Capítulo
9
Lo Siento
A la mañana siguiente, ShiXun se
levantó al alba y tras darme un intenso beso de despedida, se fue, dejándome
solo durante una semana. Me arropé con las sábanas, aun cuando hacía calor e
intenté quedarme dormido de nuevo. Durante lo que me parecieron horas tuve los
ojos abiertos como un búho, me había acostumbrado a abrazarlo o a que me
abrazara mientras dormía, pero finalmente, el cansancio por haber pasado la
noche en vela jugando con mi chico, me pasó factura y me quedé profundamente
dormido.
Cuando volví a despertar fue porque
sentí unos labios sobre los míos, besándome dulcemente. Sonreí porque
finalmente ShiXun no se había ido y devolví el beso sin siquiera abrir los
ojos. Mi chico metió su lengua en mi boca y comenzó un beso más demandante que
me dejó sin respiración. Cuando nos separamos para tomar aire, no pude evitar
susurrar su nombre.
―Mmm… ShiXun…
En ese instante los labios volvieron
a chocar contra los míos, pero esta vez de una forma demasiado brusca,
indicándome que no era la persona que yo pensaba. Rápidamente abrí mis ojos,
confirmando mis sospechas de que no era mi chico quien me besaba, sino YiFan.
Llevé mis manos hasta su pecho y
comencé a empujarlo para que se apartara de mí, pero justo antes de
conseguirlo, me mordió el labio inferior fuertemente, haciéndome chillar por el
dolor. Me revolví en la cama para quitármelo de encima hasta que lo hice caer
al suelo.
―¿Qué pretendes? ―pregunté, notando
el sabor metálico de la sangre en mi boca. Su mordisco me había hecho una herida
que tardaría en sanar.
―Ya te lo dije ―contestó desde el
suelo―. Haré que te vuelvas a dar cuenta de que soy yo a quien quieres y
aprovecharé esta semana en la que no está el niñato ese para hacerlo.
―Fuera de mi habitación ―siseé,
mirándolo con rabia.
―Como quieras… pero dentro de poco
suplicarás para que me quede en ella ―dijo levantándose y saliendo de la
habitación.
En cuanto la puerta se cerró, volví
a embutirme en las sábanas, escondiendo mi rostro sonrojado entre ellas. Le
había dicho aquello a YiFan, pero no estaba tan seguro de que no fuera a ser
como él decía. Me gustaba muchísimo ShiXun y cuando estaba a mi lado todo
desaparecía, pero cada vez que mi primo me atacaba de aquella manera me sentía
como si estuviera vivo.
―¡Arhg! ―grité frustrado, peleándome
con las sábanas, aunque ellas no tenían culpa de nada. La culpa la tenía yo por
ser un tonto que no tenía nada claro, ni siquiera mis sentimientos.
Cuando volví a despertar, esta vez
por mí mismo, me levanté lentamente de la cama, con la cabeza dándome vueltas.
Lo que YiFan había hecho antes era demasiado para mí. No sabía qué hacer. Apenas
se había ido ShiXun y ya había pasado aquello. En una semana sería algo que no
podría aguantar. Solo quedaban tres semanas para que se acabase ese verano,
pero se me iban a hacer eternas.
Fui al baño y me di una ducha de agua
fría, para aclarar un poco mis ideas y despertarme. Al salir, me coloqué
cualquier cosa que encontré por mi habitación y luego me dirigí a la cocina.
Cuando entré al lugar, miré el reloj y me asusté, ya era mediodía y quedaba
poco para el almuerzo, por lo que no merecía la pena desayunar.
Bostecé, llevándome una mano a la
boca. En ese momento, me di cuenta de que había una nota pegada al frigorífico,
con la letra de mi primo YiXing en ella.
“Hemos ido al centro para
comprarle un regalo a mamá por su cumpleaños. No sé cuándo volveremos. La
abuela te ha dejado algo de comer para cuando te despiertes, Bella Durmiente.”
―¿Bella Durmiente? ―susurró LuHan―.
Yo no soy ninguna chica para que me diga eso.
―No eres ninguna chica, pero cuando
duermes eres precioso.
Al escuchar aquello, me giré
rápidamente, encontrándome a YiFan dejado caer sobre el marco de la puerta, de
brazos cruzados y dedicándome una sonrisa que haría a muchos ángeles caer del
cielo. Parpadeé un par de veces ya que no lo esperaba allí y luego fruncí el
ceño.
―¿No te has ido con los demás?
―pregunté.
―No me interesa pasar el día con
ellos de compras. Nunca me han gustado las compras ―contestó.
―Genial… ―murmuré―. Simplemente
genial.
―Perdóname por ser tan brusco estos
días ―lo escuché decir―. Si sigo así nunca te recuperaré y eso es lo que más
quiero.
―No me vas a… ―comencé, pero él no
me dejó terminar, interrumpiéndome.
―He pensado que lo mejor es no forzarte
a nada. Si no ocurre este verano, ocurrirá al siguiente, no debo tener prisas
en esto ―dijo―. Por ahora, lo único que me gustaría es que volviéramos por lo
menos a hablarnos cómodamente y a estar en una habitación juntos sin que
nuestras miradas se desvíen de un lado a otro para evitarnos.
―YiFan…
―Sé que ahora estás con ShiXun y que
estás feliz. Si le cuentas lo de los besos, asumiré toda la responsabilidad.
―¿Cómo le voy a contar que nos
besamos? Somos primos ―YiFan suspiró.
―Agradecería mucho que no nombraras
que somos primos cuando estemos juntos.
―¿Por qué?
―Solo no lo hagas.
―Está bien.
―Entonces… ¿podemos intentar
llevarnos bien?
Durante unos minutos no dije nada.
Después de que durante los días anteriores, e incluso aquella mañana, estuviera
buscando a toda costa recuperarme no parecía muy creíble su propuesta. Podía
haber recapacitado, aunque cuando estábamos en la cama, horas antes, parecía
muy seguro de sí mismo.
―¿Por qué dices esto ahora, después
de todo lo que ha pasado?
―Podría decirse que tu amigo MinShuo
me ha dejado algunas cosas claras ―contestó.
―¿Qué te ha dicho?
―Que te deje en paz o voy a saber lo
que es no poder moverme en una semana.
―Me suena a él ―murmuré.
―Y se le hincharon las mejillas
cuando lo dijo ―comentó.
―Bien.
―Entonces… ¿te parece bien?
―Podemos intentar llevarnos bien
―dije finalmente.
―Gracias.
Cuando los abuelos regresaron con
YiXing y MinShuo, le pregunté a mi amigo sobre la conversación y me confirmó lo
que YiFan me había dicho. Lo había pillado saliendo de mi habitación aquella
mañana y le había dado una charla para que dejara de acercarse a mí con
aquellas intenciones.
Aquella noche, salí de mi habitación
y fui al salón, guiado por el ruido de la televisión. Mis dos primos y MinShuo veían
una película bastante sangrienta en la que salía un tipo coreano llamado Rain.
Por la tarde me habían contado que la iban a ver, pero se me había olvidado
completamente.
Lentamente me acerqué hasta el sofá
que ocupaba YiFan, ya que en el otro estaba la parejita muy acaramelada y me
senté lo más lejos que pude de mi primo. Cuando se dio cuenta de mi presencia
me sonrió y me tendió la manta que él tenía sobre sus piernas. Por el día hacía
un calor insoportable, pero por la noche refrescaba e incluso a veces hacía
algo de frío, por lo que acepté la manta de buena gana.
Sin embargo, al notar que él se
quedaba sin manta, me tensé y estuve pensando en entregársela de nuevo.
Durante unos minutos, estuve
observando en silencio su perfil, ya que estaba concentrado en la pantalla ante
sus ojos y no se daba cuenta de mi penetrante mirada. Era bastante guapo, eso
no podía negarlo, de hecho, si él quisiera, podía tener a cualquiera. Debía
haber roto muchos corazones en Canadá los años que estuvo viviendo allí.
Negué con la cabeza, ya que no podía
estar pensando en aquello, pero llamé así su atención. Bajo su mirada inquisitiva
sonreí y tímidamente me acerqué a él para que compartiéramos la manta.
―Gracias ―susurró.
Estaba sentado en el sillón que
ocupaba mi abuelo cuando leía el periódico, buscando la mejor luz natural para
poder leer el nuevo libro de Murakami, que MinShuo me había regalado para mi anterior
cumpleaños. No me gustaba mucho leer, pero como había sido un regalo, debía por
lo menos mostrar interés por él. Ya que los meses anteriores no había podido
leerlo, pensé que esta sería una buena manera de pasar la semana sin ShiXun y
así no tener que evitar directamente a YiFan, aunque ya habíamos hablado de que
no deberíamos evitarnos, me era imposible por el momento.
