domingo, 24 de abril de 2022

[One Shot] 2021 Super Rookies Drabbles (part two): Nightmares and Daydreams {LoByeol}

Título: Nightmares and Daydreams

Autora: Riz Aino

Pareja: LoByeol (Lola + Saetbyeol) (PIXY)

Clasificación: PG–13

Géneros: AU, fantasy, magic, fairy, romance, drama, fluff

Número de palabras: 1.282 palabras

Resumen: Yujin siente como si viviera en un sueño cuando encuentra unas alas en el bosque… pero el sueño pronto se torna una horrible pesadilla.

Notas: historia inspirada en el lore del grupo, pero más concretamente sigue el World view de Wings.

Comentario de autora: hace casi un año que descubrí por casualidad a PIXY y me enamoré muy fuerte del grupo, así que, lo siguiente que tenía que hacer después de enamorarme, era escribir algo. Espero que os guste.

 

Nightmares and Daydreams

 

            Yujin está a punto de abandonar el claro en el que recogía flores cuando el sol ilumina una zona del suelo y algo en el lugar comienza a resplandecer, llenando el claro de luz y de diferentes colores. Con curiosidad, la pequeña hada se acercó hasta el lugar del cual procedía aquel fulgor y se inclinó sobre el suelo, retirando algunas hojas y plantas, descubriendo bajo ellas unas alas de hada rotas, pero que seguían brillando como si su dueña las siguiera teniendo en su espalda. Yujin soltó un pequeño grito de sorpresa que resonó en el claro y provocó que los pájaros que se encontraban en los árboles alzaran el vuelo. La pequeña hada se quedó completamente paralizada mirando las alas rotas, sin poder creerse que estuvieran allí, en el suelo del bosque, y que el hada a la que se las habían arrancado, no las estuviera buscando… pero también con algo más, algo parecido a la felicidad porque allí, al alcance de sus manos, se encontraban unas alas, unas alas como las que siempre había querido, pero nunca había tenido.

 

            Era extraño para las hadas nacer sin alas, pero no era algo que no pudiera suceder, y Yujin había nacido sin alas, de la misma forma que lo habían hecho aquel mismo día otras cinco hadas que se habían convertido en sus mejores amigas, en sus confidentes, en los seres más importantes para ella. Las seis habían nacido sin alas, las seis habían recibido aquella maldición que las dejaba a medio camino entre ser unos seres corrientes como los humanos y mágicos como los feéricos. Las seis poseían magia, pero las alas eran las que les daban sus poderes especiales a las hadas, por lo que ninguna era realmente especial; no obstante, se habían encontrado las unas a las otras y el vínculo que las unía era mucho más especial que los poderes que unas alas les podían dar… pero Yujin siempre había querido unas alas…

 

            —Yujin —la voz de Yoojung la sacó de sus pensamientos y se giró hacia el lugar del cual procedía la voz de la otra hada, descubriéndola a tan solo unos pasos de ella—. ¿Sucede algo? ¿Por qué has gritado?

 

            Yujin se mordió el labio inferior con nerviosismo y después se hizo a un lado para poder enseñarle a la otra lo que había encontrado. Los ojos de Yoojung también se abrieron al máximo al ver las alas rotas que estaban en el suelo del claro. La sorpresa, la preocupación y la felicidad pasaron por sus ojos en tan solo unos pocos segundos y Yujin supo perfectamente que Yoojung acababa de sentir lo mismo que ella, como si estuvieran compartiendo sus emociones.

 

            —¿Dónde está el hada que portaba estas alas? —le preguntó.

            —No lo sé —respondió, sincera—. Las alas estaban bajo la maleza.

 

            Yoojung asintió y después le pidió que se quedara unos momentos allí, que volvería con las demás para ver qué podían hacer con aquellas alas rotas. Yujin se quedó en aquel mismo lugar, esperando a Yoojung y a sus amigas, sin poder apartar la mirada de aquellas alas que seguían brillando con la luz del sol. Las demás llegaron junto a Yoojung unos minutos después y todas tuvieron la misma reacción que antes habían tenido ellas dos, pero pronto comenzaron a hablar, a debatir qué era lo que debían de hacer con aquellas alas porque si su dueña seguía con vida después de que le arrancasen sus alas, debía de estar buscándolas. Al final, acabaron decidiendo llevarse las alas a casa, para protegerlas de los humanos, para tenerlas a buen recaudo, para en el fondo, poder disfrutar del calor y la magia que desprendían aquellas alas y Yujin fue la encargada de cargarlas delicadamente entre sus brazos hasta casa, donde las dejó sobre la mesa alrededor de la cual todas se sentaron para observar aquellas preciosas y brillantes alas, sintiéndose felices.

 

            No obstante, la felicidad no duró demasiado.

 

            Esa misma noche, Yujin tuvo una pesadilla, una pesadilla horrible en la que aparecía una vieja bruja con una capa negra y los ojos rojos que le decía “mi hada… entrégame las alas rotas antes de la luna roja… entonces, os daré unas brillantes alas nuevas a ti y a tus amigas… pero si no lo haces… te maldeciré a ti a todos los que te rodean”. La primera noche, Yujin se despertó entre sudores fríos, pero trató de no pensar en ello y volver a dormir decidiendo que la pesadilla no podía ser más que un mal sueño que no volvería a aparecer; no obstante, aquella pesadilla se repitió cada noche, una y otra vez, hasta que, una de las noches Yujin se despertó gritando por la intensidad de la maldad que sentía en el sueño y se echó a llorar sin poder evitarlo. Unos momentos después, por la puerta de su habitación apareció Yoojung, que se acercó a ella, mirándola con preocupación y la abrazó con mucha fuerza, haciendo que la pequeña hada se fuera tranquilizando poco a poco entre sus brazos, sintiendo su calor y el latido rítmico de su corazón.

 

            —¿Qué ha pasado, Yujin? —le preguntó, dejando un beso sobre su frente. Yujin no le contestó inmediatamente a pesar de que ya estaba mucho más calmada, solo la abrazó más fuerte—. Sabes que me lo puedes contar todo.

 

            Yujin asintió, pero no encontró su voz para contestarle en un buen rato. Tras algunos minutos, se sintió preparada para contarle lentamente qué era lo que le pasaba, las pesadillas recurrentes que tenía todas las noches desde que había encontrado aquellas alas rotas que llenaban sus días de felicidad y alegría, aquellas pesadillas que la asustaban demasiado, le encogían el corazón y la hacían llorar. Le contó como no había dicho nada porque pensaba que no sería nada y porque no quería preocuparlas cuando todas estaban tan felices desde que las alas estaban en casa con ellas, pero que no podía más, que la pesadilla de aquella noche había sido demasiado terrible, que todavía sentía la maldad recorriendo todo su cuerpo y tenía el vello de punta.

 

            —No te preocupes por nada —murmuró entonces Yoojung—. Mañana hablaremos con todas para ver qué podemos hacer, ¿vale? —la otra hada dejó otro beso cariñoso sobre su frente y le secó las lágrimas con sus dedos—. Ahora trata de dormir de nuevo, yo me quedaré contigo.

 

            Yujin asintió, aunque tenía miedo de volver a cerrar sus ojos; no obstante, entre los brazos de Yoojung no debía de tener miedo porque sabía que ésta la protegería de todo mal… por primera vez en varios días, Yujin no tuvo ninguna pesadilla aquella noche y cuando a la mañana siguiente les contó a las demás sobre sus pesadillas, todas estuvieron de acuerdo en que debía de entregarle aquellas alas rotas a la bruja, comenzando así un viaje del cual no sabían qué esperar, pero estando todas juntas, soñando con tener sus propias alas, pero temiendo a la bruja de sus pesadillas.

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