Título: Absolutely yours
Autora: Riz Aino
Pareja: LouJin (MuJin + Louis) (KINGDOM)
Clasificación: NC–17
Géneros: AU, historical, romance, drama, fluff, smut,
pwp
Número de palabras: 1.113 palabras
Resumen: SungHo se entrega en cuerpo y alma a DongSik
porque es absoluta y totalmente suyo.
Advertencias: relaciones sexuales
explícitas.
Notas: esta es otra idea que llevaba vagando por mi ordenador
bastante tiempo y tras darle un pequeño lavado de cara y cambiar el ship, acabé
sacándola.
Comentario de autora: al escribir la historia estuve
escuchando Distance de CLC y creo le ha dado un toque maravilloso al
sentimiento. Espero que os guste.
Absolutely
yours
SungHo no pudo evitar la enorme
sonrisa que apareció en sus labios en el momento en el que DongSik apareció
ante él, deteniendo su caballo justo a su lado y tendiéndole la mano para
ayudarlo a subirse. Con cuidado y poca práctica, SungHo se subió al caballo,
delante del chico, sintiendo de inmediato sus brazos rodeando su cintura para
coger las riendas del animal. Se encajó perfectamente allí y pegó su espalda al
pecho de DongSik para equilibrarse y el otro chico no tardó más que unos
segundos en indicarle al caballo que empezara a moverse de nuevo. Todavía estaba
oscuro mientras avanzaban a través del follaje del bosque, pero el menor conocía
el camino que debían de tomar a la perfección y SungHo no tenía miedo a
perderse… realmente, no tenía ningún miedo ahora que estaba con DongSik, ahora
que iba a estar con él para siempre, lejos de todo, lejos de aquellos que
querían hacerles daño. Ahora que ambos iban a estar juntos, SungHo no le tenía
miedo al camino que tenían ante ellos, al futuro que pudieran enfrentarse.
Estuvieron varios días de viaje, con
mucho frío, demasiadas horas sobre el caballo, apenas parando para comer y
dormir algunas horas antes de seguir. No sabían si los habían seguido o si los
iban a echar de menos pronto, por lo que llegar a su destino había sido la
prioridad y ahora que estaban allí, ahora que por fin habían llegado a una
pequeña casita, lejos de todo, donde nadie los podría encontrar, SungHo se
sentía más feliz de lo que nunca antes lo había sido. Había sido duro, tanto el
viaje como tomar la decisión de dejarlo todo atrás, su familia, su prestigio,
por huir con la persona que amaba, pero nunca habría podido casarse con la
pobre chica que sus padres habían buscado para él, nunca habría podido estar lejos
de DongSik cuando lo único que siempre había querido era acortar la distancia
entre ellos al mínimo, dejar que sus cuerpos se fundieran en uno solo y
entregarse a él en cuerpo y alma. Porque SungHo amaba a DongSik como nunca
había amado a nadie y como nunca amaría a nadie más.
~
La noche ya había caído sobre ellos cuando
ambos despertaron después de descansar varias horas, solo la luz de una vela
que se consumía poco a poco iluminaba la pequeña habitación en la que se
encontraban, tumbados bajo las mantas, muy juntos, tratando de que el calor no
se escapara, mirándose a los ojos fijamente bajo aquella luz anaranjada. Estaban
doloridos por el viaje y algo cansados todavía, pero el sueño no volvía a
acudir a ellos y SungHo sabía perfectamente que se debía a la tensión que había
entre ambos, aquella tensión que había estado allí desde el primer momento,
cuando se habían conocido en una celebración a la que habían acudido las familias
más importantes del reino. Se habían conocido aquel día y, debido a que tenían
una edad similar, habían congeniado casi al instante… o eso era lo que habían
pensado sus familias. La realidad había sido bastante diferente, la realidad
había contado con un beso desesperado en un rincón oscuro del patio trasero de
la casa, escondidos de la vista de todos, un beso que los había hecho sentir
increíblemente bien y un beso que los había llevado a comenzar a verse casi
cada día, poniendo una excusa tras otra para hacerlo, excusas para poder
encontrarse a solas, a escondidas, para besarse, para tocarse, para desatar
toda su lujuria, para experimentar y ser sus primeras de muchas en todo. En sus
encuentros eran sinceros, se habían prometido el sol, la luna y las estrellas
porque su amor era más intenso y más profundo que nada de lo que habían sentido
hasta el momento y SungHo no había dudado en entregarse a él, en decirle que
sería absoluta y totalmente suyo, sin reservas, y DongSik había respondido lo
mismo. A pesar de que el tiempo había pasado, a pesar de que habían tenido que
superar algunas dificultades juntos, a pesar de que habían tenido que huir y
dejarlo todo atrás, la tensión seguía estando allí, ese amor infinito y ese
deseo salvaje por el otro.
Y fue SungHo quien salvó la escasa
distancia que los separaba para besar los labios de DongSik a pesar de que por
lo general siempre era el menor quien se acercaba primero a él, tomándolos de
una forma lenta, pausada, saboreando totalmente su boca, sin ninguna prisa
porque tenían toda la noche por delante, sin ninguna prisa porque a partir de
ese día tendrían todo el tiempo del mundo para hacer aquello, sin miedo a ser
descubiertos, solo disfrutando el uno del otro. DongSik respondió al beso de la
misma forma y sus manos comenzaron a tocar, tocar levemente por encima del
hanbok primero, por debajo de las capas de ropa después, lentamente retirando
todas sus prendas, entre besos, entre caricias, entre “te quieros” murmurados,
entre gemidos que empezaron tímidos, casi sin fuerza, jadeos ahogados que no
estaban acostumbrados a dejar escapar, pero que se volvieron intensos poco
después. Se habían visto desnudos en infinidad de ocasiones, se habían tocado y
besado cada parte de sus cuerpos y habían alcanzado el orgasmo en infinidad de
ocasiones, pero nunca habían saboreado de verdad el momento, nunca se habían
dedicado por completo a hacer sentir bien al otro y nunca habían podido explorar
con detenimiento cada espacio de sus cuerpos, pintando una y otra vez los
lienzos en blanco que éstos eran de color morado. Y, en aquella noche apenas
iluminada por la tenue luz de una vela que poco a poco se consumía, ambos se
tocaron y se entregaron el uno al otro como nunca antes lo habían hecho, SungHo
dejando que DongSik entrara profundamente en él, convirtiendo sus cuerpos en
uno solo, fusionándose con él hasta que les sobrevino el orgasmo y los dejó
completamente rendidos, abrazados el uno al otro con el silencio y la soledad
de su nuevo hogar como testigos de su amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario