fuerza al cuerpo del mayor, quedándose dormido al instante porque había tenido demasiadas experiencias aquel día. Todavía les quedaban algunos días más en Jeju y TaeYeob necesitaba descansar un poco más para poder seguir disfrutando más y más de aquella increíble isla, atesorando todos los recuerdos y nuevas experiencias que ésta le seguiría brindando.

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario