Título: Delicate
Autora: Riz Aino
Pareja: IDann (Dann + Ivan) (KINGDOM)
Clasificación: R
Géneros: AU, college, romance, fluff, smut, pwp
Número de palabras: 1.203 palabras
Resumen: es su primera vez… por eso Seungbo es tan
delicado con él.
Advertencias: mención a relaciones
sexuales, aunque no son nada explícitas.
Notas: historia escrita e inspirada por un capítulo del webtoon
“Cherry blossoms after winter” porque me pareció realmente adorable y se me
metió en la cabeza la idea de que Dann y Ivan serían unos protagonistas
increíbles para algo similar.
Comentario de autora: esto iba a pertenecer al principio a
“History of KINGDOM (part I)” pero al final decidí dejarla para esta colección.
Espero que os guste.
Delicate
—¡Yoosung! —la voz de Seungbo
llamándolo hizo que el chico dejase de mirar la pantalla de su ordenador y
girase su atención hacia la puerta tras la que el mayor había desaparecido
instantes antes—. ¿Dónde tienes tu alijo secreto de gominolas? —Seungbo asomó
su cabeza por el vano de la puerta, con su rostro todavía algo mojado—. Creo
que por mucha agua que me eche en la cara para despejarme voy a seguir con un
sueño terrible… necesito azúcar en vena.
—Están en el último cajón de mi
mesita —respondió.
Seungbo le dedicó una sonrisa y un
guiño al darle las gracias y después desapareció de nuevo dentro de su habitación.
Yoosung no pudo evitar la sonrisa que también se formó en sus labios porque,
aunque el mayor lo negase de forma continua, él también era adorable. Llevaban
en torno a un año saliendo juntos, aunque se habían conocido en el primer año
de Yoosung en la universidad, por lo que el chico había visto prácticamente
todas las caras de Seungbo a aquellas alturas, sabiendo casi todo sobre él,
incluso que pretendía ser cool y algo frío delante de la gente a pesar de que
en realidad era un buenazo y un trozo de pan con las personas que quería y,
sobre todo, con él. Yoosung se sentía realmente privilegiado por tener al mayor
en su vida de aquella forma y hacía un tiempo que pensaba que quizás lo suyo
podía tener futuro. Se llevaban muy bien, se querían un montón y Seungbo
cuidaba de él y lo protegía de todo mal que se cruzase en su camino o diciendo
que nada debía manchar su inocencia, ni siquiera él. A Yoosung aquel
comportamiento le parecía realmente adorable por parte del mayor y… un momento.
Yoosung se levantó rápidamente del
sofá al darse cuenta de que Seungbo no salía de la habitación, dejando su
ordenador a un lado, corriendo hasta el cuarto con el corazón casi saliéndosele
del pecho. Seungbo no estaba tardando tanto porque lo había encontrado, ¿verdad?
Que él recordase no lo había puesto en el cajón donde tenía las chucherías,
estaba en otro lugar. No, no podía haber encontrado nada. No debía de haber
encontrado nada… o al menos eso era lo que Yoosung rezaba porque no sabía si
estaba preparado para afrontar aquella situación; sin embargo, en cuanto entró
a la habitación, se dio cuenta de que lo que Seungbo estaba sujetando entre sus
dedos no era para nada la bolsa de plástico de las gominolas, lo que éste había
cogido era el paquete de condones y el bote de lubricante que Yoosung había
comprado en un arrebato de valentía hacía un par de semanas.
—Condones y lubricante… —murmuró
Seungbo—. ¿Para usarlos con quién?
Seungbo parecía genuinamente confuso
y quizás, bajo toda esa confusión, había un poco de curiosidad… algo que era
bastante normal en realidad porque llevaban saliendo casi un año y todavía no
habían hecho más que besarse o tocarse un poco por encima de la ropa cuando los
besos se volvían demasiado candentes. No habían hablado sobre ello, no habían
decidido si era algo que podían tratar de hacer en algún momento cercano, pero
en los últimos tiempos Yoosung no había dejado de pensar en que quería
acostarse con Seungbo y no había podido hacer otra cosa más que comprarlo todo
y guardarlo en su mesita, por si acaso. El chico no había esperado que el mayor
diera con aquel pequeño escondite y lo que aguardaba dentro, pero ya que
estaban en aquella situación, no le haría daño decirle qué era lo que pensaba y
lo que quería.
—Para usarlos contigo —acabó
respondiendo.
Su contestación pareció crear una
especie de cortocircuito en el cerebro de Seungbo, que simplemente lo miró
fijamente, parpadeando rápido de tanto en tanto, con la confusión pintada en su
rosto. No obstante, tras unos momentos, un brillo que Yoosung no había visto
nunca apareció en su mirada y Seungbo fue entonces hacia él, quedándose a tan
solo unos pasos de distancia de él, sujetando todavía entre sus dedos el
paquete de condones y el bote de lubricante.
—¿Es… estás preparado… para esto?
—le preguntó. Yoosung tragó saliva, sintiendo su garganta repentinamente seca,
sintiendo su cuerpo un poco tenso también, nervioso… pero había pensado en
aquello durante algún tiempo y había imaginado aquello muchas más veces de las
que querría admitir, por eso, ante la pregunta de Seungbo, lo único que pudo
hacer fue asentir—. Dios… no sabes las ganas que tenía de proponerte esto, pero
no sabía cuál iba a ser tu reacción porque eres la persona más adorable e
inocente que he conocido jamás y no quería llevarte por el mal camino, pero
joder… no creo que pueda soportarlo más ahora que sé que tú también quieres —el
mayor dijo aquello rápidamente, sin parar para respirar y Yoosung sonrió.
—No soy un niño que tengas que
proteger de todo —respondió, salvando la poca distancia que los separaba,
tomando sus labios durante tan solo unos segundos, separándose de él casi al
instante—. Yo también tengo deseo sexual.
—Yoosung… ¿quieres hacerlo? —le
preguntó Seungbo, sin rodeos—. Te prometo que seré lo más cuidadoso y delicado
que pueda contigo para que tú también disfrutes al máximo de esta experiencia y
pararé cuando me digas que pare e iré muy lento y yo…
—Hyung —murmuró, haciendo que el
mayor detuviera su palabrería—. No hace falta que me convenzas… la respuesta es
sí.
Una sonrisa encantadora se extendió
por el rostro de Seungbo en ese momento y volvió a asegurarle que sería
delicado con él antes de besarlo como nunca lo había hecho antes, demasiado
intenso, demasiado demandante… pero Yoosung respondió al beso y a los roces del
mayor de la misma forma, sin tener ningún miedo porque él también quería
aquello y porque sabía perfectamente que podía confiar en el mayor para que lo
guiara en su inexperiencia. Y, tal y como le había prometido, Seungbo fue
delicado y muy cuidadoso con él en su primera vez, tocándolo, haciéndolo sentir
bien, dándole un orgasmo increíble tras otro, hundiendo sus dedos en su cuerpo
con mucho lubricante y paciencia para prepararlo y después internándose en él,
colmándolo por completo y llevándolo hasta la mejor de las locuras. Fue
intenso, pero a la vez delicado y Yoosung, aunque completamente agotado, no
pudo evitar la sonrisa feliz que se extendió por su rostro cuando finalmente
todo terminó y se abrazó al cuerpo de Seungbo para dormir.
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