Título: Of Love and Learning (I’m here for you)
Autora:
Riz Aino
Pareja:
WookSung (Love + Nine) (OnlyOneOf)
Clasificación:
NC–17
Géneros:
AU, romance, fluff, smut, pwp
Número de palabras:
3.388 palabras
Resumen:
WookJin todavía tiene mucho que aprender sobre JiSung, pero con cada cosa nueva
que comprende, se enamora más y más de él.
Advertencias:
un pequeño ataque de pánico y relaciones sexuales explícitas.
Notas: esta historia
fue escrita por un tweet viral que me apareció una vez sobre alguien que decía
calmar a su novio después de sus pesadillas comiéndosela.
Comentario de autora:
quería escribir algo quizás un poco diferente, pero que igual retratara a estos
dos idiotas y su “relación”. Espero que os guste.
Of Love and Learning (I’m
here for you)
WookJin llevaba conociendo a JiSung cinco años y habían
comenzado a salir hacía poco más de dos años atrás. Hacía tan solo tres semanas
que se habían mudado a un pequeño apartamento juntos, queriendo empezar a tener
una nueva vida el uno con el otro más allá de las citas, los fines de semana en
sus antiguos pisos o las noches en las que dormían poco por pasarlas juntos. La
decisión había sido difícil de tomar y habían tardado algunos meses en ponerse
de acuerdo en cada cosa que debían de hacer, cada cosa que debían preparar,
cada forma de arreglarlo todo. Se querían mucho, demasiado, pero también eran
dos personas muy diferentes que empezaban una nueva vida en común y tenían que
pensar en ambos y no solo en uno mismo como habían estado haciendo hasta el momento.
Había sido duro. Habían pasado por momentos en los que WookJin casi había
pensado en tirar la toalla. Pero esos momentos solo lo habían hecho más fuerte
y solo lo habían hecho creer más firmemente en su amor por JiSung, porque a
pesar de las discusiones por cada nimia cosa que aparecía en su camino, a pesar
del estrés de la búsqueda de piso y del dolor de todos sus músculos por la
mudanza, a pesar de todo lo malo que pudieran encontrarse, quería a JiSung como
no había querido a nadie en este mundo. Porque JiSung podía ser cabezota, pero
también sabía reconocer cuando estaba equivocado y podía tener uno y mil
miedos, demasiadas cosas que pasaban por su cabeza, pero también sabía que
WookJin estaría allí con él para ayudarlo y para recordarle que lo quería y que
si lo necesitaba solo tenía que alargar su mano y buscarlo.
WookJin llevaba cinco años conociendo a JiSung y solo
tres semanas viviendo con él y todavía tenía muchísimo que aprender de su
novio. Todavía tenía demasiadas cosas que comprender sobre él, pero con cada
cosa que aprendía, con cada cosa que llegaba a entender de él, WookJin se
enamoraba más y más de JiSung.
Algo que WookJin no había sabido hasta que no había
comenzado a convivir con JiSung esas semanas, era que los problemas que tenía
para dormir, las pesadillas, eran recurrentes y apenas lo dejaban descansar,
algo que hacía que el mayor tuviera que depender del café —de tomar varios
cafés— durante el día para poder cumplir con su jornada laboral. El menor
sabía, de las noches que habían pasado juntos, que a veces no dormía bien y
JiSung le había comentado que no era siempre, que solo le pasaba cuando tenía
demasiadas cosas en la cabeza, probablemente para no preocuparlo. No obstante,
al vivir con él esas semanas, había descubierto que la realidad era más bien
otra, que el mayor nunca dormía bien, de hecho, era raro que una noche durmiera
sin despertarse varias veces o desvelarse por completo en mitad de la noche y
no poder volver a dormir de nuevo. WookJin, por lo general, cuando dormía,
podía dormir toda la noche sin que absolutamente nada lo perturbara, podía
pasar un tifón por encima o un terremoto sacudir la ciudad y no se despertaría…
y muchas de las veces ni siquiera se daba cuenta de que JiSung no dormía a su
lado, pero había algunas ocasiones en las que las recurrentes pesadillas eran
demasiado intensas e incluso él acababa despertándose a pesar de que el mayor
tratara por todos los medios de calmarse solo y de no molestarlo en absoluto
para que siguiera durmiendo.
JiSung, después de muchos años durmiendo mal no había
dado con la solución a aquel problema. Aquello era lo que le había contado una
noche que se había desvelado y que WookJin había acabado pasando también
despierto a su lado. Había ido a varios médicos, había tratado varios
tratamientos y había ido al psicólogo… nada le había funcionado y solo dormía
bien cuando llegaba un punto en el que estaba tan agotado física y mentalmente
que su cuerpo no podía más y su mente ni siquiera le mandaba sueños. Eran muy
pocas noches al mes, JiSung cada día parecía más agotado debido a aquello y
WookJin se recriminaba por no haberse dado cuenta antes de que su novio le
guardaba un secreto como aquel, tan importante y que le hacía tanto daño. Podía
entender perfectamente que el mayor no se lo hubiera querido contar para no
preocuparlo, pero el chico creía que había ido aprendiendo las cosas más
importantes de la vida de JiSung, descubriéndolas y enamorándose mucho más de
cada pequeña faceta de la persona que más quería en el mundo. Le dolía que no
hubiera sido de esa forma y lo único que quería era ayudar a JiSung, ayudarlo a
sentirse bien, a descansar bien, a que su vida fuera un poco menos dura debido
a las pocas horas que podía dormir, por eso, en las tres semanas que llevaban
viviendo juntos, había tratado de encontrar una forma en la que JiSung durmiera
lo que necesitaba y descansara todo lo que debía.
Había tardado un tiempo en establecer una pauta con las
veces en las que JiSung dormía bien, sobre todo, porque él a veces no se
despertaba cuando lo hacía el mayor, pero se dio cuenta de que además de
descansar bien los días en los que estaba terriblemente agotado, también lo
solía hacer después de que se acostasen juntos. Aquello también podía contar
como agotamiento físico, porque después de tener sexo, ambos acababan
completamente rendidos, pero había otras veces en las que no se movían tanto,
en las que no se agotaban tanto físicamente, veces en las que simplemente se
tocaban un poco con la ropa mal colocada, se besaban una y otra vez y acababan
alcanzando el orgasmo entre los dedos del otro, limpiándose y quedándose
dormidos el uno sobre el otro, besándose con languidez como si el tiempo no
corriera. En esas noches en las que realmente no hacían ningún esfuerzo físico,
JiSung también se quedaba dormido y no solía despertarse, por lo que WookJin
pensó que quizás el placer también lo drenaba totalmente y hacía que fuera
incapaz de despertarse por las pesadillas, durmiendo bien enroscado en sus brazos.
No era una teoría científica y no tenía realmente ninguna
base, pero la pequeña observación que había hecho aquellos días lo había hecho
llegar a aquella conclusión y WookJin sabía que ponerla en práctica no iba a
hacer daño tampoco. No era nada malo que se acostaran juntos o que se tocaran
un poco por las noches antes de dormir, de hecho, aunque se pudiera convertir
en una rutina, el chico no creía que ni a él ni a JiSung les importase; no
obstante, quiso primero hablarlo con JiSung porque tenía que tener su
consentimiento en ese asunto también… aunque quizás el momento en el que se lo
comentó no fue el más indicado porque el mayor le escupió la cena en la cara.
—Lo siento, WookJinnie, lo siento —le dijo, ayudando a
limpiarse con una servilleta los restos de comida—. Lo siento, es que no me
esperaba para nada el giro de esta conversación, entiéndelo.
—Lo entiendo, hyung, no te preocupes —respondió. Lo
entendía a la perfección porque no era un acercamiento bastante común al
problema, pero era un intento de solución a él—. Sé que no es lo más normal del
mundo que te proponga que tengamos sexo todas las noches para comprobar si te
quedas dormido sin problemas y sin pesadillas por el placer del orgasmo y que
incluso parece que me quiera aprovecha de ti, pero solo quiero ayudar.
