martes, 1 de marzo de 2022

[One Shot] The taste of your lips {LoveJung}

Título: The taste of your lips

Autora: Riz Aino

Parejas: LoveJung (Love + Yoojung) (OnlyOneOf)

Clasificación: PG–13

Géneros: AU, college, romance, humor

Numero de palabras: 2.549 palabras

Resumen: Taeyeob y Jisung se llevan horriblemente mal y tener que hacer un trabajo juntos no va a hacer que su relación mejore… pero quizás quedarse encerrados en el ascensor y un chupachups, sí…

Notas: la idea nació hace bastantes milenios simple y llanamente porque ambos son muy tsunderes idiotas.

Comentario de autora: ¡¡¡¡feliz cumple lyOn!!!! Espero que os guste la historia.

 


            Taeyeob suspiró profundamente y se dejó caer sobre el suelo del ascensor, llevaba dando vueltas como un león enjaulado sobre diez minutos y aquello no había cambiado el hecho de que siguiera allí encerrado, el ascensor detenido entre plantas y sin expectativas de salir del lugar pronto, atrapado con la persona que peor le caía de todo el universo. Se llevó las manos a la cara, teniendo ganas de llorar de la frustración, pero no iba a llorar, no podía llorar, menos delante de aquel gilipollas que no le quitaba la mirada de encima desde que el ascensor había dado una sacudida y se había quedado parado. Quizás si lo mataba y decía que había sido porque había tenido un ataque de pánico por la situación y lo había hecho sin querer, se podía librar de la condena y de Park Jisung a la vez, pero después de pensarlo unos momentos consideró que no las tenía todas consigo y simplemente acabó suspirando profundamente de nuevo antes de girarse hacia el otro, con los peores humos que tenía.

 

            —Llevas todo el rato mirándome, ¿tengo algo en la cara?

 

            La pregunta pareció pillar desprevenido a Jisung, que abrió la boca, sorprendido, y se quedó con la boca abierta como el idiota que era durante un buen rato, sin responder. Taeyeob no pudo evitar resoplar y maldecir todos los momentos de la última semana que lo habían llevado hasta aquella situación, desde aquel fatídico lunes en el que el profesor Jeong había decidido que tenían que hacer un trabajo juntos e incluso después de las quejas de Taeyeob lo único que le había dicho había sido que no le tenía que gustar su compañero de trabajo, solo tenía que trabajar con él. Aquel profesor había sellado sus destinos y los había mandado de cabeza a aquel ascensor obligándolos a trabajar juntos. Desde ese momento todo había ido cuesta abajo en la vida de Taeyeob y odiaba tener que trabajar con Jisung porque simple y llanamente se habían llevado mal desde el primer día de clase y nunca se habían acercado al otro después de ese momento, pero al final, con la fecha de la entrega del trabajo acercándose y necesitando quedar para poder al menos repartir lo que cada uno tenía que hacer para no volver a encontrarse hasta que no lo tuvieran que montar, habían tenido que ir a la biblioteca para hacerlo. La maldita clase que Jisung tenía a las tantas de la noche se había interpuesto entre ellos y había hecho que para cuando habían terminado de repartir todo lo que tenían que hacer para el trabajo fuera increíblemente tarde y que, cuando se montaron en el ascensor y éste se quedó parado sin posibilidad de que nadie pudiera sacarlos de allí porque era demasiado tarde y ni siquiera debía de quedar mucha gente en la facultad.

 

            —Solo… mmmm… —murmuró Jisung, sacándolo de sus pensamientos—, solo quería asegurarme de que estabas bien, que no tienes claustrofobia o algo por el estilo.

 

            Taeyeob frunció su ceño al escuchar aquello porque no se había esperado la respuesta que el otro le había dado. ¿Estaba preocupado por él? ¿Por si le pasaba algo mientras estaban allí encerrados? ¿Por qué? Si fuera por Taeyeob, practicaría el canibalismo con él para poder quitárselo de en medio y no tener que volver a ver su cara en todas sus clases y, obviamente, para no tener que hacer aquel maldito trabajo con él.

 

            —¿Por qué? —no pudo evitar preguntar, a pesar de que sabía que la curiosidad podía matar perfectamente al gato.

            —Porque estaba preocupado —respondió el otro—. No sé… pareces tan frágil, tenía la sensación de que podía pasarte algo y quería estar vigilante por si necesitabas mi ayuda…  —Taeyeob parpadeó, confuso—. No es como si pudiera sacarnos de aquí, pero no sé… lo que sea… si te sientes mal o tienes hambre o no sé… da igual… solo… dímelo…

 

            ¿Qué cojones? Taeyeob abrió la boca para decir aquello, pero al final acabó boqueando como un pez fuera del agua sin poder decirlo, probablemente por la impresión que le acababa de causar que Jisung pensara que era frágil. Él. Frágil. No sabía por qué no estaba dándole la paliza de su vida en aquellos momentos porque era lo que aquel idiota se merecía. ¿Cómo iba él a ser frágil? No tenía nada de frágil y cualquiera que lo conociera lo sabía perfectamente, claro, que Jisung no lo conocía porque la única vez que habían hablado antes de todo aquel jaleo de tener que hacer el trabajo juntos había sido en primero, el primer día de clase, algo más de tres años atrás, cuando Taeyeob había sido alcanzado por un libro volador y se había caído redondo al suelo. El culpable del libro volador que le había dado en toda la cabeza había sido Jisung y cuando Taeyeob se había levantado del suelo le había soltado una serie de improperios a los que Jisung había respondido con otros y después ambos habían seguido con sus vidas, odiándose e ignorándose. No podía entender por qué Jisung podría preocuparse por él.

 

            —No tienes que preocuparte por mí —fue lo que acabó diciendo.

 

            Después volvió su atención a su teléfono. No le quedaba mucha batería y tampoco tenían señal allí dentro, así que era prácticamente inservible, lo único que podía hacer con él era mirar la hora, hacer fotos o escribir en la aplicación de notas su última voluntad por si acababa muriendo allí dentro porque nadie iba a sacarlos de allí. Taeyeob volvió a suspirar profundamente de nuevo. Era tarde. Muy tarde. El servicio de los ascensores estaba desconectado y por más que llamaban a la campanilla nadie les respondía, no podían pedir ayuda de ninguna manera y estaba seguro de que en un sitio cerrado y sin ventilación, en algún tiempo se acabarían quedando sin aire, aunque el ascensor fuera algo grande, no sabía cuánto tiempo tenían para poder estar allí… quizás, si tenían suerte, a la mañana siguiente cuando comenzara a llegar la gente se darían cuenta de que se habían quedado allí atrapados, pero igual no aguantaban vivos hasta entonces, por alguna cosa o por otra. No quería volverse paranoico allí dentro, pero pensar tampoco le hacía demasiado bien, así que, lo único que le quedaba era tratar de mantener una conversación con Jisung, aunque la idea le parecía lo menos atractiva del mundo.

 

            —Mmmm… Taeyeob… —murmuró Jisung en ese momento—. Sé que hace tres años empezamos con muy mal pie… pero no te tiré el libro a ti, se lo había lanzado a Kyubin, pero se agachó y tú justo pasabas por detrás… —explicó—. No quería hacerte daño y sigo sintiéndolo muchísimo.

 

            Aquella era una historia que el mismo Kyubin le había contado en alguna ocasión, cuando todavía trataba de inmiscuirse en sus asuntos y decirle que en el fondo Jisung era un buen tío, idiota, pero un buen tío. Probablemente si Taeyeob hubiera sido otro tipo de persona habría perdonado al chico después de enterarse de lo que había pasado, pero él ya había decidido odiar a Jisung por el resto de su vida universitaria porque no solo le había dado con el libro, había respondido a sus palabrotas con más y lo había enfadado con las cosas que había dicho. Taeyeob podía entender que había sido el calor del momento, él también había dicho un montón de cosas, enfadado y con un dolor punzante en su cabeza, que realmente no había sentido, pero no creía que pudiera haber una vuelta atrás en tres años de odio infinito solo por pasar un rato encerrados en el ascensor, sin nada más que poder hacer que hablar. No obstante, Taeyeob sintió que al menos le debía algo a Jisung porque éste había sido capaz de decirle que lo sentía directamente, ahora que tenía la oportunidad.

 

            —No te preocupes, está olvidado —le dijo.

 

            Una sonrisa idiota apareció en la cara del idiota de Jisung al escucharlo decir aquello y Taeyeob estuvo a punto de poner los ojos en blanco, pero por alguna razón, no lo hizo y solo pudo observar la forma en la que los ojos del otro se cerraban en dos medias lunas y su sonrisa hacía que pareciera alguien bastante majo. Taeyeob lo había visto reír a carcajadas de lejos, pero nunca lo había visto sonreír de aquella forma, tan cerca, una sonrisa dedicada solo a él, y algo dentro de él pareció descolocarse, aunque no supo el qué.

 

            —Podríamos comenzar entonces de nuevo —comenzó Jisung, extendiendo su mano—. Mi nombre es Park Jisung, tercero de económicas, me toca hacer un trabajo contigo porque el profesor Jeong es mala gente y no nos deja elegir compañeros, pero espero que podamos ser amigos.

 

            Taeyeob no contestó. No pudo hacerlo porque entre la sorpresa y el estupor, la conexión entre su cerebro y su boca pareció no estar especialmente colaborativa, así que, simplemente se quedó mirando como un idiota la mano extendida de Jisung, con sus palabras repitiéndose en su mente. Comenzar de nuevo, borrando los últimos tres años que habían pasado ignorándose deliberadamente el uno al otro y odiándose por lo que había sucedido. Comenzar de nuevo como si nada hubiera pasado y tratar de conocerse y colaborar porque llevaban ya un buen rato allí encerrados y seguro que les quedaría bastante tiempo allí metidos y porque después de aquello tenían que seguir vivos y colaborar en hacer un trabajo.

 

            —¿Si le añado a mi proposición una ofrenda de paz? —preguntó Jisung. Taeyeob parpadeó de nuevo, confuso, pero el otro retiró su mano y rebuscó entonces en su mochila hasta sacar un chupachups de limón que le tendió—. Para ti, como muestra de mi buena voluntad.

            —Me gustan más los de fresa —no pudo evitar comentar, pero añadió antes de que Jisung contestara—. Acepto tu proposición y tu ofrenda de paz —cogió el chupachups y apretó la mano del otro a modo de saludo—. Lee Taeyeob, tercero de económicas, me suena ver tu cara en clase, pero nunca hemos hablado, quizás deberíamos cambiar eso.

 

            Una sonrisa encantadora apareció en el rostro de Jisung y Taeyeob soltó su mano y comenzó a quitarle el envoltorio al chupachups para estar entretenido en algo y no fijarse en la forma tan bonita en la que el otro sonreía. No tenía uñas, así que, tardó un buen rato en poder despegar el envoltorio del palo, pero en cuanto lo hizo, lo comenzó a chupar y se lo metió en la boca, dándole vueltas con la lengua. El limón no era su sabor favorito, pero bueno, era mejor que nada. No había cenado porque al quedarse en la facultad esperando a que la clase que Jisung tenía a las tantas de la tarde no iba a volver a la residencia para cenar y luego volver a la facultad, y estando a final de mes no tenía dinero para pedir o para sacar algo de las máquinas, así que, se había aguantado y desde el almuerzo no se metía nada en el cuerpo. Probablemente un chupachups tampoco fuera lo mejor en aquellos momentos, pero al menos le podía saciar un poco el hambre hasta que pudieran salir de allí. Cuando volvió su vista hacia Jisung, se dio cuenta de que éste lo estaba observando fijamente de nuevo y le dieron muchas ganas de arrearle fuerte, pero se detuvo al ver que los ojos del chico estaban fijos en su boca.

 

            —Jisung… —lo llamó y éste pareció salir de su trance—. ¿Qué haces?

            —Mmmm… nada… —murmuró—. Es que… no he podido cenar y el chupachups me parece ahora mismo lo más apetitoso del mundo…

            —No voy a compartir el chupachups contigo —respondió Taeyeob rápidamente—. Acabamos de hacernos amigos, no tenemos la confianza suficiente como para compartir saliva —dijo, tratando de bromear.

            —No te preocupes por lo de la saliva —dijo Jisung—. En realidad… solo quiero saber a lo que sabe.

 

            Taeyeob abrió la boca para contestarle que “era un chupachups de limón, ¿a qué narices iba a saber?”, pero antes de que pudiera decirlo, los labios de Jisung se estrellaron contra los suyos en un beso inesperado y demandante al que no pudo resistirse porque la boca del otro se movía contra la suya de una forma exquisita, de una forma casi paralizante, haciendo que su mente se volviera totalmente en blanco y que lo único que pudiera hacer fuera responder al beso porque, joder, Jisung besaba bien, increíblemente bien. Taeyeob acabó jadeando contra la boca del otro para poder respirar y Jisung aprovechó entonces para meterle la lengua y para jugar con la suya, explorando su boca y pidiendo más de él, pidiendo todo, dejándolo sin aire y con las rodillas temblando a pesar de que estaba sentado en el suelo. Cuando se separó de él, tuvo la desfachatez de lamerse los labios mirándolo fijamente, provocando en Taeyeob algo que no debía de estar provocando.

 

            —Me encanta el sabor a limón de tu boca —dijo.

            —Dios mío… no sé si quiero pegarte por gilipollas o volver a besarte porque eres gilipollas —no pudo evitar decir Taeyeob, haciéndolo reír.

            —Si puedo elegir, la verdad es que prefiero lo del beso —respondió.

 

            Taeyeob le pegó en la pierna, haciendo que el chico gritara de dolor y después volvió a atrapar sus labios en un beso que duró tan solo unos segundos porque tuvieron que separarse al instante al oír cómo alguien fuera del ascensor preguntaba si había alguien allí. Taeyeob se sintió terriblemente aliviado y comenzó a gritarle a la persona desconocida que estaban atrapados en el ascensor y no podían salir de allí y ésta les prometió que volvería con ayuda. Tanto él como Jisung no mencionaron los besos mientras esperaban a que los sacaban del lugar, ni siquiera se dirigieron la palabra, de hecho, pero cuando las puertas del ascensor se abrieron y tuvieron que salir por el hueco que había quedado arriba, antes de pasar del todo de la planta, Jisung se lo subió a los hombros para ayudarlo a salir de allí y luego entre el conserje y el muchacho que los había escuchado y lo había avisado, ayudaron a Jisung a subir, tirando de él hasta sacarlo del ascensor. La experiencia de estar encerrados en aquel lugar había sido extraña, intensa, pero Taeyeob no sabía si decir que no había sido mala… quizás, tenía que consultarlo con la almohada para tomar una decisión, eso si es que era capaz de llegar a casa, porque en cuanto salieron de la facultad, Jisung lo llevó hasta una calle secundaria para volver a besarlo y Taeyeob se dejó llevar de nuevo, incapaz de resistirse a aquellos labios.

 

           

No hay comentarios:

Publicar un comentario