Cuando estaba en mitad del capítulo
doce, alguien entró al salón y me distrajo completamente de mi lectura, ya que
se colocó ante mi fuente de luz. Alcé mi vista del libro, encontrándome a mi
primo YiXing al hacerlo.
―¿Qué quieres? ―pregunté de mala
gana.
―Necesito tu ayuda.
―¿Para qué?
―Para que me ayudes a encontrar a
Fan ―contestó.
―¿Por qué?
―Necesito que alguien que mida dos
metros busque en lo alto de mi armario algunas cosas.
―¿Y por qué no te subes a algún lado
para llegar?
―Eso estaba haciendo, pero me ha
visto la abuela y me ha hecho bajar de allí porque fuera a hacerme daño ―dirigí
mi mirada hacia la puerta, encontrándome a mi abuela allí.
―Se había subido a la silla de
ruedas de su escritorio y se podía haber matado ―dijo ella.
―Siempre hago eso y nunca me ha
pasado nada ―replicó YiXing.
―Pues algún día te pasará y te
abrirás la cabeza.
―¡Abuela! ―protestó.
―Ni abuela, ni leches. Busca a tu
primo, que su altura tiene que servir para algo ―sentenció justo antes de
desaparecer.
―¿Ves por qué necesito tu ayuda?
―dijo mi primo dirigiéndose de nuevo a mí.
―Para buscar a Fan no necesitas mi
ayuda.
―Claro que la necesito. No está en
casa y no se ha llevado el móvil.
―Está bien ―dije tras suspirar.
―Gracias.
Dejé mi libro sobre el sillón,
doblando la página por la que me había quedado para seguir leyendo más tarde y
fui a mi cuarto para coger las llaves de casa y el móvil y ponerme algo más
decente que lo que llevaba para estar en casa. Luego salí y me dispuse a buscar
a mi primo por los alrededores.
Durante lo que me pareció una
eternidad, aunque realmente fue una media hora, no pude hallar ni rastro de él,
pero cuando estaba a punto de dejarlo y volver a mi mullido sillón para
continuar con la historia, lo vi jugando con un gato en una esquina.
Sonreí tristemente al notar que el
gato había sido abandonado, ya que estaba metido en una caja de cartón, pero mi
corazón comenzó a latir rápidamente, porque había olvidado completamente
aquella faceta tierna de él. Lentamente me acerqué y le puse una mano en el
hombro para llamar su atención. Giró su rostro rápidamente y me miró a los
ojos, esbozando una pequeña sonrisa.
―¿Qué te trae por aquí? ―preguntó.
―YiXing necesita tu altura para que
le cojas algo de su armario ―contesté.
―¿No puede subirse a algo?
―La abuela se lo ha prohibido
totalmente.
―Mierda ―murmuró―. Bueno, tendré que
dejarte, pequeño Chen, ya nos veremos ―dijo soltando al gato negro.
―Creo que si te lo llevas a ZiTao le
darás una alegría ―murmuré.
―Pero… ¿la abuela no pondrá pegas?
―Solo lo tendrá en casa dos semanas,
además, ya le has puesto nombre…
―Está bien ―dijo cogiendo al gato de
la caja―. Nos lo llevamos.
Durante todo el trayecto de vuelta a
casa estuvimos jugando con el gato, haciéndole carantoñas y también rabiar. Era
una bolita de pelo, apenas tendría unos meses. No entendía cómo la gente podía
haberlo abandonado. Al llegar, metimos al gato en su habitación y buscamos a
YiXing por toda la casa, pero no lo encontramos, así que le mandé un kakao para
que me dijera qué era aquello que necesitaba encontrar.
Ya
he dado con Fan, ¿qué necesitabas?
Una
caja de condones que escondí al empezar a salir con MinShuo.
Abrí los ojos como platos al tener
su respuesta y le enseñé la pantalla a YiFan, que me miraba curioso.
―Wow… nuestro primo no pierde el
tiempo ―comentó, poniéndose a buscar en
lo alto del armario―. La veo ―dijo―, pero está fuera de mi alcance, ¿te
importaría echarme una mano?
―¿Qué tipo de mano?
―Yo te sujeto y tú agarras la caja.
Me falta medio metro para llegar, no sé cómo XingXing pudo meterla tan al
fondo.
Tosí por el doble sentido que podían
tener aquellas palabras y enrojecí levemente, antes de colocarme ante él, para
que pudiera alzarme hasta tener la altura suficiente para poder alcanzar aquel
maldito objeto.
