Título: Jejudo (I want more and more)
Autora:
Riz Aino
Pareja:
KyuJung (KB + YooJung) (OnlyOneOf)
Clasificación:
NC–17
Géneros:
AU, holidays, romance, fluff, humor, smut, pwp
Número de palabras:
3.687 palabras
Resumen:
KyuBin y TaeYeob se van de vacaciones a Jeju, el lugar en el que comenzaron a
salir, para celebrar que hace un año que están juntos.
Advertencias:
relaciones sexuales explícitas en la playa, so… semi public sex.
Notas: historia
escrita para conmemorar el primer aniversario del viaje a Jeju y todo lo que
trajo consigo. Esto es además una especie de “side story” de A
Midsummer Night’s Dream, si no lo habéis leído no importa
mucho, pero si lo leéis y también le dais amorcito os lo agradeceré toda la
vida.
Comentario de autora:
ha pasado ya un año, pero la coña de “¿qué pasó en Jeju?” no parece morir en el
fandom y yo hacía tiempo que quería escribir esta historia. Espero que os
guste.
Jejudo (I want more and more)
El día era completamente idílico. El sol había hecho
aparición después de un par de días en los que no había hecho acto de
presencia, escondiéndose detrás de las nubes, y había bañado absolutamente todo
de luz y de calor, provocando que la isla de Jeju fuera aún más increíble de lo
que lo era cuando había estado nublado. TaeYeob estaba completamente encantado
de estar en aquel lugar de nuevo y, sobre todo, estaba encantado con la
compañía que tenía con él, su novio, KyuBin, la persona más increíble —y más idiota—
que había conocido en toda su vida, porque las compañías en los viajes eran lo
que los hacían mucho más memorables… y había sido la compañía de KyuBin en el
viaje que había hecho el año pasado a la isla lo que había hecho que el lugar
se le hubiera hecho un hueco en su corazón. Todavía podía recordar
perfectamente todo lo que habían hecho el año anterior, el caos que todo había
sido y la forma en la que ambos habían descubierto sus sentimientos por el
otro, lo que los había llevado a dejar de ser solo amigos para empezar,
titubeantes, en una relación que se había hecho más fuerte con el paso de los
meses. Y, un año después, allí estaban de nuevo, disfrutando de la isla,
disfrutando de sus espectaculares paisajes, de sus playas de arena blanca, del
sol y de la tranquilidad de estar solos y juntos en el lugar para poder también
disfrutar el uno del otro.
—TaeYeob —lo llamó KyuBin, haciéndolo salir de sus
pensamientos. Él alzó su cabeza y se encontró con el mayor frente a él,
tapándole el sol del que había estado disfrutando hasta hacía tan solo unos
momentos—. ¿Quieres que nos bañemos un rato?
TaeYeob estuvo tentado a negarse porque el agua solía
estar fría a pesar de que ya era verano y hacía calor, aquel calor bochornoso y
pegajoso que hacía en la costa, pero llevaba un buen rato bajo el sol y había
comenzado a sudar y probablemente se quemaría si seguía allí, simplemente
tumbado bajo sus rayos, así que, al final acabó asintiendo a la propuesta que
le había hecho el mayor y una sonrisa encantadora apareció en el rostro de éste
mientras le tendía la mano para ayudarlo a levantarse. TaeYeob se agarró con
fuerza y dejó que KyuBin utilizara sus músculos para levantarlo de la toalla
sin poner mucho de su parte, encantado con ver cómo éste protestaba un poco
mientras lo ayudaba a ponerse de pie. Después, aprovechando sus manos unidas,
el mayor tiró de él hasta la orilla, metiéndose poco a poco en el agua y
arrastrándolo con él. El agua estaba terriblemente fría, tal y como TaeYeob se
había imaginado que estaría, pero ambos fueron poco a poco entrando en ella,
alejándose hasta que ésta les llegó por la cintura. KyuBin se sumergió del todo
en el agua y cuando salió de ella, sacudió su pelo como si de un perro se
tratase, salpicándolo todo y mojándolo. El agua en su torso parecía estar mucho
más fría que en sus piernas, así que, TaeYeob se acabó vengando de KyuBin
echándole agua y KyuBin obviamente no se quedó atrás, forcejeando con él y
salpicándolo hasta que ambos acabaron sumergidos por completo en las cristalinas
aguas de aquella playa, riendo como los idiotas que eran y, al menos TaeYeob,
falto de aire por todo el juego.
—Ven aquí, anda —le dijo KyuBin en ese momento, abriendo
sus brazos y TaeYeob no tardó en lanzarse a ellos para abrazarse al mayor fuertemente,
pegando sus cuerpos—. ¿Nadamos un poco más lejos de la playa? —preguntó,
dándole un corto beso sobre la cabeza, aprovechando que él había encajado su
rostro en el hueco entre su hombro y su cuello—. Quiero probar algo.
Por lo general, cuando KyuBin le decía que quería probar
algo a TaeYeob se le ponían los pelos de punta, porque bien podía ser una nueva
receta que él mismo había decidido hacer con las sobras que tenía en su nevera
o alguna locura con respecto a sus relaciones sexuales. Desde que le había
dicho aquello mismo justo después de que comenzaran a salir, siempre habían
pasado cosas de las que TaeYeob se solía arrepentir o en las que pasaba
bastante vergüenza, pero en el fondo las acababa disfrutando porque no solían
salir mal. Eran unos experimentos locos y cosas extrañas, pero, al fin y al
cabo, se lo pasaba bien con él haciéndolos, así que, una parte de él estaba un
poco expectante por saber qué era lo que quería probar en aquellos momentos,
así que, acabó asintiendo a su propuesta. KyuBin dejó de abrazarlo para que
ambos pudieran comenzar a nadar mar adentro y unos instantes después empezaban
a hacerlo, alejándose de la costa hasta que el agua les llegó por el pecho. Las
aguas en aquella playa no eran demasiado profundas, así que se habían tenido
que alejar un poco de la orilla para que el agua los cubriera hasta allí, pero
aún así, todavía seguían en una zona en la que el resto de bañistas podía
llegar si les apetecía nadar un poco más. TaeYeob no sabía qué era lo que
KyuBin tenía en mente, pero tampoco iba a tardar demasiado en averiguarlo.
—¿Qué es lo que querías probar? —le preguntó.
—Quiero hacerlo en el mar.
La respuesta de KyuBin lo dejó sumamente confuso y
frunció su ceño mientras trataba de buscarle el sentido. ¿Hacer qué? Estuvo a
punto de hacerle aquella pregunta al mayor porque no lo había entendido, pero
al ver su sonrisa picara y sus ojos ardiendo mientras lo miraba fijamente,
TaeYeob imaginó qué era lo que quería hacer sin que este tuviera que
explicárselo.
—Oh no —respondió.
—Oh sí —dijo KyuBin en cambio—. No hay nadie cerca, no
pueden vernos desde la orilla y siempre he querido intentarlo en el mar.
TaeYeob suspiró profundamente y después miró a todos
lados. Era cierto que estaban bastante alejados de la costa, por lo que desde
allí nadie podía ver lo que hacían, pero seguro que si alguien se fijaba en
ellos se daban cuenta de que estaban teniendo sexo en el mar, además,
cualquiera podría nadar como ellos, alejándose un poco, y llegar hasta donde se
encontraban y verlos. No le hacía especial ilusión porque no encontraba
satisfacción alguna en que alguien los pudiera pillar haciéndolo, sino que más
bien sentiría una vergüenza terrible si eso sucedía y no querría volver a salir
de casa en el resto de su vida. Sin embargo, había una parte dentro de él que
quería intentarlo. Nunca le había gustado eso de ser exhibicionista y las
únicas muestras de cariño que permitía en la calle eran algunas caricias o
besos, pero nunca nada más allá de eso. Admitía que la propuesta de KyuBin era
interesante, era algo que nunca habían hecho y algo que tampoco podrían hacer
en otro momento porque aquel era ya su último día en Jeju. Aquella podía ser la
experiencia inolvidable de ese año, de ese viaje… y TaeYeob estaba tentado,
demasiado tentado. Volvió a mirar a su alrededor, en la playa había poca gente
porque era medio día y mucha gente debía de estar almorzando, tampoco había
prácticamente personas en el agua y quienes estaban allí se encontraban mucho
más cerca de la orilla, tampoco parecía haber nadie especialmente pendiente de
ellos.
—Pero que sea rápido… —acabó murmurando.
Una sonrisa amplia se extendió por el rostro de KyuBin en
ese momento y se acercó a él para abrazarlo con fuerza contra su cuerpo,
susurrando en su oído.
—Te va a gustar, te lo prometo.
Y a TaeYeob no le cabía duda alguna de que aquello no le
fuera a gustar porque el sexo con KyuBin siempre le gustaba y siempre estaba
predispuesto a ello. Iba a ser extraño, iba a ser intenso, iba a ser memorable
y no iba a dejar de pensar en que cualquier momento alguien podía aparecer y
verlos… pero quizás acabaría olvidándose de ello en el instante en el que
KyuBin lo hiciera rozar las estrellas con la punta de sus dedos y ni siquiera
recordara que se encontraban bajo el cielo abierto, metidos en el agua de
aquella playa de Jeju, en público, simplemente dedicándose a sentir.
KyuBin llevó sus grandes manos hasta su trasero,
instándole a que se subiera a su cuerpo y TaeYeob lo hizo inmediatamente,
agarrándose con sus piernas a su delgada cintura y rodeando su cuello con sus
brazos, encarando él la costa, vigilante. Quizás, si no se movían demasiado,
nadie se fijaría en ellos y si por algún casual lo hacían, lo único que verían
sería a dos chicos abrazados en el agua, nada más. La mano derecha de KyuBin se
coló entonces por la cinturilla de su bañador, agarrando su glúteo con firmeza,
haciendo que él no pudiera evitar el jadeo que escapó de sus labios porque su
trasero siempre había sido uno de los lugares más sensibles de su cuerpo y
cuando KyuBin jugaba con él se sentía increíble, de hecho, las manos de KyuBin
en cualquier parte de su cuerpo obraban maravillas en él y lo dejaban temblando
a la mínima. Por ese motivo y porque no quería que sus expresiones de absoluto
placer pudieran ser notadas, acabó escondiendo levemente su rostro en el hueco
entre el hombro y el cuello del mayor, con sus ojos todavía fijos en la costa.
KyuBin dejó entonces un beso cariñoso sobre su pelo mojado que hizo que TaeYeob
se relajara un poco entre sus brazos, inspirando hondo y dispuesto a dejarse
hacer.
KyuBin no tardó en introducir uno de sus largos dedos en
su cuerpo, sin problema porque aquella misma mañana habían remoloneado en la
cama juntos y habían acabado haciéndolo otra vez. Introdujo también un segundo
dedo sin que su cuerpo se opusiera a ello y, solo con el tercero, TaeYeob se
tensó un poco porque le había molestado la intrusión. Abrió su boca y mordió el
hombro de KyuBin mientras trataba de volver a relajarse. El mayor jadeó por el
mordisco y sacó sus dedos de su recto para volver a tratarlo de nuevo, poco a
poco, creando espacio, acostumbrando su cuerpo a aquella presión, pero el chico
solo podía notar como además de los dedos de KyuBin, agua entraba en su
interior, acompañándolos y la sensación era extraña porque se sentía caliente,
pero el agua era fría y el contraste lo estaba volviendo loco. TaeYeob dejó de
prestarle atención a la costa, a la gente y simplemente sintió, sus dientes
todavía mordiendo el hombro de KyuBin, no dejando de hacerlo hasta que éste no
sacó sus dedos finalmente.
—No puedo aguantar más… —murmuró KyuBin—. Quiero entrar
ya…
TaeYeob asintió. Él también quería aquello ya. KyuBin
dejó de sujetar su cuerpo llevando su mano hasta su propia entrepierna y
tocarse un poco para terminar de endurecer lo suficiente su erección como para
poder penetrarlo. No tardó más que un par de minutos, jadeando contra su oreja por
el placer, hasta que finalmente le bajó un poco el bañador a TaeYeob, lo
suficiente para poder hacer aquello con comodidad, y se internó lentamente en
su cuerpo, embistiendo lentamente, una y otra vez. TaeYeob se agarró con mucha
fuerza a su cuerpo, hundiendo sus uñas en su espalda, gimiendo levemente contra
su hombro, sin poder evitarlo porque siempre sentía demasiado. Y, a pesar de la
sensación extraña del agua, a pesar de estar bajo cielo abierto y en un sitio
público —o quizás debido a ello— no tardaron demasiado en correrse, KyuBin
dentro de su cuerpo y él dentro de su bañador, sintiendo escalofríos de placer
recorriendo todo su cuerpo tras el orgasmo uno tras otro hasta que finalmente
el mayor salió de él. Había sido increíble y, tal y como le había pedido, muy
rápido.
—¿Bien? —le preguntó KyuBin, separándose un poco para
poder mirarlo a la cara, retirándole el pelo mojado que se le había pegado a su
rostro con infinito cariño y cuidado. TaeYeob asintió—. Vamos a adecentarnos un
poco y salimos del agua, ¿vale?
—Y nos vamos a la habitación, porfa —respondió él.
KyuBin asintió y después de aquel breve intercambio de
palabras, se separaron y limpiaron de sus cuerpos cualquier rastro de semen
antes de nadar de nuevo con lentitud hacia la orilla, porque al menos TaeYeob
sentía todavía en sus músculos los últimos coletazos del orgasmo y se sentía
demasiado cansado como para poner todo su empeño en nadar. Al llegar a la
orilla, ambos fueron hacia sus toallas, se secaron lo mejor que pudieron y
recogieron lo poco que se habían llevado a la playa para volver de nuevo a la
habitación del hotel en el que se estaban quedando en aquella ocasión. No
estaba especialmente lejos de la playa, por lo que apenas tardaron en llegar, y
TaeYeob se sintió tentado a tirarse sobre la cama, porque se sentía cansado,
pero tenía los pies llenos de arena y sentía todavía cómo quedaba un poco de
semen y agua dentro de él, por lo que tenía que pasar por la ducha antes de
poder tirarse sobre la cama.
—Hyung, voy a la ducha —anunció.
—Voy contigo —respondió KyuBin.
—No creo que aguante otra más tan pronto —le dijo,
sabiendo que si el mayor se metía con él en el baño no iban a tardar en echarse
el uno sobre el otro de nuevo—. Solo una ducha.
—Solo una ducha —le prometió, acercándose a él para darle
un beso en la frente.
TaeYeob no supo si creer o no en aquella promesa, pero al
final ambos se acabaron dirigiendo al baño de la habitación para darse una
ducha juntos. El baño tenía una ducha y una bañera, pero al final acabaron los
dos metiéndose en la bañera, KyuBin colocándose a su espalda y abrazándolo con
fuerza, relajándose contra su cuerpo en el agua llena de espuma y de sales
relajantes. Su intención había sido simplemente darse una ducha rápida,
quitarse toda la incomodidad que sentía en su cuerpo por la arena que se le
había metido por todas partes y terminar de limpiarse un poco su recto porque
en aquella ocasión KyuBin no había podido usar condón, debido a las
circunstancias especiales, pero el mayor había acabado preparando aquel baño
relajante y no se había podido negar a meterse en la bañera, entre sus brazos,
para descansar un poco antes de limpiarse concienzudamente.
—¿Te
ha gustado hacerlo en el mar? —le preguntó KyuBin, acariciando sus brazos de
arriba abajo.
—Mmmm… no ha estado mal —respondió—. Ha sido extraño, ya
sabes, se me ha colado un poco de agua —escuchó una leve carcajada del mayor
tras él y no pudo evitar ponerse de morros durante unos segundos antes de
seguir—. Para una experiencia de una vez y un recuerdo de algo más que hemos
hecho en Jeju ha estado bien —y añadió—: pero no me gustaría repetirlo.
—Una experiencia nueva —murmuró KyuBin, dejando un beso
en su nuca después de retirarle el pelo que caía sobre ella—. A mí me ha
gustado no tener que usar lubricante ni condón.
—Si tuvieras el culo lleno de semen y agua no te habría
gustado tanto —replicó él, haciéndolo reír—. Es un poco incómodo.
—Una vez es una vez… —dijo el mayor, empezando a trazar
un camino de besos por sus hombros.
—Hyung… —protestó, porque sabía que, si empezaba con
aquello, al final no iban a poder parar—. Solo íbamos a darlos una ducha,
¿recuerdas?
—Mmmmm… lo recuerdo… —contestó contra su piel, antes de
morder, besar y chupar en el hueco entre su cuello y su hombro, dejando una
marca que en las próximas horas se volvería de color violeta, añadiéndose a la
colección de marcas de diferentes tonos que tenía por todo su cuerpo—. Pero
quiero hacer que te sientas bien en compensación por haberme cumplid el
caprichito de hacerlo en el mar.
—KyuBin hyung… —murmuró, o más bien jadeó.
—No te preocupes… ahora no voy a meterla, no quiero
hacerte daño ni que te sientas más incómodo al hacerlo en el agua de nuevo —le
aseguró.
