domingo, 6 de marzo de 2022

[One Shot] History of KINGDOM (part I): Under the new moon {ChiHan}

Título: Under the new moon

Autora: Riz Aino

Pareja: ChiHan (JaHan + ChiWoo) (KINGDOM)

Clasificación: PG

Géneros: AU, historical, romance, fluff, light drama

Número de palabras: 1.300 palabras

Resumen: escondidos bajo la protección que la luna nueva les proporciona JiHun y SeungJun se encuentran el uno al otro.

Notas: cualquier aclaración histórica necesaria será proporcionada en las notas finales para que la historia pueda ser entendida en su totalidad.

Comentario de autora: con las ganas y el hype que tenía mientras esperaba el hok4 y el concepto histórico coreano decidí que tenía que escribir algo usando como referencia la historia coreana. Espero que os guste.

 

Under the new moon

 

            Había veces en las que JiHun pensaba que las pequeñas escapadas que realizaba al abrigo de la noche, cuando solo la luz de las estrellas eran las que se encargaban de iluminar levemente su camino y bajo la protección que la luna nueva la proporcionaba, iban a acabar siendo descubiertas por sus señores y él iba a acabar siendo ajusticiado. JiHun sentía miedo por él mismo, pero sentía, sobre todo, miedo por SeungJun, miedo por el joven señor de otra familia, una de las familias con las que más contacto y negocio tenía la familia para la que servía, que se encontraba con él en aquellas oscuras noches sin luna. Había tenido miedo antes de que el joven señor le propusiera aquellos encuentros nocturnos, por lo que le pudiera pasar a éste, miedo por si los descubrían y no encontraban ninguna forma de justificar sus encuentros y SeungJun acabara siendo castigado de alguna forma también… y había tenido mucho miedo antes de eso, cuando el joven señor había aparecido por primera vez en la casa de sus señores y le había dedicado una amplia sonrisa con una pizca de picardía. JiHun se había enamorado casi al instante y había sentido miedo primero por si el joven señor se enteraba y, más tarde, cuando éste se había acercado a él y le había pedido mucho más de lo que JiHun merecía, había temido que alguno de los dos saliera herido. Pero, a pesar de que tenía miedo, de que seguía teniendo mucho miedo por ambos, no podía dejar de acudir a aquellas citas nocturnas para poder pasar tiempo con él, sin que nadie los viera, sin que nadie los pudiera juzgar, sin que nadie los pudiera separar. JiHun sabía perfectamente que, en algún momento, sus encuentros se acabarían, por unos motivos o por otros y, a pesar del miedo que no podía dejar de sentir, sabía que aquellos momentos en mitad de la noche que pasaba junto a él no volverían a repetirse, por lo que los disfrutaba como nunca había disfrutado nada en su vida como esclavo… y quería ser egoísta. Quería ser egoísta a pesar del miedo porque por una vez en su vida sentía algo, por una vez en su vida quería algo y necesitaba algo y, aunque no pudiera ser suyo, aunque no pudiera pertenecerle y aunque solo pudiera disfrutar de SeungJun durante un tiempo limitado, no quería perderlo y solo podía ir a su encuentro y rezar porque aquellos momentos duraran el máximo tiempo posible.

 

            JiHun acabó llegando al lugar de encuentro de aquella noche y no pudo evitar que una sonrisa se extendiera en su rostro cuando vio a SeungJun subido en el columpio, con sus brazos abiertos en cruz, agarrando con fuerza las cuerdas y balanceándose lentamente con los pies bien anclados en la tabla de madera. El movimiento provocaba que la enorme rama del árbol al cual estaba anclado el columpio crujiera levemente, pero no lo suficiente como para que supusiera un peligro para la seguridad del joven señor. Las cuerdas eran cambiadas periódicamente y la rama de aquel enorme árbol era cada vez más gruesa y gozaba de gran salud, por lo que no tenía de qué preocuparse.

 

            —JiHun —lo llamó SeungJun en cuanto lo vio, deteniendo el balanceo y dedicándole una sonrisa amplia—. Sube conmigo.

 

            JiHun lo pensó durante unos momentos, mientras el columpio terminaba de balancearse levemente, y después acabó asintiendo y subiéndose a la tabla de pie junto a SeungJun. Tuvieron que equilibrarse un poco para poder quedarse estabilizados sobre ésta, sus cuerpos prácticamente pegados el uno al otro, antes de comenzar con un leve balanceo. JiHun contuvo la respiración durante unos momentos porque nunca habían estado tan cerca el uno del otro, pero una vez escuchó la risa clara del joven señor contra su oreja, no pudo evitar esbozar una sonrisa. SeungJun se lo estaba pasando en grande y él también estaba disfrutando del balanceo y de estar junto a él de aquella forma.

 

            —Siempre había querido hacer esto contigo —le dijo SeungJun—. Pero no podemos hacerlo durante el día y en otras noches el punto de encuentro eran otros lugares diferentes.

 

            JiHun movió su cabeza levemente, coincidiendo con aquello. Siempre se encontraban en diferentes puntos de la ciudad, siempre alejados de las casas, de cualquier punto de vigilancia desde el cual los pudieran divisar y no repetían dos lunas nuevas seguidas el mismo lugar. Cada vez se encontraban en un espacio diferente y cada vez hacían una cosa diferente con las estrellas como su único testigo. Nunca antes se habían acercado tanto a la ciudad como en esa ocasión, junto a aquel columpio, pero SeungJun había comentado que quería ir a aquel lugar esa noche y JiHun no había puesto ninguna pega al respecto porque adoraba ver la expresión de felicidad en el rostro del joven señor.

 

            —Dentro de unos pocos días será el Dano y el columpio estará plagado de chicas y de parejas y yo quería hacer lo mismo contigo —comentó SeungJun, provocando que el corazón de JiHun latiera rápidamente dentro de su pecho—, pero como no podemos hacerlo cuando todos miran, ¿qué mejor que hacerlo por la noche cuando no hay ni un alma?

 

            JiHun se sintió inmensamente feliz y no pudo evitar mover un poco su cuerpo para tratar de encarar a SeungJun y así ver el rostro de alabastro del joven señor. Entre la oscuridad reinante y la débil luz de las estrellas y la sobra que ejercía el árbol, su rostro parecía aún más hermoso de lo que lo era siempre y JiHun no pudo evitar unir sus labios en un corto y suave beso, un contacto que sabía perfectamente que no debía de haber iniciado porque los labios del joven señor eran demasiado importantes como para que él los mancillara de aquella forma, pero no había podido evitarlo y cuando se separó de SeungJun y vio que una encantadora sonrisa se había dibujado en su boca, sintió que aquello tampoco le importaba. Había dejado de hacer lo correcto, lo que se esperaba de él, de alguien de su clase, en el momento en el que se había enamorado del otro chico, por lo que, a pesar de todo lo que pudiera ocurrir en el futuro y los miedos que esto le inspirara, JiHun no iba a contenerse de ser feliz y disfrutar de los labios de SeungJun cada vez que el otro lo dejara.

 

            Y bajo el cielo plagado de estrellas de la luna nueva, balanceándose sobre el columpio levemente, con la oscuridad como testigo, compartieron esa noche uno y mil besos más.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

—Primero y principal, el sistema económico y social de Corea (Joseon) estaba basado en un modelo de esclavitud en el que, obviamente, los esclavos no tenían derechos y, mucho menos, tenían el derecho de enamorarse de un señor.

—Segundo, Dano (Suritnal) es una festividad que se celebra el día cinco del mes lunar cinco, en esta festividad había juegos y competiciones y las jóvenes solteras o las parejas solían balancearse en los columpios. Para saber más sobre ambas cosas, pinchad aquí y aquí.

 

 


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