—Lo sé, cariño, lo sé —JiSung acarició su mejilla con
infinito cariño y WookJin cerró los ojos ante aquel contacto—. Sé que solo
intentas ayudar y la verdad es que no me importa tratarlo. He probado un montón
de cosas y nada ha funcionado, no sé si esto funcionará o no tampoco, pero no
perdemos nada por intentarlo —WookJin abrió los ojos, encontrándose con una
sonrisa encantadora en el rostro de JiSung y no pudo evitar replicar la
expresión en el suyo—. Y… lo siento… —añadió el mayor, dejándolo un poco
confuso porque ya se había disculpado antes por haberle escupido la cena a la
cara.
—¿Por qué? —preguntó.
—Por no haberte dicho nada sobre esto y haberle quitado
importancia cuando descubriste que cuando a veces me quedaba contigo no dormía
bien —le dijo—. Tenía que haber sido un poco más sincero, pero no quería que te
preocuparas por mí más de lo que ya lo haces.
—No tienes por qué disculparte por eso, hyung —le dijo y,
esa vez, fue él quien alargó su mano para rozar con las yemas de sus dedos la
mejilla del mayor, provocando que éste sonriera por el contacto—. Me gusta ir
descubriendo poco a poco todo de ti, aprendiendo sobre ti y queriéndote más con
cada cosa que me muestras.
—Zalamero —replicó JiSung, haciéndolo reír.
La conversación sobre aquel tema quedó allí aparcada esa
noche, ambos volviendo a cenar y viendo un capítulo de una serie que llevaban
bastante tiempo queriendo ver juntos antes de dormir. Esa noche WookJin no puso
en práctica su idea porque se quedó profundamente dormido en brazos de JiSung
antes incluso de que terminara el capítulo, demasiado cansado de su día, pero
esperó que el mayor, cansado también por la intensa jornada que había tenido en
el trabajo aquel día, durmiera a pierna suelta sin tener que intervenir. No
obstante, su deseo no se hizo realidad porque a mitad de la noche, sintió cómo
su cuerpo vibraba, cómo JiSung se movía contra el y, todavía más dormido que
despierto, lo escuchó gritar. En ese momento, WookJin abrió sus ojos y trató de
despertar a JiSung, que se retorcía sobre el colchón y parecía estar sufriendo
en la pesadilla que estaba teniendo.
—Hyung, hyung, hyung —lo llamó, zarandeándolo para
despertarlo—. Por favor, hyung, despierta.
Le costó un poco hacer que JiSung abriera los ojos y
dejara de retorcerse sobre la cama, saliendo de la pesadilla y volviendo al
mundo real, respirando de forma entrecortada y con una fina capa de sudor en su
frente, haciendo que su flequillo se le pegara a ésta. Sus ojos todavía
tardaron bastante más en volver a la realidad, pareciendo seguir viendo una y
otra vez lo que había pasado en la pesadilla que lo había despertado, pero
WookJin lo acunó entre sus brazos y acarició su cuerpo levemente, su torso, sus
brazos, su rostro, susurrándole cosas al oído para tratar de calmarlo y
devolverlo del todo a la realidad, junto a él, para que dejara de pensar en la
pesadilla que había tenido y que debía de haber sido especialmente perturbadora
porque esa noche se había despertado de una forma muy intensa, había luchado
contra la pesadilla y no se podía calmar solo.
—Hyung, estoy aquí contigo —murmuró contra su oreja,
dejando un leve beso después sobre su mejilla—. Estoy aquí y no me voy a ir,
puedes aferrarte a mí. Estoy aquí. No me voy a ir. Estoy aquí, hyung.
Otras noches cuando había pasado algo similar a aquello,
WookJin había conseguido traer de vuelta a JiSung de esa forma, susurrándole
cosas, dándole besos, haciéndole entender que no estaba solo y que fuera de sus
pesadillas estaba allí para protegerlo y quererlo, pero ese día no estaba
funcionando porque JiSung seguía respirando entrecortado y no volvía totalmente
a la realidad, demasiado angustiado por la pesadilla que acababa de tener, por
lo que al final WookJin decidió poner en marcha lo que había pensado que podía
funcionar. Dejó de acunar a JiSung entre sus brazos y se metió bajo las
sábanas, dejando besos en el torso del mayor, sobre la camiseta ancha que usaba
para dormir en invierno, cuando no hacía tanto calor allí dentro como para
tener que hacerlo prácticamente en bolas como en verano. Descendió por su torso
dejando un beso tras otro hasta que llegó a la cinturilla de su pantalón de chándal
y entonces dejó el primer beso contra su entrepierna, por encima de la tela
todavía. El cuerpo de JiSung reaccionó al contacto inmediatamente y dejó
escapar un leve jadeo teñido de placer que poco tenía que ver con los jadeos
ahogados que habían salido de sus labios tras la pesadilla.
WookJin tomó aquello como una pequeña victoria y decidió
seguir, porque de aquella forma podía distraer a JiSung de sentirse mal por la
pesadilla y lo podía hacer enfocarse en la realidad y en el placer. Había
obtenido el consentimiento de JiSung antes, en la cena, por lo que podía
intentarlo para ver si realmente funcionaba o al menos para ver si en ese
momento se calmaba lo suficiente para volver a la realidad de nuevo.
Le bajó los pantalones un poco, solo lo suficiente para
poder acceder bien a su miembro, no quitándole todavía los calzoncillos y
simplemente dándole un par de besos más sobre la tela de éstos, agarrando una
de sus manos las caderas del mayor para mantenerlo en su sitio y así no hacerse
daño ninguno de los dos. Después de dejar varios besos sobre su entrepierna,
WookJin usó su mano para tocar su miembro, provocando que JiSung jadeara y le
agarrara el hombro con su mano, con fuerza. Siguió tocando su miembro por
encima de la tela de sus calzoncillos, una y otra vez hasta que éste empezó a
endurecerse y entonces dejó de usar su mano unos momentos para volver a los
besos, dejando uno tras otro sobre la extensión dura. El cuerpo del mayor
temblaba con cada beso y el agarre de su mano se fue haciendo más y más fuerte,
por lo que, WookJin supo que al menos estaba funcionando y lo estaba alejando
de la pesadilla que había tenido y devolviéndolo a la realidad.
Siguió besándolo por encima de la tela una y otra vez
hasta que notó una leve humedad en la prenda, sobre la punta del miembro de
JiSung, que amenazaba con salir sobre la gomilla de los calzoncillos de lo
mucho que había crecido e hinchado en los últimos minutos y WookJin finalmente
decidió quitar la tela y descubrir su extensión. Bajo las sábanas y en completa
oscuridad, el chico no lo podía ver, pero lo había visto tantas veces en su
máxima plenitud, que no necesitaba verlo en aquellos momentos para saber que no
le faltaba demasiado para estallar. JiSung siempre había sucumbido al placer
muy rápido y tenía que dejarlo al borde del abismo varias veces para que en su
cuerpo se acumulase aún más tensión antes de liberarla en el orgasmo, así que,
eso era lo que iba a hacer en aquellos momentos. Ahora que le había bajado un
poco los calzoncillos para liberar su erección y ésta estaba ante él, WookJin
acercó su rostro a su entrepierna y dejó que el aire caliente se escapara de
sus labios y rozara contra el miembro de JiSung. El cuerpo del mayor volvió a
temblar y en ese momento, algo más que un jadeo salió de sus labios.
—Ahhhh… WookJin… ahhhh… —gimió su nombre.
WookJin no pudo evitar que una sonrisa apareciera en su
rostro porque había conseguido traer a JiSung a la realidad y porque lo estaba
haciendo sentir bien, matando los dos pájaros de un tiro. Justo después, se
terminó de acercar a la entrepierna del mayor para lamer su miembro de arriba
abajo, tomándolo con su otra mano, siguiendo el contorno de una de sus venas
con su lengua, metiendo la punta de ésta entre la piel retraída de su miembro,
bajo su glande húmeda y probablemente de color rosa intenso. Un jadeo grave
salió de los labios de JiSung en ese momento y su mano se aferró aún más
fuertemente a su hombro, hundiendo sus dedos en su carne. WookJin siguió
lamiendo, pero deteniéndose de vez en cuando, dejando algún beso que otro en su
ingle, en la parte interior de sus piernas o por debajo de su ombligo, para
dejar que el mayor respirara un poco y para tratar de contener su orgasmo unos
momentos más. Repitió aquel proceso varias veces, dejándolo cada vez más y más
al borde, hasta que decidió dejarlo estallar, inspirando hondo e hinchando sus
mejillas antes de meterse su miembro en su boca, apretando con sus labios la
extensión de éste y lamiéndolo en el interior de su boca. El cuerpo de JiSung
se tensó por completo tan solo unos momentos después y WookJin se preparó para
la descarga de semen en su boca, que ocurrió prácticamente de inmediato. JiSung
se agarró fuertemente a su hombro mientras se corría, dejando que un jadeo
largo y profundo saliera de sus labios, hasta que terminó y, entonces, su
cuerpo automáticamente se relajó y su miembro comenzó a deshincharse
lentamente. WookJin esperó unos momentos antes de liberar el pene del otro de
su boca y después tragó, volviendo a colocarle los calzoncillos y los
pantalones del chándal a JiSung, antes de subir de nuevo a la superficie,
sacando su cabeza de las sábanas de nuevo y viendo el rostro del mayor a
escasos centímetros del suyo, con los ojos cerrados y la boca abierta, con una
expresión de absoluto placer y tranquilidad. Nada quedaba en su rostro que le
indicara que hacía no tanto tiempo había pasado un mal rato y la ansiedad que
había sentido después de tener una pesadilla no lo había dejado funcionar
correctamente.
—¿Cómo estás, hyung? —le preguntó, llevando su mano hasta
su rostro para retirar de su frente el flequillo, que se le había pegado a ésta—.
¿Te sientes mejor?
JiSung tardó unos momentos en abrir sus ojos y mirarlo,
probablemente todavía sintiendo los últimos coletazos de su orgasmo en su
cuerpo, y tardó un rato más en contestarle a su pregunta, pero cuando lo hizo,
su respuesta fue satisfactoria.
—Sí, estoy bien —le dijo—. Muchas gracias.
—Me alegra haberte ayudado —murmuró WookJin entonces,
aliviado, acercándose a su rostro para dejar un beso contra su frente—. Ha sido
una medida desesperada porque no terminabas de reaccionar.
—Ha sido la mejor medida —respondió JiSung—. Gracias.
El mayor repitió aquel agradecimiento con un poco de
afecto, besando el rostro de WookJin, su frente, su nariz, sus mejillas, sus
labios, su mentón, besos cortos y llenos de infinito cariño, para después
aferrarse fuertemente a su cuerpo y susurrarle lo mucho que lo quería. El menor
recibió con gusto todas aquellas muestras de afecto y lo abrazó también con
fuerza, notando cómo el cuerpo de JiSung se iba relajando entre sus brazos poco
a poco hasta que su respiración se volvió calmada y regular contra su piel,
indicándole que se había quedado dormido de nuevo. WookJin tardó un poco más en
dormir, queriendo asegurarse de que el mayor estaba bien y que no iba a volver
a despertarse por otra pesadilla hasta que el sueño terminó de vencerlo y se
quedó dormido también. Esa noche, JiSung no volvió a tener otra pesadilla y
pudo dormir profundamente y descansar como no lo había hecho en varios días sin
ningún problema.
Notas finales:
—Quería dar un pequeño
vuelco a la colección haciendo una historia un poco diferente a las demás, con
muchos más sentimientos de por medio y no tanto sexo, pero que de igual manera
sigue con los detalles de la colección, retratando un pequeño y sucio secreto.
Me ha quedado también mucho más corta por querer fijar la historia en la
intensidad de los sentimientos y no en el sexo.
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