Título: I’m gonna make you miss me
Autora: Riz Aino
Pareja: 2Ho (Arthur + MuJin) (KINGDOM)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, romance, fluff, drama
Número de palabras: 967 palabras
Resumen: SungHo estaba demasiado acostumbrado a la
presencia de YunHo a su lado y cuando éste se va de viaje, no puede soportar la
soledad que siente.
Notas: tuve esta historia en torno a la karma era y no ha sido
hasta milenios después que me puse a escribirla.
Comentario de autora: quería hacer algo soft, pero también
algo desesperado y me costó un poco de trabajo sacarlo, pero creo que ha
merecido la pena el esfuerzo. Espero que os guste.
I’m
gonna make
you
miss me
—Sé que me vas a echar de menos.
Aquello fue lo que YunHo había dicho
antes de salir por la puerta del apartamento que habían estado compartiendo
durante los últimos tres años de sus vidas. Obviamente, SungHo se había reído
de aquello y casi lo había echado del piso a patadas diciéndole que era mejor
que no volviera del pequeño descanso que se iba a tomar de todo porque la
universidad y el trabajo que había empezado se le había hecho bola y no podía
más. Era un tsundere de libro y no le iba a dar el gusto a YunHo de
decirle que lo iba a echar de menos, aunque al final probablemente lo echaría
un poco de menos.
—Te juro que voy a hacer que me
eches de menos —dijo YunHo, como si se tratase de una amenaza, entrando al
ascensor—. No te voy a mandar ni un mensaje en estas dos semanas.
SungHo se había despedido de él y no
le había hecho ningún caso a aquella amenaza porque sabía perfectamente que
aunque YunHo le había dicho eso, no iba a cumplirlo porque se aburriría como
una ostra o le querría enseñar lo que hacía… quizás tendría que haberle hecho
caso y haberse comportado mejor con él cuando salió por la puerta, quizás le
tendría que haber dicho que lo echaría de menos y que tuviera un buen viaje,
porque después de que hubiera pasado semana y media desde que se hubiera ido,
SungHo estaba que se subía por las paredes de lo mucho que lo echaba de menos.
Nunca se habría imaginado que se sentiría de aquella manera, tan desolado y
confuso sin el otro todo el día a su alrededor, pero así estaba, porque YunHo
había cumplido su amenaza y no le había mandado ni un solo mensaje, ni
respondido a los suyos.
Llevaban tres años viviendo juntos
en aquel apartamento después de haberse conocido durante el primer año en la
universidad y congeniar como nunca habían congeniado con nadie y, desde ese
momento, no habían pasado más que las fiestas separados el uno del otro, cuando
volvían a casa de sus padres, pero siempre estaban mandándose mensajes y fotos
de lo que hacían, de sus mascotas o de cualquier chorrada que se encontrasen en
casa. Nunca habían pasado más que un par de días incomunicados, cuando durante
una navidad se quedaron sin línea en casa y hasta que no fueron a arreglarla
SungHo estuvo incomunicado. Estar una semana y media sin saber nada de YunHo
hacía que se sintiera un poco desesperado y triste, porque quería volver a
verlo y quería volver a tenerlo a su alrededor, soportando sus ideas raras o
uniéndose a ellas, disfrutando de las locuras que SungHo siempre tenía en
mente. Y todo aquel tiempo a solas le dio muchísimo que pensar, porque
realmente no podía hacer otra cosa más que pensar en YunHo, pensar en cómo
estaría, en si el viaje le iba bien, en si estaba descansando y respirando un
poco porque lo necesitaba, en si él también lo echaba tanto de menos como él. Pensando
en YunHo una y otra vez, con el paso de los días, SungHo se dio cuenta de que
quizás lo que los sentimientos que tenía con respecto al chico no eran solo de
amistad, sino algo más, algo mucho más parecido al amor, algo de lo que no se
había dado cuenta porque había estado con el chico prácticamente a todas horas
desde que se habían conocido y nunca le había dado tiempo a pensar, a
reflexionar sobre ello. Y cuando SungHo se percató de sus sentimientos, no pudo
evitar desear que YunHo volviera lo más rápido posible a casa para poder verlo
y confirmarlo, viéndolo, abrazándolo, a su vuelta.
Los días pasaron lentamente,
demasiado lento para su gusto, poniéndolo de los nervios, pero cuando el día de
su vuelta llegó, SungHo se vio esperándolo en la puerta, como si fuera un perro
esperando a que su amo llegara… y cuando el chico entró, soltando su maleta en
la entrada, con una sonrisa enorme en su rostro, anunciando su llegada, SungHo
no pudo hacer otra cosa más que correr hacia él y abrazarlo con fuerza.
—Te he echado mucho de menos —murmuró,
apretándolo fuertemente contra su cuerpo—. No te vayas nunca más, ¿vale?
—Yo también te he echado de menos
—respondió YunHo, su cuerpo vibrando por su risa—, pero puedes soltarme, que me
ahogas.
—No, no te voy a soltar en el resto
de lo que me quede de vida —dijo.
En ese momento no pudo encontrar las
palabras necesarias para decirle a YunHo lo que había sentido en la soledad del
apartamento, sin él, lo que había pensado y lo que había descubierto, pero
SungHo siguió abrazándolo con fuerza durante un bien rato más para transmitirle
de aquella forma lo solo que se había sentido sin él. Ya habría tiempo de
hablar de sus sentimientos en el futuro, por el momento, solo quería sostener a
YunHo entre sus brazos un poco más porque lo había echado muchísimo de menos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario