Título: I want you on top of me like cherry
Autora: Riz Aino
Pareja:
DongWoong (Jeon Woong + Kim DongHyun) (AB6IX)
Clasificación:
NC–17
Géneros:
AU, high school, romance, smut, pwp
Número de palabras:
2.813 palabras
Resumen:
DongHyun quiere demostrarle a Woong que él también lo quiere de una manera que
sabe perfectamente que le va a encantar al otro.
Advertencias:
relaciones sexuales explícitas entre “menores” (no son menores en la realidad,
pero en el fic son gente de instituto, de ahí las comillas).
Notas: esta historia
ha sido escrita para celebrar el Día Blanco, un día en el que aquellos que han
recibido cosas en San Valentín, demuestran su agradecimiento.
Comentario de autora:
tenía esta historia planeada (la parte del smut) desde el comeback de Cherry, pero
no me animé a escribirla hasta que no le añadí la intro y organicé un poco mis
ideas. Espero que os guste.
—Woong… —murmuró DongHyun, llamando la atención
de su amigo, que se encontraba hablando animadamente con la gente de su clase. Éste
se giró hacia él y le dedicó una sonrisa encantadora.
—Dime, DongHyun —le dijo.
—Mmmm… ¿podríamos hablar en privado un momento? —le
preguntó.
DongHyun se sentía muy nervioso y había tenido que
conjurar todo el coraje del mundo para hacer aquello. Sentía que su corazón se
le iba a salir de su pecho y lo único que quería era huir, correr en la
dirección contraria en la que Woong se encontraba y no parar hasta estar lo más
lejos posible del otro.
—Claro —contestó a su petición—. Chicos, vuelvo en un momento
—les dijo a sus amigos, levantándose de su pupitre—. ¿Vamos?
Una sonrisa encantadora apareció en el rostro de Woong y
DongHyun sintió que realmente se le salía el corazón del pecho, pero trató de
calmarse y después echó a andar, con el otro chico siguiéndolo, a través de los
pasillos del instituto. Las manos le sudaban, su cabeza no paraba de ir a toda
velocidad queriendo decir todas y cada una de las cosas que había pensado
durante el último mes y a la vez tratando de calmarse porque si no se calmaba
todo iba a salir muy mal. Había conseguido moverse al menos, salir de su clase
e ir hasta la de Woong, siendo aquel año el primero en el que estaban separados,
había conseguido también reunir el valor que le había costado acercarse al
chico para hacerle aquella pregunta… algo que, en otra ocasión, en otras
circunstancias, habría hecho de forma normal y mecánica, pero no aquel día y no
después de lo que había descubierto un mes atrás. Porque el 14 de febrero DongHyun
había llegado a clase antes de lo que era normal y había visto cómo Woong
dejaba en su taquilla algo, no había podido moverse hasta que el otro había
desaparecido y, cuando había recogido lo que le había dejado su amigo, lo que
se había encontrado había sido con una pequeña confesión de amor, chocolate y
una baraja de cartas con cerezas. DongHyun siempre había sentido cosas por su amigo,
pero nunca las había sentido tan fuerte como a raíz de aquel momento en el que
se dio cuenta de que sus sentimientos eran correspondidos. Desde ese día, había
planeado cuidadosamente lo que iba a hacer para demostrarle sus sentimientos a
Woong y, aunque estaba demasiado nervioso por aquello, no quería que los
nervios lo traicionaran. Había esperado hasta el 14 de marzo, hasta el Día
Blanco, para demostrarle que correspondía sus sentimientos, los que Woong le
había mostrado en San Valentín y ahora que el día había llegado, tenía que
hacerlo bien.
—¿Qué querías decirme? —le preguntó Woong
cuando llegaron a las escaleras de incendios del instituto, donde no había nadie
en esos momentos.