TaeYeob asintió entonces, dándole permiso para que lo
volviera a hacer sentir bien, y KyuBin esbozó una sonrisa contra su piel,
comenzando a mover sus manos inmediatamente por su cuerpo, rozando su abdomen
delicadamente durante unos momentos, mientras seguía besando sus hombros, su
nuca, la parte alta de su espalda, dejando alguna que otra marca por aquí y por
allí, haciéndolo suspirar una y otra vez. TaeYeob arqueó su cuerpo y echó su
cabeza hacia atrás, dejándose caer contra KyuBin en el momento en el que sus
dedos empezaron a pellizcar sus pezones, sintiendo oleadas de placer
recorriendo todo su cuerpo que no hacían patalear levemente en el agua,
salpicando un poco el agua de la bañera mientras no paraba de gemir, alto, sin
poder contenerse, su voz resonando en las paredes de azulejos del baño. Sus
pezones eran otra de las partes de su cuerpo que eran más sensibles y KyuBin lo
sabía de primera mano, así que, siempre lo usaba para dejarlo completamente a
su merced, gimiendo bajo su toque sin poder parar y sintiéndose en el cielo y
cada vez más y más necesitado.
Su miembro había comenzado a endurecerse y KyuBin no se
perdió aquel detalle, llevando su mano derecha hasta su entrepierna para
comenzar a tocarlo como no lo había hecho antes, porque TaeYeob había llegado
al orgasmo solo por la penetración y por el roce de su miembro contra los
músculos del estómago de KyuBin. Pero en esa ocasión, el mayor se detuvo en
hacerlo sentir bien usando su mano, envolviendo su miembro, jugando con sus
testículos, tocando su glande con fervor, sabiendo que era la parte más
sensible de todo su ser, provocando que, TaeYeob no pudiera evitar comenzar a
derretirse entre sus brazos, mientras se revolvía, cerrando sus piernas,
jadeando, gimiendo sin poder contenerse hasta que finalmente acabó alcanzando
el orgasmo y terminó temblando de placer entre los brazos de KyuBin, que lo
sostuvo como si fuera el ser más delicado y precioso del universo hasta que terminó
de recomponerse y en sus ojos dejaron de brillar estrellas.
—¿Bien? —le preguntó KyuBin en ese momento y TaeYeob le
quiso contestar, pero su voz decidió no salir de su cuerpo, así que,
simplemente asintió a su pregunta—. Vale… ahora voy a dejarte más limpio que
una patena y nos vamos a echar una buena siesta.
TaeYeob asintió a aquel plan y dejó que KyuBin se
encargara de lavarlo porque sus fuerzas estaban al límite aquel día. El mayor
le lavó el pelo con cuidado, enjabonó su cuerpo y lo limpió de pies a cabeza,
ayudándolo incluso a limpiar el desastre que era su culo después de lo que
habían hecho en el mar antes de lavarse él mismo rápidamente y hacerlos salir a
ambos de la bañera, secándolos. KyuBin incluso le secó el pelo para que no
pasara frío cuando se echaran a dormir y se resfriara por ello, con cuidado,
con un cariño infinito que hizo que TaeYeob no pudiera evitar sentirse
afortunado porque lo que había comenzado como una atracción repentina que
ninguno había podido contener, lo que habían empezado un año atrás en aquella
misma isla, se había tornado tan diferente, tan intenso y había en ello
tantísimos sentimientos que el chico a veces ni siquiera se lo creía. KyuBin
había sido su amigo antes que su novio y, aunque siempre lo había tratado con
cariño, desde que estaban juntos de aquella forma simplemente le regalaba su
amor y cariño en todo momento, sujetándolo cuando él no podía más, cumpliendo
todos sus deseos y queriéndolo más de lo que nadie lo había querido nunca.
Cuando finalmente salieron del baño, KyuBin lo ayudó a
ponerse su ropa y lo llevó hasta la cama ayudándolo a caminar hasta ella porque
TaeYeob se negó a que lo llevara en brazos como su fuera una princesa y cuando
se tumbaron en la cama, no pudo evitar dejar escapar un suspiro de placer
absoluto por estar sobre la mullida superficie. KyuBin llevó su mano hasta su
pelo y le retiró el flequillo de su rostro, acunando su mejilla con cariño y
mirándolo con una sonrisa encantadora en sus labios. TaeYeob le devolvió la
sonrisa, pero un bostezo se escapó de su boca, lo que provocó una leve risa en
KyuBin, que después se acercó a su cuerpo para abrazarlo con fuerza y dejar un
beso sobre su cabeza, susurrándole contra su pelo un “buenas noches” del que
TaeYeob apenas fue consciente porque el sueño había comenzado a vencerlo y solo
se agarró con mucha fuerza al cuerpo del mayor, quedándose dormido al instante
porque había tenido demasiadas experiencias aquel día. Todavía les quedaban
algunos días más en Jeju y TaeYeob necesitaba descansar un poco más para poder
seguir disfrutando más y más de aquella increíble isla, atesorando todos los
recuerdos y nuevas experiencias que ésta le seguiría brindando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario