Título: My one condition (your wish is my command)
Autora:
Riz Aino
Pareja:
YongWook (Mill + Nine) (OnlyOneOf)
Clasificación:
NC–17
Géneros:
AU, college, romance, smut, pwp
Número de palabras:
4.208 palabras
Resumen:
“puedes hacerme todo lo que quieras, WookJin… incluso aquello que no te has
atrevido a hacer conmigo hasta ahora…”
Advertencias:
relaciones sexuales explícitas con un poco de submissive kink.
Notas: estuve
terminando de plotear esta historia más o menos para cuando salió el álbum de Instinct
part. 2 y la letra de gaslighting la verdad es que tuvo mucho que ver en cómo
modifiqué un poco la trama.
Comentario de autora:
en un principio había imaginado la historia de una forma un poco diferente,
pero a medida que fui avanzando con ella, dejé que corriera como quisiera y
este ha sido el resultado. Espero que os guste.
My one condition (your wish
is my command)
WookJin le había pedido en varias ocasiones un pequeño
juego sexual para hacer sus relaciones un poco más animadas y algo diferentes,
para no caer del todo en la rutina y para que fueran algo más dinámicas y
YongSoo había aceptado porque él también sentía que sin pequeños cambios, sin
algunas vueltas de hoja, todo podía volverse tan monótono que quizás empezaba a
hastiarlos, a pesar de que el sexo siempre era increíble. Experimentar no
estaba mal y, de aquella forma, ambos descubrían cosas nuevas que les gustaban,
cosas nuevas que los podían excitar, cosas que jamás habrían probado de no ser
porque habían decidido dar aquel paso. De aquella forma habían descubierto
cosas increíbles el uno del otro, cosas que ni siquiera ellos mismos sabían
hasta que no lo probaban… como que a WookJin le encantaba darle órdenes y que
él las cumpliera una por una, sin rechistar, simplemente haciéndolo sentir bien
de la forma en la que éste quería, o que también le gustaba —lo excitaba más
bien como nunca nada lo había excitado antes— hacerlo en algún lugar en el que
pudieran ser pillados de alguna forma. YongSoo había descubierto que su novio
se volvía mucho más sensible, que llegaba mucho antes al orgasmo o que se ponía
totalmente caliente cada vez que estaban en algún lugar semi público o público,
como aquella vez que le había hecho una felación en un pasillo apartado de la
biblioteca, entre las estanterías de libros que tenían más polvo acumulado que
años tenía el lugar. Pero con aquellos pequeños juegos YongSoo también había
descubierto qué era lo que le gustaba a él, lo que más lo excitaba y lo que más
quería que WookJin hiciera con él, como que recibir las órdenes del chico lo
ponía a cien y rebelarse contra ellas para que WookJin lo castigara lo hacía
sentir en una nube. Quizás para los demás aquello fuera extraño, pero para
ellos funcionaba y YongSoo realmente estaba dispuesto a hacer cualquier cosa
que WookJin quisiera, aunque con pequeñas condiciones, realmente
insignificantes, comparadas con todo lo demás. Una de sus condiciones siempre
había sido que sus juegos no debían de salir del piso que compartían cerca de
la facultad, aquel era su lugar, su refugio, el único espacio en el que podían
hacer cosas, donde nadie podía verlos, donde nadie podía juzgarlos, donde nadie
podía tratarlos mal. No obstante, WookJin había pensado en tentar un poco a la
suerte aquel día… y YongSoo había decidido que, tan solo por una vez, estaría
bien tentarla.
Habían ido a casa de los padres de YongSoo de visita, una
visita rápida, solo un fin de semana, saludar, llevarse algunos tuppers de
comida congelada de la madre de YongSoo que cocinaba increíblemente bien y poco
más, solo iban a pasar una noche en el lugar y él no les había dicho a sus
padres que estaba saliendo con WookJin, por lo que, ante ellos, no podían
actuar de forma diferente a como lo hacían un par de amigos que simplemente
vivían juntos para compartir gastos. No obstante, sus padres tuvieron que salir
de casa para hacer algunas compras y YongSoo y WookJin se quedaron en casa,
descansando… o al menos eso era lo que les habían dicho a los padres del chico,
que se quedarían allí para descansar porque el viaje desde Seúl era algo largo,
porque con las clases, los trabajos y los estudios apenas podían dormir
decentemente, pero en cuanto su familia salió por la puerta, WookJin lo llevó
hasta su propia habitación y los encerró a ambos en ella, echando el pestillo
de la puerta.
—¿Cuánto crees que tardarán tus padres en hacer las
compras? —le preguntó WookJin, comenzando a desabrocharse sus pantalones y a
bajárselos por las piernas—. ¿Entorno a una hora?
—Probablemente —respondió YongSoo, quedándose un poco
paralizado al ver cómo el chico se estaba desnudando.
—Tenemos tiempo para hacerlo —le dijo WookJin y, ante la
ceja levantada de YongSoo, mostrando su confusión, añadió—: quiero tener sexo
contigo en casa de tus padres, simplemente estoy excitado porque estamos en
otro lugar, porque es otra cama, porque tus padres están fuera, pero pueden
volver en cualquier momento… quiero simplemente jugar contigo durante un rato y
sentir la adrenalina.
YongSoo no pudo evitar que una sonrisa se extendiera por
sus labios al escucharlo decir aquello porque, a pesar de que WookJin le había
propuesto en alguna ocasión más que salieran del refugio que era el piso en el
que vivían para hacer algo excitante fuera de él, el chico era lo único a lo
que siempre se había opuesto… no obstante, YongSoo también había pensado en
aquello mismo en esos días. No era frecuente que ambos fueran a visitar a sus
padres, de la misma forma que no era nada frecuente que WookJin apareciera en
casa de los padres de YongSoo o YongSoo en la de los de WookJin, por lo que ese
fin de semana era algo bastante especial y, sobre todo, una oportunidad única.
YongSoo nunca había querido acostarse con WookJin fuera de la seguridad que le
ofrecían las cuatro paredes de su hogar en común, pero le excitaba muchísimo la
idea de hacerlo entre las cuatro paredes entre las que había crecido. De adolescente
había tenido la fantasía de tener sexo en su habitación, mientras sus padres no
se encontraban en el lugar; sin embargo, nunca había tenido la oportunidad de
hacerlo porque de adolescente no había tenido ningún novio con el que hacerlo,
pero ahora sí que tenía la posibilidad de ello y no quería dejarlo escapar, a
pesar de que, además de la adrenalina y la excitación por hacer algo como
aquello en la casa de sus padres, YongSoo también tenía un poco de miedo por si
éstos regresaban antes de que hubieran terminado y los encontraran. Tendría que
darles demasiadas explicaciones para las que no se había preparado y para las
que no sabía cómo iban a reaccionar sus padres; no obstante, YongSoo quería
hacer aquello y, cuanto menos tiempo pasara planteándoselo y pensando en todo
lo que podía salir mal, más tiempo tendrían para poder hacerlo y que nadie los
pudiera pillar.
—Sí —murmuró, provocando que los ojos de WookJin se
abrieran por la sorpresa—. Puedes hacerme todo lo que quieras, WookJin…
incluso aquello que no te has atrevido a hacer conmigo hasta ahora…
Una sonrisa pícara apareció en el
rostro de WookJin y YongSoo sabía que había dicho las palabras mágicas.
—Tus deseos son órdenes para mí —le
respondió su chico, terminando de quitarse los pantalones de una patada—. Aunque
ahora lo que quiero es darte órdenes y que cumplas absolutamente todos mis deseos.
—Lo que quieras… —respondió,
tratando de sonar lo más sensual posible para calentar a WookJin, guiñándole
incluso—. Haré absolutamente todo lo que me digas.
—Hazlo entonces —replicó WookJin,
señalando su entrepierna—. Hazme llegar al orgasmo. Con tu boca.
YongSoo simplemente asintió y se
acercó al cuerpo de WookJin, llevando sus manos a su cintura, atrapando sus
labios con los suyos, dándole un beso intenso, pero breve porque el lugar en el
que el chico le había pedido que usara su boca estaba mucho más abajo. No obstante,
cuando trató de separarse de la boca de WookJin, éste se lo puso difícil, agarrándolo
firmemente por el cuello para no dejarlo escapar, para que el beso siguiera, abriendo
su boca y sacando su lengua para encontrarse con la de YongSoo durante algunos
momentos, luchando por la dominancia, queriendo imponer su voluntad sobre él. El
chico respondió con todas sus ganas a aquello, envolviendo con su lengua la de
WookJin, pero finalmente se dejó vencer, sintiéndose sin aire tras unos
momentos y forzando separarse de su chico para poder respirar de nuevo con normalidad.
—Si quieres que mis padres no nos
pillen —comentó, mirándolo fijamente a los ojos—. No tenemos mucho tiempo para
besos, Jung WookJin.
WookJin asintió y entonces YongSoo se dejó caer sobre sus
rodillas al suelo, sus manos todavía agarrando la estrecha cintura de su chico,
jadeando por el intenso beso que se habían dado unos segundos antes, el aire
caliente que salía de su boca rozando contra la entrepierna de éste, haciendo
que su cuerpo temblara. WookJin era muy sensible, toda la piel se le volvía de
gallina con cada toque, con cada roce, con cada beso, pero su respiración caliente
también le provocaba cosas al chico y YongSoo disfrutaba muchísimo cuando éste
le pedía que saboreara su cuerpo entero, de arriba abajo, porque todo lo que
sentía, se lo provocaba él… pero en aquellos momentos no tenía tiempo para comérselo
enterito, así que, simplemente se dedicaría a comerse su miembro como no solía
hacerlo, con su boca, tal y como WookJin le había pedido antes. Primero dejó
varios besos sobre la tela de sus calzoncillos, simplemente notando cómo el
miembro del chico comenzaba a reaccionar, pulsando, y después siguió usando su
boca, sus labios, para morder levemente, sin apretar, solo jugando, su saliva
mojando la prenda mientras poco a poco, el miembro de WookJin comenzaba a
crecer dentro de sus calzoncillos hasta que estuvo prácticamente erecto dentro
de éstos, solo entonces, YongSoo se dignó a bajarle del todo la prenda para
comenzar a tocar su miembro con sus manos, con algo de delicadeza, disfrutando
de los leves gemidos que salían de la boca de su chico, de las honestas
reacciones de su cuerpo, teniendo pequeños escalofríos, su miembro
endureciéndose más y más conforme él seguía con su pequeña exploración. Su boca
entró de nuevo en juego, besando toda su extensión, desde la base hasta la
punta, sus labios envolviendo su glande, su lengua trazando círculos sobre éste
una y otra vez, sintiendo el sabor de su pre semen, que empezaba a salir y a
humedecer la zona, mientras con su mano jugaba con sus testículos, rozándolos con
sus dedos, agarrándolos sin fuerza, solo tocándolos.
—YongSoo… —jadeó WookJin—. Ya… hazlo ya…
Una sonrisa apareció en sus labios ante la premura de
WookJin, pero YongSoo no se hizo de rogar y simplemente le dio al chico lo que
le había pedido. Cogió un poco de aire y después abrió su boca, formando una “o”
con sus labios antes de comenzar a introducirse el miembro de WookJin en ella,
primero solo un poco, su punta, apretando firmemente sus labios alrededor de su
erección, y luego poco a poco, más y más, hasta que la tuvo por completo dentro
de su boca, rozando casi el fondo de ésta. Respirando por la nariz y
recordándose no ir demasiado profundo para que sus reflejos no actuaran y le
dieran arcadas, siguió masturbándolo de aquella forma, usando su boca, su
lengua, sus labios, para darle un placer infinito a WookJin, que no dejaba de
lanzar gemidos al candente aire de la habitación, cada vez más fuertes, cada
vez más desesperados conforme su orgasmo se fraguaba en su interior. YongSoo
siguió de aquella forma unos momentos, hasta que las manos de WookJin agarraron
su cabeza y no lo dejaron moverse rítmicamente como lo estaba haciendo hasta el
momento, ayudándolo a legar mucho más profundo, haciendo que fuera mucho más
rápido, hasta que el chico notó cómo el miembro de su novio temblaba y las
primeras gotas de su semen caían directamente contra su garganta. YongSoo
esperó hasta que WookJin dejó de correrse para dejar escapar su miembro y tragó
todo el semen que se le había quedado en la boca, no dejando que ni una sola
gota manchara el suelo de la habitación.
—Dios… YongSoo… —jadeó WookJin—. Eres jodidamente
increíble con la boca…
—Lo sé.
YongSoo esbozó una sonrisa pícara al decir aquello y
WookJin acabó dejándose caer sobre el suelo para estar a su altura y besarlo de
nuevo, metiéndole la lengua hasta la campanilla y saboreando su propio semen de
su boca hasta que se separó de él para comenzar a dejar besos por todo su
rostro, por su frente, sus mejillas, su nariz, su mentón, su mandíbula,
diciéndole una y otra vez que hacía unas mamadas increíbles y que, además de
eso, era un pequeño sinvergüenza por decir cosas como aquella.
—Voy a dejarte seco —murmuró
entonces WookJin contra la piel de su cuello, dándole un pequeño mordisco, pero
sin ser lo suficientemente intenso como para dejarle marca—. Voy a metértela
hasta el fondo y voy a penetrarte una y otra vez hasta dejarte sin aire y… no,
no voy a dejar que te toques para aliviarte.
—¿Y si me rebelo? —le preguntó.
—Entonces tendré que castigarte —dijo,
respirando contra su piel.
Un pequeño escalofrío recorrió el
cuerpo de YongSoo ante la expectativa, pero también sabía a la perfección que
no tenían el tiempo suficiente para que WookJin se dedicara a castigarlo, por
lo que, trataría de ser un buen chico e intentaría no tocarse para que acabaran
lo más rápido posible, antes de que sus padres regresaran a la casa. Por ese
motivo, YongSoo se dejó hacer y no opuso ninguna resistencia a que WookJin lo
ayudara a levantarse del suelo, llevándolo hasta la cama, donde le quitó los
pantalones y los calzoncillos de un tirón, sin miramientos, dejándolos sobre el
suelo hechos un gurruño.
—Te ha excitado comerme la polla,
Lee YongSoo —murmuró WookJin en ese momento, haciendo que el chico dirigiera su
atención hacia su propia entrepierna, dándose cuenta de que su miembro estaba
levemente erecto cuando no había sido tocado ni estimulado de ninguna forma
anteriormente—. Eres un pervertido, Lee YongSoo.
Un escalofrío de placer recorrió su
cuerpo cuando escuchó a WookJin decirle aquello y quiso responderle, pero antes
de que pudiera hacer nada, la enorme mano del chico comenzó a tocar su miembro
y sus testículos y no pudo hacer ni decir nada porque un gemido se escapó de
sus labios por la sensación y acabó llevando sus manos a su boca para que ni
uno solo escapara más. Sus padres no deberían tardar demasiado en llegar, quizás
tenían una media hora más, por lo que no podía tentar a la suerte de aquella
manera y dejar que sus gemidos se escuchasen en todo el lugar. WookJin siguió
masajeando su miembro, sus testículos, hasta que éste estuvo completamente
erecto y, solo en ese momento, se inclinó sobre su cuerpo para comenzar a
prepararlo para la penetración, lamiendo su ano, introduciendo su lengua
levemente en su interior, caliente, húmeda, provocándole a YongSoo unas
sensaciones completamente increíbles. La lengua del chico era larga, traviesa y
sabía cómo debía de moverse para dejarlo sin respiración, hundiéndose en él una
y otra vez, provocando que su entrada comenzara a relajarse y todas las
terminaciones nerviosas que se encontraban en el lugar hicieran que un
escalofrío tras otro recorriera su cuerpo de arriba abajo sin que el chico pudiera
controlarlos. YongSoo tuvo que plantar los talones en el colchón y apretar sus manos
contra su boca para que los gemidos se ahogaran en éstas porque no dejaron de
escaparse de sus labios en contra de su voluntad mientras WookJin siguió
penetrándolo con su lengua.
—¿Tienes lubricante en casa? —le
preguntó el chico cuando se alejó de él, lamiéndose los labios.
—No —murmuró, quitándose la mano de su boca y esbozando
una sonrisa pícara—. No fui un adolescente salido como otros.
WookJin soltó una pequeña carcajada y luego se inclinó
sobre él para morderle la cara interna de su muslo izquierdo, succionando justo
después para dejar una marca de color morado contra su piel.
—No te he contado mis intimidades para que las uses en mi
contra en momentos como este —respondió WookJin—. Ojalá tuviera tiempo para dejarte
chupetones por todo el cuerpo y que ni siquiera pudieras esconderlos como
castigo —el chico suspiró—, pero me voy a conformar con solo este.
El chico tocó con la yema de su dedo el que le acababa de
hacer, hundiéndolo en su piel durante unos momentos antes de separarse de él y levantarse
de la cama. YongSoo utilizó aquellos instantes para respirar profundamente y
calmarse un poco porque estaba muy excitado y sentía que estaba a punto de
correrse y lo único que quería era llevar sus manos hasta su miembro para
tocarse hasta liberar todo aquello que se estaba acumulando en su interior,
pero eso era lo único que no podía hacer. WookJin tardó un poco en volver,
después de estar rebuscando un buen rato entre su ropa en la maleta que se
había llevado para el viaje hasta dar con el lugar en el que había metido un bote
pequeño de lubricante y un par de condones, pero en cuanto volvió, lo primero
que hizo fue abrir uno de los condones y ponérselo con un cuidado absoluto a
YongSoo, masturbándolo un poco en el proceso, provocando que el chico tuviera
que apretar sus dientes con fuerza, tratando de aguantar las ganas infinitas
que tenía de correrse.
—No tenemos tiempo de limpiar, por eso te lo he puesto
—le explicó WookJin, aunque YongSoo se lo había imaginado.
Y después de aquello, WookJin no le dijo absolutamente
nada más, solo abrió el bote de lubricante y se echó en sus dedos, embadurnándolos
bien antes de tantear con ellos su ano y comenzar a hundirlos en su cuerpo
lentamente, los dos de golpe, aprovechando que había relajado su entrada con su
lengua antes. YongSoo sintió la penetración demasiado intensa, cómo los dedos
largos del chico entraban en su interior y se deslizaban gracias al lubricante
sin mucho problema, pero provocándole una pequeña incomodidad. Su cuerpo se
tensó sin que pudiera evitarlo alrededor de los dedos de WookJin y el chico los
dejó quietos en su interior, sin moverlos tocando su miembro con la otra mano
para ayudarlo a relajarse de nuevo. YongSoo inspiró profundamente un par de
veces y su cuerpo volvió a destensarse, WookJin comenzando a mover sus dedos en
su interior una y otra vez, dentro y fuera de su cuerpo, tratando de que el
hueco en su interior se hiciera cada vez más grande, que los músculos de su
recto de acostumbraran a la penetración y la disfrutaran para que cuando fuera
el miembro de WookJin el que se adentrara en su interior. Su chico tardó un
buen rato en prepararlo, echando más lubricante de vez en cuando para ayudar a
que todo fuera mejor y más rápido, pero cuando finalmente sacó los dedos de su
cuerpo por última vez, éstos se deslizaban sin ningún problema dentro de él y
YongSoo había comenzado a gemir levemente de nuevo, tapándose la boca con sus
manos para que no se le escuchara fuera de la habitación, ahogándolos en éstas,
sintiendo cómo todo su ser estaba demasiado caliente y a punto de estallar. Necesitaba
que WookJin cumpliera lo que le había dicho antes, que lo penetrara una y otra
vez hasta dejarlo sin respiración y estaba seguro de que el chico cumpliría con
su promesa.
—Aguanta un poco más, YongSoo —murmuró WookJin, dándole
un corto beso en los labios mientras se masturbaba para terminar de poner dura
su erección y poder colocarse el condón—. Te voy a dar el mejor orgasmo de tu
vida —le prometió.
YongSoo asintió y después inspiró hondo para volver a
relajar su cuerpo cuando WookJin abrió el envoltorio del condón y se lo puso,
ajustándoselo bien. El chico echó mucho más lubricante sobre su erección y un
poco más dentro de su cuerpo, usando sus dedos de nuevo en su interior, solo acercando
la punta de su miembro a su ano cuando estuvo todo listo. WookJin le alzó las
piernas por encima de sus hombros y después, lentamente, comenzó a introducirse
en él, hundiéndose en su interior, deslizándose perfectamente gracias al
lubricante, YongSoo solo sintiendo una pequeña incomodidad mientras su miembro se
abría paso a través de las apretadas paredes de su recto. La penetración lo
dejó sin respiración cuando WookJin acabó completamente dentro de él y al otro
también pareció dejarlo sin aire porque ambos jadearon al mismo tiempo,
buscando el aire que les faltaba, quedándose de aquella manera unos momentos,
mientras ambos se acostumbraban a las sensaciones. WookJin solo comenzó a
moverse un rato después, con lentitud, la fricción provocando que ambos
gimieran por el placer que les provocaba el movimiento. Las embestidas de
WookJin fueron lentas en un inicio, pero totalmente certeras, dando una y otra
vez contra el lugar en el que se encontraba su próstata, provocando que YongSoo
estuviera cada vez más y más cerca del orgasmo hasta que no pudo contenerlo más
y acabó estallando dentro del condón, todo su cuerpo tensándose unos segundos
antes de relajarse del todo, temblando levemente mientras las sensaciones
eléctricas del orgasmo recorrían todo su cuerpo, su recto pulsando, envolviendo
el miembro de WookJin y apretándolo mientras éste seguía moviéndose dentro de
él, prolongando su orgasmo al dar una y otra vez contra su próstata sin descanso
y sin ninguna intención de detenerse. WookJin acabó corriéndose tan solo unos
momentos más tarde, mientras seguía embistiendo una y otra vez, con un gemido
grave y largo que resonó en los oídos de YongSoo porque el chico se inclinó
sobre él, sus labios rozando contra su oreja.
Se quedaron unos momentos quietos, disfrutando de sus orgasmos,
sin pensar en absolutamente nada más, sin moverse ni un solo ápice… pero
aquello no les duró demasiado porque, unos segundos más tarde, escucharon la
cerradura de la puerta de entrada de la casa abrirse.
—Mis padres —fue lo único que tuvo que decir YongSoo.
WookJin rápidamente salió de su cuerpo y se levantó de la
cama para comenzara recoger todo el tinglado que habían montado. YongSoo lo
siguió inmediatamente, quitándose el condón y haciéndole un nudo para que su
semen no cayera por ningún lado, levantándose de la cama y buscando sus
calzoncillos a pesar de que las piernas le temblaban al estar de pie. Tardó
unos momentos en centrarse para no perder el equilibrio, pero cuando lo consiguió
se agachó para recogerlos y ponérselos, cogiendo sus pantalones también.
WookJin pasó por su lado, ya vestido también, y le cogió el condón para echar
ambos a la papelera que el chico tenía en su habitación, cogiendo algunos
pañuelos para limpiarse los dedos del lubricante, echándolos a la papelera
también y tapando con ellos los condones. YongSoo arregló entonces la colcha de
la cama para que ésta no estuviera medio desecha y arrugada y abrió la ventana
para que se fuera el olor a sexo de la habitación, echando un poco de colonia
en el ambiente, mientras se escuchaban los pasos de sus padres por la casa. Para
cuando terminaron de arreglarlo todo y le quitaron el pestillo a la puerta, cogiendo
el portátil y sentándose sobre la cama para hacer como que habían estado solo
viendo una película inocentemente, los pasos se habían acercado al lugar lo
suficiente como para que YongSoo supiera que alguien iba a entrar, así que, con
el corazón bombeando rápidamente dentro de su pecho, le echó un vistazo a la
habitación, tratando de ver si todo estaba correctamente y en su sitio, pero
antes de que pudiera cerciorarse, la puerta se abrió y por el quicio de ésta
asomó su madre la cabeza.
—Ya hemos vuelto —le dijo, dedicándoles una sonrisa—. Dentro
de un rato prepararé la cena, así que, bajad a echar una mano.
YongSoo asintió a lo que su madre había dicho y ésta se
fue del lugar, cerrando la puerta detrás de ella, dejándolos de nuevo solos en
la habitación. Los dos suspiraron profundamente y YongSoo sintió cómo sus
hombros se relajaban por completo y su corazón dejaba de latir dentro de su
pecho como si acabara de correr una maratón. WookJin lo miró y comenzó a reírse
antes de echar la cabeza en su hombro y encajar su rostro entre el hueco de su
cuello y su hombro para ahogar su risa. Aquello había sido demasiado intenso y
YongSoo todavía sentía la adrenalina recorriendo su cuerpo por intentar ocultar
lo que acababan de hacer en su habitación cuando todavía seguía sintiendo los
últimos coletazos de su orgasmo. La verdad, había sido intenso y excitante,
pero el chico no estaba seguro de si querría hacer algo como aquello de nuevo,
prefería mil veces la comodidad y protección de su piso… aunque… quizás si
WookJin se lo pedía bien, se lo pensaría.
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