Título: Angelic smile
Autora: Riz Aino
Pareja: IHan (Ivan + JaHan) (KINGDOM)
Clasificación: PG
Géneros: AU, high school, romance, fluff
Número de palabras: 1.012 palabras
Resumen: en sus dieciocho años de vida, JiHun nunca le
había dedicado mucho tiempo a pensar en el amor… pero desde que YooSung
apareció ante él, con su angelical sonrisa, no puede dejar de pensar en ello.
Notas: esta idea estaba en mi ordenador desde hacía milenios y en
mi búsqueda y resucitado de ideas, esta apareció ante mí y solo pude pensar en
hacerla.
Comentario de autora: todo KINGDOM trata de forma super dulce
a Ivan, pero JaHan lo trata aún más dulce y a mí me duele el corazoncito porque
son super cuchis. Espero que os guste.
Angelic
smile
JiHun nunca le había echado
demasiadas cuentas al amor, realmente, en sus dieciocho años de vida nunca le
había dedicado mucho tiempo a pensar en el amor porque siempre había tenido
otras cosas mucho más importantes en su mente, primero los estudios para no decepcionar
a su familia, que siempre le habían dicho que los estudios tenían que ser su
absoluta prioridad, y segundo, el club de lectura al que se había apuntado en
el instituto, una actividad tranquila que le gustaba porque lo dejaba leer
todos los libros que quería, además de hacer pequeños debates sobre aquellos
que leían para el club. JiHun no había tenido realmente tiempo material para
pensar en nada que no fuera aquello y, sobre todo, no había tenido tiempo para
dedicarse a pensar en el amor más que para hacer sus pequeñas reflexiones de
los libros de romance que a veces tenía que leer. Pero desde que YooSung había
aparecido ante él, con su angelical sonrisa, JiHun no ha podido dejar de pensar
en el chico y, sobre todo, en el amor.
YooSung había llegado a su clase
aquel año a mitad de curso, más alto que cualquiera de todos los estudiantes de
aquel colegio para chicos, más tímido que nadie que JiHun hubiera conocido
nunca antes y con una sonrisa que podía iluminar el mundo perfectamente. Su
corazón había latido rápidamente dentro de su pecho desde el mismo instante en
el que lo había visto entrar a la clase, cuando el profesor lo había llamado
para que se presentara ante los que iban a ser sus nuevos compañeros de clase…
y no había parado de latir rápidamente desde ese momento cada vez que sus
miradas se encontraban en la habitación o cuando hablaban. JiHun no le habría
echado demasiadas cuentas si sus interacciones con YooSung hubieran sido
limitadas, de la misma forma que lo eran con la mayoría de sus compañeros de
clase o del club de lectura, pero su mejor amigo SeungJun había decidido que
podían adoptarlo y el chico, aunque tímidamente, se había ido adaptando a sus
dinámicas y se había ido integrando entre ellos dos, como si siempre hubiera
estado allí, haciendo de aquella forma que JiHun no pudiera dejar de pensar en
él y no dejara de pensar en el amor tampoco.
Porque JiHun había leído bastante
del amor y probablemente sabía mucho más de la teoría de lo que nunca podrían
saber el resto de sus compañeros de clase, pero la teoría, lo que había leído
en todos los libros, no le servía más que para tener una aproximación a sus
sentimientos y saber identificarlos. De esa forma, lo único que sabía era que
se había enamorado de YooSung, sin remedio, además, porque tenía todos los
síntomas que los libros describían, uno tras otro. Porque JiHun sentía que el
corazón se le salía del pecho cuando veía a YooSung sonreír, porque era la
primera persona que ubicaba, aunque fuera sin querer, cuando entraba a una
habitación, porque solo tenía su cabeza llena de él, de su voz suave y
cantarina y de la forma en la que sus ojos se perdían cuando se reía a
carcajadas y, sobre todo, porque se sentía nervioso cuando estaba a su lado,
las manos le sudaban y se le cogía un nudo en el estómago cuando YooSung se
acercaba a él tanto que podía oler la colonia fresca que el otro utilizaba.
JiHun sabía a la perfección que se había enamorado porque tenía toda esa
información, pero no sabía cómo podía enfrentarse a aquello porque no tenía
ninguna experiencia en el amor y porque nunca le había preocupado realmente no
tenerla —e
incluso enamorado del chico, JiHun trató de obviar aquellos sentimientos porque
lo primero siempre habían sido sus estudios—. Pero YooSung
comenzó a sentirse cómodo con él y comenzó a acercarse mucho más a él, comenzó
a cogerlo de la mano cuando no se lo esperaba, comenzó echar su cabeza en su
hombro cuando leía para ver qué era lo que estaba leyendo o simplemente lo
miraba y le sonreía de una forma dulce, tan dulce y cálida que JiHun sentía que
se derretía bajo aquellas sonrisas, esas que se había dado cuenta que solo le
dedicaba a él.
Fue entonces cuando JiHun decidió que
quizás debía de reorganizar un poco sus prioridades en su vida y hacerle un
poco de espacio al amor en ésta, un hueco lo suficientemente grande para que
YooSung cupiera sin ningún problema, un hueco que estaba completamente seguro
de que el chico acabaría haciendo cada vez más grande y que se adaptaría
rápidamente a cada situación de su vida. Y JiHun también decidió poner en
práctica todo lo que había aprendido en los libros sobre el amor, poner la
teoría en práctica, confesándole a YooSung lo que sentía por él, confesándole
que le gustaba, obteniendo por parte del otro una sonrisa angelical antes de
lanzarse a sus brazos, diciéndole que él también replicaba sus sentimientos… y,
aunque JiHun sabía perfectamente que el amor no era nada fácil y que la
práctica era muchísimo más complicada que la teoría, quería intentar que el
amor ocupara aquel lugar en su vida y descubrir junto a YooSung cómo era el
amor viviéndolo de primera mano en lugar de simplemente leyéndolo en los
libros.
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