—Woong… —murmuró DongHyun, tragando saliva porque
la boca se le acababa de quedar seca y subiéndose las gafas por el puente de la
nariz—. Quería… quería decirte que… tú también me gustas… mucho… y que… quiero
tener una cita contigo…
Antes de que Woong pudiera responder nada, DongHyun sacó
de su bolsillo unas entradas que había comprado días atrás a una pista de
patinaje sobre ruedas, junto con una pequeña tableta de chocolate en la que
había una carta en la que había volcado todos sus sentimientos y se la tendió a
su amigo, cerrando sus ojos, nervioso, sintiendo cómo el corazón casi se le
salía por la boca de lo rápido que latía dentro de su pecho. Woong no dijo nada
durante unos segundos y durante ese tiempo DongHyun casi estuvo a punto de
tener un ataque, pero cuando las manos de su amigo tomaron las cosas que el
chico le había tendido, abrió sus ojos y lo miró, encontrándose con una sonrisa
cálida y llena de cariño que provocó que su corazón se parase de golpe durante unos
momentos.
—Creía que había sido demasiado sutil con la carta y con
los regalos y que no te habías dado cuenta de que era yo —comentó Woong,
cogiendo con una de sus manos los regalos que le había hecho y tomando con la
otra la mano de DongHyun, entrelazando sus dedos—, pero estabas esperando al
Día Blanco para hacerlo todo más romántico —DongHyun asintió. Quiso contestarle,
pero las palabras todavía no le salían, a pesar de que sus nervios se estaban
calmando poco a poco y ya no estaba a punto de darle un ataque allí mismo—. Me gustaría
mucho tener una cita contigo —le dijo—. Y también me gustaría mucho salir
contigo.
DongHyun sonrió, feliz y Woong
aprovechó para acercarse y darle un beso corto en sus labios, antes de
separarse de él y guardar todos sus regalos, diciéndole que debían de volver a
clase antes de que se acabara el descanso y DongHyun lo siguió, todavía con sus
manos unidas, a través de los pasillos del instituto, con su cabeza en una nube
durante el resto del día porque todo había salido perfecto y Woong era su
novio.
🍒
DongHyun había estado nervioso por
la cita del sábado siguiente, pero cuando el día llegó y se encontraron en la
pista de patinaje sobre ruedas, supo que no tenía por qué estarlo. Woong y él
habían sido amigos durante varios años y, aunque su relación hubiera cambiado
de ser amigos a ser novios, las cosas entre ellos no habían cambiado demasiado.
En el instituto habían estado como siempre, bromeando, jugando, encontrándose
en los descansos entre clase y haciendo el idiota, como siempre lo habían
hecho, con la diferencia que ahora se tomaban de las manos o se daban besos
cortos de vez en cuando, en los momentos en los que nadie los veía, cuando
estaban solos o incluso tentando a su suerte en lugares en los que alguien
podría pasar y pillarlos. Nada había cambiado, pero a la vez había cambiado
todo, y era extraño y confuso, pero cómodo y natural… y su cita fue de esa
manera también.
Habían ido juntos a mil y un sitios
diferentes a lo largo de su amistad y, de hecho, habían ido a aquella misma
pista el año anterior, en verano, un lugar que a ambos les había encantado, por
eso DongHyun lo había elegido como el lugar para su primera cita. Y la realidad
es que su cita no difirió demasiado de la vez anterior, siendo la diferencia
más acusada que mientras trataban de patinar, cogidos de las manos para no
caerse al suelo, entre juegos y resbalones, a veces se besaban, aprovechando el
anonimato del lugar, sus ropas de calle y el hecho de que ambos llevaban
lentillas en lugar de las habituales gafas que les cubrían medio rostro.
DongHyun se lo pasó en grande y por
la sonrisa de Woong, que no abandonó su rostro en ningún momento, el chico
estaba seguro de que éste también se lo había pasado genial, por eso, no quiso
que su cita terminara ahí y cuando el tiempo se les acabó en la pista, se
acercó a su chico mientras se quitaban los patines que habían alquilado y le
susurró al oído:
—¿Quieres venir a mi casa? Mis padres no están.
🍒
En esa época, las cerezas no estaban
de temporada, eran caras y no sabían tan bien como lo hacían un par de meses
más tarde, pero de camino a casa, DongHyun no había podido evitar parar en un
supermercado y comprar unas cerezas porque a Woong se le habían ido los ojos
detrás de la fruta y, en aquellos momentos, mientras ambos disfrutaban de las
cerezas, encerrados en su cuarto después de cenar un par de paquetes de ramen,
se alegraba de haber comprado aquellas cerezas porque cuando Woong se las
comía, ponía una cara de placer absoluto. DongHyun no iba a negar que en muchas
ocasiones había pensado hacer un montón de cosas con su amigo, muchísimo antes
de saber que sus sentimientos eran correspondidos, tras verlo comer cerezas. Siempre
había habido algo en él que se había despertado ante aquella simple visión y,
en esos momentos, ese algo, despertaba con demasiada fuerza.
Cuando DongHyun se tocaba, pensaba
en Woong, pensaba en su rostro cuando comía cerezas, pero su imaginación, sus
recuerdos, nunca eran tan vívidos como lo era la realidad y, ahora, que tenía
la verdadera oportunidad de hacer algo de verdad con él, DongHyun tenía
muchísimas ganas de aprovecharla. Le había propuesto a Woong que fueran a su
casa, sabiendo perfectamente que ese día no había nadie en casa porque sus
padres habían ido a pasar el fin de semana a casa de sus abuelos, por lo tanto,
no los iban a molestar y, si los molestaban porque hubiera pasado algo y
hubieran vuelto a la ciudad antes de hora, DongHyun había cerrado la puerta de
su habitación para darles algunos minutos más por si tenían que vestirse corriendo
o recoger las cosas. Woong había accedido a ir a su casa sabiendo que iban a
estar solos y sus ojos habían brillado de una forma que DongHyun nunca había
visto antes y eso lo había hecho sentir muchas esperanzas de que quizás algo
podría pasar entre ellos… pero la forma en la que se estaba comiendo las
cerezas hacía que DongHyun no quisiera otra cosa más que ver aquella expresión
mientras él lo tocaba, mientras él lo besaba, mientras él lo hacía morirse de
placer. Probablemente sería torpe, inexperto, y cometería demasiados errores
porque aquella sería su primera vez, pero DongHyun estaba dispuesto a
compartirla con Woong y, sobre todo, estaba dispuesto a que éste gimiera su nombre
con la misma expresión con la que se comía las dichosas cerezas.
Sin poder aguantarse, gateó sobre el
suelo hasta que la distancia ente ambos quedó en nada y, antes de que Woong
pudiera meterse otra cereza en la boca, atrapó sus labios con los suyos,
encontrando inmediatamente la respuesta del chico a su beso, que movió su boca
contra la suya y dejó que DongHyun le metiera la lengua, volviendo el beso
húmedo y descontrolado.
—Wow… —murmuró Woong contra sus labios cuando
se separaron lo justo para poder respirar—. No me esperaba esta intensidad para
nada…
—Es que… me estás tentando mientras te comes
las cerezas —respondió él, sin poder evitar decirle la verdad, alcanzando su
boca de nuevo para darle otro beso—. Necesitaba hacerlo…
—Me alegra que te sintieras tentado —comentó Woong,
devolviéndole el beso y dándole otro más, buscando su lengua, chupándola,
dejándolo sin aire de nuevo—. Porque te estaba tentando.
—Te odio —murmuró DongHyun.
—Eso es mentira… me quieres —replicó su chico,
profundizando aún más el beso entre ambos.
🍒
Su cama era pequeña, pero nunca
antes le había importado demasiado… al menos hasta aquel momento, mientras
maniobraba con Woong, entre besos, entre risas y con demasiados nervios,
tratando de desnudarse el uno al otro. Realmente en aquellos momentos tampoco
le importaba demasiado que la cama fuera enana, porque de aquella forma podría
estar mucho más pegado a Woong que nunca, pero ya se había dado varios codazos
contra la pared y sabía a la perfección que le iban a salir unos moratones
bastante grandes, además del dolor intenso, pero corto que sentía cada vez que
se pegaba. No obstante, cada vez que escuchaba la leve risa de Woong cuando se
daba contra la pared, hacía que se le olvidara todo y que se enfocara en el
chico ante él, a quien había visto en muchas ocasiones con poca ropa, pero con
quien nunca había estado en aquella situación nunca antes. Y el chico bajo él
estaba colorado de pies a cabeza, su cuerpo ardía y apenas podía respirar
correctamente… DongHyun estaba de la misma manera, además de excitado y
necesitado, nervioso, porque era su primera vez y no sabía si estaba haciendo
las cosas bien o no. tocaba y besaba por instinto y aquello que hacía que a
Woong se le cortara la respiración o jadeara, lo volvía a hacer, tentativo,
tratando de hacerlo experimentar placer.