Cuando sentí sus manos a cada lado
de mi cintura, mi corazón comenzó a latir fuertemente y empecé a tener calor.
Su cuerpo estaba demasiado cerca del mío y me quemaba. Alzó mi cuerpo como si
fuera una pluma y poco después, me encontré viendo el contenido del altillo del
armario de mi primo. Algunas mantas y juguetes de cuando era pequeño era lo que
abundaban, pero la caja de condones también estaba allí. Estiré mi brazo y la
agarré.
―Ya la tengo ―anuncié y sentí cómo
YiFan tiraba de mí hacia abajo.
Me di un golpe en la cabeza contra
la parte superior del armario al salir de aquel hueco y chillé de dolor. YiFan
me bajó rápidamente al suelo, asustado por mi grito, pero cuando puse mis pies
en el parqué, mi cabeza comenzó a dar vueltas y mis piernas no me sostuvieron.
Cuando pude tener conciencia de mí mismo nuevamente, me encontré tumbado sobre
YiFan y este me miraba de una forma que no me gustaba nada.
―Yo… lo siento ―murmuré.
Sin embargo no me dio tiempo a decir
nada más, ya que en ese momento, sentí sus labios sobre los míos. Al principio
no pude hacer nada más que quedarme quieto, pero lentamente, no pude evitar
responder aquel beso.
Sus labios se movían contra los míos
suavemente, como aquella mañana de hacía ya un par de días. Eran dulces y
hacían que perdiera todo el juicio que pudiera tener en aquellos momentos. Su
lengua se introdujo en mi boca lentamente y comenzó a explorar cada rincón a su
paso, dejándome sin aliento.
Cuando se separó de mí para dejarme
respirar, en contra de lo que debería haber hecho, rápidamente, tomé sus labios
entre los míos y le devolví el beso.
Me había vuelto loco, no había otra
explicación para aquella reacción.
Sin embargo, sentía que mi corazón
iba a explotar por aquel beso y me asusté, porque nunca tenía aquella reacción
cuando ShiXun me besaba, solo me pasaba cuando era YiFan quien lo hacía.
“Lo
siento, ShiXun” pensé.
Lo del gato era una estrategia de Fan. Encima se llama Chen xD. Si si, el espiritu luchador hace muchas cosas jaja
ResponderEliminarJajajajaja XD Qué mal pensada XD
EliminarAY DIOS MIO QUE BONITO AHIVAJSPJPSJPAJQB ;______; el gatito Chen,que adorable ;u; me da tanta pena de que solo quede un capitulo ;w; Y YiFan OMG,que perfecto ewe
ResponderEliminarMe alegra que te pareciera así ^^
EliminarSí... Ya solo queda un capítulo... Las cosas siempre tienen que acabar...
Chen es un gato!!! LOL me muero de la risa. Tú te cansarás de leerme esto pero yo no me cansaré de escribirlo: YiXing nos tenía engañadas, resulta que es un lanzado con una pequeña faceta dominante xDDD
ResponderEliminarAunque el que sí que es lanzado es YiFan. Dios, ese chico no pierde el tiempo ni se anda con rodeos O.O Pero luego llegó MinShuo y le puso freno xDDD Entre él y la abuela, creo que la sesión de risas de este capítulo ha sido satisfecha más que suficiente (?)
¡Me voy a leer el último y ya me pongo al día con tu blog! (¡¡¡Yujuuuuu!!!)
Bye bye!
Claro que sí ^^ Si Chen no fuera un gato remilgado, ¿quién lo sería? Bueno... En realidad el TaoHun también son como gatitos XD
EliminarA mí no me engañaba XD Solo hay que verlo bailando para saber que ese hombre es puro fuego y dominación (?)
Él aprovecha que SeHun está fuera y se lanza a por el ciervo XD
Espero que te guste ^^ Y gracias por comentar absolutamente todo, aprecio mucho tu esfuerzo y si quieres algo de mí, solo pídelo ^^
Besos <3
Yo soy una persona que se contenta con lo que quiere ^^ Lo único que quiero es que no dejes de escribir nunca. Bueno, nunca no, porque no eres inmortal (¿o sí? e.e) y algún día te cansarás, pero al menos no en mucho tiempo ^^
EliminarOps, escribí "quiere" en lugar de "tiene" xDDD
EliminarPor ahora tengo cuerda para rato y no creo que me aburra próximamente ^^
Eliminar