viernes, 21 de junio de 2013

You Are So Beautiful


You Are So Beautiful


   Él siempre decía que era el más feo de todos nosotros, colocándose el último en belleza, incluso por detrás de mí. La verdad, no lo entendía.

   Para mí, él era el más hermoso de todos nosotros. Su rostro fino, sus rasgos delicados, su piel clara, sus ojos castaños, su sonrisa tímida. Todo eso de él encontraba hermoso. Pero también su personalidad, siempre tan complaciente y ayudando a los demás, pero sobre todo su voz. Su voz dulce, suave y aguda, su voz perfecta, más bonita que aquella voz grave y rasposa de YeSung hyung, más bonita que aquella voz potente y única que tenía KyuHyun. Para mí, la voz más hermosa era la suya, tan armónica… y la persona más hermosa… era él, Kim RyeoWook.

   -Ryeo- lo llamé al verlo de espaldas a mí, nada más llegar de la calle, en la cocina, preparando algunos sándwiches para la cena. Él se volvió hacia mí y me mostró su dulce y hermosa sonrisa.
   -Hola, Hyuk- dijo- ¿qué tal te fue el día?- sonreí por su pregunta y avancé hasta donde estaba él, para no tener que hablar muy fuerte y molestar a los demás.
   -Pues… cansado- contesté- me he pasado todo el día ensayando con DongHae, ShinDong y SungMin el baile de la nueva canción- él asintió y terminó de preparar un sándwich bajo mi atenta mirada. De verdad, era muy hermoso.
   -Y… ¿cómo lo lleváis?- me preguntó haciéndome salir de mi ensimismamiento.
   -Bastante bien- dije- ya mismo deberíais venir los vocalistas a aprenderlo.
   -Genial- comentó- ya echo yo de menos ir a la sala de ensayo- cogió un sándwich y me lo tendió- toma, pero no les digas a los demás que te lo he dado- asentí y lo tomé.
   -Mis labios están sellados- y me lo comí en un par de bocados. Él rio y su risa me pareció hermosa- bueno... y... ¿cómo os va a vosotros con las canciones sin YeSung hyung?- pregunté tras tragar y él torció el gesto, dejando el sándwich de atún que estaba preparando sobre la mesa.
   -Fatal… no es lo mismo sin la voz de hyung- contestó- estamos intentando suplir su falta con KangIn y SiWon hyung… y lo mismo os robamos a Hae y a Min algún día.
   -Se le echa bastante de menos, ¿no?
   -Sí, aunque pareciera que hyung no era importante en el grupo, la verdad es que hacía mucho por nosotros y las canciones no son lo mismo sin su voz.
   -Lo imaginaba…- comenté algo celoso porque tuviera en tanta estima a YeSung hyung, aunque yo también lo estimara.
   -Hyung es algo raro, pero su voz es perfecta- dijo- no como la mía.
   -¿Por qué te tienes en tan poca estima?- pregunté sin poderme contener y él me miró sin saber qué contestar.
   -¿De qué hablas, Hyuk?- dijo.
   -Siempre te estás subestimando, siempre- contesté- dices que tu voz no es perfecta, cuando es mentira, dices que eres el más feo de todos nosotros- llevé mi mano a su rostro y rocé su mejilla, haciendo que él cerrara sus ojos por el contacto- eres hermoso- tembló bajo mi caricia y no pude evitar repetirlo- eres hermoso, Kim RyeoWook.
   -Hyuk… yo… no…
   -Shh...- lo hice callar colocando un dedo en sus suaves y rosas labios- eres hermoso…- retiré mi dedo, llevando mi mano a su mejilla y me acerqué lentamente a su rostro, hasta que besé aquellos labios- eres tan hermoso…- susurré contra sus labios y él volvió a tomar los míos.
   -Y tú eres perfecto…




miércoles, 19 de junio de 2013

Hot Times


Hot Times


   Calor, hacía un calor horrible y no ayudaba en nada a aplacar este calor que JongIn no parara de bailar frente al espejo de la sala de baile, con sus ojos fijos en los mío, mirándome de una manera lasciva.

   Ya todos se habían largado de aquel lugar, y yo me hubiera ido con ellos, de no ser porque él me había pedido, con aegyo encima, que me quedara, y no le pude decir que no. Por eso me encontraba allí, solo con él, aguantando el calor que me producía el verano, sumado al calor que me producía ver esos movimientos tan excitantes de JongIn, sus gestos faciales, sus dientes mordiendo su labio inferior, su sudor resbalando por su piel tostada y mi pensamiento volando hacia lo que querría hacerle y dejarme hacer.

   Abrí los ojos de golpe al tener estos pensamientos y me lo encontré quieto, mirándome ahora fijamente, sin el cristal de por medio que la suavizaba y ahora sentía todo el peso de su mirada sobre mí. Tragué saliva para intentar que alguna palabra saliera de mi boca seca, pero ningún sonido hizo aparición.

   Él caminó hacia mí, sin dejar mis ojos, hasta que se sentó frente a mí, muy cerca, tan cerca que notaba su respiración acelerada mezclarse con la mía, tan cerca que veía claramente las gotas de sudor trazar caminos sobre su piel, perlándola, tan cerca que escuchaba el golpeteo rápido de su corazón, tan cerca que seguramente él notaría el mío.

   -Baek- susurró roncamente mi nombre y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo haciéndome temblar. Vi su sonrisa torcida y supe que algo malicioso se estaba fraguando en su mente pervertida- hyung…- me llamó.
   -Dime, JongIn…- murmuré.
   -¿Quieres salir conmigo…- hizo una pausa, pero luego continuó- y dar una vuelta…?
   -Hace mucho calor, JongIn…- le contesté y aparté mi mirada de la suya, intentando así aclarar mi mente.
   -Vamos, Baek…- pidió e intentó hacer aegyo, pero una mirada mía lo hizo desistir- es solo una vuelta…- se inclinó hacia mí poniendo su mano en mi rodilla desnuda, debido a que llevaba pantalones cortos- por favor… Baek… por favor…- lo sopesé durante unos segundos antes de asentir. No podía negarle nada- me ducho y salimos- se levantó del suelo haciendo presión en mis rodillas para tomar impulso- ¿o quieres ducharte tú también?- preguntó y yo me tensé- estás sudando… y a mí no me importa compartir ducha… ya lo sabes…- negué rápidamente moviendo mi cabeza y mis manos para sujetármeles y que dejara de moverlas- no seas tímido, hyung- se agachó hasta que su boca quedó a la altura de mi oído- no es que nunca me hubieras visto desnudo- me susurró roncamente haciendo que mis partes dieran un tirón dentro de mis boxers al vislumbrarlo desnudo ante mí.
   -JongIn…- conseguí decir, como una advertencia, pero él no me hizo ningún caso y pasó sus brazos por mi cintura para levantarme del suelo y ponerme de pie, quedando en un abrazo tan íntimo que seguro que notó la tirantez que tenía allí abajo.
   -Vamos hyung… tú también me deseas…- claro que lo deseaba, ¿quién en su sano juicio no deseaba a JongIn? Por Dios, si era la encarnación del deseo sexual- deja de reprimirte…- murmuró.
   -¿Y después qué?- pregunté. Él separó un poco su rostro de mí para poder mirarme bien.
   -Después seré todo tuyo… y tú serás todo mío…- y me metió la lengua hasta la campanilla.