DongHyun había visto porno, como
cualquier adolescente de dieciocho años, lo había visto y siempre había querido
intentar hacerle una felación a alguien, siempre lo había querido intentar con
Woong, de hecho, y ahora que tenía su oportunidad, no la quería desaprovechar,
así que, en el momento en el que le quitó los calzoncillos al otro y vio su
miembro comenzando a ponerse duro contra su estómago, no pudo evitar inclinar
su cabeza y buscarlo con su boca. Besándolo primero, lamiéndolo después,
arrancando gemidos profundos e intensos de los labios de Woong. DongHyun volvió
a hacerlo, una y otra vez, sin querer apartar sus ojos del rostro lleno de
placer del otro, sus expresiones eran exquisitas, mucho mejores que aquellas
que aparecían en éste cuando se comía las cerezas y DongHyun no pudo evitar
sentirse orgulloso porque aquello lo estaba haciendo él, lo estaba provocando
él. Era más de lo que había esperado conseguir con su inexperiencia, pero estaba
realmente encantado con lo que había conseguido y trató de seguir un poco más,
trató de hacer algo más, queriendo meterse el miembro de Woong en su boca,
colmándolo de placer, pero su chico no lo dejó llegar más lejos.
—Para… ahhh… para… —le pidió y DongHyun le hizo
caso, alejándose de él, nervioso por si había hecho algo que Woong no quisiera—.
Dios… tienes una boca increíble, pero quiero correrme de otra forma… no quiero
hacerlo en tu boca la primera vez… —todo el nerviosismo de
DongHyun salió de su cuerpo en ese momento y no pudo evitar sonreír porque a
Woong le había gustado lo que le había hecho, lo había disfrutado y solo lo
había detenido porque quería hacerlo de otra forma—. Quiero que los dos
disfrutemos ahora…
Woong le pidió entonces que ocupara
su posición, que se pusiera sobre la cama, tumbado de espaldas y le quitó los
calzoncillos. Su miembro estaba muy duro, no lo había tocado más que cuando
había estado rozándose contra la entrepierna de Woong antes, mientras se
besaban, demasiado acelerados y calientes como para quedarse quietos. Sintió vergüenza
y excitación cuando su chico se sentó sobre él, con sus rodillas a cada lado de
sus caderas y, sobre todo, sintió que iba a estallar en el momento en el que
sus miembros se rozaron, ahora ya sin nada de por medio, solo éstos, calientes,
duros, rozándose el uno con el otro. Si a DongHyun le había encantado tener a
Woong bajo él, haciéndolo gemir, en aquellos momentos estaba realmente
enamorado de la forma en la que el chico se movía sobre él, con sus manos sobre
su pecho para sujetarse, meneando sus caderas, aplicando fuerza y presión en sus
miembros con cada movimiento. Era una visión espectacular. Su flequillo
pegándosele a la frente por el sudor, sus ojos velados por el placer, su cuerpo
temblando con cada roce de sus miembros… era lo más erótico y precioso que
DongHyun había visto nunca y no tardó en llegar al clímax bajo él, Woong
corriéndose prácticamente después, ambos manchando sus estómagos de semen.
Aquel orgasmo fue el más increíble
que DongHyun había tenido en toda su vida. Intenso, tan intenso que demasiadas
oleadas de placer recorrieron su sistema nervioso de arriba abajo hasta que su
cuerpo se quedó completamente laxo mientras trataba de recuperar la
respiración. Woong acabó dejándose caer sobre su cuerpo, cansado, derrotado, su
cabeza descansando sobre su pecho, también sin aire y temblando todavía por el
orgasmo, abrazándose a él como si fuera lo único que lo mantuviera a flote. Aquello
era mucho más de lo que DongHyun había imaginado que sería y no podía creerse que
lo acabara de experimentar junto a Woong, pero en aquellos momentos era la
persona más feliz del mundo, incluso pegajoso de sudor, incluso manchado de
semen, porque estaba junto a Woong y porque junto a él se había sentido
increíble.
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