Rising Sun


Rising Sun

   Él era brillante, como el sol naciente. Él iluminaba mi vida con su sola presencia, como el astro rey, además, su cálida sonrisa, me hacía feliz. Tan solo estar a su lado me hacía sumamente feliz, por eso, no me despegaba de él ni un momento, aunque pareciera una lapa, todo el día pegado a él, pero era lo único que me hacía ser feliz.

   -Baek- me llamó él y yo salí de mis pensamientos/sueños al escuchar su voz tan cerca de mí. Me encontré con que estaba en nuestra habitación, pero la veía desde un ángulo diferente al de siempre- Baek- me volvió a llamar y entonces me di cuenta de que estaba en su cama. Abrí mucho mis ojos y pegué un salto corriendo para alejarme de él mientras escuchaba su característica risa- de verdad… tío… ¿no puedes ni estar separado de mí una noche?- no sabía dónde meterme, mis mejillas se colorearon y yo agaché mi cabeza, avergonzado- tranquilo, Baek, no estoy enfadado o algo parecido- levanté un poco mi cabeza y vi su brillante sonrisa- ven aquí- me llamó con la mano y yo me acerqué lentamente hasta que me senté en el filo de la cama.
   -Lo siento- murmuré- no sé cómo he acabado aquí- sentí su brazos rodeándome por los hombros y tirando de mí hacia él.
   -Yo sí lo sé- contestó y lo miré- anoche tuviste una pesadilla y me pediste que te abrazara… ¿no lo recuerdas?
   -No… lo siento- volví a murmurar.
   -No pasa nasa, no me importa, después de eso dormiste bien, y eso es lo que importa- dijo y me dio un beso en la mejilla- me alegra que ahora ya estás bien.
   -Muchas gracias…
   -No es nada- me acercó un poco más a él y pude notar como su corazón latía rápidamente contra mi espalda- si quieres… para dormir bien… puedes dormir… en mi cama… siempre…
   -¿Me estás haciendo una proposición indecente, ChanYeol?- dije intentado hacer una broma para relajarme, pero fue peor el remedio que la enfermedad.
   -Si tú quieres que así sea- murmuró contra mi cuello y se me erizó todo el vello de la nuca, a la vez que mi cuerpo se tensaba- eres la persona que más me… importa… y yo… yo quiero… no… no quiero perder… tu amistad por una cosa que… que solo yo… quiera…
   -Channie… ¿qué intentas decir?- pregunté muy confuso por sus palabras y casi con miedo.
   -Intento decir que me gustaría dormir todas las noches contigo… y poder estar así, siempre… pero como algo más… y por favor… no me odies- escondió su rostro entre el hueco de mi hombro y mi cuello.
   -Claro que no te odio…- murmuré con mi corazón latiendo rápidamente en mi pecho tras escuchar su declaración- yo te quiero…
   -No como yo… no de la misma manera…
   -Eso no lo sabes- me giré y le alcé el rostro- tú no sabes de qué manera te quiero yo… tú eres el sol que ilumina mi vida, ChanYeol…
   -¿Hablas en serio?- asentí- oh… Baek…- me abrazó fuertemente- te quiero tanto- susurró en mi oído y me hizo sonreír. Nos separamos unos momentos y luego unimos nuestros labios por unos segundos hasta que nos separamos rápidamente, alertados por unos golpes en la puerta de nuestra habitación- adelante- dijo ChanYeol mientras nos acomodábamos bien y al momento entró JunMyeon hyung.
   -Chicos, vestíos rápido, que tenemos ensayo- y se fue. Ambos suspiramos y luego nos miramos a los ojos unos momentos para comenzar a besarnos de nuevo segundos después, esta vez de una forma más demandante y solo nos separamos cuando nos faltó el aire.
   -Te quiero…- me susurró.
   -Y yo a ti- nos dimos un pequeño beso y comenzamos a prepararnos para el resplandeciente día que nos esperaba.



viernes, 14 de junio de 2013

Rainy Day


Rainy Day


   Terminé por fin todo lo que tenía que hacer ese día en el instituto, ya uqe me tocaba ser el encargado y había tenido mucho trabajo. Miré por la ventana y vi que estaba lloviendo a mares, al parecer, me tendría que quedar hasta que se despejara, o por lo menos, hasta que no lloviera tan fuerte como lo hacía en estos momentos, porque no me había traído el paraguas y no pensaba salir para empaparme con la lluvia.

   Guardé todo el material que había utilizado y lo dejé sobre la mesa del profesor, para después colocarme bien mi bolsa sobre mi hombro y deslizar la puerta de la clase.

   Me llevé una sorpresa enorme al encontrarme con mi vecino, pegado a la puerta, nada más abrir esta. Casi nos chocamos, pero gracias a que yo di un paso atrás por la sorpresa, no llegamos a hacerlo.

   -¿Qué haces aquí, Sunggie?- pregunté cuando la impresión de verlo allí desapareció y pude hablar de una manera coherente, aunque mi corazón siguiera latiendo desenfrenadamente por tenerlo allí, tan cerca. Porque sí, mi vecino hacía que mi corazón se acelerara solo con su mera presencia, aunque yo no lo reconocería ni en voz alta, ni en su presencia, porque no era posible que mantuviéramos un relación.
   -Estaba lloviendo y pensé que tú tendrías un paraguas para taparnos a los dos- contestó con simpleza, sin ningún honorífico aunque era menor que yo y todavía se encontrara en la secundaria baja.
   -¿Y el hyung?- pregunté y él se encogió de hombros.
   -Nunca lo he utilizado contigo y no voy a empezar a hacerlo ahora- dijo, y se cruzó de brazos, mirándome de una manera retadora. Yo me encogí sobre mí mismo y acabé alejándome un paso de él.
   -Pues no tengo paraguas tampoco- le contesté y él puso mala cara.
   -¿Me estás tomando el pelo?- yo negué con la cabeza.
   -¿Por qué iba a hacerlo?- pregunté- pensaba quedarme aquí hasta que amainara un poco y poder salir sin empaparme- cogí aire y salí de la clase, pero su mano me detuvo cuando pasé por su lado.
   -¿Estás enfadado porque he venido?- lo oí decir y en ese momento me pareció vulnerable y menor por primera vez desde que lo había conocido tres años atrás, pero cuando me giré, volvía a ser la misma persona que conocía, alguien fuerte y con las cosas claras.
   -No, no estoy enfadado, ¿por qué iba a estarlo?- contesté- solo estoy confuso porque no me esperaba que estuvieras aquí, y menos esperándome.
   -Estaba preocupado por ti- me pareció oírlo decir, pero aquella frase no pegaba con él, con su personalidad, por lo que, lo dejé correr, porque… ¿por qué iba él a preocuparse por mí?
   -Vamos, Sunggie, suéltame- le dije- iremos a las taquillas a por mis zapatos y saldremos corriendo para casa en cuanto pare de llover.
   -No- apretó más su agarre y dio un paso hacia mí, hasta quedar muy cerca- vamos a quedarnos aquí- echó a andar hacia la clase y me hizo avanzar a mí con él, hasta que ambos estuvimos dentro- es mejor aquí.
   -¿Por qué?- pregunté. Él soltó mi mano y se acercó a mi cuerpo hasta que chocamos pecho con pecho. Mi corazón comenzó a latir más rápido de lo que ya lo hacía por la cercanía, pero él llevó sus más allá de mi cuerpo y deslizó la puerta hasta que esta se cerró con un suave click.
   -Porque allí…- susurró en mi oído roncamente- se escuchan más fuerte los truenos…- y diciendo esto, el primer trueno se dejó escuchar tras la luz  cegadora de un relámpago. Mi cuerpo se tensó irremediablemente y noté una posándose en mi cintura.
   -¿Qué haces?- pregunté con un hilo de voz.
   -Voy a quitarte tu miedo a las tormentas- contestó moviendo lentamente la mano que tenía en mi cintura, haciendo que un escalofría recorriera mi columna vertebral.
   -¿Cómo?- susurré reprimiendo un jadeo que pugnaba por salir de mi garganta.
   -Dándote placer- su voz sonó más ronca de lo habitual y yo me estremecí sin poder evitarlo.
   -Sunggie- protesté, pero él no me hizo ningún caso, y ahora, además de la mano que se movía por mi cintura, tenía la otra, que acariciaba mi nuca y mi cabello.
   -Solo disfruta…- y en ese momento, su lengua cálida y húmeda, lamió la zona de juste detrás de mi oreja, para luego pasar a morder el lóbulo de esta. Un escalofrío volvió a recorrer mi columna y me estremecí entre sus brazos por el temblor provocado en mis rodillas.
   -Ahh…- suspiré sin darme cuanta y cuando lo hice, abrí mis ojos como platos e intenté apartarlo, empujándolo en el pecho, pero él apenas cedió unos centímetros, era mucho más fuerte que yo y estaba jugando conmigo sin que yo pudiera hacer nada para evitarlo- Sunggie…

   Pero él no me hizo caso y siguió su exploración con su lengua y sus labios. Besaba mi cuello, lo mordía, lo succionaba, mientras yo intentaba resistirme. Pero cada segundo que pasaba, más me abandonaba a él, hasta que dejé de pensar y comencé a sentir, lo que siempre había querido sentir. Fue en ese momento cuando noté el primer tirón en mis partes y como la humedad comenzaba extenderse por ellas.

   Lentamente y sin separarse de mi cuello, me fue guiando hasta uno de los pupitres más cercanos, contra el que acabé chocando. Tiré mi bolsa al suelo sin importarme nada lo que tenía dentro, mientras la mano que se movía por mi cintura, bajó hasta mi trasero y empezó a masajearlo. Gemí audiblemente en su oído y él sonrió contra la piel de mi cuello, haciéndome cosquillas.

   -Sube…- susurró y yo me senté en la mesa siguiendo sus órdenes, con las piernas abiertas y él se colocó entre ellas, pegándose a mi cuerpo. Su lengua comenzó a jugar con mi nuez y luego ascendió hasta mi mandíbula, que mordisqueó levemente, para luego separarse de mi piel por primera vez, en el momento en el que otro trueno se volvía a escuchar. Sus ojos se clavaron en los míos durante unos momentos y después bajaron hasta mis labios mientras se humedecía y mordía los suyos- quiero besarte- murmuró acercando su rostro al mío hasta dejarlo a escasos centímetros- ¿puedo besarte?

   No le respondí. No hizo falta, simplemente salvé la distancia que nos separaba y rocé mis labios con los suyos de una manera suave, sólo rozando, pero poco a poco, el beso fue tornándose más brusco. Él mordió mi labio inferior levemente y yo abrí mi boca, dejando pasar su lengua a mi interior, comenzando una guerra de lenguas que tuvimos que dejar a medias por falta de aire.

   Nos separamos unos momentos y luego volvimos a besarnos. Llevé mis manos a sus hombros y lo pegué más a mí, porque, aunque estaba comenzando a sentir calor, parecía que no lo tenía lo suficientemente cerca.

   Nos volvimos a separar para poder respirar y ahora nos miramos fijamente a los ojos por unos momentos. Sus ojos brillaban aun con la poca luz que había debido al cielo encapotado de nubes negras. Brillaban de deseo, de deseo por mí. SungJae movió su cuerpo un poco para adaptarse mejor al hueco creado entre mis piernas y con el movimiento, rozó su entrepierna dura con la mía, levemente despierta, y nos hizo gemir a ambos, aunque el contacto no fue directo, porque aún conservábamos nuestra ropa.

   -MinHyuk- susurró roncamente y yo me derretí en ese momento, cuando un escalofrío recorrió todo mi cuerpo haciendo que doblara los dedos de mis pies cuando loa mano que él mantenía en mi cintura, viajó hasta mi entrepierna y la tocó.
   -Ahh… ahh… ahh… Sunggie… mmm… ahh…- gemí mientras él me tocaba de una manera experta en aquella zona. Noté su otra mano colarse por dentro de mi camisa y palpar mi torso hasta llegar a mi pezón derecho, que comenzó a pellizcar- mmm… ahh…- de repente, la mano que estaba en mi entrepierna desabrochó mis pantalones y se coló por mis boxers. El contacto de su mano en la sensible piel de mi hinchado miembro, y el que quedara liberado de la prisión que lo mantenía apretado, me hizo soltar un gemido gutural de puro placer.
   -Estás muy mojado aquí abajo…- murmuró y seguramente esas palabras hicieron que me mojara más, porque sonrió de una manera pícara y excitante. Siguió tocándome, cada vez más rápido, cada vez más fuerte, hasta que finalmente me corrí en su mano, viendo las estrellas bajo mis parpados cerrados y comenzando a temblar levemente. Abrí mis ojos en el momento en el que SungJae llevaba un dedo cubierto de mi semen a su boca y lo lamía de una manera tan excitante que mi miembro comenzó a despertar levemente de nuevo- quiero meterla- aquellas palabras me cortaron todo el rollo al momento- quiero hacer el amor contigo, MinHyuk...
    -¿Hacer el amor?- pregunté confundido.
    -Sí... porque te amo- contestó y me dio un suave beso en los labios- y sé que tú también me amas a mí...- otro beso y yo sonreí, porque él tenía razón, yo lo amaba- déjame meterla...
    -Yo soy el mayor- protesté.
    -Y también el que se ha corrido y tiene la entrada levemente lubricada para mí...- respondió contra mis labios y no me pude negar a lo que me pedía.
    -Hazlo...

   No dejó pasar mucho tiempo para comenzar a toquetear mi entrada, haciéndome dar respingos por notar sus dedos en una zona en la que no había sentido nada así nunca. Introdujo el primer dedo y yo tensé todo mi cuerpo, pero él no paró su exploración.

  -Relájate- susurró.

   Y así lo hice mientras notaba su dedo moviéndose dentro de mi recto. Poco después sacó el dedo y metió dos de golpe, haciéndome chillar de dolor, pero él comenzó a toquetear mi miembro para distraerme del dolor y lo consiguió, pero solo un poco, porque seguía doliéndome y todavía notaba sus dedos dentro de mi creando hueco. De repente, tocó un lugar que me hizo jadear. Paró todo movimiento durante unos momentos y me miró, antes de volver a tocar aquel lugar que me hizo gemir.

   Sacó sus dedos y luego se desabrochó sus pantalones, dejándolos caer al suelo junto con sus boxers y liberando su miembro tenso. Se acercó a mí hasta que la punta comenzó a luchar por abrirse paso en mi interior. Colocó sus manos en mis caderas y empezó a empujar. Volví a gritar y el paro, tras haber metido solo la punta.

  -Lo siento- murmuró y me besó, me besó mientras se introducía lentamente en mí, hasta que acabó completamente dentro, gimiendo contra mi boca.

   Rodeé con mis piernas su cintura y aguantando el dolor que al principio me producía, me moví con él. Él me embestía lentamente, entrando y saliendo casi completamente de mi interior y poco a poco, empezó a dejar de dolerme y comencé a sentir placer y a gemir.

   SungJae se inclinó sobre mí, llegando más lejos que antes y volviendo a tocar aquel punto que me hacía delirar. Siguió embistiendo y a la vez tocando mi miembro hasta que volví a llegar al clímax y me corrí. No pasó mucho tiempo hasta que lo noté correrse en mi interior y luego salir lentamente dejándome extrañamente vacío y con su semen resbalándose por mis piernas.

   Estuvimos un rato callados, solo mirándonos fijamente y sonriendo como bobos, sin que nada más que el sonido de nuestras respiraciones aceleradas se escuchara en el silencio de la clase, hasta que él lo rompió.

    -Ha dejado de llover...- murmuró- ¿nos vamos a casa?- y yo asentí.
    -Pero...- dije- quiero saber una cosa...
    -Dime.
    -¿De verdad me amas?
    -Sí- sonreí.
    -Yo también te amo- y nos volvimos a besar.





martes, 11 de junio de 2013

Let Me Kiss You


Let Me Kiss You


   Habíamos salido de marcha con todos los demás ganadores de esa entrega de premios. Todos estábamos contentos, y con contentos me refiero a que además de que estuviéramos felices por ganar ese premio, también el alcohol nos había hecho un poco de efecto y casi ni sabíamos lo que hacíamos, bueno, aunque yo no estaba tan mal como los demás.

   Estaba sentado en uno de los sofás de la sala VIP, tranquilamente y sin hacer nada, ya había bailado lo suficiente en la gala y después, mientras me emborrachaba, por lo que ahora, medio mareado, me quedé allí sentado. Veía a los demás por el lugar y sonreí, dándome cuenta en ese momento, de que no estaba solo, sino que JongDae me acompañaba.

  -¿Cómo lo llevas?- le pregunté y el sólo me sonrió y se acercó a mí para ponerme su brazo sobre mis hombros y abrazarme- que cariñoso- murmuré- borracho no eres el hijo de puta de siempre- sonreí- me agradas más cariñoso.
  -A mí, tú me agradas siempre- dijo él con voz ronca y me tensé, tanto por su voz, como por el escalofrío que me provocó ésta por la espina- eres… muy agradable... YiXing...
  -Bah... eso lo dices porque estás borracho- murmuré nervioso.
  -Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad...- contestó y giró su rostro para mirarme, poniéndome aun más nervioso, debido a la cercanía- YiXing~- canturreó en mi oído con esa voz que tanto me ponía, porque sí, JongDae, su voz y todo él, me ponía, pero no podía reconocerlo o nuestras carreras se irían al garete.
  -JongDae...- susurré- aparta- e intenté apartarlo con las manos, pero él no me dejó y yo suspiré- vamos, JongDae, este no es lugar para que te pongas así de meloso...- nada más decir estas palabras me arrepentí, porque él se levantó, me agarró de la mano y tiró de mí con una fuerza que yo no sabía que él tuviera, hacia el baño de hombres, donde me empujó a uno de los cubículos y nos encerró a ambos- JongDae... ¿que ha...?- no me dejó acabar porque me tapó la boca con su mano.
  -¿Te parece este un buen lugar?- preguntó.
  -JongDae...
  -Te quiero...- me dijo y me dejó en shock- me gustas desde el primer momento en que te vi bailando, te quiero desde que te escuche cantar solo acompañado por una guitarra y te amo desde que descubrí que eras la persona más maravillosa del mundo.
  -JongDae...- mi corazón latía con fuerza dentro de mi pecho.
  -No digas nada... sé que no me correspondes, así que, solo déjame hacer una cosa- me miró a los ojos fijamente y yo tragué saliva- déjame besarte- y dejé que me besara, acercándome a sus labios y rozándolos con los míos, para saborearlos y así, ver de esa manera, lo adictivos que eran.
  -Me gustas- murmuré al separarnos, no des nada por hecho...- vi como una sonrisa se instaló en su rostro y se acercó un poco más a mí, pegando su cuerpo al mío y dejando nuestros labios a milímetros.
  -Entonces... déjame besarte otra vez- y unió nuestros labios de nuevo.



Enfermo


Enfermo


   ¿Kevin enfermo? No me lo podía creer. ¿Él?, que tenía una salud de hierro, ¿él?, que era el que más se cuidaba de todos. No podía ser posible, aquella era la peor mentira que había escuchado en toda mi vida, JongDae nos estaba trolleando como solo él sabe hacer y Kevin estaría descojonándose de nosotros en la habitación, por inocentes.

   Aparté a JongDae de mi camino y me dirigí hacia la habitación del líder, seguido por cuatro personas más. Entré sin llamar, como un huracán y busqué a un Kevin descojonándose, pero lo único que me encontré fue a un Kevin arrebujado en las sábanas, tosiendo y echando mocos a mansalva.

   Pues era completamente cierto que estaba enfermo. A partir de ese momento confiaría en las palabras de JongDae. Ja, ni yo mismo me lo creía.

   Avancé con cuidado hasta su cama y me arrodillé frente a él. Kevin se dio cuenta de mi presencia, pero no hizo ni dijo nada, debía de estar muy enfermo. Llevé mi mano a su frente y la toqué, estaba levemente caliente, pero no podía tomar bien la temperatura con mi mano congelada, así que me acerque a él más y la tomé con la punta de mi nariz, notando un estremecimiento por su parte y como su frente ardía.

   -Deberíamos avisar al manager y también a un médico para que venga- dije separándome.
   -Yo aviso al manager- dijo Tao.
   -Yo llamaré al doctor- contestó LuHan, y JongDae y MinSeok, se miraron brevemente antes de salir corriendo de la habitación. Suspiré y me volví hacia Kevin.
   -¿Cómo te encuentras?- le pregunté, él me miro con sorna.
   -Estoy fatal- tosió y casi se atraganta- quiero morirme...
   -Vamos... no seas exagerado...- murmuré- en estos tiempos nadie se va a la tumba por un resfriado...
   -Lo sé... pero me duele todo- sonreí y él hizo un amago de sonrisa- quédate conmigo hasta que me recupere- pidió cogiendo mi mano y yo asentí.
   -Me quedaré contigo todo el tiempo que sea necesario- y apreté el agarre de su mano.

   Poco después, llegó el manager, y el médico no se hizo esperar mucho, tampoco. Éste, le recetó tomarse unos sobres y estar en cama un par de días, por lo que el manager suspendió todas sus salidas profesionales durante tres días, para que se recuperara perfectamente. Poco después, se fueron, y los demás chicos con ellos. No querían estar en la habitación porque se contagiarían, y JongDae, esa noche se iría a dormir con LuHan, por lo que yo no tendría cama, aunque bueno, de todas maneras le había prometido a Kevin que me quedaría con él hasta que se recuperara.

   Era ya muy tarde, por la noche, cuando escuché su grave voz llamándome.

   -YiXing- susurró- por favor... ven...- y yo me levanté de la cama de JongDae para acercarme a él. Kevin no dijo nada, solo apartó un poco las sábanas y se hizo a un lado, indicándome que me tumbara con él y eso hice. Nada más tumbarme, de espaldas a él, sentí sus brazos rodeando mi cintura y su aliento en mi nuca- mucho mejor- murmuró- te amo, YiXing...- susurró, y yo sonreí, girándome hacia él y tocándole la frente, seguía con fiebre.
   -La fiebre te hace delirar- comenté, pero él negó con la cabeza, y de repente, sentí sus labios presionando contra los míos, y me dejé hacer, porque yo lo correspondía. Siempre me había gustado Kevin, desde la primera vez que lo vi.
   -¿Tú me quieres?- peguntó cuando nos separamos.
   -Te quiero- contesté con una sonrisa y comenzamos otro beso.

   A la mañana siguiente, fui yo el que se despertó constipado, pero no me importaba, porque ahora no me podrían separar del enfermo, puesto que yo era otro.


lunes, 10 de junio de 2013

Perro Abandonado Busca Dueño que le dé AMOR


2/2

   Apenas habían pasado un par de meses desde el primer encuentro entre JinKi y JongHyun. Ambos se llevaban bastante bien, congeniaban y se hicieron amigos muy pronto, pero nada más que eso había pasado, ya que ninguno quería forzar la relación. JinKi quería conocer al otro antes de dar el siguiente paso y JongHyun quería estar seguro de que sentía algo por JinKi antes de lanzarse de cabeza a una relación.

   Porque ambos sentían un escalofrío recorrer su cuerpo cada vez que se tocaban accidentalmente. Ambos se miraban de reojo esperando o quizás deseando que el otro no se diera cuenta de esa mirada. Ambos sonreían como bobos tras haber pasado un rato juntos. Y ambos esperaban ansiosos la llegada del momento en el que se volverían a encontrar. Pero esas no eran pruebas concluyentes para saber si en una relación, tendrían futuro.

   Por eso, ambos esperaban a estar seguros, a que el momento llegara, porque aunque el motivo por el que ahora fueran amigos fuera extraño, no quitaba que algún día, pudieran ser algo más.

   -JongHyun- llamó MinHo a su amigo, pero este no lo escuchaba, estaba más pendiente de que la pesa de 50 kl que movía no cayera sobre su cabeza- JongHyun- volvió a llamar y el otro por fin reaccionó y dejó la pesa sobre las barras para mirar a su amigo.
   -¿Qué quieres?- preguntó- estoy ocupado- MinHo frunció el ceño, pero luego suspiró. Molestar a JongHyun mientras hacía ejercicio no era muy recomendable y menos ahora, que hacía ejercicio para impresionar al hyung de TaeMin.
   -Pues… quería preguntarte cómo te iba con JinKi- murmuró MinHo rascándose la cabeza. En realidad no tenía por qué preguntar, radio patio lo tenía muy bien informado, pero si no lo hacía, sería muy sospechoso. La sonrisa boba que se instaló en la cara de JongHyun lo dijo todo.
   -Somos buenos amigos- contestó sin embargo- pero todavía no sé si podemos ser algo más.
   -Por la cara que acabas de poner me parece que tú sí lo tienes claro, pero que no te atreves a seguir adelante- el mayor hizo un mohín y se cruzó de brazos. Su amigo tenía razón. A él le gustaba JinKi, pero no quería precipitarse, no otra vez.
   -La última vez no me fue muy bien.
   -Olvida a KiBum- dijo MinHo poniendo mala cara al saber que su amigo todavía tenía pensamientos sobre la relación que había acabado hacía ya un año con aquel tipo que le hizo tanto daño- que saliera mal con él, no quiere decir que con JinKi sea igual.
   -¿Cómo puedes estar seguro?- preguntó receloso JongHyun.
   -Vamos… JinKi es el hermano de mi novio… lo conozco casi tanto como a él y nunca te haría sufrir- contestó- su naturaleza no es esa… antes de hacer sufrir a una persona que aprecia, es capaz de sufrir él mismo.
   -Tampoco quiero que sufra él- murmuró el mayor- yo quiero que esa sonrisa brillante que tiene siempre esté en su rostro- MinHo puso cara de asco al escucharlo hablar y JongHyun le pegó en el brazo.
   -¿Por qué me pegas?
   -¿Por qué pones esa cara?
   -¿Por qué eres tan cursi?
   -No soy cursi…
   -Ya…

-oooOOOooo-

   JinKi caminaba despreocupadamente por la calle junto a su hermano menor, que hablaba y hablaba de su novio MinHo y de lo maravilloso que era. La verdad, MinHo era alto, guapo, tenía buen porte, era cariñoso y además, quería a TaeMin más que a nada, así que, era un buen partido. Pero JinKi no prestaba mucha atención a las palabras de su hermano, ya sabía todo aquello que le decía, por lo que, ¿para qué prestar atención? Además, su mente espaciada tenía algo más importante en lo que pensar, o más bien, alguien.

   Habían pasado ya dos meses desde que conocía a JongHyun y se habían hecho grandes amigos, pero el otro estaba buscando una relación, de ahí que pusiera el cartel y JinKi todavía no sabía si lo que quería era una relación o no. Había tenido varias relaciones y en todas y cada una de ellas había sufrido demasiado.

   Antes de conocer a JongHyun estaba muy bien solo, pero ahora, ahora solo esperaba con nerviosismo los momentos en los que estaba con él, en su apartamento, hablando de una y mil cosas, viendo películas o jugando al Monopoly.

   -Hyung… ¿me estás escuchando?- dijo TaeMin viendo que su hermano mayor parecía estar en la Luna, como mínimo.
   -¿Eh?
   -Me parece que no me prestabas atención- el chico hizo un puchero y JinKi se rascó la cabeza, avergonzado.
   -Lo siento- dijo- tenía la cabeza en otro sitio- se disculpó- ¿qué decías, TaeMinnie?
   -Te preguntaba si ya habías decidido quedarte con el perro o no- contestó el menor y JinKi se sonrojó hasta las orejas.
   -Pero TaeMinnie…- intentó protestar, pero el otro no lo dejó.
   -A ver, te gusta, le gustas, ¿hay algo más?
   -Claro que hay más cosas, TaeMinnie- contestó el mayor.
   -No, no las hay- dijo muy convencido cruzándose de brazos- lo único que te pasa es que tienes dudas.
   -Es normal tener dudas.
   -Pero no tienes por qué tenerlas.
   -¿Por qué?
   -Porque le gustas mucho- dijo- MinHo dice que está todo el día hablando de ti y que cuando sale tu nombre en alguna conversación, pone una sonrisilla tonta- miró a su hermano- exactamente igual que tú.

-oooOOOooo-

   Esa tarde iban a pasarla juntos viendo una película. Una película de acción, con mucha sangre y mucha violencia llamada Ninja Assasin, pero que a ambos les gustaba en demasía. Aun así, no pudieron concentrarse mucho en el argumento de la película, aunque esta tampoco gozara de mucho, ya que estuvieron pensando en las conversaciones que habían tenido esa mañana y también se dedicaron miradas intensas y evaluativas, de reojo, mientras la sangre casi salía por la pantalla.

   Cuando la película acabó, ambos se miraron y sonrieron. JongHyun se levantó del sofá y sacó el DVD del reproductor, para guardarlo en su carátula mientras era observado atentamente por JinKi. Al girarse, descubrió al mayor lanzándole aquella mirada penetrante y se sintió un poco cohibido, pero a la vez, otro sentimiento recorrió su cuerpo. Un sentimiento que le decía que aquel era el momento.

   -Me gustas- soltó sin meditarlo. Pero ya lo había dicho y había creado en JinKi una reacción que no se esperaba, una sonrisa.
   -Tú también me gustas- contestó el mayor y JongHyun sonrió, acercándose de nuevo al sofá y sentándose en él, junto al otro, muy cerca.
   -Me gustas mucho y quiero que intentemos ser más que amigos- dijo mirando fijamente los ojos castaños de JinKi, que se convirtieron en una fina línea cuando la sonrisa de su rostro se amplió.
   -También me gustaría intentarlo- coincidió. JongHyun se acercó más a él, observando detenidamente el rostro del mayor y quedándose atrapado en el contorno de sus labios, que al hablar, creaban un efecto extraño en él, lo dejaban absorto.
   -¿Puedo besarte, JinKi?- preguntó y obtuvo un leve asentimiento por parte del otro.

   Entonces, lentamente se fue acercando al rostro del mayor, hasta que solo estuvieron a un par de centímetros de distancia. Ambos se miraron a los ojos unos segundos, mientras sentían la respiración del otro contra sus labios y después, salvaron la distancia que los separaba.

   Los labios de JinKi eran suaves, dulces, cálidos, los de JongHyun, firmes, deliciosos, adictivos. Solo se separaron cuando la falta de aire los obligó a hacerlo, pero en ningún momento dejaron de rozar los labios del otro.

   -Me gustaría pasar el resto de mi vida besándote- murmuró JinKi.
   -Y a mí me encantaría que lo hicieras- y volvieron a besarse.

-oooOOOooo-

   -Te dije que había sido una buena idea- murmuró MinHo sin apartar la mirada de sus prismáticos.
   -Hacen muy buena pareja- comentó TaeMin con una sonrisa, pero de repente puso un puchero- ¿cuándo me tocará mirar a mí?- su novio sonrió y le tendió los prismáticos para que pudiera ver lo que pasaba en el apartamento de enfrente.
   -¿Por qué no corren las cortinas?- preguntó SooJung- ¿es que les gusta que los vean o qué?
   -Que no corrieran las cortinas nos ha hecho el trabajo más fácil- contestó SeolRi- y ahora…- fue hacia TaeMin y le quitó los prismáticos, ignorando el puchero que este hizo- es mejor que dejemos de mirar… sabemos que está todo bien.



viernes, 7 de junio de 2013

Lady HeeHee? Are You Fucking Kidding Me?



Lady HeeHee? Are You Fucking Kidding Me?



   Había ido al Super Show 3. Aunque no podía cantar por aquel problemilla que tenía con la agencia, sí que podía ir a ver a mis amigos, a mis compañeros y a mi novio. Todo el concierto se desarrolló genial, las ELFs cantaban y gritaban como locas, y los chicos daban todo de sí mismos para que todo resultara perfecto. Me encantó cómo quedaba, hasta que de repente, cuando a mi novio le tocaba hacer su solo, escuché una música que me hizo temerme lo peor.

   Él salió desde el suelo, cantando Poker Face – Lady Gaga, vestido de ella, con una falda demasiado corta que mostraba a todo el mundo sus hermosas piernas, unas medias de rejilla negras y unas botas. A cualquiera le hubiera dificultado caminar esa minifalda, pero él se movía y se contoneaba como “la mujer que era”. Mi cara fue de poema en esos momentos. Por un lado, me estaba poniendo de una manera que casi ni sabía que me pudiera poner, y por otro lado, sólo quería que se tapase un poco.

   En cuanto desapareció del escenario, me dirigí al lugar en el que se suponía, debía de estar, y allí lo encontré. Tenía diez minutos para hacerle el amor como un loco, porque después, tendría que salir de nuevo al escenario. Me acerqué a él rápidamente y él, al girarse y verme, me dirigió una sonrisa.

   -¿Te ha gustado mi actuación, Hannie?- preguntó, yo lo abracé fuertemente contra mi cuerpo, dirigiéndolo casi sin que se diera cuenta hacia un lugar oscuro de todo aquel entramado de debajo del escenario, para que nadie nos viera ni molestara- parece que sí te ha gustado- murmuró divertido.
   -Hagámoslo- dije solo y noté cómo su cuerpo se tensaba al yo empezar a saborear la piel perlada de sudor de su cuello.
   -Oh, no, Hannie- intentó apartarme, pero yo era más fuerte que él, mucho más fuerte- en un cuarto de hora tengo que estar allí arriba- dijo para intentar convencerme.
   -En diez minutos vas a estar clamando por más- susurré y lo empotré contra una de las paredes.

   Afuera se escuchaba todo el jaleo del concierto, mientras yo le subía la falda hasta la cintura y le rajaba las medias. Me encontré con unos boxers negros que apretaban su pene de una manera que me excitó mucho y los aparté, dejando su miembro al descubierto, y su entrada rogando porque se la metiera. Lo toqué rápidamente, hasta que estuvo duro del todo y luego, me saqué mi miembro de mis pantalones. No estaba muy erecto, pero ya se pondría mejor dentro de su cuerpo.

   Lo hice agarrarse con sus largas y hermosas piernas a mi cintura, y con mi mano, guie a mi pene hacia su entrada. No lo había preparado, ni falta que hacía, esa mañana ya habíamos tenido nuestra ración de sexo y estaba perfectamente preparado para mí. Me introduje en su interior y comencé a embestir, muy rápidamente desde el principio, apenas nos quedaban unos momentos para que él tuviera que salir al escenario.

   A la vez que lo embestía, una de mis manos maltrataba su miembro, para hacerlo gemir y suspirar mi nombre, al principio en mi oído, pero cuando atrapé sus labios, lo hizo dentro de mi boca, mientras jugueteaba con mi lengua y la mordía. Él se corrió, y después de unas cuantas embestidas más, y de apretones de su trasero por los temblores de su orgasmo, me corrí yo en su interior. Nos quedamos un momentos así, juntos, disfrutando, pero todo el momento se fue a la mierda cuando una voz demasiado conocida comenzó a llamarlo.

   -Heenim hyung, ¿dónde estás?- gritaba como loco ese caballo impertinente que siempre tenía que interrumpirnos.

   Salí de su interior y dejé sus piernas sobre el suelo. Me acomodé mi miembro dentro de mis pantalones y luego me limpié un poco la camisa, que había quedado pringada con su semen. Él mientras, se colocó de nuevo sus boxers y se bajó la falda, con las medias no había reparo posible, así que, sencillamente las acabó por romper y las llevó entre sus manos. Me acerqué a él y le di un excitante beso que lo dejó jadeando y con ganas de más, pero yo lo empujé fuera de aquel lugar, para que no perdiera más tiempo.

   Justo en el momento en el que salía de allí, se encontró con SiWon, que se lo llevó a rastras del lugar para que se cambiara rápidamente y volviera a salir al escenario. Esperé unos minutos, y luego salí, para volver a ser el espectador de aquel concierto que tanto me estaba gustando.

   Cuando el concierto terminó, todos se ducharon, se cambiaron y luego se montaron en diversos coches para poder llegar al hotel. Yo también me monté con ellos, de todas maneras, aún formaba parte de Super Junior. HeeChul iba dormido, recargando su cabeza en mi hombro, de una manera tan tierna, que a muchos de los miembros del grupo les extrañó, pero que a mí, sólo me enterneció, porque solo él podía ser tierno, una bitch, y excitante.

   Lo cargué como la princesa que era hasta la habitación que compartíamos, ya que no había habido manera de despertarlo. Nada más entrar al lugar, sus ojos se abrieron y vi ese brillo juguetón que tanto me gustaba en él. La muy bitch se había hecho el dormido, pero en realidad no lo estaba, y en ese descuido, me tumbó sobre la cama y él se me sentó encima.

   -Eres un salvaje- me dijo y yo sonreí malicioso.
   -Y lo que te gusta a ti que lo sea- contesté, él se encogió de hombros y sonrió.
   -Y a ti lo que te pone que me vista de mujer…- respondió. (N.A.: Ya sabréis a lo que me refiero cuando llegue el cumple de HeeChul y leáis “Babo”)
   -Porque estás más guapo que nunca en esos momentos- HeeChul rió complacido.
   -¿Sabes? Las fans me han llamado Lady HeeHee- alcé una ceja incrédulo- ¿no te gusta?- negué con la cabeza- pues a mí sí me gusta.
   -No me jodas, HeeChul.
   -No, me jodes tú a mí, pero si quieres que volvamos a cambiar…- se acercó a mí peligrosamente y yo lo aparté.
   -Déjalo, no necesito que lo hagas otra vez- dije recordando aquella vez. (N.A.: Lo entenderéis si habéis leído “Intercambio de Poderes”)
   -Entonces… ¿te gusta que me llamen Lady HeeHee?- me encogí de hombros y lo arrastré a la cama, dejándolo debajo de mi cuerpo.
   -Por mí que te llamen lo que les dé la real gana, porque de todas maneras, serás MI Lady HeeHee- y comencé a besar su cuerpo.
   -¿Todavía tienes pilas para otro?- preguntó.
   -Y las que me quedan…





martes, 4 de junio de 2013

Zhe Yi Miao (The Moment)


Zhe Yi Miao
(The Moment)


   Los momentos son únicos, no hay nada que se repita exactamente igual en la vida. Los momentos van y vienes, vienen y van, pero una vez que se deja pasar el momento, éste ya no regresa a nosotros y no volvemos a tener esa misma oportunidad, nunca más.

   Eso fue lo que nos pasó a nosotros dos. Dejamos pasar el momento, dejamos que todo se fuera, dejamos que aquello que pudo pasar no ocurriera, y ahora, ya habíamos pasado esa página de la historia de nuestra vida. El momento no se volvería a repetir y no íbamos a volver a tener aquella oportunidad.

    Flash Back.

   Estábamos solos en la casa que todos compartíamos, porque los demás, todavía no habían regresado de la agencia. Nosotros estábamos allí porque a mí me había dado un pinchazo la espalda y él se ofreció a ayudarme, a llevarme allí y a cuidar de mí.

   Ahora él estaba a unos centímetros de mis labios. Por un resbalón, había acabado así. Notaba su respiración agitada sobre mi boca, sus labios entreabiertos, sus mejillas sonrojadas, que se veían a la legua, y sus ojos brillantes, mirándome de una forma penetrante que hacía encogerse algo en mi interior.

   Sentí un leve contacto sobre mis labios, justo antes de que la puerta se abriera y rápidamente él se alejara de mí, y quedara sentado en el suelo, a mí lado, mientras los diez chicos que faltaban, entraban de golpe al apartamento y pasaban al salón donde nosotros nos encontrábamos.

   -¿Cómo te encuentras?- me preguntó Kevin- ¿te duele mucho la espalda?- negué con la cabeza, las palabras no salían de mis labios en ese momento- me alegra saberlo.
   -¿Qué hacíais?- peguntó de repente LuHan- ambos estáis muy rojos y JunMyeon está sentado de una manera muy extraña como para estar cómodo- odiaba que pudiera llegar a ser tan intuitivo y lo miré mal.
   -Sólo me cuidaba- conseguí contestar.
   -Claro, YiXing, lo que tú digas…

   Después de eso, cada uno se fue yendo a su habitación, hasta que, unos minutos después, los dos nos volvimos a quedar solos en el salón. JunMyeon se acercó a mí y me dio un beso en la frente.

   -Lo siento- murmuró- no volverá a pasar- y se alejó de mí.

    Fin Flash Back.

   El momento había pasado. El momento pasó y no volvió. No sé lo que pudo haber sucedido si aquello hubiera pasado de otra manera, y nunca lo sabré, porque los momentos, sólo suceden una vez.


sábado, 1 de junio de 2013

Cenizas del Pasado


Cenizas del Pasado


   Calor, mucho calor. Demasiada luz, me duelen los ojos. Gritos, gritos por todas partes, gritos que resuenan en mis oídos. Humo en mi garganta, no puedo respirar, me ahogo. Pero sigo buscando, lo sigo buscando por aquella casa en llamas.

   -¡Hyung!- grito y lo veo, encerrado en aquella habitación, rodeado por el fuego. Sus ojos llorando, sus labios clamando por ayuda, llamándome a mí. Intento avanzar hasta él, pero unos brazos rodeando mi cintura me detienen. Pataleo e intento librarme, pero su agarre es fuerte y me arrastra hasta el exterior mientras mis lágrimas corren por primera vez por mis mejillas.

   Abro los ojos y veo el techo de mi habitación, desenfocado por las lágrimas. Otra vez he vuelto a tener ese mismo sueño. Doy una vuelta en mi cama y me encuentro a mi primo, durmiendo abrazado a mí. Me quito su brazo de encima y él hace un ruidito de inconformidad mientras se gira. Sonrío levemente y me levanto de la cama intentando no despertarlo.

   Estoy sudando por el sueño, así que, me voy al baño de la habitación y me desnudo para meterme en la ducha y quitarme todo el sudor y aquel recuerdo de la cabeza, porque no era un sueño, era un recuerdo, un recuerdo de hace dos años, un recuerdo que me hacía mucho daño.

    Flash Back

   Tengo su cuerpo debajo de mí y entro y salgo una y otra vez de su interior, ahogando gemidos de placer besando sus labios desacompasadamente y mordiendo su cuello a veces, dejando claro que él es mío y de nadie más. Llegamos al clímax y caigo sobre él, respirando entrecortadamente y sintiéndome pringoso, pero a la vez perfectamente.

   -Iré contigo…- murmura y yo sonrío.
   -Gracias.
   -Aunque a tu familia no les gustará que vaya a vuestra casa en Navidades- comentó.
   -Se tendrán que ir acostumbrando… eres mi chico… hyung…
   -No me llames hyung después de hacerlo… me hace sentir mal…- sonrío y beso su pecho.
   -Está bien… Minnie… te amo…
   -Yo también te amo… Kyu…

    Fin Flash Back

   Si no le hubiera pedido que viniera a pasar las Navidades en mi casa. Si no hubiera salido hecho una furia de casa tras aquella pelea que tuve con mi padre. Si no lo hubiera dejado solo, durmiendo. Si aquella vela no hubiera prendido aquella cortina. Si yo hubiera estado allí con él…

   Mis lágrimas se confunden con las gotas de agua que caen desde la alcachofa de la ducha y la culpa me carcome por dentro, porque si no hubiera sido por mí, él nunca habría estado allí.

   Salgo de la ducha sintiéndome lo peor del mundo y voy a la habitación para vestirme y poder salir de casa para ir a aquel lugar. Mi primo sigue durmiendo en mi cama tranquilamente. Tras vestirme, me acerco a él y le doy un beso en la frente. Él era la única persona que no me había abandonado desde aquella noche en la que mi hyung había muerto.

   -Gracias… JongWoon…- susurro y él sonríe en sus sueños, luego salgo de nuestro apartamento.

   Me dirijo a mi coche y lo pongo en marcha para salir de allí e ir a visitar su tumba, porque hoy es 1 de Enero, el día de su nacimiento y el de su muerte. Poco después, llego al cementerio y camino por las hileras de tumbas hasta que diviso la suya. Me hinco de rodillas en el suelo y le muestro mis respetos mientras por mis mejillas vuelven a caer saladas lágrimas.

   -Lo siento… hyung…- murmuro atragantándome con mis lágrimas- lo siento tanto… te amo… te sigo amando… no sabes cuánto… te amo…
   -Yo también te sigo amando- escucho una voz muy conocida, su voz. Creo que me estoy volviendo loco, aun así, me giro rápidamente y lo veo detrás de mí, sonriendo. Me levanto corriendo del suelo y avanzo hacia él sin poder creerme lo que veo.
   -¿Hyung…?- llevo mis manos a su rostro y él cierra sus ojos complacido por mi contacto.
   -Sigues llamándome así aunque sabes que no me gusta…- murmura.
   -¿Cómo?- pregunto- moriste en el incendio…
   -Tu padre me sacó de aquella habitación y luego me llevó a su hospital privado para que me curaran las quemaduras- abro mis ojos como platos sin poder creerme lo que escucho- desde entonces he estado a su cuidado.
   -Pero… me dijo… me dijeron que… estabas muerto… Minnie… yo… Minnie…- mis lágrimas volvieron a derramarse.
   -Siento que hayas tenido que pasar por todo esto, pero no pude comunicarme contigo… hasta ahora…
   -Minnie…
   -Lo siento tanto… Kyu...- pasa sus brazos alrededor de mi cintura, abrazándose a mí y yo me estremezco por su contacto- pero… te amo… te amo…- sonrío levemente y lo aprieto fuerte contra mí.
   -Yo también te amo…
   -A partir de ahora no nos separaremos nunca más- susurra.
   -Nunca…